Episodio 4. ORMEHUL

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Episodio 4. ORMEHUL

#1

Mensaje por Voivoda » 28 Oct 2020, 20:22

La altura del piso 35 del Nuevo Hotel d'Angleterre de Copenhague os permite tener una visión extraordinaria de la capital de Dinamarca. El puente de Oresund brilla como una majestuosa serpiente marina sobre el Mar del Norte, mientras que podéis distinguir las luces del puerto y la costa de Malmö al otro lado del Estrecho. A cierta distancia, cerca del aeropuerto de la ciudad, podéis llegar a ver un mar de luces rojas y azules, propias de los coches de la policía y de las ambulancias.

La televisión que tenéis puesta en la habitación sin sonido muestra un canal de noticias que informa de un incidente "de carácter yihadista" en el aeropuerto de Copenhague, al parecer en una zona de almacenamiento. El canal anuncia en unos minutos una primera reacción de Alfred Hauptmann mientras prometen más información en breve. Aunque el hecho de que vuestro camarada vaya de nuevo a salir por la televisión os resulta interesante, tenéis demasiadas cosas entre manos para preocuparos por ese incidente.

Un tenso y larguísimo silencio había seguido a la hora que habéis dedicado a poneros al día de vuestras andanzas particulares. Greta había movido sus hilos para que os reunierais en la privacidad de esta suite, una de las joyas de un edificio construido a lo alto para completar el viejo Hotel d'Angleterre, un hermoso edificio que data del siglo XVIII y que ahora ocupa el espacio más bajo de todo el complejo. El sueco amigo de Isak había salido de comisaría gracias a las llamadas de Karen, y dormía ahora mismo en otra habitación de este mismo hotel, bajo la estrecha vigilancia de los trabajadores del establecimiento, leales a la causa del partido y, en concreto, al magnetismo de Greta.

Annelise leyó de refilón el mensaje del doctor Baumann: "Si existen métodos sobrenaturales para la preservación de los cadáveres, me encantaría conocerlos. Hasta donde sé, sólo el frío realiza esa función". Acto seguido pudo ver el mensaje de Isak, que dejó flotando en el aire con un movimiento del índice de su mano derecha para que Lars y Karen lo leyeran.

Gracias por la ayuda, Annelise. Transmítesela a tus compañeros de partido. Si no es molestia, me gustaría encontrarme con mi amigo lo antes posible, así que os rogaría que lo dejaráis moverse con libertad. Besos

Karen da un respingo al leerlo. Había tenido que contenerse para no soltar por la boca todo cuanto le provocaba la relación de su sobrina con esa Serpiente de Hussein. Serpiente que, con buenas palabras, no dejaba de recordarle a Karen que los nervios que pasó en la comisaría ante las palabras del yonqui de los cojones servían solamente para no tener que estar en deuda con él. Karen era consciente de que Isak pertenecía al Natlige y no convenía tensar demasiado la cuerda. Observó a Annelise, reconociendo también que sus descubrimientos después de visitar el Hospital Amager eran extraordinarios. E inquietantes.

La más joven de los tres podía leer entre líneas que Karen tenía ganas de mostrarle su disconformidad con algo, probablemente sus amistades. Pero Annelise era quien había llegado adonde de momento no lo habían hecho ni su Sire ni la hermana de este. Tenía respuestas, por antinaturales que aún pudieran parecer, al crimen del párking. Sus mayores podían intentar reprocharle sus métodos menos ortodoxos para la muy tradicional y conservadora cultura del Clan, pero sus resultados la avalaban.

Lars podía comprobar la tensión existente entre las dos, pero no dijo ni una palabra. Tanto Karen como Annelise eran conscientes de la fuerza de la unidad de los tres y de que a veces para esa unidad había que recorrer caminos que a los demás podían no gustarles. El antiguo policía tenía en la mente su paseo por el Tívoli y miraba de reojo al teléfono, de donde por el momento no llegaban noticias sobre el tal Laurent Malalt. Se preguntaba además si era el único consciente de que corría el reloj para buscar una respuesta a la oferta de los Giovanni. Los descubrimientos de Annelise, que a él le habían llenado de un gran orgullo de "padre", daban un giro de 180 grados a la investigación de lo que hubiera pasado en el párking de C&N. Los Giovanni no daban puntada sin hilo, Lars temía que estuvieran varios pasos por delante en la investigación y de ahí su interés por hacerse con el edificio con una oferta que seguramente era incluso mejor de la que podría ofrecer el libre mercado.

Alfred Hauptmann ya estaba en la televisión. Por los entrecomillados de la parte inferior, culpaba a los pusilánimes socialdemócratas de haber permitido que la llamada integración cultural condujera a la infiltración de terroristas árabes radicales en la sociedad danesa. Era evidente que Hauptmann iba a revolver el avispero ideológico. Y de ahí, seguramente las calles.

Karen volvió a mirar su teléfono para relajar sus impulsos. El bueno de Anker seguía haciéndose digno de su confianza. Parece que el abogado tenía modo de llegar hasta Clara Jorgensen, que al parecer había sido compañera de promoción de un tipo que le debía algún favor a Anker. Esa pista dibujó una ligerísima sonrisa en el rostro de la Ventrue.

OFF

Karen -1 Punto de Sangre.
Lars. -1 Punto de Sangre.
Annelise - 4 puntos de Sangre.
Imagen

Karen Klausen (Corso)
Juez (Tradicionalista)

Re: Episodio 4.

#2

Mensaje por Corso » 03 Nov 2020, 19:48

Karen había estado siguiendo la noticia del incidente sentada lánguidamente en un chaise longue de la suite. La tranquilidad de su mirada, mientras leía atentamente los rótulos, nada tenía que ver con el nerviosismo que había estado a punto de dinamitar su temple hacía unas horas. La Ventrue, aun en silencio, iba pasando su atención de la pantalla a Annalise cada medio minuto, como distraída; si no fuese por la estrecha y tensa línea que salía de la comisura de sus labios.

Lars, que conocía a su «gemela» como a las lineas de su pálida mano, no necesitaba nada más que eso para saber que ni el suave y confortable tacto del cuero en el que estaba acomodada era capaz de relajarla por completo. Se sentía incómoda y eso, por mucho que el policía lo estuviese dejando pasar por alto, era un hecho para él. Como lo era la certeza de que la vampira se estaba mordiendo la lengua desde que la habían recogido en la puerta de la comisaría central.

Él, personalmente, había dejado al muñequito de sangre de Hussein en la habitación contigua, con el deseo de que no tener que volver a tenerle enfrente hasta la noche siguiente relajase un poco la tensión que se respiraba entre su chiquilla y su hermana de sangre. El resultado de esa jugada la verdad es que no había sido el que esperaba, o no del todo, al menos.

¡Vampiras, cuando uno cree que está cerca de conocerlas es cuando se da cuenta de lo lejos que está de hacerlo! - pensó, rindiéndose exasperado al silencio entre las dos. Se acercó a la gran mesa de cristal que dominaba el centro de la habitación para coger el mando del televisor y subir el volumen cuando de forma instintiva, quizás por instinto o quizás por el vínculo que les llevaba uniendo desde hacía más de ochenta años, sintió sobre él el peso de la mirada de la mayor de los tres, que poniéndose a su lado, le acompañó en la escucha de las declaraciones de Hauptmann.

Cuando la intervención del líder del partido terminó Karen cerró los ojos y se masajeó suavemente el puente de la nariz con dos delicados dedos de porcelana. Ya habían tenido suficiente.

- Por favor, querido, han sido bastantes noticias por hoy. ¿Puedes apagar eso? - Antes de que Lars contestara su teléfono vibró: Anker. El servicial, eficiente, atento y siempre diligente Anker. Una de las mejores piezas que tenía sobre el tablero de ajedrez que era Copenhague. Una fugaz sonrisa de complacencia y orgullo iluminó su rostro.

- Me acaban de decir que quizá podamos acceder a la señorita Jorgensen - avisó tras girarse hacia Annalise en lo que parecía un gesto de tregua. Como una de sus mayores sabía que la poca atención a los pequeños detalles llevaba a cometer grandes descuidos y, sin duda, la serpiente con la que trataba era un gran detalle; uno que les podría haber supuesto un mayúsculo problema. Aún podía hacerlo.

- Si esa chusma con la te juntas es tan estúpido o está tan loco como para poner en peligro la Mascarada quizá no deberíamos darle lo que nos pide tan pronto. No sin tener meridianamente claro qué hacer al respecto y qué utilidad podemos sacar del señor Nilssen, si es que podemos sacar alguna - su tono, aunque serio y un poco distante, no llegaba a ser del todo frío. Algo que a todas luces se debía a la debida consideración que los últimos avances de la chiquilla merecían. Sin embargo, era hora de que su sobrina empezase a solucionar y hacerse cargo de las consecuencias de sus peligrosas «afinidades externas» - ¿Y bien? ¿Qué podemos hacer con ese adicto a la sangre que además de ir hablando de vampiros residentes en Copenhague sería capaz de vender a su proveedor habitual por un poco de ella?

Una disyuntiva a la que no respondió, dejando que su sobrina sopesase las posibilidades. Por un lado, deberían poner al corriente a Lindhart, pero ¿acusar de esa forma a un miembro del Natlige? ¿Hacerlo sin intentar sacar provecho de la situación para con el clan y la facción? Tomar cualquier decisión al respecto entrañaba no poca dificultad, pero la confianza en que Annie estuviese creciendo como vampira hizo que la dejase con sus propios pensamientos; aquellos que, poco a poco, le servirían para ir tomando decisiones propias que facilitasen el aumento de su Dignitas.

Karen volvió a darse la vuelta para quedar frente a Lars. Sabía que Annalise, aun con sus últimas palabras, podía escucharles e intervenir en el resto de asuntos que los tres tenían que tratar. Tanto o igual de importantes que el del sucio perro sueco.

- Clara Jorgensen, como decía, fue compañera de promoción de un tipo que le debe un favor a Anker. Creo que un par de llamadas bastarán para dar con ella. Aunque no es eso lo que más me preocupa. A la vista del descubrimiento de Annie, creo que deberíamos darle prioridad a la oferta de König. ¿Realmente crees que es posible que unos cadáveres de 1945 hayan llegado hasta aquí, en ese estado, por arte de magia? No sé tú, pero puede que ese apestoso y relamido italiano solo nos haya dado la punta de un iceberg del que no imagino el fondo...

LARS OLSEN (Victor_Krugger)
Policía Neonazi

Re: Episodio 4.

#3

Mensaje por Victor_Krugger » 04 Nov 2020, 18:41

Lars era consciente del enfado de Karen con Annie, sin embargo, prefirió no decir nada. Por un lado, la cuestionable amistad de su chiquilla con la serpiente había puesto a la coterie en una situación complicada, pero por otro, si ella no habría sido posible el mayor avance hasta ahora en el caso del parking. Ahora sabían de dónde habían salido todos esos cadáveres y era gracias a Annie. Estaba orgulloso de ella y no se molestó en disimular una mirada de complicidad hacia su chiquilla mientras Karen le lanzaba una mirada desaprobación. Escuchó con atención el discurso de Hauptmann, era el momento de quitarle al venda de los ojos a los daneses.

-Bien dicho, Alfred. Putos moros, los teníamos que empalar a todos sin excepción… Alahu- suputamadre- akbar…

Apagó la televisión y antes de contestar a Karen se dirigió a su chiquilla.

-No es un secreto que desapruebo totalmente tu amistad con ese mono de lengua bífida y que todo este favor nos ha supuesto una molesta distracción de nuestro verdadero objetivo. Puede que incluso tenga algo que ver con lo que está pasando en el aeropuerto, sabemos que es amigo de terroristas. Sin embargo, creo que aún podemos sacar provecho de ello. - Volvió su mirada hacia la mayor de la coterie. - Lo que podemos hacer con ese yonki es darle lo que nos pide y manipular su mente para ver que nos cuenta. Quizá pueda sacarle algo que nos sirva de provecho y después borrarle de su memoria nuestro recuerdo o cualquier otra cosa que nos convenga. Desde luego no es seguro que vaya por ahí sabiendo, y lo que es peor, diciendo que los vástagos existen.

Se detuvo por un momento para escuchar lo que su hermana tenía que decir.

-Me alegra oírte saber que tenemos a la abogada más o menos localizada, está claro que tenemos que solucionar cuanto antes todo este asunto del gabacho que juega a dos bandas. Sin embargo, lo que más urgencia apremia es el calvo necrófilo… que si creo que es posible que unos cadáveres de 1945 hayan llegado hasta aquí por arte de magia… hace años que descubrimos que los vampiros y los hombres lobo existen, yo a estas alturas de la película me lo creo todo, querida. ¿Ahora bien, qué demonios vamos a hacer? ¿Podemos sacar más provecho de él? ¿O al menos más provecho del que él pueda sacar de nosotros? Creo que está por lo menos tres pasos por delante de nosotros y es hora de cambiar las tornas. ¿Y si la respuesta que nos da no es lo que esperamos? No creo que darle en bandeja de plata lo que nos pide sea lo más apropiado, simplemente no me fio. Esconde algo, eso está claro…

Annelise Niemi (Nyxe)
Genetista

Re: Episodio 4.

#4

Mensaje por Nyxe » 06 Nov 2020, 20:04

Annelise caviló sobre la respuesta de Baumann. Sólo el frío. Pues no había sido el frío. Por muy refrigerados que hubiesen estado, no podían haber aguantado frescos casi doscientos años. Y si se hubieran congelado habrían quedado marcas, los cristales de hielo dañaban los tejidos de forma reconocible. Así que o se trataba de un engaño enorme, o los Giovanni sabían cosas que a ellos se les escapaban.

A ella también le fastidió el mensaje de Isak. A diferencia de sus mayores ella no iba a llamarle serpiente, pero sabía que se estaba cobrando un favor grande por haber hecho uno pequeño, y encima iba con exigencias. -Ojalá pudiera Isak -comenzó a escribirle dejando que su tía viese la pantalla-. Pero tu amigo ha dicho algunas palabras extrañas -se molestó en escribirlo en cursiva- que no sabíamos que conocía delante de una cámara. Así que vais a tener que esperar un poco. -A Annelise le pareció que el mensaje dejaba claro a Isak que estaba hablando de la mascarada pero al mismo tiempo era bastante respetuoso con ella. Aun así le dirigió una mirada a Karen para saber si le daba el visto bueno.

Pero también estaba un poco mosqueada con Karen y Lars. Habían sido ellos quienes le habían dicho que le pidiera el favor cuando ella no estaba del todo convencida, y ahora la acusaban a ella de tener que pagarlo. -No se, sabe de bombas, ¿no? -respondió de forma un poco hosca-. Quizá sepa algo sobre el que intentó ponernos una. -Annelise tardó un segundo de más en caer en que su tía se refería a que hacer con él después. -Ah, ehm... -estuvo a punto de decir que simplemente podían dejarlo ir, por lo que le había dicho Isak parecía que quería sacarlo de la ciudad. Pero intuía que no les iba a gustar esa respuesta. Fue Lars quien propuso averiguar qué sabía y luego sacarle esos recuerdos, pero Annelise había pensado lo mismo un segundo antes.

-Pues quizá esta sea la oportunidad para averiguarlo -le propuso Annelise a Lars. Mientras estuvo en el laboratorio de Bernadette se le pasó por la cabeza que a saber que habrían hecho allí. Y entonces se le ocurrió, ¿y si pudieran espiarles? -Si es verdad lo que dicen de que quieren el parking para hacer cosas suyas... ¿nos costaría mucho poner cámaras o algo así antes de dárselo? -Annelise dejó un momento que lo considerasen-. Además, suponiendo que quisieran jugarnosla a nosotros, ¿creeis que nos costaría mucho movernos a otro lado? Vale, puede ser un fastidio, pero en lo que a mi respecta al menos -dijo pensando en el laboratorio- no sería tan dificil. -En un laboratorio de genética no había tanto material aparatoso como uno pudiera pensar. Como mucho las neveras y los congeladores, y en realidad, eran electrodomésticos corrientes. Lo que tenían dentro, en aquella época del año, podía simplemente llevarlo en una maleta o algo así.

LARS OLSEN (Victor_Krugger)
Policía Neonazi

Re: Episodio 4.

#5

Mensaje por Victor_Krugger » 10 Nov 2020, 20:11

Lars se puso en pie, e quitó la americana, la colgó con suma delicadeza sobre una silla y comenzó a remangarse su impoluta camisa blanca, sobre esta llevaba un chaleco azul a juego con el resto del traje. Mientras doblaba la camisa, se sentía un poco estúpido por no haber caído él mismo en la solución que había propuesto su chiquilla, una vez más, la más joven al recate. Terminó de doblar los puños de su camisa y señaló a la más joven de la coterie.

- Bravo, Annie. Ahí tenemos la solución. - Tras alabar a su descendencia miró a Karen. - Era tan sencillo que no se nos había ocurrido. Ellos quieren el edificio, pero eso no quiere decir que les regalemos C&N… Trasladamos la empresa a una nueva sede y llenamos de micros y cámaras ocultas el edificio. Lo más probable es que detecten todo el equipo de vigilancia, pero tampoco pueden culparnos por intentarlo, ellos mismos habrían hecho lo mismo. Y si tenemos la suerte de que no lo encuentran, podremos ver para qué quieren el edificio.

Comenzó a desanudar la corbata burdeos que llevaba esperando la reacción de Karen, cuando terminó con ella, la colgó sobre la chaqueta.

- Creo que ya estoy preparado para hablar con el yonki… ¿queréis acompañarme o tenéis otras cosas que atender?

Annelise Niemi (Nyxe)
Genetista

Re: Episodio 4.

#6

Mensaje por Nyxe » 15 Nov 2020, 20:03

Lars solía hablar de forma directa y a veces un poco hosca, lo que hizo que por un segundo Annelise se preguntase si no estaba hablando con sarcasmo. Pero al darse cuenta de que no era el caso, se sintió muy halagada. Posiblemente no fuera tan sencillo, pero que a Lars tambien le pareciera una opción factible le alivió bastante.

-Voy contigo
-le dijo a su sire, y mientras salía por la puerta se preguntó cual sería la mejor forma de interogar a aquel muñeco de sangre. La respuesta mas obvia era que como a cualquier otro adicto. Pero Annelise entendía u poco acerca de la fisiología de los ghouls y puede que no fuera tan sencillo. El síndrome de abstinencia podía tardar bastante en llegar, y hasta que lo hiciera lo que la vitae le daba era resistencia. Aunque por otro lado, quizá había un modo de acelerar ese proceso. Revisó su smart watch y buscó entre las aplicaciones de fábrica la típica que se utilizaba para hacer ejercicio y calcular cuantas calorías se quemaban. Annelise la tenía deshabilitada (no había conseguido borrarla) porque evidentemente tenía poco interés en medir su pulso y temperatura corporal. Pero si podía medir la tensión arterial podía serle util esta noche, aunque la perspectiva le diera arcadas.

Karen Klausen (Corso)
Juez (Tradicionalista)

Re: Episodio 4.

#7

Mensaje por Corso » 21 Nov 2020, 08:11

Karen asintió levemente mostrando así su conformidad para con la idea de extraer más información de Nilssen. Presuponía que el estado de nerviosismo del sueco por volver a ingerir vitae habría aumentado; al fin y al cabo, en esos términos, no dejaba de ser un yonqui con los primeros síntomas del mono. La diferencia, pensaba, era que la necesidad de una nueva dosis de sangre vampírica debía multiplicar por mil la de un nuevo pinchazo de heroína.

Lejos estaba de su ánimo el deseo de volver a tener delante al sucio sueco, y además sabía que Lars y Annie podían llevar a cabo aquella tarea por si mismos, pero, no obstante, quizá el muñeco de sangre de Hussein se viese más inclinado a dejarse influenciar mentalmente si entre sus nuevos benefactores encontraba una cara conocida. O al menos, la cara de quien le había librado, de momento, de una vida entre rejas colmada de insípida comida triturada, vejaciones en las duchas y ocasionales visitas bis a bis.

Por otro lado, era cierto que quizá Nilssen les pudiese facilitar algún que otro nombre que les acercase a aquellos que habían dejado el explosivo bajo el coche de su hermano. Esa idea le provocó un pequeño estremecimiento, a medias entre el miedo - al recordar de nuevo lo que podría haber pasado esa noche- y la impaciencia por hincarle el diente a dichos desgraciados.

- Veamos que podemos sacar - les dijo a ambos - y ya veremos qué hacemos con él después - refiriéndose, obviamente, a la serpiente y a Lindhart.

Acto seguido cogió su teléfono móvil - Podeis ir adelantándoos o esperarme unos minutos, creo que es momento de poner al corriente del asunto de C&N a nuestra...madre.

Después puso en orden sus ideas, eligiendo las palabras correctas que utilizar y, acto seguido, activó la cámara de vídeo del dispositivo. Era extraño verse a sí misma relatando la visita a König y volviendo a escuchar, esta vez de su propia voz, la oferta del nigromante.

Cuando acabó, revisó la grabación para constatar que no había dejado ningún cabo suelto. También, que había expuesto los pros y contras de la situación, y sus propias dudas al respecto. Trasladar una sede tan potente como la de la constructora no era algo fácil ni rápido de hacer y podía suponer una pérdida de patrimonio y activos materiales; más aún sin tener asegurado si la transacción, si es que finalmente el partido la veía viable y un buen negocio per se, iba a proporcionarles algún otro "beneficio" sobre el hallazgo del incidente del parking.

Tras pensarlo un momento, pulsó la tecla "enviar", resignándose a no tener muchas más opciones en ese momento, pues, desde luego, no iba a saltarse a sus mayores tomando una decisión que aún, solo aún, no le correspondía. Algún día, pensó. Y ese deseo para con su futuro la reconfortó y dio calor a su ánimo. Algún día, paciencia. Ahora, debes ir dando pasos firmes y seguros.

Ese camino que tenía por delante la llevó a recordar el último asunto pendiente esa noche. La abogada.

«Espléndido, querido. Sigues tan en forma como siempre. La próxima vez que nos veamos, recuérdame felicitarte como es debido. Contactaré pronto contigo» - envió ese otra mensaje a Anker como deferencia al que, a todas luces, era una de sus mejores posesiones.

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Re: Episodio 4.

#8

Mensaje por Voivoda » 22 Nov 2020, 21:37

El sueco fumaba compulsivamente con la luz de su habitación apagada mientras miraba por la ventana cómo el frío iba generando una capa de hielo sobre la ciudad en su conjunto. Sólo la pequeña lumbre del cigarrillo daba algo de luz al rostro del tipo, así como las farolas de las calles de alrededor que, no obstante, apenas iluminaban hacia arriba cumpliendo así de modo estricto con la legislación contra la contaminación lumínica.

El hombre, que tenía pinta de haber dormido poco durante el día, se giró con nerviosismo cuando Lars y Annelise entraron en la habitación. Hizo un gesto con la mano para disipar el humo, gesto innecesario considerando que ya poco os podía molestar a vosotros y también por el hecho de que el potente sistema de ventilación del lujoso hotel hacía que el ambiente no se condensara excesivamente. Apenas le habíais visto durante el trayecto para llegar al hotel la noche anterior, por lo que él puede reconoceros, pero no tiene más información sobre vosotros.

El tipo apura el cigarrillo con ansiedad y lo apaga en el cenicero, haciendo que sólo la luz de la calle pueda iluminar ligeramente la habitación. El hecho de que no corra a encender una lámpara os da que pensar que está acostumbrado a tratar con gente como vosotros o, al menos, que no es alguien fácil de asustar. De hecho, no espera a que habléis vosotros primero.

- Isak me está buscando, creo que es momento de que me vaya, ¿no?
------- Karen escuchó los pasos de Lars y de Annelise alejándose y amortiguados por la alfombra del pasillo. Esos minutos de soledad eran un placer, no porque la compañía de su hermano y su sobrina fuera desagradable, ni mucho menos, sino porque disfrutaba de tomar las riendas y esperar que sus propios movimientos dieran resultados. Esperaba que sacaran lo que fuera útil del sueco antes de deshacerse de él o ponerle en manos de la asquerosa Serpiente que susurraba en sus oídos.

Dejó que la satisfacción por la presteza de Anker fuera más fuerte en su interior que la inquietud por trasladar la oferta de König a Greta. Por un lado, se sabía mensajera de una transacción que la superaba a ella y a su Coterie familiar por pura organización jerárquica. Por otro lado, desearía tener la posibilidad de decidir. Pero sabía que a las grandes decisiones se llegaba por medio de las pequeñas.

Un par de minutos después, Greta dio acuse de recibo.

- ¿Nos hemos planteado por qué quiere ese arribista realizar ahora esa oferta?. Deberíamos conocer nosotros primero qué puede interesarle antes de contestarle. ¿Habéis visitado el párking?
Imagen

Karen Klausen (Corso)
Juez (Tradicionalista)

Re: Episodio 4.

#9

Mensaje por Corso » 23 Nov 2020, 19:17

- ¿Sin consultarte primero? - tecleó ahora la Ventrue, con una sarcástica sonrisa cruzando su cara de oreja a oreja. Una que se guardó de que Greta pudiese ver - ¿Y tenerte a ciegas a ti con nuestra iniciativa? A ti, que me diste el «don», ¿Lejana a nuestros movimientos? ¿Prendiendo la duda sobre qué progenie tan despegada y errática creaste un día? No, mi exigente hacedora, dejémosle esos descaros a los libertinos anarquistas y sus sucias ansias de romper lazos con sus pares ¿No crees?

Desde luego, Karen no era una chiquilla recién destetada de las venas de su Sire y, por ende, la idea de que Greta no estuviese al tanto - de alguna de las diferentes formas en que podía hacerlo, quizá de todas ellas - de las idas y venidas de su progenie era prácticamente ridícula. Ambas lo sabían. Y sin embargo, quién de las dos podía resistirse a seguir jugando dialécticamente a aparentar una beatitud, fingida condescendencia y cortesía que ninguna ya tenía.

Tras enviar el mensaje a través de el chat privado/cifrado que utilizaban para comunicarse, se mordió el labio inferior con un colmillo hasta sentir la justa presión que, de apretar un poco más, le haría comenzar a sangrar. Incluso después de tanto tiempo, por encima de las acuciantes y difíciles circunstancias en las que estaban, el solo hecho de saber a su Sire al otro lado despertaba en ella cierta...calidez interior. La sexualidad del primer amante de sangre. Un nudo íntimo de control consentido que algún día se habría de desenlazar, llevando su relación a otro estadío: la plenitud total de Karen como Vástago.

Pero no todavía. ¿Por qué precipitarlo? Se preguntó, regodeándose a solas en el recuerdo de escenas pasadas durante unos segundos. Solo los justos para que la falta de un nuevo mensaje por su parte no convirtiese el primero en un puñado de palabras distantes, casi inconvenientes. Después levantó la cabeza y volvió al presente, observando la panorámica del puente de Oresund, su cuerpo envuelto por la tenue iluminación de la suite y el olor a cuero nuevo del sofá a su espalda.

- Lo único que podemos dar por cierto es que el Nigromante apuesta fuerte. Como siempre que su familia quiere ponerle las manos encima a...«algo». Y, tratándose de él y los suyos, seguro que hay un «algo». No creo que una oferta de ese calibre se fundamente en un mero interés económico o empresarial, pero hasta ahora los König han jugado a ser leales colaboradores del movimiento. Incluso, el buen italiano, se prestó a concertar una cita entre su «abuela» y Annalise. Algo que, pienso, pone de manifiesto que detrás de tan gentil predisposición a abrinos las puertas de su casa, subyace el ánimo de barrer bien bajo la alfombra. ¿El qué? Aún no puedo aventurarme a decirlo y prefiero no tenerte pendiente de conjeturas. No a ti, amorosa y taimada madre.

- Iremos al sotano de la sede sin demora, buscaremos el objeto de deseo del Giovanni y volveré a ponerme en contacto contigo sin nimiedades que te hagan perder un tiempo que no tienes; aún teniéndolo por eones. Solo necesitamos libre acceso al parking y un nombre con el que tratar una vez allí. ¿Lo ves...aceptable?

A más leer, y espero a ver...tuya en sangre.

K.


La Ventrue envió el nuevo mensaje y observó su propio reflejo en el ventanal que abría la ciudad a sus pies. Casi de forma inconsciente y en un arrebato siniestro de coquetería se recolocó el elegante tocado que recogía su cabello. La imagen en el cristal le devolvío una sonrisa remarcada por dos blanquísimos y perfectos colmillos al descubierto.

- Veamos que tiene que contarnos el señor Nilssen, querida.

Dándose la vuelta se dirigió a la puerta y salió al pasillo de la planta 35 del d'Angleterre. Seguramente, su hermano y su sobrina ya estarían manteniendo una animada charla con el juguete de Hussein. Y si Greta le daba respuesta, esta quedaría a buen recaudo en su teléfono hasta que acabaran con el sueco. De una forma u otra.

LARS OLSEN (Victor_Krugger)
Policía Neonazi

Re: Episodio 4.

#10

Mensaje por Victor_Krugger » 25 Nov 2020, 01:11

-Isak me está buscando, creo que es momento de que me vaya, ¿no?

Lars hizo caso omiso de la petición del sueco, con la gracilidad y elegancia de un gato sacó su pitillera de uno de los bolsillos del chaleco. El dorado metal del que estaba hecha proyectó un destello sobre la pared cuando la luz del exterior rebotó sobre su superficie. Levantó la tapa. Click. Pescó un cilindro cancerígeno con sus dedos índice y pulgar. Click. Cerró la tapa y suavemente empezó a golpear el cigarrillo sobre la pitillera de manera que el tabaco se compactase. Posó el filtro del pitillo sobre sus labios, guardó la pitillera y tranquilamente sacó el mechero de gasolina para prender el tabaco. Click. Levantó la tapa y lo encendió, dio una calada, exhaló el humo y posó sus ojos sobre el yonki mientras jugueteaba con el mechero entre sus dedos.

- Me ha dicho un pajarito que vas diciendo por ahí que los vampiros existen… eso es peligroso sabes… y lo que es peor, que te has aficionado a beber su sangre… - El Ventrue da otra calada y clava su mirada sobre los ojos del sueco. - Me gustaría saber quién te ha revelado nuestra existencia y quién ha sido tan estúpido como para dejarte a ti, un yonki de mierda, beber de algo tan valioso como la sangre de vampiro. Dímelo.*- Un torrente de humo salió por los orificios nasales de Lars, mientras este trataba de doblegar la mente el anarquista.

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