La idea de abordar a Sarah hace saltar una alarma en tu cabeza. No era una niña cotilla, pero era sabido en clase desde hacía años que era completamente incapaz de guardar un secreto.
Estás convencido de que Sarah miente. Se ha mostrado muy sorprendida ante la pregunta, y la emoción que sentía cuando os preguntó por la policía se le borró de golpe de la cara. Además, al insistir en ello, el tono de voz se volvió mucho mas serio. Quizá estaba preocupada.