Karen Klausen - Privado

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Cerrado
Karen Klausen (Corso)
Juez (Tradicionalista)

Karen Klausen - Privado

#1

Mensaje por Corso » 11 Nov 2019, 17:25

Hola, el propósito de este subforo es poder colgar pequeños relatos, sucesos, historietas, notas, pensamientos, etc sobre el personaje de Karen. El "Privado" del título hace referencia a que, en principio, no espero respuesta a lo que vaya posteando, pero no hay necesidad de ponerle una contraseña porque no se trata de crear un subforo al que solo tenga acceso Voivoda, ni mi intención es desarrollar escenas "ocultas" para el resto de jugadores de la Coterie. Tampoco creo que vayan a tener relevancia para la Crónica. Si en algún momento ese tipo de escenas son necesarias por el devenir de la partida, supongo que serás tú, [mention]Voivoda[/mention] quien dictamine cómo y dónde hacerlo.

La idea es profundizar en el personaje, ir desarrollándolo y, que diantres, me divierto con ello. :P

Así que, si lo ves bien pues genial. Si, por lo que sea, no lo consideras buena idea me avisas y lo borro. Sin problema.
;)

Karen Klausen (Corso)
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Re: Karen Klausen - Privado

#2

Mensaje por Corso » 11 Nov 2019, 17:36

RH. RADISON HOTELS.
SUITE TIVOLI
A dos horas antes del amanecer.


Querida Greta,

¿Acaso no es tu mero nombre la fuente de la que surgen todas mis oscuras palabras? ¿Toda la semántica de mi lenguaje? Tu ausencia sigue rasgando mi garganta como el sordo llanto de un recién nacido que le abre sus ojos al Tártaro por vez primera. Traicionero, como el puñal en la mano de Bruto, tu recuerdo se ha vuelto negro como el carbón, pero ah, ansío tu cercanía como la chispa que lo haga arder en forma de rosas.

Puedo imaginarte recostada en el chaise longue de tu ático, apenas vestida con un liviano “mid-lenght tulle”, mientras, con la avidez de un amante primerizo, esperas encontrar en mi caligrafía las más altas alabanzas que calienten tu sangre, que es la mía, antes de dejarte acariciar por el letargo de un inminente nuevo amanecer. ¿Estoy en lo cierto? Por favor, ten la amabilidad de responderme con sinceridad.

Pero dime, mi amorosa madre, ¿Son mis palabras sinceras o, como las del resto de nuestros insípidos congéneres, obedecen a adulaciones interesadas? Espero que aún después de estos años tu juicio siga siendo tan certero como antaño.

¿Qué piensas, hum? ¿Incluso en estos tiempos de lucha aria puedes concederle un parpadeo de atención a tu progenie? ¿Puedes siquiera llegar a sentir tu pálida y pútrida piel hervir de deseo por la promesa de una caricia de tu primogénita?

¿Es eso lo que yo deseo? ¿Con el mismo fervor de la recién nacida que un día fui entre tus brazos? ¿Aquel primer beso intenso con el que me mataste y me diste a luz? Casi puedo notar un muerto latido dentro del pecho cuando pienso en que así lo deseamos. Ambas.

Cada noche acude a mí el vívido deseo de compartir contigo la grandeza de nuestra causa. Siento Copenhague como un fértil campo de tréboles violetas, nuestra flor nacional, que pese a sus fuertes raíces ve amenazada su pureza y esplendor bajo el asedio de esas pestilentes malas hierbas a las que llaman “Democracia”. “Inserción”. “Política social”. Falacias que intentan ocultar otros venenos que amenazan nuestro noble linaje en forma de libertinaje, delincuencia, inmigración...¿Cómo pueden permitirlo? ¿Cuándo dirán basta?

Mil veces Odín maldiga y castigue a esos que, sentados como gordas babosas henchidas de ego y auto satisfacción, pasan su no vida bajo el único anhelo de calentar un trono que no les es legítimo. Si la luz de la providencia tuviese a bien mostrales su absoluta falta de capacidad... ¿Tendrían la suficiente ética para seguir destruyendo nuestra patria? O, acaso ¿Serían lo suficientemente honestos consigo mismos sobre su estrepitoso fracaso y llevarían a cabo el único gesto de responsabilidad posible para ellos: expiar sus delitos y pecados exponiendo sus cuerpos al sol? Mi amado ser oscuro, me temo que, desgraciadamente, cualquier inclinación a favor de esa opción no es nada más que el deseo de un ser demasiado optimista.

¿Dime, que crees? Su Sangre no puede provocar más que desprecio.

El rebaño está tan mezclado que hay noches en las que la vigilia me acompaña hasta los primeros albores del nuevo día buscando a alguien merecedor de recibir mi beso. Encontrar sustento no es tan fácil como antes y la sangre mortal está tan mezclada que a veces me produce unas pequeñas nauseas. Son esos hispanos, negros y asiáticos los que están esparciendo como esporas su simiente animal apareándose con los más débiles de entre nuestros compatriotas. Por supuesto, sé que nuestros hermanos alemanes adolecen del mismo mal...encontrar esta epidemia en mi propia casa me hace más cercano el dolor que debes haber pasado viendo como esas sucias ratas han llevado su plaga por toda Europa. He visto la reputación de algunos de nuestros hermanos de clan hecha añicos. La facción más liberal de nuestro noble linaje actúa sin temor a reprimenda alguna haciendo lo que llaman “negocio” con el mundo árabe. Sus manos no dudan en mancharse con el hedor del sudor de los puercos musulmanes al cerrar un acuerdo, obviando la mácula que dejará en su Dignitas.

Dime, ¿Cómo cuidas el tuyo últimamente? ¿Sigues vertiendo tu ponzoña en los oídos de las hienas redomadas de la Natlige? ¿Eres tú, mi amada y sibilina madre, quién ha provocado los últimos altercados del puerto? Siempre por encima de los que te acusan de extranjera. Siempre tan dedicada a la causa. ¿Sería una necia al pensar que desde que no nos vemos tus noches en Copenhague han sido todo menos ociosas? Francamente, no lo creo. ¿Hum?

La cercana y odiosa mordedura del sol hace hormiguear mi fría carne y mi bestia me advierte que debo buscar el letargo durante las próximas horas. El cuerpo desnudo y caliente de mi cena aún yace entre la seda de las sábanas de esta habitación de hotel. A veces me fuerzo a verlas con algo más que el mero interés del sustento que me procuran, intentando sentir cierta envidia por su simpleza y absoluto desconocimiento de cómo son las cosas en realidad bajo la Mascarada en la que viven, nos sirven y mueren. ¿Llegan a ser conscientes de su propia debilidad? Ah, feliz ignorancia. Pero qué puedo contarte que tú no sepas. Si duda sabrás perdonar este pequeño desvarío provocado por el inminente amanecer…

Debo marchar a casa ahora, antes de que tu recuerdo me retenga el minuto de más que pueda ser fatal. La absoluta autonomía de la que dispongo desde hace décadas no es escudo suficiente para protegerme de la afilada hoja de la añoranza. Deseo que esta nota sirva para recordarte que nuestra lucha sigue viva. Es solo cuestión de tiempo que La Verdadera Dinamarca recupere cada metro perdido. Pura, nórdica y libre. Dime, ¿Puedes verlo en tus sueños?





Tuya en sangre.
K.

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Re: Karen Klausen - Privado

#3

Mensaje por Voivoda » 11 Nov 2019, 19:52

La idea me parece muy buena y la lectura es un placer. ¡Da gusto!
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Karen Klausen (Corso)
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Re: Karen Klausen - Privado

#4

Mensaje por Corso » 16 Nov 2019, 13:04

Nvo. Construction Danmark.
Sede Central Copenhague.
Sala de Juntas.
22:15H



-”Lo que debe entender, Señor Rohde, es que esto no es nada personal. Lo que sea de mi agrado, o no, es una valoración que carece de relevancia. No cometa el error de pensar, ni por un momento, que mis intereses personales juegan algún tipo de papel en este asunto. Todos los aquí reunidos pueden constatar fehacientemente que el único motivo y propósito de mi presencia ante ustedes es el de ejercer de simple mediadora en un conflicto de intereses que lo único que está consiguiendo es postergar una resolución a todas luces...inevitable”.

Rohde miró como algunos de los integrantes de la directiva se miraban unos a otros intercambiando entre ellos discretos gestos de asentimiento a las palabras que acababan de ser pronunciadas. No hacía falta ser un genio para saber que aquello era muy significativo: la reunión se estaba desarrollando demasiado deprisa para su gusto. Para empezar, no le gustaba nada que fuese ella quien condujese la sesión. Podía parecer una tontería, pero aquella zorra había aparecido como de la nada seis meses antes de esa noche y en un tiempo record había conseguido hacer tambalearse la empresa que él, ÉL, llevaba presidiendo desde hacía diez años: "Nvo. Construction Danmark". No comprendía cómo la situación había llegado hasta ese punto, pero así era. La representante de C&N, tenía comprobado el hombre tras una serie de incontables reuniones con ella, era una serpiente de cascabel con aspecto de frágil y cara pieza de porcelana.

“Johan, lo que la señorita Klausen quiere decir...”

La mujer levantó lentamente una mano que sirvió para frenar en seco aquellas palabras, acompañando su gesto con una fría sonrisa.

“Lo que la señorita Klausen quiere decir le garantizo que es capaz de decirlo por sí misma, Señor Rybner. Gracias por su interés, pero me encuentro perfectamente”.

La sala volvió a quedar en silencio y Rybner bajó la mirada al portafolio que tenía frente a él sobre la mesa con el rubor pintando de rojo sus mejillas.

Rohde sonrió apretando su ancha mandíbula. Ese capullo de Rybner se lo merecía, entre otras cosas por traidor. ¿Ahora le venía con... Johan? ¿Se dirigía a él por su nombre? Qué hijo de puta. En los últimos meses su antipatía hacia él había alcanzado cotas de profundo odio y verle en ese momento avergonzado como un colegial reprendido casi le provocó un orgasmo.

“Bien, si alguien más quiere aportar alguna otra cosa sobre mi bienestar antes de continuar...- Karen esperó los segundos que tardó en recorrer con la mirada las caras a su alrededor - Entonces, si les parece, sigamos. Como hombres de negocios que son, todos somos conscientes de lo apretadas que están sus agendas y de lo tarde que es. No me gustaría que sus esposas me responsabilizasen de su tardía llegada a casa, ya me entienden...”.

Los presentes se rieron e hicieron un par de comentarios entre ellos. Karen se había encargado de conocerlos bien, tenía varios informes pormenorizados de sus hábitos y rutinas menos lícitas tras haberle pedido a Lars y Annalise que los investigaran a fondo y, en eso, los dos eran referentes en sus campos.

Era irrisorio lo fácil que le había resultado relajar el ambiente con esa ridícula broma tras la pequeña reprimenda a Rybner. Ah, llevaba mucho tiempo masticando la testosterona acumulada en la sala. Aquellos cerdos machistas...Casi deseaba poder cogerles por los huevos hasta llevarles al llanto.

Sin ir más lejos, el propio Rybner tenía por afición ir a recoger a su hija de diez años al colegio una hora antes de que acabasen sus clases de natación. Un tiempo que aprovechaba para discretamente grabar en video al resto de niñas en la piscina. Solo había hecho falta hackear su teléfono para encontrar una serie de fotos y videos que podían llevarle a disfrutar de la hospitalidad que los presos le dispensaban a los pederastas y violadores.

¿Y Madsen? Bueno, a Annalise le había sido suficiente una pequeña muestra de sangre para tener pruebas suficientes sobre la adicción del directivo a la droga. Droga que ellos mismos le seguirían suministrando e información que le mantendría en su sitio si no quería perder su puesto de trabajo. O algo peor.

“Bien, Señor Rybner” – empezó por él - “Si su voto es un “sí” puede firmar en la última página del dossier. Justo bajo su nombre, por favor”.

Rohde observó como aquel cabrón sonreía a Karen con servidumbre. No sabía cómo demonios aquella mujer había conseguido llevarse el gato al agua, pero tenía que reconocerle que era una experta nadando entre tiburones. Los tenía a todos comiendo de su mano desde el principio. A todos menos a él. No iba a consentir que ninguna putilla esnob le sacase la firma que sirviese para perder el control de la empresa. Por muy inteligente que se creyese. Por mucho que representase a los capullos de Christiani & Nielsen.

No obstante, contaba con cierta ventaja. Se suponía que cada uno de los que allí se sentaba iba a tener un voto de cara a la decisión final. Sabía que Rybner y Madsen le habían vendido. No obstante, Mikensen le apoyaría hasta el final y, además, aún tenía reservado un último as en el bolsillo.

Rohde no había llegado a situar su empresa como la cuarta constructora más importante del país sin aprender un par de trucos por el camino y mantener a ralla a sus rivales directos.

“Señorita Klausen. Si me lo “permite” yo sí que tengo algo que decir al respecto de su...bienestar, por así decirlo. Y si no me lo permite me da exactamente igual. Quizá estos perros traidores le hayan contado muchas cosas sobre cómo funciona esta empresa. Incluso puede que le hayan contado cosas sobre mi. Maldita sea, estoy seguro de que por un par de millones extra venderían hasta a sus madres. ¿Eh, mierdecillas? - las palabras salían por su boca cargadas de flema y bilis - Pues tengo malas noticias para vosotros. Habéis estado tan ocupados lamiéndole el culo a esta puta y a sus amos que os habéis olvidado de leer la letra pequeña. Así de estúpidos sois”.

Una sonrisa animal dibujó en su rostro una expresión lobuna.

“En caso de empate de votos en la junta, nuestros antiguos estatutos internos dictaminan que es el fundador y ahora presidente honorifico quien tiene el voto decisivo. Y que si la absorción es rechazada la empresa interesada no volverá a tenerse en consideración en ocasiones futuras. Puede llamar a ese capullo de abogado suyo, a Amundsen Abogados, y preguntarles si quiere. Le he mandado una copia que ahora mismo debe estar leyendo. Dígale que pueden enrollar estos dossiers que han preparado con las vueltas que sean necesarias hasta que les quepan por el culo, porque no sé cuanta pasta pensaban llevarse en comisiones, pero la cifra va a ser “cero”– Miró con desprecio a Karen con fuego en los ojos antes de dirigirse de nuevo a todos- ¿Sabéis qué? Esta misma mañana he ido a ver a ese vejestorio de Lauridsen y le he hablado de vosotros, hablado de verdad, y de lo que le ibais a hacer a su empresa esta misma noche.

El resto de los presentes le miraron con cierto aire de incredulidad y sorpresa. Incluso, extrañamente, Klausen parecía dispuesta a guardar silencio y no interrumpirle mientras hablaba; lo que hizo que él fuese dotando de más fuerza y convicción sus palabras.

“Oh, qué sorpresa ¿Verdad?” - Rohde se levantó y apoyó con intensidad los puños sobre la mesa de caoba negra dejando caer el peso de su cuerpo hasta que los nudillos le palidecieron. La mesa en la que tantas veces se habían reunido y tomado decisiones millonarias. La misma mesa que nunca iba a abandonar.

“También le he hablado de usted, Klausen, y de sus representados “verdaderos daneses” de mierda; sí, sí, por mucho que quieran vestirse con otra piel yo les conozco bien. Y me ha asegurado que ningún puto nazi le va a poner las manos encima a esta empresa ni ahora, ni nunca, mientras él siga vivo. Así que, sinceramente, sí que debería empezar a preocuparse por su bienestar...porque está jodida”.

Rohde se calló retomando aliento después de liberarse de toda la tensión que le llevaba contracturando el cuerpo y el ánimo desde hacía meses. Un silencio de sepulcro se adueñó del despacho durante un minuto que pareció una eternidad. Como si nadie supiese qué decir. Eso le pareció buena señal y fue incrementando su confianza. Quizá aquella pesadilla se había terminado al fin. Entonces Karen retomó la palabra.

“Bien, tras este necesario minuto para recuperarnos del discurso del Señor Rohde soy yo misma quien les presento disculpas por su..."excesiva vehemencia". Somos conscientes de la delicada posición en la que se ha encontrado y trataremos de encontrar la mejor manera de que se adapte a los cambios que están por llegar".

"Sin embargo su conducta ha sido vulgar, innecesaria y totalmente desconcertante porque, Señor Rohde...” – dijo extrayendo el documento de la última página de su portafolio, el cual se había incorporado al resto de los documentos justo antes de que todos entrasen en la sala. – “...Me sorprende con este gesto” – Mantuvo el documento en alto, a la vista de todos, mostrando la firma que iba a acabar definitivamente con la resistencia de Rohde y los intensos meses de negociaciones- “Creo que ha malinterpretado las palabras del Señor Lauridsen si han tenido una pequeña charla esta mañana. Yo misma he hablado personalmente con él en su domicilio particular esta noche y, como puede ver, – el dedo índice de Karen señaló la firma de Lauridsen – ha declarado su empresa por absorbida hace menos de dos horas”.

“Pero, ¿Cómo has...? - La miró atónito y balbuceó algo ininteligible, abatido y pálido como una mortaja - ¿Tú...has...conseguido…?” - Buscó aterrorizado la mirada de Mikensen esperando una explicación. Éste negó levemente antes de firmar él también, lo que le indicó que no había nada que hacer y que era mejor rendirse o irse a la calle.

Dos minutos después, con el estómago revuelto, vio su propia mano sujetando la pluma que Karen le acababa de ofrecer. Johan Rohde claudicó estampando su firma bajo su nombre.

El sonido de los trazos de la pluma de la Ventrue sobre el papel le fue ensordecedor.



***Dos horas después***
Conversación por chat por una red segura de CyberScan.



¿Hola? Está hecho.

...

No, ningún problema. Llevábamos meses detrás de esto, estaba todo previsto.

...

Exacto, la parte de nueva recalificación. C&N pasa a tener el derecho de construcción.

...

Ya, una gran adquisición para el Clan y para la facción, por supuesto. Tranquilos, soy consciente de que lo tendréis presente en el futuro, no te preocupes.



Sí, el norte de Frederiksberg es desde hoy Dominio de la Coterie, como habíamos acordado.

...

Hablaremos de todo con más tranquilidad mañana.

...

Te dejo, Lars y Annalise esperan mis noticias.



Sí, yo también. Adiós.



Opciones.

Eliminar chat.

Sí/Cancelar.

Sí.

¿Está seguro/a de que quiere eliminar este chat?

Sí/Cancelar.

Sí.

Chat eliminado.

Karen Klausen (Corso)
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Re: Karen Klausen - Privado

#5

Mensaje por Corso » 03 Dic 2019, 19:52

Zen Club, 03:35
Nørregade 41, København
Copenhague



Casi puedo sentir la caliente y familiar "llamada" recorrer mis entrañas como una terrible tormenta de arena. Árida y flamígera. Desoladora en medio de un desierto indómito y lejano; peligroso y exigente. Mi visión corre el riesgo de empezar a enturbiarse de carmesí y dos velos de desesperación animal me empiezan a escocer en los globos oculares. Temo que, en cualquier momento, no pueda detenerlo más y comience a dejar al descubierto al monstruo.

Pues, ¿Qué soy sino un demonio? Abrí los ojos esta noche junto al familiar susurro de un viejo y conocido fantasma que rondaba por mi habitación sin dejarse ver, aún. Sentí su apagado rugido dentro y, aunque fue el primer bostezo del despertar de un depredador sanguinario y primigenio, no tardará en aullar hasta ensordecer mis oídos y desdibujar la realidad que se abre frente a mi para repintarla de color y olor a óbito. Mis huesos crujen como la puerta de una profunda cripta que se abre dejando paso a una vorágine de destrucción que promete escenas de gritos, dolor y muerte.

Junto mis manos, ausentes y huérfanas de íntimos tactos, sujetando esta copa de licor que no beberé y se me antojan más las garras de una bestia que el cáliz de vida que deberían ser, prestas a rasgar y abrir herida en la carne ajena que antes palpaban con ardor. No habrá tregua tampoco esta noche, ni redención posible. No habrá puerta de atrás por la que escapar. Mis encías parecen latir en contrapunto a este corazón inanimado, carcasa rancia de un fruto podrido. Si al menos un último reducto de fe mantuviese replegados mis colmillos quizá le encontraría sentido a un Dios abandonado y ultrajado al que podría encomendar mi alma, pero no tengo otra religión que el ansia inmortal, ni más credo que saciarla. Lamería las llagas del mismo Cristo crucificado inundando mi garganta, Santo Grial oxidado y ávido de néctar divino.

Los cuerpos que se restriegan sobre mi cadáver flotan automatizados por un estruendo musical que me llega como un bombardeo lejano y apagado,pero eres "tú" quien tiene toda mi atención. Te miro fijamente y mi sed clama en silencio por tu suave piel, por el brillo de tu áurea melena. Ven, animalillo perdido, capricho selecto de mi maldición. Te elijo cada noche desde que elegí y probé tu esencia por primera vez. Tan exquisita e inalcanzable en tu rincón del reservado que mi paladar de impía gourmet implora por el elixir que atesoran tu cuello y muñecas. Siento tus venas fluyendo como fuego, tu corazón latiendo por mi. Mi boca ansiosa de plasma necesita bañarse en un lago de sangre dominado por mi lascivo e insidioso instinto animal.

Mia es el hambre. Tuyo el sustento. Acércate y aplaca la impaciencia que me apuñala por dentro, pues mi pecho no será jaula eterna para esta punzada de hambre inmortal. Acércate sin pudor, pues no habrá juicios de valor entre mis brazos, ni parangón a las sensaciones que guarda mi beso. Ni más cadenas que las que atan a tu deseo y mi bestia.

No te resistas, seré el eclipse que nuble tu conciencia esta noche. Ven y sentirás el placer de ser mi alimento. No quedará recuerdo alguno. No habrá rastro de dolor ni herida que sanar. Solo resaca y los últimos estertores del placer. Y aunque siempre tengas otro rostro y otro nombre, siempre quedaremos solo tu y yo: hasta el fin de los tiempos. Solo la promesa de volver a encontrarte entre muchas cualquier otra noche.



-”Hola, me llamo Annika. No he podido dejar de mirarte en toda la noche. ¿Puedo invitarte a una copa?”.

-”Karen. Solo si me prometes que será dulce e intensa...”.


Solo quedará otra noche bermellón que sirva de alimento y sosiego a mi bestia.


Solo...la viscosa y ardiente paz...de tu sangre.

Cerrado

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