Interludio 2. Deudas y pistas

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Interludio 2. Deudas y pistas

#1

Mensaje por Voivoda » 18 Abr 2020, 17:44

OFF: Como en el caso anterior, este interludio está pensado para actualizar la situación de vuestros Pj's antes del inicio de la siguiente noche en grupo. No hay intención de alargar esto durante páginas y páginas, es solo algo de información que coleará en el inicio de la siguiente noche.

Laurent sabía que esa noche llegaría. Se apoyó en la salida de humos de la azotea del viejo edificio prácticamente abandonado cuya parte inferior utilizaba la Coterie como refugio común y punto de reunión. Miró durante un largo instante el cielo estrellado que se podía vislumbrar entre el mar de nubes que avanzaba con rapidez en dirección al norte, a las zonas más frías del país. Por un instante pensó que buena parte de los mismos mortales que estuvieran mirando al cielo en este momento en Copenhague no podrían apenas distinguir las estrellas por el mar de luces que conformaban los rascacielos y altísimos edificios de viviendas de la ciudad. Sin embargo, los agudos sentidos del Toreador podrían ir más allá de esa distorsión y centrarse en la luz de esos otros mundos que mortales e inmortales tenían como inaccesibles desde el inicio de los tiempos.

Habían pasado varias noches desde la desagradable experiencia en Saltholm; noches que Laurent había aprovechado para despejar su mente y tener algunos momentos de soledad como éste en el tejado. Sólo la constante vibración de su móvil le sacó del momento de contemplación en el que su mente volvía a los recuerdos de una vida pasada. Y al rostro de Kat, por mucho que no quisiera pensar en ella conscientemente.

Miró la pantalla del terminal y reconoció que esa noche iba a llegar. Isak ponía sobre la mesa la deuda que habían contraído para que el foco de atención de los momentos inestables de la ciudad y el apagón de la Red pasaran de largo sobre la Coterie.

- ¿No sabrás de algún piso discreto, sin vecinos y alejado del radar de la policía?

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Jasper disfrutaba del peculiar cibercafé que un inmigrante pakistaní mantenía abierto (aunque con la persiana bajada) durante la madrugada cerca de los límites de Christiania. La clientela, de la que él formaba parte, se conocía apenas de vista, pero conformaba una peculiar familia. Nadie hacía preguntas, nadie esperaba respuestas. El consumo de todo tipo de sustancias era habitual en el local una vez que el bueno de Pervez echaba el supuesto cierre. Pero nadie juzgaba. Cada uno era preso de sus propias tormentas interiores. Como fantasmas, cada cliente buscaba su espacio personal, su pantalla, sabiendo que era un paria rodeado de otros que también lo eran. Una peculiar familia.

En este lugar, Rohde lidiaba con la melancolía del recuerdo de su mujer, su familia. Klaus. La angustia azotaba aún su cuerpo no-muerto de un modo que prefería que Laurent y Álex no vieran. No quería que se compadecieran aún más de él.

Al menos, rescatar al bueno de Ed había llevado algo de calor a su corazón no latente. Había tardado un par de días en encontrarse del todo bien, pero volvía a ser el de siempre. Diligente, divertido, eficaz. Con un sentido del humor algo malo, pero eso también le hacía especial. Aunque pudiera resultar una paradoja considerando que Jasper había trascendido la muerte, realmente Ed había logrado ser algo más de lo que él había conseguido en vida. Saber que podría seguir por ese camino más tiempo en lugar de convertirse en un cadáver en una isla de mierda medio abandonada en mitad del Mar del Norte era reconfortante.

No lo era tanto el mail que le había mandado su cuñado. Hacía tiempo que no sabía de él, ocupado como estaba siempre en su trabajo. No es que Jasper le tuviera un cariño fraterno, pero en cierto modo le reconectaba aún con su vida pasada. El Caitiff leyó de nuevo el correo, comprobando que la luz de la pantalla hacía de foco y mantenía su rostro iluminado en medio del ambiente decadente y oscuro que le rodeaba. Más allá de las preguntas de rigor sobre cómo estaba, hace mucho que no sé de ti, etc. el periodista se desahogaba con Jasper como habían hecho cuando éste aún respiraba y le seguía el rollo en las conversaciones sobre política. Parece que Ralf estaba investigando un caso de corrupción relacionado con una serie de construcciones de mantenimiento del Puente de Oresund. Y tirando del hilo había llegado hasta determinados políticos vinculados a la extrema derecha danesa. Sospechaba que pudiera haberse tapado algún tipo de escándalo relacionado con el uso prohibido de determinadas sustancias químicas que podrían haber provocado la muerte de algunos adolescentes que al parecer se reunían para vete tú a saber qué en Saltholm.

Jasper se acercó algo más a la pantalla. Realmente no le interesaba demasiado la investigación de Ralf, pero la referencia final a esas muertes era demasiado cercana a sus recientes experiencias personales como para pasarla por alto. ¿Sustancias químicas?, ¿drogas?. Lo sucedido en esa isla olía cada vez peor.

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Hacía al menos un par de meses que Álex no había hablado con Morpheus21. No sabría recordar la última vez que se habían visto en persona. Por eso, este inesperado encuentro en la trastienda de un lúgubre sexshop en Vesterbro era una buena noticia a pesar de lo desagradable del sitio. La identidad e intereses de Morpheus eran una incógnita incluso para la Brujah, que sospechaba incluso que Copenhague no fuera realmente su lugar de residencia a juzgar por que nunca se solía mostrar en público. Con todo, siempre disfrutaba de su compañía. Morpheus tenía el aspecto de una especie de profesor universitario joven, con el pelo camino de conformar una media melena, la barba algo descuidada y unas gafas grandes. Vestía siempre de un modo algo pasado de moda, lo que le otorgaba el peculiar aspecto típico de chico bueno. Álex no podía negar que, dejando a un lado su Coterie, Morpheus, su Sire, era el Vástago con el que más cómoda se encontraba.

La Brujah y su Sire compartieron un agradable rato de confidencias y puesta al día (o a la noche, mejor dicho), bajo las luces rosáceas de la habitación, que tenía toda la pinta de ser utilizada para los encuentros sexuales del local. Debía dar a un callejón de recogida de basuras en el que no se escuchaba nada más que el repiquetear de la lluvia muy de vez en cuando. La conversación se tornó más seria después de un momento de risas recordando algunas de los pequeños desastres cometidos por Álex en sus primeras noches.

- Álex... he visto lo que ha circulado en la deep web sobre vosotros. También he visto que alguien ha lanzado encima una buena capa de desinformación. -la Brujah asintió, recordando la ayuda del amigo de Laurent- Hay algo que me preocupa.

La joven Brujah mira a su Sire, cuyo rostro ha adquirido un tono más serio. Morpheus busca en el interior de su chaqueta y saca un papel digital doblado en dos partes. Álex lo desdobla y no puede evitar sentir una mezcla entre curiosidad y alarma. Es un boceto hecho con algún tipo de tinta animal de tres siluetas que se parecen notablemente a Laurent, Jasper y ella misma. El dibujo es bastante pobre, carente de perspectiva ni de colores, algo infantil, lejos de una obra que pudiera hacer que os reconociera alguien que no os conoce, pero evidente a ojos de ti misma.

- Alguien os sigue. Creo que que dispararan a una chica llamada Álex y parecida a ti físicamente en el puerto no es una casualidad.
Imagen

Jasper Rohde (Jebediah_Gogorah)
Caitiff Programador

Re: Interludio 2. Deudas y pistas

#2

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 18 Abr 2020, 18:22

{ https://www.youtube.com/watch?v=x2rQzv8OWEY - Engel by Rammstein }

El sonido de los inyectores plasmando los caractéres en el papel, de la pequeña y maltratada impresora multifunción en red de la que disponía el ciber, despertó al bueno del Pervez, que dormitaba con los brazos sobre la barra, empalmando días con noches, sin ser muy consciente de la hora que era, y que le hizo levantar la cabeza asustado. Cuando persigues un sueño del que dependen varias familias, tienes que mimetizar al máximo tu vida con tu negocio, y eso era lo que hacía el pakistaní. Abrir legalmente lo mínimo para que el estado no lo cosiera a impuestos, y producir en b la mayor parte del tiempo, con los cojones en la garganta por si le pillaban. Ni que hablar de los pequeños menudeos de opio con los que estaban empezando, importado directamente desde su país, por uno de sus primos que hacía de perfecta mula. Situaciones todas ellas, que lo mantenían enganchado al tabaco y a las bebidas energéticas y en un estado de constante alerta, salvo cuando el más cabrón de los cansancios te hacía bajar tus propias persianas.

Tras contestar escuetamente al capullo de su cuñado, desde el dolor de las rémoras de tiempos mejores, con un simple "Aléjate de eso. No es nada bueno. Nos vemos. P.D: Mandame fotos de Kkaus, por favor. Lo extraño, aunque no lo creas. Ojalá pudiera volver atrás y no cometer todos esos errores... y lo peor de todo es que sé que no puedo cambiar.", borró las temporales y las cookies de la sesión (saltándose los privielgios de administrador) y cerró la sesión. Luego se aceró a Pervez y le dio unas palmadas en el hombro, en un gesto para disculparse por el susto. Recogió la hoja de la bandeja de la impresora, y la mal dobló para guardarla en el bolsillo del interior de la maltrecha chaqueta.

Pagó y depositó el cambio en un pequeño vaso de cristal para café que tenía Pervez, donde los céntimos rebosaban. Echó una última mirada al local antes de levantar la persiana e irse. Le gustaba echar las horas allí... era un buen sitio. Era como una madriguera donde todos los lobos se iban a lamer las heridas entre hermanos casi desconocidos. Se palpaba un ambiente de cordialidad y fraternidad casi mágico. Había sido testigo de los abrazos de felicidad entre un judío y un nigeriano ante las buenas noticias, o las lágrimas de un sin techo, al negársele la solicitud de ayuda, y las posteriores de emoción al serle entregada la pequeña recolecta improvisada. Casi no sabían nada el uno del otro. Eran cómo huérfanos desolados empujados al mundo... pero al menos, en aquel rato... se tenían unos a otros. Cómo tantas noches que había llorado por el pequeño Klaus y no poder contemplar su dorada sonrisa.

Suspiró antes de abrir la sonora persiana hasta media altura, agacharse y salir con cierto brío. El frío de la ya entrada noche, le pegó una buena cachetada. Se alzó las solapas de la chaqueta y se metió las manos en el bolsillo, y pronto se camufló entre la variopinta tribu de indigencia de Christiania. Pronto, en unos minutos, estaría en el refugio... tenía información de primera mano que darle a Malalt, y el simple hecho de sentirse útil por un momento, y recibir las palmadas de su dueño, como si fuera un perro obediente, le regocijaba su muerto corazón...

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LAURENT MALALT (Pagliacci)
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Re: Interludio 2. Deudas y pistas

#3

Mensaje por Pagliacci » 22 Abr 2020, 15:13

Desde lo alto del tejado las cosas se veían diferentes, los problemas parecían quedar a la altura de la calle, reducidos a pantomimas repetidas noche tras noche en una casa de muñecas. Una vez saciada su sed de sangre, parecía tener una perspectiva más clara de la situación. Malalt había buscado a un jóven inquietantemente parecido a Sonrensen y había descargado toda su ira desplazada hacia él, casi lo había exsanguinado, luego había dejado tirado al anónimo adolescente frente a la puerta de un hospital. Le hubiera resultado mucho más fácil cazar en su territorio, pero aquella vez la cacería había representado algo más, un acto de vindicación.

Sentado sobre el tejado, bajo una luz y fría y distante, Laurent se preguntaba cuán importantes eran sus pecados y preocupaciones para el universo, por muy especial que creyera ser, tarde o temprano la eternidad le pasaría por encima, quedaría enterrado en una tumba incierta, convertido en cenizas y rápidamente olvidado. Sólo el amor de Kat le hacía sentirse importante, el centro de la vida de alguien.

Una cosa estaba claro, no hablaría en nombre de Sorensen ante el Natlige. Hacerlo no evitaría que fuera chantajeado de nuevo por el joven más adelante, aún peor, reforzaría la conciencia de tener algo con lo que chantajearle y la seguridad de que la estrategia funcionaba con él. Puede que Laurent no fuera un estúpido idealista anarquista, pero se le revolvían las entrañas ante la idea de plegarse a la amenaza de alguien, menos aún de la Juventud Roja Hermafrodita.

No, el mismo hecho de dejarle vendido ante el Natlige sería un castigo en sí mismo. Incluso, podría llegar a plantearse presentar una moción para arrebatarles el dominio de la isla. Por otro lado, aunque podía tratar de ejercer de emisario anarquista e, incluso, venderles la idea de que la isla era una concesión necesaria, Laurent tenía la seguridad de que aquello no sería completo, ni suficiente para nadie.

Si tomaba ese camino Laurent se convertiría en un moderado en una época de radicalismos, aquello equivalía a ponerse una enorme diana en la frente. Era preferible que su pasado saliera a la luz, podían arrojar dudas sobre su honorabilidad, pero quien esperara del traficante de drogas un expediente impecable, no podía estar más ciego.

La llamada interrumpió el curso de sus pensamientos, era Isak, tenía una deuda pendiente con él y si algo caracterizaba a su clan es que siempre pagaba sus deudas.

-Te puedo proporcionar lo que buscas en mi territorio. Te garantizo protección- El Toreador suspiró, quizás tuviera, tarde o temprano, que marcharse de Copenhague.

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Re: Interludio 2. Deudas y pistas

#4

Mensaje por Ilitia » 26 Abr 2020, 15:30

A Alex le tomó un par de noches recuperarse de aquella fatídica reunión. Las prisas del momento no le habían permitido ir lo suficientemente preparada. Por eso decidió tomarse un par de noches libres de responsabilidades. Quedó con un par de tíos babosos que había conocido en la red, todavía disfrutaba recordando cómo casi los dejó secos en el asiento de sus respectivos coches. Que se jodan, pensaba regodeándose en lo fácil que le había resultado la expropiación de parte de su fluído vital.

Aunque el apego de la Brujah hacia cualquier ser viviente y no viviente era nulo, la visita de su sire le reconfortó enormemente. Pobablemente Morpheus sabía mucho más de ella de lo que podría imaginarse pero eso no inquietaba a Alex, que le agradecía enormemente el regalo de la no vida. Aquel reencuentro fue en el lugar más cutre que pudiese imaginar, pero eso le daba un mayor encanto a la conversación.

Cuando la conversación se tornó más seria, Alex volvió a recordar a aquella chica muerta del puerto. Quizás se había implicado tanto al principio en buscar explicaciones y culpables porque algo intuía, algo le decía que podría haber sido ella, ahora, Morpheus se lo confirmaba. Aquello no podía caer en saco roto otra vez. Alguien, con excelentes habilidades de sigilo, iba a por ella. Y no solo eso, los tres estaban en el punto de mira.

La Bruja se quedó mirando el dibujo fíjamente, atravesando el papel con la mirada, pensando en que estaba a punto de atravesar la pared con el puño. No quería descontrolarse delante de su sire, pero incendiaría la red con tal de encontrar las respuestas a las preguntas que ahora se hacía. Sedirigió hacia Morpheo tras volver en sí-¿Puedo quedarme con el dibujo?

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Re: Interludio 2. Deudas y pistas

#5

Mensaje por Voivoda » 27 Abr 2020, 16:06

OFF: Puedes dar por hecho que te quedas con el dibujo por si quieres ya postear en el nuevo episodio 8-)
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