Episodio 1. El párking y la morgue

Moderadores: Nyxe, Corso, Victor_Krugger

Annelise Niemi (Nyxe)
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Re: Episodio 1. El párking

#21

Mensaje por Nyxe » 06 Dic 2019, 22:49

Le muestro media sonrisa al chico al tiempo que me encojo levemente de hombros, diciéndole con la mirada "Disculpame, él es así, es mejor que le des lo que te pide".

El viejo policía solía portarse así. No me cabía duda de que esa forma de hablar algo intimidante le había ayudado muchas veces a conseguir la información que necesitaba, y seguramente no nos necesitase a Karen ni a mí. Pero tampoco parecía la clase de personas con las que estaba acostumbrado a tratar, así que iba a apoyarle haciendo de "poli buena" mientras él era el "poli malo". Literalmente.

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Re: Episodio 1. El párking

#22

Mensaje por Voivoda » 08 Dic 2019, 20:17

Las dudas hacen de los mortales débiles sacos de carne poco superiores a una mascota animal. Ese pensamiento cruza casi al mismo tiempo la mente de Lars y la de Karen. Tal y como predica la Hermandad Germana, la rama de la Camarilla a la que realmente servís lealtad en última instancia, la presencia de humanos es necesaria tanto desde el punto de vista pragmático de la supervivencia de vuestra especie, como también como tapadera y modo de que el mundo siga funcionando. Al fin y al cabo, alguien ha de ponerlo en funcionamiento durante el día. Y, todo hay que decirlo, hay ejemplares extraordinarios en medio de todo el rebaño, seres con una valía especial y capacidades por encima de la media que, unidos a su inherente carga genética (o precisamente por ella), merecían la oportunidad de intentar ascender en el escalafón hacia la inmortalidad.

El chico que tenéis delante no era uno de ellos.

Annelise aún no tiene pensamientos tan extremos, si bien comprendía de modo natural que había quienes estaban en el lado de la fortaleza, la supervivencia y los recursos... y quienes eran vulnerables, despreciables o eliminables porque no aportaban nada a esa clasificación elitista que organizaba el mundo desde el inicio de los tiempos. Probablemente el muchacho formara parte de este segundo grupo, pero Annelise, quizá más apegada a los tiempos modernos, también comprendía que asustarlo o intimidarlo por triplicado podría no resultar efectivo al final. De ahí que al ver al muchacho dudar y balbucear un poco, intentando encontrar una solución a qué hacer en cuestión de décimas de segundo, aunque le resultara patético, era un buen indicio de que entre su sonrisa y la voz inflexible de Lars, terminarían por quebrar su voluntad. Sin más esfuerzo.

- Cla... claro... bueno... sí, lo puedo imprimir.

Bingo. Marica buena.

El chico saca una copia de los documentos y os los tiende al mismo tiempo que Karen termina de comprobar que la Funeraria Könge es una de las mayores no ya de Copenhague, sino del país. Curiosamente, fueron emigrados alemanes los que la fundaron para atender los servicios durante la II Guerra Mundial. Una muestra de oportunismo disfrazada probablemente de humanidad. La vida misma.

El informe de la autopsia determina la muerte de varias personas por diversas causas: múltiples fracturas, inhalación de humo y quemaduras por agentes químicos. En algunas notas al margen se hace referencia a la presencia en algunas cuerpos de agentes patógenos de la fiebre tifoidea, considerada extinta a estas alturas en Europa. En el apartado de las identidades, se repite la misma fórmula: "desconocido", al igual que en el apartado de familiares: "no constan". En la parte inferior, figura la firma del juez de guardia: Thomas König.
Imagen

Karen Klausen (Corso)
Juez (Tradicionalista)

Re: Episodio 1. El párking

#23

Mensaje por Corso » 11 Dic 2019, 19:07

Karen cerró el navegador de su móvil y recogió el informe de manos del chico. Patético. Aún había quienes se atrevían a poner en duda los valores tradicionales que evitaban que reinonas miedosas como aquella tuviesen entre manos una información así de relevante. Y lo que era peor, que fuese tan fácil acceder a ella.

Comenzó a leer con seriedad y, acostumbrada a haber tenido entre manos muchas veces documentos similares, no tardó en pasar por alto las primeras páginas, colmadas de aburridos tecnicismos médicos a los que Annalise podría sacar más jugo, desgranando el documento rápidamente hasta encontrar los apartados que creía más relevantes.

Entonces un pequeño gesto de sorpresa acudió a su rostro al empezar a relacionar palabras:

“Desconocido”. “No constan”. “Thomas König”.

Levantó la mirada y miro a Lars y Annalise para asentir a ambos, señal muda de que habían encontrado algo, quizá más de lo que esperaban, entre los estúpidos balbuceos de aquel marica estrafalario.

Para empezar, conocía al juez de guardia. König era un juez menor no muy estimado por cierto sector dentro de la judicatura. Por lo que sabía había sido un perro de presa con la basura antisistema y quizá por eso no había acabado de cuajar dentro de la “élite judicial” de Copenhague. Hasta donde le daba la memoria los Verdaderos Daneses habían recurrido a él en algunas ocasiones, aunque no recordaba que la rama del Clan a la que ellos pertenecían estuviese relacionada con él.

Por sus propios intereses Karen sabía que Thomas había ido abriéndose hueco en la ciudad. Su bufete no podía compararse con Amundsen Abogados, ni en volumen de casos ni en la importancia de los mismos, algo que ella intentaría que así siguiese. No le importaba que König recogiese un pequeño trozo del pastel, de hecho parecían moverles afinidades comunes, pero una cosa era remar en la misma dirección y otra intentar tomar la delantera.

En cualquier caso, allí había algo donde rascar más profundamente. El otro König que le vino de inmediato a la mente apestaba a perfume italiano: Matthias König, el Giovanni cabeza de su clan en la ciudad y con firme asiento en la Natlige. Corría el rumor de que, como “lider” de esos necrófagos enfermos y su endogámica familia en Copenhague, Matthias atesoraba y mantenía una gran influencia en diversos estratos desde los tiempos en los que se dedicaba a abastecer de armas a los hermanos alemanes de la facción. Eso y su podrido dinero en épocas difíciles le convertían en alguien a quien todo el mundo debía tener en cuenta, al menos aparentemente. Se rumoreaba que esa influencia se extendía incluso a la rama de servicios funerarios de la ciudad (en un amplio espectro de sentidos). Eso ponía todo aquel asunto más interesante; o complicado, porque, merecida o no, aquel sepulturero tenía fama de ser más peligroso de lo que muchos creían.

-”Así que, König. Qué deliciosa coincidencia” - pensó la Ventrue cargada de sarcasmo. Sin certeza de que ambos estuviesen verdaderamente relacionados era imposible no sopesar la lógica posibilidad que le daban los datos que tenía enfrente, ¿Realmente podría estar metido en aquello? Posiblemente tenía influencia como para acelerar todo el proceso que Lars había descrito, pero si así era, ¿Qué era lo que se proponía?

Una fría sonrisa cruzo su cara y le ofreció los documentos a Lars y Annalise, tras lo que volvió a fijar la vista en aquel vestigio de “hombre”.

-”¿Alguien más ha solicitado o accedido al informe?” - intentó mantener el tono más neutro que pudo con una sonrisa de fingida aprobación. Tenían que saber qué más les podía contar el chico antes de poder hablar entre ellos de todo.

LARS OLSEN (Victor_Krugger)
Policía Neonazi

Re: Episodio 1. El párking

#24

Mensaje por Victor_Krugger » 13 Dic 2019, 01:12

Observé la mirada de Karen al hojear el informe, había encontrado algo, sin duda. La conozco desde que éramos unos críos y sé detectar su mirada de “joder, sí, he encontrado algo”. La miro y pienso: “¿Qué tienes Karen? Dime en qué dirección sopla viento y yo lo seguiré hasta encontrar a los cabrones que quieren jodernos.”

Tomo entre mis manos el dosier y empiezo a hacer una lectura diagonal. Busco palabras, expresiones que llamen mi atención. Mis ojos se mueven a la velocidad del rayo, había hecho eso tantas veces que mis ojos ya estaban entrenados. Empezó a leer y lo primero que veo son datos técnicos, la descripción de las pruebas que se habían llevado a cabo en los cuerpos, bla ,bla ,bla, bla, bla… y bingo. En el apartado de las causas de la muerte, en el margen, aparecían unas notas en las que se informa de la presencia de agentes patógenos de la fiebre tifoidea en alguno de los cuerpos. Hago una pausa. Miro a Annelise con semblante serio y pienso: “Ese puto Malkavian me la ha colado, valiente hijo de puta… Y yo quiero ser la Reina de Inglaterra también, ¿no?”. Miro a Annie y le hago un gesto con la mirada y apunto con el dedo sobre la anotación.

-Si ya sabes quién te vuelve a pedir un favor, me lo cuentas inmediatamente.

Continúo con la lectura selectiva de “Las fábulas, aventuras y desventuras de las juventudes hitlerianas en el parking de Christiani & Nielsen”, y cómo no, empiezo a ver cosas que no cuadran. Identidad: "desconocido", familiares: "no constan". Identidad: "desconocido", familiares: "no constan". Identidad: "desconocido", familiares: "no constan". Identidad: "desconocido", familiares: "no constan". Y así sucesivamente. Estaba claro que había un interés en acelerar el proceso de desaparición de los cadáveres. Sin una identidad confirmada y con una investigación en curso esos cadáveres no debían haberse movido de la morgue.

Continúo leyendo y oh sorpresa, el juez juez de guardia es Thomas König. No tengo el placer de conocerlo, pero de manera inmediata, en mi cabeza salta un resorte con un nombre en él. Matthias “puto necromante” König. En principio no tenía ninguna prueba de que estuviesen conectados, pero en esta no-vida no existían las coincidencias. No me extrañaría que este Thomas fuese un familiar o un ghoul al servicio del lamebotas italiano. Voy dándole vueltas al asunto y me doy cuenta de algo. Algo realmente gracioso, tanto que por un momento mi semblante de estatua se rompe y suelto una pequeña carcajada.

-Ey, Karen, ¿a qué no adivinas una cosa? ¿A qué no sabes cómo se dice rey* en alemán?-Digo en tono jocoso. Hago una pausa dramática y sonrío maliciosamente.- Te doy una pista… el rey alemán también es un juez. Nosotros decimos funeraria Koneg, pero un alemán diría funeraria König… ¿Gracioso verdad? Por mí nos podemos ir cuando queráis.

Le entrego a Annelise el documento, no tengo dudas de que ella puede sacarle más jugo que Karen o yo a ese montón de datos.

-Todo tuyo. Si encuentras algo raro, cualquier tipo de irregularidad en el procedimiento, alguna malformación genética,no sé, lo que sea, quiero ser el primero en saberlo. Os espero fuera. Tengo que hacer unas llamadas.

De camino a la salida saco el teléfono y busco el teléfono de Larsson. Doy al botón de llamada. Salta en buzón de voz.

-¿Henrik?¿Qué pasa te he pillado haciéndote una paja? Maldito cabrón, cógeme el teléfono... bueno, da igual, es broma. Me he empeñado en no dejarte dormir esta noche. Una cosa más a tus deberes, no es importante, pero si te sobra tiempo, mira a ver de pie cojea el juez Thomas König. Ahora mismo no me viene nada a la mente, creo que no llegué a tratar con él en mi época de comisario. Tampoco hace falta que te hernies, pero... ya sabes.- al cruzar el umbral de la puerta, saco un cigarrillo y lo enciendo.- pregunta por ahí a ver si alguien sabe algo, a ver que consigues, pero no presiones mucho, no quiero Tomy sepa que ha atraído el interés de nadie. Haz lo de siempre, dale una patada al árbol a ver si cae alguna manzana. Ten cuidado y... gracias. Estamos en contacto."

Tras dejar el mensaje a Henrik Larsson, busco en la agenda el teléfono de la señorita Johana "Cara de perro" Sivebæk, es más que probable que a estas horas de la noche esté despierta. Quizá esté ocupada pisándole la cabeza a algún narco de poca monta que trata de vender en su territorio, pero eso no me echa atrás. Puede que sepa algo de lo ocurrido en el párking, si ha sido alguien de la cloacas de Copenhague puede que la señorita Sivebæk haya escuchado algo. Cruzo los dedos mientras suena el tono y espero a que mis compañeras de coterie salgan de la morgue.

============OffRol===============

*Konge (danés) y König, signfican ambas Rey, de ahí el chiste/juego de palabras.

Annelise Niemi (Nyxe)
Genetista

Re: Episodio 1. El párking

#25

Mensaje por Nyxe » 14 Dic 2019, 20:02

-Muchas gracias- le digo con una sonrisa educada. El chico me daba algo de lástima. Había gente -como nosotros- que tenían la voluntad y la resolución para ponerse por encima de los demás y evitar que les dominasen, y había gente que no la tenía. Era de hecho un fenómeno respaldado por la evolución. Los nazis y otros muchos grupos fascistas defendían el extermino de los inferiores, pero sin llegar a esas salvajadas, tambien había muchos neoliberales que creían en el darwinismo social y la "supervivencia del más fuerte". Pero cualquiera de las dos era una estupidez. No era la supervivencia del más fuerte, sino la del mas apto. En un mundo en el que todos se enfrentasen, aquel que rehullese la confrontación evitaría salir dañado de los conflictos y tendría mucho mas éxito que el resto. Se podía establecer la fórmula matemática que predecía la proporción de individuos "dominantes" y "cobardes" (que en la carrera llamabamos "halcón" y "paloma") y cualquier población iba a tender a esa proporción hasta estabilizarse. Se veía mucho en los machos, había especies en las que había dos grupos claros, mientras que las hembras tenían mas o menos el mismo tamaño. Unos machos eran grandes y fuertes y se enfrentaban por las hembras, y otros pequeños y huidizos que tenían que aprovechar las oportunidades que estos les dejaran cuando estaban distraidos. Pero se podía ver en ambos sexos en cualquier clase de conflicto, ya fuera comida, territorio... Y las "palomas" seguían ahí porque tenían exito, siempre que hubiera los halcones suficientes. Es decir, que daba igual lo que se hiciese, siempre iba a haber en la sociedad gente que estuviera por encima, y gente que estuviera por debajo. Intentar acabar con cualquiera de los dos grupos era una pérdida de tiempo.

Claro que en el caso de este chico seguramente tampoco importara. Era homosexual a todas luces, por lo que era mucho menos probable que llegase a tener descendencia siquiera. Era simplemente un camino que no iba a llegar a ningún lado. No se habían descubierto los genes todavía, pero había pruebas mas que de sobra de que había una fuerte correlación entre los genes y la homosexualidad. Y como cualquier rasgo mediado por los genes, era susceptible de ser eliminado por la selección natural. No dejaba de parecerme irónico. Tantísimas generaciones, religiones y sociedades condenando la homosexualidad, y precisamente lo que hacían era forzar a los homosexuales a reproducirse. Pero precisamente al tratarlos de forma ética y sin estigmatizarlos, al dejar que fuesen libres, se irían emparejando entre ellos e irían desapareciendo generación a generación. Estaban ya condenados, no veía ningún motivo para portarse mal con ellos.

Frunzo el ceño cuando Lars menciona el nombre de König. Había tenido algún trato con él, y era verdad que daba... mal rollo. No solo por lo que decían de él, sino su propia presencia tenía algo inquietante. Pero no había tenido verdaderamente ningún problema con él, me había parecido bastante directo (en lo que al negocio se refería). Aun si tenía algo que ver con la funeraria (que era posible que el apellido fuese simple casualidad), no se me ocurría ningun motivo para suponer que fuese a darnos problemas.

Me molesta más cuando Lars me enseña que los niños tenían rastros de fiebre tifoidea. Lindhart podría habermelo dicho. Pero viendolo por el lado positivo, eso significaba que tenía unas muestras a buen recaudo en el laboratorio. Así que aunque hubiese mala suerte y los König hubiesen incinerado ya los cuerpos, todavía tenía algo sobre lo que trabajar. Me iba a llevar bastante trabajo pero quizá -solo quizá-, podía descubrir de donde habían salido esos niños. Se me escapa una sonrisa cuando Lars me da el informe. Le estaba saliendo su vena de policía.

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Re: Episodio 1. El párking

#26

Mensaje por Voivoda » 20 Dic 2019, 21:17

- Lars, ¿nunca duermes, joder?

El antiguo policía no puede disimular una sonrisa por el brusco saludo de "Cara de Perro". En unas circunstancias ideales en las que sólo hubiera que preocuparse por la construcción de la sociedad perfecta, Johana tendría que hacer auténticos méritos para que el agradecimiento por sus servicios no fuera otro que permitirle vivir en algún pozo industrial de mierda donde no tuviera posibilidad de arrimar su cara deforme a ninguna persona de bien. Pero no son unas circunstancias ideales, por lo que la informante sigue siendo un activo necesario. Y aunque Lars jamás lo reconocería, respetaba más su carácter hosco que el de los lameculos arribistas ansiosos de hacerse con algún trozo del pastel con los que solían tener contacto entre los mortales sus hermanos de ideales.

Annelise y Karen observan a Lars al teléfono a cierta distancia, cerca de los coches. Dejáis por un segundo que la brisa gélida, que trae algunas partículas de hielo, os golpee en vuestras caras. Es una sensación casi reconfortante. Al haber dejado atrás los inconvenientes de la vitalidad, la temperatura ambiental de la noche danesa no era molesta. Pero al mismo tiempo, era un recordatorio precisamente de que habéis dejado atrás esa misma vitalidad. Una sensación agradable y, al mismo tiempo, un golpe de melancolía.

El chico de la puerta no tenía más que ofrecer. Nadie más había preguntado. En su cabeza todo tenía sentido dentro del limitado marco de sus pensamientos. Se había realizado una autopsia, un juez había dado un permiso como los que el muchacho registraba cada uno de sus aburridos días, los de la funeraria habían llegado y a otra cosa. Lo de siempre. No deja de sorprenderos cómo una simple rutina esconde tantas otras cosas, otros secretos ocultos, que brillan ante vuestros ojos. La autopsia había arrojado resultados sorprendentes, el permiso del juez había sido demasiado rápido, y su nombre y el de la empresa funeraria eran rápidamente enlazables a una familia de no-muertos follacadáveres. Para ser algo rutinario, estaba repleto de datos relevantes.

OFF: Necesito una tirada de Percepción + Alerta a dificultad 7 de Karen (2d10>=7-P) y de Annelise (3d10>=7-P) mientras Lars sigue hablando.
Imagen

Karen Klausen (Corso)
Juez (Tradicionalista)

Re: Episodio 1. El párking

#27

Mensaje por Corso » 20 Dic 2019, 22:09

[roll=128]2d10>=7-p[/roll]

Annelise Niemi (Nyxe)
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Re: Episodio 1. El párking

#28

Mensaje por Nyxe » 21 Dic 2019, 03:54

[roll=129]3d10\u003E\u003D7\u002DP[/roll]

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Re: Episodio 1. El párking

#29

Mensaje por Voivoda » 21 Dic 2019, 19:22

Continuación (vaya tiradita, [mention]Nyxe[/mention] ;) )

Karen espera pacientemente sumida en sus pensamientos mientras se apoya en una de las paredes de la morgue. Lars se ha retirado unos metros para hablar y le gusta disfrutar de ese momento al aire libre. Además, el lugar está lo suficientemente aislado como para no tener que preocuparse por detalles que hagan que los mortales no tuvieran algún escalofrío por su presencia. No tenía ni que pestañear bajo la brisa helada, dejándose llevar por su condición inhumana.

Sólo un gesto de Annelise la saca de su ensimismamiento. Karen enarca las cejas de un modo interrogativo. Annelise tiene en ocasiones la sensación de que, aunque tiene seguramente menos poder, influencia o experiencia que sus dos acompañantes, es la que tiene los pies más en la tierra. Quien aún puede sentir algo, aunque sea compasión, por el homosexual que os ha atendido o quien, quizá más acostumbrada a tener que andar atenta por la calle, se fija más en los detalles cotidianos.

Quizá por eso, Annelise es la única de los tres que ve una luz intermitente que parpadea debajo del coche en el que han llegado Lars y ella. Es una luz apenas visible, como un pequeño resplandor que saliera de los bajos del coche hacia el asfalto, prácticamente imposible de detectar desde los laterales o detrás del coche. Es lo que señala a cierta distancia a Karen.
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Karen Klausen (Corso)
Juez (Tradicionalista)

Re: Episodio 1. El párking

#30

Mensaje por Corso » 22 Dic 2019, 00:29

Al salir, Karen observó a Lars durante un par de minutos. Sus gestos le eran familiares y por experiencia sabía que no le gustaba perder el tiempo. Seguramente ya estaría llamando a alguno de sus contactos para que empezasen a meter el hocico como sabuesos por ahí, a ver qué podían oler.

No entendía como Lars podía relacionarse con esa chusma. Eran toscos, sucios, insufriblemente escandalosos y dudaba que pudiesen seguir sin perderse una conversación medianamente inteligente. Sin embargo tenían otro tipo de “inteligencia” que les hacía valiosos, como Lars le decía cuando hablaban sobre el tema; la del superviviente callejero que consigue ganarse un nombre entre la calaña de la ciudad. Y, a esos, el ganado les respeta y les teme. De esos, se pueden obtener ciertos beneficios si uno estaba dispuesto a entrar en el club de chicos malos sin escrúpulos que suelen venderse al mejor postor.

A Karen le inspiraban poca confianza, pero sabía que el mejor postor siempre era Lars. Además, había que reconocer dos cosas. Primero, a la hora de chanchullear y tener gente dispuesta a meterse en el lodo y mancharse de mierda hasta las rodillas, los contactos de Lars eran el Dream Team de los bajos fondos de Copenhague. Y, segundo, Lars era un gran “entrenador” en ese tipo de equipos; capaz de manejarlos y controlarlos de la mejor forma según la ocasión y de discernir cuando había que dar un tirón de orejas y cuándo una palmadita en la espalda.

La Ventrue se apoyó en la pared pensando en lo irónico que era verle allí, hablando por teléfono. Un cadáver, de carne helada y fecha de caducidad más que consumada, a las puertas de un lugar en el que la mayoría de cuerpos que entraban lo hacían con los pies por delante.

Apartó la mirada del Ventrue con una sonrisa y volvió a ordenar en su cabeza los sucesos de la noche, pendiente de la información que su hermano podría sumar a la que ya tenían.

“König”. Tenía que averiguar más sobre aquello y sabía a quién preguntar. Sacó su teléfono y empezó a escribir.

“Buenas noches, querido, necesito que me hagas un favor. Confío, como siempre, en tu total cuidado, diligencia, discreción y confidencialidad. El juez König: todo lo que sepas y todo lo que seas capaz de averiguar respecto a sus contactos, intereses y movimientos dentro del sistema. Sé que se está haciendo un pequeño nombre, así que una lista de sus benefactores y apoyos no estaría de más. Esa lista lleva implícita otra, la de enemigos y detractores. Como has podido comprobar tu mismo desde que entraste en esta profesión, no existe una sin la otra. Si alguien necesitase algo de él ¿Por dónde se le podría hincar el diente? - Aquella última pregunta le hizo sonreír ante una broma que el destinatario del mensaje no entendería.

Hazlo por mi, cariño. Nos veremos pronto donde tú ya sabes.

Besos. K.

Enviar a: Ulrik Pettersen.


Cuando levantó la vista de la pantalla del teléfono se encontró de súbito con la mirada de Annalise, que a unos pocos metros le hacía un gesto en dirección al BMW de Lars; aún al teléfono. En un primer momento no entendía de qué se trataba, pero entonces el casi imperceptible parpadeo del asfalto húmedo reflejando la luz situada bajo el coche la puso alerta. Sentía cierta nostalgia por como la edad de Annie hacía que aún prestara atención a algunos detalles que para ellos ya eran menos perceptibles. No era la primera vez que les ponía sobre aviso de algún peligro. Inteligente, perspicaz y atenta era una parte tan fundamental de la Coterie como ellos dos mismos.

¿Crees que nos rastrean? - Le preguntó, quizá Lars le habría enseñado como eran los dispositivos de rastreo en alguna de sus noches juntos investigando casos. Y casi de inmediato, se le ocurrió la idea de que quizá esa pequeña luz fuese parte de un dispositivo más...letal - Hay que apartarle de esa lata sobre ruedas antes de que pase algo peor.

La bestia de Karen se puso en jaque y sus colmillos quedaron semidescubiertos rozando su labio inferior. Sin perder tiempo caminó a paso vivo hasta la posición del Ventrue incitando a Annalise a seguirla.

Karen no sabía qué podía ser aquello, pero por lo que parecía alguien estaba interesado en tener la posición de Lars, y por extensión de los tres, geolocalizada. ¿Desde cuándo? ¿Lars no se había dado cuenta? ¿Lo habían colocado mientras estaban en la morgue? Era extraño en él no hacer un chequeo del vehículo cada noche dado el número de enemigos que la facción tenía. Por otro lado, ¿y si el dispositivo era algo más "ruidoso"?

Podía sonar a paranoia, pero el extraño suceso que les había llevado hasta allí merecía que tomasen en consideración cualquier precaución, por alocada que pareciese.

Se situó frente a Lars, que había visto cómo se acercaba hasta él con gesto serio en el rostro. Le daba igual interrumpir la conversación.

Hizo un discreto gesto en dirección a la pequeña fuente de luz parpadeante, sin decir nada más. Si les estaban siguiendo el rastro quién podía asegurar que no llevaban algún micro en alguna parte. Cuando estaba segura de que él también la había visto apremió a ambos a guardar una prudente distancia del vehículo.

Tenemos que irnos. Ya.

Cerrado

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