
Scheherazade, Sheihrazade, Sherezade, Sherazade, Shahrazadas o Shahrazad (en persa, شهرزاد, Shahrzād) es el personaje y la narradora principal de la recopilación de cuentos en farsi titulada "Las mil y una noches."
La historia por capítulos cuenta que el sultán Shahriar (en persa, شهریار «rey») desposaba una virgen cada día y la mandaba decapitar al día siguiente. Todo esto lo hacía en venganza, pues había descubierto a su primera esposa engañándolo. Ya había mandado matar a tres mil mujeres cuando conoció a Scheherezade.
Hija del gran visir de Shahriar, Scheherezade se ofrece en contra de la voluntad de su padre al rey con el fin de aplacar su ira. Una vez en las cámaras reales, Scheherezade le pide al sultán dar un último adiós a su amada hermana, Dunyazad. Al acceder a su petición y encontrar a su hermana, ésta le pide un cuento, como secretamente había planeado Scheherezade, y, así, la esposa del sultán inicia una narración que dura toda la noche.
Scheherezade mantiene así al rey despierto, escuchando con asombro e interés la primera historia, de modo que pide que prosiga el relato, y Scheherezade aduce la llegada del alba para postergar la continuación hasta la noche siguiente. Shahriar la mantiene con vida ante la perspectiva de la narración por venir. El mismo acontecimiento se repite durante una y otra noche, encadenando los relatos uno tras otro y dentro de otro, hasta que, después de mil y una noches de diversas aventuras, y ya con tres hijos, no solo el rey había sido entretenido sino también educado sabiamente en moralidad y amabilidad por Scheherazade, quien de concubina pasa a ser esposa del rey de pleno derecho.
El núcleo de estas historias está formado por un antiguo libro persa llamado Hezar-afsana o los Mil mitos (en persa: هزارافسانه).

En el Mundo de Tinieblas, Scherezade es considera una de los más grandes entre el Linaje feérico de los Elegbara o Eshu, la Dama de las Leyendas o Señora de los Velos.
SCHEREZADE
Todos los Elegbara ofrecen plegarias a Scherezade, "La Dama de las Leyendas", especialmente los que se encuentran a un solo cuento del desastre. Algunos incluso cuentan que se les ha aparecido en sueños o en una visión para enseñar un cuento a los que lo necesitan con urgencia para salvar su vida, aunque por supuesto, es imposible verificar la verdad de esas historias. En cualquier caso, los Elegbara la adoran como la primera y más grande los orishas que surgieron de las filas de la Tribu, y la expresión habitual de despedida de los Eshu: "Espero que vivas para contar mil cuentos" tiene su origen en las primeras versiones de su leyenda.
Se sabe poco sobre la vida de Scherezade más allá de lo que ella misma decidió contar (en realidad, otros de los nombres habituales por los que se la conoce es "La Señora de los Velos"), y eso es lo que se ha transmitido entre los mortales y Elegbara de generación en generación. Sin embargo, dos elementos importantísimos sobre su vida escapan de los relatos de los mortales: El primero es el legendario "feudo flotante" conocido simplemente como el "Círculo de Scherezade", el segundo se refiere a sus descendientes, que siguen siendo una fuente tanto de orgullo como de frustración para la Tribu.
Tal y como cuentan los Elegabara, aunque al principio Scherezade parecía una simple servidora al servicio de su sultán, cuando se hubo ganado su favor tuvo cinco hijos con él. Los dos chicos eran mortales mundanos, y las tres chicas, trillizas, disponían del don de la profecía, pero una de las celosas esposas del sultán las maldijo para que llevaran la desgracia allí por donde fueran. Debido a esta maldición, Scherezade tuvo que implorarle al sultán que les perdonará la vida contándole su historia más fabulosa. Cuando terminó, el sultán decidió que no las ejecutaría, pero decretó que debían ser separadas para siempre, porque sino acabarían destruyendo su reino por completo.
Enfadadas y resentidas por su destierro, las tres hermanas Elegbara lanzaron una maldición sobre su propia sangre: si tres de sus hijos llegaban a reunirse algún día, todo Oriente Medio ardería en llamas a su alrededor. Tras lanzar la maldición, se esfumaron de la faz de la tierra. Se dice que cada noche Scherezade le susurraba una historia al viento para que protegiera a sus hijas, pero nunca volvió a verlas.
Sin embargo, cada pocas generaciones aparece un Elegbara o un par de ellos cuyos dones para contar relatos lleva ciertamente la marga de un gran linaje, y cuyas vidas enriquecen a la Tribu, pero cuya llegada es anunciada por la aparición de desastres en las tierras natales de los Eshu. Algunos de los más ancianos aseguran que en esos casos se escucha una suave voz femenina susurrando entre los vientos del desierto.
El ciclo continúa. Hace casi dos siglos que no aparece ningún descendiente de Scherezade, pero los mayores entre los Ifa señalan que ya existen dos en algún lugar del mundo, y la aparición de la oscura estrella roja significaría que ha aparecido un tercero. Si llegaran a reunirse, podría significar el comienzo del Invierno sin Fin...o el anuncio de una nueva Primavera para todas las Tribus.