02. UNA NOCHE EN EL MUSEO

Prólogo

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Re: 02. UNA NOCHE EN EL MUSEO

#11

Mensaje por Endimion1 » 11 Abr 2021, 12:23

-La ringrazio per le sue parole Don Vitto, ma la lingua del Signore Dante Alighieri non mi è sconosciuta. -le contestó en un italiano casi perfecto, solamente sazonado con un pequeño acento propio de los hispanoparlantes, el director del Museo Provincial de Jaén al Giovanni. Aún así, y tal y como bien ha propuesto, creo que lo mejor será continuar nuestra conversación en castellano, si no tiene problemas, pues me temo que mi dominio del idioma de su familia no es tan excelso como el suyo y, para evitar mal entendidos, creo que lo mejor será manejarnos en un idioma que ambos dominemos sin problemas.

Con movimientos suaves y elegantes D. Pedro tomó asiento en uno de los taburetes, al tiempo que servía, en una copa de vino, un poco de fluido carmesí, guardado en una elegante botella, a su invitado para, acto seguido, hacer lo propio en su copa. Al tiempo que el nigromante era testigo de aquella muestra exquisita de modales pudo comprobar como, junto a la pequeña mesa donde estaban las copas, había un pequeño objeto, de forma rectangular y bastante gruesa, que, poderosamente, comenzó a llamar su atención, como si un canto de sirena le atrajese, de manera inconsciente, hacia él.

-Pero antes de comenzar con nuestra "negociación" me gustaría dejar un par de asuntos claros amigo mío. -continuó en tono algo serio el señor Gutiérrez. En primer lugar, y si bien creo que es algo que quedaba implícito en mi invitación, deseaba que viniera solo, aunque entiendo y respeto que no lo haya hecho, pero creo que el mandar a su guardaespaldas, tal y como usted lo ha llamado, a "hostigar" al pobre Juan Luis no me parece lo más adecuado. Puedo llegar a comprender, e incluso es algo que valoro muy positivamente, que usted sea una persona precavida y calculadora que guste de controlar todo lo que sucede a su alrededor, pero le rogaría muy encarecidamente que deposite en su anfitrión la misma confianza que yo he depositado en usted permitiendo, porque tenga claro que si usted y su hombre están ahora mismo aquí es porque yo lo he permitido, que "jugueteen" con mi sirviente, lo que sin duda sería considerado una falta de respeto para otros de mis congéneres en la ciudad.

El director del museo hizo una leve pausa, llevándose la copa a sus labios y saboreando suavemente el líquido carmesí que había dentro de ella, al tiempo que dejaba su dispositivo móvil sobre la mesa de una manera totalmente intencionada pues, sin esforzarse demasiado, Don Vitto pudo apreciar como, desde él, se podía tener acceso a las imágenes de seguridad de todas y cada una de las cámaras de vigilancia que había en el museo.

En segundo lugar, y como muestra de mi buena fe en esta negociación, quiero expresar mi predisposición e intención de que esta conversación se desarrolle en una situación de total igualdad. -repuso D. Pedro con tono algo más suave. Como bien entenderá, y del mismo modo que yo requiero de sus servicios, usted necesita un aliado de confianza en la ciudad y, créame, puedo llegar a ser el mejor y más fiel que pueda usted conseguir en Jaén. Además tengo intención de recompensarle debidamente -dijo poniendo la mano sobre el objeto envuelto. independientemente del pago que reciba de los "amigos en común" que tenemos y que tan "amablemente" me han facilitado su contacto. Siento si he parecido demasiado franco o directo pero en los negocios, como en la vida, me gusta ser ir con la verdad por delante y dejar todo lo suficientemente claro antes de comenzar, pues entiendo que su tiempo vale dinero y no quiero ser yo quien le haga perderlo innecesariamente...

Con un leve gesto de asentimiento el anfitrión del Giovanni dirigió su mano al tablero de ajedrez e hizo una elegante apertura, señal inequívoca que, por su parte, aquella negociación había comenzado. Ahora tocaba ver si el nigromante estaba dispuesto, o no, a participar en aquel juego de toma y daca en el que se iba a convertir aquella conversación y que, sin duda, marcaría irremediablemente su futuro a corto y medio plazo en la ciudad...

Don Vitto (Vein)
Giovanni

Re: 02. UNA NOCHE EN EL MUSEO

#12

Mensaje por Vein » 27 Abr 2021, 16:40

El trago largo que Don Vitto dio a su bebida hizo que parte del fluido carmesí de la copa se deslizara por la comisura de sus labios, dejando un rastro de color rojo que lentamente se deslizó por su cara hasta caer en forma de gota sobre su camisa blanca. Consciente de que se había manchado la camisa, dejó la copa en la mesa y metió la mano en el bolsillo delantero de su americana. Agarró el pañuelo blanco que tenía guardado y después de acercárselo a su boca, comenzó a limpiarse los labios y la cara con él como si fuera una servilleta. Con el pañuelo en su boca, Don Vitto no dudó en olfatearlo. Era sangre humana. Posiblemente de una mujer joven en estado de ovulación. Sus favoritas. No estaba seguro si el fluido provenía de una bolsa de sangre, pero apreciando el buqué, el color y el aroma decidió descartar esa idea y no cuestionar la proveniencia ni el origen del ganado del señor Gutiérrez. Estaba claro que los “amigos” del señor Gutiérrez conocían el tipo de depredador que era Don Vitto. La gota en la camisa iba a ser difícil de disimular, y después de frotar un poco con el pañuelo, decidió abrocharse la camisa para esconder su pequeño descuido como si nada hubiera pasado.

Mientras escuchaba con atención al señor Gutiérrez, Don Vitto volvió a meter su pañuelo en el interior del bolsillo de su chaqueta y se fijó en el dispositivo de su anfitrión. La escena era patética.

Porco no era consciente de lo cerca que seguía al vigilante. Estaba seguro de que su apestoso olor corporal llamaría su atención. Además, parecía agotado. Si no era más cuidadoso, Juan Luis sería capaz de escuchar su fuerte respiración ahogándose. Por no hablar de sus pesados y desbalanceados movimientos inclinándose de izquierda a derecha que le recordaba al caminar de un hipopótamo. Dios, verlo esconderse detrás de una columna más fina que él ya fue el colmo… Estaba claro que la discreción no era el punto más fuerte de su criado, pero Don Vitto confiaba en él y en su derechazo.

Después de escuchar las propuestas de negociación, Don Vitto se fijó en el movimiento de apertura de blancas del señor Gutiérrez. En el ajedrez las blancas tienen una mayor oportunidad de ganar la partida, ya que comienzan con la ventaja de elegir la estrategia en el tablero con la primera colocación de la pieza, normalmente un peón. Para seguir con la negociación, el Giovanni estaba dispuesto a darle la vuelta a su jugada. Ganando la iniciativa para conquistar el tablero con una estrategia agresiva. Con una apertura italiana de negras, este movimiento serviría para revertir la partida del señor Gutiérrez. Si no era cuidadoso con su adversario, éste podía caer en su juego y acabaría perdiendo. Con la intención de desmoralizar al señor Gutiérrez, Don Vitto acompaño su acción con unas palabras ácidas y una sonrisa ensangrentada:

-Si viajase a doce mil kilómetros de aquí entendería mi comportamiento y su situación actual... Escuche atentamente- dijo mientras pensaba en su estrategia tranquilamente– Tras la caída del dictador Mohamed Siad Barre en el año 1990, los pescadores de Somalia formaron un grupo autodenominado “Guardia Costera Voluntaria de Somalia” dedicado a la protección de su litoral en contra de los pescadores clandestinos que saqueaban los peces de su mar y contaminaban sus aguas con vertidos venenosos y radiactivos que otras embarcaciones arrojaban sin ningún pudor ni control de los guardacostas.- Don Vitto comenzó moviendo su peón a E5, en frente del peón blanco del señor Gutiérrez.- Estos vertidos acababan cerca de los pueblos costeros de las costas somalíes y el golfo de Adén.- Caballo blanco F3, caballo negro C6, alfil blanco C4, caballo negro F6.- En aquellos pueblos había muchas enfermedades: Diarrea, infecciones oculares, problemas en la piel, migrañas… Por no hablar de los miles de peces muertos y los cambios del color del agua de sus costas. - Peón blanco D3, alfil negro C5, blancas enrocan- Los jóvenes de esa zona aspiraban a formar parte de esa guardia e impartir justicia contra los verdaderos bandidos del mar.- Peón negro D6, alfil blanco G5, peón negro H6, alfil blanco H4, peón negro G5- Allí sólo el cinco por ciento trabaja como pescador y el resto está en el paro o son piratas. – Alfil blanco G3, peón negro H5, caballo blanco come G5. - En Lebed nacen niños con deformaciones y enfermedades. – Peón negro H4, caballo blanco F7, peón negro come G3. - Su sociedad está furiosa por culpa de estos crímenes, pero no tienen medios. - Caballo blanco come F7, peón negro come G3. - Su única economía es la piratería. – Caballo blanco come dama D8 - Su supervivencia depende de las bandas criminales. – Alfil negro G4, dama blanca D2, caballo negro D4. - Somalia es una tierra sin ley, un territorio hostil donde el hambre y los grupos armados islamistas campan a sus aires. – Peón blanco A4. - En esa tierra de nadie ir sin escolta armada puede ser peligroso y mortal. – Caballo negro E2, rey blanco H1, torre negra come H2. - Pues bien, lo que quiero decir es que la situación de la Camarilla en la península me recuerda precisamente a la situación actual de Somalia. Jaque mate señor Gutiérrez. – Le dijo Don Vitto. - Me expresaré un poco mejor para que pueda entender la analogía… - El Giovanni estiró su brazo como si algo le hubiera poseído, y señaló al objeto que estaba encima de la mesa- Su Príncipe y el resto de sus “séquitos” están intentando mantener el control de una situación que tarde o temprano acabará descontrolándose. – Poseído por una enigmática ambición, centró su mirada al objeto desde la lejanía. - Están en tierra de nadie, no tienen suficientes fuerzas, son minoría, actúan como una entidad de gestión de derechos y sólo están malgastando el dinero y los recursos de sus antiguos en una guerra que no lograrán ganar.
Última edición por Vein el 18 May 2021, 00:31, editado 1 vez en total.

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#13

Mensaje por Endimion1 » 03 May 2021, 19:45

Con ese último movimiento y su alegato final Don Vitto se sintió pletórico. No solamente había vencido en su juego al Director del Museo sino que, además, le había mostrado, de manera razonada, como su posición, gracias a sus agresivos movimientos, a la hora de negociar era más fuerte que la de su "rival", máxime teniendo en cuenta la actual situación de la Camarilla en la ciudad. Además, y aunque de una manera más torpe de lo esperado, su buen Porco estaba a punto de arrebatar cualquier tipo de ventaja que su anfitrión pudiera tener. Exultante en la victoria el Giovanni levantó la mirada, para deleitarse con la cara de derrotado de su rival, pero lo que encontró fue todo lo contrario. El señor Gutiérrez se mostraba tranquilo y confiado, como quien tiente todo en el lugar que precisa y en el momento que le es más propicio, con una leve sonrisa de satisfacción dibujada en los labios que, tras apartar la copa, quedaban a la vista del nigromante.

-No debería querer tomar más de lo que puede abarcar en su mano. -le dijo con tono suave y conciliador el anfitrión a su invitado al tiempo que retiraba levemente la mesa donde se encontraba el objeto que llamaba la atención de Don Vitto de su alcance. Si bien he de decir que estoy bastante satisfecho por comprobar que aglutina todas y cada una de las virtudes que deseo en un aliado como usted señor de la Vega lo cierto es que me siento algo "decepcionado" por lo previsible que ha terminado resultando. Entiéndame, eso no tiene por qué ser algo malo, sobretodo para la tarea que tengo en mente encomendarle. Debo señalar que esperaba más de alguien que conoce la variante italiana de la defensa con negras que practicó el Gran Maestro Fabiano Caruana contra Marat Askarov durante su partida del año 2008 en el Open de Roma. Limitarse a reproducir, uno por uno, todos los movimientos que efectuó Curuana, sobretodo al ver que su rival, un miembro de la estirpe como usted que ya por naturaleza está muy por encima de la mera condición humana, hacia lo propio, incluyendo los errores impropios y groseros de alguien con el rango de Askarov, denota su falta de creatividad y originalidad. El creerse con el control de algo tan nimio con un tablero de ajedrez, del mismo modo que los somalíes a los que defendía en su alegato se creían con el control de la situación con su patética resistencia, es un error que, con la edad, terminará comprendiendo...

El sonido de un disparo interrumpió la exposición del Director del Museo, pillando de improvisto al nigromante y haciendo que su atención se centrase de manera automática en el dispositivo de Gutiérrez. En él se veía a Porco en el suelo, bajo la atenta mirada de José Luis que lo apuntaba con un arma, mientras sangre brotaba de una fea herida en la pierna del guardaespaldas del Giovanni.

-¿Acaso cree que la Camarilla, al igual que los dirigentes somalíes, no son conscientes de la situación actual y no han pensado en las posibles contingencias? repuso con total tranquilidad y confianza en sí mismo el anfitrión. Por supuesto que esta no es la mejor de las situaciones, aislados en pleno territorio enemigo, pero, sinceramente, ¿de verdad cree que si mis aliados y yo no estuviésemos lo suficientemente seguros de lo que hacemos invertiríamos tantos recursos en esta "operación"? Por favor, no crea, como lo hacían los rebeldes somalíes, que por creerse con el control de los puertos y obtener un par de pequeñas victorias pueden poner en jaque a todo un gobierno sin que estos lo permitan.

El Director del Museo volvió a beber de su copa, la cual quedó vacía, y la relleno con unos movimientos exquisitos, mientras se regodeaba en el silencio y la impaciencia que la situación estaba generando en el Giovanni.

-Créame señor de la Vega, aliándose con nuestros "amigos en común" y conmigo puede obtener TODO aquello que anhela, y mucho más... concluyó D. Pedro en su tono totalmente tranquilo he imperturbable. La Camarilla no solamente le satisfará económicamente por sus servicios sino que, además, le ofrecerán, si todo sale tal y como esperamos, unas condiciones "muy ventajosas" para que pueda prosperar su "nuevo negocio". Por otro lado, y como le dije anteriormente, estoy dispuesto a, por mi parte, recompensarle con mi apoyo no solamente en su "aterrizaje" en esta ciudad sino también en su vendetta personal. Además, si decide trabajar conmigo, deseo obsequiarle con este libro, que tal y como preveía y teniendo en cuenta de donde viene y su autora, ha llamado poderosamente su atención.

Don Pedro, entonces, desenvolvió el objeto que tenía en la mesa, manteniéndolo a la vista de Don Vitto pero al mismo tiempo fuera de su alcance. Resultó ser un libro, tal y como hacía unos instantes había anunciado su anfitrión al Giovanni, forrado en piel quemada que tenía inscripciones en un idioma que parecía árabe y denotaba una clara y manifiesta antigüedad...

Don Vitto (Vein)
Giovanni

Re: 02. UNA NOCHE EN EL MUSEO

#14

Mensaje por Vein » 05 Sep 2021, 17:50

-Que tenemos aquí…

Don Vitto no era un gran experto en antigüedades, pero era capaz de admirar la autenticidad del volumen que tenía delante de él “No es la primera vez que veo este libro” pensó.

Inmerso en sus pensamientos, su mirada se quedó estancada durante varios minutos y como si su mente se lo pidiera a gritos, comenzó a pensar profundamente intentando recordar dónde, cuándo y cómo pudo interactuar con aquel libro.

Su memoria se dispersó en el tiempo y el espacio… Imágenes, como si de fotografías se tratasen, invadieron su mente. En el tiempo que dura un parpadeo comenzó a pensar en su juventud… En Italia…

Palermo. Capital de Sicilia y la ciudad más grande de Sicilia. Una joya cubierta del polvo de la historia, de las desgracias que han reportado los desastres naturales en forma de terremotos, del lastre que han provocado la especulación inmobiliaria, de la miseria, del paro y de los crímenes de la mafia.

Eran las siete y media de la tarde cuando el joven Víctor llegaba en moto a la Plaza Pretoria. En ella se encontraba la Fontana Pretoria, una fuente renacentista adornada con unas estatuas que en el pasado hicieron ruborizar a más de un devoto creyente. Apodada la Piazza delle Vergogne (Plaza de las Vergüenzas) era el lugar perfecto para tener una cita. En el centro de la plaza los jóvenes de Palermo se congregaban alrededor de la fuente mientras los turistas se fotografiaban sin parar. Víctor bajó de su moto cuando escuchó una voz reconocible a lo lejos:


Piazza delle Vergogne

- ¡Capo!

Víctor miró hacia la dirección de donde procedía el grito. Era Porco, estaba saludándolo.

Veinte años atrás, Porco no era el mismo que es ahora. Su lujuria por las mujeres no había cambiado, pero entonces trabajaba en la charcutería de su familia durante el día y para la familia Giovanni por la noche. Su aspecto tampoco era el mismo. Seguía estando gordo y calvo, pero su rosto era mucho más inocente, como si jamás hubiese roto un plato.


Porco

La primera vez que Víctor conoció a Porco fue cuando comenzó a trabajar en su casa a los dieciséis años. Su repugnante olor, mezclado con el olor a fiambre, le hizo ganarse su apodo.

Porco no era muy hablador, pero le contó que su padre trabajó en una campaña política como simpatizante de los Giovanni. Fue una campaña que acabó ganando y la familia, como agradecimiento a su lealtad, decidió incluirle a él y su familia en los negocios familiares.

Víctor levantó su mano izquierda para devolverle el saludo.

Porco se acercó corriendo y una vez juntos, éste comenzó a contarle sus planes en italiano mientras cogía su casco de repuesto:

- Buona sera Porco.

- Buona sera Vitto. – dijo mientras respiraba profunda y agotadamente.

- Esta tarde mi tío Alfonso quiere verme en la iglesia de San Giovanni degli Eremiti (La iglesia de San Juan de los Eremitas). Me ha dicho que me daría un regalo antes de volver a España. Nos dirigiremos allí primero. – le dijo mientras abría el maletero de la moto. - Luego nos dirigiremos al Casino de Montecarlo para jugar y beber hasta el amanecer. - le dijo sonriente. - Adelante, coge tu casco y sube a la moto. Te llevo.

- Me muero de ganas de ir al Montecarlo. – le contestó Porco en italiano. - Ayer no pude dormir debido a una de sus chicas, ¿tardarás mucho tiempo? – preguntó mientras Víctor le lanzaba su pequeño casco de color blanco.

- No lo sé. Sea lo que sea, pensaba venderlo para obtener más fichas. Esta noche me siento afortunado.

Con los cascos puestos y sentados en la moto, Víctor arrancó la moto.

La conducción por la ciudad de Palermo durante esas horas era peligrosa por la cantidad de turistas que asomaban por las estrechas esquinas de las calles de su ciudad.


Calles de Palermo

Los bares empezaban a recibir a los turistas con refrescantes cócteles con alta graduación alcohólica y la música comenzaba a sonar en las discotecas y clubes más vanguardistas de la ciudad.

Situada en la via dei Benedittini, la iglesia de San Giovanni degli Eremiti era una antigua iglesia que fue convertida en mezquita por el rey normando Roger II en 1142. Su estructura era cúbica, adornada por unas cúpulas rosadas y un torreón lateral coronado por una pequeña cúpula también de color rosado.


San Giovanni degli eremiti

Su tío, el padre Alfonso Giovanni, lo esperaba sentado en el patio de la mezquita.

El padre Alfonso era un hombre de creencias. De joven estudió como seminarista en España hasta que se sacó los estudios básicos para poder ordenarse como sacerdote. Pasó tanto tiempo allí que aprendió el idioma a la perfección. Ahora trabajaba en Roma, en la Biblioteca Apostólica Vaticana como archivista. Víctor sabía que la Familia siempre estuvo interesada en sus investigaciones y descubrimientos. Además, de vez en cuando, viajaba a Palermo para compartir sus descubrimientos con algunos de sus familiares más destacados. Aquel año, por algún motivo, parecía que quería hablar con Víctor.

Su aspecto era el de un hombre de avanzada edad, pálido, alto y delgado. Estaba bastante calvo, pero aún conservaba un poco de pelo grisáceo por la zona de la sien. Llevaba puestas unas gafas con cordón que a veces llevaba colgadas en el cuello. Solía ir vestido con el clásico atuendo negro de cura con el alzacuellos de color blanco. Se encontraba solo, sentado entre los arcos del jardín mientras leía un pequeño libro. Llevaba con él una bolsa de cuero marrón bastante anticuada y usada que parecía portar algo. Cuando Víctor se acercó para saludarlo, éste cerró el libro y lo guardó en su bolsillo. Parecía ser una biblia de bolsillo. La herramienta básica de un hombre dios.


Padre Alfonso Giovanni

Siendo consciente de que el padre Alfonso sabía español, Víctor se dirigió a él en dicho idioma:

- Buenas tardes, tío Alfonso, siento molestarle. – le dijo con un marcado acento italiano.

- Buenas tardes, Víctor. Buona sera, Ponzio. – dijo el padre con agotamiento en sus ojos.

- Ciao padre Alfonso. – respondió Porco tímidamente.

- Ponzio, quédate fuera y vigila la motocicleta. Volveré en media hora. – le dijo a Porco en italiano.

Víctor se acercó a los arcos donde se encontraba sentado y se sentó junto a él mirando el jardín. Víctor estaba nervioso, incómodo e impaciente. Su relación con su tío no era muy buena y el silencio que los acompañaba en aquel jardín lleno de plantas exóticas y no tan exóticas no le gustaba nada. Estaba junto a un hombre que había puesto su fe en Dios y que creía en la divina espiritualidad. Para Víctor no era más que un místico que utilizaba palabras complicadas y rebuscadas para expresarse. Tras un breve pero eterno silencio para Víctor, este decidió ir al grano:

- ¿Qué quieres? Mis padres quieren que vuelva a casa pronto.

-Paciencia joven. El que es paciente muestra gran discernimiento; el que es agresivo muestra mucha insensatez.– respondió mientras se quitaba sus gafas lentamente.

- ¿Qué significa Discernimiento? – le pregunto de nuevo girando la cabeza levemente.

- Jesús ilustró al hombre que observaba los mandamientos de Dios en su vida pidiéndole ir más lejos, pero a su vez le pidió con cariño: "si quieres entrar en la vida ven y sígueme"- Su rostro mostraba cansancio y su voz parecía un poco ronca pero eso no le impidió continuar con su explicación - Jesús le dijo que es a él a quien tiene que pedirle nacer de nuevo, nacer de arriba, nacer a la vida del Espíritu: “El viento sopla donde quiere, y oyes su rumor, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Así es todo el que nace del Espíritu”.

Víctor miraba al padre Alfonso en silencio analizando su forma de hablar. Como buen sacerdote y seminarista, sabía cómo desarrollar un dialogo impecable, sin embargo, el aura de misticismo que lo rodeaba seguía incomodando a Víctor, que se estaba impacientando cada vez más. Este frunció sus cejas:

- No te entiendo tío Alfonso. – respondió interrumpiéndole el monologo. Pero parecía que su tío aún no había acabado:

- No hay discernimiento espiritual si no somos capaces de escuchar, ver, sentir lo que ocurre en nosotros, en nuestro corazón. Y no solamente percibirlo, pero reconocerlo, nombrarlo, haciendo diferencias entre los diversos movimientos interiores, emociones y sentimientos. Estar alegre y contento no es la misma cosa. Produce algo diferente en nosotros. Distinguir y reconocer los movimientos de nuestra afectividad hace parte del discernimiento.

Las palabras que el Padre Alfonso recitaba con serenidad empezaron a hacer mella en Víctor. Aún no era capaz de entenderle del todo debido a su falta de conocimiento sobre el español, pero podía seguir el ritmo de la conversación:

-¿Qué llevas en la bolsa tío? – le preguntó Víctor.

-El contenido de esta bolsa es el motivo por el que estamos aquí reunidos. Permíteme mostrártelo. – le contesto.

Entonces, el padre Alfonso inclinó sus rodillas en el césped del pequeño patio muy lentamente, puso el bolso delante de él, su mano derecha en su frente e hizo el gesto la señal de la cruz cristiana con ambos de sus dedos índice y corazón. Víctor hizo lo mismo. Después, juntó sus manos en oración, cerró los ojos y bajando su mirada al césped dijo en voz baja:

-Confía callado en el SEÑOR y espérale con paciencia; no te irrites a causa del que prospera en su camino, por el hombre que lleva a cabo sus intrigas. Deja la ira y abandona el furor; no te irrites, sólo harías lo malo. Porque los malhechores serán exterminados, más los que esperan en el SEÑOR poseerán la tierra.

-Amen. – respondió Víctor.

-Recuerda este verso de los Salmos como si de una oración se tratase Víctor. Te ayudará, y Dios se acercará más a tu corazón. – dijo mirando fijamente al joven Víctor.

Lentamente, el padre Alfonso comenzó a abrir el bolso y después de introducir sus manos en él, de él sacó lo que a Víctor le parecía un libro antiguo.

-Vitae in mortem. De la vida en la muerte. – dijo el sacerdote con el libro en sus manos.

La decepción de Víctor era enorme.

El libro era antiguo, sucio, de piel oscura quemada, tapa dura y del tamaño de un cuaderno o un diario. El libro no era grueso, quizás de entre cincuenta y cien páginas que estaban unidas por unos aros de hierro oxidados que sobresalían del lomo de cuero negro. Estos aros estaban sujetados por una cadena de hierro también oxidada y al final de esa cadena había una pequeña llave. La portada había sido grabada con unas extrañas inscripciones de aspecto árabe que formaban una figura geométrica y junto al grabado había un mecanismo de hierro pesado sucio y oxidado con una cerradura que unía la cubierta con la contracubierta. A manos del Padre Alfonso el libro parecía pesado, ya que le temblaban las manos mientras lo sujetaba. Además, el libro parecía emitir un aura misteriosa, como si hubiera sido arrancado de las manos muertas de una de las inquietantes momias de las subterráneas catacumbas de los Capuchinos.


Riesen Codex

Víctor comenzó a pensar en su valor económico. Pero por otro lado tenía curiosidad por el objeto en cuestión. Parecía tener un valor histórico y había algo más…

- Disculpa tío ¿Quién es Farah Bennasar? – Preguntó Víctor.

Su pregunta pilló de sorpresa al sacerdote.

Confundido, el padre Alfonso puso sus manos sobre los hombros de su sobrino y zarandeándolo violentamente le preguntó:

- ¿¡Cómo has sabido su nombre joven!?- le dijo gritando.

Víctor se asustó.

-Es… Es lo que pone en la cubierta, tío Alfonso. – respondió nervioso.

Después de soltar a Víctor, el sacerdote apoyó sus manos en el césped para ponerse en pie; Víctor vio que le costaba, por lo que decidió ayudarle.

Una vez levantados, el padre Alfonso volvió a sentarse debajo de los arcos. Estaba cansado después de levantarse del césped, tanto que parecía que sus frágiles rodillas se iban a romper en cualquier momento con la misma facilidad que lo haría el cristal.
La curiosidad de Víctor era aún mayor debido a la reacción de su tío. Interesado por lo que podía contarle, volvió a dirigirse a él:

-¿Puedes contarme algo más sobre el libro?

- “Vitae in mortem” es la traducción en latín de este volumen. – El padre Alfonso hizo una breve pausa. - Fue traducido por varios eruditos a finales del siglo XII d. C. y esta una de las pocas copias hechas a manos del siglo XIV d. C. que conservamos en la Biblioteca Apostólica Vaticana en la actualidad.

-¿Puedo ver el libro?- dijo Víctor.

Con mucha delicadeza, el padre Alfonso puso el libro sombre sus piernas y con la llave de la cadena en su mano, procedió a abrir la cerradura del mecanismo que mantenía el libro cerrado:

-También conocido como el diario de Farah Bennasar, lo que tenemos aquí no es un simple libro Víctor. – dijo mientras habría lentamente el tomo. – Se trata de un diario de medicina.

Víctor se acercó a echar un vistazo. Las viejas páginas del diario se habían deteriorado hasta volverse de color rosado. Estaban desgastadas por el paso del tiempo. Además, emitían un aroma húmedo y bastante desagradable que a Víctor le recordaba al de un pozo o un pantano. A Víctor le llamó la atención el color rojizo de alguna de las páginas. Parecía que los autores habían usado varios tipos de pigmentos para ilustrar las imágenes del diario, pero el rojo era el que más prevalecía. El contenido de aquellas viejas páginas era sin duda extremadamente críptico e ilustrativo. La sección de anatomía humana tenía ilustrados varios órganos como el corazón, los ojos o el cerebro diseccionados para que el lector pudiera ver su interior. Además, en cada una de las hojas había una columna con información en latín sobre estos órganos y su función. Al pasar más páginas, parecía que el libro empezaba a ilustrar no sólo órganos vitales, sino que también dibujos de varios seres humanos decapitados o descuartizados posando en macabras posturas. Los cráneos habían sido dibujados con especial detalle y los esqueletos estaban envueltos en símbolos geométricos. En varias páginas había ilustraciones sobre los músculos donde habían dibujado manos y piernas cortadas con gran detalle. Y casi al final, habían dibujado lo que parecía el sistema de circulación sanguínea con cada una de las venas numeradas.

Para Víctor aquellos manuscritos podían tener un valor económico en el mercado del arte ya que les recordaba a los manuscritos renacentistas de Miguel Ángel. Su curiosidad aún no había sido saciada, y mientras el sacerdote pasaba las páginas, Víctor preguntó:

-Tío, has dicho que el diario de Farah Bennassar se llamaba “Vitae in mortem” o “de la vida en la muerte” ¿Sabes por qué le pusieron ese título?

-Del mismo modo que Cristo ha resucitado verdaderamente de entre los muertos, y que vive para siempre, los justos después de su muerte vivirán para siempre con Cristo resucitado ya que será Él quien los resucitará en el último día. Si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en nosotros, Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos dará también la vida a nuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita también en nosotros.

Las palabras del sacerdote volvieron a no tener sentido para Víctor que estaba empezando a pensar seriamente que podía hacer con aquel libro. Apoyado en una de las columnas del patio con los brazos cruzados, éste comenzó a mover los dedos mientras hacía cuentas mentalmente intentando calcular el precio por el que vendería aquel volumen.

-El término “Vitae” designa al hombre en su condición de debilidad y de mortalidad. “In mortem” significa que, después de la muerte, no habrá solamente vida del alma inmortal, sino que también nuestros “cuerpos mortales” volverán a tener vida. Creemos que éste es un diario de investigación sobre medicina y anatomía que estudia empíricamente el dogma de la resurrección.

Víctor percibió la duda entre las palabras de su tío que parecía no saber exactamente cómo explicarle a su sobrino algunos de los misterios de aquel volumen. Mientras tanto, el sol empezaba a ocultarse a lo lejos y el paisaje del jardín comenzó a adquirir el tono anaranjado del ocaso veraniego. Víctor miró su reloj. Habían pasado sólo quince minutos desde que habían comenzado con su conversación y aún necesitaba saber más cosas sobre aquel diario para poder tasarlo correctamente:


- ¿Qué habéis descubierto hasta ahora sobre el “Vitae in mortem”?

- Según mi investigación, siendo estudiante, Farah utilizaba métodos animistas que tiene como objetivo la unificación del cuerpo-mente y espíritu para curar a sus enfermos. No sabemos quien le enseñó esas prácticas, pero sabemos que más tarde tuvo que viajar a la India para seguir ejerciendo como sanadora. Sabemos que los eruditos que copiaron el diario fueron castigados por matar a 8 personas en un incendio y torturados hasta la muerte por herejía y brujería. Según los registros de la Sagrada Biblioteca, el libro fue catalogado satánico y por tanto cualquier copia debía ser destruida en nombre de Dios. Esta última copia se utilizó como prueba durante el juicio y castigo de los eruditos.

- ¿El diario original estaba escrito en otro idioma?

- ¿Ves estas marcas? - Le dijo enseñándole los extraños símbolos de la portada. – Eso es sánscrito, una lengua tan antigua como el griego micénico. Originalmente se transmitía oralmente y a primera vista parece árabe. Creemos que los eruditos que tradujeron el diario de Farah hablaban sánscrito y que posiblemente serían médicos que trabajaban en secreto traduciendo el diario de Farah. El texto de las páginas está distribuido en columnas cuadriculadas y dentro de esos recuadros el texto están las traducciones en latín, pero son incomprensibles, no tienen sentido.

-También me has dicho que era una copia hecha a mano del siglo XIV d. C. ¿Había más copias como esta?

-Esta es la única copia traducida al latín. Creemos que el diario original traducido al latín se quemó durante el incendio del monasterio de los copistas. También creemos que pudieron existir más copias en otros idiomas.

Los libros con siglos de antigüedad se vendían a cantidades desorbitantes en las casas de subastas, pensó Víctor. Si eran extraños o únicos aún más. Este “Vitae in mortem” parecía ser ambas cosas. Sin embargo, había varios puntos importantes que no le cuadraban y Víctor empezaba a pensar que toda aquella historia no era más que un cuento chino:

- ¿Completaron la traducción?

- No. Sólo quedan fragmentos de la traducción. Mi trabajo es terminar la traducción y descifrar los mensajes de los eruditos para entender el propósito real del “Vitae in mortem” y su autora Farah Bennassar.

- ¿Cómo se hicieron los eruditos con el diario de Farah?

- Es un misterio. Sabemos que Farah viajó a India para estudiar medicina tradicional durante el reinado de Hammurabi, rey de Babilonia, allá por el año 1800 a. C. en Mesopotamia ya que sólo ahí pudo haber aprendido a comunicarse en sánscrito. Su rastro se pierde allí. Los eruditos tradujeron el diario en el siglo XII d. C., 30 siglos más tarde y no sabemos cómo llego a sus manos.

- ¿Y qué pinto yo en todo esto?

El padre Alfonso pasó varias páginas del diario hasta llegar a una con ilustraciones de animales diseccionados. Señaló una de las columnas con la ilustración de una horripilante rata de cloaca sin pelaje. Tenía la garganta y las patas cortada, uno de sus ojos fuera, su piel estaba llena de granos y pústulas además las lombrices parecían estar disfrutando de un gran banquete. Junto a ella había un pequeño recuadro con texto en latín. El sacerdote puso su dedo en el recuadro y le preguntó a Víctor:

- ¿Serias capaz de leerlo?

Víctor dio un fuerte suspiro, se levantó y puso sus brazos delante de su tío. El sacerdote, había estado sujetado el diario todo ese tiempo y sus brazos estaban cansados de seguir portándolo. Con suma delicadeza, Víctor agarró el Vitae in mortem de las manos de su tío y lo analizó meticulosamente. Ahora con el libro en sus manos fue consciente del gran peso que había estado llevando hasta entonces su tío. Posiblemente pesaba más de cuatro kilos por todos los mecanismos metálicos, pero a él no le temblaban las manos. El tacto del cuero en sus manos le parecía especialmente agradable a pesar del desagradable olor a humedad que desprendían las páginas. Los bordes de la página seguían siendo afilados a pesar del paso del tiempo y el papel antiguo tenía un tacto arenoso y áspero.

- Ahem... Vedere... Cuando una rata toca cualquier parte del cuerpo humano con sus uñas, dientes, que previamente se han untado con su semen, enviciará la sangre humana. Esto dará lugar a la aparición de manchas circulares en la piel, erupciones, nodos, hinchazones, granos, pústulas, infecciones de la piel, dificultad para respirar, anemia, aversión a los alimentos, fiebre, escalofríos, horripilación, dolor en las articulaciones, dolor corporal extremo, convulsiones epilépticas y tumores cancerosos.

Ambos se quedaron en silencio durante varios segundos:

- ¡Pero qué asco! – Dijo Víctor totalmente disgustado.

- ¡Devuélvemelo inmediatamente joven! – Dijo el padre Alfonso repentinamente.

Víctor cerró el libro asustado y se lo devolvió.

-Escúchame bien Don Víctor Manuel Giovanni de la Vega, la familia no ha de saber nada de lo que ha ocurrido aquí ¿me has entendido? Toma. – Le dijo mientras soltaba la llave de la cadena. -Esta es la llave que abre la cerradura del Vitae in mortem. Llévala siempre contigo y por el amor de Dios y todos sus ángeles, no la pierdas. Jamás. - Enfatizó. - Dentro de unos años me pondré en contacto contigo. Hasta entonces se paciente y muestra gran discernimiento. – Dijo mientras guardaba el Vitae in mortem.

El sacerdote se levantó lentamente. Con cada movimiento que hacía los huesos le crujían cada vez más con fuerza. Víctor pensó que no le quedarían muchos años más de vida asique no sería mala idea ayudarle a salir de la mezquita. Una Vez fuera de la mezquita, Víctor dio dos besos a su tío y con una despreocupada sonrisa el Padre Alfonso le dijo a Víctor:

- Buena suerte, Víctor, y que Dios proteja tu espíritu.

- Arrivederla tío Alfonso, que tenga un buen regreso a España.

Una vez a solas, Víctor miró la llave con atención. Era pequeña, de unos cuatro centímetros, hecha en cobre bañado en oro. Pesaba poco y no era muy gruesa. Había aguantado bastante bien el paso del tiempo para ser tan antigua. En su empuñadura había varias ilustraciones. En la cara frontal de la medalla había un personaje sujetando con su mano derecha una cruz y con la otra un libro. Este personaje estaba rodeado por un círculo o un aro y alrededor del circulo ponía en latín: “A la hora de nuestra muerte seamos protegidos por su presencia”. En el reverso del medallón había una cruz medieval y varias letras y figuras rodeaban el medallón. El brazo de la llave era diminuto. Habían grabado el número ocho en él. Visto desde otra perspectiva podía simbolizar el infinito. El mástil parecía un poco más desgastado que el resto de la llave. Por último, la paleta fue también grabada con una muesca de una pequeña cruz.

Estaba disgustado e indignado. No era lo que se esperaba como regalo de cumpleaños. Serio y cabizbajo, Víctor apretó su puño con fuerza, sujetó la llave con firmeza, arqueo su brazo hacia atrás y… Un escalofrío… Un fuerte escalofrió recorrió su espalda. Instintivamente Víctor giró su cuerpo. “¿Qué ha sido eso?” pensó nervioso.

La llave, que una vez estuvo en su mano, había desaparecido misteriosamente. Víctor inclinó sus hombros. No le importaba. Aquella noche lo único que le importaba era embarcarse en las trepidantes apuestas del gran casino Montecarlo, bailar con las italianas más hermosas de todo Palermo y emborracharse hasta el amanecer. Aquella noche se sentía con suerte e iba a repartir diversión y locura allá donde fuera. Su gran noche sólo acababa de empezar y la suerte estaba ahí fuera esperándolo con los brazos y las piernas abiertas.


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Su memoria comenzó a disiparse de nuevo y en lo que dura un parpadeo Don Vitto volvió a la dura realidad dejando atrás aquello buenos recuerdos de su vida en Palermo. Las cenizas de su puro cayeron encima del tablero de Señor Gutiérrez mientras el sonido del disparo recorría todas las salas del museo.

Don Vitto sabía lo que había ocurrido y estaba cabreado.

El hombre que tenía delante de él era un déspota sin agallas que psicoanalizaba indiscriminadamente a cualquiera con la intención de dañar su ego y aprovecharse de sus debilidades. Cómo una araña, consiguió atraerlo a su guarida, inyectarle su veneno y ahora esperaba a que su víctima dejara de luchar para poder devorarlo. Su grosería sólo denotaba desesperación y sus palabras eran las de un sociópata sin escrúpulos. Le recordaba un poco a él.

Don Vitto sacó otro puro y lo encendió.

Con su declaración, Don Vitto había confirmado sus sospechas, pero sobre todo pudo entender un poco más a la competencia. Don Vitto tenía que seguir firme con su postura, pero el Señor Gutiérrez no se andaba con tonterías. Tenía que pensar rápido. Vender su alma al diablo por un libro y la seguridad de su familia o cabrearlo y acabar en su punto de mira. Su convicción tenía que ser fuerte. Seguro de sí mismo, Don Vitto exhaló y expulsó el repulsivo humo de su boca generando una gran nube de humo delante del Señor Gutiérrez:

- ¿Qué quiere hacer negocios conmigo? - le preguntó. - Entonces hablemos seriamente de negocios. – dijo sonriente - Es muy sencillo: Siga provocándome y todas las reservas de mi familia para su “operación” serán lanzadas por la borda; Vuelva a herir a uno de nosotros directa o indirectamente y por mi apellido que la vendetta de la mafia siciliana caerá sobre usted a la velocidad de un fulminante rayo de sol ¿Capisci? – dijo con tono amenazante.

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Re: 02. UNA NOCHE EN EL MUSEO

#15

Mensaje por Endimion1 » 12 Sep 2021, 12:01

Don Pedro Gutiérrez de la Ensenada se mantuvo serio y con la mirada clavada en el nigromante mientras éste lanzaba su "desafío". Sin duda aquella había sido una jugada arriesgada, pero al mismo tiempo denotaba el valor y convicción propios de un hombre de negocios, sobre todo si los negocios que trataba eran tan oscuros y sórdidos como los que Don Vitto acostumbraba a regentar.

Sin cambiar un ápice la expresión de su rostro el director del museo comenzó a retirar el libro del alcance del Giovanni, al tiempo que volvía a resguardarlo con mimo en la tela para protegerlo.

-Tengo la impresión de que, por hoy, ya hemos tenido suficiente señor de la Vega. -dijo con tono serio el anfitrión de Don Vitto. Está claro que nuestra visión de qué debe de ser una conversación de negocios es diametralmente distinta. No obstante, y como le dije anteriormente, mis "amigos" y yo estamos muy interesados en tratar con usted pero tenga en cuenta que no son la única opción que tenemos. Si bien es cierto que lo que usted nos puede llegar a ofrecer es más beneficioso para nuestros negocios también lo es el hecho de que existen otros "posibles candidatos" para satisfacer nuestras necesidades.

Don Pedro guardó silencio durante unos instantes, al tiempo que tomaba un sorbo de su copa mientras dedicaba una escrutadora mirada a su invitado.

-Según tengo entendido su antiguo patrón tiene su residencia en Granada, a poco menos de una hora de aquí. -repuso con un tono sibilino. Es cierto que, actualmente, trabaja para nuestros "rivales" pero, ¿Quién sabe?, quizá ofreciéndole lo que le hemos ofrecido a usted esté dispuesto a cambiar de bando. Al fin y al cabo, por muy unidos que ustedes crean que están y por mucho poder que aparenten atesorar, no dejan de ser aquello de lo que tanto se enorgullecen, una Familia. Una que, como todas, tienen sus propias rencillas, bandos y problemas. Un nido de serpientes que atesoran las ansias de poder que nos son propias a todos los de nuestra condición y que no dudarán en "arrimarse al fuego que más calienta", por irónica que suene la expresión, cuando la ocasión se lo permita. Usted cree que somos débiles, que el encontrarnos en territorio enemigo nos hace vulnerables, pero lo cierto es que tenemos los recursos y el respaldo de las más altas esferas de una "corporación" que extiende sus tentáculos por todos y cada uno de los ámbitos de la sociedad mortal, con una influencia que, ni usted mismo en sus mejores sueños, es capaz de imaginar.

El director del museo volvió a dar otro trago a su copa hasta terminarla para, seguidamente, tomar su teléfono y enviar un mensaje. Seguidamente se puso en pie y se situó junta al Giovanni.

-Ahora, y si es tan amable, le invito a que abandone mi dominio. -dijo con una voz suave y conciliadora acompañada por un gesto que invitaba a Don Vitto a partir. Mi oferta y la puerta de mi casa estarán abiertas para usted, al menos de momento, pero tenga en cuenta que no sé cuanto tiempo podré mantenerla así. Como ya le he expresado tengo una preferencia con usted para hacer negocios antes que por cualquier otro. Ha demostrado tener la convicción y agallas que ando buscando en un socio pero, como comprenderá, no estoy dispuesto a someterme ante usted y su familia solamente para cerrar un acuerdo comercial. Como muestra de buena voluntad he dispuesto que, si lo desea, su "amigo" sea atendido en el Hospital San Juan de Dios, una clínica privada situada en esta misma calle a unos 50 metros de aquí, en la cera de enfrente. Simplemente acérquese por allí con "el enfermo" y pregunte por el Dr. García Remón, el les atenderá como se merecen. Y recuerde señor de la Vega, existen más miembros de la estirpe en la cuidad y, tal y como le he prevenido antes, puede que estos no sean tan "amables" como lo he sido yo con usted...

La pelota, como si de un partido de pádel se tratara, estaba de nuevo en lado de la pista del nigromante y ahora le tocaba a él decidir que hacer con ella...

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