Las observó unos instantes en silencio, arropada en sus sombras y no se echó a llorar porque no quería hacer ruido, y tampoco sabía si podría desahogarse de esa forma. No podía. Quería devorarlas con todas sus ganas, con todo su ser pero tampoco quería ser eso. Un monstruo de cuento que acababa de entrar por una ventana para alimentarse de una madre y una hija. Se le caía el alma a los pies solo de ver la carita del bebé y la ternura con la que la trataba su madre.
No podía hacer eso. No era un monstruo. Era una persona con graves problemas alimenticios. Muy muy graves. Gravísimos. Gravísimos del copón a nivel estratosférico. Unos problemas que se estaban volviendo inquietantemente peligrosos. No podía. No quería, ¡joder! Pero tenía que hacerlo o iba a ser peor.
Se dispuso detrás de la madre su intención era dejar que las sombras se retiraran un momento, a sus espaldas para que ella no la viera pero la bebé sí, con la intención de asustarla. Tampoco quería ocasionarle un trauma a la criatura pero era mejor meterle un poco de miedo para que siguiera llorando y entretener a la madre, que ver que mala cosa iba a salir de ahí. En cuanto volviera a llorar iba volver a negarles su presencia para ir a buscar al padre de la nena. Con suerte estaría sobando a pierna suelta. Sería mejor. Lo mejor. Sí, lo mejor.
(C) [Madrid ciudad] La noche después (Eva Espinosa)
Moderador: Variable
Re: (C) [Madrid ciudad] La noche después (Eva Espinosa)
El dominio de las sombras que poseía Eva no era tan poderoso como para que fuera selectivo. No obstante, tampoco le hizo falta, porque el bebé volvió a echarse a llorar.
No tardó en deslizarse en silencio por la casa, que parecía no albergar a nadie más. Se trataba de un apartamento pequeño de una madre soltera.
No tardó en deslizarse en silencio por la casa, que parecía no albergar a nadie más. Se trataba de un apartamento pequeño de una madre soltera.
Siempre hay múltiples caminos para llegar a un destino: algunos empedrados, algunos asfaltados, otros son caminos que atraviesan bosques y otros se sumergen bajo las montañas. Cualquiera que sea el camino, el mío siempre es el de la no espada.
Re: (C) [Madrid ciudad] La noche después (Eva Espinosa)
Aquello le encogió de nuevo el corazón. Bueno, no realmente porque no le latía pero, por muy muerta que estuviera, por mucho que se hubiera apagado por dentro no podía hacerlo. Tenía un pequeño bebé que dependía totalmente de ella. Estaba sola en el mundo para sacar adelante a su familia. No, no podía.
Dentro de ella estaba la gran tentación con voz propia, la que le decía que por un traguito no le iba a pasar nada. Pero recordaba lo que se sentía estando al otro lado, cuando vió a Daniel, cuando esos hijos de puta de los Otros estuvieron jugando con ella y casi creyó que estaba loca. No, no podía. No quería tomar su sangre en contra de su voluntad. Tampoco quería desquiciarla. Ni debilitarla.
Junto a la puerta se sintió tan mal por haber pensado en devorarla delante de su hija que le dejó un par de billetes de cincuenta junto a las llaves. No era mucho pero así esperaba así tranquilizar su conciencia porque su hambre no iba a hacerlo. Abrió la puerta con cuidado para que no se enterase y se marchó, ocultando su presencia y dirigiéndose para bajar las escaleras hacia el apartamento de su tío lo más rápido que la cautela le permitiera. Agudizó sus sentidos porque ahí debían estar sus enemigos o puede que alguna trampa.
Algo raro estaba pasando...
Dentro de ella estaba la gran tentación con voz propia, la que le decía que por un traguito no le iba a pasar nada. Pero recordaba lo que se sentía estando al otro lado, cuando vió a Daniel, cuando esos hijos de puta de los Otros estuvieron jugando con ella y casi creyó que estaba loca. No, no podía. No quería tomar su sangre en contra de su voluntad. Tampoco quería desquiciarla. Ni debilitarla.
Junto a la puerta se sintió tan mal por haber pensado en devorarla delante de su hija que le dejó un par de billetes de cincuenta junto a las llaves. No era mucho pero así esperaba así tranquilizar su conciencia porque su hambre no iba a hacerlo. Abrió la puerta con cuidado para que no se enterase y se marchó, ocultando su presencia y dirigiéndose para bajar las escaleras hacia el apartamento de su tío lo más rápido que la cautela le permitiera. Agudizó sus sentidos porque ahí debían estar sus enemigos o puede que alguna trampa.
Algo raro estaba pasando...
Re: (C) [Madrid ciudad] La noche después (Eva Espinosa)
El sonido de la puerta de la calle abriéndose y cerrándose sí alertó a la mujer, que salió hacia allí, asustada. Al ver que en el rellano no había nada, y que había 100€ más, se metió para su casa, dispuesta a coger un cuchillo y buscar intrusos en su hogar.
Las escaleras estaban a oscuras, el rellano del tercero, alargado, también. El pasillo daba a un total de seis puertas distintas, la de Raúl estaba entreabierta y tenía la cerradura reventada.
Las escaleras estaban a oscuras, el rellano del tercero, alargado, también. El pasillo daba a un total de seis puertas distintas, la de Raúl estaba entreabierta y tenía la cerradura reventada.
Siempre hay múltiples caminos para llegar a un destino: algunos empedrados, algunos asfaltados, otros son caminos que atraviesan bosques y otros se sumergen bajo las montañas. Cualquiera que sea el camino, el mío siempre es el de la no espada.
Re: (C) [Madrid ciudad] La noche después (Eva Espinosa)
Avanzó de la forma más natural posible por si su cobertura de pizzero fallaba. Aún llevaba el casco y el abrigo. A cada paso que daba notaba algo retorciéndose dentro, alerta, nerviosa, asustada. Agudizó su oído mientras avanzaba, negando su presencia, hasta la puerta reventada. Al menor indicio de que había alguien, iba a pegarse a la pared o intentar huir.
Re: (C) [Madrid ciudad] La noche después (Eva Espinosa)
No se escuchaba nada al otro lado, ni se emitía luz alguna desde el interior.
Todo estaba en aparente calma.
Todo estaba en aparente calma.
Siempre hay múltiples caminos para llegar a un destino: algunos empedrados, algunos asfaltados, otros son caminos que atraviesan bosques y otros se sumergen bajo las montañas. Cualquiera que sea el camino, el mío siempre es el de la no espada.
Re: (C) [Madrid ciudad] La noche después (Eva Espinosa)
Al no ver ni escuchar nada el sentimiento de inquietud se convirtió en algo pesado, e indescriptible. La certeza pesada de que le había fallado a su tío. El hambre y la Bestia se quedaron apartados a un lado. Aquello comenzaba a doler pero aún se agarraba a un leve hilo de esperanza.
Comenzó a revisar la puerta por si había algún sensor o habían dejado algún regalito. Pero ya sabía la verdad. Había tardado demasiado. Habían trasladado a su tío o estaba por ahí en algún lugar de la casa con el cuello roto. Había sido una estúpida componiéndose toda clase de películas para que no la pillaran. ¿Por qué había tenido tanto miedo?
Cuando estuvo completamente segura de que la puerta no tenía nada que pudiera accionarse, iba a entrar negando su presencia y preparándose para lo peor.
Comenzó a revisar la puerta por si había algún sensor o habían dejado algún regalito. Pero ya sabía la verdad. Había tardado demasiado. Habían trasladado a su tío o estaba por ahí en algún lugar de la casa con el cuello roto. Había sido una estúpida componiéndose toda clase de películas para que no la pillaran. ¿Por qué había tenido tanto miedo?
Cuando estuvo completamente segura de que la puerta no tenía nada que pudiera accionarse, iba a entrar negando su presencia y preparándose para lo peor.
Re: (C) [Madrid ciudad] La noche después (Eva Espinosa)
En el interior no había nadie, y estaba a oscuras.
Con extrema facilidad, y ayudándose de la poca luz que entraba desde el balcón del salón, pudo encontrar un bulto negro en el suelo. Al cogerlo, pudo identificarlo como una gorra, de la pizzería.
Con extrema facilidad, y ayudándose de la poca luz que entraba desde el balcón del salón, pudo encontrar un bulto negro en el suelo. Al cogerlo, pudo identificarlo como una gorra, de la pizzería.
Siempre hay múltiples caminos para llegar a un destino: algunos empedrados, algunos asfaltados, otros son caminos que atraviesan bosques y otros se sumergen bajo las montañas. Cualquiera que sea el camino, el mío siempre es el de la no espada.
Re: (C) [Madrid ciudad] La noche después (Eva Espinosa)
Se agachó para recoger la gorra. Había que ser hijo de la grandísima puta para llevarse también al pobre chaval. ¿Qué culpa tenía el chico? Esa gente no se andaba con chiquitas, eso desde luego. Ahora tenía alguien más a quién rescatar. ¡Felicidades, Eva, so lumbreras! Puso el mismo gesto que para suspirar. Estaba tentada de encender la luz pero aún desconfiaba, y podía ser que alguno de esos vecinos ciegos, sordos y mudos que tenía su tito le hubiera dado por llamar a la policía.
Encendió el móvil para iluminarse en su inspección con la linterna. Iba a hacer un exhaustivo repaso al apartamento buscar si se habían dejado algún indicio de a dónde podían haberlo llevado. El móvil de Raúl. El dinero. La pizza. Signos de violencia. Si había algo revuelto. Alguna nota... ¡Algo! Porque lo único que tenía era la dirección de la oficina de plaza Castilla y la calle dónde había perdido la moto. Es posible que hubieran desmantelado la oficina pero lo mismo los garajes del Barrio del Pilar, no.
¡Joder! ¡Joder! A buscar, Eva, ¡ya!
De camino aprovechó para ver la app con el estado del pedido, revisar sus posibles mensajes y llamadas perdidas e informar a Daniel por chat secreto y también a interesarse por la chica. Y luego, una revisión bien a fondo de la casa.
Encendió el móvil para iluminarse en su inspección con la linterna. Iba a hacer un exhaustivo repaso al apartamento buscar si se habían dejado algún indicio de a dónde podían haberlo llevado. El móvil de Raúl. El dinero. La pizza. Signos de violencia. Si había algo revuelto. Alguna nota... ¡Algo! Porque lo único que tenía era la dirección de la oficina de plaza Castilla y la calle dónde había perdido la moto. Es posible que hubieran desmantelado la oficina pero lo mismo los garajes del Barrio del Pilar, no.
¡Joder! ¡Joder! A buscar, Eva, ¡ya!
De camino aprovechó para ver la app con el estado del pedido, revisar sus posibles mensajes y llamadas perdidas e informar a Daniel por chat secreto y también a interesarse por la chica. Y luego, una revisión bien a fondo de la casa.
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Re: (C) [Madrid ciudad] La noche después (Eva Espinosa)
El apartamento presentaba algunos síntomas de violencia: pequeños objetos movidos de sitio o que se habían derribado. Sobre todo parecía afectar especialmente a la entrada, donde al menos se debían haber forcejeado con dos personas diferentes.
Buscando, alcanzó a ver algo que era "oro puro". Bajo una cómoda, con el cristal roto, había un teléfono móvil inteligente.
Según Daniel, la chica ya había ido hace tiempo y, según la app, aparecía pendiente de entrega.
No tenía mensajes.
Buscando, alcanzó a ver algo que era "oro puro". Bajo una cómoda, con el cristal roto, había un teléfono móvil inteligente.
Según Daniel, la chica ya había ido hace tiempo y, según la app, aparecía pendiente de entrega.
No tenía mensajes.
Siempre hay múltiples caminos para llegar a un destino: algunos empedrados, algunos asfaltados, otros son caminos que atraviesan bosques y otros se sumergen bajo las montañas. Cualquiera que sea el camino, el mío siempre es el de la no espada.