[SOLO] Capítulo 1 - Llegada a la Tierra de los faraones

[Baudelaire]

Con mucho cuidado voy desprendiendo los escombros que bloquean el acceso a la sala de la derecha, utilizando mi fuerza sobre natural para los mas grandes. Los voy amontonando a lo largo de muero para evitar taponar el túnel.

Soy muy paciente, así que ante cualquier ruido o vibración que me llame la atención, ceso unos instantes para continuar luego que ha desaparecido.

Una vez despejado el umbral lo suficiente, lo transpongo rápidamente.

[Toxizer]

Con tu fuerza, velocidad y agilidad sobrehumana consigues desatrancar el acceso al cuarto cerrado. De la otra habitación te llega una breve conversación.

- ¿ Habéis oído eso?

- Serán las putas ratas, cada vez hay más, duérmete.

En el interior de la sala que has abierto no ves nada, solo polvo y mugre acumulada. Por el techo entra un rayo de luz del exterior, parece un sumidero.

[Baudelaire]

Interesante conversación, igual que este descubrimiento en el techo.

Voy y vengo, nuevamente con la misma calma y sutileza, para ir apilando poco a poco escombros para improvisar una escalera que me acerque al sumidero. Calculo la distancia y la altura, para efectuar un salto utilizando mi fuerza sobrenatural, que me permita entrar en él.

[Toxizer]

El sumidero es un agujero que comunica la calle con la sala, saltas y ves el exterior pero no es tan ancho como para que un vástago pueda pasar por el.

[Baudelaire]

Parece que ha llegado el momento de dejar de ser sigiloso e irrumpir.

Dejo que mi vitæ fluya hacia mi musculatura para aumentarla, de modo que aquel estrecho sumidero sea incapaz de resistirse a mi fuerza sobrenatural.

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Fuerza + Atletismo = [9, 6, 2, 3, 10, 7, 7, 2, 2, 7] = 6 éxitos + 2 por Potencia = 8 éxitos totales.

Atravieso la estructura para llegar a la calle, un poco más arriba, sin preocuparme del derrumbe que perturbará a quiénes duermen en la otra cámara.

Cada vez hay ratas más grandes.

Sonrío, mirando alrededor mientras me sacudo el polvo y la inmundicia.

[Toxizer]

Rompes el sumidero y llegas a la calle, la misma por la que pasaste andando antes. Has recorrido un corto trecho desde la entrada del túnel. Te llegan voces desde abajo.

- Mira, alguien ha quitado los escombros de esta sala.

- Deben pesar bastante, ¿ Lo habrá hecho él?

- Ni idea, volvamos a nuestra sala y montemos guardia por si acaso.

[Baudelaire]

Doy el rodeo por la entrada del túnel e invito a los mendigos a que ingresen a la sala que he despejado de escombros.

Aquí podréis estar más cómodos, me parece que con más espacio y luz será más amable el espacio.

Les dejo allí y me dirijo a la habitación contigua, para preguntar acerca de quién es "él".

[Toxizer]

Al entrar al túnel junto a los leprosos te dicen que tienen sus cosas donde la habitación iluminada, entráis todos y los dos apestados se sorprenden pero no parecen hostiles. Cuando les preguntas por él se hacen los locos. Te dicen que hay solo viven ellos, y desde hace poco los dos leprosos, pero de vez en cuando pernocta algún mendigo más. Aclaran que es su territorio y no se marcharán por las buenas, que otras zonas de la ciudad son más peligrosas.

[Baudelaire]

Tomo un trozo de escombro resistente en mi mano, lo aprieto con mi fuerza sobrenatural.

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Fuerza + Intimidación = [10, 8, 5, 2, 4, 1, 6, 7, 4] = 3 + 2 por Potencia = 5 éxitos.

Observo sus rostros al ver que se hace trizas en mis manos y les anuncio.

Lo pregunto amablemente por última vez: ¿quién es él? De lo contrario, sus huesos seguirán el mismo destino.

Apunto hacia los restos del trozo de escombro.

Sí, deciden mostrarse razonables… tendrán mi protección y conseguiré un médico para que les trate. Tienen mi palabra.

Les miro directamente hacia los ojos con profunda serenidad.

[Toxizer]

Miran asombrados como destruyes la piedra.

- Él estaba aquí cuando llegamos, es una especie de monstruo rata.

- Nos protege y a cambio le ayudamos.

- Desde que llegaron los franceses está muy alterado.

- Si, mejor esperamos fuera.

- Vive al final del túnel, en completa oscuridad.

Los cuatro hacen amago de ir hacia la salida.