UJN - Escena XI: Decisión

[Nyxe]

-Todavía no nos han dicho nada -escuchasteis decir a la señora Dunne a través de la puerta.

-Vale, ¿pero para qué crees que iba a usar Brian toda esa gasolina? -preguntó la señorita Toole

Las profesoras os habían hecho enseñarles dónde estaba la gasolina. Y aunque entrasteis en el ala norte temiendo encontraros de nuevo con Victoria, ésta no apareció en ningún momento.

-No lo sé, pero Brian ya no está y de la gasolina nos podemos deshacer -replicó la señora Dunne.

-Los niños temen que venga alguien mas. -dijo la señorita Toole- Y por los mensajes de Brian podría ser -señaló.

-¿Pero de qué sirve si no nos quieren decir quien?

-¡Están asustados, Emma! -Exclamó la profesora de musica- Y con lo que han visto no es para menos.

Mientras las profesoras comprobaban que el contenido de las botellas era efectivamente gasolina, no dejabais de mirar la puerta por si Victoria aparecía, atentos a cualquier señal de que se hubiese levantado. Pero no se escuchó más ruido que el del viento.

-Ya, eso es lo que me preocupa -dijo Dunne-. Si Brian les ha amenazado... o alguien más -se corrigió al pensar que Brian ya no suponía un peligro-, ¿qué es lo que no se atreven a decirnos?

-No lo sé Emma -respondió Toole con un suspiro-. Pero esos niños han descubierto a Brian, han encontrado los mensajes de su móvil, gracias a ellos han encontrado a Donelly y Fitzpatrick... y ahora nos enseñan esto. Algo han visto, y si nos dicen que temen que alguien venga, yo les escucharía. Dejando las historias de fantasmas de lado -añadió rápidamente, lo que os hizo suponer que la señora Dunne había puesto mala cara.

Habíais agradecido que las profesoras no se demoraran en el ala norte más de lo necesario y os apresurasteis a regresar al pasillo sur. Sin embargo al echar un último vistazo atrás, os fijasteis en que las puertas de las clases en las que dormían Victoria y Erin estaban ligeramente entreabiertas.

-¿Y si es eso lo que quiere quienquiera que trabaje con Brian? -Propuso vuestra profesora-. Todos los niños que han desaparecido lo han hecho de camino a sus casas.

-Salvo ellas dos- señaló Toole-.

Cuando regresasteis al ala norte, pensabais que las profesoras iban a correr a avisar a la policía, pero en lugar de eso, la señora Dunne dijo que las dejarais hablar un momento a solas, y se metió con la señorita Toole en una de las aulas auxiliares. Así que os tuvisteis que quedar esperando en la pasillo, todavía iluminado por el Sol.

-Sigue sin parecerme buena idea -dijo la señora Dunne.

-No digo mandarles a casa otra vez para que vengan y vayan -explicó la señorita Toole-. Digo cerrar el colegio, aunque sea unos días, y que se queden con sus padres. Esto se lo tenemos que enseñar a la policía, y si hablamos con Susan -la directora- seguro que podemos...

-¿Y qué hay de los que no tienen padres, Caitlyn? -le recordó la señora Dunne.

La señorita Toole se quedó en silencio unos segundos. -Bueno, pueden... -empezó a decir casi con timidez.

-Si, no se van a quedar en la calle. ¿Pero después de eso qué? -dijo la señora Dunne. -No te tengo que decir el cristo que se va a montar. -La señorita Toole no dijo nada, y la señora Dunne añadió -Por eso no me atrevo a cerrar el colegio solo "por si acaso".

Ninguna de las dos dijo nada durante casi un minuto, pero entonces escuchais los pasos de una de ellas dirigirse hacia la puerta.

-¿A dónde vas? -preguntó la señora Dunne, casi en tono de profesora.

-A preguntarles de qué tienen miedo -respondió la señorita Toole, con voz seria. -Y si no me dicen nada les diré la verdad. Creo que son lo bastante mayores para entenderla.

Entonces se abre la puerta del aula y la señorita Toole os dice -Niños, ¿podeis pasar un momento?

La señorita Toole os invita a sentaros y os dice con voz calmada. -Chicos, de verdad que no es que no confiemos en vosotros, pero... necesitamos entender qué está pasando. Y se nota que hay algo que no nos estais contando. -La profesora hizo una pequeña pausa-. De verdad, queremos ayudar al resto de niños, no os vamos a castigar ni nada, pero por favor, necesitamos saber qué es lo que habeis visto. ¿Qué es lo que os preocupa? ¿Qué creeis que pueda pasar si nos lo decís?

[Pilgernd]

Cierto alivio me recorre el cuerpo cuando nos acompañan ambas al ala norte, quizás aún con dudas sobre nuestro relatos pero es un avance.

Mientras discuten dentro observo a mis compañero, además de no perder de vista la habitación donde se encuentran Victoria. Las voces de las profesoras en la aula contigua se logran escuchar perfectamente debido al silencio que hay en este lugar, además que no están hablando bajo.

Me acerco a Saorise, para comentar.

-¿Qué más podemos hacer? - mi voz es suave y algo quebrada por los nervios - ¿Cómo podemos decirles lo que sabemos? Lo que nos haya hecho Victoria con esa promesa, es difícil de romper.

Cuando la voz de la señorita Toole se siente que se acerca a la puerta me quedo callado y cuando nos habla, suspiro levemente, pero es más una exhalación, como si hubiese estado aguantando la respiración.

-Señorita Toole, hemos dicho todo lo que podemos decir sin tener que mencionar las cosas que seguramente no nos creerían - me siento maduro por decir esa frase, aunque no sé el por qué - Quien nos tiene amenazado son las personas que trabajan con Bryan... - me quedo callado, pues mencionar a los Marb Bheo nuevamente o a Victoria, probablemente haría que hubiesen más preguntas y podríamos volver a sus dudas de antes.

[Nilia-Niniel]

Desde el momento en que doy mi primer paso de nuevo en el ala norte, siento que algo me llena todo el cuerpo desde mi pecho. Algo que es como un líquido ardiente que viene desde mis recuerdos de Victoria casi obligándome a correr lo más lejos posible de este lugar; pero que a la vez es algo frio que me hace temblar y asfixiarme y pensar en que mi corazón va a reventar de terror si la veo a ella de nuevo.

Pero aun así las sigo, no me queda otra opción, no puedo dejar a Mateo y ellas quieren que vengamos. Escucho lo que hablan ellas dos, veo como revisan la gasolina una vez llegamos a aquella habitación y como después entran a sola a una de las salas; mientras veo y veo cada rincón o recoveco de este lugar, por si Victoria nos está acechando, aunque en realidad no quiero acabar viéndola por nada del mundo.

-No... no sé. -Le respondo a Mateo con voz baja cuando me hace su pregunta, la cual me sale afligida. -Lo que nos hizo ella con esa promesa, no me dejo contarles y fue horrible. -A ti también te paso. ¿Cierto?, quiero preguntarle, pero antes de poder hacerlo escucho salir a la señorita Toole para llamarnos, y en verdad no es necesario; pues estoy segura de que si, de que también le paso.

Escucho la pregunta de la señorita Toole ahora que estoy sentada dentro de la sala donde estaban ellas y la respuesta de Mateo también; mientras yo alterno mi mirada entre la puerta de la habitación por si aparece Victoria y el suelo, aun temblando.

Lo que dice Mateo se puede decir que es cierto creo, pues Victoria ayudaba a Brian por lo que decían los mensajes, pero no se; no se si algo así será suficiente para que hagan algo, que algo así ya lo deben haber supuesto, así que. Miro a la señorita Toole y me paso una manga por mi cara para secar mis ojos que habían quedado algo húmedos de cuando casi llore antes de venir aquí.

-No... no se si voy a poder decir esto, pero créanme que quiero. -Me tomo un segundo pare respirar -Nos... nos creerían si les dijéramos que nos hicieron algo que no nos deja decir todo lo que queremos. Co... como una maldición, aun... aunque eso suene como un cuento de niños. -Pienso en decir aquello y comienzo a mover mis labios para hacerlo, aunque la espera por saber si seré capaz de hacerlo o no por ser algo cercano a revelar a Victoria, es aterradora.

[Nyxe]

Una chispa de frustración se refleja en los ojos de la señora Dunne cuando Mateo vuelve a insistir en que no les creeran, pero la señorita Toole se le adelanta.

-Chicos, de verdad, acabamos de ver la gasolina -dijo, con voz calmada-, así que confiad esta vez en nosotras. De verdad que si nos decís lo que habeis visto vamos a intentar hacer el esfuerzo de creeros.

Sin embargo, el rostro de ambas se volvió mucho mas seri, si aquello era posible, cuando Mateo les dijo que os habían amenazado.

-Eso es diferente -dijo la señora Dunne, notándose la preocupación en su voz. -Y más serio.

Pero en cuanto Saorise dijo la palabra "maldición", la señora Dunne perdió los estribos.

-¡Oh, POR EL AMOR DE DIOS! -exclamó. -¡Que teneis ya...! ¿Once? -la señora Dunne se detuvo una fración de segundo para echar cuentas- ¡Doce! ¡TENEIS YA DOCE AÑOS! ¡Esto es serio! Vuestros compañeros siguen desaparecidos, ¡si es que sigen vivos! ¡Y VOSOTROS CON VUESTRAS HISTORIAS DE FANTASMAS!

-¡Emma! -la cortó en seco la señorita Toole antes de que siguiera soltando improperios, reprendiéndola con la mirada. La señora Dunne se calló por un segundo, que la profesora de música aprovechó para acercarse a vosotros y preguntaros, con voz calmada -¿Es eso lo que sucede? ¿Les habeis visto y os han dicho que no digais nada?

-No creo que nos estén escuchando ahora, ¿verdad? -preguntó- ¿No hay nada que nos podais decir? ¿Que os dijeron que ocurriría si hablabais? Mirad, yo no se qué se hace en caso de amenaza, pero sé que la policía sabe que hacer en estos casos. Aunque creais que no, estudian estas cosas, saben qué es lo mejor que se puede hacer en estos casos. -La señorita Toole os hablaba con una voz demasiado aguda, como si fuerais niños pequeños. Aunque siendo justos, acababais de decirle que os habían lanzado una maldición. -Seguro que a ellos les podeis decir lo que os hayan dicho. Cuándo vendrán, quienes son...

-Caitlyn -le interrumpió la señora Dunne, mucho más calmada-. Si han visto a alguien, no creo que les hayan contado todo el plan.

-Tienes razon- le respondió la señora Toole con un suspiro. -Mirad -dijo volviendo a dirigirse hacia vosotros-, creeis que va a venir alguien, ¿no? Después de ver esa gasolina, lo temo yo también. Así que podemos ir a hablar con la directora y convencerle de que cerremos el colegio unos días, para que os quedeis en casa y nadie corra peligro. No tiene por que oir eso del fantasma y la maldición. Si creeis que es algo que puede pasar, podemos hacerlo. Pero quero que entendais bien por qué no queremos, y no es porque os vayais a perderos clase.

La profesora de música volvió la vista hacia vuestra tutora, pidiéndole permiso con la mirada. Ésta, con los brazos cruzados, asintió levemente, casi a regañadientes.

-Sabeis que este colegio fue en su momento un orfanato, ¿verdad? -dijo la señorita Toole-. Bueno, pues en cierto modo, lo sigue siendo. Algunos os quedais aquí a dormir porque vuestros padres trabajan o viven lejos, pero hay algunos que no tienen una familia a la que volver. -La señorita Toole hizo una pausa para miraros a ambos a los ojos. -No es algo de lo que hablemos normalmente porque no está bien que el resto de niños lo sepan, pero viven aquí porque es mejor que estar en un orfanato de Dublin. No es que sean unos lugares tan terribles como te los pintan algunas películas, ya no... pero tampoco son tan bonitos como los dibujan otras. Si cerramos el colegio, tendrán que ir allí. Y no sabeis el papeleo que habría que hacer para que regresaran. Hay muchos temas de matriculaciones y ordenanzas antiguas involucradas. No os mareo con los detalles porque yo tampoco los conozco exactamente. La cuestión es -dijo, y su tono de voz se volvió muchísimo más serio-, que si se van no va a ser sólo por unos días. Es fácil que los que se vayan no puedan volver hasta el curso que viene. Y entre ellos hay una amiga vuestra -dijo, posando su mirada en Mateo-. Creo que no te tengo que decir quien es, ¿verdad?

La señorita Toole no dijo nada durante unos segundos, dandoos tiempo para que digirierais lo que acababa de decir.

-Si el colegio cierra -dijo, dirigiendose a ambos- puede que no volvais a ver a vuestra amiga nunca más. Sabiendolo, ¿seguis insistiendo en debeis iros?

[Pilgernd]

Con las palabras de Saorise resonando con la palabra maldición no me es extraño que la señora Dunne se exaspere. No creerá en cosas sobrenaturales o similares, aún cuando nosotros fuimos testigos de cosas sobrenaturales este tiempo, pero somos niños... simple niños que pueden inventárselos para llamar la atención o para saltarse clases.

Escucho atento a la señorita Toole, intentando idear una manera de contarles la importancia de todo este asunto, y con su actitud de nuestra profesora de música creo que podemos confiar más, sin tener que revelar aquello que juramos no sacar a la luz. No podemos mencionar cosas que estén relacionadas con leyendas, así que como varios mitos y leyendas se basan en hechos reales o son creadas a modo de lección, debo emparentar mi experiencia con cosas que los adultos temen: asesinos y secuestradores.

-Se sintió como una madición... es lo que Saorise quiso decir - respondo - Pues no solo nos amenazaron a nosotros, sino que a nuestra familia y amigos... dijeron que podrían ir tras ellos si decíamos cualquier cosa de su plan de secuestro durante el incendio - me obligo a mirar a la señorita Toole a los ojos, tratando de obviar que en parte estoy mintiendo.

Esto me hace pensar que quizás, Victoria buscaba atraer a los otro Marb Bheo y destruirlos a todos en el incendio, como esas trampas que se hacen los mafiosos a si mismos en los libros o películas que he visto.

[Nilia-Niniel]

¡¿Habla de Nuala?!

Es la única persona que se me ocurre y no verla nunca más seria malo y triste. Yo no quiero eso, y aquello me hace mirar a Mateo por unos segundos pues estoy desconcertada sobre qué hacer y además, aún tengo la reacción furiosa de la señora Dunne gravada en mi cabeza...

Y es que, ¡¿Por qué se enoja así?! Somos nosotros quienes tenemos la maldición, no ellas, pero... Me contengo, aunque me muerdo mi labio inferior pues siento una mezcla de rabia y desesperación que me lastima, hasta que escucho a Mateo y a donde trata de llevar todo.

Claramente no sirvió intentar contarles la verdad, creen que son cuentos de niños como temíamos, así que lo que está haciendo Mateo puede ser la única opción, que hasta ha pensado en un plan sobre lo que podían haber querido hacer Brian y sus contactos con la bencina; cosa que a mi jamás se me hubiera ocurrido creo.

-Los, los... niños que no tiene hogar. ¿No podrían quedarse en las casas de los que si lo tienen unos días? De... de seguro podría intentar convencer a mi madre que tengamos a Nuala unos días... y quizás a otro más. -Le digo aquello a la señorita Toole y después bajo la mirada, pues suena demasiado fácil ¿cierto? De seguro puede haber un problema con todo eso de los papeles que dijo, aunque también puede ser que no lo haya.

-Lo que dice Mateo es cierto. -Agrego, aunque veo como aun me tiemblan un poco las manos. -Podrían dañar a mi madre y a los hermanos o padres de Mateo. Y a nosotros o todos quienes están aquí. Que si, para hacer lo que dijo Mateo del incendio querían venir varios.

Aun si se puedan quedar o no los niños sin hogar en las casas de los otros, peor sería que los mataran los Marb Bheo, así que debería estar bien que siga con el plan de Mateo pero, esto... esto puede ser triste y no me gusta.

[Nyxe]

-No Saorise, lo siento -te responde la señora Dunne cuando le preguntas por si pueden quedarse con otros padres-. Incluso aunque no estuviera pasando todo esto, no somos sus tutores legales. No podríamos darles permiso para pasar una noche con sus amigos, mucho menos sin saber cuándo van a volver. Y tampoco podemos pedirles eso a los padres, aunque alguno estuviera dispuesto.

-Lo máximo que podríamos hacer -dice la señorita Toole- sería daros el número del orfanato para que podais hablar con ella. No lo tengo ahora mismo pero os lo puedo dar cuando volvais.

Ambas profesoras os escuchan, serias, cuando decís que os amenazaron. Pero no os responden directamente, sino que cavilan entre ellas.

-Si iban a quemar esto, entonces lo mejor es que les mandemos con sus padres -dice la señora Dunne-.

-Bueno, nos podemos deshacer de la gasolina -señala la señorita Toole-.

-Me da igual, si van a venir no quiero que haya nadie aquí -respondió la señora Dunne-. Además, si la policía tiene que proteger a alguien por la noche prefiero que sea a ellos.

La señorita Toole hizo un gesto de conformidad con la cabeza.

-Vale, pues me temo que tendremos que hacer eso -dice la señora Dunne, volviéndose hacia vosotros-. Vais a tener que contárselo a la policía para que os puedan proteger en vuestra casa. Pero si les escuchasteis decir que querían venir y quemar el colegio, podemos hablar con la directora para que lo cierren durante unos días mientras les encuentran. -La señora Dunne entonces os miró a los ojos.- ¿Eso es todo lo que les escuchasteis? ¿O hay algo más que no nos hayais contado?

[Nilia-Niniel]

La seriedad de las profesoras cuando les decimos que nos amenazaron, me impacta. Es super cruel lo que estamos diciendo en nuestra mentira y eso creo que me hace sentir un poco culpable por ello, sensación que aumenta cuando la señora Dunne dice que prefiere que la policía nos proteja a nosotros en vez de al colegio; aunque no, no tengo porque sentir eso. Lo que pasa en la realidad es mucho peor que nuestra mentira, pues los que vendrán son monstruos, estoy segura de que pueden hacernos daño y es que ya nos lo han hecho.

Niego con mi cabeza cuando escucho la pregunta que nos hace la señora Dunne. Se que sabemos mucho más, pero son el tipo de cosas que no nos van a creer. Que Victoria y Erin aún existen pero que son Marb Bheo, que son en realidad estos quienes van a venir, que esto nos los contaron los gemelos de la señora Fitzgerald como fantasmas y quizás muchas más cosas que ahora no logro pensar.

-Yo no recuerdo nada más y tengo miedo, pues no sé qué fue lo que les impidió llevarnos a nosotros como a Kathleen y Jessie. -Aprieto mis labios por unos instantes y me paro de mi silla. -Entonces... ¿van a sacar a los demás? Ese número del orfanato si, entréguenmelo por favor que voy a querer llamar a Nuala. Eso... es algo que les quiero pedir mucho, pues si no voy a estar mucho más triste sin poder hablar con ella.

Se me aprieta la garganta estando de nuevo cerca de llorar, lo cual me hace empuñar una de mis pequeñas manos. No sé porque me importa tanto Nuala ahora, pues, aunque algunas veces hable con ella antes de esto, yo siempre he sido tímida y por eso no le prestaba tanta atención. Pero... ella nos ayudó, estuvo con nosotras frente a Victoria en el ala norte y así, ahora creo que la considero mi amiga además de que no sé... creo que algo le pasaba antes.

Y es que, temía esto acaso. ¿Qué tuviese que volver al orfanato si cerraban el colegio?

Miro a las profesoras esperando a ver si nos van a preguntar más cosas; o si volveremos al colegio.