Episodio 1. El párking y la morgue

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Episodio 1. El párking y la morgue

#1

Mensaje por Voivoda » 29 Oct 2019, 21:11

En este momento, los personajes de [mention]Nyxe[/mention] y de [mention]Victor_Krugger[/mention] estáis juntos y el de [mention]Corso[/mention] realmente ha terminado su prólogo individual. Nyxe y Victor podéis seguir posteando en vuestro tema conjunto si queréis añadir algo más, pero en el momento en el que ya Corso llegue adonde estáis vosotros utilizaremos ya este tema, que es el inicio oficial de la partida conjunta. Si por una casualidad aún no os juntáis (porque decidáis unos ir a la morgue y otros a otro lugar, por ejemplo), seguiríamos jugando por separado y este tema se quedaría digamos "hibernando" hasta que roleemos todos a la vez en un sitio.
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Karen Klausen (Corso)
Juez (Tradicionalista)

Re: Episodio 1. El párking

#2

Mensaje por Corso » 03 Nov 2019, 13:28

Las cristales tintados del Mercedes-Benz reflejaban las luces de la amplia avenida que iba a morir a la morgue. Resbalaban en una fracción de segundo por la luna delantera del vehículo, una tras otra, reptando por el cristal, de abajo a arriba, en una incesante sucesión estrambótica.

Las calles, desiertas, eran un yermo campo de modernidad en el que el único rastro de algo parecido a la humanidad diurna eran los cuerpos enroscados sobre sí mismos de los amantes tardíos y los estudiantes de intercambio calientes de licor. Una imagen que contrastaba con la otra cara del bienestar nórdico. Al abrigo de unos sucios cartones un “sin techo” intentaba luchar contra el frío al abrigo de unos sucios cartones que tapaban la helada vergüenza de su rostro pero dejaban al descubierto sus hinchados pies. Para él era solo un sueño imaginarse como el inquilino de alguno de los pisos de diseño que se elevaban sobre el portal en el que procuraría dormir esa noche. Quizá, en otra vida, fuese el alto y apuesto tipo que había visto entrar una hora antes de animarse a buscar refugio allí. Lo (se) imaginaba al calor de un eficiente sistema de climatización y una saludable cena. Quizá comprando algún vuelo a través de la red para pasar el fin de semana fuera de la ciudad. Si se esforzaba lo suficiente, incluso se lo imaginaba haciendo el amor fogosamente con una fiel y amorosa esposa. Lo que jamás le habría cabido en la cabeza era que esa intimidad y bienestar que soñaba para sí mismo acabaría tiñéndose de sangre al día siguiente, cuando aquel afortunado pusiese una muesca más a la estadística de suicidios de la ciudad.

La soledad del éxito. El precio de la calidad de vida en Dinamarca podía ser muy elevado.

El día había sido corto, incluso para lo que era habitual en Copenhague. Con apenas diez horas de una luz mortecina, la ciudad estaba ahora encapsulada por una bóveda de grises nubarrones. Justo como la situación en la que la rubia mujer que iba al volante y el resto de su facción se encontraban. Y, lo peor de eso, era que amenazaba con empezar a llover en un momento que, aunque imposible de determinar, parecía a todas luces: inminente.

Karen escuchó el doble pitido que indicaba la recepción de un nuevo mensaje de voz y pulsando un botón del panel de control del vehículo sonrió a la familiar voz que salía por los altavoces:

"Hola, ya sé que estás muy ocupada, así que no sé si tendrás tiempo de escuchar este mensaje. Sólo quería decirte que he pasado a recoger a Annelise. Estamos yendo a la morgue para ver a los niños. Cómo no sé el tiempo que nos va a tomar, te propongo que, si quieres, podemos vernos allí. Cuando hayas oído este mensaje, dime que vas a hacer. Hasta luego."

Lars, quién si no sería capaz de abstraer una masacre infantil de una forma tan sutil. “Ir a ver a los niños”. La Ventrue adoraba a su “hermano” en momentos así. Suponía que al estar con Annalise esa forma tan humana de suavizar lo que iban a ver y hacer obedecía a la temprana edad en la sangre de su chiquilla y su aún arraigada humanidad.

Aunque no era su propia progenie Karen tenía en alta consideración a la más joven miembro de la Coterie y sentía una gran empatía, estima y responsabilidad hacia ella. Esperaba verla crecer en la sangre y mantener esa relación durante mucho tiempo. Al fin y al cabo, era una de los pocos no muertos en los que confiaba de verdad. Lars y ella eran su familia de sangre y quizá los únicos merecedores de su atención, aprecio y respeto. No solo por la obligación de su “Dignitas” como Ventrue si no por la estrecha e íntima relación que habían mantenido desde que eran cachorros mortales. Aunque las circunstancias no eran las más deseables la compañía de ambos siempre le animaba y reconfortaba.

"Teléfono. Respuesta de voz. Teléfono. Grabar mensaje."

“Siempre intentaré tener tiempo para ti, hermanito. Llevamos tantos años juntos que no sabría hacerlo de ninguna otra manera. De momento, he acabado con Anker. Así que, os veo en la morgue, ya estoy de camino. Antes de entrar al edificio debemos hablar. Tenéis que ver y escuchar algo que...bueno, mejor que nos veamos en un rato” - Sabía que la inconcreción no era algo que le fuese a ninguno de los tres. Tanto ella como Lars estaban acostumbrados a desenvolverse entre hechos y Annalise, bueno, ella era genetista, acostumbrada a bucear entre miles de datos, no suposiciones. Sin embargo, lo que la Ventrue había visto y escuchado era bastante complejo de encajar; lo que remarcaba la ambigüedad y seriedad del asunto.

"Teléfono. Enviar mensaje".

La “Sangre Azul” fue cambiando en la radio entre varias cadenas de noticias de última hora, tanto las más afines a su ideología como las más cercanas a los ideales de la sucia y ponzoñosa extrema izquierda buscando algo que le llamase la atención. En un par de intersecciones buscaría aparcamiento cerca del edificio de la morgue y esperaba contar con la tranquilidad de que nada de aquello se hubiese hecho público antes de entrar al edificio.

Consideró hacer un par de llamadas pero prefirió esperar a haber acabado allí y tener algo más de información antes de hablar con nadie más.

“En-doscientos-metros-su destino estará-a la-derecha”.

El voz del GPS fue apagada cuando el coche se detuvo un par de minutos después. Karen auscultó la calle, pero no vio el coche de Lars aparcado en la acera. Permaneció en el Mercedes con las luces apagadas y esperó la llegada de Lars y Annalise, reconstruyendo mentalmente la mejor manera de contarles cuanto sabía hasta el momento.

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Re: Episodio 1. El párking

#3

Mensaje por Voivoda » 05 Nov 2019, 17:20

Este país se está yendo a la mierda.

Karen solía mantener las formas, no era ni ruda, ni brusca ni maleducada. Tampoco era una niña de papá, pero se consideraba varios (muchos) pasos por delante que la chusma que no tenía más que un puñado de palabras en su vocabulario. Aún asi, no pudo reprimir pensar casi en voz alta que Dinamarca se estaba yendo por el desagüe tras el barrido que hizo por distintas radios de la ciudad. Casi de modo inconsciente terminó dejando la música chill out de una cadena digital que apenas se dedicaba a replicar listas y listas de música repetitiva. Seguir escuchando información o tertulias podría llevarla fácilmente al borde del Frenesí.

En la última semana una manifestación de ecologistas en el puerto había terminado con enfrentamientos con la policía y la muerte de una de las hippies. ¿En qué momento habían pasado de encadenarse a los árboles a montar barricadas, atacar barcos e incendiar mobiliario público?. Los partidos políticos eran incapaces de conseguir conformar un gobierno medianamente estable. La izquierda era el habitual circo de vagos intentando conseguir un asiento mientras defendían la necesidad de defender a no sé qué tipo de garrapatas subvencionadas, y la derecha no conseguía el apoyo suficiente para poner un poco de orden, dividida entre quienes defendían el imperio del dinero y los que añoraban el de las armas. La criminalidad había aumentado exponencialmente y los alrededores de Christiania habían vuelto a convertirse en epicentro de disturbios y redadas como hacía décadas que no se veía. Incluso una supuesta especialista pavisosa invitada a una tertulia nocturna desgranaba el incremento notable del tráfico de estupefacientes en Copenhague. Pero ya no sólo las mierdas de diseño fabricadas en impresoras 3D compradas de contrabando a los chinos, sino que se volvían a consumir auténticas basuras del siglo XX. Y hasta del XIX. Que algún soberano gilipollas volvía a colocarse con opio en algún ático que costaba millones y millones de euros con todas las últimas tendencias tecnológicas colocadas en las paredes.
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LARS OLSEN (Victor_Krugger)
Policía Neonazi

Re: Episodio 1. El párking

#4

Mensaje por Victor_Krugger » 06 Nov 2019, 17:25

Viene de aquí: https://webvampiro.com/foro/viewtopic.p ... 003#p18003

Pongo la emisora de jazz y suena Chet Baker, por un momento pienso que hasta para mí esa música, es música clásica por no decir medieval. Es evidente que mi gusto por lo clásico y antiguo no se que queda en mi ideología. Mi ropa, mis gustos literarios y musicales son definitivamente de otra era. Pero siempre he pensado que si algo funciona, para qué cambiarlo.

Durante el camino me mantengo en silencio pues no tengo nada que decir a mi chiquilla, de hecho, quiero estar un momento a solas con mis pensamientos. Me quedo absorto con la música, mientras conduzco de manera casi mecánica, empiezo elucubrar posibilidades sobre lo que había pasado, quién demonios habría orquestado algo así. Aunque rápidamente me doy cuenta de que no dispongo de las herramientas necesarias para construir una hipótesis. Necesitaba indicios para empezar a construir un castillo de naipes que fuese algo estable. Mis conjeturas infundadas no me iban a llevar a ningún sitio.

No tardamos mucho en llegar a la morgue y observo que el Mercedes de Karen está parado junto a la puerta con las luces apagadas. Le doy las largas para llamar su atención y me sitúo a su lado. Hago un gesto indicándola que voy a aparcar mi BMW de segunda mano. El algo viejo y puede que tenga un sistema de baterías algo anticuadas, pero sigue siendo tan fiable como el primer día. Lo compré de segundísima mano y la pintura nacarada azul marino está ya algo desgastada, pero cumple con su trabajo. Es amplio, cómodo, tiene fundas de cuero en los asientos y un motor eléctrico con una autonomía más que decente. Aparco el coche en el parking del Depósito de cadáveres de la policía y echo un ojo a Annelise.

- Bueno, veamos que nos tiene que enseñar Karen antes de entrar. ¿Lista?

Salgo del coche y busco a Karen con la mirada.

Annelise Niemi (Nyxe)
Genetista

Re: Episodio 1. El párking

#5

Mensaje por Nyxe » 07 Nov 2019, 18:25

Lars no dijo nada más y yo tampoco tenía mucho mas que añadir. La música de su coche no me agradaba especialmente, pero tampoco dificultaba concentrarse, así que cojo mi movil mientras repaso mentalmente si he traido lo necesario para llevarme disimuladamente muestras de ADN de los cadáveres, y si tengo en el laboratorio los marcadores necesarios para trazar su origen. Aunque por otro lado, también solía ser algo fácil de reconocer a simple vista.

Sin embargo, hay una imagen que no deja de aparecer en mi mente y es la de la policía entrando de golpe en mi laboratorio y encontrando lo que no debiera. Verdaderamente estaba preocupada. En mis primeras noches, conforme fue haciendose evidente la clase de sangre que mi cuerpo necesitaba, había llegado a pasarlo realmente mal. Puede que fuese sencillo reconocer a las mujeres de las que podía conseguirla, pero lograr un momento a solas con ellas era mucho más complicado. Había tenido que aprender a Dominar muy rápido, disfrazarme de enfermera para colarme en un hospital, salir corriendo en demasiadas ocasiones sin haber llegado a probar una sola gota de sangre y aún así, había necesitado pedir favores que despues me había costado devolver. Había tardado mucho en conseguir un Rebaño tan estable como permitían los nueve meses de embarazo del ser humano, no sabía que haría si lo perdía.

Creo que Lars ha malinterpretado mi gesto de preocupacion, pero bastantes cosas tendría él en las que pensar. -Tranquilo, yo también estoy acostumbrada a ver cadáveres- le respondo, tratando de tranquilizarle. Seguramente había visto menos que él, y hacía tiempo que yo tampoco tenía que lidiar con ellos, pero había visto bastantes en la carrera, enteros y a pedazos. Nunca me habían impactado especialmente. Fuera lo que fuera lo que les hubiesen hecho a los niños, me iba a afectar igual si me lo decían que si veía yo los cuerpos.

Karen Klausen (Corso)
Juez (Tradicionalista)

Re: Episodio 1. El párking

#6

Mensaje por Corso » 09 Nov 2019, 18:44

Karen estaba medio abstraída, sumergida en una especie de calma tensa en la que intentó dejar su mente en blanco por unos minutos. El hilo musical que había sintonizado le llegaba como una letanía y le servía para forzarse a dejar de escuchar la desesperante situación política y social de la ciudad. Al menos, durante un breve momento. Lo necesitaba antes de entrar al edificio para poder disponer de sus cinco sentidos y toda su capacidad de análisis y observación. Tenía que prestar atención a los detalles que verían en la morgue sin ninguna distracción sobre ideologías o asuntos menores. El enorme problema que, dios sabía quién había montado, tenían encima requeriría toda la atención de la Coterie.

Justo en ese momento el fogonazo de luz de los faros del BMW focalizó su atención sobre la llegada de Lars y Annalise. Apagó la radio y observó a ambos a través de la ventanilla. Asintió al gesto de Lars y mientras su hermano de sangre aparcaba, la Ventrue recogió su bolso, su teléfono móvil y salió del coche.
Imagen El edificio en el que se refugiaba la morgue no tenía nada que ver con la idea que la gente podría tener atendiendo a la acostumbrada imagen que solía verse por la televisión en series y películas. El diseño del Departamento de Medicina Forense de Copenhague, aunque no llegaba a ser vanguardista, contaba con una moderna arquitectura de formas cúbicas y unas instalaciones eficientes y sostenibles que respetaban y apostaban por las normativas de sostenibilidad imperantes en la capital danesa. Se levantaba discreto y sobrio frente a una amplia zona verde en Frederik V's Vej 11 , en la zona de la universidad. Su fachada, de ladrillo, hormigón armado y granito beige contaba con dos plantas principales y una tercera que se abría a una gran terraza exterior. La planta baja estaba recorrida por una hilera de pilares rectangulares que se distribuían regularmente por todo su perímetro sirviendo de estructura y soporte para la primera planta. Ésta estaba cerrada al exterior a excepción de la zona en la que se encontraban los despachos del personal médico y administrativo, en la que cada despacho contaba con una puerta acristalada que daba acceso a una balconada común a todos ellos. El reflejo en las ventanas de los árboles y la vegetación que tenía enfrente hacía que el edificio en conjunto se mimetizase en el paisaje inspirando en quien permanecía en el lugar una sensación de tranquilidad y sosiego en sintonía con la naturaleza. El parking exterior tenía no más de cuatro o cinco vehículos estacionados y no había ni rastro de las numerosas bicicletas aparcadas durante el día, la mayoría de estudiantes. Una única puerta de entrada daba acceso al interior, en el que podían encontrarse tres departamentos diferentes pero interrelacionados.

https://www.google.es/maps/uv?hl=es&pb= ... CnoECAsQBg

Karen conocía bien aquel lugar desde su época mortal así que, una vez fuera del vehículo, su atención estaba centrada en los recién llegados; a los que observó mientras recorría por la acera los metros que los distanciaban. Había pocos Sangre Azul dentro del clan en Copenhague que escapasen a las convenciones estéticas clásicas de los Ventrues con tanta eficacia como ellos dos. Lars era un Philip Marlowe de la época moderna, tenía esa elegancia clásica detectivesca propia de los personajes de Chandler con aroma a whisky barato y jazz exudando por su blanca piel. Ese tipo de hombre misterioso y peligroso bajo la nube de humo de un club de socios demasiado caro para su bolsillo; esos tipos a los que, sin embargo, todo el mundo teme, respeta y que acaban enamorando sin ser conscientes de su propio atractivo y magnetismo a las chicas/os con ganas de aventura.

“Por el amor de Odín, aún conservas esa tartana ¿Cuándo dejarás que te compre un coche de verdad?” - bromeó mientras acercaba la mano derecha con delicadeza al rostro de Lars con una amplia y sincera sonrisa. La apoyó con suavidad sobre la mejilla del Ventrue en un cálido gesto de afecto pese a lo frío del tacto – “Mi hermosa cara circunspecta y exánime...casi no recuerdo cuándo fue la última vez que salimos a divertirnos”- la sonrisa de la vampira no perdió ni un ápice de amplitud.

Karen nunca había estado enamorada de él, nunca lo estaría, pero siempre había tenido unos sentimientos profundos por el Ventrue. Aunque tenían la misma edad en cánones mortales ya desde niños (al madurar normalmente las chicas antes que los chicos) habían casi asumido los roles ficticios de ser ella la hermana mayor en su relación. Y como tales se trataban desde la adolescencia mortal. La conversión de ambos a vampiros había afianzado aún más ese aspecto en el buen sentido pues, como primogénita y segundo hijo de Greta, Karen siempre había estado presente de cierta manera en los primeros pasos de su hermano en el mundo de la noche. La forma en la que trataba a Lars y su franca expresión era la propia y exclusiva imagen de dos hermanos con una especial relación. Karen iría hasta el infierno si fuese necesario a por él; aunque no pudiesen vincularse a través de la sangre uno a otro, así de fuerte era su vínculo.

En realidad llevaba razón, últimamente estaban tan inmersos en “trabajo” que casi no habían podido pasar una noche juntos por puro entretenimiento. La última vez habían seguido a un par de sucios neohippies tras una manifestación apretándoles tanto las tuercas que uno de ellos había acabado meándose encima. Tras eso se habían hecho pasar por un matrimonio de swingers que buscaba diversión. Encontraron un magnífico ejemplar en un club de moda de Frederiksberg: rubia y con un sexy explosivo, la niña pija de papá quería iniciarse en nuevas experiencias sexuales. Ambos se alimentaron de ella hasta dejarla exhausta en un trío sin sexo del que la chica no recordaría nada la mañana siguiente.

Retiró la mano y fijó su mirada en su chiquilla con el mismo afecto. Era la viva imagen de la actualidad y de unos tiempos que avanzaban tan rápido que incluso algunos de los gustos de Karen podían ser considerados anticuados por los más jóvenes en la Estirpe.

“Annalise, querida, me alegro mucho de verte” – sonrió con amplitud a la aparentemente joven chica. Nunca la trataba como una niña de poco más de veinte años (como indicaba su apariencia y, en algunas ocasiones, su forma de expresarse ) sino como la mujer que a todas luces era ya. Aunque bastante más joven que ellos era resuelta e inteligente, decidida y capaz. Una promesa en ciernes tanto para la Coterie como para el clan en la ciudad. Karen no veía en ella a alguien en quien mostrar condescendencia sino que procuraba dirigirse a ella de igual a igual, salvando las notorias y obvias diferencias entre ellas. La trataba con respeto y afecto y, por ende, llegado el momento, esperaba que ella les respondiese con el sentido de la responsabilidad correspondiente y con la misma auto exigencia y entrega hacia ellos, hacia la Coterie en conjunto y hacia la causa.

”Llevo toda la noche tratando con soldaditos henchidos de ego con el cerebro entre las piernas, ya estaba empezando a pensar que hoy no iba a poder disfrutar de la compañía de alguien inteligente. ¿Cómo estás”.

Tras saludarles les invitó con un gesto de la mano a tomar un pequeño paseo que les alejase un poco del edificio.

“Se aproximan noches difíciles. Estaba empezando a echar de menos vuestra compañía”.

Lo que iban a tratar debía quedar en privado y Karen no tenía todas consigo en cuanto a que no hubiese oídos inconvenientes en las cercanías de aquel edificio en el que solía haber algún policía a las órdenes de Lindhart, que era como decir que esa puta loca que tenían por Príncipe podía enterarse de todo . Solo serían cinco minutos que podían ahorrarles más molestias de las que ya tenían encima.



OFF: Si os parece bien he dejado un pequeño margen (lo del pequeño paseo) para que los personajes vayan tomándose el pulso (y nosotros como jugadores también) ya que es la primera vez que vamos/van a rolear e interactuar. Será cosa de un par de post mientras se saludan y se ponen al día antes de entrar en materia y pasar a la morgue. Creo que puede valer también para empezar a escribir como se ven unos a otros si se supone que tenemos lazos en común, cómo se tratan y se ven, cuál es su relación, etc. No sé si me explico.

Si os parece bien, pues contestáis en consecuencia. Si no, nos metemos en la morgue directamente y que entre ya también Voivoda en juego. Ah, hablando de eso he metido en el post una imagen para que veais cómo es el edificio y la zona en la que vamos a empezar a jugar.

Nos leemos!! :P

LARS OLSEN (Victor_Krugger)
Policía Neonazi

Re: Episodio 1. El párking

#7

Mensaje por Victor_Krugger » 14 Nov 2019, 11:22

A esas horas de la noche no me fue para nada difícil encontrar un sitio donde aparcar. Realizo la maniobra de aparcamiento, deslizo mi dedo sobre la pantalla táctil del ordenador de a bordo y apago la música, cojo la tarjeta del coche y presiono el botón que apaga motor. Guardo la tarjeta en el bolsillo de mi americana y de manera instintiva esta se desliza sacando un cigarrillo que se sitúa entre mis labios. Me giro, con el cigarrillo apagado, y miro a mi chiquilla a los ojos, mientras apoyo con suavidad mi mano sobre su hombro.

-Annelise...-Hago una pausa. Nunca fui de charlas sentimentales con mis hijos en vida, pero había decidido que con ella sería distinto. Quito el cigarrillo de entre mis labios y los sujeto entre los dedos. - Annel… ejem…-Carraspeo y sonrío. – Annie, creo que ya lo sabes, pero aun así hay cosas que, aunque se sepan, a veces hay que decirlas en voz alta. Lo que quiero decirte es qué confío plenamente en ti y en tus habilidades. En fin, que me enorgullece ser tu sire… Puede que esta noche nos juguemos mucho, puede que incluso más de lo que estamos dispuestos a afrontar. Pero, no te preocupes, no tienes nada que temer. Vamos a descubrir a quien quiera que haya perpetrado este ataque directo y vamos a devolvérsela. Juntos, con “la tía” Karen, somos imparables.

Vuelvo a poner el cigarrillo en mis labios, sonrío de nuevo y, a modo de carantoña, poso la yema de dedo índice suavemente sobre su nariz.
Salgo del coche, enciendo el cigarro y cuando Annelise ha salido lo cierro. Busco con la mirada a Karen y al verla me dirijo hacia ella. Mientras camino la miro y me doy cuenta de que siempre ha sido un ejemplo a seguir. Desde que éramos unos niños, he sentido la urgencia de protegerla y a su vez de reverenciarla. Mi hermana de otra madre, pero en definitiva mi hermana. Y ahora, unidos por la misma línea de sangre para la eternidad. A veces sentía que ambos estábamos predestinados a compartir nuestras vidas. Si volviera a nacer me gustaría ser Karen, una mujer decidida e implacable, con ese porte y esa elegancia despreocupada dignas de un konungr. Tenía mucha suerte de haber contado con su amistad, no me gustaría estar en su lista de enemigos. Cuando Karen se enfadaba se convertía en una fuerza de la naturaleza, implacable hasta conseguir sus objetivos.

Llegamos hasta ella y me dedica una acaricia. El aprecio que nos tenemos es indestructible y juntos íbamos a machacar a nuestros enemigos.

- Por el amor de Odín, aún conservas esa tartana ¿Cuándo dejarás que te compre un coche de verdad? Mi hermosa cara circunspecta y exánime...casi no recuerdo cuándo fue la última vez que salimos a divertirnos.

- Aún sigues con esas, ya sabes qué yo soy un clásico y que mi coche es inmortal. Por cierto, no decías lo mismo cuándo te quedaste tirada en mitad del puente de Øresund. Recuerda que tuve que ir a buscarte… esa noche si que nos divertimos de lo lindo...

Una de tantas noches, Karen volvía de Malmö tras atender unos asuntos del clan, y su precioso Mercedes dejó de funcionar en mitad del puente de Øresund. Yo aún estaba en periodo de aprendizaje, digamos que me estaban saliendo los colmillos, y Greta me envió a recogerla. Karen agradeció mucho la ayuda, los que no se alegraron tanto de mi llegada fueron los cabezas de pala que habían trasteado con su coche y le habían tendido una emboscada. Pobres, sus cenizas acabaron siendo pasto de los tiburones.

- ¿La última vez que nos divertimos?... uhm... eso sólo Thor lo sabe... -Frunzo el ceño y hacia arriba tratando de recordar.- Un segundo, creo que ya me acuerdo, ¿los neohippies y la rubia explosiva del local de Frederiksberg? Oh, oh, esa fue una gran noche. Cuando acabe todo esto, tenemos que repetir.

Karen saluda a Annelise. Cuando las observo juntas me doy cuenta de que tengo una suerte enorme de tenerlas en mi no-vida. Sin duda, haría lo que fuera por ellas.

- Se aproximan noches difíciles. Estaba empezando a echar de menos vuestra compañía.

Empezamos a caminar en grupo y tras unos pasos me dirijo a Karen.

- Bueno, ahora que ya está toda la familia reunida, dime, ¿qué es lo que tienes? Por favor, dame algo con lo que empezar…

Annelise Niemi (Nyxe)
Genetista

Re: Episodio 1. El párking

#8

Mensaje por Nyxe » 17 Nov 2019, 02:30

Parpadeo ante el gesto de Lars. Que me hubiese acariciado la nariz como hacía mi madre conmigo cuando era pequeña era lo último que me hubiese esperado del viejo policía. No me había molestado, pero había sido... raro. Confiaba completamente en Lars, posiblemente más que en mis padres (ahora sobre todo), y le consideraba tan parte de mi familia como ellos o mis hermanas. Sentía que teníamos un vínculo más profundo que el de la mayoría de sires y chiquillos, incluso entre los Ventrue, y de haber vivido en otra época podria haberle llamado padre. Pero no papá. Lars no era la clase de persona que te demostraba que te quería diciendotelo, sino confiandote cosas importantes o protegiendote. Mamá siempre habia dicho que estuvo muy ausente cuando era niña. Tal vez quisiese compensarlo, o tal vez de verdad quería que no me preocupara y en otra situacion seguramente me habría parecido un gesto tierno y cómico. Pero dado que no sabía lo que podía pasar, lo cierto es que me asustaba más.

Sin embargo, no necesitaba que me dijera que con "la tía Karen" -jamás la había llamado así- eramos imparables. La saludo con la mirada mientras salgo del coche. Había admirado a la amiga de Lars desde que la conocí, y a menudo pensaba que aspiraba a ser como ella algun día. A primera vista los dos hermanos de sangre parecían la noche y el día. Lars con su estilo clásico, sus maneras antiguas, y el constante humo del tabaco a su alrededor, y Karen con su elegancia moderna, sus palabras directas y su aspecto impoluto. Pero a poco que les conocieras era evidente que ambos estaban hechos de la misma pasta. La de aquellos que son capaces de levantar el mundo y hacer que funcione como tiene que funcionar, e incluso mejor. Policía y juez, las dos caras de la misma moneda.

-Yo tambien me alegro de verte -respondo a Karen-. Pero me temo que esta no va a ser una noche agradable aunque estemos los tres juntos.

Karen Klausen (Corso)
Juez (Tradicionalista)

Re: Episodio 1. El párking

#9

Mensaje por Corso » 18 Nov 2019, 20:08

Los tres siguieron hablando de vivencias pasadas mientras caminaban, recordando momentos compartidos que, quizá, inconscientemente, les servían para postergar el momento de pasar al problema en el que sin querer estaban envueltos. Era agradable poder relajarse, aunque fuese un poco, dentro de la vorágine de intereses enfrentados y luchas de poder habitual en la no-vida de los Vástagos. A poco que lo pensase, Karen era consciente de que esos fugaces momentos solo ocurrían cuando estaba junto a ellos dos. Al menos, casi siempre; porque esa noche, como bien señalaba Annalise, el asueto iba a ser muy breve.

Habían recorrido alrededor de doscientos metros cuando Karen detuvo la marcha situándose frente a ellos.

-”Mientras estaba practicando esgrima esta noche Anker me ha mandado un mensaje sobre C&N. No hace falta que os diga que la palabra “problemas” precediendo al nombre de la constructora es uno de los últimos mensajes que nos gustaría recibir. Así que, acudí a su despacho ipso facto.

Al parecer, el Jefe de Seguridad de la Sede Central de la empresa recibió hace unas noches unos documentos de parte de un amigo del cuerpo de policía. Esta información no se ha hecho pública todavía gracias a la influencia de la empresa; aunque, a estas alturas de la noche, imagino que esa influencia debe rondar unas cotas que ni la propia empresa sería capaz de comprender. El Señor Simonsen parece un hombre cualquiera con ínfulas de grandeza, a juzgar por el rimbombante nombre con el que apela al cargo que ostenta.No obstante, dudo de que me haya mentido en lo que me ha contado.

He hablado con él por vía telefónica y me ha puesto al corriente de todo. Al menos, de lo que creo que es todo lo que sabe sobre el asunto.

La mirada de Karen iba pasando de Lars a Annalise conforme les iba poniendo al corriente de lo que había averiguado. Su voz no tenía altibajos sino que se mantenía en un tono neutro. El tono de alguien acostumbrado a observar los hechos como lo que eran, sin conjeturas ni observaciones subjetivas.

Por lo que parece, un tal Boldrup fue quien encontró los cuerpos en el propio parking de la empresa. Ni que decir tiene que la Directiva le “animó” a guardar silencio y fueron ellos mismos quienes llamaron a la policía. De momento nadie ha hecho preguntas, pero es cuestión de tiempo que el rumor de todo esto llegue a los oídos de algunos periodistas vinculados con esos terroristas de la extrema izquierda. Lo que podría empezar a levantar un ruido excesivo. O algo incluso peor. Mucho peor.

Esto es lo que encontró Boldrup y lo que grabó la policía en el parking de Christiani & Nielsen.

La Ventrue hizo el gesto instintivo y estéril de tomar aliento y empezó a buscar los últimos archivos multimedia de su teléfono móvil. Tras unos segundos lo giró para que la pantalla quedase frente a Annalise y Lars. Los vídeos e imágenes empezaron a reproducirse unos tras otros.
► Mostrar Spoiler
Karen sabía que las imágenes no eran del todo fáciles de ver. Ni por la masacre en sí de unos niños ni por el hecho de que todo aquello hubiese sucedido en la Sede Central de uno de los pilares que sostenían la causa. Les dejó asimilar la escena un par de minutos antes de continuar.

Bien, me has pedido antes que te diese algo por donde empezar – se dirigió a Lars con un rictus de gravedad que contrastaba con la sonrisa que pintó su cara al verlos. Era evidente que todo aquello requería de una seriedad capital – Pues ahora es cuando todo esto se pone interesante – el ceño de la Ventrue se frunció. Ni siquiera ahora, horas después de verlo por primera vez, estaba segura de que aquello hubiese podido suceder de verdad.

Según parece toda esta carnicería se perpetró en unas meras décimas de segundos. Las cámaras de seguridad estaban grabando, hubo una especie de apagón, casi tan imperceptible que ni siquiera los equipos de respaldo se pusieron en marcha, aunque duró el tiempo suficiente para que los servidores informáticos se reiniciasen. Tan fugaz que no parece posible que aquello hubiese pasado allí. Tras eso, el parking se inundó de muerte y cuerpos mutilados.

La Sangre Azul volvió a guardar silencio unos segundos dejando que ambos pudiesen asimilar cuanto les decía. Empezó a pensar en los detalles de su relato y ni siquiera escucharse a ella misma hacía más verosímil su narración de los hechos. Por desgracia, o suerte, aún había algunas cosas más.

He visto las fotos y el vídeo varias veces y he observado un detalle que al principio puede pasar desapercibido – volvió a pulsar el icono de reproducción del teléfono- Si os fijáis bien, hay dos aspectos que hacen todo esto aún más extraño y difícil de creer, si es que tal cosa es posible. Primero: no soy una de esas pomposas del Clan Toreador que pasan sus noches de pasarela en pasarela regocijándose de estar marcando las tendencias de moda de esta década, pero la ropa de esos niños no parece la que suelen llevar los críos hoy en día. Es como si estuviese sacada de hace un buen puñado de años. Tantos que ni yo misma la reconozco, ni siquiera si echo la vista atrás; a los recuerdos de mi lejana mortalidad.

Y segundo, no hay rastro ni huellas de violencia ni en paredes, ni en el suelo ni en ninguna parte. Exceptuando la intrínseca violencia inherente a las heridas y amputaciones...nada. Ni el más mínimo charco de sangre
– Miró ahora a Annalise directamente, holgaba decir que si tuviesen una muestra de la sangre de los niños quizá pudiesen ponerle un poco de luz a aquello.

La reproducción de las imágenes volvió a completarse y la pantalla pasó a quedar en negro reflejando los rostros de Lars y Annalise como si se estuviesen mirando en un espejo.

Estoy esperando recibir noticias sobre Boldrup y mi intención es visitar mañana mismo la sede de la constructora. Puede que allí podamos sacar algo más en claro u obtengamos algo más de información. Quizá encontremos algo en el parking en lo que nadie haya reparado. Ya veremos. En cuanto a la prensa, puede que después haga una llamada a una vieja amiga, si tiene a bien ayudarnos ganaríamos más tiempo. De momento, si os parece bien, sugiero que veamos los cuerpos y el resultado de la autopsia.

A no ser que podáis añadir algo más a todo este problema. ¿Habéis podido averiguar algo en estas horas?
Casi cruzaría los dedos porque me dieseis la primera buena noticia de la noche
.

Karen guardó el teléfono y acto seguido dio medio paso atrás dejando algo de espacio entre los tres. Un remolino de viento helado levantó unas hojas del suelo que salieron despedidas tras ellos en dirección a la morgue, como si todo lo que les había contado les llevase hasta aquel edificio.

LARS OLSEN (Victor_Krugger)
Policía Neonazi

Re: Episodio 1. El párking

#10

Mensaje por Victor_Krugger » 19 Nov 2019, 17:39

Cuando Karen se detuvo y se giró hacia nosotros, supe inmediatamente que el recreo había terminado. Alargo la muñeca y muestro mi smartwatch, deslizo el dedo en la pantalla del mismo y un holograma que simula y una libreta aparece en el aire. Esbozando con mis dedos en el aire, tomo nota de los nombres que menciona.

-Anker, el exfiscal
- Simonsen, Jefe de Seguridad de la Sede Central
- Boldrup, Vigilante de seguridad

Permanezco en silencio y observo con atención las imágenes. Mi vista disecciona cada fotografía y cada frame del vídeo. Paso por alto la espantosa situación que estoy viendo y analizo todo con detalle, no dejo que mis sentimientos o ideología intercedan en mis observaciones, trato de ser lo más objetivo posible. Pongo mi ojo clínico en servicio de la búsqueda de la verdad. Observo, memorizo y analizo los datos. Miro a Karen con seriedad y digo con voz firme.

-Necesito una copia de todo esto, ya.

Karen sigue con su relato y parece todo una historia inverosímil orquestada por el propio Stanley Kubrick en sus mejores tiempos. Su discurso expone algo humanamente imposible, algo que, obviamente, no me extrañaba. Sin embargo, se me pasaba por la mente que habría pocos miembros de la estirpe capaces de realizar aquello. O era todo un artificio muy bien perpetrado o alguien muy poderoso andaba detrás de ello. Me parecía muy sospechoso lo del apagón oportuno y que no hubiese ningún rastro de sangre en el parking. La idea del artificio cobraba más fuerza.

-[…] A no ser que podáis añadir algo más a todo este problema. ¿Habéis podido averiguar algo en estas horas? Casi cruzaría los dedos porque me dieseis la primera buena noticia de la noche.

- Me temo que a estas horas, lo sabe todo Cophenague. Mi contacto, Mette Marie Kristensen, me puso al tanto de la situación. Uno de sus clientes, un senador, entre polvo y polvo, le comentó lo sucedido. Si un tipo como ese es capaz de soltar una bomba como esa a una escort cualquiera, a quién no se lo habrá contado ya. Lo raro es que la presión de C&N esté siendo tan efectiva. No he tenido nada más a lo que agarrarme hasta ahora que he visto el vídeo y me cuentas todo esto. Pero bueno, mi cerebro piensa deprisa, gracias a lo que me has dado puedo decir lo siguiente…

Me detengo unos segundos mientras ordeno mis ideas, comienzo a andar en círculos y empiezo a hablar.

- A bote pronto, mi hipótesis inicial es la siguiente. Siendo razonables y usando la lógica, todo apunta a que los niños no fueron asesinados en el parking, nadie es capaz de realizar esa masacre en tan poco tiempo y ni mucho menos, sin dejar ni un rastro de sangre. Cómo dices, no hay rastro ni huellas de violencia ni en paredes, ni en el suelo ni en ninguna parte. Ningún humano ni ningún miembro de la estirpe es ni tan rápido y ti tan limpio. A menos que estemos hablando de magia, por supuesto, siempre está la opción de la maldita magia o de las ilusiones. Pero si hablásemos de esto, no habrían necesitado provocar un apagón para ocultar el supuesto acto de la masacre. Y eso es porque no se produjo allí, llevaron los cadáveres de los niños desde otro sitio y los dejaron allí.- Doy una fuerte calada y apuro la capacidad de mis pulmones. Echo el humo y continúo.- Si lo que me cuentas sobre la ropa de los niños es cierto, a menos que se hayan inventado los viajes temporales, tenemos dos posibilidades. Una que fuesen cadáveres de hace décadas o siglos conservados en formol o por otro lado, y lo más plausible, que realmente sean niños de esta época y que antes de matarlos y descuartizarlos les vistiesen con ropa de otra época. Elige tú la opción qué te resulte menos depravada.- Acabo con el cilindro de tabaco de una calada y tras una bocanada, continuo.- En todo caso, será mejor que examinemos los cuerpos de los niños. Sin duda, nos darán más datos para poder resolver este misterio. Por otro lado, mañana te acompañaré, tengo que ir a ese parking y ver con mis propios ojos la escena del crimen.

Tiro el cigarrillo al suelo y lo piso. Las miro y espero su respuesta.

Cerrado

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