Webvampiro

Lars notaba que la cena se le estaba poniendo cada vez más nerviosa con aquella situación. Las palabras de Karen parecía que no terminaban por afectar a aquel tipo.

“Llegó la hora de hacer de superpoli…”

Soltó a la humana y dio un paso al frente. Disimuladamente, abrió la gabardina lo justo para que el hombre pudiera ver el destello de su placa.

“Joder, esto me va a costa el puesto en el cuerpo de policía…”

Se acercó hasta el hombre trajeado lo suficiente como para poder mantener una conversación en un todo de voz bajo. No quería que toda la clientela de la sala se enterase de lo que estaban hablando.

-Si quiere saber mi afiliación, aquí está. - Dijo dando un par de palmadas sobre la gabardina a la altura de la placa. - Ahora, eso sí, nada de nombres. Regla número uno de este sitio, no preguntar por nombres. Una cosa sí le voy a decir, o mucho ha cambiado el mundo en la última hora o, si no me equivoco, las mismas normas del exterior se rigen en el interior de este local. Pues resulta que he perdido la cuenta de las infracciones del código penal que se realizan en este sitio. Y eso que no he visto lo que sucede en las salas vip, tan sólo espero que no haya ni un solo menor en todo el edificio. -Hizo una pausa, en la que aprovechó para sacar un cigarrillo y encendérselo. - Ya sé, ya sé que para poder hacer un registro se necesita una orden judicial. Pero depende de usted el incentivarme o no a que vaya esta misma noche ante un muy buen amigo juez al que no le va a temblar el pulso para firmarla…-Da una calada. - Sí, como bien dice, tenemos todo el tiempo del mundo. Pero también creo que me va a dar la razón, si le digo que no le gustaría para nada en el mundo que un día cualquiera se presente aquí mismo una patrulla de la Brigada Antivicio poniendo patas arriba todo su garito. Aunque no encuentren nada, sólo con el mero hecho de la mala prensa que se generaría… no me lo puedo imaginar. Ayúdeme a ayudarlo, si usted nos ayuda, yo mismo me encargaré personalmente de que los chicos de antivicio no anden husmeando por aquí cerca. Ahora bien, ¿qué va a ser? ¿montamos el numerito? ¿o -Apura el cigarrillo, lo tira al suelo y lo apaga con su zapato. - Usted dirá, podemos ir a una sala más discreta y nos ayuda. O puede echarnos, pero lo prometo que yo mañana vuelvo. Y no le va a gustar que vuelva.