Webvampiro

Di Maggio chasca la lengua y da un golpe tremendo con la palma de su mano sobre la barra del local, haciendo que retumben las lámparas y los utensilios de cocina. Nicole puede notar una congoja creciente en su interior al tiempo que su mirada parece captar elementos invisibles a los ojos mundanos. Puede notar la vibración eléctrica como ligeras ondas en el ambiente, acompañada de un zumbido indetectable.

Está bastante convencida de que lo que percibe no está al alcance de los Brujah, mucho menos de los otros ocupantes del local. De hecho, el golpe de Di Maggio le ha hecho dar un bote de sorpresa porque en sus oídos ha sonado como el impacto de un martillo hidráulico. Sin dejar de intentar desear en lo más profundo de su ser que las Bestias de aquellos Vástagos de sangre caliente se mantuvieran atadas, sigue la dirección de aquellas vibraciones hasta donde presupone que debe estar el cuadro eléctrico: detrás de una puerta metálica situada junto a los baños.



Tindalos se siente extrañamente calmada. Por un momento se pregunta si realmente la Bestia Brujah es tan ingobernable como dicen. Luego piensa que ese mero pensamiento orgulloso ha llevado a la ruina a no pocos compañeros de su Clan. El caso es que al tiempo que contiene el deseo de poner en su sitio a quien empieza a ver como un paleto italoamericano que puede serle útil en el futuro, también deja sus instintos encadenados. Bobby hace un esfuerzo parecido a juzgar por el tiempo que pasa de espaldas a vosotros apoyado en la barra.

Los hombres que están en el local no muestran sus armas abiertamente, pero sois conscientes de que estáis siendo apuntados desde diferentes direcciones.

La voz de Di Maggio, que no se gira, es un susurro que da más miedo que cuando fanfarroneaba a voces.

- Debería darte vergüenza ser poco más que la chica de los recados. Ser una esclava. Yahaira debe estar descojonándose de la risa todas las noches.

La imagen de la Anarquista riéndose de Miki le produce un extraño placer y de nuevo una rabia latente al mismo tiempo a Tindalos. Di Maggio se gira y se apoya en la barra sin rastro alguno de su sonrisa.

- Os he dicho que os piréis y se me está acabando la puta paciencia.

Nicole piensa por un instante que quizá no sea necesario el truco del cuadro de luces, pero no puede terminar de confiar en que en cuanto os dirijáis a la puerta no empiece una lluvia de tiros. La Malkavian nota que la ansiedad está minando su resistencia mental, llevándola al límite del estrés.
Ambos sentís que habéis salvado la no-vida por el momento, pero también que no volveréis a ser bien recibidos en ninguna de las calles de Little Italy.

Tindalos pensó en la doctora Akiva. La pizza había salido cara esta noche.

OFF: Tadd Ansia 1 y 3 daños superficiales a la FV.
Nicole, Ansia 2, 3 daños superficiales a la FV (ojo, que solo te queda uno)

Me subo la mascarilla de nuevo y sigo a Tindalos hasta la puerta sin atreverme a apartar la vista de d'Maggio ni a hacer el más mínimo ruido, como si todos estuvieran esperando a que hiciera cualquiera de esas dos cosas para acribillarme a balazos. Ni siquiera me atrevo a decir nada hasta que doblamos la esquina y perdemos de vista el local.

-Dale tiempo- le digo a Tindalos intentando tranquilizarle. Me costaba creer que fuese a tenérsela jurada durante décadas por una pequeña chulería. -Ya verás como se le termina olvidando. -Pienso en el golpe que dio por el que aún me pitan los oídos. D'Maggio también se había dado cuenta de que estaba perdiendo el control, y me pregunto si no habrá algún motivo por el que él también esté más nervioso -o paranoico- de lo habitual.

Intento convencerme de que no ha salido tan mal. D'Maggio no nos ha pedido otro favor a cambio, y las respuestas de Leah y la abogada de Chang no van a llegar hasta mañana. Así que tenemos lo que queda de noche para escribir la carta y encontrar un Refugio para los próximos días. Recorro las calles con la mirada. Hemos llegado a la frontera con Chinatown, y la noche todavía parece tranquila.

[https://youtube.com/embed/1S5NDIc1_3U?start=0&end=70 Gasoline - Hasley]

Pero es un alivio fugaz. No hemos solucionado ninguno de nuestros problemas, sólo hemos ganado algo de tiempo. Y hemos perdido el único lugar que parecía a salvo de la policía. Me da rabia, pero me niego a culpar a Tindalos. De no haber sido por él, yo estaría ahora mismo o estacada en una celda o esparcida al viento. Y sin embargo, al mirarle veo que él sí lo hace.

No me quiero imaginar todo contra lo que tiene que estar luchando. El miedo, el Ansia, el Vínculo, una Bestia que según dicen, es mucho más brutal que la del resto. Y seguramente más cosas que no sepa de él. ¿Tendrá miedo de no ser suficiente? ¿De no ser lo bastante fuerte? ¿De no ser capaz de encajar con los suyos? ¿De no ser capaz de salvar a su sire?

¿De no ser capaz de abandonarle?

Tantas emociones y tanta gente tirando de él en tantas direcciones tienen que estar haciéndole pedazos. Y aun así se preguntará en qué se ha equivocado él, que más tiene que hacer él, y por qué él no es capaz de controlar sus emociones. Como si no fuese normal sentirse así con todo lo que le estaba pasando y todo lo que le estaban haciendo.

No me costaba nada empatizar con él.

-Oye, escúchame -le digo agarrándole de la muñeca y poniéndome delante de él para mirarle a los ojos-. ¿No ha sido culpa tuya vale? Tú te has defendido, ha sido él quien ha intentado encantarnos. Y he sido yo la que te ha metido en este lío.

Al final era a mí a quien buscaba la policía y la que necesitaba una muerte y una identidad nueva. Si no nos hubiésemos cruzado, él seguramente hubiera podido encontrar otras cosas en el W sin tener que huir de la policía y sin tener que cambiar de Refugio. Y aún así, se puso otra vez delante de d'Maggio para que a mí no me hiciera nada.

-Eres tú el que me está protegiendo todo el rato -digo bajando la mirada-. Y no entiendo por qué.