Interludio 1. Mensajes

[Voivoda]

El cielo comienza a tomar una tonalidad azul oscuro cuando salís de la comisaría habilitada para el trabajo nocturno del detective Lindhart. La lluvia decide tomarse un ligero respiro, lo que acrecienta la sensación de frío en la que se mezcla la época del año, la humedad del agua que ha caído y la hora, cercana al amanecer, en la que se suelen registrar las temperaturas más bajas. Los edificios de Copenhague recortados en la penumbra parecen estalagmitas heladas de algún tiempo futurista o de algún tipo de planeta helado extraño.

El golpe de frío al menos espabila algo a Jasper, que a duras penas ha podido evitar que su cabeza comenzara a navegar las olas de la somnolencia en los últimos minutos, momento justo en el que la Vitae adulterada consumida ha empezado a hacer su efecto completo en el interior de su sistema corporal muerto tiempo atrás. Aprovecha para mirar el teléfono y comprobar el mensaje. Tienes activado en tu teléfono un sistema que te avisa de conversaciones, textos o datos que puedan hacer referencia a ti en Bloodspot. Una simple araña recolecta cualquier referencia que tenga que ver contigo como medida de seguridad ante los tiempos que corren. Frunces un poco el ceño al comprobar que el intenso nivel de debate generado en CyberScan por los distintos acontecimientos de los últimos días empieza a acercarse a ti. No ha trascendido nada relacionado con el muerto del que hablaba Lindhart, pero sí que hay bastante debate en torno a los sucesos del puerto. Lo que te llama la atención, no obstante, es que el puto Klaus Jeller, uno de los más molestos y activos miembros de la comunidad digital nocturna de Copenhague, parece que ha detectado el error de conexión del que hablaba Lindhart. Sin dar detalles concretos, apuntando con cierta ambigüedad, deja caer si acaso "es conveniente que ese tal Rohde, un tipo sin oficio, beneficio ni Clan, tenga la posibilidad de manejar nuestra Red". Abona el terreno con todo tipo de falsas acusaciones en las que apunta a que quizá has sido tú quien ha intentado sabotear la Red.

Álex mira de reojo a Jasper. De estar medio ausente ha pasado a mascullar improperios en voz baja. No obstante, centra su atención en su propio dispositivo, donde encuentra nuevos mensajes de Koper. Al parecer, la chica tiroteada ha terminado falleciendo ya de camino al hospital y el cuerpo ha sido puesto a disposición de la familia. El Nosferatu no le da mayor relevancia, pero sí que te envía un pantallazo de una conversación que ha encontrado en un grupo encriptado en CyberScan cuyo origen parece estar en algún punto de Suecia. Los mensajes se han enviado después del momento del tiroteo en el puerto.

No es ella ¿Cómo que no es ella, joder?
El nombre era el mismo, pero no es ella. Es más, no es ni siquiera de los nuestros Es una puta chapuza
Bueno, no vamos a llorar ahora por una hippie, ¿no? Volved cuanto antes. Pasad por la isla
¿Por qué? Porque lo digo yo, cojones. A ver por qué anda la policía allí.

Laurent se toma más tiempo que sus compañeros para ver su propio teléfono. Observa los perfiles de los diferentes edificios, pensando que Copenhague se ha convertido en algunas partes en un escenario impersonal que, a su manera, desarrolla su propia personalidad fría, inhumana, trascendente, pero lejana. Finalmente, mira su teléfono.
Kat ha contestado con la brusquedad que le es habitual cuando se refiere a según qué temas.

Deberías saberlo porque todo el mundo da por hecho que tu gente le ha vendido mierda adulterada a un muchacho. No me gusta nada esta mierda, si tienes algo que ver tenemos que hablar.

Laurent hace el gesto inconsciente de respirar hondo. A Kat se le suelen pasar pronto los cabreos, de hecho el momento en el que deja de ser un volcán en erupción es uno de tus favoritos en tu relación con ella. No obstante, cuando los cabreos son realmente importantes, Kat puede llegar a ser incluso peligrosa. Sigues mirando otros chats en los que compruebas que tu gente ha salido más o menos airosa de los incidentes en Christiania. Ha habido una redada, una dosis considerable de piedras contra la policía y la consecuente respuesta policial con idéntico cariño hacia los que trataban de apedrearlos. Pero tu gente sabe ponerse a cubierto. Por último, hay un mensaje de Isak, escueto, pero directo.

El mensaje, de hecho, es una imagen entre dos interrogaciones.



Reconoces el cuadro de Millais, un pintor inglés del siglo XIX. Conoces la historia del cuadro, cuya modelo (la poeta y artista Elisabeth Siddal) posó durante largas horas para la pintura con un gesto y posición que, unidos a otros elementos de su autobiografía, han llevado a los expertos a dar por hecho que estaba enganchada al láudano.

OFF: Me he tomado la libertad de poner en un post los mensajes de todos. Podría ir uno a uno, pero bueno, confío en todos para mantener la interpretación de cada uno basada en que de momento sólo sabe lo que pone en cada uno de sus respectivos mensajes. Este post como bien se titula es un interludio, son escenas cortas en las que se introducirá información, pero rápidamente pasaremos al siguiente episodio.
Necesito que [mention]Justycar[/mention] haga una tirada de Inteligencia + Ciencias a dificultad 7 (4d10>=7-P)

[Pagliacci]

Inteligencia 3 + Ciencias 1
4d10>=7-P

[4, 8*, 10*, 8*]-P = 3

[Voivoda]

Añadido...

Laurent ata cabos recordando alguna clase en algún aula de algún tiempo ya demasiado lejano en el tiempo. Codeína, morfina, narcotina... los ingredientes que citó Lindhart son parte de los principios activos más reconocidos del láudano, uno de los opiáceos más utilizados en la medicina... y en otros usos, hace ya mucho tiempo.

[Pagliacci]

Malalt tecleó rabiosamente en el móvil, al menos todo lo rápido que se lo permitía su falta de costumbre y su desinterés por las nuevas tecnologías: "Está bien, veámonos en Cristhiania, Kat. Dentro de 3 horas en mi refugio. Voy a averiguar quién es el responsable de la muerte de ese joven." Aquello le daba un poco de tiempo, un breve respiro antes de tener que enfrentarse a la ira de su amante y, quizás, el margen de tiempo que necesitaba para averiguar que demonios estaba pasando. Al menos sus hombres habían escapado de la redada policial dirigida a cazar a los culpables. La Politiet cargaría contra los macarras y antisistema habituales y romperían algunas rodillas, nada que le preocupara.

El otro tema, quizás, era aún más delicado. No se podía hacer una tortilla sin romper unos huevos y no podía culparle a Isak de cuanto había ocurrido, si algo habían sacado en claro del encuentro con el sabueso Malkavian es que tras todo aquel asunto se ocultaban los intereses de alguien más. Pero debía hablar con Isak, para sacarle todo lo que sabía sin exponerse a deteriorar sus relaciones con el Ministerio con un mensaje mal entendido y, al mismo tiempo, advertirle de que alguien iba a por ellos e iban a tener que ser muchos más discretos en adelante.

-"Soren K. 30 minutos"- Le escribió al narcotraficante. Esperaba que comprendiera dónde debían encontrarse, un lugar discreto en los jardines cerca de la biblioteca nacional, lejos de las miradas y los disturbios que se extendían por la ciudad fruto de la histérica llamada a las armas de una juventud sin futuro. Que la mirada del Caballero de la Fé guiara sus palabras.

[Ilitia]

Era una sensación extraña, el frío y la humedad estaban presentes, era algo que sabía pero que o lograba sentir como en su antigua vida. La ausencia de vaho en aquellas circunstancias era un recuerdo de que su cuerpo, a pesar de seguir "funcionando", estaba muerto. Era un jodido cadáver andante, un zombie inteligente, bueno, más o menos.

Se echó la mano al bolsillo en busca del móvil, el cielo estaba cambiando de color, no les quedaba mucho tiempo. El mensaje era de Koper, Alex frunció el ceño al leerlo y le respondió al instante [Averíguame a por quién van estos cabrones, tenemos el nombre, espero tu respuesta]

- Esperad, la chica muerta no era el objetivo, qué gilipollas joder y se la han cargado. Por lo visto hay alguien con su mismo nombre que se encuentra en peligro.- dijo Alex con cierta lástima. Miró a sus compañeros, solo esperaba que la falta de interés por el tema no fuera resultado de la implicación por parte de alguno de ellos en el crimen realizado y el que estaba por realizar.- Algunos de los implicados van a la isla, ¿queréis que nos acerquemos a ver quienes son?- les sugirió a sus compañeros.

[Jebediah_Gogorah]

El paria giró el móvil hacia sus colegas. En la pantalla no dejaban de saltar renglones uno tras otro. Mensajes entrantes donde el algoritmo de búsqueda que el programador había hecho, encontraba las cadenas de búsquedas "Jasper" "Rohde" "Caitiff" "Paria" "Bloodspot" y/o "Yonki".

- Parece que soy el tipo más popular de la fiesta... - dijo con cierta sorna.

Ya estaba acostumbrado a eso. Era una triste realidad, pero era algo heredado de sus días de mortal al que ahora se añadía una vida maldita, siendo el último mono de una sociedad de casta y clara estructura pirámidal. Nadie se acuerda nunca del programador cuando las cosas van bien. No agradecen que los sistemas funcionen y se mantengan activos y sin fallas. Viven en una burbuja de ilusión que les impide ver lo dependiente de la tecnología que somos, y lo entremezclan con su cotidianidad. Pero cuando falla...

Jasper escuchó a Alex, tras darse por vencido y silenciar y esconder su móvil en algún bolsillo de su chaqueta. Se volvió a sorber los mocos con la manga en un gesto más involuntario que fiosológicamente necesario.

- ¿Que qué?... ¿que se han cargado a otra que no era? - Por un momento a Rohde le vino súbitamente una carcajada de humor negro, que reprimió a tenor de la reprimenda de la brujah en el despacho de Lindhart... - Claro... volvamos a nuestro querido y pacífico barrio y veamos que se cuece - Parecía que alguien la había cagado bastante más que él aquella noche. Tal vez al final de la noche tuviera compañía mientras le estacaban por el culo y le enseñaban el bonito amanecer del Báltico.

[Pagliacci]

Laurent alzó la mirada hacia los otros dos inmortales, sus ojos mostraban el brillo oscuro de la bestia acechando tras sus pupilas y de fondo el humo y las luces que los disturbios del puerto producían enmarcaban su rostro.

-Iremos a Cristinia y averiguaremos quién intenta cargarnos con la responsabilidad de todo este sinsentido. Pero antes tengo que encontrarme con un contacto, Isak, quiero estar seguro de que tengo o no tengo algo que ver con esa desgraciada sobredosis y quiero que me acompañéis, quizás él pueda decirnos algo sobre el asesinato de esa joven. Será rápido, casi se podría considerar que nos pilla de paso- Dijo Malalt esbozando una sonrisa- Luego intentaremos lo de cazar sabandijas.

Lo cierto es que, en aquel momento, Laurent prefería agarrar a uno de aquellos neonatos anarquistas hackers que se escondían en su territorio y sacarle la verdad a ostias, no toleraría que dañaran la reputación de Jasper, porque Jasper era suyo, era útil, era su vasallo. Y en la mentalidad feudal del Toreador, los ataques que dirigían contra el Caittif se dirigían realmente sobre él. Pero antes de satisfacer a la Bestia tenían que resolver el misterio del Titiritero y encontrar al malnacido que movía a todos aquellos peones y, para ello, tenían que ser inteligentes, tenían que hacer algo más que reventar marionetas, echarían abajo la puerta de Klaus Jeller. La Arpía estaba involucrada, aquel bastardo sabía algo y, si no, Malalt se aseguraría de que mantuviera la boca cerrada.

[Jebediah_Gogorah]

Jasper se limitó a asentir a las palabras de Laurent. Primero por simple obedencia, y segundo, porque si alguien podía sacarle de aquel embrollo era el Toreador.

- Claro, socio. Donde mandes - dijo mirando de reojo a Alex. - ¿Que crees que puede contarte ese tal Isak?...

[Voivoda]

¿Dentro de tres horas? ¿Ahora caminas de día?

La respuesta irónica de Kat no ayuda a calmar los ánimos de Laurent, quien mira al cielo al momento, comprendiendo que la noche poco a poco va languideciendo. Malalt es consciente de que en ocasiones la rabia fría que siente le hace perder un tanto el orden necesario para sus asuntos. No es exactamente impulsivo, pero reconoce (para sus adentros, pocas veces lo haría en voz alta), que la estructura mental más ordenada de Álex le ayuda a organizarse en ocasiones. Habría tiempo para ver a Kat, aunque no le gustaba irse a dormir sabiendo que su amiga y amante pudiera albergar sospechas. Laurent nunca estaba del todo seguro de qué acabaría ganando la partida en caso de empate: si el lazo que los unía o el carácter visceral incontrolable de Kat.

Media hora después

Esperáis en silencio y bajo una temperatura gélida en el lugar convenido por Laurent, los jardines cercanos a la Biblioteca Nacional que se encuentran absolutamente desiertos a esta hora. Álex controla a duras penas sus impulsos. Tiene demasiados frentes abiertos, demasiadas preguntas sin respuesta. Ha aprendido con el tiempo a intentar resolver una cosa detrás de otra, pero lo sucedido en el puerto y las palabras de Lindhart le hacen estar en un estado de alerta nerviosa constante. Jasper, por su parte, cabalga el bajón de los efectos de la Vitae adulterada y de la permanente amenaza contra él. Rohde está acostumbrado a los desprecios derivados de su falta de afiliación, pero hay determinadas ocasiones en las que llega incluso a olvidarlos. Alimentarse para conseguir un subidón, seguir los razonamientos apasionados de Álex o sentirse protegido por Malalt son algunas de esas ocasiones. Pero, por desgracia, todo tiene un final. Y cuando vislumbra ese final, en su mente se repite la pregunta de si merece la pena levantarse una noche más.

Finalmente, el ruido de un coche algo viejo rompe el silencio de vuestros pensamientos. El amanecer está cerca y todos sentís en vuestro interior el paso del reloj y la inquietud de la Bestia, mala compañera para actuar con serenidad. No llegáis a ver el coche desde los jardines congelados en los que estáis, en los que apenas podéis vislumbrar la silueta de la estatua de Soren Kierkegaard y la del edificio de la Biblioteca Nacional. El coche se queda al ralentí en algún punto cercano y al cabo de unos segundos observáis una figura que se acerca por el jardín. Es un chico joven, alto y muy delgado, y cuando ha caminado una cierta distancia podéis comprobar que el color de su piel es oscuro, esa tonalidad en la que se junta el aspecto de los árabes y el de los pueblos del Cuerno de África.

Un ligero brillo electrónico muestra que Isak fuma en una especie de pipa digital que se ha puesto de moda. Algunos Vampiros compran una versión sutilmente reelaborada que permite disolver la esencia de la Vitae. Son capaces, en cierta moda, de fumar sangre. Isak es un mulato muy atractivo, viste con ropa de marca y un pendiente brillante adorna su oreja derecha. No tiene nada que ver con la tradicional imagen que se tiene de su Clan, casi podría pasar por un modelo de pasarela con cierto toque de afroamericano del Bronx neoyorquino.

Apenas dedica una mirada de reojo a Álex y a Jasper, mientras que a Malalt le saluda enarcando las cejas. Mira con fingido desinterés hacia los alrededores. No os pasa desapercibido que ese gesto le hace parecer por un instante lo que realmente es: un depredador no-muerto que rastrea posibles espías en las cercanías. Cuando parece convencido, mira a Laurent.

- Dicen que estás moviendo láudano. Opio. -Isak se encoge de hombros- Respeto, tío, ya sabes que no me meto en eso. Pero si es así, deberías... deberíais poneros a cubierto una temporada.

[Pagliacci]

Hussein es hermoso, su piel casi dorada tenía un tono tostado y ambarino, como el de la luz a través de un vaso de whiskey escocés. Laurent consideraba a Isak como uno de los pocos iguales en la ciudad, un tipo listo, un rival y un aliado, una serpiente venenosa y escurridiza, como él, claro. Una figura hierática y noble contemplaba y juzga el intercambio, un hombre que estaba siendo olvidado por los jóvenes daneses y neonatos de esta época, cuyas dudas y creencias tejieron el romanticismo escandinavo, un hombre de Dios. Laurent no necesitaba tomar aire, pero lo hizo, sus manos se crisparon en presencia del otro depredador acercándose, la Bestia pareció revolverse en sus entrañas.

-¿Quién lo dice?- dijo Laurent con una amarga sonrisa que no esperaba respuesta- No, no somos nosotros. ¿Láudano? Mi mierda es mucho mejor y bastante más sofisticada.

El francés dirigió su mirada al otro contrabandista, sus ojos se encontraron por un segundo, la mayoría temían cruzarse con las pupilas rasgadas de un Setita y quedar embrujados por su mirada de Gorgona, pero no todo lo que contaban sobre el Ministerio era verdad. Aun así, Laurent contaba con la protección de Jasper y Alex, sabiendo que ninguna mirada detendría a una zelote en frenesí. En aquel momento el traficante fue consciente del silencio de aquel lugar, de la ausencia de gritos, palizas, sirenas y disparos que se habían extendido por toda la ciudad.

-Aun así, es evidente que alguien intenta cargarme con el muerto, colocando las pruebas de modo que me señalen a mí, incluso han hackeado Bloodspot. Quizás no sea mala idea seguir tu consejo, ponernos a cubierto, dejar que las aguas vuelvan a su cauce y estudiar quien sale beneficiado de la jugada. Mis hombres no acabarán entre rejas y con el tiempo podré devolverle la puñalada al malnacido que está tratando de hundirnos.

Pero perderé dinero, mucho dinero, cada día que mis hombres no salgan a vender el material seré un poco más pobre y tus locales se quedarán secos y no tendrás nadie que te suministre. ¿Verdad? Dime, Isak. ¿A quién le comprarás cuando yo baje las persianas? ¿Sabes algo de cuanto te estoy contando que debiera saber?- Malalt no podría descartar que su aliado estuviera implicado, de su respuesta trataría de esbrinarlo y, haciéndose eco de su saludo gangster, añadió- Respeto.. tío.