Iberia Nocturno XXI aniversario

La edad oscura, la larga noche.
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Alexander Weiss
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Re: Iberia Nocturno XXI aniversario

#51

Mensaje por Alexander Weiss » 22 Abr 2020, 22:12

Imagen SANTANDER
Aunque se desconoce el origen de los primeros asentamientos de Santander, la villa se encuentra ubicada en un lugar abrigado al norte de la bahía, que constituye un puerto natural a salvo de los temporales y los vientos. Por otra parte, las aguas de la bahía, alimentadas por los ríos cercanos, ofrecen abundantes bancos de peces.
No es hasta época romana que aparecen menciones sobre Portus Victoriae Iuliobrigensium, un asentamiento amurallado, termas y otros edificios. Los romanos llevaban a cabo actividades mineras y construyeron un puerto comercial. Durante el siglo V este asentamiento fue arrasado por los invasores germánicos y en siglos posteriores los ataques de los vikingos del norte limitarían su crecimiento.
Alfonso II el Casto, rey de Asturias, fundó la abadía de los Cuerpos Santos sobre las reliquias de los santos Emeterio y Celedonio, enterrados junto a otros mártires. Según la leyenda, las cabezas de los dos santos fueron transportadas en una barca de piedra con la invasión musulmana y llegaron a Santander después de dar la vuelta a lapenínsula. La abadía tomó a los santos como sus patronos y posteriormente pasarían a formar parte del escudo de la villa, que recibió el nombre de que recibió el nombre de Portus Sanctorum Emeterii et Celedonii, que evolucionó en Sancti Emetheri y posteriormente en Sanct Endere y Santander, aunque en algunos documentos aparece el nombre de San Andrés (un santo que ha estado ausente en la historia antigua del lugar).
La villa de Santander siempre resultó un lugar discreto y apartado, por lo que algunos Cainitas la utilizaron como refugio durante tiempos turbulentos. En distintas épocas, varios vampiros del clan Brujah utilizaron el asentamiento como escondrijo, especialmente los montes cercanos. En ocasiones algún Cainita que se entrometía demasiado en sus asuntos desaparecía adecuadamente y su desaparición se atribuía a hombres lobos o incursores.
En el año 1187 el rey Alfonso VIII de Castilla nombró al abad de San Emeterio dueño y señor de la villa, dotándola de un fuero para facilitar el comercio marítimo y la pesca, así como la elaboración de escabeche y vino. La villa también debía construir un barco anual para el monarca. Poco a poco Santander ha ido extendiéndose dentro del recinto amurallado.
En los últimos tiempos un joven Cainita del clan Brujah, llamado Pedro, se ha convertido en Príncipe de Santander. Tras sufrir un intento de un grupo de Lasombra castellanos de derrocarle, ha expulsado a los Magistri de su dominio, por lo que se cree que debe tener apoyos ocultos.

POLÍTICA Y RELIGIÓN
La villa de Santander se encuentra rodeada por murallas, que la dividen en dos zonas diferenciadas: la Puebla Vieja, más antigua domina la ciudad desde la bahía, incluyendo el castillo, las casas nobles, la abadía de los Cuerpos Santos y el cementerio. En esta zona también se encuentran el puerto y las atarazanas. En la Puebla Nueva se encuentran los barrios de las clases humildes, pescadores y artesanos, así como el reciente monasterio de San Francisco, ya fuera de las murallas. Las dos zonas están separadas por la ría de Becedo, que se atraviesa por un puente.
La abadía de San Emeterio y San Celedonio fue convertida en el año 1131 en la iglesia colegiata de los Cuerpos Santos, de estilo románico, aunque las últimas reconstrucciones ya apuntan al gótico. La iglesia depende de la diócesis de Oviedo, ocupada por el obispo Rodrigo Díaz.

SOCIEDAD CAINITA
La presencia Cainita en Santander es mucho más antigua de lo que parece. El territorio fue frecuentado en la antigüedad por un Cainita del clan Brujah, un chiquillo de la anciana Yzebel, que luchó contra los romanos y los vampiros que los acompañaban, especialmente Lasombra, Malkavian y Ventrue. Este Cainita visitó Cartago y acompañó a su sire en las guerras contra sus enemigas, hasta que en el siglo V fue derrotado y gravemente herido, buscó refugio en el lugar en el que había nacido y cayó en letargo.
En las profundidades de las cuevas de Altamira, rodeado de figuras de caza durmió durante siglos, hasta que despertó recientemente. Mientras recuperaba fuerzas observó y aguardó su momento, antes de presentarse de nuevo como Pedro de Altamira, un neonato.
“Pedro” está dispuesto a convertir Santander en un refugio para su clan, y aunque espera crear progenie cuando llegue el momento se muestra más interesado por educar a neonatos prometedores, aportando el saber clásico que aprendió hace muchos siglos, buscando una manera de que sus conocimientos ayuden a este mundo supersticioso a salir de la Edad Oscura.

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Re: Iberia Nocturno XXI aniversario

#52

Mensaje por Alexander Weiss » 22 Abr 2020, 23:20

Imagen SEGOVIA
Aunque la leyenda afirma que Hércules fundó Segovia hacia el año 1076 a.C., sus orígenes parecen remontarse a un castro celtíbero, como parece indicar el nombre prerromano de Segobriga (“ciudad de la victoria”), que los romanos mantuvieron tras la conquista en el siglo II a.C., cuando la incorporaron al convento de Clunia. Tras las invasiones de visigodos y musulmanes, el lugar sería progresivamente abandonado.
Cuando el rey Alfonso VI de Castilla se apoderó de la ciudad de Toledo en 1085, comenzó también la repoblación del territorio al norte para consolidar su conquista. El conde Raimundo de Borgoña, yerno del monarca y el obispo Pedro de Agen, trajeron colonos procedentes del norte de la península y también más allá de los Pirineos, refundando la villa, que dispuso de un territorio que se extiende a la sierra de Guadarrama y hasta el curso del Tajo. Las villas y concejos se unieron en una comunidad de tierras para defender sus intereses comunes.
En el año 1114 la villa se rebeló contra la reina Urraca de León, matando al gobernador Alvar Fáñez. Aunque la revuelta fue sofocada, los segovianos volverían a rebelarse en años posteriores durante su reinado. Varios Cainitas de los clanes Lasombra y Ventrue intentaron aprovecharse de estas rencillas para asentar su dominio, y continuaron luchando entre ellos durante décadas, pero finalmente fue la Dama Melisenda Galdran quien consiguió convertirse en Príncipe de Segovia.
A pesar de estos desórdenes, Segovia prosperó gracias a su situación en las rutas de la ganaderia trashumante, convirtiéndose en un centro de comercio de la lana y tejidos, que dieron lugar a una poderosa industria de paños.

POLÍTICA Y RELIGIÓN
Segovia conserva su acueducto construido en época romana, una de las estructuras romanas más importantes de toda la península, aunque se encuentra destruido parcialmente por un ataque de los musulmanes. Todavía continúa proporcionando agua a la ciudad.
El alcázar de Segovia está construido sobre una antigua fortaleza romana, que fue reconstruida por los musulmanes, y reformada por los cristianos para convertirla en residencia del rey.
Durante la época de la repoblación también llegaron a Segovia varias familias judías, en su mayoría procedentes de Toledo, aunque al contrario de lo que ocurre en otras ciudades, no viven en una judería, sino repartidas en varias casas de la villa.
La catedral de Santa María de Segovia se comenzó a construir a finales del siglo XI, gracias a las donaciones de sucesivos reyes y obispos. Fue construida en estilo románico y consagrada en 1228. En su interior también se encuentran las reliquias de San Frutos, un ermitaño visigodo.
El actual obispo de Segovia es Bernardo, cuya elección fue compleja debido a la resistencia y pleitos de su predecesor Gerardo para evitar su destitución. Participó en el concilio de Tarazona, para anular el matrimonio entre Jaime I de Aragón y Leonor de Castilla debido a su consanguinidad.

SOCIEDAD CAINITA
Doña Melisenda Galdran demostró su audacia consiguiendo apoderarse de la villa de Segovia frente a sus competidores cuando apenas era una neonata. Desde entonces ha incrementado su experiencia y habilidad. Curiosamente mantiene buenas relaciones con los Lasombra de Madrid, apoyándolos en la Reconquista de la Sombra, aunque considera legítimo defender los intereses de Segovia sobre Madrid, favoreciendo a su dominio en la rivalidad entre ambas villas. Al mismo tiempo ha atraído a varios Cainitas de su clan para embellecerla y fomentar su prosperidad.
Realmente Melisenda, a pesar de su juventud, es más poderosa de lo que parece. Hija de una familia de hidalgos madrileños, su belleza despiadada y talento para imponer sus intereses sobre quienes querían imponerle un matrimonio de conveniencia, atrajeron la atención de Helena, una anciana del clan Toreador. Aunque prefiere mantener la discreción sobre su poderosa sangre y linaje, también ha aprendido a utilizarlos en su beneficio.

LEYENDA DEL ACUEDUCTO DE SEGOVIA
Según se cuenta una muchacha que trabajaba como aguadora, harta de arrastrar el cántaro desde el río por las empinadas calles de la ciudad, un día recibió una visita del diablo, que le ofreció traer el agua hasta la puerta de su casa antes de que cantara el gallo a cambio de su alma. La muchacha, quizás de manera inconsciente, aceptó ese trato.
Sin embargo, cuando vio cómo el diablo comenzaba a construir un acueducto para traer el agua, fue consciente del peligro que corría y arrepentida, rezó hasta no poder más para evitar la pérdida de su alma. De repente se desató una tormenta y el diablo se esforzó para completar su obra, luchando contra el viento y la lluvia. El acueducto estaba a punto de concluirse y sólo faltaba por colocar una piedra en su lugar cuando el gallo cantó. El diablo lanzó un alarido, porque no había cumplido el trato y no podía llevarse el alma de la muchacha.
La muchacha confesó su culpa a los segovianos, que tras limpiar con agua bendita los arcos del acueducto para quitarle el rastro de azufre, aceptaron contentos aquella obra que les traía agua a la ciudad.
Y dicen que los agujeros que aún se ven en las piedras son las huellas de las pezuñas del demonio.
Aunque se desconoce qué Cainitas habitaban Segobriga en época romana, entre los vampiros segovianos existe una leyenda sobre el acueducto con cierto parecido. Se cuenta que un antiguo del clan Nosferatu ayudó en la construcción del acueducto, y que utilizaba sus canales para moverse rápidamente en sus visitas a la ciudad. Sin embargo, en uno de sus viajes, quedaría atascado en un canal del acueducto, y no consiguió liberarse hasta que cantó el gallo, siendo destruido por los rayos del sol.
¿Fue esta historia la inspiración que dio lugar a la leyenda del diablo y la muchacha? ¿O es simplemente una justificación de los Cainitas para otorgarse su propia importancia en la construcción del acueducto?

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Re: Iberia Nocturno XXI aniversario

#53

Mensaje por Pagliacci » 23 Abr 2020, 00:00

A ver que te parece, si te gusta más o te gusta menos. Este relato es bastante diferente al anterior.


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EXPIACIÓN

La escaleras que conducían a la mazmorra mostraban un resplandor líquido, se habían vitrificado tras un incendio que había devorado los sótanos del alcázar tres años atrás, costándole la vida a una docena de prisioneros, los más afortunados de los cuales se habían asfixiado, antes de arder hasta el tuétano. La cainita descendía hacia las entrañas de la tierra con una antorcha en la mano, la luz amarillenta desprendía sombras ecoicas en aquellos penumbrosos pasillos bajo la piel de Toledo.

Láquesis tenía un solo cometido, servir a Dios, había reflexionado sobre ello largamente desde su llegada a la ciudad, atravesando el puente de Alcántara. Martín, el confesor, se había preocupado de inculcarle aquella fé desde su infancia. Habían pasado incontables horas velando de rodillas ante la figura de Cristo, hasta la llegada del amanecer. Aquel hombre era como un padre para ella.

El Tajo bajaba caudaloso a través de los arcos románicos, el frío abrazo de la negrura recibiría a todo aquel que cayera a sus aguas en las noches sucesivas, sólo la voluntad del Señor había evitado que se desbordara.

Como todo zelote, Láquesis sentía su sangre hervir de pura rabia ante la vileza que le rodeaba. La lepra y la sífilis marcaban los rostros de aquel pueblo miserable, campesinos de Castilla que se partían el espinazo hasta mucho después de caer el sol. Pero, lo peor de todo, era sin duda el hambre, el hambre era una lenta desesperación que permeaba en las miradas vacías de las madres lactantes que no podían amamantar, en los ancianos ciegos que masticaban barro y sal, en los perros esqueléticos dispuestos a desnudar sus dientes por un hueso más.

Le habían enviado a dirimir el destino de un hereje, su participación en la cruzada albigense le había brindado reconocimiento entre la jerarquía católica, la Brujah había regresado a la corte castellana con el sello púrpura de la Ordo Malleus entre sus ropas, un símbolo inequívoco de prestigio y autoridad. El Príncipe había decidido que, dada su experiencia con la herejía, debía ser ella la que sentenciara al reo.

La mazmorra era profunda, la cercanía del Tajo provocaba que las mal mantenidas paredes permanecieran permanentemente húmedas, los barrotes de hierro se oxidaban rápidamente, nada duraba allí abajo, tampoco los prisioneros, encerrados en celdas tan hundidas en la tierra que la luz no era más que un lejano recuerdo.

El carcelero, un hombre viejo y cruel que había perdido la nariz fruto de una infección, le condujo hasta una pesada puerta de hierro y bronce. Sobre la cual, la celda mostraba el número V grabado en la piedra. El olor era atroz, era aquel el aroma de la descomposición, el de las larvas anidando en un cadáver, corroyéndolo desde dentro, manando de entre sus biliosos intestinos.

-¿Quién te los trae?- dijo ella mientras sus ojos se esforzaban por discernir la figura del vástago entre las sombras de la mazmorra. Para su sorpresa, le respondió la dulce voz de una niña.

-El carcelero, el Príncipe no quiere dejarme morir de inanición, antes de poder ejecutarme.

De entre la oscuridad emergió la figura de una niña cristiana, del norte probablemente, su rostro había bebido la niebla de las montañas, sus ropas eran prácticamente unos harapos ensangrentados, una sonrisa cruel traicionaba su inocente mirada.

-¿Cómo te encontraron?- Dijo la inquisidora, estudiando el nivel de amenaza de la niña. No era físicamente poderosa, sus pequeños brazos apenas parecían capaces de levantar una espada.

-Seduje al Obispo, también al Regidor de Segovia, los encontraron desnudos y muertos antes de que pudiera deshacerme de los cuerpos- La prisionera parecía encantada de tener alguien con quién por fin hablar, su voz dulce y meliflua habría derretido el corazón de cualquier padre.

-¿Por qué?- dijo la Brujah, acercándose cada vez más- ¿Por qué lo hiciste?

-¿Y por qué no? Somos criaturas divinas, malditas, elegidas para corromper y castigar. Mis actos solo sacaron a la luz la corrupción que ya anidaba en las almas de aquellos hombres.

Láquesis sintió náuseas ante aquel alarde de maldad, aquella impía cainita no mostraba un ápice de arrepentimiento, peor aún, insultaba a todos los cristianos al considerarse a sí misma un instrumento de Dios.

-¿No ves la vileza que impregna el mundo, el veneno que infecta cada descendiente de Adán? Nosotras, las mujeres, siempre hemos sido la encarnación del pecado. Cumplimos un designio divino.- Dijo la prisionera, fundiéndose entre las sombras de la extensa mazmorra, como si regresara al vacío primordial.

-Blasfemas. Te arrancaré la lengua antes de llevarte a la pira. Los cainitas somos los condenados, seres malditos a una eternidad en la tierra para expiar nuestros pecados. No somos superiores, ni mejores, a ninguna otra creación del señor.

-Siento la ira crecer en tu interior ¿Es este el pecado que pretendes expiar? La violencia fluye a través de tus venas. ¿A cuántos hombres has ajusticiado? ¿Cuántos inocentes perecieron en Beziers?

-Ninguno- La mano de la brujah se había convertido en un puño, apenas era capaz de controlarse.

-Vamos, pégame, acaba conmigo, ejecútame antes de que llegue mi hora y esta misma noche ascenderé a los cielos para follarme a Santiago.

La zelote se movió como un fogonazo, agarrando a la niña del cuello y levantándola antes de que pudiera acabar la frase. Sus ojos ardían de rabia, su mandíbula desencajada mostraba los colmillos expuestos, bajo sus dedos las vértebras de la prisionera se partirían con solo desearlo. Ella parecía desafiarle a hacerlo.

-¿Cuál es tu clan, engendro del infierno?- Quiso saber la inquisidora.

-¿Acaso importa? ¿Cambiaría en algo mi sentencia? ¿Cómo se llamaban los padres de esos sacos de carne que he degollado y consumido? No me importa- dijo señalando a los despojos en descomposición.

-Puedo hacer tu muerte tan lenta y dolorosa como quiera, puedo arrancarte los dientes uno a uno, marcarte a fuego, desencajarte los brazos y luego echarte a los perros para que te devoren como el pedazo de mierda blasfema que eres.

-Vamos, hazlo.

Láquesis la soltó despacio, resoplando al tiempo que la posaba lentamente sobre el suelo. Apenas era capaz de mantener su rabia bajo control, pero matarla en aquel lugar, en aquel momento, sería una afrenta contra el Príncipe que no se podía permitir. La justicia era fría e impersonal, de inspiración divina, una espada blandida serenamente, no el hacha de un carnicero.

-Martín lloró como un bebé cuando le saqué los ojos, deberías haberlo visto…

La cabeza de la hereje se separó del cuerpo de un puñetazo, su cuerpo cayó desplomado sobre el resto de cadáveres y, lentamente, comenzó a convertirse en ceniza. Los nudillos de Láquesis chorreaban vitae, la impura vitae infernalista de aquel miserable súcubo.

Había cometido una atrocidad, había ejecutado a aquella mujer sin seguir el procedimiento de la Ordo Malleus, quizás la invitación del Príncipe a realizar el auto da fé había sido una trampa. Nada de eso importaba ya, pues la ira, una ira capaz de derribar murallas, se había apoderado de su ser. La culpa le embargaba, la última vez que había perdido el control así, había asesinado al confesor.
Última edición por Pagliacci el 23 Abr 2020, 11:23, editado 4 veces en total.

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Re: Iberia Nocturno XXI aniversario

#54

Mensaje por Alexander Weiss » 23 Abr 2020, 00:18

:think:

Son diferentes. Ésa es la clave. El anterior era más melancólico, mas tranquilo, incluso poético. Éste está lleno de acción y brutalidad, pero también está bien escrito y me gusta, lo veo más metido en el trasfondo de Vampiro. Al ser diferente, también le añade diversidad al suplemento.

No tiene título, pero bueno, tampoco le hace falta.

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Re: Iberia Nocturno XXI aniversario

#55

Mensaje por Pagliacci » 23 Abr 2020, 09:43

Vale, me alegro de que te guste, le daré un repaso hoy. Lo que me preocupa es que se entienda la última frase, el giro final de que Láquesis ya había acabado con el confesor mucho tiempo antes.

Edito: Ya he pulido un poco más el relato. Por cierto la Ordo Malleus me la he sacado de la manga, pensando en el Malleus Malleficarum y en una ordo inquisitorial homónima en el universo de Warhammer, quizás podría cambiarle el nombre, si hubiera algo así en el trasfondo de Vampiro Edad Oscura. Y ya tiene título.

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Re: Iberia Nocturno XXI aniversario

#56

Mensaje por Alexander Weiss » 23 Abr 2020, 11:43

Imagen VALLADOLID
El territorio de Valladolid ha estado salpicado por pequeños asentamientos desde hace milenios, pero no tuvo una población estable hasta bien entrada la Edad Media. Al encontrarse en la frontera entre los dominios cristianos y musulmanes, la zona se encontraba expuesta a los ataques. No está muy claro el origen de su nombre, aunque habitualmente se cree que procede de “vallisoletum” (valle del sol) o “vallis tolitum” (valle de las aguas).
No fue hasta mediados del siglo XI que Valladolid comenzó a crecer a partir de una aldea agrícola rodeada por una cerca defensiva, una pequeña fortaleza y dos iglesias, habitada por colonos del norte y por mozárabes que huían de los territorios musulmanes al sur. En el año 1072 el rey Alfonso VI encargó al conde Pedro Ansúrez y su esposa Eylo Alfonso la repoblación del curso medio del río Duero, un proyecto en el que Valladolid se encontraba en una posición estratégica en las rutas entre los reinos de Castilla y León, así como en las proximidades del camino de Santiago y las rutas hacia Toledo y Al-Ándalus. El conde Ansúrez ordenó la construcción de un palacio para él y su esposa y de una iglesia colegiata dedicada a Santa María la Mayor para la villa. Debido a las relaciones del conde con la nobleza, también llegaron grupos de catalanes y franceses.
Durante esta época Juan Miguel Ramírez, un Cainita del clan Ventrue, visitó la villa de Valladolid. Al carecer de un dominio estable, pensó que el lugar sería apropiado, por lo que aportó sus propios recursos para contribuir a su crecimiento.
Durante el siglo XII la villa se extendió hacia el sur y hacia el este, con la llegada de campesinos de los condados de los alrededores, así como musulmanes y judíos, atraídos por el floreciente comercio.
En el año 1208 el rey Alfonso VIII de Castilla nombró a Valladolid ciudad cortesana y en 1217 el rey Fernando III fue coronado rey en la ciudad, dotándola de ferias y privilegios comerciales.

POLÍTICA Y RELIGIÓN
El alcazarejo es el castillo a partir del cual comenzó a crecer la población de Valladolid, una fortaleza de origen árabe. Sin embargo, con la llegada de los cristianos la ciudad se fortificó con una muralla de piedra, con torres y puertas, ya en el siglo XII comenzó la construcción de un alcázar como residencia del rey, que incluyó al primitivo alcazarejo, rodeado por un foso.
La plaza de Santa María es el centro mercantil de Valladolid, donde mercaderes y artesanos han instalado sus negocios. También es el lugar donde se reúne el concejo de la ciudad.
La judería de Valladolid se encuentra en el suroeste de la ciudad, pero no se encuentra rodeada de muros, simplemente ocupando un barrio sin necesidad de estar confinados, ni apartados del resto de la población.
En el siglo XI el conde Pedro Ansúrez ordenó la construcción de una iglesia colegiata dedicada a Santa María, de estilo románico, pero debido a su creciente prestigio tuvo que ser reformada y ampliada, siendo sustituida en el siglo XIII por un templo gótico. Durante esta época los monjes franciscanos también establecen un monasterio cerca de Valladolid.
La ciudad forma parte de la diócesis de Palencia, aunque a menudo se producen conflictos entre el obispo de Palencia y el abad de Santa María la Mayor, que administra la iglesia local. El actual abad es el infante Felipe de Castilla, hijo del rey Fernando III, aunque de hecho el abad es todavía un niño y se encuentra estudiando en París.

SOCIEDAD CAINITA
El Príncipe Juan Miguel Ramírez, del clan Ventrue, es chiquillo del Príncipe Enrique de León, que fue destruido en una incursión musulmana. Sin embargo, mientras sus hermanos Abrazados entre la nobleza reclamaron dominios en el reino leonés, debido a sus orígenes como mercader, Juan Miguel tuvo que “construirse” su propio dominio, y considera la ciudad de Valladolid en gran parte su obra. Aunque otros de sus compañeros de clanes lo consideran un simple “mercader” él ostenta su condición con orgullo.
De hecho, el Príncipe de Valladolid forma parte de una facción del clan Ventrue conocida como “Los Príncipes Mercaderes” que basan su influencia y poder en el comercio y los enemigos. Los ghouls y descendientes de Juan Miguel tienen importantes vínculos con el comercio peninsular, especialmente en los reinos cristianos, y sus recursos financian las campañas militares de la Reconquista.
Juan Miguel viaja a menudo, por lo que su chiquillo Gerardo de Hornillos se encarga de administrar sus negocios en la ciudad en su ausencia. No posee muchas ambiciones, en parte porque se encuentra Juramentado por Sangre a su sire, y éste le deja suficiente libertad como para no generar resentimiento.
Muchos de los Cainitas que acuden a Valladolid están relacionados con el comercio, y entre ellos se encuentran cristianos, judíos y musulmanes. Aunque existen ciertas ambiciones personales, la mayoría están de acuerdo en que Valladolid constituye un espacio neutral en el que realizar sus negocios, y están dispuestos a mantener la paz para continuar obteniendo beneficios.

INTRIGAS CASTELLANAS
Choque de reyes: Pedro de Santander y Melisenda de Segovia son dos piezas en el tablero de ajedrez entre los ancianos Menele y Helena, aunque ni siquiera ellos lo saben. Sin embargo, bajo la influencia de los Matusalenes pronto comenzarán a oponer sus intereses, arrastrando a otros en su conflicto. Los personajes pueden verse atrapados en sus intrigas, o puede que dispongan del lujo de poder elegir un bando.
La dama blanca: Lupa de Manrique persigue a un Cainita que rompió un juramento de matrimonio, provocando el suicidio de una dama. El Cainita se justifica afirmando que dio el juramento en vida y no podía casarse con ella en muerte, y que no pretendía que muriera. Los personajes deberán mediar entre el Cainita y la Compañía Blanca, buscando una forma de reparación que conforme a las partes.
Reunión de sombras: Varios Lasombra acuden a Madrid para reunirse a la hora de concretar sus planes para completar la Reconquista y el reparto de influencias y territorios. Durante esa reunión la villa estará muy frecuentada, y serán necesarios numerosos recursos para mantener a tantos Cainitas reunidos, además de extremar las precauciones para evitar atentados. Aunque los Amici Noctis han declarado que no se permitirán hostilidades mientras tenga lugar la reunión y hasta siete días después de su final, no es una garantía absoluta.
La ruta de la lana: Los personajes están al servicio de Juan Miguel Ramírez para escoltar a uno de sus chiquillos y vigilar un cargamento de mercancías que llega al puerto de Santander y acompañarlo hasta su destino final en Toledo. El camino está lejos de ser un paseo, y la mercancía que custodian atrae atenciones indeseadas, especialmente debido a su naturaleza secreta.
Crímenes en el convento: La Herejía Cainita, dirigida por Adolana de las Huelgas, intenta extender su influencia sobre los conventos castellanos. Varias jóvenes educadas por las monjas afirman tener visiones religiosas, y otras tienen sus propias instrucciones para incrementar el poder de su señora. María Asunción Fernández y otros Cainitas con influencia eclesiástica están preocupados por la conducta errática de varios de sus peones y la presencia de una influencia que desconocen, por lo que encargan a los personajes que investiguen.

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Re: Iberia Nocturno XXI aniversario

#57

Mensaje por Alexander Weiss » 23 Abr 2020, 19:07

Imagen EL REINO DE CÓRDOBA

LOS CAINITAS DE CÓRDOBA
Álvaro Gutiérrez de Manzanedo (Lasombra de 7ª Generación): Representante de la Reconquista en la Sombra. Autoproclamado Príncipe de Córdoba.
Halia (Malkavian de 10ª Generación): Sultana de las calles de Córdoba.
Hilel al-Masaari (guerrero Assamita de 6ª Generación): Antiguo sultán de Córdoba.
Ibrahim (Lasombra de 8ª Generación): representante de los Ashirra de Córdoba.
Isabel de Jérica (Toreador de 9ª Generación): Príncipe de Lucena.
Jakeem ben Aliyyah (Capadocio de 9ª Generación): Merodeador de la cripta.
Jimena Sánchez (Ventrue de 8ª Generación): Comerciante castellana.
Liuverico (Gangrel de 8ª Generación): Bestia de Córdoba.
Paterna (Nosferatu de 8ª Generación): Líder de los Nosferatu de Córdoba.
Ruy el destructor de mezquitas (Brujah de 8ª Generación): Líder de los Leones de Rodrigo.
Sanam (Seguidora de Set de 9ª Generación): hechicera sevillana.
Tancredo (Lasombra de 9ª Generación): Ashirra infiltrado.
Viktor Nagy, el mago negro (Tremere de 8ª Generación): Regente de Córdoba.

El reino de Córdoba fue creado tras la conquista cristiana de la ciudad en el año 1236. Tiene una gran importancia simbólica, ya que en su momento fue el corazón de Al-Ándalus y del mundo musulmán en la península ibérica, creando una civilización en la que se mezclaron distintas culturas y que en su período de mayor esplendor destacaba entre los reinos de Europa. Sin embargo, la caída del califato de Córdoba en el siglo XI fue el comienzo de su declive, y su esplendor se apagó progresivamente. La conquista cristiana sólo ha continuado esta tendencia. Gran parte de la población musulmana ha abandonado la ciudad o procura abandonarla progresivamente, mientras que los conquistadores que regresan a sus hogares la despojan de todo lo que encuentran de valor.
El reino de Córdoba se encuentra en el ancho valle del río Guadalquivir, lleno de fértiles cultivos y bosques de olivos, limitado al norte por Sierra Morena, donde los extensos campos de labranza dejan paso a arboledas de robles, pinos y barrancos profundos. Hacia el sureste el paisaje va dejando paso a las montañas penibéticas, llenas de estrechos valles y riscos.

CÓRDOBA
El primer asentamiento estable en el actual territorio ocupado por la ciudad de Córdoba apareció en torno al 5000 a.C. y ya hacia el siglo VIII a.C. ocupaba una superficie considerable de más de 50 hectáreas, debiendo su prosperidad a la metalurgia de cobre y plata de las cercanas minas de Sierra Morena. También se cultivaron los terrenos próximos.
El asentamiento prerromano atrajo la atención de los cartagineses, que comerciaron con los habitantes del asentamiento y terminaro conquistándolo, construyendo una colonia. Sin embargo, la ciudad permaneció poco tiempo en manos cartagineses, pues durante la Segunda Guerra Púnica los romanos la conquistaron tras la batalla de Ilipa en el 206 a.C. y la llamaron Corduba. En el año 169 a.C. junto a la colonia cartaginesa se construyó una colonia latina fundada por el pretor Marco Claudio Marcelo. La ciudad se extendió hacia el río Betis, construyéndose un teatro, anfitetro y acueducto. Sus sucesores añadieron nuevos monumentos en los siglos posteriores, entre ellos templos y circos. La ciudad llegó a poseer más edificios lúdicos que la propia Roma y superó los 250.000 habitantes.
Aunque es posible que vampiros tartesios, lusitanos y cartagineses recorrieron el territorio del dominio de Córdoba, el primer gobernante no muerto fue el prestigioso Cneo Junio Venturo, chiquillo de Tito Camilo Venturus, Príncipe de la ciudad de Roma. Cneo Junio llegó a Córdoba acompañando a las legiones romanas durante el siglo II a.C., acompañado de varios Cainitas de los clanes Lasombra y Ventrue. A medida que los mortales consolidaban su dominio sobre el territorio, los no muertos que los acompañaban, se repartían las zonas de influencia.
A Cneo Junio le correspondió el dominio de Corduba y las ciudades de la Bética, mientras sus aliados continuaban avanzando hacia el oeste y el norte. Pronto Cneo demostró ser un administrador capaz, pacificando su dominio de los ataques de vampiros Brujah y Gangrel que seguían resistiendo entre los pueblos lusitanos, y Abrazando una progenie para consolidar su influencia sobre el territorio. Gracias a la presencia y habilidad de Cneo, el clan Ventrue extendió su influencia sobre gran parte de la Bética Ulterior, compitiendo con otros clanes romanos, especialmente Lasombra y Toreador.
A partir del siglo III el cristianismo comenzó a jugar un papel cada vez más importante en Corduba. La persecución del emperador Diocleciano causó numerosos mártires entre la población, entre ellos los santos Ascisclo y Victoria. El obispo Osio de Corduba presidió el primer Concilio de Nicea y fue consejero del emperador Constantino I, que convirtió el cristianismo en la religión oficial del Imperio Romano.
Cneo, que era un fiel adorador de los dioses de Roma, se mostró bastante irritado ante la progresiva expansión del cristianismo, y de hecho él y sus chiquillos fomentaron algunas persecuciones. Sin embargo, hacia el siglo IV los Cainitas cristianos eran ya lo bastante numerosos como para organizarse bajo el liderazgo de Patricio, un antiguo Lasombra de origen itálico, que consideraba que la nueva religión le resultaría útil y se proclamó Obispo de los Cainitas cristianos de Corduba para consolidar su propio poder. Buena parte del siglo IV transcurrió entre las luchas de poder de Cneo y Patricio. Sin embargo, después de que el emperador Constantino aceptara el cristianismo como religión del imperio, Patricio y sus partidarios confiaron en que terminarían imponiéndose sobre sus rivales paganos con el paso del tiempo. La conversión por conveniencia o sinceridad de varios Cainitas cordobeses en las décadas siguientes pareció darle la razón. Hacia finales del siglo IV Cneo y sus partidarios apenas mantenían el control de la ciudad y habían perdido el control de varias ciudades de la Bética.
Con la caída del Imperio Romano y las invasiones germánicas, en el año 411 Corduba fue saqueada por los vándalos, que la ocuparon temporalmente, para ser expulsados por los visigodos, que eran creyentes en el cristianismo arriano. Sin embargo, los habitantes de Córdoba eran seguidores del cristianismo romano y se mantenían leales al imperio, por lo que trataron de resistirse al dominio visigodo mediante numerosas revueltas, lo que a largo plazo reduciría la importancia de la ciudad frente a otras poblaciones béticas como Hispalis. El rey visigodo Agila profanó la tumba de San Acisclo, provocando la rebelión de la ciudad y su saqueo. El rebelde Atanagildo pidió ayuda al emperador Justiniano I de Bizancio para expulsar a los visigodos. Los bizantinos ocuparon Corduba y gran parte de la Bética a mediados del siglo VI, pero el rey Leovigildo recuperó la ciudad en el año 584, durante la rebelión de su hijo Hermenegildo, aliado con los bizantinos. Poco después de la muerte de Leovigildo, su hijo Recaredo se convertía al cristianismo católico en el año 589, poniendo fin a las querellas religiosas entre católicos y arrianos.
Las invasiones germánicas supusieron un alivio temporal para los vampiros paganos. Aunque en la primera oleada de los vándalos viajaban pocos Cainitas, el saqueo de Córdoba supuso un gran trastorno para los vampiros cristianos, que vieron cómo sus refugios e iglesias eran saqueados, provocando la destrucción de algunos. El Obispo Patricio consiguió sobrevivir, al igual que el Príncipe Cneo, pero éste vio en los invasores una herramienta que podía utilizar contra sus adversarios.
Cneo envió varios embajadores y finalmente estableció un pacto con Odoín, un Gangrel de origen visigodo, que junto con sus partidarios llegaron a Corduba en el año 421. No necesitaron muchas excusas para atacar al Obispo Patricio y sus partidarios, destruyéndolos en poco tiempo. El Príncipe Cneo se mostró magnánimo con algunos Cainitas cristianos, a cambio de Juramentos de Sangre para garantizar su lealtad.
Gracias a la ayuda de Odoín y su progenie, Cneo consiguió fortalecerse como Príncipe de Corduba y buena parte de la Bética, Abrazando entre los visigodos y concediendo a los Gangrel que le habían ayudado dominios y legitimidad en su gobierno. Gracias a la alianza entre los dos clanes, Cneo y sus partidarios se mantuvieron en el poder durante el reinado de visigodos y durante la breve ocupación bizantina. La conversión del rey Recaredo al catolicismo en el año 589 constituyó un leve contratiempo, pero mientras los Cainitas católicos no se opusieran a su poder, serían tolerados.
A principios del siglo VIII los musulmanes del Norte de África invadieron la península ibérica y Córdoba fue conquistada por el general Mugith al-Rumí, convirtiéndose en el año 716 en capital del territorio conquistado, dependiente del califato omeya de Damasco. En el año 756 el príncipe Abderramán, un príncipe de la dinastía omeya, se refugió en Córdoba huyendo del derrocamiento de su familia. En la ciudad fue proclamado emir y sus sucesores engrandecerían sucesivamente la ciudad, convirtiéndola en la capital de Al-Ándalus, el territorio musulmán e la península ibérica.
El dominio del Príncipe Cneo llegó a un abrupto final con la invasión musulmana. Odoín y varios de sus seguidores perecieron durante el saqueo de Córdoba, atrapados en un oportuno incendio que devastó su refugio comunal durante el día. Por la noche el refugio del Príncipe fue atacado por varios guerreros Assamitas y Brujah dirigidos por Hilel al-Masaari que reclamó el trono de Córdoba en nombre de los Banu Haqim.
El golpe de estado de Hilel fue rápido y efectivo. Los chiquillos de Cneo y sus partidarios fueron cazados uno tras u otro o huyeron. De todas formas, tras dejar a un grupo de partidarios para consoldiar el dominio, el guerrero Assamita acompañó a los ejércitos musulmanes para apoyar la expansión del Islam en Europa e impedir que fuera entorpecida de otros Cainitas. Sin embargo, la derrota de los musulmanes ante los francos en la batalla de Poitiers (732) y varios reveses frustraron sus esperanzas.
Hilel regresó a Córdoba poco tiempo después de que el emir Abderramán I se hiciera con el poder. Los Ashirra cordobeses lo invitaron a ocupar la posición de sultán y de esta forma las facciones desunidas lo aceptaron como un candidato de consenso. Durante este período el poder vampírico de Córdoba se encontraba en manos de los Banu Haqim (Assamitas), Mushakisin (Brujah) y el Qabilat al-Khayal (Lasombra). El sultán Al-Masaari demostró ser un buen estratega, dirigiendo a otros Cainitas en la conquista de nuevos dominios de la península, al mismo tiempo que dejaba los asuntos administrativos en manos de visires Banu Haqim y consejero Qabilat al-Khayal.
En general el gobierno del sultán al-Masaari fue próspero durante el gobierno de la dinastía omeya. La única amenaza grave contra su dominio tuvo lugar durante el siglo IX, debido a la conspiración de un grupo de fanáticos Cainitas del clan Lasombra, que desestabilizaron su dominio fomentando la disensión religiosa. Los Lasombra musulmanes se desligaron de sus hermanos cristianos y poco a poco se hicieron con el poder. Sin una amenaza para el Islam en la península el papel de los guerreros Assamitas perdió influencia en las cortes andalusíes. Sólo el sultán de Córdoba mantenía una autoridad realmente respetada, y a menudo intervenía para mantener la paz entre las diferentes facciones de los Ashirra.
Para hacer frente a la expansión de los califas fatimíes en el norte de África, el emir Abderramán III se proclamó a su vez califa de Córdoba en el año 929, momento en que la ciudad alcanzó su mayor esplendor, llegando a superar los 450.000 habitantes, convirtiéndose en un centro financiero, comercial y cultural de primer orden. Durante esta época terminó la construcción de la mezquita de Córdoba. En sus alrededores se construyeron hermosas ciudades palaciegas como Medina Azahara (“la ciudad de la flor”) o Medina Alzahira (“la ciudad brillante”).
Sin embargo, los califas cordobeses cayeron cada vez más bajo la influencia de las grandes familias cortesanas. Durante el resinado del califa Hisham II, nieto de Abderramán III, el general Muhammad ibn Abi Amir, de la familia de los amiríes asumió el poder político del califato, y comenzó una serie de expediciones contra los reinos cristianos, saqueando varias ciudades y consiguiendo numerosas victorias, por lo que recibió el nombre de Al-mansur (“el victorioso”).
Muchos Ashirra culpan a la ambición y a las manipulaciones de los Lasombra la caída del califato de Córdoba, desviando el poder del califa para su visir Almanzor, un peón del Qabilat al-Khayal. Sin embargo, gran parte de las acciones de Almanzor estuvieron motivadas por sus propios intereses, sin necesidad de manipuladores vampíricos, aunque sí es cierto que Lasombra musulmanes y cristianos mostraron gran admiración por Almanzor y lo vigilaron de cerca.
Sin embargo, las acciones implacables de Almanzor para acumular poder, generaron el descontento entre la nobleza de Córdoba, y apenas unos años después de su muerte estallaron guerras sucesorias que acabaron con el califato, extendiendo la anarquía y provocando la aparición de los reinos de taifas.
Aunque la caída del califato supuso el derrumbe de la autoridad del sultán Al-Masaari y el fin de su proyecto de un dominio global sobre Al-Ándalus, no lo supuso para sus consejeros, que vieron en las taifas un terreno donde podían prosperar individualmente. Los Assamitas se volvieron contra los Lasombra, y los Brujah, la facción más débil, perdieron toda su influencia, dedicándose a tratar de salvar el legado cultural creado por los califas de Córdoba.
En medio de las guerras civiles del califato, el sultán Al-Masaari trató de reclutar nuevos guerreros Ashirra. La conversión al Islam del anciano Shabaqo el Nubio, del clan Gangrel, y la formación de la facción de los Gangrel de Taifa, permitió proteger a los Ashirra cordobeses de injerencias externas, pero el fortalecimiento del poder de los vampiros no trajo la estabilidad que necesitaban los mortales.
Mientras los viejos consejeros Lasombra eran desplazados del poder, en el nuevo escenario de las taifas surgió la figura de Miriam bint Aisha, una intrigante que comenzó a tejer una telaraña de influencias, despreocupada por el debilitamiento de Al-Ándalus. La inestabilidad de las taifas se ajustaba a sus necesidades.
La llegada de los almorávides desde el norte de África trajo a una nueva oleada de Assamitas, que respetaron la autoridad del sultán Al-Masaari, sin embargo, las manipulaciones de Miriam y el fracaso almorávide por consolidar sus conquistas dio lugar a la llegada de los almohades, que conquistaron Córdoba y trasladaron la capital de Al-Ándalus a Ishbiliyya (Sevilla), profundizando la decadencia de la ciudad.
Tampoco los almohades consiguieron detener el avance cristiano. En el año 1212 fueron derrotados en la Batalla de las Navas de Tolosa, y su debilitamiento provocó la aparición de nuevas taifas, que no consiguieron hacer frente a los cristianos y cayeron una tras otra. En el año 1226 los cordobeses se rebelaron contra el califa almohade Al-Bayasí, que fue asesinado por colaborar con los cristianos. Los disturbios fueron fomentados por Miriam bint Aisha y los Lasombra, que colocaron a su peón Ibn Hud en el poder en 1228.
Sin embargo, derrotado por los cristianos y obligado a solicitar una tregua, Ibn Hud incrementó los impuestos a los cordobeses, lo que significó su ruina. Finalmente, con la ayuda de la propia población, el rey Fernando III de Castilla conquistó Córdoba el 29 de junio de 1236, nombrando gobernador de la ciudad a su hermano Alfonso Téllez. Con la caída de Córdoba otras localidade cercanas también fueron conquistadas mientras que otras abrieron sus puertas a los ejércitos castellanos. Parte de los antiguos territorios fueron repartidos entre los nobles que participaron en la conquista, provocando conflictos y pleitos.

POLÍTICA Y RELIGIÓN
La ciudad de Córdoba se encuentra bien comunicada durante la Edad Media, pudiendo accederse a ella a través del río Guadalquivir. La abundancia de agua es complementada por varios ríos que fluyen desde Sierra Morena. Además, se encuentra en una importante encrucijada de rutas entre el norte y el sur de la península ibérica, y entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo. Por otra parte su enclave es defendible gracias a la presencia del río Guadalquivir y su emplazamiento elevado, con bosques, cultivos, ganado y minas en los alrededores.
Córdoba llegó a ser una de las ciudades medievales más grandes e importantes de Europa, con más de 400.000 habitantes a finales del siglo X. Sin embargo, sufrió una pavorosa destrucción a comienzos del siglo XI, con el estallido de sucesivas revueltas y luchas por el poder. A mediados del siglo XIII sólo sobrevive la medina (el barrio noble de la ciudad) y una parte del al-Chanib al-Sharqui (los barrios al oeste de la ciudad) y alrededor campos llenos de espantosas ruinas que durante años han dejado patente la auténtica extensión de la ciudad en sus mejores tiempos.
El alcázar de Córdoba fue construido originalmente por los visodos a finales del siglo VII, y se convirtió en la sede de emires y califas. Fue abandonado en el siglo X y tras la caída del califato los gobernantes de Córdoba lo recuperaron. Es un extenso complejo de edificios y palacios para los emires y sus cortesanos, que ha sido ocupado por el gobernador cristiano y sus seguidores.
La judería de Córdoba es un barrio rodeado por su propio recinto amurallado, que aísla a sus habitantes, que viven tiempos inciertos tras la reciente ocupación cristiana. Dentro de la aljama tienen todo lo que necesitan, incluyendo una pequeña milicia para mantener el orden y su seguridad. Sólo se puede acceder por la puerta de la judería, aunque también existe otra puerta, oculta y secreta, que sólo se utiliza en momentos de emergencia.
Imagen LA MEZQUITA DE CÓRDOBA
Abderramán I, el primer emir de Córdoba adquirió la basílica de San Vicente a los cristianos y en el año 786 ordenó la construcción de una gran mezquita para la creciente población musulmana y como una forma de redimirse durante sus últimos días.
Durante los reinados de los sucesivos emires el terreno de la gran mezquita fue ampliándose con el crecimiento de la ciudad y la población. Aunque mantuvo la planta cuadrada típica de las mezquitas, fue ampliada hacia el sur en varias ocasiones, añadiendo más naves, arcos y columnas, decorando el mihrab y la Mansura con mosaicos bizantinos y relieves con versículos del Corán. La primera de las ampliaciones la realizó Abderramán II entre 833 y 848 y la segunda Al-Hakam II entre 971 y 976, que fue la renovación más grandiosa y contó con arquitectos traídos de Bizancio.
La última ampliación de la mezquita tuvo lugar en el año 987, cuando Almanzor ordenó ampliar el edificio hacia el oeste. Esta obra fue realizada con esclavos cristianos y se añadieron las campanas saqueadas de la catedral de Santiago de Compostela (que fueron convertidas en lámparas) y que el rey Fernando III de Castilla ha ordenado devolver a Compostela, trasladadas por cautivos musulmanes.
La mezquita consiste en un edificio de 19 naves, 36 tramos, decenas de lámparas, un exquisito y lujoso mihrab, una brillante Mansura y un número casi infinito de columnas, de todos los colores y estilos conocidos, muchas de ellas aprovechadas de antiguos templos y edificios romanos y visigodos.
Tras la conquista de Córdoba, el rey Fernando III ha ordenado convertir la mezquita en catedral, dedicada a Santa María. Fue nombrado obispo Lope de Fitero, capellán y consejero del rey de Castilla.

SOCIEDAD CAINITA
La ciudad de Córdoba se encuentra bajo dominio cristiano, pero entre los habitantes no muertos de la ciudad la situación no está tan clara. La situación es tensa, y las distintas facciones se observan fríamente, preparadas para reaccionar ante cualquier ataque o muestra de debilidad.
Cuando la ciudad abrió sus puertas a los cristianos, una horda de fanáticos Cainitas conocidos como los Leones de Rodrigo, atacó a los Ashirra, que ya estaban preparados para un ataque semejante. Los Leones cayeron en una emboscada, aunque su feroz resistencia compensó en parte la ventaja de sus atacantes, consiguiendo romper sus filas e internándose en las calles de Córdoba. Sin embargo, se encontraron con el propio sultán Al-Masaari, que les hizo frente, y consiguió acabar con la mayoría y poner en fuga a los supervivientes. Sin embargo, gravemente herido, cayó en letargo y sus seguidores ocultaron su cuerpo, haciendo creer que había muerto.
Los Lasombra cristianos esperaron a que regresara la tranquilidad y finalmente hicieron su entrada en Córdoba. Álvaro Gutiérrez, representante de la Reconquista en la Sombra y chiquillo de Silvestre Ruiz se entrevistó con el antiguo Ibrahim, representante del Qabilat Al-Khayal y pusieron las bases de un acuerdo basado en el respeto mutuo de sus posiciones. De esta manera, los Lasombra, tanto cristianos como musulmanes, se convirtieron en la facción más poderosa de Córdoba, algo que ha provocado la desconfianza y el desagrado de otros Cainitas y Ashirra.
La caída de los Leones de Rodrigo no hubiera sido posible sin la intervención de Tancredo, un Lasombra que realmente es un Ashirra llamado Salé, chiquillo de Ibrahim quien actuó como espía infiltrado entre las filas de los Cainitas. Todavía cumple con su papel, dirigido ahora a advertir de cualquier movimiento de los fanáticos cristianos.
Los Leones de Rodrigo fueron casi exterminados, y por ahora se recuperan de sus heridas en los arrabales de Córdoba, tomando como su líder a Ruy, un soldado toledano del clan Brujah, con más deseos de destacar que sentido común. No obstante, tras sobrevivir al enfrentamiento con el sultán Al-Masaari e incrementar el poder de su sangre ha detenido su ímpetu y se ha vuelto más prudente. Sabe que se encuentra en clara desventaja, por lo que está decidido a aguardar un nuevo momento de golpear a los Ashirra.
Y como carroñeros ante una bestia caída, numerosos Cainitas y Ashirra han acudido a Córdoba, a menudo con la excusa de “salvar” lo que puedan de la ciudad o simplemente saquear sin escrúpulos, aprovechando la huida de sus habitantes no muertos. Jimena Sánchez, del clan Ventrue, representa los intereses de varios miembros de su clan dedicados al comercio, y tantea la posibilidad de hacer negocios en Córdoba, y quizás aspirar a un dominio con el tiempo. Viktor Nagy, un vampiro del clan Tremere, ha aprovechado la oportunidad para establecer una capilla de su clan en la ciudad y saquear todo el conocimiento que pueda encontrar. En esta búsqueda compite con el antiguo Capadocio Jakeem y Sanam, una Seguidora de Set, que también tienen interés por el ocultismo. De momento mantienen cierta cortesía, pues hay mucho espacio que explorar, pero puede que con el tiempo comiencen las rivalidades.
La mayoría de los Ashirra que huyeron de la ciudad eran en su mayoría nobles, pero otros muchos de extracción más humilde han preferido quedarse, pues no tienen ningún otro lugar al que huir. Un antiguo Gangrel de origen visigodo llamado Liuverico, y que mantuvo un perfil bajo durante la ocupación musulmana, ha colaborado con los Cainitas cristianos, y aspira a ocupar un lugar en el nuevo orden. Paterna, una antigua Nosferatu, también ha aparecido para defender los intereses de su clan, que reclama las alcantarillas de Córdoba como su dominio.
Y en las calles de Córdoba una pequeña Malkavian llamada Halia se encuentra intranquila. Una banda de niños sin hogar son sus ghouls. Vio una tormenta cernirse sobre la ciudad y estaba preparada cuando llegó. Sin embargo, sus sueños no han cesado...una nueva tormenta se aproxima, una tormenta de sombras y una lluvia de sangre.

LA FUNDACIÓN DE MEDINA AZAHARA
Durante el reinado de Abderramán III murió una de las esclavas del harén de su padre, dueña de una considerable fortuna que legó al califa, que decidió utilizarla para pagar el rescate de todos los musulmanes que estuvieran cautivos de los cristianos, pero todos los emisarios que mandaba regresaban con la noticia de que no había cautivo ninguno, así que el califa agradeció a Alá que todos sus súbditos vivieran libres.
A su regreso al palacio se presentó ante el califa su favorita del harén, Azahara, a la que amaba tanto que le había apartado del afecto de su esposa legítima, y aconsejó a Abderramán que con aquellos tesoros construyera un nuevo palacio, retirado de la ciudad, para sus amores y le pusiera su nombre. Al califa le pareció una buena idea y comenzó la construcción de la ciudad palaciega de Medina Azahara, y cuando estuvo terminada, trasladó allí su corte.
Sin embargo, a pesar de todas las comodidades y lujos Azahara se encontraba triste y desconsolada y al preguntarle el califa el motivo, ella le contestó que añoraba su ciudad natal de Granada, con sus calles, sus olores y la nieve de Sierra Nevada. Entonces el califa ordenó que todos los árboles de las cercanías fueran arrancados y sustituidos por almendros, para que todos los montes se llenaran de pétalos blancos.
Sin embargo, afirman los sabios que Alá se sintió disgustado por la frivolidad del califa y maldijo la ciudad. Setenta años después de Medina Azahara sólo quedaban ruinas.
La ciudad palaciega de Medina Azahara es un recuerdo de los Ashirra del esplendor de Córdoba y Al-Ándalus. El sultán al-Masaari a menudo realizaba asambleas de los vampiros musulmanes en las ruinas de la ciudad. Y todavía hoy los Ashirra frecuentan las ruinas, por una parte para recordar y comunicarse entre ellos lejos de miradas indiscreta y también para cazar a los ocasionales saqueadores.
Última edición por Alexander Weiss el 23 Abr 2020, 22:41, editado 1 vez en total.

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Re: Iberia Nocturno XXI aniversario

#58

Mensaje por Alexander Weiss » 23 Abr 2020, 19:54

Imagen ÉCIJA
Aunque ya había algunas aldeas turdetanas en el territorio junto al río Genil, en el año 14 a.C. los romanos fundaron la Colonia Augusta Firma para alojar a los últimos veteranos de las Guerras Cántabras. Aunque no consiguió alcanzar el esplendor de Córdoba se benefició de su proximidad, creciendo progresivamente gracias a su ubicación entre varias rutas comerciales, especialmente el comercio de aceite de oliva de Hispania. Con el tiempo se construyeron termas, un foro y un anfiteatro.
Con los colonos romanos llegaron a la ciudad varios vampiros procedentes de Córdoba, enviados por el Príncipe Cneo para extender su influencia en la provincia de la Bética. El Príncipe Longinos, del clan Ventrue, administró los intereses de su clan en la ciudad. Sin embargo, durante el siglo IV se convirtió al cristianismo, un acto que lo enemistó con su sire.
Los visigodos ocuparon la ciudad en el siglo V, y el Príncipe Cneo envió a varios Gangrel a expulsar a los Cainitas cristianos de Astigi. Longinos fue ejecutado y el dominio se convirtió en un dominio de los Gangrel visigodos. Sin embargo, estos Cainitas abandonaron la ciudad para acudir en ayuda de Córdoba durante la invasión musulmana del siglo VIII y nunca regresaron.
Durante la ocupación musulmana la ciudad recibió el nombre de Asichcha, siendo considerada una ciudad rica por sus cultivos, principalmente olivares y algodón. Durante el siglo XII disponía de importantes mercados, rodeada de un cerco verde de jardines, explotaciones agrícolas y bosques. Abderramán ibn Nahir, un visir del clan Assamita, pasó a dirigir una pequeña comunidad Ashirra.
Tras la caída del califato de Córdoba, Écija pasó a depender en el siglo XI de Sevilla, cayendo progresivamente bajo el dominio de almorávies y almohades, pero sin que eso llegara a afectar a la población Ashirra de la ciudad. De hecho, la conquista cristiana del año 1240 ante el ejército castellano consistió en una generosa capitulación que permitió a los musulmanes conservar sus posesiones, religión y autoridades tradicionales.

POLÍTICA Y RELIGIÓN
Écija se encuentra en el valle del río Genil, rodeada por un sistema defensivo de murallas, recontruidas por última vez en época de Almanzor. La ciudad en sí todavía conserva bastante de su trazado de época romana, y los antiguos foros han sido convertidos en mercados, donde se venden sobre todo productos agrícolas.
En la ciudad también existe una pequeña judería, aunque varios miembros de la comunidad viven dispersos entre la población. Desde la llegada de los cristianos han comenzado a surgir voces para que la judería sea aislada.
La principal mezquita de Écija fue construida sobre una antigua iglesia visigoda y tras la conquista, ha sido convertida en la iglesia de la Santa Cruz de Jerusalén, comenzando obras en estilo mudéjar, aunque manteniendo algunas de sus estructuras.

SOCIEDAD CAINITA
Aún tras la conquista, el visir Abderramán ha conseguido mantenerse en el poder como la principal autoridad de los Ashirra. En gran parte por su habilidad diplomática, pero sabe que sólo es cuestión de tiempo que los Cainitas cristianos dirijan su atención a su dominio. Abderramán ha enviado una petición de ayuda a Shabaqo el Nubio y a los Gangrel de Taifa, para que acudan a proteger su ciudad.
Por su parte, los Qabilat al-Khayal de Écija observan lo ocurrido en Córdoba, y el pacto realizado entre Lasombra cristianos y musulmanes. Un pacto similar podría resultar ventajoso, especialmente si consiguen desplazar la autoridad del sultán. Sin embargo, prefieren no precipitarse, pues de la misma forma el pacto podría terminar en una batalla sin cuartel con los Cainitas cristianos. Otros, sin embargo, creen que una decisión audaz les permitiría tomar el poder y adaptarse a la nueva ocupación.

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Re: Iberia Nocturno XXI aniversario

#59

Mensaje por Alexander Weiss » 23 Abr 2020, 22:16

Imagen LUCENA
La villa de Lucena tiene una historia excepcional, habiendo sido fundada en época musulmana sobre un asentamiento anterior por colonos judíos que le dieron el nombre de Eliossana (“Dios nos salve”). De hecho, la villa estuvo habitada exclusivamente por los judíos entre los siglos IX y XII, convirtiéndose en la comunidad más próspera de esta religión en Al-Ándalus. Sus habitantes crearon en ella una importante escuela.
Hacia 1124 el rey Alfonso I de Aragón, conociendo la insatisfacción de la población cristiana de Al-Ándalus ante el incremento del fanatismo religioso entre los musulmanes provocado por la llegada de los almorávides, se interna en tierras musulmanas y regresa a su reino acompañado de numerosos cristianos y judíos, entre ellos algunos judíos de Eliossana. Otros no corrieron tanta suerte y fueron expulsados.
El golpe final a la “Ciudad de los judíos” llegó en 1148 con los almohades, que al negarse sus habitantes a convertirse al Islam, la invadieron y arrasaron. Los supervivientes se dirigieron al norte, y muchos se asentaron en Toledo, donde contribuyeron a la Escuela de Traductores.
En 1240 la ciudad fue conquistada por el rey Fernando III de Castilla, quien la donó al obispo de Córdoba.

POLÍTICA Y RELIGIÓN
Tras ser arrasada por los almohades, Lucena fue reconstruida, aunque ya no alcanzó el esplendor de antaño. Algunos judíos regresaron posteriormente, especialmente tras la conquista cristiana. La antigua sinagoga fue convertida en mezquita y ahora se ha convertido en una iglesia consagrada a San Mateo.
El castillo del Moral está asentado sobre ruinas romanas y visigodas, y fue construido en el siglo IX como defensa contra los cristianos.
La villa pertenece a la diócesis de Córdoba.

SOCIEDAD CAINITA
Durante varias décadas la villa de Lucena fue el dominio de un reservado Ashirra del Qabilat al-Khayal conocido como Rafiq ben Harún, que se había erigido en protector de la ciudad y no permitía que ningún otro vampiro entrara en ella sin su permiso. Quienes lo hacían eran sus invitados, pero no permanecían mucho tiempo antes de seguir su camino, y quienes intentaron romper su hospitalidad o pretendieron conquistar la ciudad se convertían en cenizas a las puertas de la villa.
Sin embargo, después de que la llegada de los castellanos, y sabiendo que ni siquiera su brazo sería suficiente para proteger a la ciudad de una matanza tomó una decisión drástica. Contactó con el Príncipe de Toledo, Eliécer de Polanco, y le ofreció el dominio de Lucena sólo si conseguía impedir que la villa fuera arrasada por los cristianos. El Príncipe de Toledo, aunque sorprendido, supo reconocer a un individuo honorable y aceptó el trato. Utilizando su influencia y poder entre los mortales consiguió que Lucena recibiera una provechosa capitulación y que sus habitantes fueran respetados.
Satisfecho por haber protegido Lucena, Rafiq ben Harún simplemente desapareció una noche.
La nueva Príncipe de Lucena es Isabel Valero, una chiquilla del Príncipe de Toledo, quien ha sido debidamente adoctrinada por su sire para que gobierne en su nombre y respete la ciudad. Isabel no puede creer en su suerte, y desde su nueva posición ha atraído a varios artesanos y colonos de la cercana Córdoba, al mismo tiempo que negocia con otros Cainitas tratando de engrandecer su dominio, al mismo tiempo que acumula en su refugio una impresionante colección de arte musulmán.

INTRIGAS CORDOBESAS
La biblioteca perdida: El sultán Al-Masaari y varios Ashirra rescataron varios libros de las bibliotecas de Córdoba durante los períodos de intransigencia religiosa, y algunas obras ni siquiera han sido escritas por autores vivos. Sólo unos pocos bibliotecarios de confianza conocían su ubicación, además del propio sultán, pero ahora que ha desaparecido junto con muchos Ashirra, su ubicación se ha perdido. Los personajes pueden encontrar su rastro mientras adquieren libros en los mercados de Córdoba, pero al mismo tiempo tendrán una gran competencia entre eruditos mortales y no muertos, de diversa procedencia y linaje, que también compiten por acceder a ese tesoro de conocimiento.
Ascuas candentes: La violencia entre los vampiros de Córdoba se ha detenido por el momento, pero todo parece indicar que se trata de una tensa tregua, hasta que alguien se sienta lo bastante fuerte como para atacar. Se avecina un nuevo conflicto, y es posible que los personajes tengan en sus manos el detonante para detenerla o avivar las llamas.
Conquista sin sangre: Un grupo de Cainitas cristianos convierte a los personajes para que sean sus mediadores ante el sultán de Écija. Su misión es convencer al sultán de que rinda la ciudad pacíficamente a un Príncipe cristiano, ofreciéndole una ventajosa capitulación. Sin embargo, la política en el dominio no es fácil. Varios Ashirra se niegan rotundamente, mientras que otros creen que el acuerdo sería aceptable. Las tensiones entre ambos bandos pueden acabar provocando un final bañado en sangre.

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Re: Iberia Nocturno XXI aniversario

#60

Mensaje por Baudelaire » 23 Abr 2020, 23:26

¡Vaya trabajo creativo colosal! Felicitaciones.

Inicialmente leí lo de vigésimoprimer aniversario y me pareció algo extraño Después comprendí que se trataba de un proyecto interno.

¿Hay algún plan para Salamanca? ¿la anexión de León al reino de Castilla? ¿o se trata de períodos diferentes?

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