Webvampiro

Patrick deja que la crepúscular quede arrodillada en el túnel, sin empatía alguna hacia ella. Casi no le había complacido pues sus respuestas no eran nítidas y sus balbuceos le sacaban de quicio. Eran el tipo de basura que las drogas y la sangre cada vez más licuada iban dejando a su Nueva York cada vez más desconocido, más lejano y menos genuino.

- Busca a Nyx, debemos volver al refugio y mañana peinar Columbia - le dijo a la paria- Melinda debe ser nuestra prioridad.

Miró nuevamente a Lena con cierta desidia y nada de pena. Había acabado de impostar su papel de madero comprensivo. Tampoco iba a ejercer ahora el rol de poli malo, pero por un momento deseo sacarla de aquel estado de sopor a base de un buen par de hostias, como la vieja usanza setentera, y arrancarle las respuestas aunque fuera otro conjunto de sinsentidos.

Si ha tenido algo de coherencia esa conversación ha dejado de tenerla hace tiempo. Vuelve a temas más mundanos, le pregunta por sus proyectos, por educación, lo escucha durante un par de minutos y le desea que pase una buena noche.

La información que ha recabado puede ser importante, tiene que compartirla con sus compañeros a los que busca a partir de ese momento. No se deja impregnar por la atmósfera decadente del sitio, sigue sin sentirse a gusto. Los que nos joden a todos, los mandones de Wall Street. No será agradable pero va a sugerir ir a uno de los eliseos de este distrito para compartirlo con los rígidos habitantes de la zona. Es su última esperanza antes de darse por vencido.

La periodista se quedó en silencio, oscilando entre la compasión y la necesidad urgente de desaparecer de allí cuanto antes, por unos segundos, las dos emociones en conflicto cruzaron su rostro y dejaron una mueca extraña en su piel muerta. Su corazón latió dos veces, a cada latido le acompañó una respiración profunda, despertando recuerdos de vida en el tejido seco y necrótico de sus pulmones.

-Si quieres, puedes venir con nosotros.- Le dijo a la sangre débil, antes de ponerse en marcha. Y dejaron atrás la iglesia, sin haber encontrado respuesta o perdón por sus pecados.