Prólogo (Vincent): Una nueva ciudad

[Voivoda]

Sofie trata de mantener la compostura, pero puedes leer en sus gestos como si fuera un libro abierto. Incluso podrías leer más allá de sus gestos, si bien es un esfuerzo que consideras innecesario. Sofie es muy buena en lo que hace, lo que la convierte en un recurso útil, y además es muy directa y apasionada, lo que la convierte en algo parecido a una amiga con la que es agradable conversar... pero esa misma pasión y efectividad deriva en el orgullo, el orgullo en el ego y el ego en la incapacidad para disimular el éxito.

Le encanta el tema que has tocado, ese extraño asesinato. Le encanta y sus gestos la delatan. Y no sólo le encanta, sino que sabe algo. Y si lo sabe es porque es muy buena en lo suyo. Pasión, efectividad, orgullo y ego. Todo mezclado sólo tiene una consecuencia: no puede simplemente evitar el asunto o hacerse la interesante. Necesita que sepas que ha tenido además éxito.

- ¿Y sabes lo mejor? -el hecho de que baje la voz y quiera pasar directamente a lo escabroso saltándose sin demasiados remilgos la parte emocional de todo el asunto te hace pensar que realmente podría llegar a ser una seria candidata a engrosar vuestras filas nocturnas- La policía no dice ni una sola palabra del asunto, ha quedado en manos de una unidad especializada en homicidios que teóricamente no existe. Pero yo sé que sí, ¿y por qué sé que sí? Porque en la deep web hay fotos de la escena del crimen con códigos de la policía. -hace una pausa dramática en la que espera una reacción de interés y sorpresa genuinas por tu parte, que le das el gusto de interpretar- El chico estaba vestido como de otra época. ¿Alguna especie de ritual o algo así? -ella parece cada vez más entusiasmada- Y encima justo del puente, que está ahora en el centro de la polémica porque se han ampliado sus instalaciones a base de adjudicaciones ilegales. ¡No me digas que no es todo la rehostia! -mira a ambos lados para ver si ha elevado la voz más de lo debido, lo que no parece a juzgar por la nula reacción del resto de personas en el local. Tras comprobarlo se ríe traviesa como quien hubiera hecho algo ilegal y no hubiera sido pillado.

[Theazlin]

El ego... Verse reflejado, de una manera un tanto deformada, en esta chica no hace más que poner en evidencia cuán frágil puedo ser yo mismo en busca de la imagen de perfección. Un comentario, un gesto, una alabanza bastan para hacer de anzuelo y dejar que uno mismo se desmonte, pieza a pieza, hasta entregar más de lo que se quiere y, a veces, más de lo que se tiene. Piensa Vincent mientras mueve circularmente el vaso de whisky haciendo que el preciado livor tinte momentáneamente las paredes de cristal con un tono acaramelado que se desliza lentamente hacia el fondo. Con un gesto casi imperceptible pero presente, Vincent sacude un poco la cabeza intentando apartar los pensamientos intrusivos que, lejos de ayudarle, no hacen más que dañar su ya desgastada conciencia y apoya su cuerpo sobre los brazos en la mesa, acercándose a la mujer.

- ¿Unidad especializada? ¿Hay de esas por aquí? -pregunta Vincent dando carnaza al ego de Sofie- ¿No sería que visteis mal los códigos? -Empieza la partida y toca jugar con cabeza. Primer: plural para ver si alguien más trabaja con Sofie. Piensa Vincent para, seguidamente, retirar su cuerpo hacia el respaldo de la silla como si se reprendiera por algo de lo que ha dicho. Haciendo una mueca y chascando la lengua, prosigue - No, seguro que no. Eres muy eficiente -dice como para sí mismo pero lo suficientemente alto como para que Sofie lo escuche. Se lleva entonces el vaso a la boca y se baña los labios con el contenido, sin beber nada, y posteriormente, extiende la mano y lo deja sobre la mesa- ¿Y dices que el chico iba vestido de otra época? ¿Cómo? Sofie, eres increíble. ¿No has pensado en dejar el periodismo y dedicarte a la investigación? Está claro que tienes talento para ello. -las dosis adecuadas de elogios eran, casi siempre, combustible para el ego ansioso de sentirse realizado. Si a esa necesidad le sumabas la pasión, el riachuelo podía convertirse en un gran río.

El tema de las adjudicaciones ilegales es harina de otro costal y no conviene mezclar tantos temas si se quiere profundizar en uno de ellos. Vincent espera, al menos, que si había polémicas sobre el asunto fuese más fácil de investigar así que podía permitirse el lujo de no inquirir sobre ello. Al fin y al cabo, quien mucho abarca poco aprieta, y tocaba apretar hasta que la naranja se quedara seca.

[Voivoda]

- Eres demasiado zalamero.

Sofie sonríe halagada, pero no tanto como para perderse en los detalles. Has visto en ocasiones cómo otros miembros de la Estirpe utilizan artimañas mentales por las que conversaciones como la que tienes se van focalizando en los derroteros que desea el Vástago. Es un Arte muy utilizada en tu propio Clan, en muchas ocasiones con absoluto descaro como método para fortalecer la lealtad de quienes están en la base de la Pirámide con respecto a quienes están en los escalafones superiores. Sin embargo, tú eres un Vástago diferente. No posees muchas de las capacidades comunes en tu Clan, si bien eres mucho más empático y sensible a las emociones humanas que algunos de tus hermanos de Sangre. Disfrutas también de la naturalidad de la charla, de los enigmas y silencios que rodean la comunicación humana. Te gusta leer entre líneas y obtener tu propio beneficio de cada situación, pero valiéndote para ello de tu propia astucia más que de trucos.

Sofie es profesional, una experta en su actividad laboral. Baila alrededor de los cebos, no puede evitar incluso rozar algunos, pero es muy difícil que los muerda. Juega con fuego, pero sin quemarse. Esa habilidad la hace también en cierto modo fascinante, más interesante que buena parte de los mortales.

El sabor del whiskey es desagradable en tus labios. No desagradable como un elemento con un aroma fuerte o un sabor agrio. Es desagradable como tener una bola de goma en la boca. No aporta nada, sólo estorba. Su tacto y olores son apenas efímeros intentos alejados del verdadero placer nutritivo de la Sangre. Estás tentado de intentar quitarte disimuladamente las gotas de la bebida de tus labios, pero ese pequeño gesto resultaría entre maleducado y raro en el sitio en el que estás.

- ¿Tú no eres el que investiga, Vincent? - rompe ella el silencio con notable intencionalidad.

[Theazlin]

Sin duda, Sofie podría ser una firme candidata al abrazo... siempre y cuando aprendiera a controlar su pasión. Los impulsivos solían ver el amanecer mucho antes de lo que sus entusiastas almas querrían. No pocas veces había indagado en algún caso hasta hallar pruebas irrefutables de que el perpetrador del acto era un joven vástago impetuoso que, farfullando, decía cosas inconexas fruto del estrés pero que le daban la suficiente información a Vincent como para saber que no había sido más que un juguete en las manos de alguien mucho más calculador, inteligente y manipulador. Las palabras adecuadas por aquí, unas jugosas promesas por allá y el nuevo acaba cumpliendo su papel: el de cabeza de turco. Y Vincent no sabía aún si estaba conforme o no con ello. Por un lado entendía esas debilidades del alma, esas necesidades del ego, y al verlas reflejadas en sí mismo le costaba estigmatizarlas; pero por otro... al fin y al cabo el conocía sus debilidades e intentaba tenerlas bajo control.
¿Sí? ¿Estás seguro de eso? Piensa Vincent al mismo tiempo que echa un frugal vistazo a su mano derecha. Ni rastro de temblor... en ese momento. Era muy sencillo juzgar a los demás porque, en fin, eran los demás. Y por un momento Vincent se imagina a sí mismo siendo el chivo expiatorio de alguien, conducido irremediablemente al fin gracias a su sed de perfección y de reconocimiento, a su esclavitud autoimpuesta. No era descabellado.

- Tal vez, querida, deberíamos intercambiar nuestras profesiones por una noche. Estoy convencido de que harías muy bien de mí... no tanto que yo hiciera tan bien de ti, pero bueno -dice Vincent dedicándole una sonrisa sincera a la mujer-. Pero hablando de ello -comenta Vincent, reavivando algo la conversación con la chispa de la emoción. Una emoción que no sentía, ciertamente, pero que no era difícil de simular, al menos en forma de chispazo- el tema del financiamiento ilegal sí que me interesa, laboralmente hablando. He estado fuera y no he leído las noticias sobre ello. ¿Qué ha pasado?

De las cosas que Sofie había comentado, esta era la menos importante y la más asequible. Si algo había aprendido Vincent tratando con humanos (y siendo uno de ellos en el pasado) era que insistir en un tema cuando uno de los interlocutores lo había evitado de forma tan deliberada y clara era un acto destinado al fracaso. A veces uno tenía que aprovechar aquello a lo que sí tenía acceso y tal vez, y solo tal vez, la nueva conversación acabase siendo un nuevo camino hacia el objetivo inicial. Si no... bueno, todo se andaría.

[Voivoda]

OFF: Como verás, en la partida voy dando saltos temporales hacia delante de modo que se asemeja más en ocasiones a un montaje audiovisual que a uno más tradicional escrito. Así las escenas son más cortas, no nos eternizamos en el juego por foro (que ya de por sí es lento) y se avanza en la historia. Por eso ahora te planteo un nuevo salto que además te va acercando a la partida con tus compañeros.

Lo cierto es que te resulta un tanto peculiar que sea Lars Sigurdsson tu interlocutor principal para tratar un tema como el que vienes a tratar. La Capilla de Copenhague es cuando menos peculiar. No has vuelto a ver su Regente, aparentemente encerrado siempre en la parte del moderno edificio que ocupa, mientras que no has tenido tampoco trato con Claudia Kaldrup , quien parece querer disfrutar más de su buena reputación y fama fuera de los muros del recinto seguro en el que se refugia el Clan en la capital danesa.

Al final, el peculiar profesor de traje de cuadros de estilo (anticuado) inglés es tanto el representante del Clan en el exterior como también quien se encarga de vigilar a los miembros más jóvenes o nuevos de la Capilla... a pesar de que a primera vista es en quien menos pensaría uno de inicio que se encargaría de tales cosas al ver su aspecto casi beatífico, su hablar pausado y con ausencias cada ciertas frases y su peculiar (y quizá solo aparente) bondad.

Lars se sienta detrás de un viejo escritorio en su espacio personal dentro del edificio. Te tomas un tiempo para comprobar la ingente biblioteca que atesora en el despacho. Toda ella analógica, alejada de los tiempos actuales. Hay incluso primeras ediciones (y en sus idiomas originales) de las obras de Einstein, Hawking, Newton, Compton, Tesla, Poincaré o Perelman. De las paredes del despacho cuelgan pinturas y fotografías de glaciares y amplios espacios naturales que presupones que son de su Islandia natal (donde fue una celebridad hasta disimular su muerte por una "larga enfermedad", por lo que utiliza en noches actuales un sobrenombre que le hace pasar por un descendiente de él mismo, lo que no deja de tener un punto de genialidad), así como láminas con códigos cifrados y lenguajes aparentemente incomprensibles; campos ambos en los que es una eminencia desde los tiempos de la II Guerra Mundial.

Le has explicado a Lars los pocos detalles que te contó Sofie sobre las adjudicaciones ilegales. Al parecer, tres asesores políticos de importantes concejales de Copenhague han sido acusados de corrupción por amañar la adjudicación de contratos para la ampliación de instalaciones de mantenimiento y aparcamiento situadas debajo del puente de Oresund, casualmente prácticamente debajo del lugar en el que se encontró el cuerpo que investiga tu Clan, aunque en el lado danés. No era el punto que más llamaba tu atención de cuanto Sofie te comentó acerca de la investigación del hallazgo del cadáver, pero era el único hilo del que tirar sin hacer que en tu relación con la periodista se sembrara una pequeña semilla de desconfianza.

Lars te escucha con atención y se reclina ligeramente en su vieja silla de profesor universitario. Empieza a llover (otra vez) en el exterior como puedes comprobar por el repiqueteo de las gotas en los cristales. Apenas la luz de una lámpara también pasada de moda ilumina la estancia de un modo agradable, dejando un espacio amplio para las sombras y dando una luz cálida que no molesta a vuestros sentidos especialmente agudos.

- Sí... uno de esos asesores es Pilou Munk, que es además un contacto útil para el Clan. En este momento, Birgitte y Alexander están hablando con él precisamente para intentar enterarse de algo más. Cuando regresen quizá será buen momento para que os presente de un modo oficial y podáis trabajar juntos, ¿no crees?. Es el único hilo que tenemos -añade con su voz calmada en la que no hay una palabra con un tono mayor que otro- La propia investigación del hallazgo del cuerpo está demasiado cerrada de momento en torno a la unidad especial de investigación que dirige el chiquillo de la Príncipe Borgstaad.

Lars deja unos segundos de silencio. Al final el hilo de Sofie parece que lleva a una madeja mayor. Nunca se pueden infravalorar los detalles más nimios. En eso tu Sire tiene razón. En la última frase de Lars sientes la atracción de un reto. ¿Una investigación cerrada? No existe aún eso para ti. No hay barreras a tu crecimiento y a tu reconocimiento.

Pero todo tendrá su momento.