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Re: "Countdown" 5
Publicado: 02 Mar 2025, 20:55
por Pagliacci
La periodista se inclinó hacia el hombre moribundo, una parte de ella saboreaba la sensación de tener su vida entre sus manos, mientras que otra todavía se sentía horrorizada por todo lo que había ocurrido, lo que estaba ocurriendo. La vampira respiró profundamente, molesta por la segunda interrupción del teléfono. Había luchado durantemente por obtener estas respuestas, pensaba tomárselo con calma.
-Quiero que me digas quién eres, para quién trabajas. Quién era la chica que llevabas en el coche, a quién se la estabas entregando y cambio de qué.
Mientras esperaba las respuestas, abandonó la oscuridad, rasgó una parte del pantalón de aquel hombre y comenzó a aplicarle un torniquete a la pierna destrozada.
Re: "Countdown" 5
Publicado: 03 Mar 2025, 20:27
por Jebediah_Gogorah
La figura de Nyx aparecio entre las neblinas de la madrugada con aquel gabán elegante que le daba un porte ciertamente ejecutivo. Si Pagliacci era la hija díscola, siempre capaz de ir de frente y resolver los problemas de manera directa, el brujah, era el hijo sosegado que urdía planes desde su cuarto para luego sacarse jugadas maestras de la manga. Quizás allí estuviera el éxito o fracaso de aquella coterie, en lo diferentes que todos eran entre sí, y no obstante, un sentimiento de orfandad ante la madre ciudad, los unía cada una de aquellas noches.
Se acercó a su encuentro, sin tiempo para introducciones.
- Nyx... ¿está todo bien? ¿te encuentras bien, amigo? - palpó con sus manos huesudas sus hombros.
Re: "Countdown" 5
Publicado: 05 Mar 2025, 20:57
por DarkOsca
Nyx dejó que Montecristo le tomara por los hombros sin apartarse. Había algo casi fraternal en aquel gesto, en la forma en que el Tremere buscaba asegurarse de que estaba entero.
-Estoy bien.
Respondió con calma, aunque la noche no había sido precisamente tranquila.
-He estado asegurando un lugar para nosotros. Solomon nos ha proporcionado un espacio en un centro judío, pero no es algo permanente. Nos tienen bajo vigilancia, y no sé cuánto tiempo nos permitirán quedarnos.
Hizo una pausa, observando el rostro de su compañero en la penumbra. Sabía que su preocupación no era solo logística.
-¿Y tú? ¿Qué más sabes de Virgil? No va a ser tan sencillo como llegar y sacarla, ¿verdad?
No se molestó en disimular la gravedad de la situación. Montecristo sabía tan bien como él que un Tremere con una prisionera no iba a cederla sin más.
Re: "Countdown" 5
Publicado: 08 Mar 2025, 22:01
por Voivoda
OFF: Sigo con la escena de Pagliacci para ir avanzando, mientras la conversación de Nyx y Montecristo puede continuar
La sangre brotaba de la pierna de aquel hombre anticipando un drama sin retorno en no demasiado tiempo si no recibía atención médica. Pagliacci sabía lo justo para contener la hemorragia, aunque era consciente de que aquel tipo necesitaba ayuda especializada. Un ligero arrepentimiento se cruzó en su mente, más aún al comprobar que el hombre estaba aterrorizado, cansado, casi irreconocible por el barro... y que no debía ser más que un empleado, ya que no estaba dispuesto a llevarse muchos secretos a la tumba.
La Caitiff pensó por un momento si se habría excedido al dispararle. El olor de su sangre interrumpía esos pensamientos situándola al límite de sus dilemas morales y del empuje de su naturaleza no-muerta.
-
Me... me llamo... Don -dice con un hilo de voz mientras trata de incorporarse mínimamente para poder hablar con la Caitiff mirándole a la cara-
Trabajo para... Adam... Rand.
El hombre vuelve a apoyar su nuca en el barro y Pagliacci teme que vaya a perderlo. Espera unos segundos mientras el tipo recupera el resuello y deja que el nombre de aquel hijo de la gran puta de Nueva Jersey permaneciera esos instantes en su mente.
-
No... no sé quién era esa chica... sólo sé que tenía que venir... aquí-otro momento de descanso que empieza a impacientar a Pagliacci-
Cada cierto tiempo cargo en la universidad... y hago estas entregas... cada vez... a gente distinta. No, no... no los conozco.
Don coge un poco más de aire.
Me pagan... muy bien. No hago preguntas... Y... me dan...- parece quedarse sin fuerzas, pero señala con su mano izquierda al bolsillo de su chaqueta. Pagliacci reacciona con rápidez y rebusca hasta encontrar una pequeña bolsa de plástico y un papel doblado junto a ella. La Caitiff tiene que alzar la bolsa, que parece contener algo ligeramente pesado, para poder ver bajo la lejana luz de las pistas del aeropuerto qué contiene: hay un montón de pequeñas monedas que parecen totalmente desgastadas.
Pagliacci no les prestó por el momento más atención, intuyendo que ahora mismo no tenía información suficiente para llegar a conclusiones. Al desdoblar el papel, sin embargo, un pequeño sobresalto agitó su corazón muerto. Era una copia impresa del
artículo que hace algunas noches había remitido a Jameson para que lo publicara. Pero eso no fue lo que la sobresaltó. Sino el hecho de que era una copia impresa de su correo original, con los nombres que su amigo no había publicado... y con su propia firma.
Pagliacci miró de nuevo a aquel desgraciado. Es poco probable que supiera mucho más, pero los vínculos entre Adam Rand, su pasado... y su presente, así como el miedo que había tenido a que en ese maletero fuera Melinda y no aquella otra chica quien estuviera encerrada le provocaban arcadas de sangre.
Re: "Countdown" 5
Publicado: 08 Mar 2025, 23:35
por Pagliacci
La periodista se quedó mirando al secuaz de Rand, sin pestañear, de forma tan antinatural como era capaz de mirar un cadáver resucitado. Trató de procesar poco a poco toda la información. La vinculación con Rand se confirmaba, igual que su relación con la universidad, con los repugnantes brujos. La alianza de sus mayores enemigos era una realidad, una amenaza avasalladora, un descubrimiento que no dejaba dudas, los Tremere se encontraban detrás de la trata de personas.
Su piel no muerta se erizó mostrando una respuesta galvánica, una respuesta demasiado humana. La Caitiff apretó con fuerza el torniquete, con rabia. La noticia de la carta fue un nuevo jarro de agua fría cayendo sobre ella, ahora estaban detrás de Jameson y, esta vez, era culpa suya. Ella había arrojado a los sabuesos de los usurpadores sobre el editor, era su responsabilidad protegerlo. La vampira le arrebató la carta con ira, así como las monedas antiguas y el teléfono, que guardó en sus pantalones. Paseó nerviosa entorno a su Don, su presa. Ese tipo era escoria, merecía morir, era parte activa en el contrabando de mujeres y, además, estaba detrás de sus amigos.
La no muerta apretó sus fría manos entorno al rifle, acarició el gatillo mientras miraba fijamente al moribundo y horrorizado Donald. El olor dulzón de la herida necrotizada apuntaba a que no sobreviviría mucho tiempo. Matarlo ahí mismo sería rápido, el mundo no perdería a una buena persona, no todo el mundo merecía segundas oportunidades. Pero todavía era un ser humano, todavía podía cambiar y ella le había prometido llevarlo al hospital. Demasiadas muertes sobre sus espaldas en una sola noche.
La huérfana cargó con el malherido lacayo de Rand hasta el coche, regresando al lugar en el que se había desatado la carnicería. Echó un vistazo a los cadáveres de los vampiros que había desangrado, despojos secos de carne ennegrecida. Casi esperaba encontrar la furgoneta, una post-imagen de un recuerdo que nunca olvidaría. Aún le atemorizaba que estuvieran siendo observados o grabados desde el aeropuerto, pero su mayor miedo era que el teléfono de Don estuviera grabando.
-¿Cuál es la clave del teléfono y cómo se ponen en contacto contigo desde la universidad?- Dijo mientras sacaba la rueda de repuesto del maletero del sedán y se apresuraba a cambiarla por el neumático rajado.
Re: "Countdown" 5
Publicado: 09 Mar 2025, 12:06
por Jebediah_Gogorah
- Más vale eso que nada... - dijo en referencia al nuevo refugio que Nyx les había agenciado - buen trabajo y gracias. - Se rascó la barbilla de manera nerviosa, casi compulsiva. - No, no va a ser fácil. De hecho no sé exactamente donde está. Sólo sé que la tiene el cabrón de mi hermano en Columbia - señaló hacia las calles que se perdían hacia el campus.
Sopesó sus pensamientos - Me he encontrado con mi sire. Me ha ofrecido la salvación a cambio de mi lealtad. Intenté cambiar esa lealtad a cambio de Melinda, pero a esa arpía no le acaba de interesar. - Agachó la mirada - Claro, que también todo podría ser un truco, una ilusión... en estas noches, ya me cuesta distinguir lo real de lo irreal. - Volvió a mirarle a los ojos - Pero... ¿que otra alternativa tenemos que comprobarlo?... - cambió de tema, no permitiendo una respuesta inmediata del brujah - ¿sabes algo de Pagliacci?...
Re: "Countdown" 5
Publicado: 09 Mar 2025, 15:22
por DarkOsca
El Brujah escuchó en silencio, observando a Montecristo con atención. No le gustaba lo que oía. La palabra "salvación" en labios de un Tremere nunca auguraba nada bueno, y mucho menos si venía de su sire. Pero no era el momento de detenerse en ello.
-No me gusta, pero tienes razón. No tenemos muchas opciones. Si Virgil la tiene, no la dejará ir por simple voluntad propia.
Su mirada se desvió hacia la dirección que señalaba Montecristo, perdiéndose momentáneamente en la idea de un rescate que parecía cada vez más complicado. Luego, cuando la pregunta sobre Pagliacci cayó entre ellos, negó con la cabeza.
-Nada. No ha respondido mis mensajes. Espero que sea porque está ocupada y no porque esté en problemas.
Guardó un breve silencio antes de volver a centrarse en lo urgente.
-Si no sabes dónde la tiene exactamente, lo primero será encontrarlo. ¿Tienes algún punto de contacto con él? Alguien que pueda llevarnos hasta él sin levantar demasiadas sospechas.
Re: "Countdown" 5
Publicado: 14 Mar 2025, 20:21
por Voivoda
Pagliacci sonrió satisfecha al terminar de cambiar la rueda. El tipo se apoyaba sobre la puerta trasera del coche luchando por mantener la consciencia, en el punto medio entre el dolor y el adormecimiento. La Caitiff sentía más repugnancia y desidia por su destino que genuina empatía. Si no lo dejaba allí enterrado era más por sí misma y lo que sentiría cuando finalmente estuviera en un lugar caliente y limpio que porque realmente le preocupara aquel desgraciado. La creciente paranoia sobre que quedara algún rastro digital de toda aquella escena postapocalíptica en aquel enorme barrizal iba creciendo también en sus pensamientos.
Estaba totalmente embarrada y por un momento sintió que por fin podría alejarse de aquel lugar, sobre todo cuando aquel infeliz desbloqueó su teléfono. Volvió a mirar sin sentimiento alguno a aquel despojo humano. Aquel pedazo de basura era el enlace de todos sus problemas. De quien tenía a Melinda, de quien traficaba con mujeres como alguna vez quizá hicieron con ella misma, quien cobraba de Adam Rand, quien menudeaba con información de los pocos amigos que aún sentía que podía tener. Si no podía asentarse en la capital del mundo era por pequeñas piezas como ese idiota que tenía delante.
Un idiota que aún tenía respuestas que necesitaba.
-
En... en Columbia... tengo que ir al párking del Instituto Zuckerman... -el esfuerzo que hace para hablar desespera a Pagliacci, pero le da tiempo para pensar. Esa institución destaca por sus estudios sobre el cerebro humano... y las ciencias forenses
- Allí... allí... entrego estas cosas...-dice señalando a la bolsa de monedas viejas-
y cargan en el maletero... El... el... tipo que parece mandar... -tose sangre y barro-
... se llama Virgil, creo.
Montecristo hace memoria mientras camina con Nyx por una calle solitaria donde se acumulan las hojas sobre el asfalto y la acera húmedos, una de esas calles cercanas a Central Park que, a pesar de estar cerca de algunos de los edificios más altos del mundo, mantiene aún una esencia que recuerda a las calles del Londres victoriano. Quizá por eso la calle inspira sus pensamientos y le lleva a momentos que creía olvidados, de poco después de cuando fue Abrazado, cuando aún estaba aprendiendo los secretos de la noche y de su esotérica familia junto a Virgil y bajo la vigilancia de Hex.
Su hermano de sangre nunca había estado bien. Procedente de una ciudad del Medio Oeste, era apenas un adolescente cuando fue testigo de los maltratos de su padre hacia su madre que acabaron con unos disparos de escopeta, titulares en los periódicos locales y el joven Virgil siendo trasladado a un internado en el que se convertiría en un prodigioso estudiante que llamaría la atención del Clan Tremere. No obstante, ese pasado, además de haberle convertido en un tipo que para Montecristo era potencialmente psicopático, le había provocado cierta tendencia a proteger a niños pequeños.
Una tendencia que a Montecristo le parecía que tenía un aspecto un tanto perturbador. Recordaba que Virgil solía acudir a un edificio parecido a aquellos de la calle por la que paseaba con Nyx. Era un orfanato que gestionaba una orden religiosa católica. Montecristo había evitado hacer preguntas sobre aquella costumbre porque le resultaba incómoda. Pero sí recuerda que Hex acabó cantándole las cuarenta a su hermano. Sería a mitad de los ochenta, quizá a principios de los 90. Un momento en el que estaba claro que Montecristo no era el obediente servidor de la Camarilla que su Sire esperaba que fuera.
Aún recuerda haber escuchado aquella discusión, que ahora cobraba más importancia. El Tremere lamenta no tener un recuerdo más nítido, pero parece ser que Virgil se había encariñado con un chiquillo... y resulta que ahora aquel orfanato era tan peligroso como las hogueras de la Edad Media. Eran los tiempos en los que empezaba a haber rumores sobre el renacimiento de una nueva Inquisición. Y parecía que tenía algún tipo de influencia en órdenes religiosas como la que gestionaba aquel lugar.
Virgil se había metido en la boca del lobo, y Hex le había prohibido terminantemente volver a poner un pie en aquel edificio. Montecristo seguramente podría recordar dónde estaba aquel orfanato. Pero no podía asegurar que no fuera un lugar potencialmente letal para tres vástagos.
Nyx dejó durante unos segundos a Montecristo sumido en sus pensamientos mientras caminaban en silencio. Había aprendido a respetar los tiempos del Tremere, que era un tipo taciturno pero con una mente analítica y policial en cuyos recovecos quizá pudiera encontrar respuestas útiles para toda la Coterie.
El Brujah escuchaba el sonido de los pasos de los dos y su mente se iba hacia el destino de Pagliacci y a cómo encontrar una solución viable al futuro de los tres. Le preocupaba que la periodista hubiera hecho algo visceral y estuviera envuelta en problemas. Ella no era tan silenciosa como Montecristo. Por otro lado, Nyx era consciente de que los tres tenían sus propios fantasmas personales que por respeto mutuo nunca habían terminado de presentar a los demás. Y que los tres temían no solo por Melinda, sino también por sus propias anclas que les mantenían cuerdos y unidos a la realidad. Aquel chaval a punto de echar a perder por la borda su vida que era familia de Montecristo, aquel periodista del que Pagliacci hablaba con tanto respeto.
David Anderson.
Nyx sentía sobre sus hombros la responsabilidad de encontrar una salida al final del túnel. El destino de Melinda, el riesgo creciente de la vigilancia policial alrededor de la cumbre de la OTAN, las amenazas a sus aliados, tipos como los Shelby, Virgil o Isaac Solomon con los que habían tratado en los últimos meses. Debía haber alguna manera de conducir ese puzzle de intereses para lograr un refugio y cierta protección externa.
Para conseguir tener un simple terruño urbano anónimo al que llamar hogar.
Re: "Countdown" 5
Publicado: 14 Mar 2025, 23:21
por Pagliacci
Al igual que el pseudónimo, la periodista no había escogido la panoplia de insultos por los cuáles la estirpe se refería a los sin clan: basura, escoria, parias, huérfanos, inconformistas y el arcaico Caitiff. Todas ellas palabras de desprecio con un denominador común, la marginalidad, el abandono, el hambre. Era una más en la famélica legión de anarquistas arrojados al arroyo, enviados a las hogueras para proteger los privilegios de bastardos atrincherados en sus rascacielos, gente como Virgil Santos, para la cual no valían nada.
La no-muerta memorizó la clave de desbloqueo del teléfono de Don y comprobó rápidamente que no estuviera grabando o hubieran llamadas en curso. Un rápido vistazo a la agenda de contactos bastaría para darle gran parte de la información que necesitaba, pero las conversaciones eran oro puro para una chupatintas como ella, pensaba analizar detenidamente el terminal en cuanto pudiera. Aquello le recordó que su propio teléfono seguía marcando su ubicación. Guardó el teléfono de Don en sus bolsillos y encendió el suyo propio, la luz líquida de la pantalla mostraba numerosas notificaciones tras el grafeno.
-Tengo información valiosa, podría llevarnos hacia ella. Puede que estén experimentando en Zuckerman. - Tecleó rápidamente a Nyxe. Después cambió de conversación, sintió miedo, se le había formado un nudo en el estómago.
Y se puso a escribir, sin tiempo para pensar...
-Jameson, estás en peligro, Virgil Santos intenta matarte y deberías buscar protección. No acudas a la policía, escóndete. Por favor. Por favor, ponte a salvo. Esta gente tiene contactos en la política, Rand, un peso pesado en New Jersey. Por favor, ten cuidado, escóndete.
Guardó el segundo teléfono y miró detenidamente al secuaz de Rand, todavía considerando la posibilidad de dejarlo allí tirado, el asco que sentía por su papel en la trata amenazaba con superar la humanidad que quedaba en aquella piel fría. Lanzó la rueda rajada lejos, pero no cerró el maletero. El olor del hierro y de la humedad se mezclaban con un frío que calaba en sus gélidas venas. Agarró con las dos manos al despojo humano y lo arrojó al interior del maletero, donde hacía menos de una hora había estado otra persona. Y le dijo, apuntándole con una embarrada llave inglesa.
-¿Qué son esas monedas? Dímelo todo, estoy perdiendo la paciencia.
Re: "Countdown" 5
Publicado: 16 Mar 2025, 10:23
por Jebediah_Gogorah
{
https://www.youtube.com/watch?v=qU8UfYdKHvs - Stripped by Depeche Mode }
Metropolis has nothing on this
You're breathing in fumes, I taste when we kiss
Take my hand, come back to the land
Where everything's ours for a few hours
Montecristo caminaba cabizbajo. Sentía la calidez de tener a alguien conocido al lado, pero ambos iban en silencio. Atraído por una especie de magnetismo extraño, quizás imbuido por la propia neblina del
Támesis, sus pasos habían ido desembocando en aquellas calles aledañas al propio parque y con aquel aspecto tan colonial que te parecían transportar a la mismísima capital británica.
Entonces, los recuerdos, empezaron a brotar como burbujas en una taza de té humeante. Tal vez, y sólo tal vez, los mismos fueran tan turbios que quiso guardarlos para siempre en la parte más recóndita de su alma. Pero aquellos días, él estaba aprendiendo todo lo referente a su nueva no vida, y tan solo se limitó a compadecer a aquellas pobres criaturas sin padres y sin futuro, maldecidos para siempre con una nueva desdicha. La madera de los crucifijos se colaba ahora en su retina, y agijonazos certeros se apoderaron de sus entrañas.
Su cara era pecosa y alegre y su pelo rojizo como el sol que recordaba del atardecer. Un pequeño irlandés perdido en las profundidades de los estados unidos; un tímido
redneck del medio oeste, nada que ver con el aspecto casi latino de
Virgil. Pero su hermano de sangre, había clavado su mirada en él cómo un águila en un desvalido cabritillo, y cómo era habitual en él, no pararía hasta hacerlo suyo, sin conocer en profundidad, afortunadamente para su conciencia, la literalidad de aquella afirmación.
- Un orfanato... - rompió el tremere aquel ensimismado silencio
- Tenemos que buscar un orfanato por aquí. Quizás podamos pagarle con la misma moneda. - Era consciente de que estaba soltando ideas al aire, que probablemente su
partenaire brujah no estuviera captando, así que trató de aclararlo
- Virgil tenía un gusto un tanto "extraño" - entrecomilló con sus garbosos dedos
- Si consigo acceder a algún tipo de registro del orfanato donde solía frecuentar y seleccionar a su rebaño, tal vez, chiquillos, pueda reconocerlo. Entonces lo buscaré y le aplicaré nuestra particular ley del talión. - Miró a
Nyx intentando buscar una apresurada aprobación
- Propondremos un cambio con Melinda... -sentenció con toda la rabia acumulada y notando como sus músculos se habían tensado en demasía
- ...o un ojo por ojo...