Episodio 10. Puertas que se abren, puertas que se cierran

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Re: Episodio 10. Puertas que se abren, puertas que se cierran

#41

Mensaje por Voivoda » 02 Nov 2021, 19:05

Al poco de iniciar ese particular descenso a los avernos propio de la literatura de Dante Alighieri, Jasper se percata de que la escalera metálica rodea un engranaje propio de un montacargas. Las pequeñas luces de emergencia que le permiten ir viendo durante el camino le confirman sus sospechas y confirma que al final del descenso los led verdes parpadean en el interior de un pequeño habitáculo metálico. La propia fuerza de su voluntad le permite acallar por un momento la voz masculina de sus pensamientos, aunque casi puede notar cómo esa presencia lucha para volver a colarse en su torbellino mental, cómo intenta volver a primer plano, como si le pusiera especialmente nerviosa el recorrido que habéis decidido tomar.

Laurent le sigue hastiado y en silencio, con su voluntad debilitada e implorando un tiempo de tranquilidad, así como algo inquieto por la cercanía del amanecer. Sigue al Caitiff intentando alejar de su mente los recuerdos de su Sire, que se carcajearía al verle en semejante escenario caminando detrás de un drogadicto sin Clan conocido. Según descendéis, podéis ir sintiendo cómo el zumbido semejante al ruido blanco se intensifica en vuestros pensamientos mientras que los sonidos del puente se alejan y, quizá por el efecto de la enorme estructura de hormigón en la que estáis metidos, parecieran tener un efecto tubular que le da a todo el camino un toque irreal y onírico.

No os pasa desapercibido a ninguno de los dos que, a pesar de estar descendiendo hacia el nivel del mar embravecido, y aunque la humedad es creciente y se pega a vuestra ropa, apenas distinguís el sonido de las olas.

Finalmente llegáis al suelo, varias decenas de metros por debajo del nivel del puente. Llegáis a un simple descansillo donde la humedad es pegajosa y en el que hay un montacargas con las puertas metálicas abiertas. En el interior distinguís ahora sin dificultad la caja cuadrada del router cuyas luces no dejan de parpadear. Justo enfrente del montacargas hay una puerta metálica con una señal de "Peligro. Alta tensión" y el típico dibujo de una persona atravesada por un rayo. El zumbido es muy molesto, aunque aún soportable. Una luz de emergencia roja, situada encima de la puerta, ilumina el rellano de un modo que pareciera la verdadera antesala de un peculiar infierno post-industrial.


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#42

Mensaje por Pagliacci » 02 Nov 2021, 21:19

https://www.youtube.com/watch?v=C2-YwsE ... JS76XK9Ezv

Agotado, se sentía agotado y la proximidad del amanecer pesaba sobre sus pensamientos como una losa. El francés sentía el deseo de acabar con aquello cuanto antes, se acercó al router, sabía lo que iba a pasar, ya lo había visto antes, pero esta vez no había Malkavian que se lo impidiera. Caminó despacio, casi como mecido por un oleaje invisible, arrastrado por la marea del tiempo.

-No tengo ningún deseo de quedarme atrapado en el paleolítico, no voy a bajar ahí abajo, voy a desconectarlo.- Observó la máquina, el enfermizo color verde de aquella luz le inquietaba, era del suave tono de la ropa de hospital, de cortinas que habían visto más muerte que él en toda su no-vida. Se quedó unos segundos en estupor, una parte de él se preguntaba como era posible que un artilugio tan pequeño fuera capaz de cambiar las leyes del universo, cómo habían logrado entremezclar magia y ciencia en su fabricación. Pero él había visto la devastación provocada por el átomo, no necesitaba entenderlo para temerlo.

- Saca la pistola de Lindhart, prepárate. Salga quien salga de ahí dentro, no le daremos este poder.- Y, acto seguido, con una violencia fruto de la rabia, arrancó los cables de cobre que conectaban los dos mundos.

Jasper Rohde (Jebediah_Gogorah)
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Re: Episodio 10. Puertas que se abren, puertas que se cierran

#43

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 03 Nov 2021, 22:24

{ https://www.youtube.com/watch?v=idnJnjV_8rg - Brilliant disguise by Bruce Springsteen }

Aquel descenso a la oscuridad no era si un perfecto y preciso paralelismo con su vida. Mientrás se internaba en las sombras en espiral le sobrevinieron las sensaciones de otras épocas. Era la misma sensación de cuando le daba la espalda al mundo y a Annalise, que luchaba por saber con quien vivía, con quien dormía. Con un brillante estudiante, con un genial programador o con alguien que lo había echado toda por la borda por una sustancia capaz de evadirle de la cotidianidad. De la única forma de escapar de aquella rueda de hamster en la que ni si quiera sabía como había entrado.

Era capaz de sentir su perfume, y de a pesar del tiempo pasado, de visualizar sus labios rojos queriendo llamar su atención. Él le desviaba la mirada, pero era capaz de sentir su llamada, la necesidad de un ser querido de rescatarlo de la perdición. La angustia de la pérdida. Aquella que era capaz de hacerle dudar y en sus mejores días, oirle decir... "-¿Eres tú, Jasper... o es tu brillante disfraz?.

En otro lado de la ciudad, una azafata apoyaba su cabeza en el cristal del vagón. Un latino tocaba la guitarra en una plaza intentando sacar lo mínimo para comer aquella noche. Unos críos pillaban maría y decidían como repartirla. Un pez gordo venido a menos, hojeaba un periodo ecónomico y maldecía su mala previsión con el bitcoin. El pequeño Klaus ya no era tan pequeño y hacía el amor desaforadamente con su novia, cuando aún existe más pasión y fogosidad que arrugas y cariño. Una joven recién emancipada y declarada en rebeldía que da la espalda a sus padres, vende sus servicios a traves de una webcam, y mientras el piloto rojo parpadea, cientos de desconocidos hacen de ella su fantasía... Todos ellos viven ignorantes de lo que ocurre en el interior de un pilar del puente de Oresund. Desconocen lo que allí se estaba cociendo.

Jasper quiso demostrar la mayor de las frialdades ante Laurent. Entendía lo que iba a realizar y lo que aquello significaba, al menos desde una visión pragmática del asunto. Sentía que cuando parecía que nada más podía cerrar el cerco, un paso más lo acercaba a la vez que lo alejaba del final. Era como un barco que se iba a pique y no bastaba con tapar uno de los agujeros. Intentó mal disimular su nerviosismo, y empuñó la fría arma sin poder evitar temblar. De todas las situaciones posibles, aquella era la que más incómodo le hacía sentir. A pesar de haber disparado hacía unas horas, no era sino ahora, frente a la mayor de las oscuridades tanto física como mentalmente, cuanto menos preparado se sentía para aquello. No, no estaba preparado. - No, maldita sea... no estoy preparado.

- Estoy preparado.

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Re: Episodio 10. Puertas que se abren, puertas que se cierran

#44

Mensaje por Voivoda » 05 Nov 2021, 20:00

El sonido es semejante al de un trueno que golpeara directamente la puerta metálica en la que estaba aquella señal de peligro de electrocución. Un impacto seco, como una ola gigante contra aquella puerta de metal. Laurent se queda con los cables en la mano y da dos pasos hacia atrás, cerrando los ojos por un segundo, quizá incluso deseando que aquel pudiera ser el instante final. El final definitivo. Durante ese brevísimo momento llegó a pensar si eso le daría la paz. No habría más Bestia, más Kat, más amargura. Un golpe seco que le atravesara, que casi ni notara... y de ahí al abismo del olvido.

Pero Laurent volvió a abrir los ojos. Seguía vivo. O, al menos, no muerto.

El golpe viene acompañado de un aullido de agonía en la mente de Jasper que le hace caer al suelo como si se hubiera desmayado, aunque aún mantenía cierta consciencia. El Caitiff también llegó a pensar en el final. Una especie de ictus, por imposible que sabía que aquello pudiera pasarle a un vampiro. Una descarga brutal en el cerebro que le había empujado directamente contra el suelo, que le hacía retorcerse con violencia. Serían probablemente unos segundos de agonía, un momento breve que se hacía eterno por lo doloroso de la experiencia. Pero después todo habría terminado. Su mujer tendría una vejez sin recuerdos agrios. Su hijo se convertiría en un hombre de provecho sin tener que recordar nunca a su padre ausente y drogadicto.

Boqueando como un pez cuando sale del agua, el aullido se disipó poco a poco. Seguía vivo. O, al menos, no muerto.

Os miráis durante unos segundos. Después de la experiencia vivida, os rodea un silencio que casi pareciera físico, palpable, como una masa invisible que os envolviera. Ahora sí escucháis el mar. A una cierta distancia, pero se distingue el sonido del mar, el del viento golpeando el puente y el de la estructura que rechina para seguir sostenida firmemente sobre sus cimientos.

Tenéis la sensación de haber cerrado puertas que escapan a vuestra comprensión. Quizá de haber abierto otras a un nuevo tiempo. Notáis el peso de la noche que se difumina y pensáis que lo que os encontréis al volver a la calzada del puente de Oresund será una Copenhague diferente.
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Jasper Rohde (Jebediah_Gogorah)
Caitiff Programador

Re: Episodio 10. Puertas que se abren, puertas que se cierran

#45

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 05 Nov 2021, 22:45

{ https://www.youtube.com/watch?v=u9Dg-g7t2l4 - The Sound of Silence by Disturbed }

Se descubrio en el suelo, con un millón de agujas drenando su cerebro, dejándolo seco como una pasa. Era como el momento previo a caer en los brazos del narcótico morfeo. Era el momento de sudor frío de pasar el mono. Los muertos músculos temblaban recordando una mejor vida. Solicitan su combustible. Su cuerpo, al contrario que su alma, no se conforma solo con sobrevivir.

Se descubrió acurrucado, y sentía, ignoto de qué, que algo había cambiado. Se incorporó con cierta pausa, totalmente noqueado, y recogió no sin dificultad la pistola del suelo. Miró a Laurent y comprobó que seguía vivo. O, al menos, no muerto.

No dijo nada. Tan solo palpó la pared y empezó a ascender mecido por el rumor de las olas. Con la esperanza de que de verdad algo hubiera cambiado al cruzar aquel umbral.

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LAURENT MALALT (Pagliacci)
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Re: Episodio 10. Puertas que se abren, puertas que se cierran

#46

Mensaje por Pagliacci » 09 Nov 2021, 22:39

https://www.youtube.com/watch?v=atyvdC15HFA&t=6s

De algún modo, esa criatura, un vampiro atrapado en una historia y una época a las que no pertenecía, sabía que había estado jugando con las leyes del universo. El dolor, la agonía, el estallido psíquico fueron reacciones previsibles, el canto primero del Apocalipsis, el preludio a una muerte que había postergado durante demasiado tiempo. Ese hombre, un extranjero en una tierra que nunca había sido su hogar, se arrodilló esperando el final, dedicándole un último pensamiento de piedad a su familia, enterrada mucho tiempo atrás, huesos descompuestos en algún cementerio de Aveyron. Pero no estaba preparado para lo que ocurrió, nada en absoluto.

Ni luces, ni llamas infernales, ni el colapso de la realidad. No había pasado nada y tampoco habían reaparecido los Tremere atrapados en el pasado. El francés sonrió, esperando que hubieran quedado encerrados en éste, como también deseaba haber dejado a las nazis eternamente anclados en su maldita guerra. Ese hombre, Laurent Malalt, contemplaba dos posibilidades, que el pasado fuera inmutable, como una profecía autocumplida, o que fuera el germen de mundos paralelos. Realmente, ninguna de las dos opciones importaba demasiado, lo que importaba era dónde estaba, quién era y encontrar refugio antes del próximo amanecer.

Malalt se llevó las manos al rostro, su nariz sangraba, sus capilares habían reventado por la presión. Se limpió con el dorso de la mano y, en ese instante, tomó consciencia del router que tenía entre las manos, de la máquina que había jurado destruir. Miró en derredor y vio la patética figura de su amigo, alguien a quién amaba, pero que le había herido. Sabía que si le daba el router a él, sería más que suficiente para saldar su deuda con Job, con la capilla Tremere o con quienes estuvieran tras él.

Se quedó unos segundos contemplándolo. Mientras subían las escaleras, regresando a la superficie, a una realidad tangible, siguió dudando. Por un lado, tenía que destruir el router, un arma capaz de poner a la ciudad de rodillas, capaz de jugar con las mismas leyes del universo. Por otro lado, se trataba de la familia de Jaspers, de la salvación de su alma, de su oportunidad de redención.

Laurent Malalt se detuvo a admirar la serena belleza del báltico, las nubes de tormenta que comenzaban a disiparse, mientras los primeros y furtivos rayos de luz coloreaban las olas que rompían contra el puente. Tomó aire, arrastró su mirada hacia Jaspers y después a la caja blanca ensangrentada que descansaba silenciosamente entre sus manos. El Toreador sintió el impulso de gritar, desgarrado por la duda y, entonces, llevado por la rabia, arrojó el router al mar, esperando que la tempestad y la sal royeran sus circuitos.

-Adiós, Jaspers. Me voy a buscar a Kat.

Jasper Rohde (Jebediah_Gogorah)
Caitiff Programador

Re: Episodio 10. Puertas que se abren, puertas que se cierran

#47

Mensaje por Jebediah_Gogorah » 11 Nov 2021, 18:14

{ https://www.youtube.com/watch?v=9ykZc5E6UEE - Brothers in arms by Dire Straits }

Jasper mantuvo el mismo silencio que había mantenido durante la ascensión, mientras veía, casi a cámara lenta, como la única prueba para llevarle a Job caía contra el gris Báltico y sus circuitos verdes eran ahogados en salitre. Le parecio un gesto desproporcionado por parte de Laurent. Hacía apenas una noche, él le había entregado aquella valiosa pintura de otro tiempo, una prueba irrefutable de aquellos saltos espacio-temporales. Se la había dado sin reservas ni miramientos, y ahora recibía aquella bofetada de prepotencia y sobriedad, y un más que frío saludo de despedida. Era el mismo silencio de antes, de antes de Malalt, y de antes en el coche. Era un silencio proporcionado por el dolor de lo que él creía malconsiderada traición.

Pero hacía tiempo que sabía que el volgirre era su propio juez y verdugo. Nada, salvo él mismo, sería capaz de encontrar el perdón a su lacayo. Eso o cuando su propia balanza personal se decantara entre la necesidad para alguna tarea o el descubrimiento acérrimo e introspectivo de la amistad incondicional. Rohde sabía que su jefe necesitaba de tiempo y espacio, no como el de los viajes, sino contemporáneo, para que alguna de las bandejas bajara su peso y se desnivelara. Entonces... sus caminos se cruzarían, probable y nuevamente.

Enmudeció en el adiós, mientras las olas bramaban furiosas contra los pilares del puente, y la sempiterna lluvia mojaba su casi harapienta chaqueta. Se caló la capucha, y se encendió un cigarro, apoyado contra la barandilla, mientras veía la silueta de su hermano en armas desaparecer en la noche.

- Adiós Laurent - musitó cuando ya era imposible que lo oyera. Se acabaría el cigarro pisoteandolo contra el asfalto, y bañaría su cuerpo con la luz blanquecina de las farolas, mientras se dirigía al antro donde la Bruja Brujo lo esperaba con refugio. Job era ahora su único clavo ardiendo. MT Hojgaard, su estaca.

Cerrado

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