https://www.youtube.com/watch?v=Cyt0ViDtJ_w
PROCESANDO.
PROCESANDO
Los mitos tienen poder.
Lo sé, porque estoy aprisionado en uno.
El hombre del saco de la Unión.
-¿Crees que no sabemos nada de ti, John?-
Esto no está pasando.
-Quiero decir, seguro que lo sabes.-
Este hombre no es real.
-Tienes que saber que tus fechorías no han pasado desapercibidas.-
La repetición es una estrategia, una figura retórica. La situación al completo es un juego mental. La escena está demasiado bien construida, es demasiado arquetípica para ser real.
-Hemos estado vigilándote. Y a tus llamados amigos (Friends of Courage), tus pequeñitos planes. ¿Pensabas que no lo sabíamos?-
Los ingenieros de procesamiento no sueltan monólogos como en una película de espías. Todo esto es puro artificio, una construcción psicológica diseñada para destilar un cierto sentido de familiaridad con el medio.
Las ataduras natotecnológicas no son reales. La habitación no es real. El ingeniero de procesamiento que teje su trampa sobre mí es tan irreal como la luz titilante de la pantalla del televisor. Todo esto es una mentira diseñada para provocar miedo mezclado con un leve sentido de la esperanza.
En realidad, no hay salida de este lugar. Ningún grupo de aliados me sacará de aquí. Yo mismo he dirigido estos programas antes. La Habitación 101 existe fuera de la realidad material, contenida únicamente por los limites de la conciencia. Esto está, como dicen ellos, todo en mi cabeza. No hay puertas que echar abajo, porque ni una sola de estar puertas es física.
La habitación 101 está instalada en las mentes de todos los agentes tecnócratas, incluso la mía.
Sobre todo, la mía.
Después de todo, yo ayudé a construirla.
-Te admiro, John. De verdad.- El falso hombre alucinatorio se hiergue ante mí. Su calva reluce bajo la lámpara. Sus manos enguantadas llevas barrocos instrumentos de tortura. Puro atrezzo, pero funcionan. Sé muy bien que funcionan. Yo mismo los he utilizado. -Eres una leyenda, un agente secreto que nunca ha sido secreto-. Sus dedos acarician algo que no estaría fuera de lugar en el quirófano del Dr. Mengele. -Una especie de paradoja... ¿Pero esa es la clave, no, John? Paradoja. Y Locura.
No se ha ganado ni la menor reacción de mi parte, así que no se la doy.
"Oh, John.- Consigue parecer decepcionado. -¿De verdad estamos jugando a esto?- Levanta el instrumento. -¿Se ha vuelto tan predecible que tengo que llegar a utilizar esto sobre ti? Esperaba poder dejar atrás estas burdas escenificaciones.-
Escenificaciones, son todo escenificaciones. Él lo sabe, yo lo sé.
No hay mesa, no hay intrumental, no hay piel. No estoy amarrado a una tabla, él no se hiergue ante mí y nada de esto existe en ningún lugar real. El psicodrama al completo tiene lugar en el nivel más auténtico de la realidad, la conciencia humana. El cuerpo es una ilusión. El lugar es un estado mental. Tiempo, espacio, forma son mentiras que nos contamos.
Este el secreto por que el que luchamos y el que tratamos de proteger. Porque la mente humana, desatada de sus ilusiones, enloquece. Las mentiras nos protegen de nosotros mismos.
-Y eso es en lo que te has convertido, John.- Declara el ingeniero, mis pensamientos son tan evidentes para él, como la mentira lo es para los dos. -Estás loco.
ANAHATA
Deja atrás las ataduras carnales y corre.
Inspira, una miríada de moléculas atraída hacia a un nexo de pensamiento moldeado. Maya, la bella fantasía de la que todo depende, se desliza a través de mis fosas nasales, desciende y se mezcla con el gas de mis pulmones. Aguántalo. Detente. Deja que la mezcla salga por la nariz, sobrevuele tu latido, lo atraviese, salga y desaparezca.
Mi latido retumba con el tambor del infinito. Este es el primer sonido que oímos, en el vientre, antes de nuestros nacimiento. Es el sonido que subyace a las campanas del cielo, una sola vibración con múltiples frecuencias. El burbujeo de mi cuerpo flexionándose bioesculpe una sinfonía, verdaderas ilusiones de mortalidad. En el horizonte de la conciencia, la orquesta de John Cage marca el contrapunto. Caos y quietud. Silencio y cacofonía.
Estamos sintonizados a vibraciones diferentes y, aun así, interconectadas, nuestra aparente distancia es la negación de una verdad más profunda. No EXISTEN barreras, pero el pensamiento las crea. En este lugar entre lugares, el tiempo y el espacio desaparecen.
De vuelta a mi cuerpo ilusorio, una mosca asciende a través de mi brazo desnudo. Sus cabellos infinitesimales arrastran galaxias de porquería microcósmica. Mientras lo escala, deja un rastro de pedazos de mierda y roña en mi piel. Toda esta profanidad es perfecta, no obstante. Incluso la mierda es sagrada cuando la existencia es un milagro.
En algún lugar cercano, pero aun así, lejano, mi amigo juega a engañarse a sí mismo. Su mente está en calma. Su carne aúlla y grita. Los agentes del dolor han hackeado está realidad. Conozco sus trucos, yo misma los he usado. En el interior de la fría Rueda Carmesí, John aguanta inviolable, por ahora.
Pero nada es para siempre. El tiempo es una poderosa ilusión y los cuerpos se derrumban mientras la conciencia alza el vuelo.
En el fuerte olor a madera de sándalo, mi conciencia deja atrás la carne. No hay cuerpo, no hay incienso, no existe la habitación bañada por el sol donde medita esta falsa ilusión. Entre las partículas y los pensamientos distractores, me impulso hacia el frío lugar donde él espera.
Un hombre gélido, atrapado en matrices aún más frías de pensamientos congelados y escarchada malicia.
Aguanta, John, la ayuda va de camino.
PUESTA EN ESCENA.
-¿Realmente, crees que eres uno de nosotros, John?- El Ingeniero de Procesamiento había pasado de las simples cuchillas a los estímulos eléctricos. El efecto era el mismo, aunque los fluidos implicados diferían. La falsa ilusión que es mi piel se encuentra completamente echa jirones, pero no es la primera vez que me torturan. Ni siquiera estoy seguro de si este es mi cuerpo original, hace mucho tiempo. Han habido demasiados, he perdido la cuenta- Estás loco, John- gruñe- Un Merodeador. ¿Cómo podrías mantener la cordura después de todo lo que te he hecho?
No ha hecho nada salvo aburrirme.
Eso le frustra.
Él descarga su frustración sobre lo que queda de mi falso yo.
Amateur.
No le he concedido ni un sonido, ni un asentimiento, ni una mueca. Toda su escenificación no merece el esfuerzo que lleva hacerla.
¿Esta es nuestra gran y gloriosa unión? ¿Esto es por lo que luchamos? ¿Esto es por lo que tantas grandes mentes se han convertido en confeti orgánico o se han perdido en el vacío del espacio?
No.
Esto es un trabajo amateur, sin precisión, sin habilidad, sin Realidad.
Nada de esto está ocurriendo.
Es todo un espectáculo y es un espectáculo aburrido.
Entonces se detiene.
Y sonríe.
-¿No estoy engañando a nadie, verdad, John? Y mucho menos a ti.- El ingeniero de procesamiento se aparte de la consola, la habitación se oscurece antes de la tormenta, una tempestad púrpura en cielos alienígenas. La voz le cambia profundamente, volviéndose algo más familiar- Sigues siendo mío, John. Siempre lo ha sido.
Un parche negro cruza su ojo, fluyendo como tinta. Su cráneo desnudo se ensombrece con un cabello cortado al ras. Su uniforme blanco se abre y oscurece, mostrando la piel bajo su chaqueta.
Esto no es real. No es real.
-Johny- dice el Padre Parche- Nunca lo fue, nada de esto fue nunca real. Tu triste heroísmo, tu leyenda, todo es una puta mentira. Está todo en tu cabeza. Todavía nos perteneces, siempre nos has pertenecido.
El escenario es nuevo, no puedo recordar haber estado en él con anterioridad. Aun así, es lo suficientemente familiar como para ser más perturbador de lo que debería.
-John Courage- continúa- Es un mito. Construimos el mito sobre ti y siempre estuvo preparado para derrumbarse.
Mueve una mano. La habitación se queda a oscuras.
Por primera vez desde que comenzó esta farsa, siento algo parecido al miedo.
KSHETRAM.
Atravesar la celosía de seguridad es como nadar desnuda bajo hielo. Madejas de cuchillas amenazantes se hunden en las profundidades como el entramado de cuerdas de un piano. Cerrando mis ojos ante la duda asesina, deshago mi cuerpo virtual en humo, atravesando y esquivando la celosía de seguridad. El frío me llega hasta los tuétanos, pero ya no estoy hecha de huesos y carne. Este frío, como todo lo demás, es una ilusión. Trascendí los patrones mucho tiempo atrás. Siento lo que deseo sentir. Y las sensaciones son, para mí, puro éxtasis.
Más allá de la celosía, puedo sentirlo. Abro mis sentidos, no veo nada sino una negrura infinita. El Vacío late en el corazón de la Tecnocracia. Si esta no es la prueba que no estaba buscando, es una pista de que hemos estado por el buen camino.
John y yo, Tiberius, Simpson y el largo tiempo muerto Charlie y muchos otros, hemos estado cazando fantasmas en los corazones de nuestras respectivas sectas. Almas consumidas por el Vacío, tan consumidas por el extremismo, que hemos olvidado nuestros ideales. La guerra es todo lo que conocen y la guerra les ha devorado. Todavía no estoy segura, personalmente, de que las almas que hemos estado cazando sean realmente las de Caídos o, simplemente, gente con demasiado poder y muy poca empatía. ¿Acaso importa la diferencia? En última instancia, el resultado es el mismo. Nuestro mundo se muere y la guerra de la ascensión está ayudando a asesinarlo.
A nuestro alrededor, de tradicionalistas y tecnócratas por igual, los mares suben de nivel, los icebergs se funden, las junglas arden y la gente lucha por el mero gozo de matarse. Especies moldeadas por la evolución durante algunos millones de años se extingue día a día y ni toda la magia del mundo puede traerlas de vuelta. Nuestro mundo se está jodiendo hasta la extinción y nuestras respectivas sectas aplauden desde la banda.
El Vacío negro en el centro de la matriz arde fríamente en el centro de las tradiciones, también. Sus protecciones son menos rígidas, pero igual de obvias.
John me ayudó a escapar de las mías. Ahora es el momento de que haga lo mismo por él.
Me deslizo sobre el hielo negro con la fuerza del corazón y los sentidos del alma. Puede que John menosprecie tales ideas, pero a mí me guían, realmente.
En el VACÍO negro, puedo sentirlo.
A través de los infinitos, lo alcanzo...