Prólogo (Sara): Proteína

[Voivoda]

OFF: Sara conoce el contenido de la foto que Lars le enseña a Alexander en su prólogo. Lars se lo contaría a Sara un poco antes, de modo que así puedes enganchar más rápido con la historia con la que empiezan también tus compañeros de Capilla.

Reduces la velocidad al llegar en el coche al inmenso almacén de Ikea en Limhamn, ya en territorio sueco, justo al otro lado del puente de Oresund. Apagas la música e intensificas la labor de los limpiaparabrisas para poder ver en medio de una lluvia que poco a poco va ganando en fuerza en medio de la noche. No hay un alma en el polígono, iluminado por farolas que parecen fantasmas de una especie de paisaje postindustrial, por no decir casi post-apocalíptico a estas horas.

No te gusta salir de la Capilla. Tienes además que terminar de poner orden en tu propia habitación en la misma y has estado tentada de decirle a Lars que no ibas a aceptar su petición de acudir a esta cita. Cruzar a Malmö no suele ser además una buena idea. Es bien sabido que la ciudad sueca es mucho más caótica y violenta que la civilizada Copenhague de las noches actuales. Cualquier encuentro desagradable podía ser demasiado peligroso.

No obstante, la historia que te ha contado Lars, la foto con el cadáver del muchacho y su extraña apariencia han despertado en cierta manera tu curiosidad. Al cruzar el puente has intentado fijarte en el lugar en el que fue localizado el cuerpo, pero ya no hay restos de la investigación policial.

- Ya sabes que sólo puedes ir tú. Yo voy a poner al día a Alexander y a Birgitte en cuanto pueda.

Ese "ya sabes" cerraba cualquier resquicio a decir que no. El contacto principal de la Capilla en Suecia es Gustav Skarsgard, un compañero tuyo de clase de tus tiempos de estudiante de medicina. Abrazado años después (crees que por el Clan de los Locos), mantiene hacia ti una abierta confianza. Esa confianza no te hace sentir cómoda, ya que crees que es una retorcida versión del enamoramiento que tuvo de ti en vuestros años como mortales. Ahora parece una especie de devoción obsesiva que no te hace ninguna gracia.

Pero Gustaf es médico forense y la investigación de lo sucedido en el puente corresponde por igual a la policía de Dinamarca y a la de Suecia. Así que tragas bilis sanguínea y esperas a que aparezca en la puerta de ese almacén fantasmagórico.

Un rato después

Gustav no se ha molestado en traer un paraguas y llena de agua el asiento del copiloto, lo que hace que te entre en el cuerpo una violenta ansiedad creciente. Observas su ropa probablemente de segunda mano, su melena rubia a medio arreglar y sus gafas redondas que le hacen parecer una mezcla entre Kurt Cobain en sus últimos días y John Lennon en su época post-Beatle. Se muestra demasiado sonriente, demasiado complaciente y demasiado hablador. Sólo piensas en acabar con esto cuanto antes.

Una vez que le pides que vaya al grano, Gustav despliega un holograma con forma de documento flotante.

- Es la autopsia preliminar que le han hecho a este lado de la frontera -echas un vistazo rápido. La autopsia establece como causa de la muerte una serie de impactos violentos provocados tanto por algún tipo de objeto contundente de gran tamaño como por algún tipo de arma de filo de grandes dimensiones. No obstante, no es eso lo que llama tu atención como científica. Compruebas que el cuerpo del chico tiene una peculiar deficiencia de alfa-1 antitripsina, un trastorno que multiplica los riesgos de enfermedades hepáticas y pulmonares. Este tipo de deficiencias son muy extrañas en las noches actuales, ya que suelen corregirse con ingeniería genética incluso desde antes del nacimiento. Miras a Gustav señalándole esa anomalía. Él se encoge de hombros- Sí, es muy raro. No tiene que ver con la muerte probablemente, creo que al chico lo molieron directamente a palos. Pero ese problema en esa proteína es algo que sólo había leído en los libros de Historia médica.

[Carmilla]

Sara miró el holograma con total atención mientras escuchaba las palabras de Gustav. Tras las palabras del copiloto el silencio la sorprendió con una expresión pensativa y una mirada analítica todavía puesta en el holograma.

-Gracias por tu información.- Respondió apartando la mirada del holograma y con una mueca que casi parecía una sonrisa forzada y comprometida. Sara no era alguien muy expresiva, ni siquiera en los momentos en los que se sentía agradecida.

-Disculpa.- Dijo mientras invitaba a que apartase las rodillas para abrir la guantera y sacar de ella un bolígrafo y una libreta de notas.

-Bien, a ver.- Dijo mientras preparaba la libreta y el bolígrafo para tomar notas.

-El cuerpo presentaba un tono de piel azul grisáceo similar a la ceniza. Por lo que he podido apreciar, afecta principalmente a la cara, el cuello, el tronco y las extremidades. Probablemente a causa de un agente ambiental químico. Quizás estaba envenenado antes de su violenta muerte.- Dijo de manera profesional mientras hacía anotaciones y recordaba un tono similar en la piel de su propio sire.

-La deficiencia de alfa 1 antitripsina es una enfermedad infrecuente. Un trastorno genético hereditario que puede ocasionar en la tercera y cuarta década de vida una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, fundamentalmente enfisema. Con menos frecuencia se puede manifestar desde el nacimiento hasta cualquier momento en la vida como una enfermedad hepática crónica. La función principal de la proteína es proteger el tejido pulmonar de la inflamación ocasionada por las infecciones y los irritantes inhalados, como el humo de cigarrillo.- Sara hizo una pequeña pausa pensativa.

-Vamos a barajar posibilidades.- Concluyó tras unos segundos para finalmente acomodarse en el asiento.

-¿Qué hace un niño de no mucho más de 8 años vestido con una túnica sectaria, con ese tono de piel, asesinado brutalmente y con una enfermedad propia de un adulto? ¿De verdad era un niño? A priori no encuentro mucho sentido a todo esto. Yo diría que le han utilizado como rata de laboratorio, que el experimento ha salido mal y le han machacado a golpes, quizás fruto de la frustración.- Cerró la libreta y soltó el bolígrafo.

-Tú eres médico forense... ¿Alguna vez has visto un cuerpo tan retorcido?- Preguntó sin disimular demasiado bien que se sentía intrigada y realmente confundida.

-¿Y si el niño no era un niño? ¿Y si el color cenizo de la piel no es fruto de un envenenamiento con algún químico? ¿Y si la deficiencia de alfa 1 antitripsina fuera la consecuencia de lo que le ha ocurrido a ese pobre crio?- Por el momento Sara únicamente hacía conjeturas.

[Voivoda]

- Si no te conociera, diría que eres una tía un poco rara - Gustav sonríe intentando hacerte partícipe del supuesto chiste. Evidentemente una reflexión como la que acababas de hacer en voz alta no la harías ante cualquier público. Tú lo sabes y él lo sabe, por lo que la ironía crees que está un poco fuera de lugar. En todo caso, le concedes una mínima mueca para no perder tampoco el hilo de la conversación y la confianza de Gustav. Aunque fuera un poco cargante, aunque no tuviera la mente del todo en su sitio, sabes que no deja de ser un genio que fue capaz de convertirse en médico sin suspender una asignatura casi al mismo tiempo que se dedicaba a experimentar en exceso con las propias sustancias que teníais que ir estudiando.

Parece pillar tu sensación y no continúa por el camino del sarcasmo, mirando hacia la nada a través del cristal, que poco a poco se va humedeciendo por la lluvia.

- He visto cuerpos en posiciones peores, no te creas. No sé, no soy madero, no puedo elucubrar tanto. Soy cientifico. Veo, analizo, compruebo, certifico - Gustav vuelve de nuevo a mirarte fijamente con sus ojos claros - Y puedo certificar que era un crío. Si tiene altura de niño, articulaciones de niño, dientes de niño... Es un niño. Y no había trazo alguno en él de nicotina ni tabaco. Tampoco veneno, aunque no tenía la dentadura muy cuidada al parecer. Así que supongo que el muchacho tendría ese gen que creíamos ya "arreglado". ¿Sabías que en los tiempos de la "enfermedad" - Gustav utiliza la palabra genérica que usáis para referiros a la devastadora infección que diezmo hace algunos años a la especie vampírica- se reconstruyó el gen? Dicen que los neonazis tuvieron algo que ver, que sabían como hacerlo por sus investigaciones desde la invasión alemana... No sé, pero este crío no debería tener ese problema. Ya no.

[Carmilla]

-He oído todo tipo de rumores acerca de "la enfermedad" y me encantaría pensar que lo del crío no tiene nada que ver con eso, pero me da en la nariz que estás en lo cierto. Trabajaré sobre la pista de que el gen que creíamos arreglado ahora supone un problema. Hydran temnein. Cada vez creo con más firmeza que luchar contra la enfermedad podría haber sido en balde, y de aquellos ríos vienen estos lodos.- Respondió con desánimo, todo lo que tuviese que ver con la enfermedad le generaba ansiedad. En el pasado, hasta hacía que evitara alimentarse de desconocidos.

-Hace tiempo leí un informe acerca de la enfermedad, hacía hincapié en que los ghouls también podían verse comprometidos por la enfermedad, se quemaban por dentro en una reacción fatal. Quizás el crío tomó su primer sorbo y murió, aunque eso tampoco explicaría sus heridas. O quizás se deba a un mal arreglo. Es igual, al final solo son suposiciones.- Sara seguía recreándose en la muerte del el crío con preocupación.

-No me sorprendería nada que los neonazis tuviesen algo que ver, sobre todo desde que la extrema derecha ha tomado las instituciones. El odio es una plaga, y las ideas extremistas no solo abundan en los humanos. Si alguno de esos cabronazos está jugando con fuego tendremos que quemarlo, no pienso cruzarme de brazos y ver como la historia se repite.- Sara no apreciaba la ideología neonazi en absoluto.

-Tengo que comprobar el lugar donde fue encontrado el cuerpo, quizás haya algo que se le pasara a la investigación policial, acompáñame si quieres.- Acto seguido bajó del vehículo y se dirigió caminando hacía la dirección que creía correcta bajo la lluvia, sin ni siquiera inmutarse de que se estaba empapando.

Fuera de juego: Me gustaría agudizar la vista mientras camino, no me gustaría tropezar o pasar por alto algún detalle importante, si es que lo hubiera.

[Voivoda]

- Eh, espera.

Te detienes bajo la lluvia y te giras sin importante demasiado que el agua poco a poco comience a calarte de arriba abajo. Gustav muestra una sonrisa con cierta sorna en su rostro mientras se asoma por la puerta del coche sin acabar de salir del todo de él.

- No podemos plantarnos en mitad de una autopista en la que ha aparecido un cuerpo como si tal cosa, Sara -Gustav te observa divertido- Y si lo hiciéramos mañana estaríamos en boca de todas las Coteries de Copenhague y de Malmö, joder.

Notas cómo la Bestia parece desperezarse con un ligero gruñido de aviso en tu interior. Sabes que Gustav tiene razón en cierto modo, que quizá has sido demasiado impulsiva. Y esa misma impulsividad te tienta a cerrar la puerta del coche en su cráneo para quitarle de paso su sonrisa burlona de la cara. No obstante, basta con parpadear unos segundos y centrarte en cómo el agua helada poco a poco va calando en tu pelo, tus hombros y tus manos para volver a apaciguar esos pensamientos.

- ¡Venga, vuelve dentro! ¡Invítame a algo en alguno de los bares cool de los nuestros en tu ciudad, ¿no?!. Ya habrá tiempo para investigar... cada uno con su... familia, ¿verdad?

[Carmilla]

Sara tomó asiento y se preparó para empezar a conducir el coche. -Lo que prefieras Gustav, si quieres dar una vuelta conmigo es lo menos que puedo hacer para agradecerte la información que has compartido.- Dijo con un evidente entusiasmo fingido. Si fuese por ella le daría una patada en el culo para sacarle del vehículo en ese mismo instante, no tenía demasiado tiempo para perder por mucho que tuviese toda la eternidad por delante, pero Gustav parecía alguien útil después de todo.

-¿Bares cool? Por favor, creo que nunca he pisado un sitio así.- Bromeó y puso el coche en marcha. Gustav era un ser inquietante, era útil y una molestia, una compañía desagradable pero a la que le reconocía cierto encanto. La verdad es que hacía tiempo que Sara no se permitía el lujo de salir a dar una vuelta, y quizás lo atractivo era eso, un plan desenfadado con un tipo inquietante para romper la tensión.

-Hace mucho que no salgo pero creo que Copenhague se ha puesto de moda. Entiendo el porqué, una arquitectura colorida, playas imponentes y una curiosa obsesión con el bienestar, suena demasiado bien, tan bien que creo que no podemos permitírnoslo. Te propongo las opciones más asequibles y sin pretensiones.

El bar Eiffel, una popular bodega, un lugar muy auténtico, aunque para mi gusto demasiado iluminado. Allí encuentras a gente de todas partes, es el sitio de las cervezas baratas.

Mesteren, un sitio de andar por casa con gente "guay" y buenos Dj´s, creo que todavía sigue con los muros alicatados y la decoración sobria, lo único que ha cambiado es la gente.

Von Fressen, un tranquilo bar resturante con ambiente berlinés a la luz de las velas. Lo único malo que tiene son las velas.

Studenterhuset, un bar de estudiantes perfecto para entresemana, el entorno es relajado y la clientela es joven. Normal, acabo de decirte que es un bar de estudiantes. Supongo que siguen teniendo esos encantadores conciertos gratuitos.

¿Alguna vez has jugado a la petanca? El Petanque Bar y Terraza, está en un albergue. Sin duda es uno de los bares más inusuales, la entrada son 20 euros, pero te ofrecen una mantita y un par de copas para que juegues a gusto.

Mmm... ya sé, vamos al Freetown Christiana, un enclave anarquista para amantes del cannabis, hay juegos de mesa y música rock de la vieja escuela. La clientela es una curiosa mezcla de viajeros. ¿Qué me dices?- Preguntó mientras mantenía la atención el la carretera. -¿O te refieres a bares "muy cool" para hincar el diente?- Preguntó suponiendo la respuesta.

[Voivoda]

- Pues no le digo que a mí no me venga con mierdas de adolescentes y me responde el muy...¡¡JODER!! -el brusco cambio en el tono de Gustav te sobresalta de tal modo que reduces la velocidad de modo inconsciente y le miras más con los ojos de tu Bestia interior (que se debate entre estar entretenida y algo harta por tanta cháchara) que con los tuyos propios.- Joder, joder, mala idea, da media vuelta.

Miras al frente y compruebas el porqué de la repentina ansiedad de tu copiloto. A una cierta distancia, en las cercanías de Christiania, adonde os dirigíais para disfrutar del ambiente más relajado y anónimo del Freetown, se vislumbran las luces de varios coches de policía e incluso una pequeña columna de humo en algún punto lejano del Barrio Libre. A unos 200 metros puedes comprobar que hay un control policial. En ese mismo momento, además, vibra tu teléfono móvil.

Gustav te mira con gesto de notable preocupación. Un gesto que además acompaña de una mirada... no demasiado serena. Su rostro muestra una ansiedad creciente, sus manos parecen un tanto descontroladas y su pierna derecha empieza a marcar un ritmo constante y visible como muestra de su nerviosismo. Que alguien como Gustav se ponga nervioso dentro de un coche no es seguramente la mejor de las situaciones. El móvil vibra con un nuevo mensaje.