Ligando en Saigón
La seducción casual con toda probabilidad tiene importancia en cualquier juego de vampiro.
Pensé en este apartado tras la escena introductoria, y de hecho explicará algunas cosas que aparecieron.
Locales de ocio
Lo primero es advertir de que el ocio nocturno como el que podemos ver aquí es minoritario en Vietnam. Para empezar, está vetado para las clases bajas y media-baja. Entre la gente con dinero suficiente, muchos jóvenes no tienen interés en ello, prefieren concentrarse en el trabajo, la religión o cualquier otra área de su vida.
No obstante, en la vasta extensión de Saigón existen miles de jóvenes dispuestos a salir, y el ambiente recuerda un tanto a la escena de la movida madrileña, con jóvenes saliendo y explorando el baile, el alcohol o la liberación sexual en ambientes que hace no mucho no existían.
En los locales a la que la mayoría de estos jóvenes acude, también es difícil ligar. Se parecen a los de aquí, pero suelen tener mesas alrededor de las cuales se juntan grupos que ya habían quedado previamente. Por tanto, conocer gente fuera del grupo e intimar se complica mucho, pues el local pronto se configura como corros cerrados de gente bailando alredador de una mesa, o bien sentados en sillas pequeñas en la calle.
Este tipo de sitios son complicados para los vampiros. Afortunadamente para ellos, existen también muchos pubs, clubes y discotecas más parecidos a los que vemos aquí. Algunos de ellos realmente expectaculares y desenfrenados. Allí acuden los extranjeros (turistas o expatriados), pero también muchos vietnamitas que quieren ligar con extranjeros o simplemente disfrutar del ambiente, además de una o dos prostitutas.
Entre extranejeros y vietnamitas con ganas de despendolarse, la caza allí es mucho más fácil.
El toque vietnamita, ¿empoderamiento femenino?
Una situación cómica que introduje en la partida, me ocurrió un par de veces. Bailas con una chica, hay buen feeling y parece que la cosa va bien, entonces te acercas y, ¡zas!, te aleja con un manotazo en el abdomen. Te alejas colorado y con la cabeza gacha, y descubres desconcertado que la chica sigue dando muestras de interés. Pero cuando lo intentas de uevo, ¡otro nuevo manotazo! Y vuelta a empezar.
¿Qué está pasando aquí? Ocurre que las vietnamitas, que tienen una fama milenaria de mujeres fuertes y con carácter, en el plano sexual mantienen un férreo control de la situación. Ellas saben perfectamente hasta donde desean llegar, y cuando la línea se traspasa no vacilan en corregir la situación de forma enérgica. No se andan con sutilezas o señales, el mensaje no puede ser malinterpretado. Si alguien está imaginando la típica chica del porno japonés que se queda paralizada e indefensa ante el acoso, ésa no es la mujer vietnamita.
Lo sorprendente, y lo que realmente cuesta entender al principio, es que tras el correctivo no hay malos sentimientos. En el fondo creo que es un buen código social, aunque resulte abrupto y cortante al principio. Voy a poner como ejemplo la situación que se podría dar en España (más especialmente una década atrás, pues creo que los códigos van cambiando poco a poco):
Cita:
La chica tiene interés en el chico. Se han besado y le ha gustado. Pero entonces el chico le pone la mano en el pecho y empieza a masajearlo. Esto la incomoda, pues a pesar del interés, no quiere llegar aún a ese nivel de intimidad. Intenta retirar la mano suavemente, pero él lo toma como un juego y vuelve a ponerla después. Podría pasar:
A) La chica se separa abruptamente, o incluso le da algún golpe. El chico avergonzado se aleja. La situación es muy violenta para ambos y los dos se quedan sin lo que querían.
B) La chica quiere evitar esto y se aguanta con la situación que le está incomodando.
Con el toque vietnamita, sería así:
Cita:
La chica coge la mano de él firmemente, y de forma brusca la devuelve a su sitio. Ambos continúan a lo suyo como si nada, pero el chico sabe que no debe tocar el pecho (al menos en este momento, quizás otro día o más tarde en la noche).
De una forma más sutil, las chicas también dan muestras en positivo, exponiendo las zonas donde desean ser tocadas y besadas, o dando indicaciones con los ojos.
Pero recordad que las muestras de afecto públicas no están bien vistas, por lo tanto o deben suceder en privado, o en lugares donde el ambiente sea adecuado (un pub oscuro donde la gente habitualmente intime, o incluso en un taxi).