Prólogo Ofelia

Mago La Ascensión 20º Aniversario

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Prólogo Ofelia

#1

Mensaje por Vytros » 05 Jul 2021, 23:10

Oscuridad, y un extraño sabor amargo en tu boca. A regaliz, a tierra, a sangre. Un latido que inicia en tu pecho, recorre todo el cuerpo, una nana susurrada por el viento. Con el sonido tarareado en un idioma que no alcanzas a reconocer, y de todas formas te resulta familiar. El sonido de un águila en el cielo, una advertencia.. despierta.

Te levantas y sientes como alguien está tirando de tus sábanas. Cuando consigues abrir los ojos la ves a ella, tu amiga en tu casa. Tratando de levantarte con esa sonrisa de complicidad que compartíais. No es posible, hace tanto tiempo y sin embargo emma está ahi tratando de despertarla y arrojando una almohada a su cara.

- Eh, venga Ofelia despierta, llegaremos tarde a la escuela. Y hoy pasarán grandes cosas.

Empezó a curiosear por tu habitación, observando los cuadros, los posters, rebuscando en tus libros. Tomó uno de lomo grueso y páginas en blanco, donde anotabas todas tus experiencias como bruja. Tu libro de las sombras.

- Vaya alguien ha estado practicando sin mi. Esto es muy bueno Ofelia. Tenemos que volver a practicarlos juntas ¿Parece que han pasado siglos verdad? Llega el otoño, y las hojas traerán viento fresco. Pero también es viento de tormenta. Nuevos retoños de setas en anillos encantados. Pero que es eso, tus dibujos no han mejorado ¡Pero que es eso! ¿Lo has hecho tú ?¡Es precioso!

Dice al tomar entre sus manos una de tus últimas piezas de cerámica que realizaste en clase de artes plásticas.

- Estas obras adquieren mucha resonancia cuando se hacen con los fragmentos apropiados, toman vida propia, resuenan con el cosmos. Pero venga que llegamos tarde. Oh venga ya, huele a perro mojado y a noche cerrada.

Dijo descartándolo con un gesto de su mano y pinzándose la nariz.

No podías creerlo, estaba ahí. Seguramente la habría dejado pasar tu abuela, ya la conocía. Después de tanto tiempo al fin estabais juntas de nuevo. Pero mil y una preguntas seguían dando vueltas, el sueño, ella curioseando por tu habitación como un vendaval. El primer día de clase..

Ofelia Siddal (CorvusCorvian01)
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Re: Prólogo Ofelia

#2

Mensaje por CorvusCorvian01 » 06 Jul 2021, 16:44

Me despierto mareada y asustada, con aún esa nana en mi cabeza, tan incierta como familiar. Sin embargo, todas esas cosas desaparecen en cuanto veo esos dos ojos azulclaros, mi corazón se detiene de golpe durante lo que a mi me parece una eternidad, pero su sonrisa hace que vuelva a latir como si nunca lo hubiera hecho, y simplemente no puedo dejar de mirarla. Miles de preguntas se alojan en mi cabeza: ¿Ella es real? ¿Me estaré volviendo loca? ¿Cómo es posible que a pesar de todos los años, siga provocando que mi cuerpo tiemble? ¿Por qué me abandonaste?

En cuanto siento la suavidad de la almohada contra mi cara, todas mis dudas desaparecen, y sólo puedo sentir algo que sería incapaz de escribir con palabras, es cómo si mi alma se desgarra de pura felicidad, y a la vez me siento como la pieza de piano de Claude Debussy, Claro de Luna, a pesar de sentir esa tristeza y melancolía, siento paz. Una que hacía mucho que no sentía, por un breve momento huelo al perfume con olor a orquídeas de mi madre, y siento un inmenso calor que me recorre por todo el cuerpo, que me transporta por un segundo a los abrazos de mi padre. Tantas sensaciones juntas me abruman, y a la vez me tranquilizan, con el pasar de los segundos menguan su intensidad, pero siguen ahí de fondo.

En cuanto oigo su dulce voz, algo se activa en mi interior y empiezo a prepararme deprisa para ir al Instituto, me miro en el espejo de mi armario, y veo mi pelo desordenado, mi viejo pijama gris de conejo, y mi cara con ojeras. Sintiendo una enorme vergüenza por no estar presentable para ella, e intento darme la máxima prisa en vestirme. Además de verme a mí en el espejo, veo a Emma pasearse por mi habitación, con la elegancia que sólo una verdadera Ninfa de los bosques podría tener.

Seguidamente de vestirme, con una camiseta corta negra, de algún anime que Dorothy me haya recomendado, una falda larga verde oscura pero de tela fina, y unas sandalias marrones provenientes del mercadillo, y una chaqueta a juego, para finalizar con mi enorme bolso naranja de lana hecho por mí. Veo cómo Emma coge mi libro de sombras, de encuadernación negra, y siento la necesidad de quitárselo, debido al gran valor que tiene para mí, sin embargo, me doy cuenta que no es mi abuela gruñona, Amber, y no hay peligro si lo ve.

Al volver oír su voz, me siento en mi cama, mientras veo cómo comenta algunos de mis dibujos. En el momento que me dice que no he mejorado en nada, le miro con mi cara asesina que ella tanto ama, le encanta hacerme rabiar con mi arte. Ella me ignora con su típico descaro, y sus ojos paran en unas de mis más recientes obras de cerámica, un cuenco tibetano, o al menos un proyecto de uno. Emma tiene razón, necesito materiales de más calidad, pero me temo que de momento ni en el colegio, ni en mi casa me puedo permitir adquirirlos.

Cuando le cojo el cuenco de sus manos, y hacemos contacto físico, puedo sentir esa resonancia a la que siempre se refiere, como una vibración que nos une para siempre, y me da la vida con su personalidad única. Seguidamente de quejarse del olor a perro mojado, y a noche cerrada, tengo un flashbag de la noche anterior, en la cual me escape a uno de esos edificios abandonados con Fobos y Deimos, algo más que unos simples compañeros de viaje, son mi familia, y mucho más que eso, es una de las bendiciones de mi señora Hécate. ¡Mierda! Digo para mis adentros debí haber puesto a lavar la ropa sucia ayer, como se entere Amber me mata viva, además se me olvido ventilar la habitación, ahora va a tardar en irse el olor. No entiendo cómo puede ser que esas dos entidades espirituales, huelan así de mal, podrían intentar disminuir el olor.

Iba a decirle que me disculpara por el desorden, y el mal aroma, pero cuando volví a ver esos dos grandes ojos sobre mí, otra vez, me quedé sin respiración. Ahora estábamos más cerca, y a pesar de todas estas emociones que vienen y vuelven, me sentía en un sueño dentro de otro sueño. Aunque mi cuerpo temblara, y sintiera todo tipo de sensaciones, mi boca seguía con ese sabor amargo en la boca, el óxido de la sangre, el fuerte olor a tierra, y el intenso sabor de regaliz me hacían la promesa de que algo malo se avenía, pero una parte de mi no le importaba, o por lo menos ahora, no demasiado. Y con la boca seca y adolorida, como si llevara siglos sin hablar, y con la firme sensación de que una palabra mía podría cambiarlo todo, dije algo que salió de lo más profundo de mi alma.

Te… amo… Emma. - Mi voz salió temblorosa y aguda, algo impropio de mi voz de camionero, y una traidora lágrima salió de mi ojo izquierdo, para luego salir otra del derecho, hasta que no podía parar de llorar, llegando al punto de no poder ver bien.

Y con todas las fuerzas que aún me quedaban encima, le abrace como si fuera lo único que tuviera en la tierra. A pesar de todo ese llanto incontrolable, me sentía la persona más feliz del mundo, y siendo fieles a la verdad hacía mucho que no me sentía así de dichosa. En mi mente entró en un trance de pura felicidad, amor, melancolía y mucha paz, y mi voz dándole las gracias de todo corazón a mi diosa, mientras mi voz mundana sollozaba sin parar de decir, te amo. Sin embargo, una parte de mi tenía miedo, sabía que esto no duraría para siempre, y que la advertencia del águila se cumpliría, pero sinceramente eso ahora mismo me da igual.
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Espero a verlo hecho bien, [mention]Vytros[/mention] , si crees que me he pasado describiendo las emociones, o tienes algún consejo, dímelo sin miedo. Atentamente, Corvus.

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Re: Prólogo Ofelia

#3

Mensaje por Vytros » 09 Jul 2021, 23:26

Emma se sorprendió ante el embite de Ofelia, casi sin aliento se quedó callada por unos segundos. Luego sonrió, con esa expresión mezcla de amor, compasión y afecto. Acarició el pelo de su alma gemela, había tanto que aún no sabía, tanto por descubrir.. Dejó que pasaran los segundos, en un instante que pareció eterno entre ellas, corazón con corazón, latiendo juntos en un abrazo de unión. De repente los recuerdos inundaron la sala, como si fueran vívidos pensamientos, en cada una de las ocasiones que habíais pasado juntas.

- No es muy pronto para ese tipo de confesiones. Ni siquiera me has invitado a cenar.

Dijo con una risa alegre y musical, como las aguas claras de los riachuelos de montaña. Acarició su cabeza de nuevo y besó su frente, su mejilla, sus labios. En un gesto cariñoso, sencillo, apenas una caricia salada por las lagrimas y dulce con toques de fresa y salvia. Ema se apartó cogiendo su rostro entre las manos. Secando las lágrimas con sus dedos.

- Siempre estaremos juntas. Somos parte la una de la otra, siempre estaré contigo. Siempre lo he estado. Aunque a veces no podamos verlo.

Sin esperar un segundo volvió a retomar su actividad registrando libros y dibujos. Y haciendo gestos para que se vistiera y espabilara. Al final decidió salir por la puerta trotando por los escalones mientras gritaba.

- Voy bajando, la abuela nos espera. Y creo que ha hecho Pan cakes. Humm adoro los pumcakes. Voy a ponerles tanto sirope que tendré que pescarlos para que no se vayan nadando.

Cuando te quedas sola, sientes el gruñir de tus nuevos amigos. Están alertándote de un peligro, de algo que no encaja. Te observan con ojos rojos desde el fondo de tu cama, huele a tierra mojada y a regaliz. Sientes el resonar de un eco lejano, un ágila calva, sientes humedad y huele a flores salvajes, te recuerda el cuadro que guardas como recuerdo de tus padres en el sótano. El mismo que a veces había sido compañero, a veces guía y en ocasiones maestro de verdades ocultas en sus pinceladas. Te sientes extraña, como si hubiera una presencia más contigo ¿Habías arrastrado alguna presencia más a parte de tus nuevos guardianes?¿Algún espíritu salvaje, ninfa, duende o elemental había entrado por la ventana mientras dormías? Sientes que no estas sola y en mitad de esa sensación el grito de Emma resuena desde la cocina.

- ¡Tortitaaaas! Ofelia baja ya, que se van a enfriar!

Ofelia Siddal (CorvusCorvian01)
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Re: Prólogo Ofelia

#4

Mensaje por CorvusCorvian01 » 12 Jul 2021, 15:48

Toda la niebla emocional se disipa con su dulce y gentil toque, mi respiración se tranquiliza como el agua salada después de una enorme tormenta, que a pesar de seguir emanando ese traicionero líquido salado de mis ojos, consigo obtener una paz solo comparable a la del vasto mar después de una cruel tormenta. Creo que he conseguido sorprenderla, algo que jamás había logrado, y lo peor es que también lo he hecho a mí misma.

Me concentro en nuestros latidos, en esa conexión tan especial que sólo puedo conseguir con Emma. Su voz burlona, hace que mi mente sea consciente de lo que realmente acababa de hacer, y como si me hubiera atravesado un rayo los pensamientos se suceden uno tras otro. “¡Mierda! ¿Qué coño he hecho? ¿Me acabo de declarar? Emma me va a odiar, como he podido arruinar lo nuestro. ¡Tierra trágame!”

Todo mis pensamientos se paran en cuanto oigo su angelical risa, pero sobre todo cuando noto sus besos en mi frente y mejilla. Las venas de mi cara se expanden como si de las raíces de un árbol se tratará, provocando un enorme rubor en mi cara, mis piernas empiezan a temblar de la emoción. Sin embargo, en el momento en que me besa en los labios, sintiendo el sabor de la fresa mezclado con la salvia, una enorme felicidad me inunda, tanto que hace que me olvide de todo.

Su confesión me devuelve a mi pequeña habitación, mis ojos aún llorosos reflejan un enorme brillo sólo comparable a la de un gigantesco relámpago. Al final ella tenía razón, en otoño se avecina el viento de tormenta, el cuál provoca en mi interior. Mis manos tocan mis labios intentando capturar esa sensación para siempre, mientras mi mente procesaba todo lo que acababa de pasar. Emma sin embargo, seguía como si no hubiera pasado nada, curioseando y revoloteando por mi habitación, esa era una característica que amaba de ella, da igual lo que pasará, ella seguía a flote.

Al final se acabó yendo a por pumcakes, mientras yo seguía como una tonta de pie, intentando comprender lo que había pasado. Esa profunda sensación de confusión y desconcierto era profundamente familiar, Emma tenía el poder de romperme para luego recomponerme más fuerte, y dejarme con una cara de absoluto asombro.

Cuando me disponía a bajar, noté los gruñidos de Fobos y Deimos, sus ojos rojos me advierten de un inminente peligro. Me descalzo, intentando hacer la máxima conexión con la tierra, e intento abrirme más allá del velo de lo visible, vuelo a sentir el óxido en mi boca, el sabor a regaliz, y el profundo olor a tierra mojada. El eco de un águila calva resuena en todo mi habitación, provocando la tensión de mis músculos, no había ninguna duda, algo estaba pasando. Mis ojos no paran de moverse, de un sitio a otro en busca de respuestas, hasta que el súbito recuerdo del cuadro de mis padres llega a mi mente. “¡Necesito su ayuda!”.

La presencia se hace más evidente y clara, mientras voy cogiendo mi libro de sombras, algunas velas escondidas, e incienso, dejándolos en el bolso. La voz de mi alma gemela se hace presente, tranquilizándome, y haciendo que recuerde sus palabras: "¡Siempre estaremos juntas!”. Respiro profundamente, e intento buscar la paz de Hécate, mientras toco mi colgante con las cenizas de mis padres, y siento ese calor familiar que jamás se ha ido. Acaricio a mis familiares, mientras les transmito que no pasa nada, abro la ventana y les invitó a salir para que puedan desfogarse. Cojo mi bolso, me pongo mis sandalias, y aún recordando todas esas sensaciones intento quedarme con lo bueno, aunque con la mente fija en la idea de descubrir la misteriosa presencia.

¡Emma me tienes que ayudar con un proyecto en el sótano! - Digo mientras bajo las escaleras, un poco más calmada. - Por cierto abuela, ¿Cuántas veces tengo que decirte que no es necesario que cocines? - Le digo tratando de sonar lo más normal posible, para evitar preguntas incómodas.

Aún con una sonrisa tonta en mi cara abro la puerta de la cocina, esperando que Amber no sospeche nada, sin embargo, al utilizar la palabra “abuela” seguramente haga que descubra que oculto algo. Pero ya es tarde para huir, y como si del loco del Tarot se tratará, doy un salto de Fe, mientras espero que todo vaya bien.

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Re: Prólogo Ofelia

#5

Mensaje por Vytros » 16 Jul 2021, 00:39

Tus pasos te conducen por las escaleras, ves la cocina al llegar al rellano. Tu abuela está observando la sartén, y el dulce olor a vainilla y sirope de arce es inolvidable. Es la misma receta que siempre hacía mama, de alguna forma te sientes protegida. Tu collar está cálido, casi caliente entre tus dedos que vuelven a el de forma inconsciente.

Delante tuyo hay tres platos, uno de ellos ha sufrido una inundación de Sirope y quedan los restos de panckaes. El calor y la luz de la mañana se filtra por las cortinas de encaje, una herencia familiar que ha pasado de madres a hijas, el regalo de bodas de tu abuela. La mesa de plástico tiene los bordes levantados, pero no hay dinero para reponerla. Y el suelo tiene varias losas de gres resquebrajadas.

- ¿Quieres pancakes Ofelia? Tu amiga se ha tomado ya tres. Ha bajado al sótano, ha dicho no se que de jugar juntas. No puedes llegar tarde, mirad lo que queráis y al instituto.

Una llamada llega desde el sótano, y de nuevo la nana vuelve a sonar en el viento.. salvaje.. extraña y a la vez familiar. La voz de emma resonó desde las profundidades de la casa, que subían por las escaleras del sótano. ¿La música procedía de allí?

Cuando te das la vuelta sientes el roce de tus compañeros en las piernas, protegiéndote y un leve gruñido. Miras de nuevo a la mesa donde hay cuatro platos y tu abuela se gira. Tiene los ojos rojos, ha estado llorando. Viste de riguroso negro, como siempre, con una sencilla cruz de plata sobre el pecho. Su pleo blanco está atado en un moño alto, del que cáen varios mechones y deja nuevos pancakes en cada uno de los platos vacíos.

- ¿Vas a bajar o no? Este cuadro es fantástico, me llama. Es como si estuviera vivo. Aunque parece que.. ¿A caso se acaba de mover? La voz de Emma subía desde el sótano, con su tono jovial y curioso de siempre.

La luz que entra por la ventana se oscurece, y las ventanas tiemblan con un golpe de viento. De nuevo el olor a tierra mojada, el sabor a regaliz y un dolor en tu vientre, momentáneo, casi pasajero. Algo esta pasando. El gruñido de tus compañeros se hace más intenso, aunque tu abuela parece no haberse percatado.

- Vaya parece que va a llover. Será mejor que cojáis los paraguas y te abrigues bien. una lástima, parece que el otoño va a traer tormentas este año.

Volvió hacia la cocina, donde preparaba más pancakes. Miras de nuevo hacia la mesa, uno de los platos está vacío. La silla está retirada y oyes unos pasos que se alejan. Y esa extraña sensación de que hay una presencia más en la habitación se hace más palpable.

Ofelia Siddal (CorvusCorvian01)
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Re: Prólogo Ofelia

#6

Mensaje por CorvusCorvian01 » 19 Jul 2021, 18:34

El aroma a pamcakes recién hechos me impregna por completo, y el dulce olor de la vainilla me traslada a uno de esos fantásticos sábados donde era realmente feliz, cuando mamá los hacía con su receta secreta, y papá al igual que Emma los inundaba en sirope. “¡Eran buenos tiempos, a pesar de las dificultades de la vida!” Me digo a mí misma, mientras observo el collar con forma de reloj de arena, su calor me reconforta, lo suficiente al menos para sacar una sonrisa sin darme cuenta. Mi dedo anular izquierdo tacta la inscripción del reverso, “Memento Mori”, provocando que una descarga eléctrica llegue a través de la vena amoris a mi corazón, como decía una vieja leyenda griega, y siento como todo ese calor del collar se traspasa a mi cuerpo. “Sin embargo, siempre estaremos juntos.” Digo en mi mente, sabiendo que como bien predica el collar algún día moriré, aunque sepa perfectamente que ese no es el final.

Respiro profundamente, e intento centrarme en lo que venía hacer. Mis ojos se posan sobre los platos observando el paso devastador de Emma, para a continuación coger un delicioso pancake y llevarlo a mi boca. A pesar de estar buenísimos, jamás serán iguales a los de Gem, saludo a Amber con la boca llena, mientras observo las cortinas de mi abuela, probablemente lo único realmente valioso de toda la casa, sin contar el último cuadro de mi madre.

“¡Necesitamos dinero, y urgentemente!” Digo para mí, mientras veo los defectos de la casa. “No se, tal vez podría intentar vender algo de mi arte por “Esty”, o apuntarme algún concurso, o trabajar a medio tiempo.” Reflexiono, para luego emitir un pequeño e inaudible suspiro de frustración. La voz de mi abuela me devuelve a la realidad.

Sí quiero, gracias Amber. ¡Espera! Mejor los pongo en un tupperware, y así puedo comerlos mientras voy al instituto, y si sobran ya tengo almuerzo. - Le comento, seguidamente de coger un táper verde, y poner los pamcakes con sirope. -Ya sabes como es Emma, no tiene fondo, y no te preocupes no vamos a tardar, sólo voy a buscar algunos materiales para un proyecto. - Le miento de la mejor forma que sé, e intentando ser lo más natural posible.

Mi cabeza se gira automáticamente en busca de esa nana tan familiar, que nunca se había ido del todo, pero que ahora demandaba mi atención. “¿Puede ser que sea algún tipo de rastro de Emma? Como si fuera su manifestación física de su hilo de la vida. ¿Es acaso posible?”. Me cuestiono, sintiendo esa resonancia de ella, tan parecida a cómo si hicieran vibrar una cuerda. El tacto de mis dos fieles compañeros me sorprende, pero sus gruñidos me preocupan más.

¿Qué os pasa pequeños? - Les susurro poniendo me a su altura, y acariciándolos un poco detrás de las orejas - Se que algo está pasando, pero sabéis perfectamente que Amber no se puede enterar. - Les digo lo más bajito que pueda, mientras les doy un enorme abrazo.

Cuando me levanto, mis ojos se posan sobre la mesa. “No se suponía que habían tres. ¿Me lo habré imaginado?” Pienso para mí, e intento concentrarme en la excusa que le iba a decirle para justificar los gruñidos de los perros, hasta que veo a Amber.

¿Estás bien? - Digo sin pensar, con los ojos fijos en sus ojos rojos. “Debe haber tenido un mal día, o algo” Pienso para mí, mientras me siento algo incomoda con la cruz de plata y su típico traje de luto. Aunque hayamos estado juntas tanto tiempo, sigo sintiendo mucho rechazo hacia los símbolos católicos, cómo si algo dentro de mí me dijese que huya. - Creo que va a ser mejor que me vaya abajo, gracias por todo, sabes que no puedo dejar sola a esa tormenta andante. - Intento cambiar de tema y bromear aprovechando la petición de Emma, con Amber muchas veces lo mejor es poner distancia, además de que nuestra relación no es la mejor de todas.

El cambio drástico de luz, capta mi atención, para luego sorprenderme un poco con el golpe de viento. La sensación del óxido de la sangre vuelve repentinamente como la ráfaga de viento que acababa de golpear, el sabor del regaliz amargo me seca la boca, y el olor a tierra mojada me recuerda de que algo gordo está pasando. Sin embargo el dolor en el vientre es lo que más me aterra, aunque haya sido más susto que dolor, siento una terrible sensación de vulnerabilidad que no me agrada nada. Fobos y Deimos gruñen instintivamente, y me lamen la mano buscando relajarme, yo me dejo querer por unos segundos mientras me recupero lo más rápido que puedo.

La voz de Amber despreocupada me sorprende, al menos me alegra que ella no sienta nada, me odiaría ponerla en peligro por mi culpa. Mis ojos curiosos se vuelven a topar con los platos, pero esta vez con uno vacío y con la silla alejada, helándome la sangre, sintiendo un enorme escalofrío después de sentir los pasos y la presencia más evidente. “¡Algo definitivamente está mal! Es hora de pasar a la acción, y contactar.” Me digo a mí misma, intentando darme ánimos.

Tienes razón Amber, será mejor que me de prisa y vaya con Emma, no puedo llegar tarde a mi primer día. - Comento apresuradamente, mientras cojo el táper, unos cuantos pancakes para mis compañeros perrunos, y mi paraguas negro favorito. - ¡Nos vemos cuando vuelva! - Le digo, caminando rápidamente al sótano.

Me dirijo vehemente al sótano, que se encuentra debajo de las escaleras que dan al primer piso, Fobos y Deimos me acompañan fielmente durante todo el trayecto intentando protegerme, mientras yo siento como el aire se hace más denso, los pasos resuenan más en mi cabeza, pero sobre todo la nana se intensifica al acercarme al antiguo estudio de mi madre.

Las escaleras a pesar de ser viejas y antiguas, conservan ese encanto que solían tener cuando mi madre seguía viva, cualquiera que vea el sótano y el resto de la casa pensaría que son dos lugares completamente diferentes. Al contrario con el estilo costumbrista y clásico del resto de la casa, el sótano era totalmente diferente, las escaleras estaban pintadas cada escalón de un color diferente, formando así un enorme arcoíris. Las paredes a pesar de estar desgastadas y algunas desconchadas, estaban completamente pintadas de un hermoso paisaje de un gigantesco bosque, en una parte había pintada una camioneta Volkswagen hippie con colores psicodélicos, en otra parte había personas desnudas bailando, hasta había una paloma con una rama de olivo con el mensaje, “Haz el amor, no la guerra”. El techo era mi parte favorita, estaba lleno de constelaciones y miles de cometas, que a pesar de las humedades, me siguen maravillando como cuando era pequeña.

Los muebles la mayoría viejos y destrozados por el tiempo, seguían con el mismo estilo, si había un sitio liminal en esta casa era este, atrapado en el tiempo y a la vez comido por él, sin llegar a ser lo que fue, pero evitando ser una completa ruina, donde en cada pared había un mural gigante sobre una forma de ver la vida. En el centro sin embargo seguía el mismo cuadro de siempre, atemporal, como si guardara toda esa esencia que una vez fue esto para mis padres, y allí estaba Emma curioseando como siempre, siendo esa tempestad que riega mi vida.

Dejo algunos pancakes para Fobos y Deimos, y empiezo a colocar las velas, poner el incensario en su lugar, llenar un bol con agua, poner una manta blanca vieja en el suelo, barajar y poner con sumo cuidado el Tarot, buscar el tablero de la Ouija, coger mi libro de sombras, y tener a mano mi material de dibujo.

¡Te necesito Emma! Algo no anda bien, y tenemos que contactar y rasgar más allá del velo de lo visible. - Le digo con una mirada muy seria, que pocas veces ha visto, aunque generalmente sea una gruñona solitaria. - Creo que algo quiere hacerme daño, o advertirme de algo, sinceramente no tengo ni idea. - Le digo mirándoles sus dos ojos azules, intentando no ponerme nerviosa, sin embargo no puedo evitar que me tiemble el pulso.

Miro por un momento al enorme cuadro, con la certeza de que pase lo que pase estoy en un punto de no retorno. “No hay tiempo para tener miedo, es hora de ser una mujer fuerte y actuar”. Pienso mientras intento concentrarme respirando profundamente.

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Re: Prólogo Ofelia

#7

Mensaje por Vytros » 23 Jul 2021, 21:06

https://youtu.be/rR5tQLix8uw

Os sentáis las dos, una al frente de la otra. El silencio se hace presente, dejando flotar el sonido de vuestra respiración, el susurro de vuestro aliento ante aquella enorme tela. El olor dulzón del sándalo os transporta a sesiones pasadas, en los sótanos del colegio, sólas en tu cuarto o en aquel mismo sótano. El cuadro está pintado con colores vivos, los reflejos del río parecen estar vivos, la profundidad de las aguas, la sensualidad del cuerpo femenino bailando en el, etéreo, místico, con la belleza de la nostalgia y la muerte. La angustia del dolor y la pérdida rodeado de flores, un ciclo infinito de renacimiento. Con la figura de una enorme águila volando cerca, siguiendo el compás de la joven vestida con ropas holgadas de transparencias. Como si fuera vestida con las propias aguas del tiempo, reflejando un cielo estrellado en su vaporoso vestido.

Sin apenas esperarlo, Emma empieza a cantar con su voz clara tarareando esa extraña nana, invocando en una lengua que te resulta familiar a vuestros ancestros, la ayuda de todas las brujas de vuestra familia, la ayuda de tu madre. Parte de ella reside en tu sangre, parte en tu recuerdo y parte de su cuerpo te acompaña sobre tu pecho. Alma, cuerpo y corazón, su espíritu está contigo.

Deja que las notas se apaguen por un momento, sonríe excitada y añade.- Vamos a hacer esto juntas, como cuando jugábamos a realizar conjuros apelando a los espíritus de la tierra.- Dijo Emma mientras sacaba un tambor y tiraba de la guitarra de tus padres, con dos enormes flores de vinilo en colores chillones aun pegadas sobre la madera blanca.
- A ti siempre se te dio mejor llevar el ritmo, yo te sigo.. como siempre.

Empezasteis a cantar buscando la ayuda de los espíritus para ver más allá. De pronto, el agua clara empezó a vibrar con fuerza, dibujando imágenes descoloridas en su superficie. Entre nubes y tenues destellos el reflejo de tu instituto aparece difuminado en el, un rostro con pecas, joven de unos diez u once años lo desplaza. La tabla Ouija se mueve sola, el puntero se desplaza por su superficie. D luego una O empieza a correr por la superficie barnizada con movimientos rápidos y agresivos, L luego una O y por último una R. Dolor.

Por un instante te parece ver la figura de tus dos compañeros inseparables flanqueando el cuadro, bebiendo a su vez de su poder. El cielo estrellado se oscurece y las estrellas pintadas en el, entre manchas de humedad y sombras, empiezan a destellar con reflejos de plata. Los árboles pintados a tu alrededor se hacen más presentes, sus hojas empiezan a moverse en la pintura y un aire frío llena la habitación. El sabor amargo de la regaliz vuelve a inundarte la boca que hasta ahora recordaba el dulzor del sirope y los pancakes.

El gruñido de Fobos y Deimos vuelve a resonar, como un ronroneo cavernoso, uniéndose de alguna forma a la melodía que tejéis juntas. Está allí, habéis hecho contacto con un espíritu. El agua tiembla de nuevo y Emma lleva su mano temblorosa al puntero de la Ouija. El frío se hace más presente, la humedad empieza a despertar el eco del goteo del agua corriente y las velas empiezan a titilar a merced de un viento invisible.

- ¿Ofelia... que.. qué hacemos?- Emma parece asustada, apenas recuerdas las veces que has visto esa expresión en sus labios.

Ofelia Siddal (CorvusCorvian01)
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Re: Prólogo Ofelia

#8

Mensaje por CorvusCorvian01 » 27 Jul 2021, 21:15

https://www.youtube.com/watch?v=b7LC86PmZPs

La mirada de Emma me cuenta todo lo que necesitaba escuchar, nos sentamos sobre la vieja manta, y empezamos a conectar nuestras respiraciones al ritmo de una vieja nana tan familiar como poderosa. Mis ojos negros como la noche se funden con los suyos, claros como la hermosa luna, mientras todo a nuestro alrededor empieza a cambiar, el cuadro se funde con la pared, y sus colores vivos empiezan a salir de él machando y transformando todo a su paso.

El bosque estático de las paredes muere, para renacer con la pintura en uno totalmente vivo, el techo se desvanece para dejar paso a la noche estrellada más hermosa que he podido ver en mi vida. “La magia reside en los lugares más inhóspitos y olvidados del mundo.” Promulgo para mis adentros, mientras siento el eterno baile del cuerpo de la Diosa, siendo una bella doncella alrededor de las orquídeas, una madre cariñosa junto a las maduras rosas, y una venerable anciana que se arregla con amapolas para perecer en paz.

El dulce canto de Ninfa provoca que todo mi cuerpo tiemble, de un calor y emoción sólo comparable a mi primer beso con Emma. Su voz en esa antigua lengua muerta se empieza a desdoblar sobre sí misma, dando paso a todas las voces de mis antepasadas, pero sobre todo a la de madre. El collar vuelve a emitir ese calor familiar y una enorme vibración que sacude mi pecho. “Mamá está aquí, no hay duda.” Susurro en mi mente, mientras me dejo llevar por el olor a sándalo.

La emoción de mi alma gemela, me saca una sutil sonrisa, para luego coger la antigua guitarra de mi padre y empezar a improvisar en busca de la ayuda del más allá. La vibración de las viejas cuerdas, junto al ritmo solemne del tambor, moldean y empiezan a dibujar la gran cúpula del instituto, uno mi voz a la de Emma en busca de más claridad, y como de un viejo espejo se tratara empieza reflejar “Nuestra Señora de la Piedad”, para posteriormente dejar paso al angustiado rostro de un niño pecoso. Mi corazón se contrae sintiendo esa angustia, mientras mis ojos saltan de letra en letra en el tablero de la Ouija. “¡Cómo es posible que algo así ocurra!” Grito en mi interior al notar toda su desesperación.

Mis dos fieles compañeros acuden instintivamente al sentir mi pena, y el sabor amargo de regaliz vuelve a mí una vez más, como si la Diosa intentará decirme que algo más oscuro y cruel está a punto de descubrirse. “¡No puede ser! Pero todo cuadra, el olor a tierra fresca y húmeda, el sabor amargo del regaliz, y el óxido de la sangre, sin embargo la clave es el instituto.” Mis pensamientos empiezan a colapsarse uno tras otro, mientras mi cara empieza a verse descompuesta y devastada, por una intuición mía rápida como una tormenta de primavera. “¡¿Y si está su cadáver escondido en mi instituto?!”.

La voz asustada de Emma me devuelve al aquí y ahora, a pesar de ser siempre la más nerviosa y asustada de las dos, mi mano aún temblorosa coge la cadena de mi collar y se la pongo en su cabeza también, provocando que el reloj quede justamente encima de la Ouija. La distancia entre nosotras ahora es mínima, provocando que mis labios quieren besar los suyos, me acerco lo suficiente como para que se rocen y buscando en sus ojos su permiso, le beso sus suaves labios en cuanto lo tengo. El sabor de la salvia vuelve otra vez a mi boca, y mientras intento disfrutar y tranquilizar lo máximo posible a mi compañera, aprovecho la oportunidad de cogerle la pequeña daga que Emma siempre tiene encima.

Pongo la daga junto a la llama de una vela, provocando que se caliente lo suficiente como para evitar algún tipo de infección, y rápidamente me hago un ligero corte en el dedo anular izquierdo. “Si Emma me ve haciendo esto me mata. ¡Odia que lastime mi cuerpo de cualquier forma!” Susurro para mis adentros.

- ¡Si vivimos, si morimos, si lloramos, si reímos, o si tenemos miedo lo hacemos siempre juntas! - Le digo en su oído derecho lentamente, para con la otra mano dibujar con mi sangre el símbolo de la triple diosa, Hécate.

Imagen

Dibujo en mi mano derecha un pentagrama invertido, y me chupo el dedo para parar la pequeña hemorragia, y pongo la mano con el dibujo en la Ouija, rozando ligeramente con el meñique a la persona más hermosa del mundo.

- Φίλε ή εχθρός, σε καλεί με τη δύναμη της θεάς. Μπορεί οι ώρες της αγωνίας σας να τελειώσουν και να φτάσει το μήνυμά σας! Βλέπω πόνο στα μάτια σας, τώρα παρακαλώ δώστε μας το όραμα της ψυχής σας. Γιατί το θέλουμε έτσι! Γιατί το θέλει η Θεά! Γιατί τόσο ψυχή το θέλετε και εσείς! Έτσι θα είναι πάντα, έτσι είναι αιώνια, και έτσι θα είναι πάντα. - Imploro en la letra de la antigua madre, concentrándome en nuestras respiraciones y en la vibración del agua.
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(Traducción: “Amigo o enemigo, yo te invoco con el poder de la Diosa. ¡Qué tus horas de angustia se acaben, y que tu mensaje nos llegue! Veo dolor en tu mirada, ahora por favor concédenos la visión de tu alma. ¡Por qué así nosotras lo deseamos! ¡Por qué así la Diosa lo desea! ¡Por qué así anima tu también lo deseas! Así será siempre, así es eternamente, y así será invariablemente.”)
- ¡Por favor, concédenos el honor de escuchar tu importante mensaje! - Pronuncio con la voz un poco temblorosa, intentando transmitir la mayor calma y tranquilidad tanto a Emma, como a Fobos y Deimos, como a mi agitado corazón.
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(No se si quieres que tiré Areté para hacer la comunicación, la idea sería utilizar Espíritu 2 para hablar con él, Entropía 2 para intentar favorecer la comunicación ya sea en la danza aleatoria de las llamas, en las cartas del Tarot, o en el movimiento sin destino de la Ouija. Y Cardinal 1 para conectar con el cuadro, y ver los patrones del espíritu. Cualquier cosa me dices.)

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Vytros
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Re: Prólogo Ofelia

#9

Mensaje por Vytros » 29 Jul 2021, 23:23

De alguna forma aquel sótano, aquel refugio de soledad se había convertido en un claro encantado. El cuadro parecía estar vivo, con el baile de la ninfa y el águila. De alguna forma Ofelia pudo reconocer los ojos de su madre en aquella criatura juguetona vestida con las aguas del rio y las estrellas del cielo nocturno. Su compañera inseparable estaba con ella, cuando se levantó para atarlas con el cordón de su reliquia sintió de nuevo el calor de sus labios, el sabor de su aliento latiendo con un solo corazón. Casi podía caer en el pozo de sus ojos y hundirse en los recuerdos.

- Somos dos caras de la misma moneda. Siempre juntas, una iluminada, la otra oculta pero siempre presente. Como las diferentes caras de la diosa luna.

Acarició el rostro de Ofelia como una brisa de viento cálido. Y el rumor de las hojas fue interrumpido por el graznido del águila imperial. Cuando Ofelia inició su conjuro, dibujando con sangre el símbolo de la Diosa y realizando su invocación en el lenguaje de los ancestros una niebla se levantó desde el bol con agua, haciendo brillar con mas fuerza las llamas de las velas. Trazada con el humo y la niebla una anciana se alzó, desdibujada, casi imperceptible pero su presencia era oscura, sabia y fría como el invierno. Hécate, Morrigan, Cerridwen, Cailleach.. los nombres susurrados por cientos de voces empezaron a revolotear con alas de cuervo cuando su rostro asintió y señaló en una de las paredes.

Un reguero de agua cayó por la pared dibujando el rostro de un niño de un metro cincuenta, con el pelo moreno y desordenado y los ojos azules.

- Estoy solo, tengo miedo, duele mucho, nadie me quiere, nadie me escucha ¡ Ayúdame!

Casi podías sentir el dolor y en los ojos de Emma amaneció una lágrima solitaria, compartiendo el torbellino de emociones que amenazaba con asfixiar a las dos adolescentes.

De nuevo resonó el graznido del águila y Cailleach señaló la pared con una advertencia susurrada con mil voces de mujer.

- Cuidado con el viento de otoño, la muerte aguarda en la tierra mojada con frutos de rabia enterrada. El vigilante alado se quebrará, liberando el dolor olvidado y despertando la tormenta.

De repente los regueros de agua empezaron a gotear del techo, las tuberías empezaron a silbar llenando la habitación de vapor de agua y los regueros de la pared cubrieron por completo el dibujo del pobre niño. Sus ojos se volvieron de color óxido, su pelo amarillento y un aura de humedad y moho negro se extendió a sus espaldas. El sótano empezó a temblar y las grietas empezaron a recorrer las pinturas de un bosque inanimado.

Algo iba mal, dos presencias se encontraban con ellas, además de sus vigías que empezaron a ladrar a la pared llena de óxido y moho. Estaban alterados, como el día que despertó su consciencia al mundo. Estaban asustados y se dispusieron a proteger a las dos en actitud de alerta. Agazapados con las orejas gachas y dispuestos a cargar mostrando los colmillos contra un enemigo invisible , dibujado con herrumbre en la pared del sótano.

De nuevo otro temblor sacudió el sótano liberando una nube de astillas sobre ellas. Estaban en peligro y la figura fantasmal de la diosa se desvaneció dejando solo esa imagen ominosa y terrible del niño impresa en la pared, rodeado de un aura oscura, con los ojos de color ámbar y óxido mirándolas fijamente. De repente otra tubería reventó y un rastro de légamo rojizo dibujó lágrimas de sangre en sus ojos de naranja intenso.
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En este caso la magia se realizaría solo con espíritus 2 cardinal 1. Entropía es para manipular las leyes de la probabilidad y la decadencia de los patrones. Recordar que las esferas solo se utilizan para realizar el efecto.
De esta forma la fórmulación clásica sería

Efecto: Llamar y entrar en contacto con los espíritus de nuestra señora de la Piedad
Esferas: Espíritus 2
Paradigma: Mundo de dioses y monstruos (Si no recuerdo mal)
Prácticas: Brujería
Focos: Instrumentos ( Collar), Elementos (Agua y fuego), Invocaciones(Conjuro), Fluidos (Sangre), Iconografía sagrada ( La triple luna)
Habilidad que ayuda a la magia: Expresión artística ( Invocación, dibujo)
Otros modificadores ( Maravilla)
Y de ahí nos llevaría a la tirada. Al ser el prólogo no hay tiradas sale bien.

Ofelia Siddal (CorvusCorvian01)
Somos las nietas de las brujas que no pudisteis quemar.

Re: Prólogo Ofelia

#10

Mensaje por CorvusCorvian01 » 02 Ago 2021, 19:10

La belleza de mi sótano me deslumbra por completo, la suciedad, el caos, y la humedad de toda la estancia simplemente se transforma, y como si de dos Ninfas se tratara Emma y yo cantamos canciones y oraciones en busca del favor de la Diosa. La cálida mirada de mi madre, en esa gentil figura, me aporta la paz y valentía suficientes para seguir pese al miedo inicial.

Con aún el sabor en mi boca, y sus certeras palabras en mi mente, cojo la mano de mi compañera mientras observo la niebla. El aire se vuelve más frío, las voces más fuertes, y de los árboles empiezan a oírse cientos de cuervos volando, dando paso a una niebla más fuerte y densa que nos cala hasta los huesos. Al fondo de la habitación se empieza a vislumbrar la figura de una severa pero admirable anciana. “Cailleach, la reina anciana del invierno.” Recito para mi misma en cuanto noto su honorable presencia, mientras procuro no mirarla a la cara en señal de profundo respeto.

El sonido del agua cayendo me alerta, de la pared se empieza a manifestar el ánima de un niño, su voz pese a contener miedo y desesperación es tan clara como la de una pequeña cascada, que ahora mismo forma y dibuja su cuerpo. Sus duras y angustiantes palabras me rompen el corazón, “¡¿Cómo es posible que alguien le haga daño!?”, grito en mi interior de pura frustración.

No te preocupes, yo te voy ayudar pequeño. Me llamo Ofelia, y mi compañera Emma. ¿Cuál es tu nombre? - Intento tranquilizarle con una cálida sonrisa, mientras limpio la traicionera lágrima de Emma.

El graznido del águila me sorprende, pero la advertencia de la anciana me perturba por completo. “No hay lugar a dudas, algo grave está pasando, y lo que es peor, en mi instituto. Algo se debe estar liberando, algo profundamente oscuro y vil”. Y como si de una invocación se tratara, en cuanto termino de reflexionar, me doy cuenta de que una enorme y maligna corrupción está presente.

Una humedad oscura se extiende por toda la habitación, pero sobre todo alrededor del asustado niño, hasta que una antigua oscuridad y corrupción se apodera enteramente de él. “¡No es posible! Cómo puede haberme encontrado después de tanto tiempo. ¡Tengo que sacar a Emma y al cuadro de aquí!” Me repito constantemente a mi misma, mientras empiezo a reaccionar por puro instinto.

¡Fobos y Deimos! Escoltar a Emma afuera, y no dejéis que nada malo os pase. - Les ordeno frenéticamente, para a continuación empezar a descolgar el cuadro, con el máximo cuidado que puedo tener en una situación estresante. - ¡He dicho que os marchéis! ¡¡AHORA!! - Les gritó al ver una pizca de duda en sus caras, a la vez que le pongo una funda protectora al legado de mi madre.

Las grietas del sótano se agradan en el momento que Emma, y mis fieles compañeros se van, puedo notar un enorme calor proveniente del cuadro que me avisa del inminente peligro. Las astillas de madera podrida empiezan a caer en mi cabeza, después de coger mis cosas , mi bolso, y sujetar mi preciado cuadro con toda la fuerza de la mano izquierda. Un último vistazo al niño me revela una escena totalmente grotesca, su cara estaba completamente desfigurada, mientras de donde estaban sus bonitos ojos azules sale una sustancia parecida a la sangre, sus miembros están totalmente desdibujados y mutilados. Pero lo que hace que me hiele la sangre es su macabra risa, provocando que me acuerde automáticamente de nuestro primer encuentro en el hospital abandonado.

Con las piernas dando su máximo rendimiento, me dispongo a correr hacia la salida, mientras oigo como una oxidada tubería empieza a silbar como si fuera una olla express. De una sola patada abro la puerta de debajo de la escalera, para luego dejar caer las cosas, el bolso, el tarot, … de la mano derecha, y cerrar la puerta con llave. Dejando el cuadro cuidadosamente en el suelo, e intentando regular mi respiración, me dispongo a crear un enorme símbolo de contención en la puerta que da al sótano.

Mientras canto una plegaria a la diosa, mezclo las cenizas del incienso, con la pintura que tengo disponible, con la brocha giró tres veces para la derecha para atraer a los espíritus protectores, y tres veces a la izquierda para expulsar la corrupción y las malas energías. Con el pulso aún temblando, y sabiendo que si no hago algo ahora, puede corromperse por completo mi casa, empiezo a dibujar símbolos antiguos de protección, como pentagramas, la triqueta, el símbolo de la diosa, runas como “Inguz”, lauburu, entre otras muchas, todas entrelazadas por la pintura. Y en el centro de la puerta pongo un enorme y complejo sigilo de protección, mientras no dejó en ningún momento de repetir una oración de protección a la Diosa.

¡Madre de los olvidados! Señora del mar, el cielo y el inframundo, contén y protege a tus asustados hijos, atrapa a la corrupción y a los malvados, y que ninguno logre romper ninguno de tus poderosos hilos. Costurera y creadora del mundo, tejedora de vidas, y rompedora de muertes, sella y protégenos a todos de nuestras suertes. ¡Así lo imploro, y así es! ¡Así lo pido, y así será siempre! ¡Así lo deseo, y así fue eternamente! - Digo en un trance de miedo y devoción, mientras no paro de pintar.

Cuando la puerta está completamente pintada, sellada y cerrada, me lavo y me adecento un poco en el baño. Suspiro cansada de este día de tormenta, como bien profético Emma, y pongo un post it en la puerta. “Amber, no te preocupes, el diseño de la puerta es para un proyecto de clase. ¡Por favor, no lo toques!” Con la esperanza de salir del percance ilesa y sana, aunque se que seguramente no sea así, pero es un precio que pienso pagar por nuestra seguridad.

Con la mano izquierda agarrando el cuadro, los hombros sujetando mi enorme bolso con todas mis cosas, y mi mano derecha con mi paraguas negro favorito. Me dispongo a salir de casa, con la esperanza que Emma y mis pequeños estén ahí, y que este día mejore solamente un poco, aunque seguramente este solo sea el inicio de una enorme tormenta, que nos mojara y transformará para siempre.
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(Holi, gracias por tu maravillosa explicación, creo que la culpa ha sido mía al no explicarme bien. Con la Entropía tenía la idea de entender y ver el patrón del movimiento aleatorio de la llama, que junto a Espíritu y Cardinal podría utilizar la vela para comunicarme con el más allá de una forma más disimulada. La idea sería decir unas palabras a la diosa, dibujar unos símbolos en la cera de la vela, etcétera, para consagrarla y vincularla al espíritu. De tal forma, que viendo fijamente la danza de la llama podría comunicarme con el ente, consistiría en hacerle una pregunta de sí o no, y en función de a que lado se mueva la llama sería sí o no. Por ejemplo izquierda sí, derecha no, y quieta no sé, de esta manera podría hacer una comunicación mucho más disimulada, para cuando estuviera en un sitio público. Además de que en la propia llama podría ver caras, al ente, o cosas, obviamente hacer un ritual como el que hemos hecho es más espectacular e interesante, pero esta es una buena forma de comunicarse sin llamar la atención. Espero haberme hecho entender, el resumen sería utilizar Entropía para saber que movimientos de la llama son normales, y cuales son provocados por el espíritu, e incluso aumentar la probabilidad de que la llama pueda ser movida por el “Ente”, y Espíritu y Cardinal para conectarlo.

En cuanto al sello de la puerta es para intentar retener lo máximo posible a la corrupción. ¡Por fin he salido de la casa de Ofelia! Es broma, pero ya era ahora, XD. Un abrazo cualquier cosa me dices.)

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