501a Buscando respuestas en "Zapateando"...
Moderador: Sebastian_Leroux
-
- Mensajes: 213
- Registrado: 13 Sep 2019, 18:26
- (...) a mi no me jodas, López, yo me lavo las manos. Llamamos a criminalística para que analicen la escena y yo me piro al Destellos, que en un rato es happy hour y hoy toca noche de mulatitas (...)
La voces de los dos policias, la de Sols con bastante más volumen, se filtraban con relativa claridad a través de la puerta, mientras discutían algún tipo de protocolo policial en la supuesta escena del crimen. Sin quitar el ojo de la entrada, Cesc inició una silenciosa búsqueda por la habitación en busca de pistas en las ropas. Tal vez fuera la paranoia que se apoderaba del venture, pero esa intermitente olor de sangre que iba y volvía le dificultaba mantener su habitual sangre fría, casi era mareante. Aún así consiguió mantener un mínimo sigilo y concentración mientras revisaba la cómoda, el cesto de ropa sucia, un par de camisetas por el suelo... sin resultado. Abrió el armario, de doble hoja, y una pequeña colección de fotografías pegadas en el interior de la puerta le devolvió una serie de isntantáneas rurales, de Galicia, si eso que aparecía al fondo en un par de ellas eran hórreos. En varias de ellas un chico sonriente y bajo de cabellos rizados negros sonrería al objetivo. ¿Antón? El pensamiento se le heló a Cesc en la cabeza cuando al abrir la segunda puerta del armario esa misma cara, blanca y con un rictus antinatural apareció a menos de medio metro suyo. El cuerpo frío de el chico de las fotografías, inmóvil y desnudo, había sido encajado en el interior del mueble como el chachis de un coche viejo que se compacta en una desguace.
Entonces Cesc se dió cuenta, tal vez con un escalofrío, que hacía por los menos un minuto que no escuchaba ni a Sols ni a López hablar, y un silencio absoluto reinaba en el piso.
La voces de los dos policias, la de Sols con bastante más volumen, se filtraban con relativa claridad a través de la puerta, mientras discutían algún tipo de protocolo policial en la supuesta escena del crimen. Sin quitar el ojo de la entrada, Cesc inició una silenciosa búsqueda por la habitación en busca de pistas en las ropas. Tal vez fuera la paranoia que se apoderaba del venture, pero esa intermitente olor de sangre que iba y volvía le dificultaba mantener su habitual sangre fría, casi era mareante. Aún así consiguió mantener un mínimo sigilo y concentración mientras revisaba la cómoda, el cesto de ropa sucia, un par de camisetas por el suelo... sin resultado. Abrió el armario, de doble hoja, y una pequeña colección de fotografías pegadas en el interior de la puerta le devolvió una serie de isntantáneas rurales, de Galicia, si eso que aparecía al fondo en un par de ellas eran hórreos. En varias de ellas un chico sonriente y bajo de cabellos rizados negros sonrería al objetivo. ¿Antón? El pensamiento se le heló a Cesc en la cabeza cuando al abrir la segunda puerta del armario esa misma cara, blanca y con un rictus antinatural apareció a menos de medio metro suyo. El cuerpo frío de el chico de las fotografías, inmóvil y desnudo, había sido encajado en el interior del mueble como el chachis de un coche viejo que se compacta en una desguace.
Entonces Cesc se dió cuenta, tal vez con un escalofrío, que hacía por los menos un minuto que no escuchaba ni a Sols ni a López hablar, y un silencio absoluto reinaba en el piso.
- Jebediah_Gogorah
- Narrador de Mago
- Mensajes: 6049
- Registrado: 14 Jul 2019, 11:50
- Ubicación: Umbra Profunda
- Mensajes miarroba: 9.932
- Antigüedad: 30 de Octubre de 2016
- Contactar:
Francesc apartó rápidamente la visión de aquella horrible estampa, con una mueca entre el dolor, la rabia y la pena. Sin embargo, nunca supo que fue más doloroso. Si ver la cara vejada y sin vida de Antón, o de nuevo las fotos de su colección privada. De su niñez, de su juventud... de su casa. De un muchacho con una infancia entre horreos y baños en la ría. De una adolescencia entre queimadas y escapadas por la naturaleza. Un Antón que tal vez una, y solo una vez, se equivocara y tomara una decisión errónea que lo había llevado a Barcelona, y de Barcelona, al cielo.
No sabía si era por la escena, por la soledad, por la tensión o simplemente por descubrir que le habían trasteado en la cabeza, pero Cesc se sentía especialmente triste. Recordó las palabras del chico-rapsodia... -"...Déjame decirte, que lo siento... Es horrible, cuando te roban, la libertad..." Pero aparte de eso, de privarle de la libertad, de obligarle a seguir un camino del que era imposible apearse... encima, te asaltaban tus pensamientos, y lo ponían todo manga por hombro... desbaratando todos y cada uno de tus pensamientos. Porque lo jodido no era haber recordado aquello. Lo jodido era no saber distinguir lo real de la fantasía... lo que pasó por lo que impusieron... Sin duda, Paula tendría que tener una muy buena explicación para Fornals... El porqué lo hizo no era si no otro más de los misterios que sumar a la lista.
Sacó de nuevo su móvil y con una profesionalidad forzada empezó a sacar fotos al cuerpo de Antón. A la inversa de su presunto y difunto ligue, empezó de cerca a lejos, retrocediendo a cada paso, para que el ángulo de su lujoso Smartphone captara más elementos en la captura. Luego se aflojó el nudo de la corbata y cerró el armario con cierta desidia. Y aprovechando que tenía el móvil en la mano, volvió a mandar un whatsapp al grupo de la coterie, de una manera poética pero no tan críptica como hasta ahora, pues era evidente el acróstico formado, pidiendo "ayuda".
De pronto, se activó rápidamente, como si estuviera perdiendo el tiempo. ¿Por qué cojones se había relajado?... ¿por qué había perdido la tensión?... ¿Sería aquel puto olor a sangre intermitente...?. Se movió rápidamente hasta la cocina, apurando cada zancada. La escena con aquella cadera bamboleante era ridícula. Fornals era un hombre de acción, sin duda, pero de la de la sin hueso, no de la física. Era una situación entre cómica y penosa... moviendose de la cocina a la habitación, con aquel movimiento tan extraño, que sólo en la intimidad, y en algún apuro, había dejado ver. La cadera casi se le montaba hasta la cintura y su tronco se equilibraba bajando su punto de gravedad. Era sin duda, un movimiento antinatural.
Ni siquiera se molestó en tener cuidado y disimularlo. Cogió aquel spray limpiacristales de aquel azul tan atómico y lo empezó a rociar por los sitios que había tocado, mientras la otra mano le seguía un paño. Cama, pomos y armario. Tampoco era tanto. Luego sacó el tapón con el rocíador y se mojó las mismas manos del líquido, para limpiar el mismo envase exterior del propio limpiacristales y dejarlo caer al suelo. Mientras se limpiaba con el mismo trapo, que se echó al bolsillo de la americana, corrió, aunque esta vez con el bastón, hasta la ventana del salón, para frenarse a unos pocos metros, y tomarla por un lateral, acomodándose entre los pliegues de la cortina, para poder ver hacia el callejón, y comprobar si el coche patrulla seguía allí.
"- ¡¡¡Fenomenales poderes cósmicos!!!... y un espacio chiquitín para vivir" (Genio - Aladdin)




- Jebediah_Gogorah
- Narrador de Mago
- Mensajes: 6049
- Registrado: 14 Jul 2019, 11:50
- Ubicación: Umbra Profunda
- Mensajes miarroba: 9.932
- Antigüedad: 30 de Octubre de 2016
- Contactar:
[...] CONTINÚA [...]
Spoiler:
Spoiler:
► Mostrar Spoiler
La visión del coche patrulla, inquietó aún más a Cesc. Vale... por un lado, Sols no se había ido, y no le perdería la pista. Aunque ya había descubierto la afición del poli por prostíbulos como el "Destellos", cosa que le facilitaría de nuevo la búsqueda en caso de perderle el rastro.
Pero por otro, aquello le limitaba en tiempo, y complicaba demasiado el acceso a sus compañeros, a los que de una forma u otra, esperaba, respondieran su llamada de auxilio.
Tic, tac, tic, tac... - Piensa Cescu, piensa... - Se movió de nuevo rápido hacia la habitación, con intención de revisar el escritorio que allí estaba y que hasta ahora, por la tensión, le había pasado desapercibido. Ya había sacado el pañuelo, aún con la fragancia química del "CristaSol", para arrastrar los tiradores de la gabeta del escritorio, cuando, al llegar al umbral de la puerta se encontró de bruces con la librería del pasillo... Se acordó de Daren, el bibliotecario, siempre rodeado de libros... - Los libros, joder... los libros siempre tienen la respuesta... - susurró cogiendo con una punta del trapo, varios libros por una esquina de la tapa, y agitándolos para ver si caía algo de alguno de ellos. Oír su propia voz le tranquilizaba, pero más tranquilo estaría si contara de más tiempo, y de más ojos. Ojalá sus colegas, aparecieran allí, pronto... pero a estas alturas de la madrugada, el ventrue no era demasiado optimista.
"- ¡¡¡Fenomenales poderes cósmicos!!!... y un espacio chiquitín para vivir" (Genio - Aladdin)




-
- Mensajes: 213
- Registrado: 13 Sep 2019, 18:26
Cesc se acercó a aquella estantería metálica. Mareado por la situación y por ese olor tan intermitente a sangre, apenas conseguía concentrarse en encontrar algo que arrojara una pista. Entre peluches de Pokemon, souvenirs típicos de viajes y CDS de grupos indie, se encontraban títulos como "Ciudad abierta", "Cien años de soledad", "El Don de Vorace", "Cinco horas con Mario", "Beatriz y los cuerpos celestes" o "La insoportable levedad del ser". Un pensamiento amargo rondó entonces por la cabeza del abogado: "¿cuánto le quedaría a ese muchacho por leer, viajar, hacer... vivir?", sin embargo Cesc ante todo era un profesional, demasiado acostumbrado a hacer de tripas corazón, así que observó un poco más atentamente [...]
Spoiler: [...] El polvo se acumulaba en algunos ejemplares más que en otros, por lo que se centró en éstos primero. Particularmente había un título que había sido manipulado muy recientemente, "La pasión turca", Cesc agitó el libro y un papel cayó desde él, al parecer era una lista de personas asociadas a números de teléfono y/o direcciones de correo. Igual ocurrió con las cajas de CDS, en el primer álbum de Placebo, encontró un alijo separado en dosis de alguna sustancia estupefaciente y de nuevo otra lista con nombres y teléfonos. También se fijó en un trofeo de algún campeonato local: primer puesto en de tiro con arco, año 2013, un deporte no demasiado accesible para la gente común, "pobre niño rico caido en desgracia", pensó nuevamente y cuando fue a dejar el trofeo, el sonido metalico contra la chapa hizo que Cesc mirara en su interior: había unas llaves.
Spoiler: Cesc seguía atento a cualquier sonido fuera del apartamento, de momento no parecía que llegase nadie.
Spoiler:
► Mostrar Spoiler
Spoiler:
► Mostrar Spoiler
- Jebediah_Gogorah
- Narrador de Mago
- Mensajes: 6049
- Registrado: 14 Jul 2019, 11:50
- Ubicación: Umbra Profunda
- Mensajes miarroba: 9.932
- Antigüedad: 30 de Octubre de 2016
- Contactar:
Cogío todo lo que caía de los libros y los trofeos, como premios de feria. Pero no como osos de peluche que quedaran cogiendo polvo en un estante, sino de pistas que pudieran valerle en el futuro para aquella investigación condenada al fracaso. Le costó decidirse con la dósis de droga, pero finalmente la echó al bolsillo también.
Aún nervioso, se dirigió a su destino inicial, el escritorio del cuarto de Antón. Tiró fuertemente del cajón, y empezó a mirar con el detenimiento de un ladrón en apuros. Un vistazo rápido y revuelto, buscando algo que realmente tuviera valor... y cuando hablamos de valor, no nos referimos al monetario, sino al que le diera un empujón al "caso".
Spoiler: ► Mostrar Spoiler
"- ¡¡¡Fenomenales poderes cósmicos!!!... y un espacio chiquitín para vivir" (Genio - Aladdin)




-
- Mensajes: 213
- Registrado: 13 Sep 2019, 18:26
El abogado escuchó un ruido en la entrada del edificio, un golpe fuerte, como un portazo. Sin pensarlo dos veces arrancó el ordenador portatil del chico y salió lo más rápido que puedo hacia la puerta principal. La abrió con cuidado y escuchó como alguien subía muy lentamente desde abajo, así que cerró con cuidado aquella puerta y subió muy despación, también, por las escaleras. Los sonidos en la quietud de aquella noche parecían magnificarse y Cesc apenas supo el momento exacto en el que una de sus pisadas resonó por encima de las de su "perseguidor":
- Cesc, ¿eres tú?- dijo una voz temblorosa y angustiada- Dime que eres tú, por favor.- Y en ese último "por favor" el abogado reconoció a Julita, jadeante y desesperada.- Cesc, ¿estás ahí? Viene a por mí, viene a matarme.
Spoiler:
- Cesc, ¿eres tú?- dijo una voz temblorosa y angustiada- Dime que eres tú, por favor.- Y en ese último "por favor" el abogado reconoció a Julita, jadeante y desesperada.- Cesc, ¿estás ahí? Viene a por mí, viene a matarme.
Spoiler:
► Mostrar Spoiler
- Jebediah_Gogorah
- Narrador de Mago
- Mensajes: 6049
- Registrado: 14 Jul 2019, 11:50
- Ubicación: Umbra Profunda
- Mensajes miarroba: 9.932
- Antigüedad: 30 de Octubre de 2016
- Contactar:
Cesc cogió de la muñeca a Julio Julita y sin decir nada subió escaleras arriba. Enseguida los papeles se tornaron y era ella quien tiraba él, cuando había comprendido que Francesc buscaba los pisos superiores. Se intentaron mover todo lo sigiloso que pudieron, pegando contra la pared su cuerpo pero sin dejar de avanzar...
- ¿Quién?... ¿quién o quienes te buscan? - dijo entre susurros, al tiempo que sacaba el móvil. La puerta de la azotea se presentaba en el siguiente piso.
Mientras esperaba la respuesta susurrada de su particular partenaire escribía otro mensaje:
![Imagen]()
- ¿Quién?... ¿quién o quienes te buscan? - dijo entre susurros, al tiempo que sacaba el móvil. La puerta de la azotea se presentaba en el siguiente piso.
Mientras esperaba la respuesta susurrada de su particular partenaire escribía otro mensaje:
"- ¡¡¡Fenomenales poderes cósmicos!!!... y un espacio chiquitín para vivir" (Genio - Aladdin)




-
- Mensajes: 213
- Registrado: 13 Sep 2019, 18:26
- Salió de la nada... un monstruo... un monstruo con la mirada vacía... el rostro de misma muerte... cruel... implacable. Unos colmillos enormes surgieron del monstruo... y el joven policia no podía moverse... y yo sólo pensé Antón y en ti... ¡¿me estoy volviendo loca?!- Expresó Julia temblando. Llegaron a la puerta del ático y, ¿cómo no?, estaba cerrada. Cesc empezó a sentir una sensación muy intensa, se expandía desde su corazón y se extendía por todo su cuerpo, de ser un humano notaría cómo la opresión le dificultaría la respiración y cómo unas profundas náuseas lo terminarían de llevar a un colapso. Y para colmo, ese olor a sangre, ese olor no se iba. Julia empezó a llorar.
Spoiler:
Spoiler:
► Mostrar Spoiler
- Jebediah_Gogorah
- Narrador de Mago
- Mensajes: 6049
- Registrado: 14 Jul 2019, 11:50
- Ubicación: Umbra Profunda
- Mensajes miarroba: 9.932
- Antigüedad: 30 de Octubre de 2016
- Contactar:
La descripción de Julia fue suficiente para alarmar a Cesc. Joder... ya estaban aquí... Deshizo el camino recorrido, esta vez sin preocuparse del sigilo ni de sombras... empezó a descender como si aquella puerta fuera la salvación a todo. Julia le seguía sin preguntas pero con dudas, con la falsa sensación de seguridad que le daba el abogado.
Cesc llegó al piso de Antón. Sacó aquella copia de las llaves... intentó meterla en la cerradura. Esa no era... la otra tampoco. Se caen las putas llaves al felpudo. Las coge tembloroso. Ésta vez sí...Entran los dos apresuradamente, aquello podía ser una trampa mortal. Cerró la puerta con llave y pasó la cadena. Dejó su cartera y el portátil de Antón sobre la encimera de la cocina.
- No entres a esa puta habitación... ¿entendido?... Confía en mí. - Intentó darle vuelta a la endeble mesa de Ikea para desayuno que Antón tenía a medio camino en el salón comedor. - Ven, ayúdame. - Julia se acercó para ayudarle a dar la vuelta. A ojos de Julita, Fornals parecía un loco, pero un loco decidido. Cesc quería romper una de las patas e improvisar una estaca.
Spoiler:
► Mostrar Spoiler
"- ¡¡¡Fenomenales poderes cósmicos!!!... y un espacio chiquitín para vivir" (Genio - Aladdin)




- Jebediah_Gogorah
- Narrador de Mago
- Mensajes: 6049
- Registrado: 14 Jul 2019, 11:50
- Ubicación: Umbra Profunda
- Mensajes miarroba: 9.932
- Antigüedad: 30 de Octubre de 2016
- Contactar:
- Mierda, collons... - el sigilo ya había dejado de ser una preocupación para Francesc, en aquella noche que incomprensiblemente había desfasado tanto, yendo a cada paso a peor y a peor.
Los cadáveres se le amontonaban en el armario, y eso dejaba de ser metafórico. El abogado abrió la puerta del baño, con aquella estaca improvisada en la mano, descubrió el cuerpo malherido de Sols. Enseguida reaccionó... - ¡Julia ven aquí, ayúdame! - le decía mientras cogía una toalla del toallero y le presionaba el hombro a Sols... - Sols, Sols...aguanta neng... ¿Quien te ha hecho ésto?... dime collons... tranquilo, tranquilo, tranquilo... saldrás de esto y te colgarás de una paga del estado... - Los disparates se sucedían en la boca de un nervioso Cesc. - Dime... ha sido la misma gente que se llevó al negro del puerto a Madrid... ¿verdad?... puedes confiar en mí...
Julia entraba para descubrir el horror... ahogó un grito ante el gesto de calma de Cesc con la palma de la mano abierta - Traéme más toallas... - luego se volvió al moribundo poli - Vamos fill de puta, no te me mueras...
"- ¡¡¡Fenomenales poderes cósmicos!!!... y un espacio chiquitín para vivir" (Genio - Aladdin)



