"¡Eyh, el inútil de Morty se ha dejado la puerta del balcón abierta¡ ¡Vamos a tirarnos por el¡ ¡Que malo puede pasar jejejeje¡ El profesor Bruttenholm es demasiado paranoico ¡Oye, bonitas vistas¡"
Desde ahí domino todo el panorama, casi veo hasta mi antigua casa desde aquí y como telón de fondo observo aquella bola de gas y fuego siendo ahogada por la gigantesca ciudad, cuyas venas son recorridas por cientos de hormiguitas moviéndose de acá para allá, seres humanos asimilados a la función de huesos, tripas, cerebro y demás órganos de aquel monstruo que una vez se comió el mundo y ahora parece querer devorar al universo
¡Guau, que poético me ha salido¡ ¿No? Podría ser el inicio de una buena historia... pero ¿Cómo podría continuarla? Ya sé... Primero una presentación, el público tendría que saber bien quien es el apuesto protagonista jejejeje... Muy buenas queridos lectores, mi nombre es Missisipi, Sipi para los amigos
. ¿Oye, no nos hemos visto en algún momento? Tu cara me suena pero alguien tan guapo como tú sería difícil de olvidar. Así, así algo que enganche... quizás el peloteo sea algo exagerado, pero quien demonios se iba a leer algo escrito por un perro
. Bueno continuando con lo que yo decía...
Al volverme me quedo contemplando mi habitación totalmente teñida de rojo por el ocaso a excepción de una zona recortada de forma nítida y precisa por mi propia sombra, al verla no pude evitar preguntarme si no era el único superviviente de algún extraño apocalipsis que se hubiera llevado todo por delante sin que me diera cuenta alguna.
"¿Oye hay alguien por ahí?" ¡Guau¡ ¡Guau¡ Nada, ojala al menos una voz, un algo, que alejara de mi mente aquel silencio tan opresivo, incluso más que la propia oscuridad que se comenzaba a cernirse ya sobre la habitación. Desde que Max estiró la pata hará ya varias semanas, casi parecía como si el mundo alrededor se hubiese detenido, aún podía reconocer el olor de mi estimado compañero por las esquinas, casi como si estuviera reclamando su lugar en un mundo que ya no le pertenecía o tal vez rindiéndole cuentas a un tiempo que le dejó atrás hará ya mucho ¡Pobre Max¡ Pasar de ser el Increíble Perro Maravilla que recorrió todo el mundo haciendo levitar cucharillas de café para acabar totalmente olvidado en una esquina de una habitación y sin poder andar, siempre le pesó que sus días en la farándula tocaran a su fin. Finalmente no me quedaba más remedio que hablar a las sombras, esperando que estas respondieran, en un vano intento de paliar la soledad de estos días, buscando a veces que estas me diesen conversación, otras que alguien se preguntase porque el perro ladraba a las tinieblas y así llamar la atención, hasta que finalmente se convirtieron en mis espectadoras y lectoras invisibles.Si bien en ocasiones recibía las visitas de Morty, pero el chaval hacía tiempo que ya no mostraba la más mínima muestra de entusiasmo o afecto por mí y todo ello desde que apareció esa horrible señoritinga, La Otra, dedicándose a pasear a aquella estúpida por todos lados para finalmente encerrarse en el baño, sin echarme ni puta cuenta o por lo menos sacarme de paseo al árbol de al lado.
Recordando mi más importante deber me pongo a mear para designar el balcón como nuevo territorio indiscutible de MI reino (y dar prueba testimonial de que he estado ahí, para desgracia de Morty) De repente escucho cerrarse una puerta
¡Oh, pero si es Rick¡ Me abalanzo sobre él mientras le lleno de lametones
¡Rick es el puto amo¡ ¡Le adoro¡¿Dónde demonios has estado? Espero que me traigas muchas chuches ¿Eh? Procedo a meter mi cabeza sin ninguna vergüenza en el bolsillo de su chaqueta en búsqueda de ese manjar de los dioses que era el bacón. Pero mi morro se choca con algo extraño, algo nuevo y nunca antes visto, de carácter alargado y metálico
¿Un nuevo tipo de bacón? Lo olisqueó un poco, detectando su forma, su contorno, sus secretos...
El resto es solo horror
"Es... una pistola...La pistola del amo..." Empiezo a temblar del puro terror al pasado
No podía ser.. ¿Otra vez?.. ¡No¡ ¡No¡ ¡Por favor no me mates¡ ¡No¡ ¡Suéltame¡ ¡Me haces daño¡ Todo se queda en silencio, permaneciendo solo el bombear de mi corazón, mientras noto una mano tirar del collar. No quería salir de aquella oscuridad, la realidad era demasiado horrible ¡No quería verla¡
"¡No quiero volar Amo¡ ¡Por favor suéltame¡ ¡No he hecho nada malo¡ ¡NO ME LLEVES AL ÁRBOL¡ ¡Gag¡" En ese entonces por unos segundos veo las hojas y el cielo de un color cenizo, observo aquella sombra que se mece a varios pies del suelo, ondeada por el viento. Completamente horrorizado comienzo a correr en línea recta buscando una salida, pero entonces me choco contra un muro... Estaba en el laboratorio, Amo estaba lejos, lejos de casa, lejos del árbol y las pistolas... lejos de ella, aún me acuerdo de aquel día, como corría detrás del auto con sus patitas, totalmente aterrada de quedarse sola, hasta que simplemente no pudo más, limitándose a mirar al horizonte en aquel camino rumbo a ninguna parte, convirtiéndose poco a poco en un puntito que fue devorado por la distancia, sabiendo ambos que aquello era el punto final de todo...
Observo como Rick saca aquel horrible artefacto del bolsillo y se dirige al baño , completamente malhumorado , tras comprobar que estoy bien.
"¡Lo siento, Rick¡ No era esa la intención." Me dirijo al lavabo y apoyo mis patitas buscando caricias, consiguiendo finalmente convertirme en toalla improvisada. Mientras que de fondo repicaban las campanadas del viejo y descascarillado reloj. Las fui contando como me dijo el Profesor, efectivamente las cinco en punto del día 2 y 4 del mes de diciembre, una vez que las hube contado, me fui hacia Rick mientras este hacía sonar aquel viejo instrumento. Me sonaba familiar pero... ¿Por qué? Era cierto que últimamente había estado teniendo pensamientos raros de un tiempo extraño y lejano... pero esto era distinto. Al principio receloso y después ,más confiado, me fui acercando, apoyando mi cabeza en su pierna, dejándome solo llevar por aquella sensación, mientras un dulce olor comenzaba a flotar en el ambiente.
Volteé mi cabeza en su dirección para encontrar que el recibidor se había transformado en una estancia bastante distinta a la dejada atrás... Aquello era nuevo. Sin dejar a Rick solo, me fijo en la sala, a diferencia de la nuestra, esta se hallaba dominada por unos deliciosos rayos de Sol que auguraban una maravillosa mañana, en un calendario ponía 2 y 4 de julio. Se podía ver los platos de una exquisita y delicada porcelana, acompañado ello por la fragancia de una tarta que reposaba delicadamente en una ventana custodiada por unas lindas cortinas de cuadros. La verdad es que Morty, se había olvidado de la comida aquella mañana, por lo que sería capaz de comerme cualquier cosa. Así que decido internarme en aquella cocina salida de la nada
"¡No creo que alguien echase de menos un pedazito de tarta¡ ¡O la tarta entera¡"
Me muevo discretamente, agachando mi torso, rumbo hacia la mesa de comedor, ocultándome debajo de esta, por si hubiera moros en la costa
¡Venga, nadie¡ Pego un salto y acabo llegando junto al fregadero y con la tan ansiada golosina
¡Oye, preciosa, como te veía tan solita por aquí, me preguntaba si te gustaría tener un poquillo de compañía jejeje¡ ¿Eh? ¡Oye yo que tú tendría cuidado de mostrar ese sirope de fresa, me han dicho que hay un vampiro asolando la ciudad, nena¡ Pero antes de que pueda cometer mi gozoso homicidio, escucho un grito que casi me hace caerme del fregadero y mi mirada es de horror tras ver a una gruesa mujer negra dirigiéndose hacia mí. Fruto del pánico, cojo la tarta con la boca y salto por la ventana
¡Espera, el laboratorio está en un piso¡ ¡Oh no¡ Auuuuuuuuh Pero cuando toco el suelo me he convertido en... un humano. Siento una extraña sensación corriendo por mi nuevo cuerpo, un tsunami de ideas y sentimientos que no eran mías, decidiendo finalmente dejarme arrastrar por él... fundiendo mi esencia con la suya, sin poder evitar darle el control de mis acciones y psique...