No obstante, una noche Linh descubrió que algunas páginas tenían escritura oculta. Superpuesta sobre folios escritos con tinta, estaba trazada sin tinta, sólo con el relieve de un bolígrafo sin tinta o algún instrumento similar. Resultaba totalmente imposible de leer para un ojo humano, pero los Kuei-jin están bendecidos con la visión fina de los fantasmas, por lo que, no sin un esfuerzo importante, era posible para el historiador muerto el leerla.No perduran registros de la época anterior a la guerra que culminó en la Liberación de Saigón. El papel heroico de nuestro Ancestro y de tantos de los nuestros, frente al reinado de los Vástagos, ha sido documentado en páginas anteriores.
Los datos de los que dispongo son tan sólo que hubo, como no puede ser de otra manera, una Corte en Saigón. Pero fue aniquilada junto al resto de las cortes del Sur por el alzamiento de los Vástagos. Sin duda conseguir detalles sobre qué hubo antes de los Hijos de Caín nos podría dar una Historia a la que mirar y un legado del que sentirnos parte.
Mis intentos de desentrañar la historia de Saigón antes de la llegada de los Vástagos, no sólo han sido en vano, diversas personas me han advertido del peligro de remover estos acontecimientos. Ni siquiera he conseguido apoyo del Ancestro, quien nunca se ha mostrado demasiado entusiasta con mi labor. Todo lo que ha hecho la Corte es redirigirme a Minh Lính Mực (Soldado de Tinta), que siempre se limita a hacer relatos entusiastas sobre la reconquista de Saigón y las bondades del Ancestro, la heroicidad de las familias cadavéricas y la vileza de los cobardes Vástagos. Han conseguido meterme el miedo en el cuerpo, pero hay una fuerza más poderosa, la Verdad, que me llama noche tras noche y no deja descansar mi mente. La misma que me pide que deje por escrito mis averiguaciones, por si algún día se cumplen las amenazas, pero alguien quiere retomar mi gran proyecto.
Estoy segura de que los Vástagos de Saigón serían una importante fuente de información, pero son esquivos, no participan en la Corte y su identidad es un secreto que guardan los mandarines, y tal vez unos pocos. Conseguir entrevistarme una vez con uno de los Người Cain, que estaba temporalmente por un asunto personal, con permiso de la Corte. Pude resolver unas pocas curiosidades, pero no conocía nada de la historia de Saigón, y se negó a ponerme en contacto con otros de su especie. Los Người Cain locales son mucho más difíciles de encontrar, pues tendrían rasgos como los nuestros y podrían confundirse fácilmente como uno de nosotros. ¿Es posible que algunos de los que conocemos en nuestra sociedad pertenezcan en secreto a la raza cainita?
Otro lugar donde reside nuestro pasado es en Hanói. Ojalá lo hubiera sabido cuando viví allí. En una ocasión me las arreglé para ir a la vetusta ciudad. Varios miembros de la Corte me confirmaron que la vieja Corte de Saigón estaba subordinada al Ancestro de Hanói, y cuando los Vástagos la destruyeron, la capital albergó a varios refugiados de la misma. El Ancestro y los Mandarines sin duda saben mucho sobre Saigón, pero me aconsejaron mantener un perfil bajo. Si alguien supiera de estas reuniones, podría ser observado como una traición.
Pero la vía más prometedora la representa el anciano vampiro conocido como Đá Trắng (Hielo Blanco). Me costó muchos tirones de lengua ir descubriendo la identidad de este personaje. Al parecer es más venerable incluso que el Ancestro, fantaseo con la información que podría darme en una conversación. Pero no consigo que nadie me facilite una audiencia con él.
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La segunda información aún no la habrás descubierto cuando empecemos, pero prefiero dártela ya para que tengas tiempo de repasarla y asimilarla sin las distracciones del directo.