No todo el mundo puede formar parte de la alta sociedad. No todo el mundo puede hablar con elocuencia, poner sus armas al servicio de la legión o hablar con los dioses. Y no todo el mundo quiere hacerlo. El Peregrine Collegia es una coalición de la Estirpe romana de más baja estofa: Extranjeros, criminales, esclavos abrazados, tullidos, prostitutas. Todos ellos representan el escalafón más bajo de la Camarilla. Operan en los límites de la Camarilla, involucrándose en servicios ilegales que las clases altas necesitan, pero que no pueden permitirse consumir en público.
El Peregrine Collegia entiendo que no sólo los buenos ciudadanos romanos acaban siendo abrazados. Este ala es un cajón de sastre para aquellos incapaces de liderar, que no tienen motivación para luchar o que no han sido instruidos en los caminos de los dioses, así como aquellos que abandonan sus cargos en otras Alas, hundiéndose en las profundidades de la Necrópolis en su deshonra. Siempre hay utilidad para un nuevo vampiro en el Collegia, siempre que quiera hacer el trabajo necesario para sobrevivir.
Contrariamente a los asumidos por muchos, el Peregrine Collegia no es una organización rebelde. De hecho, sus miembros son la manifestación en el mundo real de la política de inclusión del Senex, diseñada para integrar una gran disparidad de vástagos en la Camarilla. El Peregrine Collegia es una entidad legal con privilegios prescritos, formada unas pocas décadas antes del establecimiento de la Necrópolis y los miembros del Ala tienen el mismo derecho de representación ante el Senex y de pedir auxilio a la Legio que cualquier otro vampiro romano reconocido. Puede que no les guste sacar partido de este recurso (y de hecho, aquello que abusan de él son juzgados con dureza), pero lo tienen igualmente.
Hay algunos en el Peregrinae Collegia que señalan que es difícilmente las cosas podrían ser de otro modo. Argumentan que los estratos superiores de la Camarilla son entidades idealizadas, que funcionan solo porque dependen del Collegia para llevar a cabo sus asuntos más turbios y criminales en su lugar. Sin asesinos y bandidos a su servicio, el Senex había crecido hasta convertirse en un cadáver hinchado. Sin prostitutas y gladiadores, los soldados de la Legio no tendrían con quienes satisfacer sus impulsos y se abalanzarían sobre el liderazgo.
Aun más, las bandas organizadas del Ala se ocupan de imponer la ley entre los suyos, arrancando las malas hierbas que escapan de las muy predecibles tácticas de vigilancia de la Legio y poniéndolas a su servicio o destruyéndolas. El Collegia no es una escoria abominable que disfruta de una inmerecida compasión de las otras Alas, estos vampiros son absolutamente esenciales. Su constitución en una entidad legal propia fue inevitable y la conexión entre Senex y Collegia es necesaria para mantener la comunicación entre los distintos estratos de la Camarilla.
Por supuesto, la relativa valía del Collegia es opinable. Los miembros del Ala de los Extranjeros tienden a tenerse en mayor estima de lo que están dispuestos a permitir las alas superiores y los conflictos son inevitables. Las escuadras de la Legio Mortuum se encuentran en la primera línea de estos enfrentamientos, patrullando los salones del Collegia y abatiendo a cualquier vástago que quiera ejercer sus libertades con demasiado entusiasmo. Un animosidad natural entre la Legio y el Collegia ha surgido inevitablemente y son extraños algunos estallidos de violencia entre los dos. Técnicamente, el Collegia está sujeto a la vigilancia legal de la legión, pero en realidad, muchos miembros del colegio harán lo posibles por entorpecer sus investigaciones, incluso cuando no se muestren claramente desafiantes.
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