JDN - Escena IV: Intento de escape

#1

Luego de que las clases finalizaron y despidiéndome de los demás chicos me dirigí a mi habitación para arreglar las cosas para asistir a la reunión y escabullirme rápidamente. Llevo la mochila con un cuaderno, estuche, una linterna, una bufanda por si baja la temperatura y el libro que me estaba leyendo actualmente.

Una vez todo dispuesto y seguro de que llevaba lo necesario, tomo un abrigo para la ocasión y procedo a salir cautelosamente del colegio, evitando los lugares típicos donde los profesores y directores se encontraban durante la hora de salida.

#2

Cuando las clases terminaban y la mayoria de niños se iban a sus casas, los pasillos se quedaban tan en silencio que recorrerlos resultaba casi inquietante. Tanto los monitores como los alumnos se quedaban en el patio o en alguna de las aulas dedicadas a los deberes, y quiza precisamente por eso, a los primeros no les gustaba que nadie andase dando vueltas por los pasillos sin ningun motivo. Así que recorrer con la mochila a la espalda los pasillos anchos que daban a las clases, donde los pasos resonaban y el suelo de madera crujia a menudo, iba a resultar un poco arriesgado.

Sin embargo, en la zona de las habitaciones los pasillos eran mucho mas estrechos (y tambien oscuros, dado que había pocas ventanas). Originalmente eran las estancias del servicio doméstico, y aunque habia quien decía que eran un laberinto de puertas y escaleras, no era dificil aprenderlo y llevaba a cualquier lugar del colegio (aunque la mayoria de puertas estaban cerradas, cuando no directamente tapiadas).

No te cruzas con nadie al recorrer los pasillos, y consigues salir al patio por una esquina en la que rara vez juega nadie. Hoy no es una excepción, así que nadie te ha visto aún. Pero alcanzar el bosque va a resultar más complicado, necesitarias una buena carrera porque no hay nada tras lo que ocultarse, y cualquiera podría verte facilmente desde las ventanas. Si un monitor echaba un vistazo al patio en el momento equivocado, los seis os meteriais en un buen lío.

#3

Haber logrado llegar hasta donde estoy ya ha sido emocionante, aunque poseía cierta certeza de que encontraría pocos obstáculos hasta esta parte, por lo que tomo las precauciones pertinentes.

Observo a las ventanas que pueda abarcar mi mirada, así como también la porción del patio que cubre hasta la salida. Debo tomar la decisión de arriesgarme cuando crea que todo es seguro, de lo contrario, si dudo solo estoy aumentando la probabilidad de que me pillen fugándome.

Hecho un vistazo y aferro el péndulo en mis manos, a las de 3, cuando sienta que es el momento correré a lo que más da mis piernas hacia la salida y no me detendré hasta haber llegado a la calle más cercana y lograr internarme en el bosque.

#4

No te resulta muy complicado mirar a través de las ventanas, pues sabes que no necesitas evitar que te vean. Mientras no te alejes demasiado, nadie se extrañaría de verte en el patio. Por suerte, no hay nadie en la calle que pueda verte, y la mayoría de las aulas que tienen ventanas hacia ese lado están vacías. Pero a través de dos de ellas, que dan a la misma clase, puedes ver a varios compañeros haciendo deberes sentados de espalas a la calle. Sin embargo también distingues a una monitora alta y de pelo negro llamada Helen. Era algo mayor que Brian, y también bastante más seria y estricta, pero generalmente prefería quedarse dentro del colegio con quienes hacían los deberes.

Te das cuenta de que no podrías salir corriendo sin que te viera, pero en cualquier otro lugar del colegio estarías a la vista de mucha más gente. No te queda otro remedio que esperar a que Helen por algún motivo salga del aula o decida ponerse a leer el periódico. Afortunadamente, no tienes que esperar más de unos minutos, pues uno de tus compañeros (crees que es Jack, aunque solo viendole la nuca no estás seguro) levanta la mano para llamarla, supones que para pedirle ayuda con los deberes.

Te das cuenta de que es tu oportunidad en el momento en que Helen se inclina sobre la mesa de Jack y te da la espalda, y sales corriendo como alma que lleva el diablo. La linde del bosque no quedaba demasiado lejos, pero era bastante más distancia de la que acostumbraban a haceros correr en gimnasia en una carrera corta. Poco antes de llegar sientes como las piernas te comienzan a fallar, pero consigues atravesar la línea de los árboles sin disminuir apenas la velocidad, antes de detenerte, exhausto y jadeando. Solo entonces te permites volver a echar un vistazo hacia el colegio, pero desde aquella distancia no podías distinguir a nadie a través de las ventanas.

#5

Me apoyo en un árbol mientras recupero el aliento, mientras observo hacia el colegio intentando distinguir si mi escape ha alertado a alguien. Aguardo unos minutos en esa posición antes de emprender mi marcha hacia el punto de reunión, voy más calmado, pero a un ritmo constante, aun me cuesta respirar, así que inspiro por la nariz y exhalo por la boca hasta sentirme más recuperado.

Voy mirando el bosque y el suelo principalmente, para no tropezar con nada o en caso de tener suerte encontrarme con algo interesante, no es extraño encontrar lápices, monedas e incluso billetes tirados por el lugar e incluso alguna prueba con un reprobado rota o totalmente manchada.