Episodio 4. Arañas y serpientes

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Jasper Rohde (Jebediah_Gogorah)
Caitiff Programador

Re: Episodio 4.

#11

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 15 May 2020, 21:34

Jasper acató a regañadientes. La orden de su jefe le había cortado el subidón de repente. Había caído de la montura de unicornio hacia el lodo y ahora un nuevo marrón caía a sus espaldas. Sabía que la palabra amigo sólo era un atenuante manipulador a los que acostumbraba el degenerado.

El paria musitó entre dientes un mofante "-Sí, Bwana", mientras sin vergüenza ninguna, aunque con un torpe disimulo, registraba los bolsillos de las inconscientes víctimas. Eran los efectos abochornantes de una cuasi indigencia. Mientrás cargaba con el primero de ellos sobre su hombro, se despidió de Laurent, consciente de que a su vuelta a por el segundo ya no estaría. - Ten cuidado, amigo - dijo casi con la misma tonalidad... aunque el deje en su paladar fue extraño. Estaba claro que se sentía ciertamente airado cuando recibía órdenes... prefería que todo aquello surgiera de un modo más espontáneo sin que la jerarquía fuera tan jodidamente pronunciada. En ese sentido, se sentía incluso un peldaño por debajo que Alex... ¿ácaso no era lo justo que cada uno se encargara de un yonki?... ¿es que a la Brujah se le iba a estropear la manicura?. Sin embargo, sentía por Malalt algo que no sentía por muchos, y era un sentimiento misceláneo de amistad y admiración. Por eso aquel "amigo", aunque escondía una intención irónica primera, casi burlesca, en el fondo deseaba que tuviera cuidado y no le pasara nada.

Aquel saco de huesos y pellejo pesaba más de lo que parecía, sobre todo con su ropa vaquera mojada por la lluvia. Sus músculos aún estaban entumecidos por la caminata con el primero de ellos. Tal y como había estimado, ya no había rastro del hueleflores, y silbó en la noche para que Alex lo siguiera. Se movió entre las sombras, con el segundo de los cuerpos en su hombro menos cargado. Desconocía si la chusma le seguía o no... aunque asi lo esperaba.

Lo dejó junto a un muro, junto a su compañero de aventuras. Una sombra que llegaba desde una pérgola de una parada de autobús, les ofrecía la justa mesura entre la discreción y la visibilidad, asi que sin más preocupaciones, habló en voz alta, sin seguir teniendo claro si Alex estaba o no con él. A veces era tan endemoniadamente ausente, que se había acostumbrado a su sigilosa presencia, y no era la primera vez que se descubría hablando solo... - Conozco un cyber... un badulake... de un amigo, alli tendremos la intimidad necesaria y nada de ojos curiosos... y podremos intentar buscar lo que pide el jefe... ¿Que me dices? - dijo antes de descolgar un teléfono de una cabina, introducir su gastada tarjeta de saldo Telekom, con apenas 3,40 euros, no sin antes darle lustro frotandola contra la chaqueta y llamar a los servicios sanitarios.

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Re: Episodio 4. Arañas y serpientes

#12

Mensaje por Voivoda » 16 May 2020, 19:15

Álex sintió compasión y cierto rechazo al mismo tiempo al entrar en la mezcla de locutorio y centro de atención a todo tipo de deshechos sociales de la que Jasper le había hablado como un lugar tranquilo y de confianza. Suponía que no iban a ir a una cafetería de alguna de las avenidas comerciales del centro de Copenhague, pero tampoco esperaba tal decadencia. En todo caso, la Brujah sentía una cierta empatía hacia las almas rotas que veía en distintos puntos del local, que estaba tan poco iluminado que si no fuera por el brillo de las pantallas de los ordenadores se quedaría prácticamente a oscuras.

La Vitae que vuelve a aposentarse en vuestras venas os ha espabilado, ha calmado a la Bestia y ha revitalizado vuestros pensamientos. Jasper se deja ir en ocasiones por los efluvios de las sustancias que aún puede paladear en el recuerdo de la Sangre del adicto del que se ha alimentado, perdiéndose en la degeneración como si ésta fuera el abrazo de una madre. Se deja caer en un sillón desvencijado dejándole suficiente espacio a Álex para que pudiera poner en marcha la sesión de invitados. El aromático té especiado que Pervez puso en la mesa baja era poco más que una tapadera. El Caitiff siempre le pagaba aunque no se lo bebiera y el pakistaní había visto demasiado a lo largo de su trayectoria al frente del local como para hacer preguntas.

Álex pensaba en el tiempo en el que tardaba en cargarse la interfaz del navegador en el destino de los infelices que a esta hora habría recogido ya la ambulancia. Les esperaban algunos días de estancia hospitalaria sin acabar de entender por qué estaban allí, mintiendo seguramente para tapar lo que hacían en el Tívoli ya de madrugada y preguntándose qué habría pasado en el lapso de tiempo del que tenían sólo recuerdos difusos.

Pronto el navegador se cargó y comenzó a buscar con la ayuda de Jasper alguna de las informaciones de las que hablaba Laurent. Para Álex era tentador perderse en diversos enlaces que llevaban a noticias y más noticias sobre los incidentes de los últimos tiempos en Copenhague. Para Jasper vencer la propia pereza de la búsqueda era una tarea titánica y estaba tentado de dejar que la Brujah navegara como quisiera y de tener sus improperios y exclamaciones de sorpresa como quien tiene una radio de fondo. No obstante, sabía que Laurent tenía en ocasiones un humor tan taciturno que se volvía molesto, por lo que intentó que Álex se centrara para obtener algo de información útil y no terminar debatiendo sobre los abusos de la policía sobre jóvenes rebeldes de clase media.

Las primeras búsquedas son sencillas. Casi no hay ni que realizarlas, ya que el escándalo de los sobrecostes de la obra del puente de Oresund es el tema principal de todos los principales medios daneses. La empresa adjudicataria, MT Hojgaard, uno de los gigantes daneses de las infraestructuras, aseguraba haber presentado un pliego de planos aprobado de modo legal que incluían la construcción de una serie de grandes instalaciones subterráneas en el puente que incluían un aparcamiento, varios almacenes, dos subestaciones eléctricas y una especie de línea de metro privada para conectar todos esos espacios con la principal estación eléctrica de mantenimiento, situada debajo de la isla de Saltholm. Sin embargo, parece que en todo procedimiento se habían ido añadiendo costes de los que la empresa culpabilizaba a las autoridades locales. Y los medios habían tirado del hilo para llegar a la conclusión de que esas autoridades habían hinchado sus bolsillos con cada cambio de contrato. Había una lista de varios nombres involucrados, la mayoría contratistas relacionados con la Administración, funcionarios de medio pelo y pequeños empresarios. Entre todos destacaba un nombre, el de Pilou Munk, asesor de la alcaldía de Copenhague y un hombre que estaba en franca proyección política. Al mismo tiempo, se investigaba a varios ejecutivos de MT Hojgaard, empresa que los medios vinculaban ideológicamente con distintos movimientos reaccionarios de la derecha. Todo conformaba una peculiar tela de araña que en apariencia no tenía relación con los cuerpos de Saltholm, pero que estaba suficientemente cerca de ese lugar geográfico como para no ser un tanto sospechoso.

Álex y Jasper se miraron el uno al otro, pensando por dónde seguir...

------
Me han preguntado los chicos si has ido a ver a los jefes. ¿Has ido ya?.

El mensaje de Kat generó una serie de sensaciones contrapuestas en Laurent. Era consciente de que la reciente alimentación y el subidón derivado de la experimentación de sensaciones... humanas, en la propia Vitae ponía sus propias emociones a flor de piel. Aún se ponía nervioso cuando Kat contactaba con él, sensación que no terminaba de agradarle pero a la que se estaba volviendo adicto, y, al mismo tiempo, el mensaje traslucía la escasa paciencia que los adolescentes debían tener incluso después de muertos. Eso unido al desprecio que seguía sintiendo por Sorensen y a cierta sensación de presión. ¿Qué haría Kat si él no atendía la petición de Sorensen y su grupo?. No le gustaba cómo se estaba poniendo ese asunto.

Estos pensamientos revoloteaban su mente mientras el ascensor le dejaba en la décimocuarta planta de uno de esos edificios de lujo, pero con poca alma, en los que vivían buena parte de los trabajadores de la banca, empresarios que aún no habían dado el pelotazo y otras sabandijas de clase media alta que aspiraban a más en el centro de Copenhague. Kurtz solía utilizar uno de esos apartamentos con vistas a los rascacielos de la ciudad como tapadera. Era un lugar acorde con sus ambiciones, pero suficientemente discreto para no llamar la atención.

Hacía tiempo que no veía al Ventrue, cuyo aspecto cetrino y eternamente por debajo de su peso ideal le asemejaban más a un pájaro que a un león... aunque Laurent sabía que debajo había un tipo con una extraordinaria fuerza de voluntad y al que le había tocado muy poco en el reparto de los escrúpulos éticos. Con todo, seguía siendo un superviviente y un auténtico visionario a la hora de saber a quién acercarse y dónde estar cuando los tiempos se volvían peligrosos.

Kurtz le invitó a sentarse en un cómodo sillón de última generación al lado de él, sentados los dos en paralelo totalmente a oscuras con una imponente vista de los rascacielos del distrito financiero delante de un no menos inmenso ventanal. A lo lejos se veía el Puente de Oresund dibujado como una línea flotante en medio de la más absoluta negrura.

El alemán le saludó cortésmente en su lengua materna antes de volver a un sueco en el que mantenía reminiscencias de su propio acento.

- Hace tiempo que no te veía, ¿va todo bien? - dejó la pregunta en el aire mientras las luces de los rascacielos se reflejaban en las ventanas dibujando una particular colmena multicolor en su rostro.

OFF: Todos tenéis llena la reserva de Sangre, Laurent llena la de Fuerza de Voluntad al dar una orden que Jasper obedece. Jasper mantiene -2 a la FV.
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Jasper Rohde (Jebediah_Gogorah)
Caitiff Programador

Re: Episodio 4. Arañas y serpientes

#13

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 20 May 2020, 17:12

{ https://www.youtube.com/watch?v=swPt9HBRXuE - Still of the Night by Whitesnake }

- Oye... ¿te pasa algo, tronca?... estas muy callada, más que de constumbre... y eso no es nada bueno... - sonrío medio recostado en la silla mientras la Brujah empezaba su búsqueda y maldecía entre dientes la lentitud de aquellos cacharros del locutorio. La música rock de los ochenta y noventa, sonaba ligeramente alta, mientras Pervez agitaba la cabeza y se servía otra bebida energética. Y es que el asiático vivía, lejos de su casa, una segunda juventud lejos de los rígidos estigmas de la cultura oriental. Pero no dejaba de ser una estampa pintoresca, la de una tez dorada con profundo mostacho cantar al dedillo los temas de Def Leppard o Van Halen. - Ey paki - le dijo Jasper a Pervez mientras se señalaba el pecho - Te va a estallar la patata, cabronazo...

Rohde pulverizaba el filtro de otro cigarro contra el cenicero cuando leyó lo que Alex había encontrado. - Hostia puta... se quieren hacer de oro... - cogió una hoja reciclada cuyo dorso mostraba las recomendaciones del dueño del local de no realizar cierto tipo de búsquedas y evitar el uso de pornografía. Jasper la tomó "prestada" siendo consciente de que todos se la saltaban a la torera. Apuntó el nombre: - Pilou Munk... hay que averiguar quien es este joputa... parece estar en todos los fregados. - Cuando levantó la cabeza del papel y volvió a leer en la pantalla, señaló en la misma con el roído boli - Ey... ¿has visto eso?... Una estación eléctrica debajo de Saltholm... quizas tenga que ver con los zumbidos de mierda que escuchamos en Flakfortet... ¿que me dices?

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LAURENT MALALT (Pagliacci)
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Re: Episodio 4. Arañas y serpientes

#14

Mensaje por Pagliacci » 22 May 2020, 11:32

https://www.youtube.com/watch?v=6tT84De ... C3&index=8

El francés masculló para sus adentros cuando vio el mensaje de Kat. ¿Por qué le importaba tanto? Necesitaba su afecto desesperadamente, aquella era lo único que le redimía, el único reducto luminoso de un alma consumida y corrupta. Supo entonces que tendría que hacer honor a su palabra, no por miedo al chantaje, ni por haberse comprometido a ello, sino por amor a la Brujah. Por ella estaba dispuesto a dar la cara ante el Natlige y por nadie más.

Todos los edificios modernos acaban pareciéndose, colmenas de cristal, celdillas encadenadas y hexagonales. El ascensor ascendió por el exterior de la fachada ofreciéndole una visión de la ciudad cada vez más panorámica, a lo lejos las luces y los ciudadanos de Copenhage parecían insignificantes. Aquel truco servía para transmitir una impresión de grandeza, funcionaba. Malalt sabía que Kurtz Watch trataba de ser lo más discreto posible, se mantenía ligeramente al margen de los grandes ideólogos de los Verdaderos Daneses e intentaba tapar su pasado, al igual que él.

Aquello los unía, los equiparaba, Malalt veía en Herr Watch un reflejo de lo que podría haber sido. El huesudo ventrue hacía honor a su apellido, era un vigilante silencioso, un observador milimétrico, frío e impersonal. Laurent sabía que la única pasión que Kurtz había conservado era su amor por la aeronáutica, vestigios soterrados de un pasado como piloto en la Luftwaffe. El toreador estaba seguro de que en algún lugar escondía una condenada cruz de hierro.

Al llegar, Laurent le devolvió el saludo cortésmente y tomó asiento a su lado. Las vistas eran impresionantes, en la oscuridad de aquella atalaya nocturna eran vigilantes de un tiempo pasado, los últimos guerreros de una ideología desaparecida, vestigios de una época más sencilla.

-Gracias por recibirme, bruder. Veo que sigues sobrevolando el horizonte a vista de pájaro- Laurent se tomó un momento para disfrutar de aquel nido de águilas y deslizar su mirada por las luces del Oresund- Lo cierto es que no, no me va bien. Podría necesitar tu ayuda.

Malalt dejó que las palabras cayeran sosegadamente en la mente imperturbable del alemán, no esperaba una respuesta, ni siquiera un gesto, tan sólo el silencio de quién escucha a un camarada.

-Me han estado chantajeando, un grupo de neonatos de extrema izquierda ha escarbado en mi pasado. Y, además, parece que mi coterie se ha convertido en el objetivo de un ataque, estamos siendo asediados por varios frentes.

¿Habría estado Kurtz en Stalingrado? Laurent nunca había visto el frente de batalla durante la Segunda Guerra Mundial, en silencio se preguntaba sobre las experiencias que tuvo que vivir el alsaciano durante aquella misma guerra. Decían que en aquella ciudad ruinosa, de polvo y muerte, los vampiros se atiborraban con la sangre de los heridos y los supervivientes. Laurent podría imaginarse al ventrue cual francotirador avanzando entre los cascotes destrozados de antiguas casas rusas, hogares convertidos en nidos de ametralladoras y tumbas descubiertas para toda una generación de camaradas.

-Atacan mi reputación, quieren responsabilizarme de algunos asesinatos que no he cometido. De verdad, soy inocente.- Dijo, haciendo énfasis en ello, pues no pocas muerte cargaba ya a la espalda- Y, además, han intentado matar a otros miembros de mi coterie.

Viene a por mí, no sé quiénes son, pero viene a por mí, me vigilan. Necesito saber si los Verdaderos Daneses están teniendo algo que ver. Necesito saber qué saben los Verdaderos Daneses de estas muertes, de las sobredosis, de los sobrecostes del Oresund y necesito saber qué pinto yo en todo esto. Nuestra deuda quedará saldada, bruder.

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Re: Episodio 4. Arañas y serpientes

#15

Mensaje por Ilitia » 22 May 2020, 16:04

https://youtu.be/wX2C8czhzqs

Sin lugar a dudas la cacería había revitalizado a Alex, pero no se quitaba de la cabeza aquel asunto de la chica muerta que podría haber sido ella misma. La Brujah ya había muerto una vez y esperaba que su muerte definitiva tardara mucho más en llegar si no, lo de la inmortalidad, habría sido una puta broma. Casi no reconocía al caitiff, estaba especialmente parlanchín, quizás de subidón o quizás era ella la que andaba enbajonada. El olor a gato encerrado del local era perceptible para cualquier ser mortal que tuviera bulbo olfatorio. Una vez más se encontraban en un entorno decadente, desprovisto de cualquier tipo de lujo y no es que Alex esperara una no vida perfecta y ordenada, pero es que eran la penúltima mierda de la sociedad.

Se sentó en una pegajosa, aunque cómoda silla. Cerró los ojos un momento y se los masajeó durante un instante para tratar de concentrarse en lo que había ido a hacer. Autocompadecerse se le daba bien, pero prefería hacerlo a solas. Una imagen se instaló en su cabeza por unos momentos, cientos y cientos de ratas corriendo en estampida, inundándolo todo, derrocando a quien se cruzara en su camino.

- Sí tío, estoy mosca con lo de la tipa muerta, por ella y por mí, joder, no me hago a la idea de que me estuviesen vigilando, por suerte la cagaron.- Alex trató de responder amablemente a su compañero, que la miraba con sus pequeños ojos de ratón y con un aspecto tan desaliñado que le rompió el corazón. Sonrió, se encogió de hombros y le dió una palmadita en la espalda de forma amistosa.

- Por lo menos no estamos solos en esta mierda- le dijo recordando el poder de la marabunta de ratas.

Aprovechó para mandarle un mensaje a su colega, hacía demasiado que no sabía nada de él. [Koper, tronco, necesito tu ayuda, alguien va a por mí, alguien que se ha cargado a la tía del vídeo que me enviaste, dame cualquier información de cualquier rastreo que me implique]. Poco a poco, la búsqueda daba frutos, a pesar de la velocidad de la red de aquel antro.

-Sigamos tirando del hilo Jasper, todo esto lleva a algún sitio, y me temo que lo tenemos en las narices.- le dijo a su compañero sin retirar la vista de la patalla.-Mira esto, tío- le dijo Alex esperando ver la reacción del Caitiff.

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Re: Episodio 4. Arañas y serpientes

#16

Mensaje por Voivoda » 24 May 2020, 16:49

Jasper agradeció el gesto de Alex, aunque intentaba disimular que casi cualquier muestra de cariño o de simpatía le hacía mella. Quería aparentar ser duro, de hecho no era un tipo débil, pero el continuo maltrato social nocturno había terminado por minar su propia autoestima. Y ya no sólo el mero maltrato, realmente se las había apañado para que le partieran la cara pocas veces, sino el abandono, la soledad. En esencia, era invisible. Sólo tenía alguna consideración por la protección de Laurent y el formar parte de una Coterie que no daba problemas. Si no, simplemente no existiría. Sería aún menos que un anónimo. Por eso reacciona casi como un gato a las caricias de su dueño con el gesto de Alex, aunque carraspea en un gesto teatralizado y fija su mirada en la pantalla.

El escándalo político relacionado con las adjudicaciones del puente de Oresund era el tema fundamental de los informativos daneses, aunque a ninguno de los dos se os escapa el incremento de los enfrentamientos en las calles, sobre todo entre una juventud que ha visto cómo las promesas de sus mayores eran mentira y ahora se están rebelando contra todo. Todo puede ser la autoridad política, la policial, la económica o el mobiliario urbano. Pero las reyertas estaban empezando a dejar muertos en las calles de varias ciudades por todo el país.

En Bloodspot el ambiente está bastante caldeado. Algunos lameculos habituales están volviendo a agitar el avispero de la necesidad de meter a los Anarquistas en vereda o directamente sacarlos a golpes de Copenhague, ya que los culpan del incremento de la inseguridad y la criminalidad. Los Verdaderos Daneses se suman con fervor a la causa, partidarios como son de tomar las medidas más drásticas posibles y preguntando sin rodeos dónde coño está la Príncipe de la ciudad y a qué se dedica el Natlige. No obstante, la Red sigue siendo un territorio más dominado por los rebeldes y valientes que dicen lo que piensan bajo la protección de un alias y grandes conocimientos informáticos. Y por ello, la banda de lameculos y ultraderechistas suele recibir todo tipo de recomendaciones virtuales de por dónde se pueden ir metiendo los colmillos.

Al cabo de un rato, la nube de conversación abierta con Koper muestra un "escribiendo". Koper es de los que más activos está esta noche dando cera a los internautas vampíricos más conservadores.

Algo hay

Koper deja de escribir. Un mensaje demasiado críptico para ser Koper. Alex se queda un tanto extrañada y contesta con una serie de signos de interrogación.

Es posible que hayan querido joderos, sí. Dicen que sois la hostia de poderosos...

Más interrogaciones por parte de Alex. Jasper enarca las cejas sorprendido. "Escribiendo..."

Mira, quizá pueda decirte algo más, pero tenéis que convencer al estirado ese con el que vais de que no ande jodiendo a la Juventud Roja.

----
Kurtz escucha en un silencio sepulcral, respetando las palabras de Laurent. Malalt muestra la situación subrayando las emociones de sus palabras, dejando salir esa parte pasional que aún corre por sus venas muertas, herencia de su propio Clan que, con estos pequeños detalles, intenta aferrarse aún a los últimos vestigios que puedan quedar de las sensaciones humanas. Cuando termina su explicación siente una intensa liberación interna. Poner en palabras sus preocupaciones y la situación en la que se encuentran él y sus compañeros de Coterie es en cierta manera un modo de dibujar un lienzo para después perfilar sus últimos detalles.

El alemán se recuesta algo más en su sillón y sigue mirando al frente.

- Cuenta conmigo -Laurent sabe que para alguien como Kurtz no hay medias tintas. No existe la hipocresía o la ambigüedad. Cuando toca, como ahora, mantener un perfil bajo, se mantiene en la más absoluta discreción. Pero su palabra sigue siendo una ley para él- Creo que los nuestros -subraya esa última palabra- han sufrido también algún tipo de incidente. Hace poco lo comentó Greta von Stauffenberg en una reunión informal, pero era evidente que no quería dar más detalles y yo no estoy en la posición de preguntarle directamente. Pero si puedo utilizar esta información que me das, manteniendo vuestra identidad en secreto, quizá esa vieja estirada pueda decirme algo más. En todo caso, nadie de los nuestros va a por ti ni a por tus dos amigos. Se fían de mi aval.

Kurtz deja de nuevo unos segundos de silencio en los que las luces del exterior siguen dibujando alegres formas de neón en medio de la oscuridad de su salón. Deja que reposes sus palabras, sobre todo las últimas palabras en las que deja caer que está hablando bien de ti.

- No obstante, ayudaría que le volaras la cabeza a esa mierda comunista. No eres muy conocido, pero bueno, vives cerca de Christiania, se te tiene por simpatizante de los Anarquistas... Si les presento a los nuestros tu problema y además destaco que has limpiado un poco la ciudad de chusma que ahora mismo sólo se dedica a poner bombas caseras contra nuestros intereses, pues contarías con buenos aliados -por primera vez Kurtz se gira hacia ti- Aliados leales, de los que cumplen con su palabra, ya lo sabes.
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LAURENT MALALT (Pagliacci)
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Re: Episodio 4. Arañas y serpientes

#17

Mensaje por Pagliacci » 27 May 2020, 15:45

https://www.youtube.com/watch?v=tsS2zuFLOB0


Malalt sopesó largamente sus opciones antes de responder, era evidente que dudaba, estaba perdido, por eso estaba allí. Su mirada vacía parecía vagar por el cielo nocturno de Copenhague, en ocasiones, sus labios mostraban suaves temblores, gestos que translucían el diálogo interno que mantenía consigo mismo. Kurtz no le había ofrecido una respuesta directa a ninguna de sus preguntas, pero le mostraba su apoyo y, en aquel momento, aquello era lo que más necesitaba. El francés sonrió un segundo antes de interrumpir el silencio.

-¿No crees que es hermosa la ironía de nuestras vidas? Como mortales cada día era una lucha por la supervivencia, haciendo frente a las amenazas a nuestra salud, a nuestros valores, buscándole un sentido a nuestra presencia sobre la piel del mundo, parásitos de una tierra eterna.

Ahora somos inmortales, pero vivimos atrapados en las mismas intrigas, las mismas conjuras, las mismas redes de egoísmo y codicia. El precio de la inmortalidad no es no volver a contemplar la luz del Sol, es que nos hayamos cristalizado en esto. Una poderosa sanguijuela, eso es lo que soy. Pero una sanguijuela, nada más.


Un avión de pasajeros cruzó el cielo en dirección al aeropuerto de la isla de Amager, su silueta apenas era visible, una sombra sobre la negrura del mar, sus luces rojas y blancas eran como cometas rompiendo la atmósfera a velocidades cósmicas. Qué fácil resultaba para los mortales abandonar una ciudad, envidiaba su carácter nomádico, su futilidad. Pero él, maldito por Dios, vivía atrapada en las calles de una ciudad desagradecida, escondiéndose entre las tinieblas desde hacía décadas.

-Te agradezco sinceramente que hables bien de mí entre los Verdaderos Daneses, te considero más que un aliado, bruder. Sé que la escoria con la que me mezclo no está muy bien vista y estaría encantado de entregaros en bandeja la cabeza del bastardo de Sorensen. Pero lo cierto es que para hacer dinero, esa es la gente entre la que me tengo que mover y acabar con ese desviado únicamente lo convertiría en un mártir, no me parece lo más inteligente.

El muy estúpido pretende que el Natlige le conceda a la Juventud Roja la sucia madriguera en la que se esconde como un dominio privado. Me imagino que oculta algo en sus entrañas, probablemente, algo de gran valor para él y su grupo de inconformistas de pacotilla.

Lo cierto es que me siento tentado de intentarlo, si el Natlige se la concediera, sería muy fácil convertir su dominio en una prisión, promulgando leyes para darles caza fuera de su pequeño islote. Y, además, parecería justo a ojos de los anarquistas, el Natlige se habría mostrado generoso y tendría una buena razón para sacudirles cuando volvieran a dar problemas.

Puedes hacer lo que quieras con esta información, cuéntaselo a Greta, tumbad la propuesta o apoyadla, me da igual. Si la llevo ante el Natlige no será por simpatía a su causa. Pero si van a votar en contra, que se preparen para que los chicos de Sorensen les declaren la guerra.-


Malalt se recostó en el asiento, haciendo que el cuero que lo recubría expresara un correoso quejido, sus piernas entrecruzadas le daban el aspecto de un antiguo alienista sobre un viejo diván.

-¿Puedo yo hacer algo por ti, bruder?- dijo el toreador cambiando el foco de la conversación.

Jasper Rohde (Jebediah_Gogorah)
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Re: Episodio 4. Arañas y serpientes

#18

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 27 May 2020, 18:51

Jasper saltó como un resorte del mullido sillón donde descansaba al ver la conversación con Koper. Estuvo a punto de arrebatarle el teclado a Alex y escribir él, pero le pareció mala idea hacerle eso a una brujah, por muy amigos que fueran. Por lo tanto, al par de minutos estaba en el terminal de al lado, escribiendo con fiereza en el teclado, y otro minutos después, seleccionaba a Koper en la red de Bloodspot y se unia a la convesación a tres.

The_Last_Monkey> Ey, figura. Soy Jasp... no te preocupe. Dejalo de mi mano. Habla que yo me encargo del hueleflores.

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Re: Episodio 4. Arañas y serpientes

#19

Mensaje por Ilitia » 29 May 2020, 19:55

Las palabras de Koper dejaron algo paralizada a Alex, que frunció el ceño y los labios al confirmarse sus sospechas. Ella misma descabezaría a Sorensen si pudiera y ahora, tenía que preocuparse por no molestar a las Juventudes Rojas, o más bien dicho, porque su jefe no molestase a las Juventudes Rojas. Se le ocurían multidud de imágenes e ideas absurdas como, derrocar a Sorensen y ocupar su lugar, prenderles fuego, abandonar la coterie y buscar un refugio más seguro... pero ninguna de esas ideas parecía sensata, más bien la ponían en serio peligro.
Koper era su aliado, pero ¿estaba segura de confiar plenamente en él? ¿era realmente él quien estaba tras esas palabras? No podía estar segura de nada.

-¿Que somos la hostia de poderosos? ¿A qué mierdas viene eso?- se giró para preguntarle a Jasper, pero él ya estaba a otra cosa.

<Quizás puedas decirme algo más? Quizás? Condicionado a lo que decida hacer mi jefe? Tío, de qué vas? Mi pellejo está en juego>. Escribió en el chat pasando por alto a Jasper.

Alex cayó poco a poco en la cuenta de lo poco que valían, de que eran meras marionetas. Se sintió traicionada por Koper, aunque una parte de ella se aferraba a las posibles razones que tendría Koper para actuar así.

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Re: Episodio 4. Arañas y serpientes

#20

Mensaje por Voivoda » 30 May 2020, 18:20

Koper> ¿Tu jefe?
Koper> Pensaba que no eráis de los que se organizaban así...


El nombre de "Koper" se queda acompañado durante unos segundos por la palabra "escribiendo...", lo que aprovecha Jasper para encogerse de hombros ante la pregunta de Álex. No le había gustado que ella pareciera ignorarle en el chat, pero sabía que tocarle las narices a ella podría ser potencialmente más peligroso que con Laurent, así que tocaba resignarse y ver si de una manera entre los dos sacaban algo. Lo que estaba claro es que las palabras del Nosferatu no tenían tampoco mayor sentido para él. Álex notaba que la palabra "jefe" no era tampoco la que más le gustaba a ella misma. Pero de momento estar bajo el amparo de Laurent les había mantenido seguros durante años.

Koper> El pellejo de muchos está en juego. Los nazis están realmente cerca de tener un poder serio. No sabemos qué coño le pasa a la Princesa Elsa (tiene su gracia que el nombre de la Príncipe de la ciudad coincida con el de la protagonista de Frozen, lo que hace todo más sencillo para mantener la Mascarada) y os puedo asegurar que tienen pasta y medios para que nos jodan a todos a base de bien.
Koper> Por eso necesitamos que vuestro "jefe" eche un cable a la Causa a la que se supone que pertenece y también vosotros, ¿no?
Koper> Quid pro quo


El Nosferatu vuelve a quedarse en silencio. La ansiedad de Álex es notable. No le gusta la desconfianza que nota cómo crece en su interior. No es amiga de grandes planes ni de estrategias que parecen siempre ocultar otras estrategias. Le gusta la claridad, la acción directa. Lo blanco es blanco. Lo negro es negro. Y todo empieza a ser demasiado gris.
------ Kurtz escucha tus palabras mientras saca con cuidado una petaca del bolsillo interior de su chaqueta y se estira lo justo para poder coger un pequeño vaso de chupito sin tener que levantarse. A pesar de estar en la penumbra, puedes llegar a distinguir la silueta del águila imperial del Reich en la pequeña botella. Supones que Kurtz no irá por la calle con ella, pero en un ambiente seguro no esconde su verdadera identidad. En el fondo es una manera material de seguir enraizado en esa identidad. A veces para un ser inmortal no es sencillo evitar diluirse en las olas de los nuevos tiempos.

El alemán sirve un poco de Vitae en el vaso y te hace un gesto para invitarte, el cual declinas amablemente. La visita a Tívoli ha sido una buena idea al fin y al cabo, la Bestia se mantiene como un gato ronroneando en tu interior y no como un león que hubiera mostrado los colmillos al ver el líquido carmesí en el minúsculo vaso. Kurtz se toma su tiempo mientras degusta la sangre antes de contestar.

- No... realmente tengo casi todo lo que necesito. La vida -no deja de ser irónico que use ese término- podría ser mejor, ¿cuándo no, verdad? -añade riéndose con amargura- pero aquí tenemos buenos amigos -vuelve a utilizar la primera persona del plural, haciéndote partícipe de unas alianzas que tú no sientes como tales dada la identidad que has tomado en los últimos años- ¿Sabes? Estamos cerca del poder... Del poder de verdad. No con uno de los nuestros directamente, eso aún es imposible, pero sí de manejarlo realmente. Por eso creo que a Greta y los demás no les importará mucho que haya un mártir. Han atacado empresas que controlamos, han puesto bombas en buques mercantes donde teníamos intereses, han intentado colocar dinamita en nuevas infraestructuras de nuestros socios. Se inventan supuestos casos de corrupción para ver si nos salpican y ¿has visto las que están liando en las calles? Sí, son supuestas protestas de neoecologistas, maricas y demás mierda comunista, pero algunas se han convocado casualmente cerca de alguno de los refugios de los nuestros.

Kurtz vuelve a dar un sorbo al vaso.

- El Natlige tiene miedo. Teme a esos terroristas de extrema izquierda, pero nos teme más a nosotros. Por eso no sería descartable que accedieran a que esos hijos de puta ganaran territorio con la esperanza de que sus bombas no se dirijan hacia ellos. Mejor que sigan yendo en nuestra dirección. Bastarde -el alemán vuelve por un momento a su lengua natal- Ya estamos en guerra -Kurtz vuelve a mirarte- Están muy cerca de darnos un golpe de verdad, a uno de los nuestros. En cualquier momento puede pasar. Por eso no creo que ninguno de los nuestros tenga reparos en golpear primero.

Kurtz vuelve de nuevo la vista hacia el cielo nocturno.

- Si lo que necesitas es hacer dinero, puede haber otros negocios, Malalt. A ti te gustaba el arte, ¿no? -no espera a tu respuesta- Hauptmann conoce a gente importante, grandes compradores norteamericanos. La gran liga del comercio artístico. -Kurtz vuelve a mirarte mientras tú mantienes la vista en el infinito que hay más allá del cristal- Tienes mi apoyo hagas lo que hagas, Laurent, al menos a ti podré salvarte el cuello si te siguen vinculando a los Anarquistas. Pero si me permites un consejo, es mejor que te vayas alejando de ese barrio de hippies de mierda antes de que alguno de los nuestros empiece a mover a los jóvenes patriotas que están dispuestos a limpiar Dinamarca.
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