[Racconto] Palabras y sombras

Escenas del pasado que sustentan nuestro presente.

Moderador: Theazlin

Narrador (Theazlin)
Máscaras de Sangre

Re: [Racconto] Palabras y sombras

#11

Mensaje por Theazlin » 30 May 2020, 09:54

La ciudad de San Francisco se alzaba, imponente, al otro lado del ventanal como si de una desafiante escultura se tratase, alzándose contra el cielo y resistiendo los envites de la lluvia, y Harvey observaba, distante, mientras Adam recitaba el poema a su espalda, secundado por el crepitante silencio del tocadiscos que aguardaba. Sus palabras parecieron quedar suspendidas en el aire unos segundos. "El sexo es crueldad. La muerte es crueldad. La resurrección es crueldad"... El malkavian, con su particular punto de vista, había escogido bien las palabras y había dotado al poema de un significado muy profundo que podría pasar inadvertido al lector poco comprometido. La crueldad es, por definición, la intención y no el acto. Al unirla con la vida no estaba diciendo que la vida fuera dura, compleja o, ni tan siquiera, dolorosa. Estaba insinuando que la vida en sí misma existía con la intención última de hacer sufrir, deleitándose en su impiedad. Era sin duda escalofriante pensar que la existencia misma, consciente, había perdido su benignidad, si es que en algún momento la hubiese tenido, para convertirse en algo más... oscuro.

Un destello iluminó la estancia de nuevo. Solo un fugaz resplandor que uniformó los colores, por un segundo, convirtiendo la realidad en un contraste entre blancos y negros para luego diluirse y devolverla, lentamente, a su estado natural. Las facciones de Harvey parecieron deformarse aún más si cabe con ese breve juego de luces y sombras mientras observaba, impertérrito, las calles. El trueno se demoró unos segundos y cuando llegó lo hizo con fuerza. Si el nosferatu hubiera tenido la mano apoyada en el cristal habría percibido claramente como éste vibró, algo que habría sido secundado por el tintinear de algunas copas que descansaban en el mueble bar de una esquina del salón.
Fue entonces cuando Williams vio el coche negro que se paró justo en frente de la casa de Adam. Un hombre, trajeado, bajó del asiento del piloto, abrió un paraguas negro y dio la vuelta al vehículo para franquear el paso a alguien a quien le cedió el paraguas. Harvey no pudo ver de quién se trataba pero mientras el desconocido se alejaba del coche en dirección al portal de Kaminsky tuvo claro que Owen Bellemore había llegado.
El chofer volvió al coche, entró, apagó el motor y esperó. Las luces dejaron de iluminar la calle, devolviendo la penumbra de la noche a su lugar.

A los pocos segundos sonó el timbre. La primera pieza del dominó caía y las demás, excitadas, aguardaban lo que estaba a punto de empezar con una Londres, ajena a todo lo que acontecía, perfilada en el horizonte metafórico.

Adam Kaminsky (Jebediah_Gogorah)
Poeta Malkavian

Re: [Racconto] Palabras y sombras

#12

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 01 Jun 2020, 19:18

Como dos mentes asíncronas. Como una entidad dual de dos cuerpos. Así miraron ambos desde arriba la llegada del Arconte. Sus figuras eran alargadas desde el quicio de la ventana, y a la visión de la tormenta, les embullía de unas fantasmagóricas siluetas. Querían que se les viera, querían hacerse notar.

Pero cuando el ventrue se internó en la boca de su portal, se movió sibilino hasta el tocadiscos y quitó la música. No sabía los gustos del patricio, y en el fondo no quería agradarle, ni desagradarle, con capas superflúas. Así que simplemente, optó por el delicado acompañamiento del silencio. Ninguna palabra más cruzó con su amigo rata. No era necesario. En lo que al juego de preguntas se trataba, confiaba mucho más en él que en si mismo.

Su mano de nuevo recorrió su pelo, con clara intención de adecentarselo, pero consiguiendo el efecto contrario. Sin más préambulos abrió la puerta apenas unos segundos antes de su llegada, y salió en medio cuerpo al pasillo a recibirlo. Con un ademán y una sonrisa algo forzada, invitaba a entrar al arconte. - Sea bienvenido a mi humilde morada, Señor Bellemore. Le estabamos esperando con malsana inquietud... espero que su noche sea tan buena como la mía. Por favor, pase. Puede dejar el abrigo ahí - Señaló hacia un perchero maltrecho, donde paraguas rotos los asemejeban a un árbol. Un árbol que en las noches más negras, le había llamado a ahorcarse, como en el acto primero de Esperando a Godot.

Narrador (Theazlin)
Máscaras de Sangre

Re: [Racconto] Palabras y sombras

#13

Mensaje por Theazlin » 02 Jun 2020, 10:07

Imagen

El hombre que se encontró Adam Kaminsky al otro lado del umbral de su puerta era negro como el carbón, alto y delgado, y vestía un carísimo traje bajo un entallado abrigo negro que, por cómo le quedaba, parecía sin duda hecho a medida por algún diestro sastre. En su mano izquierda portaba un paraguas ya plegado del que caían constantemente gotas de agua y en su mano derecha llevaba un maletín rectangular y rígido, de esos que tienen algún tipo de cierre con combinación y que uno podría imaginarse esposado a la muñeca de su portador como medida de precaución.

Bellemore flexionó las rodillas, dejó el maletín en el suelo, se incorporó de nuevo y, taimadamente, se sacó el sombrero revelando una cabeza completamente calva o, en su defecto, impolutamente afeitada. Sus rasgos eran objetivamente atractivos, mostrando una mescolanza entre un rostro cuidado y elegante y unas facciones duras, casi agresivas, herencia de nuestro pasado animal.

Señor Kaminsky —su voz era grave y profunda. Agradable debido a su densidad. Sin duda habría sido un excelente narrador u orador si el destino no hubiese querido que jugara otras cartas en la eterna partida de la existencia—. Le agradezco su hospitalidad —añadió mientras, tras recoger de nuevo el maletín, se adentraba en la casa y se sacaba el abrigo para luego colgarlo en el perchero. Mientras lo hacía Adam calculó que aquel hombre debía de medir cerca del metro noventa pero, a pesar de su tamaño, no parecía albergar ni un ápice de grasa en su cuerpo. Tras quitarse el sobretodo que llevaba y dejar a la vista su traje de corte italiano, se podía apreciar un fibrado y musculado torso— ¿Le importa que deje también mi sombrero y mi paraguas? —Inquirió. Cuando Adam asintió, lo dejó también junto al resto. Siendo el único en buen estado no habría problema más tarde para identificarlo. Colocó sobre el mango, con delicadeza, el sombrero y luego se giró hacia Kaminsky y, por ende, hacia Harvey, que se hallaba en el dintel de la puerta que conducía al salón. Su silueta se vio recortada por un nuevo rayo que aplanó los colores de la estancia durante un segundo.

Owen sonrió. No fue una sonrisa amenazadora; ni tan siquiera fue la sonrisa falsa que tanto abundaba entre los vástagos. A decir verdad tanto a Adam como a Harvey les pareció una sonrisa sincera y agradable. Eso no implicaba que no fuera una sonrisa mil veces ensayada y diseñada al milímetro, pero aunque así fuera lo cierto es que daba el pego.
Bellemore extendió la mano hacia el malkavian y se la estrechó. Con fuerza pero sin excesos. Firme y contundente.

Es un placer conoceros —dijo Owen quien, tras soltar a Adam, dio dos pasos hacia el nosferatu y extendió de nuevo la mano—. Señor Williams —No hubo ningún tipo de expresión de rechazo o de aversión cuando Owen miró directamente a la cara de Harvey. Al contrario de lo que cabría esperar no eran pocos los vástagos que sentían animadversión por el aspecto de las ratas. A pesar de los años, las décadas o incluso los siglos muchos eran los que arrugaban la nariz o, elegantemente, se decantaban por hacer un saludo que no implicara el contacto físico con los nosferatu. No era, sin duda, el caso de Bellemore. Su apretón de manos, igual que con Kaminsky, fue consistente y duradero, enérgico pero sin ser excesivo.

Harvey Williams (Corso)
Sabueso de la Coterie

Re: [Racconto] Palabras y sombras

#14

Mensaje por Corso » 07 Jun 2020, 10:06

Todavía resonaban en su cabeza las palabras en homenaje a Dereck cuando, casi sin darse cuenta, vio a Adam estrechar la mano de Owen Bellemore. ¿Cuánto había tardado el Ventrue en subir al piso del malkavian desde la calle? Apenas cinco minutos, pero en ese escaso lapsus de tiempo, Harvey, una vez más, pudo tomar conciencia de que en cuanto a lo que a su difunto amigo respectaba, el tiempo aún parecía dilatarse de la misma manera en que lo hizo la noche que fue reducido a cenizas. Pensar en el cuerpo envuelto en llamas de su hermano de Coterie le seguía provocando un estremecimiento que no por pasar inadvertido al ojo ajeno, dejaba de hacer rugir a su bestia de ira, rabia, pena y culpa casi en la misma proporción.

Les observó desde el dintel con detalle, guardando, en parte, un segundo plano para alejar aquellos sentimientos y concentrase en lo que tenía delante. Miró de soslayo el maletín de Bellemore y no pudo evitar preguntarse en si aquel objeto de cuero contendría la información adicional suficiente para hacer caer a una ciudad de la dimensión de Londres antes de dedicarle toda su atención a su portador.

Williams escrutó al recién llegado con el suficiente cuidado como para no dar muestras de estar haciéndolo, analizando sus gestos y las inflexiones de su tono de voz con discreto interés. Sabía que cualquier pequeño detalle, por minúsculo que fuese, podía albergar tanta información de un hombre como sus propias palabras. Atendió al olor que despedía y a la manufactura de su vestimenta. “Triviani & Stinson” - en la 17th St junto al Castro Theatre - fue lo primero que se dibujó en su mente al cotejar el prohibitivo corte italiano del traje; a juego con el sombrero que había dejado en la entrada. Owen Bellemore parecía viajar sin equipaje más allá de aquel maletín.

Al verle acercarse sopesó su sonrisa e incluso equilibró aquel apretón de manos. La primera era la perfecta sintetización de la cortesía. Una máscara diseñada durante tanto tiempo por su linaje que se había mimetizado con su propia piel hasta convertirse en su piel misma. El segundo, la perfecta conjunción, en consistencia y duración, de una declaración de intenciones y un gran carisma que quedaba sucintamente expuesto en tacto y forma.

Y más allá de todo aquello, nada. O todo. Según quién mirase. La rata constató que el disfraz de “persona” del recién llegado, el limpio reflejo que proyectaba, era casi perfecto; como no podía ser de otra manera en alguien de su posición.

- Bienvenido, Señor Bellemore – rompió a hablar mientras lo que parecía una garra más que una mano, áspera como la lija y colmada de llagas, respondía al saludo del recién llegado; rodeando casi por completo la propia mano del Sangre Azul con cinco largas falanges coronadas por unas uñas sucias, amarillentas y afiladas casi como las de un animal - Por favor, tome asiento – le ofreció, señalando el sillón orejero en el que el hijo de malkav había estado sentado, mirando después a su viejo amigo y haciendo un suave gesto afirmativo pidiéndole conformidad e instándole a cerrar la puerta.

- Como ha dicho mi compañero, le esperábamos con cierta inquietud habida cuenta de nuestra inminente partida a Londres – el nosferatu se movió hacia el amplio ventanal y apoyó la espalda en él quedando frente a ambos, de forma que todos pudiesen mirarse a los ojos.

- Díganos, ¿Trae alguna novedad al respecto más allá de los informes que nos han hecho llegar?

Adam Kaminsky (Jebediah_Gogorah)
Poeta Malkavian

Re: [Racconto] Palabras y sombras

#15

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 07 Jun 2020, 14:52

La fibrosa figura de ébano que era Bellemore, despertó cierto deseo en el malkavian. Rememoró en su cabeza experiencias casi marchitas, de la efervescencia juvenil, del autoconocimiento, del onanismo y del instintivo encuentro pasional con efebos. Ahora todo lo ocupaba el Beso... el Beso y los versos.

El ventrue tuvo que esquivar las numerosas pilas de libro hasta llegar al mullido sofá. Adam, quitó la vacía y parduzca botella de la mesa con fallido disimulo, como si el patricio no fuera capaz de percibir el ferroso olor de la sangre. Ahora, tan sólo una lámpara cenital, alumbraba la mesa del salón, cómo si la timba de poker fuera a empezar. Owen se sentó con una elegancia animal, en un delicado y perfecto movimiento, quitando con una sola mano el botón del ojal de su americana. Luego cruzó las piernas dejando ver sus lustrosos zapatos, tomando una posición cómoda pero formal.

Adam se sentó algo ultrajado cuando Harvey le ofreció SU sillón. ¿Ácaso el rey deja sentar a los emisarios en su trono?. Pero recordó el pacto que había hecho de no montar ningún numerito y comportarse, y tomó asiento en el otro sillón al lado del nosferatu. Cuando giraba su cuello contra uno u otro interlocutor era, en cuanto a belleza física, como la noche y el día, como el cielo y el infierno, como la luz y la sombra. Afortunadamente, aunque fuera chocante y a su vista fuera más agradable con uno que con otro (no pensaba sentirse culpable por ello) sabía mirar más allá, y aquella fealdad evidente, no hacía sino despertarle compasión hacia su hermano, como si fuera el defensor de aquellos que sufrían abusos. Y aunque Harvey le había demostrado su valia en todo el resto de los campos, una y cien veces, aquel sentimiento siempre reflotaba una y otra vez, como una burbuja en el champán. Ya había escrito un par de veces sobre aquella doble maldición de la rata, muchas más que las que habló de la doble suya de la locura...

Guardó silencio, casi imitando la postura del sangreazul, pero con la mitad de porte. Las preguntas, ya estaban realizadas. El plan también incluía no atosigarlo.

Narrador (Theazlin)
Máscaras de Sangre

Re: [Racconto] Palabras y sombras

#16

Mensaje por Theazlin » 07 Jun 2020, 23:31

Una vez sentado y tras las palabras de Harvey, Bellemore los observó. Su rostro, reforzado por la angulosa complexión de su mandíbula y sus marcadas facciones la noche de su abrazo, era serio y lograba establecer distancia con sus interlocutores sin parecer especialmente altivo, frío o agresivo. Aquello era, sin duda, un don aunque tanto Kaminsky como Williams tuvieron claro que reforzado por años y años de práctica en los que las famosas reuniones de los Sangre Azul debían de haberlo curtido.

Entonces, Owen sonrió abiertamente mientras se llevaba las manos al cuello y empezaba a aflojarse el nudo de la corbata.

Si me permiten, caballeros —dijo al tiempo que se levantaba de nuevo un instante, el tiempo justo para sacarse la americana y volver a sentarse mientras dejaba la prenda sobre una de las pilas de libros que, en aquel momento, al lado del sillón, hacían la función de mesa auxiliar—. No creo que sea necesario un exceso de protocolo. Al fin y al cabo nos disponemos a repasar y esbozar un plan para infiltrarnos en una de nuestras propias ciudades. Bien merece eso una dosis de confianza y de relajación. Además, he dejado el paraguas en la entrada así que no es necesario que estemos tan envarados —añadió mientras se reía de su propia broma; una burla sobre su propio clan, al tiempo que desencajaba los gemelos plateados de las mangas de su camisa, los dejaba sobre la americana y se arremangaba la camisa.

Lo hizo todo con una naturalidad y una espontaneidad casi envidiables. Parecía un tipo capaz de desenvolverse igualmente bien en una reunión en lo alto de un ático de San Francisco en la que se debatían los pros y los contras de una inversión económica multimillonaria como en un bar, entre compañeros, de chanza y diversión.

La noche va a ser larga. No toda la información puede enviarse a través de Internet y pocas veces sabe uno cuándo hay alguien más escuchando a través de la línea de teléfono —dijo Owen mientras posaba el maletín sobre sus rodillas y, tras mover ágil y velozmente los dedos por las ruedecillas centrales, éste se abría. El hecho de que se tomaran tantas medidas de seguridad implicaba que la cosa no solo iba muy en serio sino que existía, como mínimo, una duda razonable sobre la posibilidad de que una Londres corrupta hubiera extendido sus zarpas hasta el otro lado del océano— así que las partes más delicadas las discutiremos en persona.

A continuación sacó una carpeta negra y un móvil del maletín, y lo cerró para dejarlo, a continuación, en el suelo, al lado del sillón.

Lo primero, y sin ánimo de ofender, señores, es que deben ser conscientes de por qué La Torre ha decidido encargaros esta tarea. Su Coterie no es, precisamente, la más famosa ni la que ha cosechado mayores éxitos, aunque no escasea de ellos. Ese... anonimato es indispensable para el propósito que tenemos entre manos —Owen gesticulaba con las manos, ni mucho ni poco, lo justo para enfatizar su discurso pero sin excederse y llegar a lo cómico. La carpeta, que sostenía en su mano derecha, acompañaba los gestos sin mostrar su interior, ocupado por un considerable grupo de hojas— y sus logros son suficientes como para contar con nuestra confianza. Tendremos que movernos, en este caso, en los puntos intermedios que llaman poco la atención.

Abrió la carpeta, pasó unas cuantas hojas mientras, de forma automática, se lamía la punta del dedo gordo para proceder de forma rápida y precisa en la búsqueda de lo que quiera que quisiera mostrarles a Harvey y Adam. Finalmente sacó un par de fotografías que dejó sobre la mesa que se alzaba entre los tres vástagos. Eran Sarah Walker, primogénita tremere, y Karl Stead, primogénito malkavian.

Empecemos por aquí. La señorita Walker y el señor Stead. La primera apoya a Sallow, el segundo apoya a Dickley. Ambos, no obstante, parecen mantener una buena relación y estamos considerando la hipótesis, cada vez con más peso, de que Stead es el único vástago ajeno al clan de los brujos que conoce y visita la Capilla. ¿Por qué? —a continuación, Bellemore extrajo un documento y lo dejó sobre las fotografías— Creemos que porque el ritual que Walker está desarrollando tiene como finalidad "curar" ciertas dolencias de vuestro clan —añadió el ventrue mientras miraba directamente a Adam—. En este email interceptado por la Torre se puede leer a Stead hablar con Auran Lesiber, un hermano de clan afincado en Finlandia, sobre "los avances realizados en pos de la separación y extirpación de las distintas personalidades gracias al desarrollo de una nueva técnica que puede llegar a delimitar cada una de las identidades coexistentes para luego proceder al proceso de extirpación" —Owen recitó, de memoria y a la perfección, uno de los fragmentos del email, el mismo que estaba subrayado— Son pocas las voces en el seno de La Torre, por no decir ninguna, que respaldan que eso sea siquiera posible. Pero en este caso lo que importa, convendréis conmigo, no es lo que opinen cuatro, diez o cien vástagos a miles de kilómetros de Londres sino lo que opina Stead... y vosotros —sentenció mirando a Kaminsky en lo que parecía una pregunta no formulada que albergaba en su seno otras muchas que iban más allá de qué opinaba. Al fin y al cabo a La Torre le gustaba saber si sus agentes tenían esbozado algún plan o, al menos, la semilla de uno.

Adam Kaminsky (Jebediah_Gogorah)
Poeta Malkavian

Re: [Racconto] Palabras y sombras

#17

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 09 Jun 2020, 23:04

Cuando Owen apeló al anonimato de la Coterie, Adam se sintió algo insultado... ¿o sería verlo sentado en su propio sillón orejero?. De cualquier manera, le dolió que a él, asiduo del Elíseo, reconocido artista, se le tachara de desconocido. Era curioso como el malkavian, como la constante contradicción que era, sentía fuego en sus entrañas cuando le proporcionaban algo, que sin embargo había anhelado.

El decir que aquello le sería de utilidad en Londres, le gustó un poco más. Todo lo que fuera facilitar su tarea y volver cuanto antes a casa era remar a favor de obra, por lo tanto, ni rechistó. Una de cal y otra de arena.

- ¿Y que opina mi Primogénito de las experimentales labores de su colega en Londres?... Hay que ser un desalmado para llamar "dolencia" - entrecomilló con unos dedos robustos de percutir en máquina - a nuestra verdadera idiosincracia. Que será lo próximo... ¿un "lifting" - incidió en la acción, esta vez más comicamente - a nuestros amigos? - dijo señalando con el rostro a Harvey. - No hay una cosa peor que la ignorancia señor Bellemore, salvo la falsa sabiduría... y creáme, no soporto a aquellos que se divierten jugando a ser dioses.

Se levanta y se dirige a la ventana, a de nuevo ver la lluvia chocar contra la ventana - Me ha pedido mi opinión... pues ahi la tiene. - Sentenció visiblemente airado.

Narrador (Theazlin)
Máscaras de Sangre

Re: [Racconto] Palabras y sombras

#18

Mensaje por Theazlin » 12 Jun 2020, 22:24

Una sonrisa apenas insinuada durante la respuesta de Kaminsky fue la antesala de una sincera y agradable risa tras la última sentencia del malkavian. Fue lo suficientemente escueta como para no ser tomada como un insulto y justamente comedida como para no pasar por istriónica. Realmente Owen tenía un savoir faire que impresionaba. Cabría pensar que era capaz de insultarle a uno sin dobleces y aún y así sonar agradable y simpático. Tal vez era ese uno de los motivos que había llevado a la Torre de Marfil a emplearlo como... bueno, como fuera que lo empleasen.

Queda muy clara su opinión al respecto, señor Kamnisky. Y, si le soy sincero, estoy realmente contento de que sea esa su postura al respecto —Bellemore se inclinó hacia delante y apoyó los codos sobre sus rodillas al tiempo que entrelazaba las manos—. Si empezamos a jugar a ser dioses, como dice usted, solo nos aguarda un destino y no creo que sea uno soñado. Pero —dijo el ventrue dejando en el aire su propia interrupción al tiempo que alzaba el dedo índice de la mano derecha y lo agitaba cerca de su rostro— parece ser que Stead no comparte su opinión. ¿Por qué es eso relevante, señores? Sencillo, queremos llegar a Sallow pero siendo como es la príncipe de Londres es posible que sea más sencillo hacerlo a través de la señorita Walker —Owen impactó con su dedo índice en la foto de la primogénita tremere—; no obstante, por todos es conocido el hermetismo de los brujos así que para llegar a ella quizás, y solo quizás, Stead sea nuestra puerta trasera. Y para eso —añadió Bellemore mientras volvía a apoyar su espalda en el respaldo del sillón orejero de Adam y apoyaba sus codos en los reposabrazos del mismo— habrá que acercarse a Stead. Si él cree que los dones de su clan son "dolencias" y usted considera que eso es una barbaridad, una atrocidad o una locura —tal vez se dibujara, en ese momento, una breve y efímera sonrisa en el rostro del ventrue pero sin duda, si lo hizo, ni fue hiriente y sí hija de un juego de palabras sencillo y espontáneo— me temo que se os pueden cerrar las puertas del cielo —ahora sí sonrió fruto de la asociación con el término "capilla" que los tremere empleaban para denominar sus centros neurálgicos de investigación—. Así que, pongámonos manos a la obra, y empecemos a trabajar —añadió volviendo a tirar el cuerpo hacia delante y arremangándose aún más si cabe en lo que parecía un claro signo de implicación— en cómo nos podemos asegurar de tener posibilidades de acercarnos a Stead y que éste nos hable de lo que sea que esté pasando en la capilla tremere. Y recordad que la información que disponemos y que os hemos comentado no puede ser empleada en Londres pues no solo correríamos el riesgo de perder a nuestros informadores sino que, además, Stead sospecharía. ¿Alguna idea?

Y Owen miró alternativamente tanto a Kaminsky, apoyado en el cristal, y a Harvey. Aquella no era una noche solo para informar, tocaba planear, esbozar ideas conjuntas para abordar la tarea. La Torre no iba a dejar que sus enviados fueran sin ningún tipo de plan en la cabeza, sin varias hojas de ruta y posibles rutas de acción en mente. Harvey Williams podía haberse visto, por un momento, fuera de la conversación cuando el tema había tratado sobre la concepción de los hijos de Malkav sobre su maldición, pero ahora estaba claro que Bellemore lo había introducido de pleno. Al fin y al cabo, aquello iba de qué información dar, qué información ocultar y cómo hacerlo. ¿Acaso había alguien mejor que las ratas para opinar sobre ello?

Adam Kaminsky (Jebediah_Gogorah)
Poeta Malkavian

Re: [Racconto] Palabras y sombras

#19

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 21 Jun 2020, 09:37

Kaminsky miró a Williams instando a que rompiera su silencio, sin embargo el nosferatu acariciaba su pustuloso mentón, como si estuviera tramando algo. Adam sabía que aquello podría acabar en una idea cojonuda o en un aún más pronunciado silencio. Así, que algo disgustado, tomó de nuevo la palabra.

- No se preocupe, señor Bellemore... soy un experto disimulando... un genial actor de vodevil - dijo con una media sonrisa mientras pensaba en lo bien que parecía que estaba interesado en aquella reunión, cuando en realidad le hastiaba toda aquella escena de vampiros urdiendo planes y alimentando mascaradas. - ¿Cómo puedo acercarme al señor Stead?... Sin duda, la Pirámide Tremere debe estar entre los sitios más inexpugnables de nuestra estirpe, por no decir el más... así que es una tarea titánica. No obstante, confío en esa puerta trasera de la que habla. Coincido que el señor Stead es el eslabón débil de esa cadena - Cogió la foto de su hermano londinense y observó su mirada durante unos segundos. Imaginó durante un momento, como si de un doppelganger se tratara, a el mismo al otro lado del mundo, sosteniendo una foto suya entre sus manos. Misma escena, diferentes protagonistas, diferente espacio, diferente tiempo.

- Y dígame, señor Bellemore... ¿que información pueden tener nuestros camaradas londinenses sobre nosotros?.

Harvey Williams (Corso)
Sabueso de la Coterie

Re: [Racconto] Palabras y sombras

#20

Mensaje por Corso » 05 Jul 2020, 20:36

- ¿Y quién nos dice que Dikley no esté en posesión de la llave de esa puerta trasera?

La correosa voz del nosferatu se filtró a través de los oídos de ambos vástagos como papel de lija trabajando un trozo de madera. Poca información se podía extraer del ajado y grisáceo compendio de arrugas que tenía por rostro, si es que se le podía conceder como tal, pero una extraña viveza en sus ojos de pez muerto constataban que su silencio no había disipado ni un ápice su interés - y una incipiente curiosidad - por la conversación que estaban manteniendo.

- Hasta donde nos han contado, sabemos que el señor Stead ha decidido alinearse con mi hermano de clan por razones que aún nos son desconocidas – la rata avanzó unos pasos hasta quedar tras Adam, observando, también, a su espalda, el rostro fotografiado. Se tomó unos segundos para memorizar cada rasgo de aquella cara y después continuó - Por lo que dicen sus informes, con la conveniente cautela, acercarnos a Dikley podría ser otra opción para llegar hasta el primogénito del clan malkav en Londres y, por extensión, a Walker – antes de dar opción a Bellemore, Williams volvió a enfatizar – Como digo, cuidando las apariencias y observando las reservas que la situación demanda. Sin obviar el añadido y convencimiento de que tanto Wilson, como Harrison establecerán sus propias...lineas de investigación.

Un instante después abandonó aquella posición y apoyó la espalda contra la pared, quedando a escaso metro y medio frente al Ventrue.

- Lo que quiero decir con esto, señor Bellemore, es que si lo que pretende conseguir de nosotros esta noche es que le informemos de una única vía de acción y un plan unidireccional, me temo que no vamos a poder complacerle. La información que nos han facilitado no es poca y tampoco insignificante, pero entenderán, usted sin duda lo hará – quizá el nosferatu estaba apelando al pasado como Arconte del Sangre Azul, en ese momento - que es sobre el terreno donde tendremos que lidiar con esta problemática de una forma más certera. Aunque tanto Stead, como Dikley puedan ser una primera piedra de toque.En eso, estamos de acuerdo.

Harvey no pretendía ser irreverente, pero aun y así, su tono de voz, sin altos ni bajos -monocorde como el rugido de un viejo motor a ralentí - denotaba el bagaje y experiencia que aquel ser de huesos deformes llevaba a cuestas en tareas como la que se traían entre manos.

- Que el señor Kaminsky se acerque a los suyos y yo mismo me ocuparé de bajar a las cloacas. Diversifiquemos recursos. Para empezar ¿Le parece aceptable? – sonrió, junto a un pensamiento que no dejó trascender y que era suyo; y solo suyo.

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