[Recurso] Celebrando la oscuridad

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TheSircBox
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Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad

#81

Mensaje por TheSircBox » 04 Oct 2022, 05:06

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Hice este reto personal para practicar dibujo, voy atrasado pro creo que lo vale XD los dibujos no son perfectos pues procuran ser mas expresivos y espontáneos, algunos serán pjs que jugué otros npcs y quizá algún personaje de otras partidas y otros jugadores ajenos a mi.
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Épine: La Espina de la Rosa.
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Nacido en una familia de la nobleza francesa, vivió la revolución francesa ya como no murto, abrazado por un de los amigos de su padre, Épine siempre fue abiertamente afeminado, cosa tolerada por su posición social, todas sus relaciones estuvieron marcadas por el poder, de el hacia sus amantes, hasta que conoció a Gastón, de quien se enamoro perdidamente, luego de su abrazo lo mantuvo a su lado todo lo que pudo, volviéndolo un ghoul, hasta que este finalmente lo abandono.
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Verme: Novelista incomprendida.
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Desde muy joven, Willow tuvo una fascinación por por los mundos de ficción, luego de su crisálida enfoco su vida a sentar un precedente laterío, un best seller con su particular forma de escribir romancé, por desgracia las metáforas de "cuervos hurgando en cuencas vacías de cadáveres" no parecían ser lo mejor para aludir a un coito, así se vio obligada a trabajar para una revista magazine, una columna de chismes y farándula.

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Alexander Weiss
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Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad

#82

Mensaje por Alexander Weiss » 04 Oct 2022, 12:31

Imagen DÍA 4: LA PODEROSA
"Debes entrar en la casa y salir. Trae algo del interior y habrás pasado la prueba.!
Así eran los niños. Si Joel quería formar parte del club de los chicos de clase debía entrar en aquella casa abandonada de siniestra reputación, donde la muerte habitaba entre sus muros. Se decía que una epidemia había marcado a una familia feliz, que la última dueña de la casa había agonizado hasta morir sola, rodeada de cadáveres, sin nadie que la consolara en sus últimos momentos. Se contaban muchas cosas, que se veían luces, que se escuchaban lamentos, que otros que habían entrado habían muerto entre sus muros o habían quedado marcados para el resto de sus vidas.
Joel no se lo pensó. Trepó por una de las ventanas y accedió a un interior, oscuro y tembloroso. Sacó la linterna de su bolsillo y las tinieblas retrocedieron ante la luz temblorosa y pálida. Escuchó correteos de roedores que se escurrían en la oscuridad, o eso pensaba.
Sus ojos se fijaron en la repisa de la chimenea, donde un resplandor cristalino atrajo su atención. Era una bola con un pequeño paisaje navideño, con una familia en la entrada de una casa nevada, saludando. Joel no se lo pensó, agitó la bola, y copos de nieve comenzaron a caer en su interior. De repente, la negrura que le rodeaba pareció más aterradora, e impulsado por un repentino terror, se metió la bola de cristal en un bolsillo y salió corriendo.
Sus compañeros aplaudieron su hazaña y lo trataron como uno más, pero de alguna forma Joel sentía una mirada acusadora que pareció seguirle hasta casa.
Esa noche apenas cenó y se fue a dormir, pero el sueño fue turbio. La bola de cristal que había sustraído de la casa abandonada aparecía una y otra vez, con una voz susurrante y femenina que decía. "Es mía. Devuélvemela." En sus sueños Joel recorrió laberintos, perseguido por una presencia aterradora que reclamaba lo que era suyo. El mundo que le rodeaba era gris y muerto, y de alguna forma la casa encantada lo reclamaba como un faro en la oscuridad. Entró en la casa que aparecía en sus sueños y cerró la puerta.
Despertó sudado y dolorido, sobre un suelo de madera carcomida y fría. Varios insectos huyeron mientras se incorporaba a duras penas, y apartaba las telarañas del sueño.
Sus ojos se llenaron de sorpresa y terror. Había regresado a la casa mientras dormía, y bajo la pálida luz de la mañana que entraba por el ventanal, resplandecía la bola navideña, de nuevo en su lugar en la repisa de la chimenea.
Joel se desmayó, y cuando horas después lo encontraron, apenas pudo balbucir incoherencias. "Suya, era suya..."
Y mientras tanto, en el más allá, la dueña de la mansión acariciaba satisfecha la reliquia de su infancia. Nadie se la arrebataría.

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Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad

#83

Mensaje por TheSircBox » 05 Oct 2022, 06:41

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Yoon Chip Cobalto - La araña Azul
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Un apagón en Seul dio la bienvenida a otra hija de #Ananasa. Una #Fera que en su adolescencia renació como #Ananasi obsesionándose con su infiel novio actualmente "desaparecido". Chip Cobalto llaman por su don informático ahora a esta araña azul metálica.
Ilustración basada en el personaje de @Ébano
Última edición por TheSircBox el 06 Oct 2022, 01:20, editado 1 vez en total.

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Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad

#84

Mensaje por Alexander Weiss » 05 Oct 2022, 12:23

Imagen DÍA CINCO: ¿QUÉ SE ESCONDE EN LA OSCURIDAD?
Medianoche. Todo el mundo dormía en la casa, todo el mundo olvidaba sus preocupaciones para encontrar quizás, algo de descanso. La oscuridad y el silencio se habían enseñoreado de la casa, pero no todo el mundo se entregaba a la paz del sueño.
La oscuridad del armario se agitó, y una criatura primordial, un ente creado con pesadilla, miedo y hambre salió de su refugio entre las telarañas del sueño para alimentarse. A falta de otro nombre la llamaban Feroz, y era un monstruo del armario, creado por la imaginación infantil en los lugares donde la luz no llegaba.
Feroz no tenía una forma definida, era oscuridad animada por el rabillo del ojo y sólo los miedos de sus víctimas le daban un verdadero ser. Vagaba de casa en casa alimentándose de la imaginación y el miedo dejando un reguero de terror a su paso y de pesadillas que podían durar incluso semanas.
Aquel cuarto de formas oscuras albergaba su siguiente presa. Con sus ojos de pesadilla podía ver que era la habitación de una niña, con libros infantiles, muñecos y en fin, todos los tesoros que una mente infantil podía ambicionar. Y en medio del cuarto, una cama con un edredón de estrellas.
Se acercó a la cama y Feroz vio un bulto acurrucado debajo del edredón, la protección que un niño presenta frente a lo desconocido, pero para un monstruo como él no impediría que se alimentara del miedo.
Tenía que tomar una forma, y para ello su víctima debía mirarlo y dársela. Extendió un apéndice de oscuridad sin forma y tocó el bulto del edredón.
Hubo un movimiento silencioso, el roce de las sábanas, las mantas y la ropa de cama. Aquella niña iba a despertar y Feroz se preparó.
El edredón se alzó formando una figura alta en medio de la cama, que se desprendió con un susurro de suavidad y debajo de él vio...
Una niña pálida, envuelta en un camisón blanco azulado y espectral. Feroz intentó atrapar su mirada pero sólo vio una larga cabellera rizada y negra como la noche tapando un rostro invisible.
Feroz gruñó, un gruñido amenazador de pesadilla, que tan buen resultado le había proporcionado, pero la niña ni se inmutó. Permaneció de pie, en la cama, con su mirada oculta por su larga cabellera.
Y de repente una garra se disparó de debajo de la cama y atrapó la forma imposible de Feroz. Fue un ataque por sorpresa, y el monstruo del armario se revolvió. Otra garra se extendió y otra, y de repente se convirtió en presa.
Y como una araña, la niña envuelta en su camisón espectral saltó sobre él, y pudo ver sus ojos. Dos ojos vacíos, luminosos, en medio de un rostro huesudo y blanco como la luna, con una boca redonda y sin labios.
-Mío.
Feroz estaba sorprendido y asustado. Esto no debía ocurrir. Y entonces se dio cuenta de que estaba ante una criatura del sueño como él, pero más terrible y poderosa que un monstruo del armario. Una criatura que no era de pesadilla, sino una pesadilla.
-Eres mío. Y ahora por la noche sin luna, por la oscuridad sin luz, por el silencio eterno, me jurarás lealtad, o alimentarás a mis monstruos.
Feroz no tenía palabras. Y sin embargo, juró y entregó su lealtad a aquella criatura.
Bajo la cama se abrió una jaula de pesadilla y Feroz fue a hacer compañía a sus nuevos compañeros, los servidores de la Señora de los Monstruos.
Y la pequeña Caroline durmió apaciblemente esa noche. Había atrapado a otro monstruo del armario para su colección. Su reputación terrible como cazadora de pesadillas era la envidia de sus compañeros del sueño.

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Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad

#85

Mensaje por Alexander Weiss » 06 Oct 2022, 12:36

Imagen DÍA SEIS: EL MONSTRUO QUE HAY EN MÍ
El sueño diurno era uno de los pocos momentos en que Eric se sentía en paz. Las noches estaban llenas de intrigas y emociones, nadando entre los hipócritas, embusteros y envidiosos de su especie, alimentándose del rebaño ignorante. Eric había destacado entre los suyos, no sólo por su poder, sino también por su talento. El éxito aplastando a sus adversarios era lo que hacia que las noches merecieran vivirse.
Un fuerte dolor en el pecho interrumpió la paz de sus sueños, llenos de ambición y arrogancia. Poco a poco el dolor dejó paso a la sorpresa, y después a la alarma.
No podía moverse. Una estaca le había atravesado el corazón.
Abrió sus ojos, molestos por la intensa luz repentina y su mirada se cruzó con la mirada de Celia, la criada. Una mujer ignorante e irrelevante, que ahora le devolvía la mirada con determinación...y odio.
-¿No me recuerdas, verdad? -la pregunta no admitía réplica-. Pero yo a ti sí. Desde hace mucho tiempo.
Celia hablaba de forma implacable y automática, un discurso que había pensado para aquel momento, tras haber vigilado a su presa y preparado la ocasión. Hacerse pasar por una criada sumisa, llegar hasta el arrogante vampiro y finalmente atacar, pero antes de destruirlo tenía que hacer algo más.
-Antes de acabar contigo quiero que veas algo.
Celia fue pasando delante de los ojos enfurecidos del vampiro una serie de fotos en la pantalla de su móvil. Los queridos chiquillos de Eric, Emma y Joaquín, decapitados. Su favorito Alberto, asesinado. Poco a poco la furia del vampiro se fue convirtiendo en terror y dolor que no podía expresar.
Celia continuó pasando tranquilamente la pantalla de su móvil. Eric contempló horrorizado sus valiosos cuadros, algunos adquiridos y otros pintados por él mismo, su orgullo, su mayor tesoro, deshacerse en cenizas ante sus ojos.
Finalmente Celia dejó el móvil y concluyó.
-Tú le arrebataste la vida a mi hijo. Ahora quiero la tuya.
Con gran esfuerzo, movió el cadáver atravesado con una estaca y echó las cortinas a un lado. Ya había amanecido, y el sol poco a poco comenzó a extenderse por la habitación.
Celia se sirvió una copa de vino que había comprado para la ocasión, y se sentó para contemplar con satisfacción cómo aquel monstruo ardía hasta que sólo quedaron cenizas.

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Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad

#86

Mensaje por Alexander Weiss » 07 Oct 2022, 12:33

Imagen DÍA SIETE: ERES LO QUE COMES
Yuto era un buen cocinero. Meticuloso, detallista y con el ingenio para improvisar con lo que tenía. A veces comía en el trabajo, pero más a menudo se traía la comida de casa.
Y a Akira le sorprendía el contraste entre los platos que cocinaba Yuto y sus menús caseros. En una ocasión había traído "sopa peligrosa", una mezcla verde de algas de aspecto repugnante entre lo que flotaban trozos de anguila que más parecían serpientes, y desde luego la presentación era un auténtico desánimo. En otra ocasión trajo una especie de bombones que Akira habría jurado que eran trozos de carbón, y Yuto se los comía uno tras otro sin ningún reparo.
Más allá de sus gustos raros y peculiares, Yuto era un buen compañero. Y a pesar de su aparente juventud, mostraba una sabiduría y una calma muy superiores a su edad. Hablaba de eventos del pasado como si los hubiera presenciado en persona, y algunos de sus amigos parecían haber vivido hacía siglos, pero no podía ser.
Y una noche aparecieron los monstruos. Akira y Yuto acababan de cerrar el local y en un abrir y cerrar de ojos los habían rodeado. No había mejor nombre para aquellas criaturas que de repente rasgaron su piel y dejaron ver sus rostros deformes, como los oni o los bakemono de las leyendas.
Yuto entrecerró los ojos y le dijo a Akira que se quedara detrás de él con una advertencia que no aceptaba réplica.
Y entonces comenzó la batalla.
Los monstruos golpearon a Yuto, y su sangre oscura brotó. El joven cocinero movió las muñecas y salpicó a sus adversarios, que retrocedieron chillando, como si los hubieran quemado. Y cuando todos atacaron a la vez de frente, Yuto abrió su boca de forma imposible, y una nube verdosa los envolvió, abrasándolos como el aliento de un dragón, haciéndolos retorcerse en el suelo hasta que sólo quedaron cenizas.
Akira se desmayó, y al despertar en su cama creyó que todo había un sueño. Ese día en el trabajo se encontró una nota de despedida. Yuto se marchaba y le dejaba un cuenco de delicados pastelillos de arroz y salmón como regalo.

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Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad

#87

Mensaje por Voivoda » 07 Oct 2022, 14:44

Me ha gustado esta imagen que responde al enunciado "qué se esconde en la oscuridad". El autor es leiðinlegt.

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Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad

#88

Mensaje por Alexander Weiss » 08 Oct 2022, 12:49

Imagen DÍA OCHO: MEMORIAM
No recordaba nada.
Una caída terrible y el suelo que se avecinaba, el impacto como un relámpago que había sacudido su cuerpo...y nada más. Vacío. Negrura.
Pero el vacío no lo permaneció mucho tiempo. La oscuridad estaba llena de chispas. Dolor. Furia. Traición. La necesidad de escapar de una prisión injusta.
Y había aprovechado la ocasión. Un destello. Una salida. Se había arrojado sin pensarlo.
Y cayó. Como había caído mucho tiempo atrás. Necesitaba aferrarse a algo o terminaría volviendo al vacío y la oscuridad.
Y la sensación de caída seguía ahí. No. No se había caído. Le habían empujado. Dolor. Furia. Traición.
Abrió los ojos para encontrarse en una habitación blanca y estéril que no le decía nada. De repente la sensación de volver a tener un cuerpo lo abrumó, con sensaciones desconocidas e indefinibles. Había regresado.
Se extendió por aquel cuerpo y encontró algo a lo que aferrarse. Laura. Se llamaba Laura. Quería que la llamaran Laura. Era su nombre, por mucho que otros se burlaran y se rieran y dijeran que no era Laura. Que era un chico. Dolor. Furia. Traición.
Su mejor amigo le dijo que la había aceptado. Mintió. La llevó a una encerrona. Y la arrojó al vacío.
No era el único traidor. Otros le habían traicionado. Habían querido crear un Paraíso, y los traidores lo convertirían en un infierno.
Se incorporó de golpe, para susto de una enfermera que estaba atendiendo la parada cardíaca de la mujer en coma. Su grito. Pronto serían otros los que iban a gritar cuando Zuul, la Guardiana de la Puerta de la Creación, comenzara su venganza.
El mejor amigo de Laura sería el primero.

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Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad

#89

Mensaje por Alexander Weiss » 09 Oct 2022, 15:12

Imagen DÍA NUEVE: ¿SERÁS MÍO PARA SIEMPRE?
-No insistas. No tienes ni idea de lo que me estás pidiendo.
Derek contempló la mirada de sorpresa y decepción de Jimmy. Hacía cinco años que se había conocido por casualidad. Un descuido de Derek mientras acechaba a sus presas había revelado su naturaleza. Pero Jimmy había guardado el secreto y aunque la prudencia y el secreto de su especie requerían su muerte, Derek lo había dejado vivir. Quizás fuese la soledad, la curiosidad o el impulso del momento, pero con el tiempo habían pasado a ser amigos. Derek no había vuelto a manifestar su ser vampírico delante de él, y durante muchas noches habían compartido momentos de intimidad.
Por su parte, Jimmy había encontrado en Derek una fascinación atractiva. Con el tiempo se encontró confesándole los problemas que tenía en casa, con un padre alcohólico, abusones en el instituto y la amenaza latente de terminar desahuciados por impago de la hipoteca. Derek había asentido en silencio, y alguna vez le había dejado dinero, y uno de los abusones había sufrido una paliza imprevista y había dejado a Jimmy en paz.
Sí, aunque estaban separados por la noche y el día, Jimmy y Derek se habían convertido en amigos.
Con el tiempo Jimmy había indagado en la naturaleza vampírica de su amigo, y aunque en la mayoría de ocasiones Derek se mostraba evasivo e incluso algo enfadado, con el tiempo había aprendido cosas. Y con el tiempo había surgido el deseo de dejar atrás su vida llena de problemas y preocupaciones por la inmortalidad de la noche.
Y esa noche por fin había decidido reunir valentía y pedírselo a Derek. Su negativa, aunque no por ello inesperada, era dolorosa.
-No tienes ni idea, Jim. Muy lamentable tiene que ser tu vida para que quieras cambiarla por...esto. Te he mantenido al margen, y cuando menos sepas, mejor.

Pero Jimmy no estaba dispuesto a rendirse. A partir de entonces trató de convencerlo de que deseaba la vida en la noche. Y finalmente Derek cedió.
-Entonces, ¿estás dispuesto a ser mío para siempre?
-Sí.
-Que así sea.
En un momento estaba sobre su cuello. La sangre era dulce, con un deje amargo. Bebió despacio, disfrutando de los latidos de su corazón, recordando los buenos momentos que habían pasado juntos en los últimos años. Esos recuerdos eran lo más dulce de todo, dándole un sabor especial a la sangre. Y finalmente, los latidos del corazón se fueron espaciando, hasta detenerse por completo. Derek apuró hasta la última gota. Así Jimmy sería suyo para siempre.
No podía convertirlo, no sin condenarlos a ambos. No quería convertirlo, ni agriar la relación entre ambos con la maldición que corría por sus venas. Al menos le había concedido un final a una vida llena de desilusiones, algo frecuente en esas noches. Pero la no vida no era la respuesta. Por lo menos Jimmy había muerto con la ilusión de haber encontrado algo mejor.
Derek se enjugó una lágrima de sangre. Nunca compartiría su sangre con nadie si podía evitarlo. Las cadenas de sangre que lo ataban y el tormento de los antiguos eran su condena en su soledad.

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Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad

#90

Mensaje por Alexander Weiss » 10 Oct 2022, 12:52

Imagen DÍA DIEZ: DONDE BAILAN LOS CHUPASANGRES
Noche de fiesta. Alexandria y sus amigas habían salido para disfrutar y pasarlo bien. Para Alexandria era un día especialmente feliz. Su madre era muy estricta, aunque con el tiempo había aprendido a evitar su vigilancia y simplemente comportarse como una chica de su edad. Ella debía comprenderlo.
Irene era una madre soltera. Se esforzaba en el trabajo, y aún así siempre tenía algo de tiempo para compartir con su hija. Sin embargo, a medida que Alexandria crecía, Irene la veía menos. Su hija tenía el instituto, ella tenía su trabajo. A veces no se veían en un par de días, y últimamente cuando se veían había discusiones. "Ten cuidado con quien te mezclas." "No salgas por ahí." "No hagas eso." "Tienes que estudiar más."
Para una chica de diecisiete años como Alexandria esas restricciones eran barreras que debía superar. Se sentía lo bastante madura para cuidar de sí misma. Y cuando sus amigas le propusieron ir a una fiesta privada, al principio tuvo sus reservas, pero tras la última discusión con su madre había tomado la decisión de ir.
Al fin y al cabo, Irene no tenía por qué enterarse.
La fiesta privada resultó ser un rave clandestino en un almacén abandonado. Aunque había gente de todo tipo, primaban los estilos siniestros, góticos, oscuros, o combinaciones extrañas y atrevidas. El latido de la música, el subidón de la bebida, las luces parpadeantes, era todo lo que Alexandria podía desear para disfrutar de la noche. Bailó, bebió e hizo todo lo que había ansiado hacer.
Sin embargo, a la hora de volver a casa, Alexandria y sus amigas se encontraron con que el último autobús había pasado. La parada, solitaria y silenciosa, en mitad de ninguna parte, resplandecía bajo la luz amarillenta de una vieja farola.
En ese momento aparecieron tres chicos de la fiesta. Eran jóvenes y estúpidos, e instintivamente, Alexandria se puso en guardia. No le gustaban aquellas miradas hambrientas, aquellas falsas sonrisas afiladas, y aquellas caras pálidas.
-Ey, ¿queréis que os llevemos a casa?
-No, gracias, estamos esperando a que vengan a buscarnos -contestó con cierto temor Mary, una de las amigas de Alexandria.
-Bueno, en ese caso...
Fue solo un momento. Y como si hubieran caído unas máscaras, los rostros de los tres chicos se convirtieron en los de unos monstruos con dientes afilados. Uno de ellos saltó sobre Mary, se escuchó un crujido, y en un momento le estaba mordiendo la garganta.
-Y una.
Alexandria y su amiga Valentina gritaron de terror y echaron a correr, pero los tres monstruos las rodearon. A veces hacían el amago de dejarlas pasar para en un instante ponerse delante como una barrera infranqueable. Jugaban con ellas, avivando su terror. Otro de los monstruos agarró a Valentina y la mordió, arrojándola como si fuera una muñeca.
-Y dos.
Sólo quedaba Alexandria. Y al encontrarse sola, de alguna forma decidió no llevarse por la desesperación. Plantó cara a los monstruos, aunque sabía que no tenía escapatoria.
Y en ese momento un relámpago oscuro mezclado con un gruñido surcó la noche. El monstruo más próximo a Alexandria, que ya extendía una mano con uñas afiladas hacia ella, saltó por los aires, atravesado por un terrible golpe desde abajo. Una masa de oscuridad, una criatura peluda y con dientes se encaró con los otros monstruos. Uno intentó morder, pero la criatura agarró sus mandíbulas y las partió antes de arrancarle la cabeza. El último de los monstruos decidió que sería mejor huir, pero en un momento la criatura le saltó encima, y dio buena cuenta de él con uñas y dientes, arrancando pedazos sin piedad hasta que cesaron los gritos.
Y de repente, la criatura se dirigió hacia Alexandria. Era un hombre lobo de oscuro pelaje, con ojos encendidos, una mandíbula llena de colmillos y fuertes garras diseñadas para destruir y matar.
Alexandria parpadeó. Ante sus ojos la criatura comenzó a menguar, a cambiar de forma, en contra de toda ley física, hasta que la monstruosidad salvaje dejó paso a una figura más familiar.
Era su madre, Irene. Y estaba enfadada.
-¿Mamá?
-Te quedarás un mes castigada. Para empezar. Después ya veremos.

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