Re: [Trama] Concordia (La gradería)
Publicado: 09 Jun 2020, 20:49
Olivia y Bill.
- Una sabbat a la que se protege del resto de sus hermanos sabbats...-divagó conscientemente Bill, con la justa medida para equilibrar lo incisivo del comentario con el tono, aparentemente casual, del mismo – Es la primera vez que escucho algo así, al menos en una exposición tan abierta. ¿Y tú, qué es lo que piensas sobre eso? ¿Sobre esa protección?
Duffy dejó la pregunta en el aire, aunque en ningún momento fue un interrogante ofensivo ni parecía estar lanzado con doble sentido. Simplemente, parecía interesarle la opinión de su acompañante al respecto. Por poco que Olivia hubiese tenido contacto con los preceptos de la Secta, sabría que las libertades eran algo inherente a cada uno de los allí presentes. A veces, eso era ser demasiado idealista, pero no por ello dejaba de ser un derecho dentro de la Espada que no todos los sabbats estaban dispuestos a derivar en manos ajenas; por muy conocidas -o protectoras- que estas fuesen.
- Me refiero a que, en lo que a mi Cofradía respecta, puedes estar tranquila. Como habrás podido constatar, y tras lo que acabas de decir, no soy alguien que se prodigue a abandonar su dominio para perderse en eventos sociales más allá de los que nos unen individualmente como parte de un todo – de forma instintiva observó cómo se doblaba los puños, síntoma de ese recelo que muchos de los presentes le provocaban y que acababa de confesar.
- De todas formas, me siento en desventaja contigo, Olivia – sonrió – Veo que aunque poco -u olvidado- ya es mucho más de lo que yo sé de ti. Exceptuando, y te voy a ser muy sincero en esto, que tu rito de creación suscita mucho interés, como ya sabes...- Bill fue directo y planteó la cuestión sin ambages, levantando la palma de la mano entre ellos, intentando que le dejase terminar de explicarse antes de que sus últimas palabras produjesen una retracción en ella.
- Cuando pregunté por ti aquella primera vez no fue para levantar las suspicacias de vuestra Cofradía, aunque entiendo que así fuese – asintió, mirando a sus ojos sin acritud – Yo y mis cofrades llevamos mucho tiempo intentado encontrar algún tipo de respuesta sobre la eterna pregunta que asola Montreal. Hay un mal bajo la tierra de esta ciudad, un mal que nos atañe a todos y cada uno de nosotros como hermanos de la Espada de Caín; y que pienso que se alimenta de las disputas internas de los aquí presentes para seguir ahí abajo. Oculto, sin nadie que le plante cara. Extendiéndose. Debilitándonos como Secta y quién sabe a dónde más llegará...- el rostro de Duffy se ensombreció durante unos segundos tomando el cariz siniestro al que, quizá, había hecho referencia la toreador.
- El que tú estés aquí sentada puede ser un soplo de esperanza, o ser fruto de una casualidad aislada. Es difícil saberlo y entenderás que esa protección de la que hablas puede convertirse en recelo, fácilmente . No debería ser el caso y, de hecho, en lo que a nosotros respecta, no lo es.
En ese momento Bill observó cómo sus hermanos se iban acercando hasta ellos recorriendo el pasillo de los asientos en los que estaban.
- Tu sacerdotisa me dijo que tu hermano, William, es el mejor en eso de buscar y encontrar. Quizá ambos podríais colaborar con nosotros; por los preceptos que nos atan, o si queréis verlo así, por mera supervivencia. Sin duda, podremos encontrar algún momento para hablar sobre ello dentro de un tiempo – la petición del Ductus del viejo sombrero quedó en el aire ante la inminente llegada de dos nuevas “Puntas”.
Duffy se levantó entonces llamado por el saludo de Andrea y, ya en pie, la miró de nuevo esperando una respuesta a lo que acababa de exponer. Los invitados iban llegando, el evento no tardaría en empezar y poco más podrían hablar del asunto esa noche, pero con un simple gesto de asentimiento o negación ya tendrían una primera respuesta.
Olivia, Andrea, Ágathe y Bill.
- Buenas noches, hermanos. Os presento a Olivia Basset, hermana de Los Relojeros y a quién por fin vamos a conocer esta noche. Olivia, estos son Andrea y Ágathe, sacerdotisa de nuestra Cofradía.
- Una sabbat a la que se protege del resto de sus hermanos sabbats...-divagó conscientemente Bill, con la justa medida para equilibrar lo incisivo del comentario con el tono, aparentemente casual, del mismo – Es la primera vez que escucho algo así, al menos en una exposición tan abierta. ¿Y tú, qué es lo que piensas sobre eso? ¿Sobre esa protección?
Duffy dejó la pregunta en el aire, aunque en ningún momento fue un interrogante ofensivo ni parecía estar lanzado con doble sentido. Simplemente, parecía interesarle la opinión de su acompañante al respecto. Por poco que Olivia hubiese tenido contacto con los preceptos de la Secta, sabría que las libertades eran algo inherente a cada uno de los allí presentes. A veces, eso era ser demasiado idealista, pero no por ello dejaba de ser un derecho dentro de la Espada que no todos los sabbats estaban dispuestos a derivar en manos ajenas; por muy conocidas -o protectoras- que estas fuesen.
- Me refiero a que, en lo que a mi Cofradía respecta, puedes estar tranquila. Como habrás podido constatar, y tras lo que acabas de decir, no soy alguien que se prodigue a abandonar su dominio para perderse en eventos sociales más allá de los que nos unen individualmente como parte de un todo – de forma instintiva observó cómo se doblaba los puños, síntoma de ese recelo que muchos de los presentes le provocaban y que acababa de confesar.
- De todas formas, me siento en desventaja contigo, Olivia – sonrió – Veo que aunque poco -u olvidado- ya es mucho más de lo que yo sé de ti. Exceptuando, y te voy a ser muy sincero en esto, que tu rito de creación suscita mucho interés, como ya sabes...- Bill fue directo y planteó la cuestión sin ambages, levantando la palma de la mano entre ellos, intentando que le dejase terminar de explicarse antes de que sus últimas palabras produjesen una retracción en ella.
- Cuando pregunté por ti aquella primera vez no fue para levantar las suspicacias de vuestra Cofradía, aunque entiendo que así fuese – asintió, mirando a sus ojos sin acritud – Yo y mis cofrades llevamos mucho tiempo intentado encontrar algún tipo de respuesta sobre la eterna pregunta que asola Montreal. Hay un mal bajo la tierra de esta ciudad, un mal que nos atañe a todos y cada uno de nosotros como hermanos de la Espada de Caín; y que pienso que se alimenta de las disputas internas de los aquí presentes para seguir ahí abajo. Oculto, sin nadie que le plante cara. Extendiéndose. Debilitándonos como Secta y quién sabe a dónde más llegará...- el rostro de Duffy se ensombreció durante unos segundos tomando el cariz siniestro al que, quizá, había hecho referencia la toreador.
- El que tú estés aquí sentada puede ser un soplo de esperanza, o ser fruto de una casualidad aislada. Es difícil saberlo y entenderás que esa protección de la que hablas puede convertirse en recelo, fácilmente . No debería ser el caso y, de hecho, en lo que a nosotros respecta, no lo es.
En ese momento Bill observó cómo sus hermanos se iban acercando hasta ellos recorriendo el pasillo de los asientos en los que estaban.
- Tu sacerdotisa me dijo que tu hermano, William, es el mejor en eso de buscar y encontrar. Quizá ambos podríais colaborar con nosotros; por los preceptos que nos atan, o si queréis verlo así, por mera supervivencia. Sin duda, podremos encontrar algún momento para hablar sobre ello dentro de un tiempo – la petición del Ductus del viejo sombrero quedó en el aire ante la inminente llegada de dos nuevas “Puntas”.
Duffy se levantó entonces llamado por el saludo de Andrea y, ya en pie, la miró de nuevo esperando una respuesta a lo que acababa de exponer. Los invitados iban llegando, el evento no tardaría en empezar y poco más podrían hablar del asunto esa noche, pero con un simple gesto de asentimiento o negación ya tendrían una primera respuesta.
Olivia, Andrea, Ágathe y Bill.
- Buenas noches, hermanos. Os presento a Olivia Basset, hermana de Los Relojeros y a quién por fin vamos a conocer esta noche. Olivia, estos son Andrea y Ágathe, sacerdotisa de nuestra Cofradía.