EL RETOÑO DE PRIMAVERA
Cita: El tamaño no importa. Mírame. Júzgame por mi tamaño, ¿hacerlo puedes? Lo siento, me encanta decir eso.
La sangre es más espesa que el agua y quizás la sangre hippie sea la más espesa de todas. Tus padres eran hijos de hippies que querían “volver a la tierra,” que a su vez eran hijos de conservacionistas, que a su vez eran...bien, lo que fuera, pero desde hacía mucho tiempo. La herencia japonesa de tu padre procedía de una larga tradición sintoísta y el pasado rural de tu madre irlandesa se complementaban bien. Aunque no estaban en contra de las máquinas (como tu habuela; cuando inventaron el microondas, había tomado un martillo de la tienda y se había marchado a la ciudad), te educaron con gran respeto por la Tierra. Por lo tanto eras un niño curioso de dos mundos, capaz de identificar cada insecto en tu patio suburbano así como citar las películas de Star Wars de principio a fin (Siempre te ha gustado Star Wars; por supuesto existe la Fuerza, se lo dices a todo el mundo).
No fue hasta que cumpliste nueve años que los sueños comenzaron a animarse y aparecer cuando menos lo esperabas. Cuando se lo contaste a tu madre, se preguntó si quizás había elegido setas equivocadas en su búsqueda semanal, pero una rápida visita al médico no mostró nada malo, así que ella se limitó a vigilarte. Pronto los sueños se volvieron tan vívidos y vibrantes que los veías de día: extraños animales que te hablaban posados en las ramas de los árboles, árboles que te susurraban secretos, y flores indignadas en las macetas del porche exigiendo más sol y agua, gracias. Según tu padre, la tradición sintoísta decía que todas las cosas tenían un espíritu natural que debía ser honrado, pero nunca te había dicho que pidieran nada. Y en el Solsticio de Verano, saliste de tu Crisálida, mostrando un brillo verde en tu piel. El Glamour estalló a tu alrededor como una tormenta. Había cosas que vinieron a por ti, con ramas retorcidas y espías, pero luchaste contra ellas con una fuerza que no sabías que tenías. Pronto llegó la caballería bajo la forma de dos bonitas hadas, que quedaron sorprendidas por tu conocimiento y humor maduro.
Así que ahora ha pasado poco más de un año y puedes sentir a lo lejos la llamada de la Rebeldía, pero todavía te queda bastante tiempo como Infantil. Encantaste a tu madre en una ocasión y se sintió aliviada de que su hijo no se hubiera vuelto loco: por supuesto olvidó tu verdadera cara, pero en el fondo está segura de que todo va bien. Tus habilidades se han incrementado con el tiempo, y posiblemente por eso hace poco un anciano arrugado vino a tu puerta y te explicó lo que eras. Las palabras “Ghille Dhu” tenían un sonido familiar, y algo en ti chispeó al pronunciarlas. El hombre también te dijo que había realizado un poco de adivinación para determinar que eras la reencarnación de uno de los más viejos y respetados ancianos que habían bendecido la orden de los Sacerdotes de Cernunnos. ¿Volverias con tu pueblo y ayudarías a guiarlo de nuevo? Por supuesto, es una gran decisión que debes elegir, y el anciano te dijo que cosas como Star Wars y la vida en la ciudad no formaban parte de una educación de un joven Sacerdote. Sin embargo, sientes el peso de la responsabilidad hacia tu pueblo y la educación de los humanos sobre el mundo que los rodea.
No querías abandonar ninguno de los dos mundos, pero terminaste decidiéndote y escribiste una larga carta a tus padres cargada de Glamour para que comprendieran lo que realmente querías decir: que te irías durante un tiempo, pero los visitarías de vez en cuando para que supieran que estabas bien. Ahora estás en una misión para extender el evangelio de las hojas y las ramas a cualquier hada o humano que quiera escuchar, y todos los Feudos de Concordia se extienden ante ti. Que los Sacerdotes de Cernunnos te consideren uno de los suyos si quieren, pero no estás dispuesto a encandenarte a una roca perdida en Irlanda sólo porque la tradición lo dicen. Hay millones de criaturas que necesitan tu ayuda ahí fuera; el camino es largo y la noche espera.
Consejos de interpretación: Un niño con una inteligencia superior a sus años, has decidido tomar en tus propias manos la misión de extender el Glamour de un campo soleado, o de un bosque envuelto en niebla, o de la furia de la tormenta. Lleno de energía y vida, normalmente eres muy bueno hablando para salir de situaciones complicadas (como cuando un policía te abordó preguntándote por qué un niño de once años se encontraba descalzo lejos de su hogar). El mundo humano nunca llegará a comprender la belleza de la naturaleza ignorándola, y los bienintencionados Sacerdotes nunca comprenderán la mentalidad de los humanos aislándose de ellos, así que alguien tiene que hacer de intermediario (Aunque los Sacerdotes te consideren completamente irresponsable por vestir de nylon o dedicarte a educar a los humanos en los centros comerciales). Puede que seas la reencarnación del Anciano Quienfuera (Nunca llegaste a saber tu nombre). La alegría que sientes viajando es contagiosa para humanos y hadas, y eso te parece bien.
Corte: Luminosa
Aspecto: Infantil
Legados: Santo/Enigmático
Atributos Físicos: Fuerza 2, Destreza 3, Resistencia 3
Atributos Sociales: Carisma 3, Manipulación 1, Apariencia 2
Atributos Mentales: Percepción 4, Inteligencia 2, Astucia 4
Talentos: Alerta 2, Empatía 3, Esquivar 2, Pelea 1, Persuasión 2, Sagacidad 2, Subterfugio 1
Técnicas: Interpretación 1, Herbalismo 3, Meditación 2, Pericias 2, Supervivencia 2
Conocimientos: Enigmas 2, Gremayre 1, Rituales 1, Saber 2
Trasfondos: Compañero Quimérico 2, Recuerdo 1, Soñadores 2, Tesoro 1
Artes: Primal 1, Raithe de Verano 2, Viaje 1
Reinos: Actor 1, Hada 2, Naturaleza 3
Glamour 5, Fuerza de Voluntad 4, Banalidad 1