Re: Polémicas roleras y variantes
Publicado: 23 Ago 2020, 02:26
Debates infinitos sobre conceptos indefinibles que se asen simplemente por uso, hay por montones. Solamente en mi área (soy profe de física de liceo), pasa con varias magnitudes: tiempo, energía, carga. Desde la filosofía, se acepta que el tiempo es indefinible… pero un intervalo de tiempo, en cambio, tienen una definición muy lcara.
Por supuesto arte, del latín ars, proviene del griego tecné. Y, así, llegamos a esa idea más amplia del arte que incluye a zapateros o cerrajeras. Sin embargo, tienes razón en que la experiencia estética es muy subjetiva.
¿Podríamos estar de acuerdo que la lectura de un poema es una experiencia estética, aún cuándo no exista puesta en escena? De mi parte, el simple hecho de recordar uno de los poemas de Baudelaire que he aprendido de memoria en su idioma original (genial que hayas estudiado 4 idiomas, yo voy en 3… pero me parece que me quedaré allí), me provoca mucho goce. Igualmente, cualquier reguetón que pase resonando en algún aparato a mi lado (generalmente algún vehículo con la radio encendida en un nivel excesivo de decibeles), me provoca un profundo malestar. Ambas expresiones, tanto el poema de Beaudelaire para mí como el reguetón con su monotonía que me hace querer salir corriendo, tienen elementos artísticos. Expandiendo, podemos pensar en que el goce que tienen muchas personas en el espectáculo deportivo debería relacionarse con una experiencia estética, aún sin la intención de los equipos o las personas que compiten en hacer algún trabajo artístico.
Se puede discutir, igualmente, hasta el infinito si la arquitectura es un arte, para mi esposa sí… para otro arquitecto que fabrica casas en serie, entrevistado en televisión hace algo menos de una década, el simplemente tiene un oficio. El lenguaje, nuevamente, da para todo. La definiciones, especialmente de lo indefinible, son convencionalismos. Ningún líquido tiene forma, más que el recipiente que lo contiene. En el caso del idioma, como cualquier otro líquido, debemos contenerlo en palabras/frases/expresiones para darle forma.
Sumando elementos, la idea moderna del arte suma a la experiencia estética su absoluta falta de uso práctico. Un martillo finamente elaborado por un herrero no sería una obra de arte, porque tiene una utilidad especifica: servir de herramienta para la construcción. Una casa diseñada por un arquitecte, tampoco, porque su objetivo no es la contemplación… sino la habitación. La línea es muy delgada y, volvemos a la subjetividad de que depende de quién observa la potencial obra de arte.
Para mí Baudelaire es un gran artista, incomprendido en su época, enjuiciado y vilipendiado… las marcas que, en mi lista de cotejo, determinan una gran calidad. Para un amigo, la poesía sirve para conquistar, por lo que ni ella ni mi gran Charles tendrían relación alguna con el arte o con un artista.
¿Y qué hacemos entonces? Para mí un edificio si es artístico, porque yo no vivo en él, paso por la calle y puedo contemplarlo. El mismo martillo que, en la mano del albañil se convierte en una herramienta, pasa a ser una obra de arte en una galería cuándo se le presenta como una "instalación". He aquí el tercer elemento: el contexto.
Si el total de experiencia estética + ausencia de utilidad práctica + contexto es lo que determina si alguna disciplina es arte, una persona se convierte en artista o sus creaciones son consideradas obras de arte. Allí está el asunto del rol, si hablo y creo una frase para mi personaje… ¿en qué se diferencia aquéllo del oralitor que habla por cada personaje y por el narrador? En el rol, cada jugador/a habla por su propio personaje y el narrador o la narradora por el resto. Si, en vez de hacer un relato oral, se me ocurre cronificar lo que mi personaje a experimentado… a modo de resumen, ¿por qué si está escrito sería arte y si es oral no lo sería? ¿solamente si hay un guión predeterminado hay una pieza de teatro o al improvisar también hay teatro? ¿si leo un poema soy más artista que si lo recito en una presentación o lo declamo como parte del coro de una tragedia griega? ¿acaso falta el espectador o la espectadora en una partida de rol?
Todas las preguntas anteriores son retóricas, la respuesta es irrelevante porque se vuelve a la subjetividad del arte. Así y todo, en base a los 3 aspectos que cito (pues son parte de la filosofía del arte, capítulo de estética desde Marx en adelante) el rol los cumple: es una experiencia estética (me produce goce/rechazo jugarlo, nunca indiferencia), carece de utilidad práctica (es solamente un pasatiempo o una diversión) y cuándo interpreto a mi personaje el resto del grupo se convierte en mi público. De hecho, al hacer un registro audiovisual o transmitir la partida en vivo, definitivamente hay más público que solamente el grupo. El contexto en su máxima expresión, porque leer una partida en un manual no me provoca ni goce ni rechazo; al mismo tiempo, si tiene utilidad práctica, pues sirve al propósito de registrar y compartir un procedimiento… claro, si entre los párrafos hay imágenes que ilustran a personajes o escenas, probablemente sí podría llevarme a una experiencia estética.
¡Puf! Todo es arte al final y, a mí, no me molesta. Porque, de todos modos, el arte para ti es algo diferente a lo que el arte para mí. Si volvemos al asunto lingüístico, en inglés una obra de teatro es "a play". Lo mismo que en francés cuando se interpreta a un personaje en una obra de teatro es "on joue ce personnage". El elemento lúdico está presente en muchas obras artísticas, de cualquier disciplina (por supuesto más claro en las artes escénicas, porque la interacción es inmediata… en cambio en las artes plásticas, a menos que el autora o la autora estén presentas, probablemente la interacción tendrá un desfase) y cualquier situación lúdica podría utilizarse como inspiración para una obra artística. Claro, no toda situación lúdica conduciría a una obra artística o a la inversa.
Sobre juez o jueza, son reivindicaciones para algunas personas… pero a ti te chirría (o, como decimos en Chile, te hace ruido). Es el indicador de lo que llamaba inercia lingüística. Si me invento esquéiter es para provocar, intentando buscar esa experiencia estética que puede ser el chirrido para mi estudiante que decide discutir. O para la estudianta que disfruta la situación. Genial que el castellano tenga reglas, pero romperlas es parte de lo que permite la evolución del lenguaje. Lo que hace un siglo parecía inadmisible, hoy es de uso cotidiano… inevitablemente, la inercia lingüística se rompe. Y así, a mí no me complica llamar médica a una profesional de la salud con título de cirujana o presidenta a la mujer que gobierna mi país entre 2 mil 14 y 2 mil 18.
¿Qué tenemos que entendernos? Seguro, -ente no es un sufijo, sino que -nt es un infijo. Como mencionaba nuestro bibliotecario, del latín perdimos un montón de inflexiones que incluían el neutro como en el sueco. Luego agregar el sufijo -o, -e, -a para marcar el género parece una construcción gramatical intuitivamente lógica, pero que evidentemente provoca molestias. Y volvemos a la maravilla de las sutilezas del castellano, pues: patín convencional, patín de línea, patineta (el esquéi) y monopatín son cosas diferentes.
Hay mucho uso cotidiano que tarda demasiado tiempo en llegar a la gente que se dedica escribir compendios de gramática. Las palabras siguen convirtiéndose, de tiempo en tiempo, en arcaísmos por desuso. Luego reaparecen porque alguien se le ocurre darles uso nuevamente. Los neologismos siguen apareciendo por alguna necesidad que implica darle nombre a una idea/objeto nuevo. Y así sucesivamente…
Por supuesto arte, del latín ars, proviene del griego tecné. Y, así, llegamos a esa idea más amplia del arte que incluye a zapateros o cerrajeras. Sin embargo, tienes razón en que la experiencia estética es muy subjetiva.
¿Podríamos estar de acuerdo que la lectura de un poema es una experiencia estética, aún cuándo no exista puesta en escena? De mi parte, el simple hecho de recordar uno de los poemas de Baudelaire que he aprendido de memoria en su idioma original (genial que hayas estudiado 4 idiomas, yo voy en 3… pero me parece que me quedaré allí), me provoca mucho goce. Igualmente, cualquier reguetón que pase resonando en algún aparato a mi lado (generalmente algún vehículo con la radio encendida en un nivel excesivo de decibeles), me provoca un profundo malestar. Ambas expresiones, tanto el poema de Beaudelaire para mí como el reguetón con su monotonía que me hace querer salir corriendo, tienen elementos artísticos. Expandiendo, podemos pensar en que el goce que tienen muchas personas en el espectáculo deportivo debería relacionarse con una experiencia estética, aún sin la intención de los equipos o las personas que compiten en hacer algún trabajo artístico.
Se puede discutir, igualmente, hasta el infinito si la arquitectura es un arte, para mi esposa sí… para otro arquitecto que fabrica casas en serie, entrevistado en televisión hace algo menos de una década, el simplemente tiene un oficio. El lenguaje, nuevamente, da para todo. La definiciones, especialmente de lo indefinible, son convencionalismos. Ningún líquido tiene forma, más que el recipiente que lo contiene. En el caso del idioma, como cualquier otro líquido, debemos contenerlo en palabras/frases/expresiones para darle forma.
Sumando elementos, la idea moderna del arte suma a la experiencia estética su absoluta falta de uso práctico. Un martillo finamente elaborado por un herrero no sería una obra de arte, porque tiene una utilidad especifica: servir de herramienta para la construcción. Una casa diseñada por un arquitecte, tampoco, porque su objetivo no es la contemplación… sino la habitación. La línea es muy delgada y, volvemos a la subjetividad de que depende de quién observa la potencial obra de arte.
Para mí Baudelaire es un gran artista, incomprendido en su época, enjuiciado y vilipendiado… las marcas que, en mi lista de cotejo, determinan una gran calidad. Para un amigo, la poesía sirve para conquistar, por lo que ni ella ni mi gran Charles tendrían relación alguna con el arte o con un artista.
¿Y qué hacemos entonces? Para mí un edificio si es artístico, porque yo no vivo en él, paso por la calle y puedo contemplarlo. El mismo martillo que, en la mano del albañil se convierte en una herramienta, pasa a ser una obra de arte en una galería cuándo se le presenta como una "instalación". He aquí el tercer elemento: el contexto.
Si el total de experiencia estética + ausencia de utilidad práctica + contexto es lo que determina si alguna disciplina es arte, una persona se convierte en artista o sus creaciones son consideradas obras de arte. Allí está el asunto del rol, si hablo y creo una frase para mi personaje… ¿en qué se diferencia aquéllo del oralitor que habla por cada personaje y por el narrador? En el rol, cada jugador/a habla por su propio personaje y el narrador o la narradora por el resto. Si, en vez de hacer un relato oral, se me ocurre cronificar lo que mi personaje a experimentado… a modo de resumen, ¿por qué si está escrito sería arte y si es oral no lo sería? ¿solamente si hay un guión predeterminado hay una pieza de teatro o al improvisar también hay teatro? ¿si leo un poema soy más artista que si lo recito en una presentación o lo declamo como parte del coro de una tragedia griega? ¿acaso falta el espectador o la espectadora en una partida de rol?
Todas las preguntas anteriores son retóricas, la respuesta es irrelevante porque se vuelve a la subjetividad del arte. Así y todo, en base a los 3 aspectos que cito (pues son parte de la filosofía del arte, capítulo de estética desde Marx en adelante) el rol los cumple: es una experiencia estética (me produce goce/rechazo jugarlo, nunca indiferencia), carece de utilidad práctica (es solamente un pasatiempo o una diversión) y cuándo interpreto a mi personaje el resto del grupo se convierte en mi público. De hecho, al hacer un registro audiovisual o transmitir la partida en vivo, definitivamente hay más público que solamente el grupo. El contexto en su máxima expresión, porque leer una partida en un manual no me provoca ni goce ni rechazo; al mismo tiempo, si tiene utilidad práctica, pues sirve al propósito de registrar y compartir un procedimiento… claro, si entre los párrafos hay imágenes que ilustran a personajes o escenas, probablemente sí podría llevarme a una experiencia estética.
¡Puf! Todo es arte al final y, a mí, no me molesta. Porque, de todos modos, el arte para ti es algo diferente a lo que el arte para mí. Si volvemos al asunto lingüístico, en inglés una obra de teatro es "a play". Lo mismo que en francés cuando se interpreta a un personaje en una obra de teatro es "on joue ce personnage". El elemento lúdico está presente en muchas obras artísticas, de cualquier disciplina (por supuesto más claro en las artes escénicas, porque la interacción es inmediata… en cambio en las artes plásticas, a menos que el autora o la autora estén presentas, probablemente la interacción tendrá un desfase) y cualquier situación lúdica podría utilizarse como inspiración para una obra artística. Claro, no toda situación lúdica conduciría a una obra artística o a la inversa.
Sobre juez o jueza, son reivindicaciones para algunas personas… pero a ti te chirría (o, como decimos en Chile, te hace ruido). Es el indicador de lo que llamaba inercia lingüística. Si me invento esquéiter es para provocar, intentando buscar esa experiencia estética que puede ser el chirrido para mi estudiante que decide discutir. O para la estudianta que disfruta la situación. Genial que el castellano tenga reglas, pero romperlas es parte de lo que permite la evolución del lenguaje. Lo que hace un siglo parecía inadmisible, hoy es de uso cotidiano… inevitablemente, la inercia lingüística se rompe. Y así, a mí no me complica llamar médica a una profesional de la salud con título de cirujana o presidenta a la mujer que gobierna mi país entre 2 mil 14 y 2 mil 18.
¿Qué tenemos que entendernos? Seguro, -ente no es un sufijo, sino que -nt es un infijo. Como mencionaba nuestro bibliotecario, del latín perdimos un montón de inflexiones que incluían el neutro como en el sueco. Luego agregar el sufijo -o, -e, -a para marcar el género parece una construcción gramatical intuitivamente lógica, pero que evidentemente provoca molestias. Y volvemos a la maravilla de las sutilezas del castellano, pues: patín convencional, patín de línea, patineta (el esquéi) y monopatín son cosas diferentes.
Hay mucho uso cotidiano que tarda demasiado tiempo en llegar a la gente que se dedica escribir compendios de gramática. Las palabras siguen convirtiéndose, de tiempo en tiempo, en arcaísmos por desuso. Luego reaparecen porque alguien se le ocurre darles uso nuevamente. Los neologismos siguen apareciendo por alguna necesidad que implica darle nombre a una idea/objeto nuevo. Y así sucesivamente…