[Escenario] Kiev Nocturno
Publicado: 21 Mar 2021, 14:11
KIEV NOCTURNO
Por Magus
HISTORIA
LA FUNDACIÓN Y LA EDAD MEDIA
La Historia de Kiev, la capital de Ucrania y la ciudad más grande del país se remonta hasta el período Neolítico, cuando surgieron las primeras comunidades humanas a lo largo del río Dniéper. En el siglo II a.C. ya existía un floreciente asentamiento eslavo, que aprovechaba la riqueza agrícola y minera de la zona.
La fecha exacta de la fundación de Kiev se desconoce, aunque tradicionalmente se sitúa en el año 482. Según una leyenda la ciudad fue fundada por Kyi, el príncipe de la tribu eslava oriental de los polianos, junto con sus hermanos menores Schek y Khoryv y su hermana Lybid. La traducción del nombre de Kiev es “la propiedad de Kyi”.
La estratégica situación de Kiev también la situó en medio de la ruta de las hordas de pueblos que se dirigían hacia Occidente: búlgaros, hunos, ávaros, magiares…todos atravesaron las tierras de Kiev hacia los territorios del centro de Europa.
No está claro cuándo Kiev fue conquistada por el reino de los kázaros, y algunos historiadores modernos creen que podrían haber sido los verdaderos fundadores de la ciudad, pero en la Crónica de Néstor, un monje de Kiev del siglo XII, se menciona que los eslavos de Kiev pagaban tributo a los kázaros, posiblemente desde el siglo VIII. La colina-fortaleza de Sambat fue construida para proteger la zona.
La ciudad se convirtió en una parada comercial para las rutas de caravanas procedentes de Asia Central y una parte del “camino de los varegos”, la ruta comercial que recorrían los vikingos en sus viajes para comerciar con Bizancio o atacar sus territorios. Los comerciantes varegos utilizaban el río Dniéper para transportar sus mercancías y botines.
Oleg, el sucesor y primo lejano del príncipe Rurik de Novgorod, conquistó Smolensko y Kiev en el año 882. Según la leyenda, acudió llamado por los propios eslavos para que los librara de los kázaros. El príncipe Oleg proclamó Kiev su nueva capital y “madre de todas las ciudades de los rus (varegos)”. Así nació el reino de Kiev o Kievan Rus.
Los varegos eran escasos en número y adoptaron rápidamente muchas costumbres eslavas, mezclándose con el pueblo que gobernaban. Los Grandes Príncipes de Kiev obtuvieron la primacía sobre otros nobles de la zona y el trono de Kiev se convirtió en un preciado trofeo para las rivalidades de la dinastía de Rurik.
Oleg murió en el año 912, víctima de la mordedura de una serpiente, y fue sucedido por el hijo de Rurik, el príncipe Igor, un hombre orgulloso y avaricioso, que fracasó en una incursión contra Constantinopla en el año 941, pero consiguió establecer relaciones comerciales con Bizancio y abrió su principado a la influencia cristiana. Murió en el año 944 luchando contra los drevlianianos, una tribu pagana. La viuda de Igor, la princesa Olga de Pskov, reinó en el nombre de su nieto Sviatoslav hasta que alcanzó la madurez en el año 962. El príncipe Sviatoslav consiguió dominar las rutas comerciales de los varegos y destruyó el kanato de los kázaros en el año 969 y el reino de los búlgaros en el 971, tras lo que entró en guerra contra los bizantinos, cuyos aliados, los pechenegos, le obligaron a regresar a Kiev, para levantar el asedio al que estaba siendo sometida la ciudad. En el año 972 intentó de nuevo atacar Constantinopla, pero búlgaros y bizantinos se habían unido contra él y lo obligaron a rendirse. En su retirada fue emboscado por los pechenegos, que lo mataron. El khan de los pechenegos convirtió el cráneo del príncipe de Kiev en una copa.
En el año 980 subió al trono de Kiev el príncipe Vladimir, de nacimiento ilegítimo, pero que gracias al apoyo de mercenarios varegos y tras la eliminación de sus hermanastros Iaropolk y Oleg consiguió tomar el poder. Durante su reinado fortaleció las relaciones con el Imperio Bizantino y en el año 988 los residentes de Kiev se bautizaron en masa en el río Dniéper, simbolizando la cristianización del reino. De esta forma la ciudad se convirtió en la sede de un Arzobispo metropolitano con gran influencia de Constantinopla.
A la muerte de Vladimir I “el Santo” en el año 1015, estalló una guerra civil entre sus hijos. Uno de ellos, Sviatopolk “el Maldito”, asesinó a sus hermanos Boris y Gleb, que serían canonizados como mártires. Sviatopolk sería a su vez derrocado en 1019 por otro de sus hermanos, el príncipe Yaroslav el Sabio, que fomentó la cultura y la educación en su reino, llevándolo a una edad de oro. Comenzó la construcción de la Catedral de Santa Sofía en el año 1037 y recopiló y puso en práctica un código legal conocido como la Russkaya Pravda (“La verdad de los Rus”), erigiendo la Puerta Dorada de Kiev. En el año 1051 se construyó en las colinas al sur de la ciudad el Monasterio de las Cuevas, que acabaría convirtiéndose en el centro religioso más importante del país. Los artesanos de Kiev eran conocidos por su trabajo y la ciudad se convirtió en una de las más sofisticadas y ricas de Europa.
Sin embargo, el clima político no era estable. La región era un escenario eterno de la guerra entre los numerosos príncipes y boyardos que reclamaban tierras. Según el sistema de sucesión eslavo, a los hermanos mayores les correspondía la mayor parte de la herencia, pero los demás hijos no estaban de acuerdo con esta desigualdad. En lugar de esperar a la muerte de su hermano mayor para heredar su riqueza, los herederos más jóvenes comenzaron a urdir asesinatos, unirse contra sus hermanos mayores y librar batallas para provocar la caída de los gobernantes.
Yaroslav murió asesinado en el año 1054, y en los años siguientes los príncipes de su dinastía se enfrentaron entre sí debilitando la influencia política del reino y creando varios pequeños principados. Ante su desesperada situación los habitantes de Kiev pidieron ayuda a Vladimir II Monómaco, descendiente de Yaroslav, y príncipe de Pereyaslav en el año 1113 para que les gobernara. La alianza entre Kiev y Pereyaslav resultó fructífera. A la muerte de Vladimir II en el año 1125 le sucedió su único hijo, Mstislav.
Mstislav y sus hijos Vselovod y Iaropolk consiguieron someter otros principados rusos pero su reinado fue demasiado breve y la amenaza de los nómadas cumanos y de las familias de príncipes rivales era demasiado poderosa. A la muerte de Iaropolk en 1139 la unidad alcanzada por Kiev se derrumbó de nuevo. Desde entonces ningún príncipe de Kiev pudo llamarse con propiedad Gran Príncipe. Otras familias rivales disputaban continuamente su supremacía.
En una de esas guerras dinásticas, Kiev fue saqueada en el año 1169 por las tropas de Andrei I Bogolyubsky, príncipe de Vladimir-Suzdal. El conquistador saqueó todo lo de valor que pudo llevarse y regresó a su capital, en el norte. Unas décadas después, en 1203, los cumanos, aliados con el príncipe Rurik Rotislavich, volvieron a saquear la ciudad.
Kiev quedó en ruinas, con sus puertas derribadas y las casas convertidas en cenizas. La gente trató de reconstruir la ciudad, pero nadie gobernaba salvo por la fuerza de las armas. En esta situación debilitada, la ciudad no pudo resistir la nueva invasión de los mongoles, que de nuevo redujeron la ciudad a cenizas el 6 de diciembre del año 1240.
Desde su fundación el pueblo de Kiev entró en contacto con siniestras fuerzas. Feroces vampiros del clan Gangrel acechaban en los bosques del Dniéper, muchos evitando el contacto con los mortales, pero otros convirtiendo en sus presas a los viajeros incautos. En los yermos manadas de vampiros Nosferatu, descendientes de la bruja Baba Yaga, hacían desaparecer caravanas enteras, y los tiranos Tzimisce, atraídos por la riqueza de la región escogieron a algunos nativos para crear familias de servidores o concederles el Abrazo.
Los celos entre las manadas rivales de Lupinos y las frecuentes incursiones de los vampiros Tzimisce también se cobraron su precio. Era frecuente que los Tzimisce rivales “adoptasen” ciudades o principados como protectorados propios, desatando toda su furia y poder contra los asentamientos enemigos, aterrorizando a la población, cometiendo atrocidades y dejando a su paso grotescos “trofeos”, saqueando todo lo posible.
Las evidencias de lo sobrenatural asustaban a la población. Algunos campesinos hablaban de demonios de ojos rojos volando en la noche. Otros susurraban que los hijos de la bruja se estaban vengando: de hecho, los descendientes de Baba Yaga hacían desaparecer con misteriosa frecuencia a mortales, Lupinos y Cainitas.
Entre los primeros vampiros que habitaban la zona destaca Darvag el Terrible, un Tzimisce que había sido Abrazado entre la nobleza pagana del territorio y que había sido bautizado a la fuerza durante el reinado de Yaroslav el Sabio. Durante más de un siglo merodeó en torno a Kiev, asegurándose de reclamar el territorio e imponer su dominio sobre el resto de los Cainitas. Desapareció cuando los mongoles conquistaron la ciudad en 1240, destruyendo o poniendo en fuga a la mayor parte de los vampiros de la ciudad.
CAÍDA Y RESURRECCIÓN DE KIEV
Tras la invasión y destrucción por parte de los mongoles en 1240, Kiev pasó a depender del principado ruso de Halych-Volynia, manteniendo una situación de incertidumbre e inestabilidad hasta la batalla del río Irpen en 1321, en la que la ciudad fue conquistada por Lituania, e incorporada a su Gran Ducado tras la victoria de la batalla de las Aguas Azules (1362). Primero Kiev fue convertido en ducado y después en voivodato en 1471, convirtiéndose Martynas Goštautas en el primer voivoda de Kiev; su nombramiento fue recibido con hostilidad por los habitantes locales.
Durante los siglos XIV y XV Kiev fue atacada frecuentemente por los tártaros de Crimea, que destruyeron de nuevo la ciudad en 1482. Kiev perdió su importancia política, aunque conservaba cierto prestigio religioso al ser la sede del Arzobispo metropolitano ortodoxo, con preeminencia sobre la mayoría de obispos rusos. Sin embargo, su importancia religiosa también comenzó a ser atacada a partir de la creación de un obispado católico en Kiev en 1320 y sobre todo a partir de la Unión de Lublín en 1569, cuando Polonia y Lituania formaron un reino unificado y fomentaron el catolicismo en todos sus territorios. En 1596 en Brest-Litovsk, una asamblea del clero ortodoxo proclamó la unión de la Iglesia de Kiev con la iglesia católica, a pesar de la oposición de otros obispos. La Iglesia Uniata así formada reconocía la autoridad del Papa de Roma, aunque conservaba su rito bizantino. Sin embargo, la reacción de los ortodoxos no se hizo esperar y hacia 1620 el Patriarca de Constantinopla consagró un nuevo Arzobispo de Kiev y varios obispos ortodoxos, que el rey de Polonia se vio obligado a reconocer paralelamente a la Iglesia Uniata.
En el año 1632 el Arzobispo Petro Mohyla fundó una academia en Kiev orientada a preservar y fomentar la cultura ucraniana y la religión ortodoxa contra la opresión polaca y católica. A pesar de ser una institución religiosa, la academia proporcionaba una enseñanza académica secular, incluyendo enseñanza multilingüe, y se convirtió en un importante centro educativo.
Los cosacos de Bogdan Khmelnytsky conquistaron Kiev en 1648 tras su alzamiento contra la corona polaca, aunque su presencia tuvo breve duración, ya que debido al contraataque de los polacos, Khmelnytsky y sus seguidores tuvieron que ponerse bajo la protección del zar de Rusia, que incorporó la ciudad a sus dominios por el Tratado de Andrusovo de 1667. La autonomía del voivodato de Kiev fue progresivamente reducida hasta su abolición en 1775 por la emperatriz Catalina II de Rusia.
Tras la desaparición de Darvag Grozny y de gran parte de los Cainitas de Kiev, que fueron destruidos o huyeron ante el avance de los mongoles, la ciudad se convirtió en el campo de batalla de varios voivodas Tzimisce ucranianos, rusos, lituanos y polacos. Durante el período de gobierno lituano el Voivoda Vytautas el Desollador se hizo con el dominio de la ciudad, consiguiendo rechazar a otros aspirantes al trono, pero fue asesinado en 1482 por varios Assamitas que acompañaban a los tártaros que saquearon Kiev. Durante un tiempo pareció que los Assamitas del Khanato de Crimea se harían con el poder pero hacia 1504, como muestra de su alianza con el Sabbat, los Assamitas de Crimea cedieron Kiev al Arzobispo Kyrill, del clan Tzimisce, y a su cofradía.
Sin embargo, a pesar de la alianza entre el Sabbat de Kiev y los antitribu Assamitas de Crimea, el nuevo gobierno no fue pacífico. Durante el siglo XVI la Camarilla comenzó a atacar la ciudad de forma indirecta, reduciendo su importancia política e infiltrando sus agentes en el gobierno de la ciudad. El Arzobispo Kyrill fue destruido en 1590, durante el incendio de su refugio, y fue sucedido por uno de sus chiquillos, Vladimir Obertus, un erudito de la secta que participó en la creación de las Sendas de Iluminación de la Espada de Caín.
La erudición de Vladimir no era defensa frente a los renovados ataques de la Camarilla. El antiguo Milov Petrenkov, uno de los fundadores de la secta, comenzó a hostigar a los Cainitas de Kiev, Abrazando progenie entre los cosacos de las estepas y aliándose con otros clanes como los Nosferatu locales. En el año 1648 Milov y sus aliados conquistaron el dominio de Kiev, destruyendo a los Cainitas de la ciudad y poniéndolos en fuga. Fue elegido príncipe Alexis Borisovich, del clan Gangrel, pero apenas un año después era asesinado en su refugio, una advertencia del Sabbat de que todavía no habían sido derrotados.
Milov Petrenkov permaneció durante algunos años en Kiev para consolidar el dominio, pero finalmente se marchó para continuar la guerra contra el Sabbat en Crimea, que todavía se atrincheraba en las ciudades y puertos del Mar Negro. Durante un tiempo gobernó en la ciudad una alianza formada por los clanes Brujah, Gangrel y Nosferatu, y aunque se produjeron tensiones sobre quién debía ser elegido Príncipe de Kiev e incluso algunos incidentes, finalmente llegaron a un acuerdo. En 1667 eligieron un candidato neutral, Mikhail Basmanov, un noble Ventrue de apenas unas décadas de edad y procedente de Moscú. Los tres Primogénitos que lo habían elegido consideraron que habían elegido un candidato adecuado y que podrían manipularlo fácilmente manteniendo el verdadero poder en sus manos.
El Príncipe Mikhail cumplió las expectativas de sus valedores. Cuando miembros de otros clanes o incluso de su propio clan se oponían a él, los Primogénitos Brujah, Gangrel y Nosferatu acudían rápidamente en su apoyo. La debilidad del Príncipe de Kiev pronto resultó evidente, y algunos Vástagos lo daban de lado prefiriendo tratar de forma directa con los Primogénitos que le apoyaban.
DEL SIGLO XIX A LA REVOLUCIÓN DE 1917
Kiev se benefició de las medidas modernizadoras de los zares rusos. Desde finales del siglo XVIII y hasta finales del siglo XIX, la vida de la ciudad estuvo dominada por los militares y eclesiásticos. Las instituciones de la Iglesia Ortodoxa Rusa, organizadas en torno al Arzobispado, eran una parte significativa de la estructura económica y comercial de Kiev. En 1834 se fundó la universidad de San Vladimir, que se convertiría en una de las principales instituciones académicas de Ucrania. En la década de 1840 el historiador Nicolai Kostomarov fundó la sociedad secreta de la Hermandad de San Cirilo y San Metodio, con el objetivo de crear una federación de pueblos eslavos libres y terminar con el autoritarismo del imperio ruso. Esta sociedad fue pronto descubierta y suprimida por las autoridades.
Durante la revolución industrial rusa de finales del siglo XIX, Kiev se transformó en un importante centro de transportes y comercio del Imperio Ruso, especializándose en la exportación de azúcar y cereales a través de las rutas del río Dniéper. Hacia el año 1900 la ciudad se había convertido en un importante centro industrial, con una población de más de 250.000 habitantes. Se extendieron las estructuras ferroviarias, se fundaron numerosos centros educativos y culturales y se construyeron monumentos arquitectónicos.
Aparte de los rusos, durante esta época surgió una importante comunidad judía en Kiev, a menudo huyendo de las persecuciones en el campo o simplemente buscando mejores oportunidades económicas. El propio gobierno ruso fomentó la creación de asentamientos judíos, aunque limitándolos a determinados distritos. Se produjeron breves tensiones y enfrentamientos, siendo el más destacado el pogromo de 1905, en el murieron casi 100 judíos.
Durante el siglo XIX el gobierno ruso intensificó el proceso de “rusificación”, fomentando la inmigración rusa y de otras zonas del imperio, limitando las actividades ucranianas mediante leyes administrativas, de tal forma que a principios del siglo XX la mayor parte de la administración y control económico de la ciudad de Kiev se encontraba en manos de rusos o rusohablantes y la cultura popular ucraniana se convirtió en gran medida en patrimonio de las clases bajas y la nobleza tradicionalista.
Iván Adashev, el Primogénito Brujah de Kiev, murió en 1802, cuando su refugio, una vieja mansión medieval, se derrumbó de forma repentina y quedó expuesto a la luz del sol. En principio sus compañeros Gangrel y Nosferatu sospecharon que se había tratado de un asesinato, pero sus agentes fueron incapaces de encontrar pruebas y todo señalaba a que se había tratado de un accidente fortuito. Ante la ausencia de un líder fuerte, los Brujah de Kiev comenzaron a disputar entre sí por ocupar un puesto en la Primogenitura y finalmente eligieron un candidato, que fue rechazado. Ante la amenaza de desestabilización en su dominio, el Príncipe de Kiev actuó de intermediario entre los Brujah y el resto de la Primogenitura, y finalmente se alcanzó un acuerdo intermedio. María Grigorenka, una candidata aparentemente neutral, ocupó ese lugar. Años después se supo que en secreto era amante del Príncipe Mikhail y en 1815 oficializaron su unión ante los Vástagos de Kiev mediante un matrimonio.
Los Primogénitos Gangrel y Nosferatu se sintieron preocupados ante la perspectiva de que el Príncipe estuviera actuando en secreto a sus espaldas. Sin embargo, hacia 1820 el antiguo Milov Petrenkov, su principal apoyo en la Camarilla, desapareció misteriosamente en algún lugar de las estepas rusas. Privados de su aliado decidieron buscar una forma de incrementar su poder en Kiev y su control sobre el Príncipe Mikhail, que cada vez actuaba de forma más independiente. Hacia 1830 habían decidido derrocarlo mediante una conspiración que situaría como Príncipe de Kiev a un candidato Gangrel o Nosferatu.
Sin embargo, el Príncipe Mikhail no había perdido el tiempo y se les había adelantado. A través de su sire, el antiguo Bulscu, había contactado con el Justicar Ventrue y lo convenció de que convocara un Cónclave en Kiev. El Justicar Demócrito apareció de improviso y de inmediato sus arcontes revelaron la conspiración de los Primogénitos Gangrel y Nosferatu para derrocar al Príncipe y presentaron pruebas de que habían contactado con varios asesinos del clan Assamita. Ante las evidencias halladas, el Justicar ordenó la ejecución de los dos Primogénitos y amonestó a varios conspiradores por poner sus intereses por encima del bienestar de la ciudad. El Príncipe Mikhail había conquistado el poder que le pertenecía.
Durante el resto del siglo XIX el Príncipe de Kiev se dedicó a fomentar la expansión de su dominio y al mismo tiempo invitó a nuevos aliados a la ciudad. Los clanes Brujah, Malkavian y Tremere se convirtieron en sus principales apoyos, junto con su propia progenie, que comenzó a infiltrar en las principales instituciones ucranianas. Varios Gangrel y Nosferatu, tras la caída de sus Primogénitos, decidieron exiliarse para evitar posibles represalias.
Sin embargo, uno de los apoyos del Príncipe era demasiado inestable. Aunque la portavoz del clan Brujah, María Grigorenka, era la esposa del Príncipe Mikhail y a menudo mediaba entre las disputas entre su linaje, algunos miembros del clan estaban descontentos con la situación y consideraban que María era una “vendida”. Entre ellos se encontraban algunos Brujah judíos y de ideales anarquistas que buscaron apoyos para “corregir” una situación que les resultaba incómoda.
A comienzos del siglo XX aparecieron señales de descontento. Varios Brujah anarquistas se habían infiltrado en Kiev en secreto, y el clan se encontraba dividido entre los partidarios y los detractores del Príncipe. En principio Mikhail Basmanov pensó que esta situación le beneficiaba, ya que en su dominio los Brujah eran un clan muy numeroso, y su división favorecía su debilidad, pero en realidad resultaría la causa de su caída.
INDEPENDENCIA Y GUERRA CIVIL
El Imperio Ruso se enfrentó a diversos tumultos a principios del siglo XX, sobre todo tras la derrota ante Japón en 1905 y el desastroso resultado de la Primera Guerra Mundial, que provocó la pérdida de numerosos territorios, y el estallido en 1917 de una revolución social que provocaría la caída de la monarquía rusa y el ascenso de los bolcheviques al poder. Desde 1908 se había formado en Ucrania la Sociedad de Ucranianos Progresistas, que trataban de conseguir mediante cauces legales el reconocimiento de los derechos de los ucranianos y un estatuto de autonomía.
En Kiev los cambios del Imperio Ruso se vivieron con gran expectación, sobre todo por parte de los movimientos nacionalistas locales, que aguardaban la oportunidad de aprovechar la debilidad del gobierno central de San Petersburgo para actuar. En 1917 la Rada Central Ucraniana, una institución de autogobierno encabezada por el historiador Mykhailo Hrushevsky, fue establecida en Kiev, declarando la independencia el 20 de noviembre como República Democrática de Ucrania. Durante este período Kiev aprovechó su independencia para recuperar su autonomía política y cultural, fundando la Academia de las Ciencias, teatros y bibliotecas ucranianos.
Sin embargo, los ucranianos pronto se vieron desbordados por la revolución bolchevique. Aunque en principio los bolcheviques ucranianos colaboraron en el nuevo gobierno pronto terminarían renunciando y fundaron el 25 de diciembre una República Popular de Ucrania en Jarkov. En enero de 1918 atacaron Kiev. En respuesta, los ejércitos alemanes y austriacos rompieron las negociaciones de paz con el gobierno bolchevique de San Petersburgo y ocuparon Kiev en marzo. Sin embargo, tras la derrota en la Primera Guerra Mundial se retiraron a finales de año.
El país se convirtió en un campo de enfrentamiento entre ucranianos, polacos y rusos. Como en tiempos de los cosacos bandas de jinetes y soldados rivales causaron estragos por todas partes, multiplicándose las incursiones y traiciones. Los pillajes y matanzas fueron incontables. Kiev cambió de manos en nueve ocasiones desde la independencia de Ucrania hasta que los bolcheviques tomaron definitivamente el control en 1920, constituyendo la República Socialista Soviética de Ucrania el 30 de diciembre de 1922 dentro de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y trasladando la capital ucraniana a Jarkov. Sin embargo, Kiev siguió siendo un importante centro industrial y económico que continuó su crecimiento, incorporando a la ciudad en 1927 las zonas suburbanas de Darnytsia, Lanka, Chokolivka y Nikolska slobidka.
El descontento entre los Brujah de Kiev se incrementó durante las primeras décadas del siglo XX. Aunque algunas de sus demandas fueron satisfechas, en 1912 una cuadrilla de neonatos de diversos clanes y de inspiración anarquista irrumpieron en una de las reuniones del Príncipe Mikhail. Fueron rápidamente detenidos y ejecutados sin consultar a la Primogenitura, y los anarquistas los consideraron mártires de su causa. Apenas un año después el Príncipe sufría un atentado con bomba del que salió ileso, no así su esposa María Grigorenka, que resultó destruida.
El Príncipe comenzó a hostigar a los anarquistas, iniciando un sangriento período en el que muchos Vástagos anarquistas o simpatizantes fueron perseguidos y destruidos. Ante la clara inestabilidad del Príncipe los demás Vástagos de Kiev comenzaron a pensar en deponerle. En 1915, a medida que los Imperios Centrales invadían Rusia, la Primogenitura realizó una reunión de emergencia y nombró un nuevo Príncipe en la figura de Karol Kalusowski, el Primogénito Toreador. Comenzó una guerra entre los partidarios del Príncipe Mikhail Basmanov y los de Karol Kalusowski, que se complicó con la repentina aparición del Sabbat.
Karol Kalusowski fue asesinado por una manada de la Mano Negra y Kiev estuvo a punto de caer en manos del Sabbat de no haber sido por la llegada de Alexander von Frauenfeld, del clan Ventrue, un enviado de Gustav Breidenstein, el Príncipe de Berlín, que acompañaba a los ejércitos alemanes. Los Vástagos de Kiev acudieron a él en busca de protección y con su ayuda y la de varios arcontes, los Cainitas fueron destruidos o expulsados de Kiev.
El gobierno del Príncipe Alexander fue breve. Apenas unos años después, junto con los ejércitos bolcheviques llegó Siegfried, un enviado del autoproclamado “Consejo Brujah de Rusia”. Siegfried destruyó al Príncipe Alexander y restituyó en el dominio de Kiev al Príncipe Mikhail, aunque se trataba de una posición meramente nominal, ya que las posiciones de poder quedaron en manos de Siegfried y sus partidarios.
Estalló una guerra civil entre los vampiros bolcheviques, mayoritariamente Brujah y Gangrel y los demás Vástagos de Kiev. Finalmente la facción de Siegfried terminó por imponerse. El Príncipe Mikhail Basmanov se suicidó bajo los rayos del sol, amargado por la pérdida de su esposa y negándose a convertirse en un títere de los bolcheviques. Siegfried reaccionó con pragmatismo y situó en el poder a uno de sus chiquillos, Vladislav Lermontov. Aunque adoptó el título de “Consejero de Ucrania”, a nadie se le escapaba el hecho de que simplemente era el nuevo Príncipe.
ENTREGUERRAS
Entre 1932-1933 la ciudad de Kiev al igual que gran parte de Ucrania, sufrió el Holodomor, un período de hambrunas provocado por las confiscaciones forzosas y colectivización de la propiedad que ocasionó la muerte de miles de ucranianos por desnutrición y frío. El pan y otros productos alimenticios fueron distribuidos a los trabajadores con tarjetas de racionamiento.
En 1934 la capital de la República Socialista Soviética de Ucrania fue trasladada de nuevo a Kiev. Muchos monumentos e iglesias habían sido destruidos durante los primeros años de ocupación bolchevique, pero al convertirse Kiev en capital los nuevos gobernantes decidieron comenzar un proceso de “socialización” para cambiar el paisaje de la ciudad, confiscando y destruyendo muchas iglesias y edificios históricos, como la Catedral de San Miguel.
La población de la ciudad continuó incrementándose con la llegada de nuevos emigrantes que cambiaron la composición demográfica de la ciudad. Mientras a principios del siglo XX la población rusa y ucraniana de Kiev era de tamaño similar, con la llegada de campesinos arruinados y hambrientos de las zonas rurales Kiev se convirtió en una ciudad mayoritariamente ucraniana, aunque el ruso siguió siendo el idioma predominante.
La política soviética en teoría animaba a los ucranianos a desarrollar su cultura, pero el régimen soviético pronto inició una dura represión de las libertades políticas, la autonomía ucraniana y la religión. Desde la llegada de Iosif Stalin al poder en el gobierno central de la URSS se produjeron varias purgas políticas de “nacionalistas ucranianos”, “espías occidentales” y posibles oponentes al gobierno soviético. Se destruyeron o vandalizaron numerosas iglesias y los eclesiásticos fueron perseguidos.
A finales de la década de 1930 comenzó un período de penas de muerte masivas. Miles de ciudadanos de Kiev (en su mayoría intelectuales y activistas del partido comunista) fueron arrestados en una noche acusados de traición o de actividades subversivas, rápidamente juzgados en cortes marciales, fusilados y enterrados en fosas comunes. La principal zona de ejecuciones fue Babi Yar y el bosque de Bykivnia. Cientos de miles de personas fueron encerradas en los gulag. Paralelamente la economía de la ciudad seguía creciendo, siguiendo la política de industrialización de Stalin.
En 1930 Siegfried regresó a Moscú, para unirse al resto del Consejo Brujah de la Unión Soviética y el Príncipe Vladislav comenzó su gobierno en solitario. Un grupo de Vástagos de Kiev, dirigidos por los Tremere, intentaron dar un golpe de estado, pero si creían encontrarse con un gobernante inexperto y debilitado cometieron un error. El Príncipe Vladislav consiguió escapar al intento de asesinato y durante unos meses desapareció. Cuando sus oponentes se preparaban para atrincherarse frente a las previsibles represalias de los Vástagos de Moscú, la capilla Tremere de Kiev fue destruida durante el día con explosivos como parte de una “inesperada” orden de demolición. Poco después el Príncipe Vladislav reapareció, acompañado de una numerosa progenie debidamente adoctrinada en los principios comunistas. Los Brujos de Kiev que no consiguieron escapar fueron acusados colectivamente de traición y se declaró una Caza de Sangre contra ellos, y otros clanes no sufrieron una fortuna mejor. Los Gangrel cosacos se enfrentaron sí, entre los partidarios del nuevo orden comunista y los tradicionalistas del orden zarista.
Los Brujah soviéticos no estuvieron solos en la purga de Kiev. Pronto reclutaron aliados entre otros clanes, principalmente Gangrel, pero también algunos Nosferatu y Toreador. Y al mismo tiempo, en las fosas de miseria de los gulag el Sabbat infiltró sus tentáculos y algunos Tzimisce se convirtieron en “voivodas de cárceles y campos de concentración.”
Cuando terminaron las purgas, el Príncipe Vladislav había conseguido consolidar su poder. La mayoría de los Vástagos decidieron aceptar su dominio y los que tenían dudas de su poder tuvieron evidencias más que suficientes para respetarlo.
LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, los nazis alemanes ocuparon Kiev el 9 de septiembre de 1941 tras una encarnizada batalla, que fue desastrosa para los soviéticos, pero consiguió su objetivo de retrasar significativamente el avance alemán. El retraso permitió que numerosos obreros y empresas industriales fueran evacuados de Kiev y trasladados a otros lugares en el centro y este de la Unión Soviética, lejos del frente, donde proporcionaron recursos al Ejército Rojo en la lucha contra los nazis.
Antes de la evacuación, el Ejército Rojo sembró más de 10 mil minas alrededor de Kiev, controladas por detonadores sin cables. El 24 de septiembre, una vez que los invasores alemanes se habían asentado en la ciudad, las minas fueron detonadas, causando el colapso de muchos grandes edificios, y dejando la ciudad en llamas durante cinco días. Más de 1.000 alemanes murieron en lo que fue “la más grande y sofisticada mina-trampa de la historia”.
La localización de Babi Yar, en las afueras de Kiev, continuó siendo utilizada durante la ocupación nazi para ejecuciones. En septiembre de 1942, al menos 33.771 judíos de Kiev y sus alrededores fueron masacrados en Babi Yar por las SS, según sus propios informes. En los años siguientes se ejecutarían 60.000 personas más entre ciudadanos soviéticos, gitanos, prisioneros de guerra y sospechosos de colaborar con la resistencia. En la captura y masacre de los judíos ucranianos colaboraron muchos ciudadanos locales.
La guerra también tuvo un coste directo sobre la ciudad de Kiev, que fue destruida en gran parte desde el comienzo de la ocupación, incluyendo muchos de sus monumentos arquitectónicos. La región de Kiew (el nombre alemán de Kiev) fue convertida por los nazis en un “distrito general” entre 1942-1943 bajo el mandato del comisario general Leon Magunia.
El Ejército Rojo liberó Kiev el 6 de noviembre de 1943. Por el papel que jugó durante la guerra la ciudad sería premiada con el título de “Ciudad Heroica”.
Poco después de que el Príncipe Vladislav terminara con sus “purgas” particulares una nueva amenaza se presentó en su dominio bajo la forma de la invasión nazi. Sin embargo, en esta ocasión no fueron vampiros quienes se atrevieron a desafiar su poder, sino manadas de hombres lobo germánicos que por algún motivo decidieron atacar a las Sanguijuelas de Kiev, quizás por la presencia de uno de sus lugares sagrados o algún artefacto legendario escondido en la ciudad.
La guerra entre hombres lobo y vampiros se cobró muchas víctimas entre la población, pero puede decirse que durante los años de ocupación nazi el conflicto estuvo en gran parte en tablas. Cuando los alemanes se retiraron a finales de 1943 los hombres lobo realizaron un último y fallido intento de acabar con el Príncipe Vladislav y hacerse con el poder en Kiev.
Finalmente Vladislav reclamó su dominio sobre una ciudad arruinada y herida, pero su demostración de fuerza y capacidad de supervivencia le permitieron mantenerse como el gobernante de los no muertos de Kiev. Muchos vampiros habían huido o habían sido destruidos durante la guerra. De forma pragmática el Príncipe Vladislav confiscó las propiedades de los desaparecidos y en una solemne proclamación a principios de 1944 declaró que ninguno de los “cobardes” que habían huido durante la ocupación nazi serían readmitidos en la ciudad.
LA POSTGUERRA
Tras apagarse los fuegos de la Segunda Guerra Mundial, la ciudad de Kiev comenzó un proceso de reconstrucción, crecimiento social y económico y pacificación política. Con el comienzo de la Guerra Fría entre los bloques de los países capitalistas y comunistas se instaló en Kiev un complejo tecnológico muy importante de investigación y desarrollo militar, surgiendo varias industrias derivadas en el campo de la aeronáutica espacial, la microelectrónica y la óptica de precisión. Se crearon numerosas compañías industriales con personal muy cualificado, y el desarrollo de la ciencia y la tecnología se convirtieron en el interés central de la vida intelectual de Kiev. Se crearon docenas de institutos de investigación en diversos campos que formaron la Academia de las Ciencias de la RSS de Ucrania. También se crearon más de una docena de escuelas y academias militares, algunas de ellas especializadas en la guerra tecnológica.
Semejante desarrollo industrial requirió una importante cantidad de mano de obra, que acudió desde las áreas rurales de Ucrania y Rusia. Se crearon grandes distritos e infraestructuras urbanas y de transporte para acomodar a la creciente población. Sin embargo, a pesar del gran coste también se mantuvieron muchos paisajes rurales y arboledas en torno a la ciudad.
Durante el período entre 1950 y 1980 la ciudad en conjunto experimentó un notable crecimiento. Entre los principales avances destaca la construcción del metro de Kiev, nuevos puentes sobre el río Dniéper (conectando el casco histórico con los distritos residenciales de la orilla oriental) y el aeropuerto de Borispil (el segundo de la ciudad).
Muchos importantes políticos soviéticos procedían de Ucrania, como Nikita Khrushchev, que asumiría el liderazgo de la URSS en 1958 y su sucesor Leonidas Brezhnev, líder soviético entre 1964 y 1982, así como destacados deportistas, artistas y científicos soviéticos.
A nivel social las autoridades realizaron una sistemática vigilancia y represión de los intelectuales ucranianos, convenientemente tildados de “nacionalistas” cuando era preciso, que eran considerados una amenaza para la armonía de los pueblos fomentada por la propaganda soviética. Durante la década de 1970 se produjo una nueva oleada de “rusificación” en la enseñanza, restringiendo gradualmente el uso del ucraniano en las universidades e instalaciones académicas, fomentando en cambio el empleo del ruso, que se convirtió en un requisito universal para el ascenso en la enseñanza.
Paralelamente a la represión del nacionalismo ucraniano las autoridades soviéticas también reprimieron brutalmente todo cuestionamiento del régimen, en especial todo elemento relacionado con la democracia, la autonomía de Ucrania y los problemas étnico-religiosos. El nacionalismo ucraniano fue tachado de “influencia burguesa y occidental” a través de las instancias oficiales. Debido a la limitación académica de Kiev, Moscú era el destino preferido de muchos habitantes de Kiev (y ucranianos en general) en lo que se refiere al arte y las ciencias humanas. Desde la década de 1970 en adelante, con un permiso especial del gobierno soviético, gran parte de los judíos de Kiev emigraron a Israel y Occidente.
El accidente de la central nuclear de Chernóbil en 1986, a varias decenas de kilómetros al norte de Kiev, fue una catástrofe que afectó a la vida de la ciudad, tanto sobre el medio ambiente como en el ámbito político y social. Algunas zonas de la ciudad quedaron contaminadas por el polvo radioactivo hasta hoy. Sin embargo, la población de Kiev nunca fue informada sobre las consecuencias del accidente, ni se reconocieron víctimas. El 1 de mayo de 1986 (pocos días después del accidente) los líderes del Partido Comunista local ordenaron a los habitantes de Kiev (incluyendo cientos de niños) que participaran en un desfile civil masivo en el centro de la ciudad para “prevenir el pánico”. Miles de refugiados de la zona del accidente de Chernóbil fueron realojados en Kiev.
El gobierno del Príncipe Vladislav tras la Segunda Guerra Mundial estaba consolidado gracias a la desaparición o huida de sus adversarios o posibles poderes rivales. Vladislav se convirtió en uno de los principales miembros del Consejo Brujah de la Unión Soviética, y en el líder indiscutible de los Brujah ucranianos. Utilizando su influencia atrajo numerosos recursos a su dominio, tratando de convertirlo en la utópica Nueva Cartago, lo que despertó no pocos celos y envidias por parte de sus compañeros de linaje.
El enfrentamiento entre Vladislav y sus rivales en el Consejo Brujah fue en gran parte una guerra de sutiles influencias, decapitando peones políticos en medio de acusaciones de heterodoxia ideológica y nacionalismo burgués. Sin embargo, desde finales de la década de 1970 estaba claro que Vladislav había conseguido deshacerse de la mayoría de sus rivales, que habían sido destruidos o caído en desgracia, dejando paso a una nueva generación de líderes vampíricos.
Tras consolidar su poder Vladislav se volvió más ambicioso, situando a varios chiquillos y agentes suyos en otros dominios, a menudo como “consultores”. Gran parte de Ucrania se encontraba bajo la influencia directa o indirecta de Vladislav, y varios dominios al este y el oeste de la Unión Soviética respondían a sus “sugerencias”.
Cuando el Consejo Brujah de la Unión Soviética aprovechó la invasión de Afganistán para intentar “extender la revolución” y conseguir someter a los Assamitas de la zona, Vladislav fue uno de los principales partidarios del plan, pero ni él ni sus compañeros previeron la drástica respuesta de los Asesinos. Los Brujah esperaban que ante la demostración de fuerza los Assamitas llegarían a una serie de acuerdos y concesiones, pero en su lugar los Asesinos fueron directamente a por las eminencias grises que habían planeado la invasión. Varios miembros del Consejo Brujah fueron asesinados.
Cuando se produjo el accidente de la central nuclear de Chernóbil, Vladislav estaba preocupado por las consecuencias que podía tener el desastre sobre su dominio, y quizás en ese momento descuidó en parte sus defensas. Un Asesino lo acechó durante varias noches y finalmente golpeó, decapitando al Príncipe y huyendo de nuevo entre las sombras.
Para cuando el Consejo Brujah ordenó la retirada soviética de Afganistán era demasiado tarde para Vladislav y otros antiguos del Consejo. Tras la desaparición de Vladislav sus chiquillos se reunieron rápidamente en Kiev para estabilizar la situación, pero otros dominios en Ucrania como Jarkov u Odessa aprovecharon la oportunidad para desligarse de la influencia de Kiev.
En 1987 Leon Suchtelev, el más antiguo de los chiquillos de Vladislav, se convertía en el nuevo Príncipe de Kiev con la bendición del Consejo Brujah de la Unión Soviética y en una situación de crisis e incertidumbre. Sin embargo, lo peor estaba todavía por llegar.
EL FIN DEL COMUNISMO Y LA INDEPENDENCIA
Hacia 1987 la Unión Soviética se enfrentaba a una grave crisis económica y de subsistencia. El líder Mikhail Gorbachov trató de estabilizar la situación mediante una serie de medidas políticas y económicas conocidas conjuntamente como Perestroika, al mismo tiempo que trataba de abrir el régimen comunista hacia Occidente. Las medidas sólo tuvieron un éxito parcial y ante la situación de crisis el descontento comenzó a surgir, especialmente en los territorios con fuertes sentimientos nacionalistas.
En Ucrania surgieron dos nuevas fuerzas políticas: El Roukh (Movimiento Popular Ucraniano de Reestructuración), fundado por intelectuales demócratas y nacionalistas y el Movimiento Sindical Independiente de los Mineros de Donbass, de ideología similar pero de base obrera.
El 21 de enero de 1990 más de 300.000 ucranianos organizaron una cadena humana en memoria de la independencia ucraniana de 1917. El 16 de julio el nuevo parlamento autónomo adoptó la Declaración de Soberanía del Estado de Ucrania, que establecía unos principios de autodeterminación, democracia e independencia política y económica, así como la preeminencia de la ley ucraniana sobre la ley soviética. Comenzó un período de enfrentamiento político entre el gobierno soviético y las autoridades ucranianas.
En agosto de 1991, y ante el intento fallido de los líderes comunistas por derrocar a Mikhail Gorbachov en Moscú y recuperar el poder, el parlamento ucraniano votó un Acta de Independencia. Ucrania se proclamó estado independiente el 24 de agosto de 1991, y Kiev se convirtió en su capital. El 1 de diciembre los ciudadanos ucranianos votaron su separación de la Unión Soviética, y la independencia de Ucrania fue reconocida oficialmente por la comunidad internacional. El primer presidente del país fue Leonidas Kravchuk. Sin embargo, el 8 de diciembre Ucrania se unió a otros antiguos estados soviéticos para formar la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
La idea de la independencia ucraniana contaba con el precedente de 1917, y además el nuevo país contaba con condiciones económicas favorables en comparación con otras regiones de la Unión Soviética. Sin embargo, Ucrania atravesó una profunda crisis económica durante el período de adaptación a la economía de mercado, con un desplome del PIB y una elevada inflación, al mismo tiempo que la tasa de criminalidad se disparó.
En política exterior, Rusia no terminó de aceptar la secesión de Ucrania, dependiente de los recursos energéticos rusos, que fueron utilizados como medio de presión. Por su parte, el gobierno ucraniano aprovechó las armas nucleares heredadas del ejército soviético como baza de negociación, así como el estatus de la flota del Mar Negro, que se convirtió en motivo de litigio entre Rusia y Ucrania.
La economía de Ucrania comenzó a estabilizarse a finales de la década de 1990. Bajo el gobierno del nuevo presidente Leonid Kuchma se elaboró una nueva constitución y el país se convirtió en una república semipresidencialista con un sistema político estable. En 1996 también se introdujo una nueva moneda, la hryvnia.
En 1991 ante la caída de la Unión Soviética el Consejo Brujah convocó una reunión de emergencia. Pronto se descubrió que la anciana Baba Yaga había despertado de su letargo y estaba destruyendo la influencia de los Brujah sobre el país. El Consejo adoptó una serie de medidas de emergencia para neutralizar los planes de Baba Yaga, pero subestimaron su poder. La Bruja fue directamente a por los Consejeros y los destruyó, uno tras otro. Entre los caídos se encontraba el Príncipe Leon de Kiev y el antiguo Siegfried, su principal valedor político.
Ante la caída del comunismo los Brujah se encontraron asediados y se convirtieron en el blanco del odio de los demás clanes que habían sufrido su gobierno, tanto de la Camarilla como del Sabbat. En Kiev, Anton Tomansky, un Toreador procedente del exilio, reapareció de forma repentina en la capital y se proclamó Príncipe, ordenando a los Brujah que cedieran el poder que habían “usurpado”. Feodor Volkov, hermano de sangre del Príncipe Leon y Primogénito Brujah, se le opuso.
Sin embargo, Anton no había realizado su proclamación en el vacío. Apoyado por los clanes Malkavian, Nosferatu, Tremere y Ventrue, consiguió derrotar a los Brujah y destruir a su líder, tomando el poder del dominio de Kiev.
Tras tomar el poder, el Príncipe Anton tuvo que compartirlo con los Vástagos que lo habían apoyado. Aunque en principio muchos Vástagos creyeron ingenuamente que la caída de los Brujah había sido orquestada por un movimiento espontáneo de indignación contra los delirios comunistas, la realidad era algo más siniestra. Los Nosferatu, liderados por el antiguo Piotr Ostromirovich y otros seguidores de Baba Yaga, como el reaparecido Darvag Grozny, líder local del Sabbat, eran los verdaderos poderes que habían provocado el cambio de poder entre la Estirpe.
Prosiguió un período de incertidumbre y confusión. Algunos Vástagos creían que la caída de los Brujah proporcionaría un cambio para mejor, pero lo cierto es que los seguidores de Baba Yaga comenzaron a reclutar a los Vástagos que podían serles útiles y a eliminar a los que podían representar una amenaza. Asesinatos y maniobras secretas se urdían entre las sombras.
La desaparición de Baba Yaga hacia 1999 tuvo profundas consecuencias sobre Kiev. Libre de su influencia, el antiguo Darvag Grozny se mostró abiertamente y trató de conquistar la ciudad para el Sabbat. Los Nosferatu, confusos y asustados, dudaron y el Príncipe Anton quedó libre de su influencia, aunque tuvo que seguir confiando en su apoyo para defender su dominio del Sabbat.
Actualmente Kiev se encuentra en una situación incierta. La ciudad se ha convertido en un campo de batalla entre la Camarilla y el Sabbat, y ambas sectas buscan apoyos para ganar la guerra con la mayor rapidez posible. Tras la caída del comunismo y de Baba Yaga son muchos los que temen la reaparición de un nuevo poder que acuda para arrebatarles su libertad, tan duramente ganada.
Por Magus

HISTORIA
LA FUNDACIÓN Y LA EDAD MEDIA
La Historia de Kiev, la capital de Ucrania y la ciudad más grande del país se remonta hasta el período Neolítico, cuando surgieron las primeras comunidades humanas a lo largo del río Dniéper. En el siglo II a.C. ya existía un floreciente asentamiento eslavo, que aprovechaba la riqueza agrícola y minera de la zona.
La fecha exacta de la fundación de Kiev se desconoce, aunque tradicionalmente se sitúa en el año 482. Según una leyenda la ciudad fue fundada por Kyi, el príncipe de la tribu eslava oriental de los polianos, junto con sus hermanos menores Schek y Khoryv y su hermana Lybid. La traducción del nombre de Kiev es “la propiedad de Kyi”.
La estratégica situación de Kiev también la situó en medio de la ruta de las hordas de pueblos que se dirigían hacia Occidente: búlgaros, hunos, ávaros, magiares…todos atravesaron las tierras de Kiev hacia los territorios del centro de Europa.
No está claro cuándo Kiev fue conquistada por el reino de los kázaros, y algunos historiadores modernos creen que podrían haber sido los verdaderos fundadores de la ciudad, pero en la Crónica de Néstor, un monje de Kiev del siglo XII, se menciona que los eslavos de Kiev pagaban tributo a los kázaros, posiblemente desde el siglo VIII. La colina-fortaleza de Sambat fue construida para proteger la zona.
La ciudad se convirtió en una parada comercial para las rutas de caravanas procedentes de Asia Central y una parte del “camino de los varegos”, la ruta comercial que recorrían los vikingos en sus viajes para comerciar con Bizancio o atacar sus territorios. Los comerciantes varegos utilizaban el río Dniéper para transportar sus mercancías y botines.
Oleg, el sucesor y primo lejano del príncipe Rurik de Novgorod, conquistó Smolensko y Kiev en el año 882. Según la leyenda, acudió llamado por los propios eslavos para que los librara de los kázaros. El príncipe Oleg proclamó Kiev su nueva capital y “madre de todas las ciudades de los rus (varegos)”. Así nació el reino de Kiev o Kievan Rus.
Los varegos eran escasos en número y adoptaron rápidamente muchas costumbres eslavas, mezclándose con el pueblo que gobernaban. Los Grandes Príncipes de Kiev obtuvieron la primacía sobre otros nobles de la zona y el trono de Kiev se convirtió en un preciado trofeo para las rivalidades de la dinastía de Rurik.
Oleg murió en el año 912, víctima de la mordedura de una serpiente, y fue sucedido por el hijo de Rurik, el príncipe Igor, un hombre orgulloso y avaricioso, que fracasó en una incursión contra Constantinopla en el año 941, pero consiguió establecer relaciones comerciales con Bizancio y abrió su principado a la influencia cristiana. Murió en el año 944 luchando contra los drevlianianos, una tribu pagana. La viuda de Igor, la princesa Olga de Pskov, reinó en el nombre de su nieto Sviatoslav hasta que alcanzó la madurez en el año 962. El príncipe Sviatoslav consiguió dominar las rutas comerciales de los varegos y destruyó el kanato de los kázaros en el año 969 y el reino de los búlgaros en el 971, tras lo que entró en guerra contra los bizantinos, cuyos aliados, los pechenegos, le obligaron a regresar a Kiev, para levantar el asedio al que estaba siendo sometida la ciudad. En el año 972 intentó de nuevo atacar Constantinopla, pero búlgaros y bizantinos se habían unido contra él y lo obligaron a rendirse. En su retirada fue emboscado por los pechenegos, que lo mataron. El khan de los pechenegos convirtió el cráneo del príncipe de Kiev en una copa.
En el año 980 subió al trono de Kiev el príncipe Vladimir, de nacimiento ilegítimo, pero que gracias al apoyo de mercenarios varegos y tras la eliminación de sus hermanastros Iaropolk y Oleg consiguió tomar el poder. Durante su reinado fortaleció las relaciones con el Imperio Bizantino y en el año 988 los residentes de Kiev se bautizaron en masa en el río Dniéper, simbolizando la cristianización del reino. De esta forma la ciudad se convirtió en la sede de un Arzobispo metropolitano con gran influencia de Constantinopla.
A la muerte de Vladimir I “el Santo” en el año 1015, estalló una guerra civil entre sus hijos. Uno de ellos, Sviatopolk “el Maldito”, asesinó a sus hermanos Boris y Gleb, que serían canonizados como mártires. Sviatopolk sería a su vez derrocado en 1019 por otro de sus hermanos, el príncipe Yaroslav el Sabio, que fomentó la cultura y la educación en su reino, llevándolo a una edad de oro. Comenzó la construcción de la Catedral de Santa Sofía en el año 1037 y recopiló y puso en práctica un código legal conocido como la Russkaya Pravda (“La verdad de los Rus”), erigiendo la Puerta Dorada de Kiev. En el año 1051 se construyó en las colinas al sur de la ciudad el Monasterio de las Cuevas, que acabaría convirtiéndose en el centro religioso más importante del país. Los artesanos de Kiev eran conocidos por su trabajo y la ciudad se convirtió en una de las más sofisticadas y ricas de Europa.
Sin embargo, el clima político no era estable. La región era un escenario eterno de la guerra entre los numerosos príncipes y boyardos que reclamaban tierras. Según el sistema de sucesión eslavo, a los hermanos mayores les correspondía la mayor parte de la herencia, pero los demás hijos no estaban de acuerdo con esta desigualdad. En lugar de esperar a la muerte de su hermano mayor para heredar su riqueza, los herederos más jóvenes comenzaron a urdir asesinatos, unirse contra sus hermanos mayores y librar batallas para provocar la caída de los gobernantes.
Yaroslav murió asesinado en el año 1054, y en los años siguientes los príncipes de su dinastía se enfrentaron entre sí debilitando la influencia política del reino y creando varios pequeños principados. Ante su desesperada situación los habitantes de Kiev pidieron ayuda a Vladimir II Monómaco, descendiente de Yaroslav, y príncipe de Pereyaslav en el año 1113 para que les gobernara. La alianza entre Kiev y Pereyaslav resultó fructífera. A la muerte de Vladimir II en el año 1125 le sucedió su único hijo, Mstislav.
Mstislav y sus hijos Vselovod y Iaropolk consiguieron someter otros principados rusos pero su reinado fue demasiado breve y la amenaza de los nómadas cumanos y de las familias de príncipes rivales era demasiado poderosa. A la muerte de Iaropolk en 1139 la unidad alcanzada por Kiev se derrumbó de nuevo. Desde entonces ningún príncipe de Kiev pudo llamarse con propiedad Gran Príncipe. Otras familias rivales disputaban continuamente su supremacía.
En una de esas guerras dinásticas, Kiev fue saqueada en el año 1169 por las tropas de Andrei I Bogolyubsky, príncipe de Vladimir-Suzdal. El conquistador saqueó todo lo de valor que pudo llevarse y regresó a su capital, en el norte. Unas décadas después, en 1203, los cumanos, aliados con el príncipe Rurik Rotislavich, volvieron a saquear la ciudad.
Kiev quedó en ruinas, con sus puertas derribadas y las casas convertidas en cenizas. La gente trató de reconstruir la ciudad, pero nadie gobernaba salvo por la fuerza de las armas. En esta situación debilitada, la ciudad no pudo resistir la nueva invasión de los mongoles, que de nuevo redujeron la ciudad a cenizas el 6 de diciembre del año 1240.
Desde su fundación el pueblo de Kiev entró en contacto con siniestras fuerzas. Feroces vampiros del clan Gangrel acechaban en los bosques del Dniéper, muchos evitando el contacto con los mortales, pero otros convirtiendo en sus presas a los viajeros incautos. En los yermos manadas de vampiros Nosferatu, descendientes de la bruja Baba Yaga, hacían desaparecer caravanas enteras, y los tiranos Tzimisce, atraídos por la riqueza de la región escogieron a algunos nativos para crear familias de servidores o concederles el Abrazo.
Los celos entre las manadas rivales de Lupinos y las frecuentes incursiones de los vampiros Tzimisce también se cobraron su precio. Era frecuente que los Tzimisce rivales “adoptasen” ciudades o principados como protectorados propios, desatando toda su furia y poder contra los asentamientos enemigos, aterrorizando a la población, cometiendo atrocidades y dejando a su paso grotescos “trofeos”, saqueando todo lo posible.
Las evidencias de lo sobrenatural asustaban a la población. Algunos campesinos hablaban de demonios de ojos rojos volando en la noche. Otros susurraban que los hijos de la bruja se estaban vengando: de hecho, los descendientes de Baba Yaga hacían desaparecer con misteriosa frecuencia a mortales, Lupinos y Cainitas.
Entre los primeros vampiros que habitaban la zona destaca Darvag el Terrible, un Tzimisce que había sido Abrazado entre la nobleza pagana del territorio y que había sido bautizado a la fuerza durante el reinado de Yaroslav el Sabio. Durante más de un siglo merodeó en torno a Kiev, asegurándose de reclamar el territorio e imponer su dominio sobre el resto de los Cainitas. Desapareció cuando los mongoles conquistaron la ciudad en 1240, destruyendo o poniendo en fuga a la mayor parte de los vampiros de la ciudad.
CAÍDA Y RESURRECCIÓN DE KIEV
Tras la invasión y destrucción por parte de los mongoles en 1240, Kiev pasó a depender del principado ruso de Halych-Volynia, manteniendo una situación de incertidumbre e inestabilidad hasta la batalla del río Irpen en 1321, en la que la ciudad fue conquistada por Lituania, e incorporada a su Gran Ducado tras la victoria de la batalla de las Aguas Azules (1362). Primero Kiev fue convertido en ducado y después en voivodato en 1471, convirtiéndose Martynas Goštautas en el primer voivoda de Kiev; su nombramiento fue recibido con hostilidad por los habitantes locales.
Durante los siglos XIV y XV Kiev fue atacada frecuentemente por los tártaros de Crimea, que destruyeron de nuevo la ciudad en 1482. Kiev perdió su importancia política, aunque conservaba cierto prestigio religioso al ser la sede del Arzobispo metropolitano ortodoxo, con preeminencia sobre la mayoría de obispos rusos. Sin embargo, su importancia religiosa también comenzó a ser atacada a partir de la creación de un obispado católico en Kiev en 1320 y sobre todo a partir de la Unión de Lublín en 1569, cuando Polonia y Lituania formaron un reino unificado y fomentaron el catolicismo en todos sus territorios. En 1596 en Brest-Litovsk, una asamblea del clero ortodoxo proclamó la unión de la Iglesia de Kiev con la iglesia católica, a pesar de la oposición de otros obispos. La Iglesia Uniata así formada reconocía la autoridad del Papa de Roma, aunque conservaba su rito bizantino. Sin embargo, la reacción de los ortodoxos no se hizo esperar y hacia 1620 el Patriarca de Constantinopla consagró un nuevo Arzobispo de Kiev y varios obispos ortodoxos, que el rey de Polonia se vio obligado a reconocer paralelamente a la Iglesia Uniata.
En el año 1632 el Arzobispo Petro Mohyla fundó una academia en Kiev orientada a preservar y fomentar la cultura ucraniana y la religión ortodoxa contra la opresión polaca y católica. A pesar de ser una institución religiosa, la academia proporcionaba una enseñanza académica secular, incluyendo enseñanza multilingüe, y se convirtió en un importante centro educativo.
Los cosacos de Bogdan Khmelnytsky conquistaron Kiev en 1648 tras su alzamiento contra la corona polaca, aunque su presencia tuvo breve duración, ya que debido al contraataque de los polacos, Khmelnytsky y sus seguidores tuvieron que ponerse bajo la protección del zar de Rusia, que incorporó la ciudad a sus dominios por el Tratado de Andrusovo de 1667. La autonomía del voivodato de Kiev fue progresivamente reducida hasta su abolición en 1775 por la emperatriz Catalina II de Rusia.
Tras la desaparición de Darvag Grozny y de gran parte de los Cainitas de Kiev, que fueron destruidos o huyeron ante el avance de los mongoles, la ciudad se convirtió en el campo de batalla de varios voivodas Tzimisce ucranianos, rusos, lituanos y polacos. Durante el período de gobierno lituano el Voivoda Vytautas el Desollador se hizo con el dominio de la ciudad, consiguiendo rechazar a otros aspirantes al trono, pero fue asesinado en 1482 por varios Assamitas que acompañaban a los tártaros que saquearon Kiev. Durante un tiempo pareció que los Assamitas del Khanato de Crimea se harían con el poder pero hacia 1504, como muestra de su alianza con el Sabbat, los Assamitas de Crimea cedieron Kiev al Arzobispo Kyrill, del clan Tzimisce, y a su cofradía.
Sin embargo, a pesar de la alianza entre el Sabbat de Kiev y los antitribu Assamitas de Crimea, el nuevo gobierno no fue pacífico. Durante el siglo XVI la Camarilla comenzó a atacar la ciudad de forma indirecta, reduciendo su importancia política e infiltrando sus agentes en el gobierno de la ciudad. El Arzobispo Kyrill fue destruido en 1590, durante el incendio de su refugio, y fue sucedido por uno de sus chiquillos, Vladimir Obertus, un erudito de la secta que participó en la creación de las Sendas de Iluminación de la Espada de Caín.
La erudición de Vladimir no era defensa frente a los renovados ataques de la Camarilla. El antiguo Milov Petrenkov, uno de los fundadores de la secta, comenzó a hostigar a los Cainitas de Kiev, Abrazando progenie entre los cosacos de las estepas y aliándose con otros clanes como los Nosferatu locales. En el año 1648 Milov y sus aliados conquistaron el dominio de Kiev, destruyendo a los Cainitas de la ciudad y poniéndolos en fuga. Fue elegido príncipe Alexis Borisovich, del clan Gangrel, pero apenas un año después era asesinado en su refugio, una advertencia del Sabbat de que todavía no habían sido derrotados.
Milov Petrenkov permaneció durante algunos años en Kiev para consolidar el dominio, pero finalmente se marchó para continuar la guerra contra el Sabbat en Crimea, que todavía se atrincheraba en las ciudades y puertos del Mar Negro. Durante un tiempo gobernó en la ciudad una alianza formada por los clanes Brujah, Gangrel y Nosferatu, y aunque se produjeron tensiones sobre quién debía ser elegido Príncipe de Kiev e incluso algunos incidentes, finalmente llegaron a un acuerdo. En 1667 eligieron un candidato neutral, Mikhail Basmanov, un noble Ventrue de apenas unas décadas de edad y procedente de Moscú. Los tres Primogénitos que lo habían elegido consideraron que habían elegido un candidato adecuado y que podrían manipularlo fácilmente manteniendo el verdadero poder en sus manos.
El Príncipe Mikhail cumplió las expectativas de sus valedores. Cuando miembros de otros clanes o incluso de su propio clan se oponían a él, los Primogénitos Brujah, Gangrel y Nosferatu acudían rápidamente en su apoyo. La debilidad del Príncipe de Kiev pronto resultó evidente, y algunos Vástagos lo daban de lado prefiriendo tratar de forma directa con los Primogénitos que le apoyaban.
DEL SIGLO XIX A LA REVOLUCIÓN DE 1917
Kiev se benefició de las medidas modernizadoras de los zares rusos. Desde finales del siglo XVIII y hasta finales del siglo XIX, la vida de la ciudad estuvo dominada por los militares y eclesiásticos. Las instituciones de la Iglesia Ortodoxa Rusa, organizadas en torno al Arzobispado, eran una parte significativa de la estructura económica y comercial de Kiev. En 1834 se fundó la universidad de San Vladimir, que se convertiría en una de las principales instituciones académicas de Ucrania. En la década de 1840 el historiador Nicolai Kostomarov fundó la sociedad secreta de la Hermandad de San Cirilo y San Metodio, con el objetivo de crear una federación de pueblos eslavos libres y terminar con el autoritarismo del imperio ruso. Esta sociedad fue pronto descubierta y suprimida por las autoridades.
Durante la revolución industrial rusa de finales del siglo XIX, Kiev se transformó en un importante centro de transportes y comercio del Imperio Ruso, especializándose en la exportación de azúcar y cereales a través de las rutas del río Dniéper. Hacia el año 1900 la ciudad se había convertido en un importante centro industrial, con una población de más de 250.000 habitantes. Se extendieron las estructuras ferroviarias, se fundaron numerosos centros educativos y culturales y se construyeron monumentos arquitectónicos.
Aparte de los rusos, durante esta época surgió una importante comunidad judía en Kiev, a menudo huyendo de las persecuciones en el campo o simplemente buscando mejores oportunidades económicas. El propio gobierno ruso fomentó la creación de asentamientos judíos, aunque limitándolos a determinados distritos. Se produjeron breves tensiones y enfrentamientos, siendo el más destacado el pogromo de 1905, en el murieron casi 100 judíos.
Durante el siglo XIX el gobierno ruso intensificó el proceso de “rusificación”, fomentando la inmigración rusa y de otras zonas del imperio, limitando las actividades ucranianas mediante leyes administrativas, de tal forma que a principios del siglo XX la mayor parte de la administración y control económico de la ciudad de Kiev se encontraba en manos de rusos o rusohablantes y la cultura popular ucraniana se convirtió en gran medida en patrimonio de las clases bajas y la nobleza tradicionalista.
Iván Adashev, el Primogénito Brujah de Kiev, murió en 1802, cuando su refugio, una vieja mansión medieval, se derrumbó de forma repentina y quedó expuesto a la luz del sol. En principio sus compañeros Gangrel y Nosferatu sospecharon que se había tratado de un asesinato, pero sus agentes fueron incapaces de encontrar pruebas y todo señalaba a que se había tratado de un accidente fortuito. Ante la ausencia de un líder fuerte, los Brujah de Kiev comenzaron a disputar entre sí por ocupar un puesto en la Primogenitura y finalmente eligieron un candidato, que fue rechazado. Ante la amenaza de desestabilización en su dominio, el Príncipe de Kiev actuó de intermediario entre los Brujah y el resto de la Primogenitura, y finalmente se alcanzó un acuerdo intermedio. María Grigorenka, una candidata aparentemente neutral, ocupó ese lugar. Años después se supo que en secreto era amante del Príncipe Mikhail y en 1815 oficializaron su unión ante los Vástagos de Kiev mediante un matrimonio.
Los Primogénitos Gangrel y Nosferatu se sintieron preocupados ante la perspectiva de que el Príncipe estuviera actuando en secreto a sus espaldas. Sin embargo, hacia 1820 el antiguo Milov Petrenkov, su principal apoyo en la Camarilla, desapareció misteriosamente en algún lugar de las estepas rusas. Privados de su aliado decidieron buscar una forma de incrementar su poder en Kiev y su control sobre el Príncipe Mikhail, que cada vez actuaba de forma más independiente. Hacia 1830 habían decidido derrocarlo mediante una conspiración que situaría como Príncipe de Kiev a un candidato Gangrel o Nosferatu.
Sin embargo, el Príncipe Mikhail no había perdido el tiempo y se les había adelantado. A través de su sire, el antiguo Bulscu, había contactado con el Justicar Ventrue y lo convenció de que convocara un Cónclave en Kiev. El Justicar Demócrito apareció de improviso y de inmediato sus arcontes revelaron la conspiración de los Primogénitos Gangrel y Nosferatu para derrocar al Príncipe y presentaron pruebas de que habían contactado con varios asesinos del clan Assamita. Ante las evidencias halladas, el Justicar ordenó la ejecución de los dos Primogénitos y amonestó a varios conspiradores por poner sus intereses por encima del bienestar de la ciudad. El Príncipe Mikhail había conquistado el poder que le pertenecía.
Durante el resto del siglo XIX el Príncipe de Kiev se dedicó a fomentar la expansión de su dominio y al mismo tiempo invitó a nuevos aliados a la ciudad. Los clanes Brujah, Malkavian y Tremere se convirtieron en sus principales apoyos, junto con su propia progenie, que comenzó a infiltrar en las principales instituciones ucranianas. Varios Gangrel y Nosferatu, tras la caída de sus Primogénitos, decidieron exiliarse para evitar posibles represalias.
Sin embargo, uno de los apoyos del Príncipe era demasiado inestable. Aunque la portavoz del clan Brujah, María Grigorenka, era la esposa del Príncipe Mikhail y a menudo mediaba entre las disputas entre su linaje, algunos miembros del clan estaban descontentos con la situación y consideraban que María era una “vendida”. Entre ellos se encontraban algunos Brujah judíos y de ideales anarquistas que buscaron apoyos para “corregir” una situación que les resultaba incómoda.
A comienzos del siglo XX aparecieron señales de descontento. Varios Brujah anarquistas se habían infiltrado en Kiev en secreto, y el clan se encontraba dividido entre los partidarios y los detractores del Príncipe. En principio Mikhail Basmanov pensó que esta situación le beneficiaba, ya que en su dominio los Brujah eran un clan muy numeroso, y su división favorecía su debilidad, pero en realidad resultaría la causa de su caída.
INDEPENDENCIA Y GUERRA CIVIL
El Imperio Ruso se enfrentó a diversos tumultos a principios del siglo XX, sobre todo tras la derrota ante Japón en 1905 y el desastroso resultado de la Primera Guerra Mundial, que provocó la pérdida de numerosos territorios, y el estallido en 1917 de una revolución social que provocaría la caída de la monarquía rusa y el ascenso de los bolcheviques al poder. Desde 1908 se había formado en Ucrania la Sociedad de Ucranianos Progresistas, que trataban de conseguir mediante cauces legales el reconocimiento de los derechos de los ucranianos y un estatuto de autonomía.
En Kiev los cambios del Imperio Ruso se vivieron con gran expectación, sobre todo por parte de los movimientos nacionalistas locales, que aguardaban la oportunidad de aprovechar la debilidad del gobierno central de San Petersburgo para actuar. En 1917 la Rada Central Ucraniana, una institución de autogobierno encabezada por el historiador Mykhailo Hrushevsky, fue establecida en Kiev, declarando la independencia el 20 de noviembre como República Democrática de Ucrania. Durante este período Kiev aprovechó su independencia para recuperar su autonomía política y cultural, fundando la Academia de las Ciencias, teatros y bibliotecas ucranianos.
Sin embargo, los ucranianos pronto se vieron desbordados por la revolución bolchevique. Aunque en principio los bolcheviques ucranianos colaboraron en el nuevo gobierno pronto terminarían renunciando y fundaron el 25 de diciembre una República Popular de Ucrania en Jarkov. En enero de 1918 atacaron Kiev. En respuesta, los ejércitos alemanes y austriacos rompieron las negociaciones de paz con el gobierno bolchevique de San Petersburgo y ocuparon Kiev en marzo. Sin embargo, tras la derrota en la Primera Guerra Mundial se retiraron a finales de año.
El país se convirtió en un campo de enfrentamiento entre ucranianos, polacos y rusos. Como en tiempos de los cosacos bandas de jinetes y soldados rivales causaron estragos por todas partes, multiplicándose las incursiones y traiciones. Los pillajes y matanzas fueron incontables. Kiev cambió de manos en nueve ocasiones desde la independencia de Ucrania hasta que los bolcheviques tomaron definitivamente el control en 1920, constituyendo la República Socialista Soviética de Ucrania el 30 de diciembre de 1922 dentro de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y trasladando la capital ucraniana a Jarkov. Sin embargo, Kiev siguió siendo un importante centro industrial y económico que continuó su crecimiento, incorporando a la ciudad en 1927 las zonas suburbanas de Darnytsia, Lanka, Chokolivka y Nikolska slobidka.
El descontento entre los Brujah de Kiev se incrementó durante las primeras décadas del siglo XX. Aunque algunas de sus demandas fueron satisfechas, en 1912 una cuadrilla de neonatos de diversos clanes y de inspiración anarquista irrumpieron en una de las reuniones del Príncipe Mikhail. Fueron rápidamente detenidos y ejecutados sin consultar a la Primogenitura, y los anarquistas los consideraron mártires de su causa. Apenas un año después el Príncipe sufría un atentado con bomba del que salió ileso, no así su esposa María Grigorenka, que resultó destruida.
El Príncipe comenzó a hostigar a los anarquistas, iniciando un sangriento período en el que muchos Vástagos anarquistas o simpatizantes fueron perseguidos y destruidos. Ante la clara inestabilidad del Príncipe los demás Vástagos de Kiev comenzaron a pensar en deponerle. En 1915, a medida que los Imperios Centrales invadían Rusia, la Primogenitura realizó una reunión de emergencia y nombró un nuevo Príncipe en la figura de Karol Kalusowski, el Primogénito Toreador. Comenzó una guerra entre los partidarios del Príncipe Mikhail Basmanov y los de Karol Kalusowski, que se complicó con la repentina aparición del Sabbat.
Karol Kalusowski fue asesinado por una manada de la Mano Negra y Kiev estuvo a punto de caer en manos del Sabbat de no haber sido por la llegada de Alexander von Frauenfeld, del clan Ventrue, un enviado de Gustav Breidenstein, el Príncipe de Berlín, que acompañaba a los ejércitos alemanes. Los Vástagos de Kiev acudieron a él en busca de protección y con su ayuda y la de varios arcontes, los Cainitas fueron destruidos o expulsados de Kiev.
El gobierno del Príncipe Alexander fue breve. Apenas unos años después, junto con los ejércitos bolcheviques llegó Siegfried, un enviado del autoproclamado “Consejo Brujah de Rusia”. Siegfried destruyó al Príncipe Alexander y restituyó en el dominio de Kiev al Príncipe Mikhail, aunque se trataba de una posición meramente nominal, ya que las posiciones de poder quedaron en manos de Siegfried y sus partidarios.
Estalló una guerra civil entre los vampiros bolcheviques, mayoritariamente Brujah y Gangrel y los demás Vástagos de Kiev. Finalmente la facción de Siegfried terminó por imponerse. El Príncipe Mikhail Basmanov se suicidó bajo los rayos del sol, amargado por la pérdida de su esposa y negándose a convertirse en un títere de los bolcheviques. Siegfried reaccionó con pragmatismo y situó en el poder a uno de sus chiquillos, Vladislav Lermontov. Aunque adoptó el título de “Consejero de Ucrania”, a nadie se le escapaba el hecho de que simplemente era el nuevo Príncipe.
ENTREGUERRAS
Entre 1932-1933 la ciudad de Kiev al igual que gran parte de Ucrania, sufrió el Holodomor, un período de hambrunas provocado por las confiscaciones forzosas y colectivización de la propiedad que ocasionó la muerte de miles de ucranianos por desnutrición y frío. El pan y otros productos alimenticios fueron distribuidos a los trabajadores con tarjetas de racionamiento.
En 1934 la capital de la República Socialista Soviética de Ucrania fue trasladada de nuevo a Kiev. Muchos monumentos e iglesias habían sido destruidos durante los primeros años de ocupación bolchevique, pero al convertirse Kiev en capital los nuevos gobernantes decidieron comenzar un proceso de “socialización” para cambiar el paisaje de la ciudad, confiscando y destruyendo muchas iglesias y edificios históricos, como la Catedral de San Miguel.
La población de la ciudad continuó incrementándose con la llegada de nuevos emigrantes que cambiaron la composición demográfica de la ciudad. Mientras a principios del siglo XX la población rusa y ucraniana de Kiev era de tamaño similar, con la llegada de campesinos arruinados y hambrientos de las zonas rurales Kiev se convirtió en una ciudad mayoritariamente ucraniana, aunque el ruso siguió siendo el idioma predominante.
La política soviética en teoría animaba a los ucranianos a desarrollar su cultura, pero el régimen soviético pronto inició una dura represión de las libertades políticas, la autonomía ucraniana y la religión. Desde la llegada de Iosif Stalin al poder en el gobierno central de la URSS se produjeron varias purgas políticas de “nacionalistas ucranianos”, “espías occidentales” y posibles oponentes al gobierno soviético. Se destruyeron o vandalizaron numerosas iglesias y los eclesiásticos fueron perseguidos.
A finales de la década de 1930 comenzó un período de penas de muerte masivas. Miles de ciudadanos de Kiev (en su mayoría intelectuales y activistas del partido comunista) fueron arrestados en una noche acusados de traición o de actividades subversivas, rápidamente juzgados en cortes marciales, fusilados y enterrados en fosas comunes. La principal zona de ejecuciones fue Babi Yar y el bosque de Bykivnia. Cientos de miles de personas fueron encerradas en los gulag. Paralelamente la economía de la ciudad seguía creciendo, siguiendo la política de industrialización de Stalin.
En 1930 Siegfried regresó a Moscú, para unirse al resto del Consejo Brujah de la Unión Soviética y el Príncipe Vladislav comenzó su gobierno en solitario. Un grupo de Vástagos de Kiev, dirigidos por los Tremere, intentaron dar un golpe de estado, pero si creían encontrarse con un gobernante inexperto y debilitado cometieron un error. El Príncipe Vladislav consiguió escapar al intento de asesinato y durante unos meses desapareció. Cuando sus oponentes se preparaban para atrincherarse frente a las previsibles represalias de los Vástagos de Moscú, la capilla Tremere de Kiev fue destruida durante el día con explosivos como parte de una “inesperada” orden de demolición. Poco después el Príncipe Vladislav reapareció, acompañado de una numerosa progenie debidamente adoctrinada en los principios comunistas. Los Brujos de Kiev que no consiguieron escapar fueron acusados colectivamente de traición y se declaró una Caza de Sangre contra ellos, y otros clanes no sufrieron una fortuna mejor. Los Gangrel cosacos se enfrentaron sí, entre los partidarios del nuevo orden comunista y los tradicionalistas del orden zarista.
Los Brujah soviéticos no estuvieron solos en la purga de Kiev. Pronto reclutaron aliados entre otros clanes, principalmente Gangrel, pero también algunos Nosferatu y Toreador. Y al mismo tiempo, en las fosas de miseria de los gulag el Sabbat infiltró sus tentáculos y algunos Tzimisce se convirtieron en “voivodas de cárceles y campos de concentración.”
Cuando terminaron las purgas, el Príncipe Vladislav había conseguido consolidar su poder. La mayoría de los Vástagos decidieron aceptar su dominio y los que tenían dudas de su poder tuvieron evidencias más que suficientes para respetarlo.
LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, los nazis alemanes ocuparon Kiev el 9 de septiembre de 1941 tras una encarnizada batalla, que fue desastrosa para los soviéticos, pero consiguió su objetivo de retrasar significativamente el avance alemán. El retraso permitió que numerosos obreros y empresas industriales fueran evacuados de Kiev y trasladados a otros lugares en el centro y este de la Unión Soviética, lejos del frente, donde proporcionaron recursos al Ejército Rojo en la lucha contra los nazis.
Antes de la evacuación, el Ejército Rojo sembró más de 10 mil minas alrededor de Kiev, controladas por detonadores sin cables. El 24 de septiembre, una vez que los invasores alemanes se habían asentado en la ciudad, las minas fueron detonadas, causando el colapso de muchos grandes edificios, y dejando la ciudad en llamas durante cinco días. Más de 1.000 alemanes murieron en lo que fue “la más grande y sofisticada mina-trampa de la historia”.
La localización de Babi Yar, en las afueras de Kiev, continuó siendo utilizada durante la ocupación nazi para ejecuciones. En septiembre de 1942, al menos 33.771 judíos de Kiev y sus alrededores fueron masacrados en Babi Yar por las SS, según sus propios informes. En los años siguientes se ejecutarían 60.000 personas más entre ciudadanos soviéticos, gitanos, prisioneros de guerra y sospechosos de colaborar con la resistencia. En la captura y masacre de los judíos ucranianos colaboraron muchos ciudadanos locales.
La guerra también tuvo un coste directo sobre la ciudad de Kiev, que fue destruida en gran parte desde el comienzo de la ocupación, incluyendo muchos de sus monumentos arquitectónicos. La región de Kiew (el nombre alemán de Kiev) fue convertida por los nazis en un “distrito general” entre 1942-1943 bajo el mandato del comisario general Leon Magunia.
El Ejército Rojo liberó Kiev el 6 de noviembre de 1943. Por el papel que jugó durante la guerra la ciudad sería premiada con el título de “Ciudad Heroica”.
Poco después de que el Príncipe Vladislav terminara con sus “purgas” particulares una nueva amenaza se presentó en su dominio bajo la forma de la invasión nazi. Sin embargo, en esta ocasión no fueron vampiros quienes se atrevieron a desafiar su poder, sino manadas de hombres lobo germánicos que por algún motivo decidieron atacar a las Sanguijuelas de Kiev, quizás por la presencia de uno de sus lugares sagrados o algún artefacto legendario escondido en la ciudad.
La guerra entre hombres lobo y vampiros se cobró muchas víctimas entre la población, pero puede decirse que durante los años de ocupación nazi el conflicto estuvo en gran parte en tablas. Cuando los alemanes se retiraron a finales de 1943 los hombres lobo realizaron un último y fallido intento de acabar con el Príncipe Vladislav y hacerse con el poder en Kiev.
Finalmente Vladislav reclamó su dominio sobre una ciudad arruinada y herida, pero su demostración de fuerza y capacidad de supervivencia le permitieron mantenerse como el gobernante de los no muertos de Kiev. Muchos vampiros habían huido o habían sido destruidos durante la guerra. De forma pragmática el Príncipe Vladislav confiscó las propiedades de los desaparecidos y en una solemne proclamación a principios de 1944 declaró que ninguno de los “cobardes” que habían huido durante la ocupación nazi serían readmitidos en la ciudad.
LA POSTGUERRA
Tras apagarse los fuegos de la Segunda Guerra Mundial, la ciudad de Kiev comenzó un proceso de reconstrucción, crecimiento social y económico y pacificación política. Con el comienzo de la Guerra Fría entre los bloques de los países capitalistas y comunistas se instaló en Kiev un complejo tecnológico muy importante de investigación y desarrollo militar, surgiendo varias industrias derivadas en el campo de la aeronáutica espacial, la microelectrónica y la óptica de precisión. Se crearon numerosas compañías industriales con personal muy cualificado, y el desarrollo de la ciencia y la tecnología se convirtieron en el interés central de la vida intelectual de Kiev. Se crearon docenas de institutos de investigación en diversos campos que formaron la Academia de las Ciencias de la RSS de Ucrania. También se crearon más de una docena de escuelas y academias militares, algunas de ellas especializadas en la guerra tecnológica.
Semejante desarrollo industrial requirió una importante cantidad de mano de obra, que acudió desde las áreas rurales de Ucrania y Rusia. Se crearon grandes distritos e infraestructuras urbanas y de transporte para acomodar a la creciente población. Sin embargo, a pesar del gran coste también se mantuvieron muchos paisajes rurales y arboledas en torno a la ciudad.
Durante el período entre 1950 y 1980 la ciudad en conjunto experimentó un notable crecimiento. Entre los principales avances destaca la construcción del metro de Kiev, nuevos puentes sobre el río Dniéper (conectando el casco histórico con los distritos residenciales de la orilla oriental) y el aeropuerto de Borispil (el segundo de la ciudad).
Muchos importantes políticos soviéticos procedían de Ucrania, como Nikita Khrushchev, que asumiría el liderazgo de la URSS en 1958 y su sucesor Leonidas Brezhnev, líder soviético entre 1964 y 1982, así como destacados deportistas, artistas y científicos soviéticos.
A nivel social las autoridades realizaron una sistemática vigilancia y represión de los intelectuales ucranianos, convenientemente tildados de “nacionalistas” cuando era preciso, que eran considerados una amenaza para la armonía de los pueblos fomentada por la propaganda soviética. Durante la década de 1970 se produjo una nueva oleada de “rusificación” en la enseñanza, restringiendo gradualmente el uso del ucraniano en las universidades e instalaciones académicas, fomentando en cambio el empleo del ruso, que se convirtió en un requisito universal para el ascenso en la enseñanza.
Paralelamente a la represión del nacionalismo ucraniano las autoridades soviéticas también reprimieron brutalmente todo cuestionamiento del régimen, en especial todo elemento relacionado con la democracia, la autonomía de Ucrania y los problemas étnico-religiosos. El nacionalismo ucraniano fue tachado de “influencia burguesa y occidental” a través de las instancias oficiales. Debido a la limitación académica de Kiev, Moscú era el destino preferido de muchos habitantes de Kiev (y ucranianos en general) en lo que se refiere al arte y las ciencias humanas. Desde la década de 1970 en adelante, con un permiso especial del gobierno soviético, gran parte de los judíos de Kiev emigraron a Israel y Occidente.
El accidente de la central nuclear de Chernóbil en 1986, a varias decenas de kilómetros al norte de Kiev, fue una catástrofe que afectó a la vida de la ciudad, tanto sobre el medio ambiente como en el ámbito político y social. Algunas zonas de la ciudad quedaron contaminadas por el polvo radioactivo hasta hoy. Sin embargo, la población de Kiev nunca fue informada sobre las consecuencias del accidente, ni se reconocieron víctimas. El 1 de mayo de 1986 (pocos días después del accidente) los líderes del Partido Comunista local ordenaron a los habitantes de Kiev (incluyendo cientos de niños) que participaran en un desfile civil masivo en el centro de la ciudad para “prevenir el pánico”. Miles de refugiados de la zona del accidente de Chernóbil fueron realojados en Kiev.
El gobierno del Príncipe Vladislav tras la Segunda Guerra Mundial estaba consolidado gracias a la desaparición o huida de sus adversarios o posibles poderes rivales. Vladislav se convirtió en uno de los principales miembros del Consejo Brujah de la Unión Soviética, y en el líder indiscutible de los Brujah ucranianos. Utilizando su influencia atrajo numerosos recursos a su dominio, tratando de convertirlo en la utópica Nueva Cartago, lo que despertó no pocos celos y envidias por parte de sus compañeros de linaje.
El enfrentamiento entre Vladislav y sus rivales en el Consejo Brujah fue en gran parte una guerra de sutiles influencias, decapitando peones políticos en medio de acusaciones de heterodoxia ideológica y nacionalismo burgués. Sin embargo, desde finales de la década de 1970 estaba claro que Vladislav había conseguido deshacerse de la mayoría de sus rivales, que habían sido destruidos o caído en desgracia, dejando paso a una nueva generación de líderes vampíricos.
Tras consolidar su poder Vladislav se volvió más ambicioso, situando a varios chiquillos y agentes suyos en otros dominios, a menudo como “consultores”. Gran parte de Ucrania se encontraba bajo la influencia directa o indirecta de Vladislav, y varios dominios al este y el oeste de la Unión Soviética respondían a sus “sugerencias”.
Cuando el Consejo Brujah de la Unión Soviética aprovechó la invasión de Afganistán para intentar “extender la revolución” y conseguir someter a los Assamitas de la zona, Vladislav fue uno de los principales partidarios del plan, pero ni él ni sus compañeros previeron la drástica respuesta de los Asesinos. Los Brujah esperaban que ante la demostración de fuerza los Assamitas llegarían a una serie de acuerdos y concesiones, pero en su lugar los Asesinos fueron directamente a por las eminencias grises que habían planeado la invasión. Varios miembros del Consejo Brujah fueron asesinados.
Cuando se produjo el accidente de la central nuclear de Chernóbil, Vladislav estaba preocupado por las consecuencias que podía tener el desastre sobre su dominio, y quizás en ese momento descuidó en parte sus defensas. Un Asesino lo acechó durante varias noches y finalmente golpeó, decapitando al Príncipe y huyendo de nuevo entre las sombras.
Para cuando el Consejo Brujah ordenó la retirada soviética de Afganistán era demasiado tarde para Vladislav y otros antiguos del Consejo. Tras la desaparición de Vladislav sus chiquillos se reunieron rápidamente en Kiev para estabilizar la situación, pero otros dominios en Ucrania como Jarkov u Odessa aprovecharon la oportunidad para desligarse de la influencia de Kiev.
En 1987 Leon Suchtelev, el más antiguo de los chiquillos de Vladislav, se convertía en el nuevo Príncipe de Kiev con la bendición del Consejo Brujah de la Unión Soviética y en una situación de crisis e incertidumbre. Sin embargo, lo peor estaba todavía por llegar.
EL FIN DEL COMUNISMO Y LA INDEPENDENCIA
Hacia 1987 la Unión Soviética se enfrentaba a una grave crisis económica y de subsistencia. El líder Mikhail Gorbachov trató de estabilizar la situación mediante una serie de medidas políticas y económicas conocidas conjuntamente como Perestroika, al mismo tiempo que trataba de abrir el régimen comunista hacia Occidente. Las medidas sólo tuvieron un éxito parcial y ante la situación de crisis el descontento comenzó a surgir, especialmente en los territorios con fuertes sentimientos nacionalistas.
En Ucrania surgieron dos nuevas fuerzas políticas: El Roukh (Movimiento Popular Ucraniano de Reestructuración), fundado por intelectuales demócratas y nacionalistas y el Movimiento Sindical Independiente de los Mineros de Donbass, de ideología similar pero de base obrera.
El 21 de enero de 1990 más de 300.000 ucranianos organizaron una cadena humana en memoria de la independencia ucraniana de 1917. El 16 de julio el nuevo parlamento autónomo adoptó la Declaración de Soberanía del Estado de Ucrania, que establecía unos principios de autodeterminación, democracia e independencia política y económica, así como la preeminencia de la ley ucraniana sobre la ley soviética. Comenzó un período de enfrentamiento político entre el gobierno soviético y las autoridades ucranianas.
En agosto de 1991, y ante el intento fallido de los líderes comunistas por derrocar a Mikhail Gorbachov en Moscú y recuperar el poder, el parlamento ucraniano votó un Acta de Independencia. Ucrania se proclamó estado independiente el 24 de agosto de 1991, y Kiev se convirtió en su capital. El 1 de diciembre los ciudadanos ucranianos votaron su separación de la Unión Soviética, y la independencia de Ucrania fue reconocida oficialmente por la comunidad internacional. El primer presidente del país fue Leonidas Kravchuk. Sin embargo, el 8 de diciembre Ucrania se unió a otros antiguos estados soviéticos para formar la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
La idea de la independencia ucraniana contaba con el precedente de 1917, y además el nuevo país contaba con condiciones económicas favorables en comparación con otras regiones de la Unión Soviética. Sin embargo, Ucrania atravesó una profunda crisis económica durante el período de adaptación a la economía de mercado, con un desplome del PIB y una elevada inflación, al mismo tiempo que la tasa de criminalidad se disparó.
En política exterior, Rusia no terminó de aceptar la secesión de Ucrania, dependiente de los recursos energéticos rusos, que fueron utilizados como medio de presión. Por su parte, el gobierno ucraniano aprovechó las armas nucleares heredadas del ejército soviético como baza de negociación, así como el estatus de la flota del Mar Negro, que se convirtió en motivo de litigio entre Rusia y Ucrania.
La economía de Ucrania comenzó a estabilizarse a finales de la década de 1990. Bajo el gobierno del nuevo presidente Leonid Kuchma se elaboró una nueva constitución y el país se convirtió en una república semipresidencialista con un sistema político estable. En 1996 también se introdujo una nueva moneda, la hryvnia.
En 1991 ante la caída de la Unión Soviética el Consejo Brujah convocó una reunión de emergencia. Pronto se descubrió que la anciana Baba Yaga había despertado de su letargo y estaba destruyendo la influencia de los Brujah sobre el país. El Consejo adoptó una serie de medidas de emergencia para neutralizar los planes de Baba Yaga, pero subestimaron su poder. La Bruja fue directamente a por los Consejeros y los destruyó, uno tras otro. Entre los caídos se encontraba el Príncipe Leon de Kiev y el antiguo Siegfried, su principal valedor político.
Ante la caída del comunismo los Brujah se encontraron asediados y se convirtieron en el blanco del odio de los demás clanes que habían sufrido su gobierno, tanto de la Camarilla como del Sabbat. En Kiev, Anton Tomansky, un Toreador procedente del exilio, reapareció de forma repentina en la capital y se proclamó Príncipe, ordenando a los Brujah que cedieran el poder que habían “usurpado”. Feodor Volkov, hermano de sangre del Príncipe Leon y Primogénito Brujah, se le opuso.
Sin embargo, Anton no había realizado su proclamación en el vacío. Apoyado por los clanes Malkavian, Nosferatu, Tremere y Ventrue, consiguió derrotar a los Brujah y destruir a su líder, tomando el poder del dominio de Kiev.
Tras tomar el poder, el Príncipe Anton tuvo que compartirlo con los Vástagos que lo habían apoyado. Aunque en principio muchos Vástagos creyeron ingenuamente que la caída de los Brujah había sido orquestada por un movimiento espontáneo de indignación contra los delirios comunistas, la realidad era algo más siniestra. Los Nosferatu, liderados por el antiguo Piotr Ostromirovich y otros seguidores de Baba Yaga, como el reaparecido Darvag Grozny, líder local del Sabbat, eran los verdaderos poderes que habían provocado el cambio de poder entre la Estirpe.
Prosiguió un período de incertidumbre y confusión. Algunos Vástagos creían que la caída de los Brujah proporcionaría un cambio para mejor, pero lo cierto es que los seguidores de Baba Yaga comenzaron a reclutar a los Vástagos que podían serles útiles y a eliminar a los que podían representar una amenaza. Asesinatos y maniobras secretas se urdían entre las sombras.
La desaparición de Baba Yaga hacia 1999 tuvo profundas consecuencias sobre Kiev. Libre de su influencia, el antiguo Darvag Grozny se mostró abiertamente y trató de conquistar la ciudad para el Sabbat. Los Nosferatu, confusos y asustados, dudaron y el Príncipe Anton quedó libre de su influencia, aunque tuvo que seguir confiando en su apoyo para defender su dominio del Sabbat.
Actualmente Kiev se encuentra en una situación incierta. La ciudad se ha convertido en un campo de batalla entre la Camarilla y el Sabbat, y ambas sectas buscan apoyos para ganar la guerra con la mayor rapidez posible. Tras la caída del comunismo y de Baba Yaga son muchos los que temen la reaparición de un nuevo poder que acuda para arrebatarles su libertad, tan duramente ganada.