[AD] Escena: 04.a - Los recuerdos de Galatea

Moderador: Jebediah_Gogorah

Rick Probus (DarkOsca)
Cyberpredicador

Re: [AD] Escena: 04.a - Los recuerdos de Galatea

#11

Mensaje por DarkOsca » 18 Nov 2019, 21:26

El pater se lleva una mano a la cara al intuir las escenas que han rodeado a la cabeza. No hace sino hundir al corista que, casi sin aliento, llega hasta el camastro que le había señalado Lang.

-Es horrible, nos estamos metiendo en algo horrible.

Probus se duerme casi inmediatamente, intentando olvidarse de todo.

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Jebediah_Gogorah
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Re: [AD] Escena: 04.a - Los recuerdos de Galatea

#12

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 18 Nov 2019, 22:58

{ https://www.youtube.com/watch?v=MNTVAugAyOE - Identity from Ghost in the Shell OST }

Tec9 había citado a Tetsuo al atardecer, lo que les restaba ventaja sobre los agentes tecnócratas, pero les otorgaba un descanso necesario. Así que no hubo mucho debate. Michael Johnson, más descansando, se ofreció a vigilar, lo que gracias a su entrenamiento paramilitar, no le excluía de dormir. Simplemente se sentó en una esquina del sofá, y cerró los ojos. Su cuerpo descansaba, mientras una parte de su mente permanecía alerta.

El felino Barlow, comprendió perfectamente el mensaje de Lang, y descendió del destartalado sofá. Salió de la habitación en dirección al salón, para cumplir la tarea que le había encomendado su amo, no sin antes dar tres vueltas sobre el círculo de tiza ya gastado, que se desdibujaba en el sactum particular del discípulo de Hermes.

Las raíces invisibles de Ishani, se entrelazaron con el cableado del subsuelo del apartamento de Lang. Su paz interior, impulsada místicamente por un mantra, que la convertían en aquel preciso momento en una particular Shiva. Todos, incluso Tetsuo que había dejado su pesadilla atrás sintieron un brote necesario de optimismo y esperanza. Sus diafrágmas se acompasaron casi al unísono, y la morada del hermético se convirtió por unos minutos en un reducto de paz. Las sombras de la pesadumbre se retrayeron a sus oscuras esquinas como deslumbradas por una luz que creían extinta.
Imagen Sunset strip, de día, perdía todo el glamour que la noche le proporcionaba. Las calles aparecían solitarias, y tan solo los motores del coche de Johnson, ahora más aliviado con un pasajero menos, levantaron un poco de polvareda, suciedad y panfletos en una de sus aceras. Era como si fuera la calma que precede a la tormenta de lujuria y desenfreno, que la noche le proporcionaba. El neón insuflaba de vida y hacía que las personas fueran como polillas revoloteando a su alrededor. Pero ahora, no era así. El sol aún se intuía en lo alto, y los pasos de la cábala sonaban con eco entre los callejones.

El benjamín de la cábala los guió por entre las estrecha callejuelas del artístico barrio. Los restos de la matutina lluvia, aún permanecían en forma de desperdigados charcos por el suelo, en impaciente espera del habitual aguacero nocturno. Algunos cableados de los pisos superiores, se aprovechaban como improvisados tendederos, y el metal y el ladrillo rojo parecían luchar el uno contra el otro por un espacio vertical y angosto.

La Colmena era el nombre coloquial del BITS, Babes in the Shell. Era un pequeño local donde Julius Milton, en su juventud había casi de manera emprendedora, acabado con el debate sobre el uso sexual de los androides. Para ello, ofreció en primicia en Los Ángeles, un extenso catálogo de androides femeninas con todo tipo de atributos a la carta, capaces de soportar las mayores de las depravaciones y humillaciones por un módico precio. Los principios fueron duros. A la inversión inicial y la deuda restante que contrajo con la Tyrrell, se unieron durante un tiempo, las constantes protestas de todo tipo de grupos en defensa de los androides, y los que directamente lo consideraban una aberración.

Pero Tec9, que era la otra identidad de Milton, supo aguantar el tirón, y su negocio, fue prosperando, aunque la competencia, poco a poco, le ha ido ganando terreno. Ahora, su catálogo es bastante más extenso, y presenta un muestrario de robots masculinos capaces de satisfacer en ambos sentidos, hermafroditas y transexuales. Incluso las malas lenguas comentan que es capaz de proporcionar productos que no hace falta nombrar, y que satisfaría a las mentes más enfermas, y que darían con sus gastados y semimetálicos huesos en la cárcel. Pero nadie... lo ha podido demostrar.
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Lo llaman La Colmena, por las formas hexagonales de los tubos donde los androides posan en el interior del local, esperando ser, previa transferencia monetaria, seleccionados por los usuarios. Por eso, y por Tec9 que era conocido como un auténtico zángano.

La entrada era estrecha, sobre todo ahora, que el local aún permanecía cerrado. Pero enseguida se abría en un local inmenso, donde los metálicos maniquíes permanecían impasibles dentro de sus hexagonales peanas, como flotando en un líquido invisible. Os abre, Ivana, su androide particular que permanece constantemente limpiando el local. No parece ni educada, ni maleducada. Tan solo correcta. Lang, probablemente piense aliviado, que este tipo de droides son los que se deberían alegrar de carecer de conciencia, obligados a trabajos constantes, y soportando las lascivas insinuaciones de cientos de pervertidos.

Sin música y sin luces que animen el lugar, el sitio parece sobrío, y casi sórdido. La ausencia de ventanas hace que sea un poco claustrofóbico, sensación que se aumenta cuando Ivana os hace recorrer un pequeño pasillo interior de ladrillo coronado por una tubería, hasta llegar al despacho de Tec9.

El lugar parece una noche eterna de estrellas verdes, pues todas las paredes están cubiertas por aparatos eléctricos con sus leds parpadeantes. El calor que emana el sitio es combatido por un aparato acondicionado que a su máxima potencia intenta expulsar el aire caliente de la habitación. Aún así, la sensación térmica es la de una sauna finlandesa. En medio del pequeño despacho, hay una especie de camilla metálica, invadida ahora por diferentes herramientas, circuitos y hardware diverso. Ivana os hace pasar justo en el momento que desde otro cuarto aparece el hacker. El ruido mecánico de la silla de ruedas lo precede. Os sorprende su enorme cuerpo postrado en la silla, con sus carnes rebosantes por los laterales de los reposabrazos. Lleva una camiseta que sin duda, vivió tiempos mejores. Una barba descuidada y muy poblada recorre toda su papada, y su cabeza es coronada por largos mechones negros y bastante grasientos. Sus ojos están vestidos con dos gafas bifocales que parecen las de un orfebre y que os recorre con curiosidad a cada uno de vosotros.

Abre la boca para saludar, y deja ver una boca donde la higiene bucal brilla por su ausencia. Señala a Tetsuo con sus manos. Dos manos gruesas con uñas largas y cuidadas. - Eh pataditas... mamoncete... ¿no irás a montarmela como la otra vez verdad, pequeño saltamontes?... - se adentra en la habitación hasta quedar a la altura de la mesa metálica, esperando por su particular regalo. - ¿Que me has traído, colega?... - preguntó con cierta ansía mientras que una vez retirado la mano del control de la silla, frotarse ambas con rápidez - ¿No me presentas a tus amigos o que? - Su mirada se intuía obscena, cuando recorría las curvas de Ishani.
"- ¡¡¡Fenomenales poderes cósmicos!!!... y un espacio chiquitín para vivir" (Genio - Aladdin)

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Tetsuo Kojima (Toxizer)
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Re: [AD] Escena: 04.a - Los recuerdos de Galatea

#13

Mensaje por Toxizer » 21 Nov 2019, 15:33

https://www.youtube.com/watch?v=SKI8RFr0Ec8 - FF VIII OST - Under her control

Tetsuo encabeza la marcha dentro de La Colmena. Camina asqueado entre los cuerpos en reposo de los sintéticos sexuales, una auténtica juguetería para para pervertidos. Al llegar frente a Milton aguanta sus nauseas e intenta engañar al tipejo.

- ¡ Ey Tec, que pasa! - Tetsuo se muestra amigable y va respondiendo al dueño del local - para nada tío, solo fue un error y no se volverá a repetir - levanta las palmas de las manos en gesto de rendición - como te contaba por el chat, estos tipos necesitaban unos materiales y tienen créditos para adquirirlos - el akáshico se frota los dedos - son tíos legales, daban vueltas por las tiendas de hardware de Little Tokyo y estaban a punto de ser estafados por Mochi Jones, ya sabes que es un buen pájaro - El joven sabía que Milton había tenido problemas con Mochi hacía unos años - así que por una módica comisión me ofrecí para conseguirles lo que necesitaban con el mejor proveedor - señala cómicamente a Tec9 - y aquí estamos, listos para una rápida transacción.

" Espero que Tec9 se trague mi rollo verborreico. Después de la última trifulca no me atrevo a usar mis dones mentales. Seguro que estos viejos tienen créditos suficientes para pagar estas mierdas. No tengo ganas de liarme a hostias contra un montón de robots y de ganarme un poderoso enemigo"

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Pagliacci
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Re: [AD] Escena: 04.a - Los recuerdos de Galatea

#14

Mensaje por Pagliacci » 22 Nov 2019, 09:16

El judío había despertado con una sensación de calma interior que no había experimentado en muchos meses, años incluso, por un instante había contemplado al resto de su cábala durmiendo en su salón y había experimentado una sensación extraña, la de pertenecer a una familia, a algún lugar. Sintiéndose despejado del dolor que se autoinfligía constantemente, Lang comenzó a preparar un desayuno consistente en pan negro y leche recafeinada. Dejó que el olor terroso del burbujeante café despertara a los demás y comenzó a pertrecharse para el día, el Sol pendía en lo alto del horizonte, arrojando sus lanzas de luz entre las brumosas tinieblas de aquella contaminada ciudad.

Lang recogió el manto de Erebus y lo guardó con sumo cuidado en el interior de su chaqueta gris. La caja de cerillas, el segundo de sus focos, encontró fácilmente lugar en sus bolsillos, eran un fácil sustituto de las velas de las que tanto gustaba Circe. Su mano vaciló antes de recoger un último objeto, pues no confiaba en los amigos de Tetsuo, la daga de Abraham. Llamada así por el cuchillo con el que el profeta estuvo cerca de sacrificar a su hijo, Isaac. Aquella daga rezumaba de energías entrópicas y divinas, sobre su filo una inscripción en yiddish recorría toda la hoja. El alemán se colocó despacio la kipá, su tacto suave acariciando la cabeza le reconfortó. Hacía años que no utilizaba aquel símbolo, recuerdo constante de que Dios velaba por él desde las alturas. Sobre el solideo se puso un gastado sombrero de fieltro de estilo hebreo.

-Ve en paz- le dijo al Magíster Barlow antes de cerrar la puerta del apartamento en Kraepelin 221- Cuéntale a Circe lo que has visto.
***
https://www.youtube.com/watch?v=rhnPsgojQHA

La Colmena era un veneno en las entrañas de Los Ángeles, lugares como aquel satisfacían los podridos impulsos de los más pervertidos durmientes. Lang despreció al instante a la clase de hombre que construiría un lugar así, medrando a costas del vicio, vendiendo androides de placer para pedófilos y puteros. Lang contempló la eterna juventud de aquellas máquinas, ancladas entre la niñez y la adolescencia, signo inequívoco de una sociedad atraída por el sacrificio de la virginidad y la pureza.

Una de los androides llamó su atención, atrapado en su celda hexagonal de cristal, habían sustituido sus brazos por largos tentáculos cubiertos de lubricante y estos se movían con la cadencia lenta de una canción infantil japonesa. Lang miró a la puta robótica y esta le devolvió la mirada, por un instante sus ojos parecieron suplicarle ayuda, el judío apartó la vista, no podía soportarlo.

Cuando al fin llegaron ante Tec9, el hermético creyó encontrarse ante unas asquerosa y grasienta araña tendida sobre su red cubierta de cadáveres. El asco que sentía era palpable, pues una mueca de disgusto mantenía su cara en un rictus agresivo. Atrás quedaban los buenos sentimientos que había vivido al despertar.

-Me llamo Skotos y soy yo al que debes dirigirte- dijo Lang tratando de desviar la atención del pervertido de Ishani- Estamos buscando un Desencriptador Tyrell para un Nexus 6 y los conectores necesarios. Confío en que no trate de estafarnos, Tec9.

Lang dirigió entonces su mirada a Michael, probablemente el miembro de la cábala de aspecto más amenazante, dejando veladas las consecuencias de un mal intercambio para el zángano. El hermético deseaba que el trato fuera rápido y así pudieran salir de allí cuanto antes. Bueno, siendo honesto, deseaba tener alguna excusa para cortarle las manos a aquel hijo de puta.

Rick Probus (DarkOsca)
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Re: [AD] Escena: 04.a - Los recuerdos de Galatea

#15

Mensaje por DarkOsca » 23 Nov 2019, 00:13

Santa Madre de Dios. Qué es lo que tienen aquí. Casi todo tiene forma fálica o se abre en orificios de distintos tamaños. Que los droides carezcan de valores no sólo los aleja de la humanidad, sino que aleja a la propia humanidad de la virtud. Muy bien no sé qué hago aquí. Sí, tenemos que obtener la información que guarda Galatea pero esta cábala no me necesita. El descanso me ha venido bien.

El pater está extrañamente callado. Termina de engullir una especie de taco de "carne" que ha adquirido en un sórdido callejón. Ese "aceite" va a terminar de reventarle el estómago pero al menos el hambre desaparecerá por algunas horas. Su vista recorre la horrible colección de objetos que decora el recinto. Asqueado, se dispone a apartar la mirada hasta que ve la cabeza de un androide que le recuerda a Galatea. Una sensación de completo vacío se adueña de las entrañas del corista. Cuando se recupera ve al alemán hablando con un gordo asqueroso. Espera que las gestiones sean rápidas. Sino tendrá que pensar en algo para agilizarlas.

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Enerien
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Re: [AD] Escena: 04.a - Los recuerdos de Galatea

#16

Mensaje por Enerien » 23 Nov 2019, 19:39

"La Colmena... Un antro de decadencia y depravación, ya había oído hablar de él de boca de varias piltrafas humanas con más droga que sangre en las venas... El local destila corrupción que se extiende como una nube de pestilencia varias manzanas a la redonda. En más de una ocasión he pensado en dinamitar este antro inmundo y envolverlo en llamas purificadoras... Y aquí me encuentro ahora, haciendo tratos con el que parece ser su dueño, una masa fétida que ha dejado atrás todo atisbo de humanidad... Tendré que hacer un esfuerzo sobre-humano para no reventar todo esto, en este momento hay cosas más importantes que hacer. Puede ser una buena ocasión para descubrir cómo acabar con todo este tinglado."

Michael siguió al grupo al interior del local, sin mediar palabra se habían adentrado al interior, su cara de repugnancia y odio hacia todo lo que tiene que ver con el local eran más que evidentes. Por el camino se va fijando en las medidas de seguridad del local y buscando posibles rutas de entrada/salida del mismo, dirigiendo fugaces miradas a uno y otro lado.

Al llegar junto a su anfitrión, Michael se cruzo de brazos, una sola mirada le bastó para evidenciar la codicia que emanaba aquel despojo humano. Decidió que lo mejor era mantenerse en segundo plano y dejar que Lang y Tetsuo se encargasen de manejar la conversación, después de todo, eran ellos los que sabían con exactitud lo que habían ido a buscar allí.

Solo por un instante, Michael captó la mirada de Lang, había sido fugaz pero Michael lo entendió a la perfección. Con un leve gesto, Michael recolocó sus brazos y apretó un poco los puños, un gesto simple pero seguro que no pasaba desapercibido.

"Con un poco de suerte saldremos de aquí antes de que esta corrupción acabe con mi paciencia..."
“Olvida todo lo que crees saber.” Mordo [Doctor Strange, Marvel] Imagen

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Re: [AD] Escena: 04.a - Los recuerdos de Galatea

#17

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 24 Nov 2019, 11:21

{ https://www.youtube.com/watch?v=TRE9ekAVABk - Reflections by Daft Punk from Tron Legacy OST }
"Era el peor de los tiempos. Era el mejor de los tiempos. Eran días extraños."
Una placa ciertamente oxidada con aquel enigmático mensaje, coronaba una de las paredes de aquel angosto taller. Le servía a Ishani para focalizar su mente y canalizar su ira ante aquel baboso con más similitud al personaje ficticio "Jabba el Hutt" que a un ser humano.

-¿Qué?, muñeca... ¿no dices nada?... ¿se te ha comido la lengua el gatito? hehehe... - Tras el desafortunado comentario, y viendo el rostro serio del resto de la cábala, entendió aquel mensaje cómo el último de aquel tipo. Sabía perfectamente que había llegado al límite de la grosería y el baboseo... y allí era justo donde mejor se sentía. - ¿Módica comisión?... Será jo'puta el chinorris. Pataditas... has hecho bien, tronco. Sabes que soy el mejor en ésto - No dejaba de trastear con herramientas y circuitos - -El hijo de perra de Mochi... ¿cómo se te ocurre contactar con él? Sería capaz de vender a su abuela... y aún así podría estafarte. - Alza la mirada. Sus dos estrafalarias lentes no permiten ver muy bien hacia quien se dirige. - Bien... hablemos de pasta gansa. - Se gira hacia Lang - Ey "Escrotos". Yo no estafo a nadie. No soy como ese jo'puta de Jones. - Vuelve su silla de ruedas hacia un ordenador, dispuesto a teclear - ¿Desencriptador Tyrell para un Nexus 6?... Wow!... vais a por todas eh... así que queréis hurgar en los recuerdos de una muñequita ¿eh?... pervertidillos... hehehe... - De nuevo en la mesa del taller, aparta toda aquel desastre de hardware acumulado como esperando que pongáis allí la cabeza de Galatea - ¿Vais a dejarme ver a esa preciosidad o que?... Apuesto un cojón y la mitad del otro a que si la cabeza está cómo me dijo pataditas por el chat encriptado, esos datos estarán corruptos. Y entonces vais a tener que volver a que el Tio Tec9 os haga un segundo trabajillo. ¿Por qué no dejamos de malgastar mi tiempo, os cedo los cables, desencripto, reconstruyo y vemos que se puede salvar de esos datos y que se puede ver?... Podemos hacerlo todo aquí y ahora - Su mano se levanta de la silla, dejando claramente visible toda la piel sobrante de la parte de su biceps, aromatizando con el sudor de su axila la estancia, y señalando para un muro donde varias pantallas monitorizan la ahora vacía actividad del local - Eso sí... necesitaré tiempo para hacer algo de mi magia. - Se crujió los dedos, mostrándoos la palma de la mano, como si estuviera dispuesto a teclear un buen rato - Doce mil créditos creo que es un precio razonable.

Michael mantenía la mirada fija sobre Lang. Un sólo gesto y ahogaría a aquel bastardo con sus propias babas. El sitio, no le suponía más problema que el pensar en los cientos de miles de usuarios de aquel tugurio, que arderían eternamente en el infierno. Por contra, al Pater Probus, el olor que desprendían las paredes a sudor, pecado y fornicio (y seguramente el taco de carne), le obligaron a buscar desesperadamente un baño donde soltar lastre por su boca.

Tetsuo esperaba que sus compañeros no pusieran trabas con el precio, o al menos esperaba una especie de regateo más propio de cualquier bazar. Lo que no quería imaginarse, era una situación violenta. Al fin y al cabo, Tec9, era su contacto, y por ahora, con todos sus méritos y sobre todo, con todos sus defectos, le había salvado el culo más de una vez. Aunque eso supusiera hacer más horas fregando cacharros en el restaurante del Señor Hachimura.
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Ishani (Ilitia)
Cultista del éxtasis

Re: [AD] Escena: 04.a - Los recuerdos de Galatea

#18

Mensaje por Ilitia » 25 Nov 2019, 13:33

Ishani reconoció el olor del café de inmediato. Hacía muchos años que no lo tomaba y una oleada de recuerdos de la casa de sus abuelos le vino a la mente."¡Una buena taza de café, chiquilla, eso es lo que levanta hasta a los muertos!" le decía su abuela, y así fue, con solo olerlo se volvió a ver de niña conviviendo con sus abuelos que ya hacía mucho que habían fallecido.

Los ánimos de la cábala parecían estar preparados para afrontar un nuevo día. La Colmena, Ishani no había oído hablar de ella pero por la descripción que sus compañeros le hicieron debía ser un antro de depravación más en la ciudad. La cultista los detestaba, habían normalizado el abuso, la pederastia y otro tipo de parafílias que tenía la suerte de no conocer. Para ella, el placer y el disfrute se encontraba en la mayoría de actividades que podían hacerse en la vida cotidiana y aunque podía entender las distintas formas de búsqueda de placer, nunca ninguna que implicara violencia no consentida. Las personas más perversas se habían acomodado a aquel tipo de prácticas y antros, pero los androides ya no les satisfacían y salían a las calles en busca de nuevas sensaciones. Era asqueroso, solo esperaba que no fuera un sitio tan malo como se lo pintaban.


Una vez habían llegado al local, Ishani pudo comprobar la magnitud del problema con sus propios ojos. Aunque ahora carecía de actividad visible, se imaginó cómo podía llegar a ser aquello en plena efervescencia. Quiso hacer estallar una bomba dentro y, si hubiese podido elegir no habría ido, pero eso implicaba mirar a otro lado y no afrontar el problema, lo cual tampoco iba mucho con ella.

Cuando se encontraron con el Zángano fue más de los mismo, aunque en este caso era totalmente lo que Ishani esperaba. No se dignó siquiera a contestarle, con el tiempo había aprendido que ese tipo de sabandija no merecía nada suyo, ni siquiera sus palabras, por lo que trató de ignorar toda alusión hacia ella, dejando a los demás que se ocuparan. Dejó el asunto en manos de sus compañeros, aunque si la cosa se ponía fea, no dudaría en utilizar sus capacidades para partirle la mente a ese tipo

Tetsuo Kojima (Toxizer)
Gamberro Akáshico

Re: [AD] Escena: 04.a - Los recuerdos de Galatea

#19

Mensaje por Toxizer » 28 Nov 2019, 14:21

https://www.youtube.com/watch?v=Eq6EYcpWB_c - Samurai Champloo intro by Nujabes feat. Shing02

" No necesito usar mis poderes para notar la hostilidad que destilan mis compis. Intentaré seguir manteniendo la mascarada estando conectado con Lang por lo que pueda ocurrir. No me importaría destrozar unos cuantos sintéticos"

- Tec, ya que estáis hablando de negocios que a mí me la sudan, ¿ Podría tomar una cervecilla y mirar un poco a tus robo-pilinguis? - dice con gesto suplicante - No quiero saber nada de vuestras movidas. ¿ Hablo con Ivana?

Tetsuo mira fijamente al judío como para darle entender que estará atento a lo que ocurra.

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Re: [AD] Escena: 04.a - Los recuerdos de Galatea

#20

Mensaje por Pagliacci » 28 Nov 2019, 18:38

https://www.youtube.com/watch?v=CaF4zZcH6-8

La bilis subió por la garganta de Lang cuando se burló de su nombre, sus puños se cerraron, apunto estuvo de descargar sobre él la frustración que acumulaba desde tanto tiempo atrás. El judío respiró hondo antes de contestar, tomándose unos segundos para meditar sus palabras. No podía dejarse llevar por sus impulsos, tenía que buscar el bien de toda la cábala, no su satisfacción personal. Su tradición era una senda de control sobre uno mismo, sobre las emociones y el cuerpo, no como los felizmente ingenuos Cultistas.

-Doce mil créditos es un precio razonable- repitió el hermético sin ánimo de negociar, las palabras sabían a cenizas en su boca al estar pactando con aquella clase de parásito. En su fuero interno, el discípulos del tres veces grande ideaba ya un plan para arruinarle. Lang colocó la cabeza sobre la mesa como si se tratara del trofeo de un cazarrecompensas- Lo que no tenemos es tiempo, no vamos a irnos, te daré dos mil créditos más si te pones con ella ahora.

El alemán hizo un énfasis especial en esta última palabra, marcando con un tono imperativo que era él quien dictaba las reglas. Catorce mil créditos era todo lo que tenía y, si la babosa no aceptaba el trato, prefería probar suerte en otro lugar que permanecer un segundo más en su presencia. Lang se preguntó como sería hundir la daga de Abraham en sus entrañas, ofrendar aquel pecador a un Dios vengativo y arrojar su alma impura al peor de los infiernos. La mente del judío estaba deseando castigarle, la ira y el dolor que sentía eran inmensos, apenas contenidos por su anestésica fachada de anhedonia. El hermético no quería matarlo, quería que sufriera, violarlo salvajemente con su cuchillo, delante de todas sus putas robóticas.

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