Casa Vídua Marfà
Si hay algo que caracteriza el Paseo de Gracia de Barcelona es la presencia de un gran número de edificios de traza modernista. Aparte de los más típicos como pueden ser la Casa Batlló o la Pedrera, hay muchos otros que pueden pasar desapercibidos, como la Casa Marfá, que se encuentra en el nº 66 de Paseo de Gracia, haciendo chaflán.
Es un palacio de principios del siglo XX, un claro exponente del Modernismo catalán de principios del siglo pasado. Su construcción se llevó a cabo entre 1901-1904 por el arquitecto Manuel Comas i Thos.
La fachada toma como referencia el gótico civil, que se expresa con contundencia en las tribunas del piso principal, en las ventanas del segundo piso y también en las impostas que recorren los dinteles de las ventanas rectangulares.
La planta superior recrea una galería medieval, con una serie de arquillos de medio punto sobrecolumnas, cubierta con un alero bastante pronunciado. Las esquinas del chaflán estánresueltas por medio de dos esbeltas torresterminadas en un agudo frontispicio con tejado a dos aguas.
El acceso principal del edificio ocupa una gran parte del chaflán. La puerta está formada por tres grandes arcos de medio punto y columnas de fuste corto y capitel floral. Los arcos se cierran con tres grandes puertas de madera tallada.
Nada más pasar la puerta de entrada desde la calle encontramos una especie de hall (antigua entrada de carruajes) con tres enormes arcos de piedra y una majestuosa escalinata alfombrada. En el vestíbulo se repiten las grandes arcadas que dan paso a dos escaleras, la de vecinos y la del principal. Esta última, de aspecto monumental, se cubre con una espléndida claraboya triangular de cristales policromados.
Las dependencias del edificio se disponen en torno a este hall, que en la planta superior tiene galerías con arcos. En la cúpula hay una preciosa vidriera emplomada.
Plano:
El edificio tiene cuatro pisos:
- El principal, que es donde se desarrolla la fiesta
- El segundo, en el que hay algunas dependencias privadas para visitantes en el Elíseo en las cuales uno puede colarse, pero bajo su cuenta y riesgo.
- El tercero, reservado a la seguridad.
- El último, de uso privado, al que no podéis acceder sin pasar por el piso de seguridad y mucho menos sin llave o permiso.