Bila hamavet lanetzach umacha adonai elohim dim'a: Jiuj kalanit

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CONCILIO FEÉRICO (Baudelaire)

Re: Bila hamavet lanetzach umacha adonai elohim dim'a: Jiuj kalanit

#31

Mensaje por Baudelaire » 09 Mar 2022, 14:24

Todavía enfrascado en el abrazo, que se ha prolongado por la eternidad, te llenas de las bendiciones del altísimo. En su magnánima misericordia, te ha brindado este maravilloso encuentro con tu abuela Mahelet. La melodía del desierto en este oasis maravilloso supera con creces cualquier recital del arpa del mismísimo rey David. Te parecería una blasfemia en cualquier otro momento y lugar. Pero ahora, henchido del regocijo del amor familiar, tales cuestionamientos se disipan como lo ha hecho la gran tormenta de arena.

La única respuesta que recibes a tus explicaciones es la suave caricia en tu cabeza. Una mano firme y curtida por el trabajo duro. El más profundo contraste con tus manos suaves que apenas han levantado una pala. Hacer dinero requiere de tomar notas y hacer cálculos. Cultivar las kalanit es una ardua tarea que implica pasar horas bajo la inclemente radiación del mediodía o el aire congelado de la medianoche.

Sin interrumpir la muestra de afecto, tu abuela Mahelet comienza a rezar una plegaria por tu matrimonio. Hace énfasis, nuevamente, en la pureza de tu corazón. Se atreve, incluso, a compararla con el rey Salomón. De la pureza surge la justicia y, sin duda, el trozo de capa faltante ha contribuído a aquéllo. El mundo es, desde tu ingeniosa resolución del problema de la haboob sobre la tienda, mucho más equitativo e igualitatrio desde entonces. Has hablado de manera horizontal con el gran Nur-al-Din, con sus soldados y con su costurero. Sin mirar hacia arriba o hacia abajo, justamente lo que está escrito en las sagradas escrituras: un reino sin clases.

Tu abuela Mahelet con la misma dulzura que ha demostrado desde el inicio de este encuentro, te empuja ligeramente para hacerte volver al agua. Se lanza tras de ti a jugar como una niña, chapoteando y salpicando. Te sorprende y te perturba, pero su espíritu lúdico le brinda paz a tu alma. Se sumerge y, desde las profundidades, reemerge para hacerte volar por los aires.

Estás parado sobre la palmera de mayor altura. La vista es increíble. Si tu esposa es una amazona, la madre de tu madre podría levantar una torre de las murallas de Damasco. Una proeza increíble para una mujer de su edad.

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