Prólogo Álex Martel

Mago La Ascensión 20º Aniversario

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Prólogo Álex Martel

#1

Mensaje por Vytros » 05 Jul 2021, 20:33

En mitad de la oscuridad, en una consciencia adormecida parece que una música resuena. Un extraño canto de voces unidas formando un todo conjunto ¿Un lenguaje desconocido? Parece latín, pero distinto. Algo que te parece conocer pero a su vez eres incapaz de encontrar significado a sus palabras. Cuando empieza a resonar en tu cabeza de repente.. la luz de la mañana. És el primer día de cole ¿Se habrán olvidado ya de todo lo sucedido con el padre Lorenzo?

Cuando te levantas, un portafolio antiguo cae al suelo, esparciendo varias fotos por el suelo. De cuando el padre Lorenzo y tu ayudasteis en una campaña de caritas por acción de gracias en un edificio del centro. Una multitud de mendigos con expresiones de agradecimiento o de hastío observaban en una fila interminable mientras tu y el aparecíais con los delantales mostrando grandes cucharones ante una olla enorme. Más fotos de los dos estaban esparcidas ante ti, como una fila interminable de recuerdos. Una de cuando empezaste a ayudar en la iglesia a repartir mantas viejas, otra del padre Lorenzo en una de las conmemoraciones de la iglesia local y hasta una foto angelical de ti mismo con el traje de la comunión. Aunque fácilmente podía confundirse con uno de esos ángeles medievales vestido de marinero. Parece que los ojos de todas ellas te están mirando, juzgándote, expectantes, suplicantes, acusadoras...

- ¡Alejandro, baja que llegarás tarde!- La voz de tu padre, oscura y cascada te llama gritando desde el comedor. El olor del desayuno sube por las escaleras y el sonido angelical del coro parece que resuena desde la radio. Parece que está escuchando la cadena episcopal. Desde la muerte de tu madre, esa música no para de sonar en casa. Lo que oculta el silencio taciturno de tu padre desde que murió mama. Un silencio triste, casi solemne, acompañado por el incesante devenir de salmos, himnos religiosos y sermones resonando en la radio uno tras otro. El hecho que lo echaran del trabajo por restructuración de la empresa no ayudó. Pero hablar de ello sería aceptar que todo es demasiado real, demasiado doloroso para vivir con ello.

A pesar de todo, tu padre hace la colada, la comida, la limpieza y trata de mantenerse ocupado cuando no está con la mirada perdida, frente a un vaso de wiskey barato frente a una gran fotografía de los tres colgada en la cocina. Y por las noches, todas las noches, puedes escuchar como llora en la soledad de tu cuarto, aunque nunca lo reconocerá. Como solía decirle, los hombres no lloran.

Alex Martell (Nyxe)
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Re: Prólogo Álex Martel

#2

Mensaje por Nyxe » 08 Jul 2021, 02:32

Ver las fotos me llena de rabia. No de ira ni de odio, ese es precísamente el problema. Me doy cuenta de que le echo de menos, y eso es precisamente lo que más me cabrea.

En algún momento me planteé tirararlas, pero me niego. Son cosas que he hecho y de las que me siento orgulloso, no voy a hacer como si no hubieran pasado por su culpa. Aunque también las hice gracias a él.

Recojo las fotos con un gesto de rabia y busco en mi estrantería la balda con más libros para meter a presión las fotos y que no se vuevan a caer. Acabo decidiéndome por meterlas entre los libros de clase del año pasado, pero cuando el portafolio ha entrado por la mitad, escucho a mi padre llamarme por mi nombre.

Miro en mi móvil rápidamente qué hora es. Mi padre normalmente me llama Álex, así que si me llama Alejandro es porque es urgente. Si me llama Alejandro Martell significa que está cabreado, y cuantos más apellidos añada más enfadado está. Mamá hacía lo mismo. Así que dejo el portafolio a medio meter (que por la presión de los libros se queda colgando en ligar de caer al suelo) y voy corriendo hacia la cocina.

-¡Ya voy ya voy! -digo entrando a la cocina a servirme rápido el desayuno. Le agradezco mucho que me lo prepare aunque ya le haya dicho que a mí con unos cereales me basta, pero no se me escapa el vaso de whiskey sobre la mesa. No creo que sea bueno beber tan pronto, ¿pero cómo culparle? Lo de perder el trabajo fue la gota que colmó el vaso. En aquel momento le dije que podíamos tirar de mi dinero, pero él me dijo que ni hablar, que lo que ganaba con mi trabajo era mío. Además, entre el finiquito y el seguro de vida de mi madre, teníamos todavía para aguantar un tiempo. Sin duda encontraría un nuevo trabajo para entonces.

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Re: Prólogo Álex Martel

#3

Mensaje por Vytros » 10 Jul 2021, 00:30

Nada más entrar en la cocina, el cuadro con la fotografía de los tres cayó al suelo, estrellándose y rompiendo el cristal del cuadro. La imagen de tu madre te observa silenciosa, con un halo angelical y la mirada llena de amor y ternura. Casi puedes escuchar su dulce voz cantándote canciones de cuna para consolarte en las noches de enfermedad y tristeza. Cuando se metían contigo, cuando sentías dolor, cuando estabas solo.

Una luz pareció reflejarse en el cristal quebrado, y por un instante, pareció que tu madre llorara, por haberos dejado solos, por abandonarte, como todos.

- Maldita sea. Puta pared de mierda, y putos clavos defectuosos.-

Dijo tu padre levantándose, estaba más borracho de lo que parecía y se tambaleo para tomar de nuevo el cuadro y dejarlo sobre la mesa, con tan mala pata que se cortó con el cristal. Manchando de sangre el suelo y la fotografía.

- Puta madre de la gran chingada. - Trató de parar la sangre con un trapo mientras veíais como la luz confería un aura extraña sobre el. un aura oscura, gris, negra. Estaba sufriendo, y no solo por el corte, y el aura que desprendía contrastaba con la luz que seguía brillando alrededor del rostro de tu madre. Y sin embargo ya no estaba, porque Dios había decidido llevársela de vuestro lado.

"El ser humano ha llegado a ser como uno de nosotros, pues tiene conocimiento del bien y del mal. No vaya a ser que extienda su mano y también tome del fruto del árbol de la vida, y lo coma y viva para siempre"

Esas frases del génesis resonaron en tu mente. Eran las palabras del padre Lorenzo reflejando el conocimiento de la biblia. La condena de la muerte por culpa del pecado. El había expulsado al hombre del jardín del edén, y lo había maldito con la muerte. Malditos a sufrir la pérdida de aquellos a quienes más amaban hasta el fin de sus días. Alejados del árbol de la vida.

Una figura alada parecía dibujarse contra la luz de la mañana, acusadora, rebelde, compasiva, llena de dolor y repulsa, hasta que tu padre cerró las cortinas con la mano cubierta por un trapo de cocina.

- Será mejor que te acabes eso rápido y vayas a la escuela. Esta familia ya tiene bastante con un inútil.- Dijo saliendo de la cocina y adentrándose en el baño para tratar de curar el corte.

Alex Martell (Nyxe)
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Re: Prólogo Álex Martel

#4

Mensaje por Nyxe » 13 Jul 2021, 13:54

-Espera, dejame ver- le digo a mi padre acompañándole al baño. No porque no le viera capaz de curarse la herida el sólo, pero yo veía mejor de cerca que él y si se le había quedado una esquirla de cristal en la herida iba a poder quitársela mejor. Por suerte no hay ninguna y la herida no era muy profunda, así que le echo un poco de agua oxigenada con algodón. -Creo que no hace falta tirita -le digo antes de volver a la cocina a recoger las cosas.

Con cuidado pero con rapidez, recojo los cristales y los tiro a la basura, y cojo un poco de papel de cocina para limpiar la sangre de la foto. Espero que no se estropee. Tras un par de pasadas, la dejo encima de la nevera. Ya veremos luego si le buscamos otro sitio donde ponerla, ahora tengo prisa así que me sirvo los cereales y me pongo a comerlos rápido. Pero entre tanto me da por pensar que es irónico que en diez minutos que llevo despierto ya se me hayan caido las fotos al suelo dos veces. Tengo la sensación de que mi mundo se está tambalendo, y parece que las fotos han decidido hacer lo mismo. O más bien, se está haciendo pedazos.

Miro por la ventana mientras acabo de tragar las últimas cucharadas, volviendo a recordar esas palabras del padre Lorenzo. No se por qué me han venido ahora mismo a la cabeza, pero pensándolo, es verdad que llevo unos días pensando en algo parecido. En hacer algo que se suponía que no debiamos hacer, pero que realmente no veía ningún motivo para no intentarlo. Parecía una advertenia de mi subconsciente, pero, ¿fue realmente malo probar del fruto del conocimiento? Según la historia, si lo fue, fue porque a Dios le pareció mal, Adán y Eva no hubieran podido sobrevivir fuera del paraiso sin ello.

Y cada vez estoy más convencido de que Dios ha dejado de vigilarnos.

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Re: Prólogo Álex Martel

#5

Mensaje por Vytros » 16 Jul 2021, 02:34

Acabas con tu desayuno y sales a la calle. El sol de la mañana te deslumbra por un momento, y parece que esa figura de luz aparece recortada de nuevo contra el horizonte. Cuando vuelves a mirar las nubes han cubierto el cielo y esa figura ha desaparecido, como si nunca hubiera estado ahí. Avanzas por la calle y tus pasos te llevan hasta delante de la iglesia, sin saber muy bien por qué tomaste esa ruta. Aún te parece escuchar los coros de la iglesia, seguramente procedentes de las clases de canto de la mañana. Sientes una sensación de paz, de familiaridad y de esperanza que se desvanece a medidas que te alejas.

Cuando llegas a Nuestra señora de la piedad, sus rejas te dan la bienvenida, con las enormes puertas abiertas, el gran edificio principal con su cúpula de piedra caliza y sus alas de ladrillo rojo. Era un edificio familiar, casi acogedor. Hasta te pareció ver como las nubes se apartaban de nuevo para proyectar su luz sobre los ángeles esculpidos en los tejados del edificio principal, observando vigilantes a sus alumnos. Como si fueran ancestrales protectores.

Vuelves la vista al suelo y un río de adolescentes con granos, chavales y algunos profesores con gesto de resignación llenan el patio principal frente a la escalinata. En sus extremos más alejados, frente a las alas de piedra gris se agrupan grupos de alumnos de los últimos cursos en los bancos de madera, viendo vídeos en el móvil, riendo y contando las anécdotas del verano.

Un grito llama tu atención, al parecer el grupo de matones del equipo de futbol habían encontrado una nueva víctima. Estaban coreando mientras arrastraban a un chaval enclenque y joven, seguramente de primer curso por el patio hacia uno de los extremos más alejados. Habían varias opciones para su bienvenida, desde acabar encerrado en los lavabos de las chicas, pasando por aguadillas en la taza del váter y desvalijado en el patio trasero o el completo con final de lanzamiento al contenedor de basura del colegio, donde tiraban los restos de la cafetería al otro lado del edificio.

Alex Martell (Nyxe)
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Re: Prólogo Álex Martel

#6

Mensaje por Nyxe » 21 Jul 2021, 18:59

Supongo que a NADIE le gusta el instituto, pero no deja de parecerme irónico que todos los institutos tengan rejas. Es como admitir que estás encerrado, y que al mismo tiempo los profesores te digan que es algo que te tiene que gustar... ¿a quién pretendes engañar? Entiendo que legalmente es obligatorio ir al colegio, nunca he estado en contra de eso. Pero... no pretendas negarlo. Además, las rejas ni siquiera cumplen su función. Yo nunca me he escapado de clase, pero hay veces que se te escapa un balón o cualquier cosa. Y sé como poco tres puntos por los que se puede escalar la valla casi sin dificultad. ¿Tan dificil es hacer las cosas bien?

Entonces escucho el grito del chaval al que los matones estan arrastrando. Él no me ve, pero lo miro con lástima. Ojalá pudiera ayudarle, pero yo no tengo fuerza suficiente como para enfrentarme a ellos, y no es la primera vez que han ido a por mí. Hace no tanto, hubiera agradecido que hubiesen ido a por él y me dejaran a mi en paz y me habría desentendido.

Vuelvo a mirar a los ángeles del tejado. Ahora no me puedo escudar en que no puedo hacer nada. Porque sí puedo.

Cojo mi movil y utilizándolo como un espejo para desviar la luz del Sol, dirijo un rayo de luz hacia los chicos. Concretamente hacia sus piernas. La luz era seguramente lo mas sagrado que existía en el universo, al menos en el sentido físico. No era ni materia ni energía, era ambas y ninguna a la vez, y estaba convencido de que igual que la Tierra surgió del Sol, toda la materia y la energía del universo surgió de la luz. Siempre se movía en linea recta, más rápido que cualquier otra cosa. ¿Que podía haber mejor para dirigir un hechizo hacia un punto concreto?

Según el Cristianismo, el mundo se creó por la Voluntad de Dios a través de su Palabra. Si eso era cierto, esas palabras aún resonaban en toda la Creación, y esta debería seguir respondiendo ante ellas. Así que quien las conociera podía manipular la existencia a su vez con ellas. Suena lógico, pero cualquier persona te diría que es una tontería, ¿verdad? Podría decir que es falta de fé, nadie lo creería porque no lo ha visto. Pero no sería justo porque yo tampoco tengo fé. Yo estoy seguro de lo que digo porque lo he comprobado.

-Et ecce sunt primi, qui erunt novissimi- susurro en latín. "He aquí los primeros, que serán los últimos". Y gracias al haz de luz, transmito esa orden hacia las piernas de esos matones para revolver la energía cinética alrededor de sus piernas y hacerles tropezar. No necesito agitar mucho el movil, están lo bastante lejos como para que el haz me tiemble bastante. Espero que el chaval sea lo bastante avispado para aprovechar y salir corriendo.
Última edición por Nyxe el 24 Jul 2021, 18:48, editado 2 veces en total.

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Re: Prólogo Álex Martel

#7

Mensaje por Vytros » 24 Jul 2021, 01:39

Las palabras de Alex resonaron en sus labios, cargadas del poder de aquel que ha abierto los sellos de la sabiduría divina contenida en las sagradas escrituras. Aquel capaz de invocar la luz de Dios para hacer cumplir su voluntad, dando cumplimiento a su sentido. Utilizando la sabiduría divina para proteger a los débiles y aplacar a los orgullosos.

De nuevo una escena de su pasado volvió a él con nitidez sobrecogedora. Parecía incluso poder oler el perfume de las velas consumidas, la madera de los retablos y el sándalo del incensario. El padre Lorenzo estaba sentado frente a él, en la vicaría. Solo unos meses antes del.. incidente. Y sus palabras sobre la humildad y la defensa del más débil resonaron en el eco de las paredes de piedra de la iglesia, con su voz cálida y suave.

Todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido, Alex. Porque Bienaventurados los pobres que lo son de corazón, que se saben pecadores. Esas son las palabras del señor, los últimos serán los primeros, y los primeros serán los últimos.

Los cinco chavales que estaban arrastrando ya al nuevo, un chaval de unos 11 o 12 años con la camiseta de pokemon rasgada y manchada de tierra, los pantalones vaqueros medio bajados mostrando unos calzoncillos a rallas y la mochila abierta. El estuche con los lápices y bolígrafos estaban esparcidos y pisoteados por el suelo, las hojas del libro de matemáticas dobladas con el libro sobre la gravilla de la entrada y el bocadillo se lo estaba comiendo uno de los abusones. Su pelo moreno estaba revuelto y sus ojos azules mostraban una mezcla de terror y desesperación mientras gritaba convulsionándose para liberarse de la presa de sus captores.

De repente una corriente de aire y calor se levantó del suelo, siguiendo las palabras de Alex para impactar en los tobillos de los chavales. Eso y los intentos por liberarse de la víctima dio con ellos en el suelo, cayendo de las formas más cómicas mientras las nubes se abrían para iluminar su humillación. La justicia divina parecía que empezaba a brillar al fin en Nuestra señora de la piedad.

Cuando el niño al que estaban maltratando observó incrédulo como sus atacantes caían por el suelo empujados por un viento repentino empezó a reír. Su expresión se tornó odio y el viento arreció con una brisa fría procedente del norte. Las nubes volvieron a cubrir el sol, las maderas del banco cercano donde estaba sentado antes de ser asaltado por aquel grupo de matones empezó a crujir con fuerza al tiempo que el viento se volvía más agresivo.

Las niñas empezaron a gritar mientras sus faldas plisadas se levantaban ante el viento repentino y se apresuraban a refugiarse en el edificio, dejando en pocos momentos el patio a los pies de la escalinata principal vacío, sacudido por nubes de polvo y aren. Solo quedaban los profesores aguantando las puertas del edificio principal y exhortando a gritos a los alumnos para que entraran y el grupo de abusones incapaces de levantarse junto a su víctima de pie ante ellos que empezó a reír con una carcajada cruel. Ante la mirada de Alex y en apenas unos segundos una escena de bulling clásica se había tornado en una especie de parodia surrealista. El pequeño, aún con el pelo revuelto y la camiseta de pikachu destrozada empezó a patear a sus compañeros en la cabeza, propinándoles tremendos golpes en el estómago y gritando con lágrimas en los ojos. Mientras la llamada del trueno resonaba en el horizonte, amenazando tormenta con los primeros vientos del otoño acompañados de un penetrante olor a tierra mojada.

Alex Martell (Nyxe)
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Re: Prólogo Álex Martel

#8

Mensaje por Nyxe » 27 Jul 2021, 21:22

Observo al chico devolvérsela a los matones. No puedo decir que me parezca mal, esos capullos se lo merecían. Pero creo que hubiera sido más sensato aprovechar para salir corriendo. Quizá alguno se levantaba y le agarraba otra vez. O tal vez sí fuera lo mejor. Aunque corriese esta vez, iban a seguir jodiéndole durante todo el curso. Tal vez si aprovechaba para romperles algo ahora le dejaban en paz. O tal vez le esperaban a la salida y le partían la cara. Pero es decisión suya. Yo le he dado la oportunidad, el cómo decida aprovecharla es cosa suya. Sólo espero que le salga bien la jugada.

Sin perder mas tiempo, termino de cruzar el patio y entro en el instituto sin dedicarles una mirada más a los matones.

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Re: Prólogo Álex Martel

#9

Mensaje por Vytros » 29 Jul 2021, 20:32

Cuando cruzó las puertas dobles de madera antigua de la entrada principal una imagen familiar se abrió ante el. Varios alumnos en sus taquillas colgando fotos y guardando sus cosas. A pesar del vendaval y las primeras gotas de lluvia ninguna parecía haber empapado su pelo, o mojado más allá de una gotas su uniforme escolar. Unas gotas de rocío brillaban sobre sus mejillas confiriendo un aura de pulcritud que destacaba con el resto de alumnos con el pelo alborotado y lleno de polvo, hojas y gravilla. Se habían agrupado en cuadrillas comentando la última fiesta en casa de la jefa de animadoras. Varios del equipo de futbol reían mientras observaban al grupo de chicas que estaba al fondo, intercambiando chanzas y golpes en la espalda de forma amistosa presumiendo de sus conquistas. Uno de los profesores, el señor Winters, llamó al resto de alumnos de afuera empezando a cerrar las puertas luchando contra el viento de tormenta.

De repente un frio helado recorrió las entrañas de Alex, junto con un sudor frío. Entonces apareció el chaval del que habían estado abusando, no debía medir mas de metro y medio de alto, con el pelo moreno y desordenado, los ojos azules y el rostro pecoso. La camiseta de Pikachu estaba desgarrada y manchada de sangre y de sus pequeños puños goteaba sangre, formando un camino de gotas carmesí.

De repente los alumnos se quedaron callados, observando la siniestra imagen al tiempo que el profesor se acercaba a el. Una descarga de dolor sacudió de nuevo a Alex, sintiendo rabia, abandono, soledad, una ira capaz de consumirlo por completo.

Sin apenas entender qué estaba pasando sus recuerdos volvieron al fatídico día. Las palabras de su corazón sincerándose, la expresión del padre Lorenzo, el tacto de sus manos subiendo por el pantalón, esa mirada de culpabilidad. Un frio helado que le abría las entrañas. Se sintió vulnerable, lleno de ira y soledad de nuevo. Aunque tenía la sensación de que esas emociones no eran suyas ¿O si lo eran?

Los alumnos empezaron a chillar, el niño golpeó con fuerza al profesor. Sus ojos ya no eran azules, eran oscuros, una mezcla de ámbar y madera mientras golpeaba con sus pequeños puños el estómago del profesor de historia, dejándolo doblado sobre el suelo. Las luces empezaron a parpadear y los compañeros huyeron en desbandada, ocultándose en los baños y las aulas en medio de una algarabía de gritos y llantos de terror. Parapetándose tras las mesas de los pupitres. Fuera resonó el trueno y empezó a llover con fuerza trayendo un olor a regaliza y a tierra mojada.

Volvía a estar solo y el chaval manchado de sangre le observó sonriendo. Un aura oscura lo abrazaba a sus espaldas, su pelo había desarrollado tonos claros, y su rostro estaba surcado por lágrimas de sangre.

- Venganza. Me ayudaste a vengarme, merecen la muerte por lo que me han hecho, todos ellos. Solo tu me comprendes.

Alex Martell (Nyxe)
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Re: Prólogo Álex Martel

#10

Mensaje por Nyxe » 01 Ago 2021, 13:08

Yo tambien me quedo pasmado cuando veo a ese crío sangrando. ¿Qué le habían hecho? Lamento que haya acabado así, pero quizá ahora algún profesor se digne a hacer algo.

Sin embargo cuando veo que ataca al profesor de historia me doy cuenta de que esa sangre no es suya. Por un momento me pregunto qué he hecho, si eso ha sido culpa mía, pero al ver los ojos del niño me doy cuenta de que eso no ha tenido que ver conmigo.

-¿Pero de que coño vas? -pregunto, acojonado, incapaz de reaccionar de otro modo. Realmente me planteo alguna clase de posesión... ¿demoniaca? No se me ocurre otra cosa, pero, ¿por qué ahora? ¿Acaso lo había atraido yo? ¿Pero entonces por qué no me había atacado a mí?

-¿Qué es lo que quieres? -le pregunto, intentando averiguar algo y hacer algo de tiempo mientras pienso en una forma de salir de la situación y evitar que haga daño a nadie más.

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