Por Shawn Endresson ([email protected])
No me culpo, Muerte, por haberme llevado
el uso de la virtud de la Tierra;
sé que la valía trasplantada de la humanidad
terminará floreciendo en otro lugar.
-Tennyson
ÍNDICE
CAPÍTULO UNO: DIVERSIFICACIÓN
CAPÍTULO DOS: OFERTAS DE EMPLEO
CAPÍTULO TRES: UNA AUDITORÍA
CAPÍTULO CUATRO: PAGOS, DEUDAS Y RECURSOS EXTERNOS
CAPÍTULO CINCO: INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO
CAPÍTULO SEIS: RECURSOS HUMANOS, EN GRAN PARTE
APÉNDICE UNO: EMPLEADOS DEL AÑO
APÉNDICE DOS: RESPONSABILIDADES LIMITADAS, UNA MIERDA
CAPÍTULO UNO: DIVERSIFICACIÓN
Holly maldijo llena de frustración y atravesó la papelera con un pie. Sentir el metal a través de su plasma parecía relajarla, así que mantuvo la pierna hasta que el dolor anuló cualquier otra sensación.
-¿Por qué esta mierda siempre me ocurre cuando estoy sola? –preguntó a nadie en particular. Su libro de notas la miraba, silencioso y acusador, desde la basura; todo su trabajo, sus anotaciones y guiones, enmudecidos y preparados para ser incinerados mañana si ningún alma caritativa los rescataba. Ella hasta sabía cómo, había aprendido los secretos de Materializar. Si no se hubiera ido de juerga, como decían sus amigos, la noche pasada y hubiera gastado toda su energía en cada canción y juego frívolo que se cruzaba en su camino, sería capaz de manifestarse y simplemente levantar la papelera. Tal y como se encontraba, tendría suerte si podía sacar una página de ella.
La aspirante a guionista extendió sus manos y lanzó una mirada que esperaba estuviera llena de determinación. No podía hacer esto sola, y todos sus amigos la habían dejado esta mañana para irse a las Bermudas. Aunque pudiera alcanzarlos en el aeropuerto, no volverían; cada vuelo era reservado cada primavera. Y la gente decía cosas extrañas sobre el extraño compañero que había delante que llevaba una corbata como un jefe de la mafia o algo así. “Ayuda a la gente a ayudarse” era la frase habitual que nadie sabía explicar; quizás se limitaban a repetir lo que habían escuchado, pero se dirigió a la parada del autobús para descubrirlo por sí misma.
Holly merodeó por la acera del callejón. Había una bufanda verde reliquia, como le habían dicho. Con cuidado la desató de la reja de la alcantarilla y colocó dentro los dos objetos que había encontrado en su enloquecida búsqueda carroñera, un pequeño espejo y una batería. Tarareando una canción sin sentido, anudó la bufanda alrededor de los objetos y después la dejó caer a través de la reja, esperando ver hasta dónde caída y percibió algún tipo de movimiento, aunque no estaba del todo segura.
Casi saltó del susto cuando sintió un toque en el hombro. Se dio la vuelta para encontrarse con un hombre robusto con un traje de tres piezas y un mostacho muy bien afeitado, que sostenía una balanza ante él.
-¿Debo entender, señora, que desea realizar una transacción con nosotros?
-¿Có…có…cómo puedo confiar en usted? –contestó, exactamente como el hombre del teatro le había instruido que hiciera.
-La Esperanza es lo que hace que nos llamen; la Confianza viene después –algo de la tensión se escapó de sus hombros, por lo menos estaba siguiendo el guión.
-Me temo que me encuentro en un gran apuro, señor. Mis Vivos se van todos de vacaciones y los basureros pasarán mañana. Sé que normalmente no tienen mucho que ver unos con otros, pero ya ve, de alguna forma mis libros de notas terminaron en la basura y –se enderezó un poco e intentó sonar más profesional. Aquel tipo era un empresario y quería realizar un negocio con ella ¿no?-…y no tengo el Pathos para corregir la situación por mí misma, además no creo que tenga la posibilidad de conseguirlo entre ahora y las seis de la mañana. ¿Estaría dispuesto a ayudarme con este problema, señor…? –mucho mejor.
-Por favor, llámeme J.P. y usted es Pandora –entonó.
J.P. la examinó. Como Investigación le había informado, la Esperanza era la mejor moneda de transacción, y aunque habitualmente negociaba con Ira, no era incapaz de manipular las Pasiones más ligeras. El contraste entre su gambito abierto y lo que ocultaba era admirable; su mirada había cambiado para enfrentarse a la suya, y sin pretenderlo había adoptado su actitud afectada, o por lo menos una contrapartida adecuada. Rasgos de carácter demasiado familiares.
- ¿Y cómo pasa su tiempo libre en momentos más rutinarios, señora? –la había llamado por su nombre, claro está, pero sería impropio utilizarlo durante una negociación.
-Yo…observo a mis Vivos en la playa. Hablo con todas las personas que puedo; muchos de ellos tienen historias fascinantes o terribles para contrastar con las mías, y me inspiran para escribir. Intento convencer a las patrullas de las Legiones que se relajen y lo pasen bien con nosotros. No estoy segura de a qué viene su pregunta…J.P.
J.P. sacó con cuidado cinco fichas de su chaqueta y las colocó en un platillo de su balanza. Se dedicó a estudiarlas mientras observaba sus reacciones.
-Me siento inclinado a entender que necesitaría un préstamo de cinco sentimas de Esperanza. Confieso haber sido escéptico; la Esperanza no se paga con facilidad, ni tengo abundancia de ella; pero una dama joven como usted, con un problema de tan fácil solución, no debería tener muchos problemas para devolver el pago. También parece extremadamente sencillo de conseguir; creo que los dos podemos quedar satisfechos con un préstamo de sólo…-retiró tres fichas y las devolvió a su bolsillo- ¿dos sentimas? No hay problema.
Mientras J.P. hablaba, la cara de Holly se iluminó. No era nada que no pudiera pagar y se sintió tonta por haberle dado una patada a la papelera antes. Agarró las fichas brillantes de la balanza.
-Un interés del 10 % mensual, con primera aplicación inmediata, incrementado al 20 % después de tres meses. ¿Es aceptable?
Se movió para interponerse entre ella y la balanza.
-Oh, sí. La verdad es que suena justo. ¿Tengo que firmar algo?
Holly salió del callejón, con su rostro brillando lleno de confianza y como nueva. Mientras la veía marcharse, J.P. se dedicaba a medir las ventajas y desventajas de un empleado con un don para manejar elementos sólidos ligeros del que él mismo carecía; y reflexionando que no todos los Siervos estaban encadenados con acero de almas.
***
Los Wraiths no necesitan dinero, ¿verdad? Es decir, no tienen que pagar alquileres, facturas o comprar comida y la verdad es que no hay muchas cosas que comprar al otro lado de la Mortaja. Los pocos deseos materiales que puedan tener son satisfechos con un poco de ingenio en cuestión de años o incluso meses. ¿Entonces por qué los Usureros se encuentran entre los cuatro Grandes Gremios y a qué dedican el tiempo?
La respuesta breve es, a muchas cosas. Las guerras cuestan dinero, o mejor dicho, Pathos y corpus, y Estigia siempre se encuentra en guerra. También cuesta dinero construir Ciudadelas y cualquier interacción significativa con los Vivos. Los Usureros raramente negocian con los Wraiths de las calles, de la misma forma que pocos Vivos necesitan reunirse con un agente de bolsa o un banquero más de una vez al mes. Pero están ahí, haciendo girar las ruedas de la economía de almas, y sería imposible comprender el Mundo Subterráneo sin tenerlos en cuenta.
Si existe una clave para comprender al más complejo y arcano de los Gremios, es el beneficio. Los Usureros existen para ver cómo se incrementa continuamente la cantidad de Pathos, corpus o almas. Todo lo que hacen está dedicado a conseguirlo, y todo lo que buscan se encuentra en esas cosas. La comodidad y la seguridad sólo pueden conseguirse incrementando los recursos disponibles para todos, y alguien debe encargarse de ese trabajo. Y no puede ser una cuadrilla de Legionarios con botas de hierro.
¿Qué son los Usureros? La pregunta puede ser respondida examinando a quienes destacan en el uso de su Arcanos. Usura es fundamentalmente la transferencia de emociones de un alma a otra; quienes son más hábiles en este arte tienden a ser, al contrario que el estereotipo de los banqueros entre los Vivos, individuos muy empáticos, oradores con motivación, líderes de grupos de fanáticos, predicadores, voluntarios desinteresados, poetas vocacionales y en general todo tipo de personas que comparten sus sentimientos y los extienden a quienes les rodean. El otro lado de la misma moneda es que parecen ser conformistas, adaptando sus acciones y expresiones a los sentimientos de los demás y difuminando la tensión e imponiendo la calma. Un predicador podría ser un buen Usurero, pero un predicador hipócrita que desafía la actitud de su rebaño, no. En resumen, si los Usureros tienen algo en común en su existencia es hacer que las demás personas sean más de lo que ya son, y en menor nivel, más parecidas a ellos.
Los Usureros reclutan principalmente entre sus clientes, en especial clientes asiduos que han pagado con tiempo y dedicación al Gremio. Esto demuestra una disposición a cumplir obligaciones y una habilidad para generar una plusvalía de Pathos en sus mentes; ese talento puede ser dirigido hacia un objetivo superior que simplemente hacer más cómodos los últimos días de la Tía Shelley o atormentar criminales entre los Vivos. El reclutamiento es bastante sencillo, un contrato de empleo, con trabajo a comisión.
Para ser honestos, como los Usureros reclutan más de lo que necesitan, debido a su interés por extender el Gremio e incluir a los demás, posiblemente sean el Gremio al que resulta más sencillo unirse. Sin embargo no dejan que los resultados de su expansión destaquen más que los Artesanos.
El Gremio moderno está organizado en Fondos de Inversión gargantuescos, combinaciones de Maestros Usureros que se especializan en una forma de Pathos. La Ira es el más conocido y el mayor, pero también existen loss Fondos del Amor, el Orgullo, la Fe, la Avaricia, el Miedo, la Fidelidad, la Esperanza y la Envidia. En teoría los nueve Fondos son iguales en votos a la hora de determinar la política del conjunto del Gremio, pero en la práctica, la Ira tiene el dominio. Las llamadas “Carteras Menores,” como la Culpa, la Tristeza y la Curiosidad, que habitualmente suelen ser dependientes de uno de los grandes Fondos, y no tienen votos independientes; el corpus es un elemento básico con el que todos los Fondos comercian. Dentro de un Fondo todos los Usureros pueden votar en proporción al nivel de Pathos que han almacenado en la Gran Cámara de su Fondo; en la práctica, pocos Aprendices u Oficiales se molestan, y declinan votar o permiten que su Maestro lo haga en su nombre. La distinción entre Aprendices y Oficiales entre los Usureros es sencilla; los Aprendices trabajan bajo un contrato de trabajo para un Maestro, mientras que los Oficiales han comprado su salida del contrato inicial. La distinción entre Oficiales y Maestros es igualmente sencilla; los Maestros tienen empleados. Sin embargo, muchos Oficiales independientes tienen tanto Pathos o más que algunos Maestros, y por lo tanto tienen más influencia sobre la política del Fondo en conjunto. Todos los Fondos tienen sus oficinas centrales en Estigia; dentro de una Necrópolis puede que no existan suficientes Usureros para que cada Fondo actúe de forma independiente, así que los Oficiales de los diferentes Fondos con frecuencia comparten el mismo espacio de oficinas. Dentro de cada Fondo un Usurero tiene una especialidad y una posición política, creando una serie diversa y compleja de lealtades interconectadas siempre que los Usureros se reúnen en masa; los representantes del Fondo mantienen que promueve la cooperación entre Fondos, mientras que los detractores afirman que nunca puedes estar seguro del siguiente movimiento de un Usurero.
