Re: [V5] Madrid Nocturno: El laberinto de las tinieblas
Publicado: 09 Nov 2021, 15:58

Joana nació en Llers, una ciudad de Lleida, en 1756. Pertenecía a una familia de largo linaje, los Rocabertí, que eran respetados y temidos por sus conciudadanos, por su reputación como hechiceros. Y desde que era pequeña Joana supo que su reputación era merecida, pues su familia habían sido servidores de los vampiros desde hacía siglos. Tan estrecha era su relación, que algo de su sangre condenada discurría por sus venas. Los Rocabertí envejecían lentamente, y a menudo tenían que ocultarse en sus propiedades familiares para no despertar sospechas. Joana fue educada en casa, sin conocer prácticamente a nadie salvo a sus parientes, y ocasionales y fugaces visitas al “exterior.” También recuerda las ocasionales visitas de los señores, especialmente el señor conde de Llers, un hombre de rasgos duros y mirada demoníaca.
Cuando tuvo suficiente edad, Joana fue enviada a servir a Juan Tomás Rocabertí, uno de los señores de la familia, al que acompañó en sus viajes por la península. Fue así como conoció la secta del Sabbat. Cuando no asistía a su señor, se dedicaba a estudiar antiguos libros que habían sido transmitidos de generación en generación en su familia.
Hacia 1820 tuvo la ocasión de asistir al teatro por curiosidad, donde presenció “La vida es sueño”, y se convirtió en su gran afición. Con el tiempo compaginó su deber hacia su señor con el mundo teatral. En gran parte por su cuenta aprendió a tejer vestidos, elaborar atrezzo y coreografías, esculpir máscaras y otras artes escénicas, e incluso tuvo ocasión de subir al escenario.
Nunca supo por qué su señor decidió darle el Abrazo, aunque sospecha que en parte fue porque quería apartarla del mundo de los vivos. La vida en el Sabbat era un aquelarre de sangre, algo que chocaba con la naturaleza paciente y observadora de Joana.
Todo eso cambió tras su encuentro con Don Diego Borrás, un Cainita que había sido actor en vida, y fue un amor a primera vista. Juntos crearon la compañía de los Gatos de Medianoche, una manada vampírica de actores itinerantes, que no sólo recorrían España, y después Europa al servicio del Sabbat, transmitiendo información, espiando a la secta y golpeando cuando era preciso a sus enemigos, también se dedicaban al teatro, representando obras clásicas y creando las suyas propias, tanto para el público mortal como el no muerto.
Los Gatos de Medianoche realizaron espectáculos por los que eran muy aplaudidos en sus giras, aunque siempre terminaban regresando a Madrid. Después de la guerra civil cesaron de representar para los mortales, dedicándose a su público nocturno.
La muerte de Diego a finales del siglo XX fue un duro golpe para Joana, que asumió el liderazgo de los Gatos de Medianoche con su eficiencia organizativa. Durante esta época prácticamente desapareció del escenario, concentrándose en labores de montaje e intendencia, o dando consejos de interpretación. No participaban mucho en la política de la Espada de Caín, aunque sus obras teatrales eran muy apreciadas, y fueron sorprendidos cuando los Lasombra se volvieron contra ellos. El teatro donde se refugiaban fue derribado de improviso, y cuando los Gatos se alzaron sorprendidos por la noche entre los escombros, les estaban aguardando.
Sólo Joana y su chiquilla Mercedes sobrevivieron, en gran parte porque habían quedado atrapadas. Cuando consiguieron salir, gracias a la ayuda de unos servidores de la familia de Joana, el peligro parecía haber pasado.
Los Cainitas de Madrid habían enloquecido con la traición de los Lasombra y se volvían unos contra otros. Acusaron a Joana de ser una “hereje” que había renunciado a los verdaderos principios de la secta e intentaron destruirla, pero sólo era una excusa para desahogar su rencor.
Joana huyó, y en la oscuridad se reconstruyó, en cuerpo e identidad. Unos meses después, Gemma Pérez reapareció, una vampira sin clan ni hogar, que convirtió los escenarios teatrales de Madrid en su refugio y rebaño. Contactó con los Anarquistas, y la aceptaron, desconociendo su verdadera naturaleza.
Por el momento, Joana intenta sobrevivir. Todavía mantiene contacto con algunos Cainitas que abandonaron el Sabbat como ella, y se transmiten información para protegerse. Sin embargo, Joana guarda su propio resentimiento hacia los Lasombra que destruyeron a su sire, y está comenzando a prepararse para golpear sus intereses y cobrarse venganza por lo que hicieron, actuando de forma sutil y afilando la daga de su resentimiento.
Tras una larga vida como ghoul, Joana recibió el Abrazo, pero es muy hábil creando un duplicado perfecto de prácticamente cualquier rostro. Como Gemma Pérez tiene el aspecto de una mujer de unos treinta años, de cabello castaño oscuro y ojos cautivadores, aunque no llama la atención, tal y como prefiere. De la misma forma, posee un extenso guardarropa, y puede cambiar de estilo y comportamiento para cualquier ocasión o para ocultar su identidad, como la excelente actriz que es.
Abrazo: 1845
Generación: 9ª
Disciplinas: Animalismo 2, Auspex 4, Dominación 3, Ofuscación 2, Protean 4, Presencia 3
Humanidad: 3
ANA JARANA (MERCEDES CARNEIRO)
Mercedes nació en Madrid en 1900. Era hija de Eugenia, una cupletista soltera, que nunca le dijo quién era su padre, o mejor dicho, siempre hablaba de un personaje de la élite, un duque o un marqués cuyo nombre siempre cambiaba según la ocasión. Eugenia siempre la quiso con cariño, y la enseñó a abrirse camino en el mundo del espectáculo. Aprendió a cantar, a bailar flamenco y a ejercer como cómica en las giras ambulantes en las que acompañaba a su madre.
Con catorce años tuvo su primer amante, Ángel, un chico tres años mayor que ella, con el que se escapó y la metió en la prostitución. Cuando consiguió escapar y volver a casa, su madre estaba muy decepcionada y no quiso saber más de ella, por lo que Mercedes tuvo que buscarse la vida por su cuenta, ejerciendo oficios muy humildes, bailando en todo tipo de locales y ejerciendo ocasionalmente la prostitución.
Con veinte años conoció a un banquero que la promocionó como bailarina, y Mercedes entró en el mundo del espectáculo como “Merceditas”, presentándose como sevillana y de origen gitano. Realizó giras por varios países, mezclando danzas flamencas, fandangos y otros estilos exóticos.
Sin embargo, su éxito en el mundo del espectáculo fue en gran parte debido a que se convirtió en amante de hombres influyentes, aristócratas y empresarios. Se convirtió en una referencia durante la Segunda República, reuniendo una considerable fortuna.
La guerra civil española la obligó a huir a París, y con la guerra mundial, se retiró del mundo del espectáculo. Aunque había tenido que dejar parte de su fortuna en España, todavía conservaba una cantidad considerable, que le permitió sobrevivir a los difíciles días de la guerra y a la miseria que llegó después. Durante esta época a menudo se mostró muy generosa con los necesitados, especialmente con otros españoles en el exilio.
Con la llegada de la transición estaba arruinada y sola. Fue entonces, tras la muerte del dictador Franco que decidió regresar a Madrid. Todavía conservaba una propiedad, un viejo piso ruinoso, donde se instaló rodeada de sus recuerdos.
Fue entonces cuando Joana Rocabertí la encontró. Ella todavía se acordaba de “Merceditas”, y decidió que le daría la sangre para comenzar una nueva vida de oportunidades.
Mercedes fue una de las mejores obras de Joana. Tras el Abrazo, utilizó su poder sobre la carne para devolverle su juventud. Su chiquilla estaba llena de euforia, y se unió gozosamente al Sabbat, pasando por los Ritos de Creación. Utilizó su nuevo cuerpo para seducir y atrapar presas para sus compañeros, recordando su época de esplendor. Junto a sus compañeros de los Gatos de Medianoche participó en obras teatrales y espectáculos, deleitando al público con su hermosa voz.
De la misma forma que buscaba amantes entre la élite mortal, también comenzó a buscar amantes entre destacados Cainitas. Sin embargo, muchos la consideraban una simple figura decorativa, y criticaban su aportación a la Espada de Caín. Sin embargo, a principios de 1990 derrotó en un duelo de Monomacia a una de sus detractores, una destacada sacerdotisa de la Senda de los Cátaros, acallando así las críticas, al menos por un tiempo.
Mercedes y su sire sobrevivieron a un ataque contra su refugio cuando los Lasombra traicionaron al Sabbat, pero mientras Joana trató de reconectar con la Espada de Caín -y fue rechazada-, Mercedes lo tomó como justificación para abandonar por completo la secta. Desde entonces ha cambiado sus rasgos y se ha dedicado a seguir disfrutando de su inmortalidad, seduciendo a mortales y utilizándolos como rebaño, quizás siendo algo descuidada. Todavía mantiene contacto con Joana, pues considera que le debe la juventud que perdió y su relación es buena, aunque Joana cree que su chiquilla debería tener más cuidado.
En los últimos tiempos, Mercedes ha comenzado a tantear a varios Anarquistas, haciéndose pasar por una vampira sin clan Abrazada recientemente y que atiende al nombre de Ana Jarana. Su carácter extrovertido y juerguista resultan encantadores, aunque puede resultar algo pesada con el tiempo. Frecuenta clubes locales de karaoke, ha comenzado a volver a los escenarios, e incluso ha recuperado algunos temas de su juventud, reuniendo un pequeño pero leal grupo de fans. Sus amigos nunca se aburren.
Mercedes fue Abrazada cuando era una anciana, pero gracias al poder de su linaje ha recuperado su juventud. Como Ana Jarana es una joven exuberante de piel pálida, cabello largo y teñido de rojo, enormes ojos de apariencia ingenua y un vestuario a la última moda. A menudo salpica su conversación con anécdotas de cómo en vida conoció y se acostó con un montón de famosos, aunque pronto resulta evidente que exagera. Su actitud extrovertida y alegre también oculta a una depredadora capaz y una superviviente nata, que sabe analizar a las personas y cuándo apartarse.
Abrazo: 1976
Generación: 10ª
Disciplinas: Animalismo 3, Auspex 2, Dominación 3, Ofuscación 1, Protean 3, Presencia 2
Humanidad: 4