[Recurso] Celebrando la oscuridad

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Alexander Weiss
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Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad

#91

Mensaje por Alexander Weiss » 11 Oct 2022, 14:26

Imagen DÍA ONCE: MI REFUGIO SEGURO
Parece que hoy se ha acabado mi suerte.
He estado varias semanas entrando en los archivos del Nuevo Orden, robando información valiosa con la que comercio y también me pago las facturas. Ubicaciones de agentes encubiertos, bases secretas, información jugosa y que se paga bien en los mercados adecuados.
Debo reconocer que me ha pasado de listo y ambicioso, pero supongo que es parte de mi carácter, y un fin de semana de fiesta en la Riviera maya a todo trapo no se paga solo.
Comprendo que ahora me toca escarmentar, pero voy a intentar que hoy no sea el día. Me han dicho muchas cosas terribles sobre las prisiones del Nuevo Orden, pero si de algo estoy seguro es que no conozco personalmente a nadie que haya escapado de ellas.
Me están siguiendo. Noto las conexiones y van a cortarme el paso. Me hago el despistado mientras me dirijo al salón de recreativos donde estuve trabajando un mes. Un trabajo entretenido y mundano, que no llamaba la atención, y que me permitió dejar una salida por si todo se iba al garente.
Como hoy.
Entro sin preocuparme, ya que me conocen y caigo bien. El salón está lleno de ordenadores conectados en línea con los juegos del momento, atrapando los sueños adolescentes y no tan adolescentes en mundos de fantasía y competiciones pixeladas. Una forma segura de descargar adrenalina desde el mundo real.
Me voy al rincón de los nostálgicos, donde hay algunas máquinas recreativas que casi nadie usa. Éxitos pasados que atrajeron a otras generaciones. Allí está una máquina de Pac Man. Enciendo y escucho la familiar musiquilla de que el juego va a empezar.
Y entonces, sin que nadie me vea, me convierto en información y me descargo en mi refugio. Un laberinto de luces y píxeles que conozco como la palma de mi mano.
Mis perseguidores llegan, y como me imaginaba, intentan seguirme. Ellos también entran como información pixelada en la máquina recreativa.
La trampa se cierra.
Absorbo la bola de energía que he ocultado hace semanas y el juego está bajo mi control. Estoy especialmente orgulloso de este Sanctum, como diría un Hermético. Yo prefiero Telaraña Virtual. Soy un devorador dorado de energía y los agentes del Nuevo Orden son unos pobres fantasmas a mi merced.
Comienza la diversión.

https://www.youtube.com/watch?v=qtZ0hl-unM4

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#92

Mensaje por Alexander Weiss » 12 Oct 2022, 13:33

Imagen DÍA DOCE: HUMANIDAD PERDIDA
Apuraba los últimos segundos. Intentaba prolongarlos, pero Alice era más consciente que nadie de que la vida de su bisnieta, que se llamaba Alice, como ella, llegaba a su fin. La respiración se fue espaciando hasta que el último suspiro marcó el final. La Mortaja tembló, y a pesar de su intento de permanecer, Alice se sintió arrastrada lejos de las Tierras de la Piel.
Había muerto su último Grillete, su última conexión con los vivos. Con la muerte de su bisnieta había muerto la última de sus descendientes. La casa en la que había crecido había sido derribada hace unos años y reconstruida, y ya no le proporcionaba consuelo. El mundo había cambiado demasiado para una dama del siglo XIX y le resultaba demasiado ajeno.
Sólo le quedaba el mundo de los muertos, las Tierras de las Sombras asoladas por la Tempestad, donde moraban los Sin Reposo. Como representante de la Legión de Ébano en su Necrópolis, Alice tenía muchas responsabilidades, además de sus tejemanejes clandestinos en el Gremio de Soñadores. El tiempo la había convertido en una Pálida respetada, poderosa y temida.
Y sin embargo, ¿Qué era el poder comparado con la pérdida de su conexión con los vivos? Sintió su Sombra removerse en su interior, como una serpiente al acecho, esperando aprovechar cualquier debilidad. Alice sintió miedo, no quería terminar devorada, pero de alguna manera parecía que el Olvido había dado un paso más para apoderarse de su alma.
Sin embargo, Alice no se dejaría arrastrar al abismo sin luchar. Se aferraría a su humanidad erosionada y seguiría adelante. No había más remedio.

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#93

Mensaje por Alexander Weiss » 13 Oct 2022, 13:34

Imagen DÍA TRECE: AQUÍ NOS REUNIMOS DE NOCHE
Noche de fiesta, los chicos y chicas, cargados de felicidad. Bueno, y de sexo, drogas, alcohol y música enlatada, pero es lo que tiene la alegría de la juventud, que el momento parece no terminarse. Con trece años, Justin era la primera vez que salía tan tarde. Oscar, uno de los chicos mayores de clase, lo había invitado, aunque sería más correcto decir que lo había desafiado a ir. Justin aceptó al momento, sin pensar, no quería parecer que tenía miedo.
Aunque la verdad es que hacía tiempo que tenía miedo, mucho miedo. Las cosas que había visto...o creía haber visto. No podía ser verdad. Debía estar perdiendo la cabeza. Tenía miedo de no ser capaz de reaccionar, que sus padres y sus amigos lo tacharan de loco, o peor aún, que terminaran internándolo en un psiquiátrico, con una camisa de fuerza y la mirada perdida, sedado y lobotomizado. Bueno, ya no se hacían lobotomías en los psiquiátricos. O eso esperaba.
Justin le había dicho a sus padres que se quedaría a dormir en casa de un amigo, y aceptaron con indiferencia. Mientras no causara problemas, le dejaban hacer, y ese desinterés le fastidiaba. En cualquier caso, después del colegio se reunió con Oscar, y cuando las primeras luces del día de otoño comenzaron a apagarse se dirigieron hacia un edificio en construcción. A Justin le daba miedo pensar en los yonquis que debían haberlo ocupado, pero su amigo Oscar le inspiraba confianza, y además...si las cosas se ponían feas...no, esperaba, no tener que recurrir a aquello.
Entraron en los garajes del edificio a medio construir, con el suelo gris de cemento, las paredes rojizas de ladrillo sin cubrir y la oscuridad invadiendo los rincones. Alguien había puesto varias velas encendidas, y en el fondo se escuchaban voces.
Eran tres chicos y dos chicas vestidos de negro y rojo, como una pandilla. A Justin le amedrentaron sus sonrisas, algo exageradas, con sus dientes blancos. Oscar lo presentó.
-Éste es Justin. Y ha venido para pasarlo bien con nosotros.
Lo saludaron y sonrieron. Justin no pudo dejar de darse cuenta de que todos llevaban gorras y pañuelos de color rojo.
Charlaron de intrascendencias, pusieron música enlatada, y de repente Oscar apagó la música. En ese momento sacó una botella plateada y la fue pasando de uno a otro. Cuando le tocó el turno a Justin, dio un trago dubitativo y se dio cuenta de que era algo dulce y amargo a la vez. Algo que de alguna forma lo rehabilitaba. Dio otro trago, y entonces abrió los ojos.
Oscar y los demás se habían convertido en monstruos. Con rostros curtidos y duros, ojos pequeños y oscuros, y lo más aterradoras con grandes sonrisas blancas llenas de dientes afilados.
-No tengas miedo, Justin. Queremos ayudarte. Por eso nos hemos reunido aquí esta noche.
Y en ese momento Justin se dio cuenta. Aquellos rostros eran similares al suyo, el monstruo que había visto en el espejo del baño del instituto hacía una semana. El monstruo que lo había acompañado durante días llenos de dudas y horror. No era el único.
Y se dio cuenta de que ya no tendría que pasar miedo. Porque él era el miedo. Y tenía hambre.

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#94

Mensaje por Alexander Weiss » 14 Oct 2022, 14:23

Imagen DÍA CATORCE: LA MALDICIÓN DE MI SANGRE
Sara tomó una decisión. Era la mayor de catorce hermanos, y siempre le había tocado asumir las responsabilidades sobre los demás. En cierto sentido, era como la jefa...siempre que papá estaba ausente.
Sus padres eran creyentes devotos, y siempre habían querido tener tantos hijos como Dios quisiera darles. Dios era el centro y el pilar de la familia Gregg hasta donde recordaba. Su infancia había sido feliz, al menos hasta los diez años, cuando papá había vuelto a casa cambiado.
El Dios bueno y amable que guiaba a la familia se había convertido en un Dios celoso y terrible que desaprobaba cualquier error o duda sobre la autoridad del padre. John Gregg había sido bendecido, y se había convertido en instrumento del celo y la venganza de Dios.
Fueron años turbios. Sara y sus tres hermanos habían dejado la escuela para ser educados en casa por sus padres. Su madre Elizabeth se había convertido en un fantasma pálido y aterrorizado por su terrible esposo. Obedecía sin protestar, y con el tiempo se volvió cada vez más consumida y apática. Parecía que sólo vivía porque su esposo así lo deseaba. Le ordenó que se acostara con otros hombres, y pronto nacieron otros hermanos.
Y para Sara y sus hermanos el hogar se convirtió en un infierno. Las noches, cuando el padre aparecía y revisaba todo lo que habían hecho eran una pesadilla aguardando el dolor del castigo. Rezaban mecánicamente y recibían la comunión de la sangre de las manos del padre. Se les prohibía tener contacto con el exterior, leer nada que no fuera la Biblia o los libros sagrados.
Y cuando el padre les ordenaba dormir, se despedía con un beso de buenas noches. Era un beso repugnante, acompañado de un breve dolor. Con el tiempo, y viendo a sus consumidos hermanos, Sara sospechaba que el padre bebía su sangre.
Decidió mostrarse sumisa y pasiva como su madre, obedeciendo lo mejor que podía, pensando en qué pecados había cometido para merecer semejante maldición. Pero no se rindió. Comenzó a desobedecer en secreto, leyendo libros prohibidos, hablando con desconocidos y guardando silencio.
Supo así que el padre había sido cambiado por un demonio, un vampiro. Y tenía que morir.
Continuó obedeciendo sumisamente cuando el padre aparecía, y durante el día buscaba su escondrijo. Le costó encontrarlo, fuera de la casa, en un ataúd en una pequeña cueva llena de serpientes.
No dijo nada a sus hermanos. Durante el día sacó el ataúd de la cueva, abrió la tapa y lo expuso a la luz del sol. Ni siquiera hizo falta clavarle una estaca. La criatura maldita se incorporó lanzando un chillido de terror, antes de consumirse en una llamarada.
Sara regresó a casa con el alivio y la paz en su alma. Sólo le quedaba una cosa por hacer.
Llamar a la policía y poner punto final a aquel infierno.

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#95

Mensaje por Alexander Weiss » 15 Oct 2022, 15:22

Imagen DÍA QUINCE: REMORDIMIENTO

Ptahotep lloraba, desahogando en su llanto todo el dolor acumulado durante años, décadas, milenios. Tras ser asesinado por agentes de la SS que buscaban a su familia en Cracovia, había sido arrastrado por los vientos del inframundo, luchado contra los elementos del abismo. Se había presentado ante los jueces de Amenti y finalmente, tras un gran esfuerzo por su parte había conseguido el suficiente impulso para regresar, resucitar su cuerpo arrojado a una fosa común y devolverle el porte del que había sido un príncipe del antiguo Egipto.
Había pasado más tiempo del que pensaba. Las heridas de su cuerpo habían sido difíciles de curar, y hacía décadas que el gobierno de terror de los nazis había sido derrotado. Las fronteras habían cambiado, y Polonia había pasado del terror alemán al terror soviético y a una dictadura que había terminado por caer ante el hartazgo de la población.
Pero a Ptahotep le preocupaba su familia. Para su horror había descubierto que todos habían muerto en la miseria de los campos de concentración, con los elementos "indeseables" que los nazis habían querido borrar del mundo. Un último superviviente, Tobiasz, había terminado en un orfanato, y después en las calles de Cracovia, con las heridas de los horrores que había pasado en los campos presentes a lo largo de toda su vida. Esas heridas lo habían convertido en un elemento incómodo para el gobierno comunista, que lo había arrojado con otros a un psiquiátrico y se había olvidado de él.
Y cuando Ptahotep regresó, sólo pudo certificar su muerte por suicidio, tras una vida torturada, en 1987, con cincuenta años.
Con Tobiasz había muerto el último de los descendientes de Ptahotep, el último de una familia que era su orgullo y su pasión. A la que había guiado a lo largo de la caída de imperios. En el pasado habían sufrido, pero su protector inmortal siempre había conseguido salvar a unos pocos y continuar su linaje.
Hasta ahora.
Ptahotep lloraba por el dolor acumulado, por el final de su obra. Había visto pasar tanto dolor, tanto pesar. Ahora se arrepentía de haberse unido al culto de Isis y haber aceptado el Hechizo de la Vida, que consideraba una bendición. Aquella inmortalidad se había convertido en una carga cada vez más pesada.

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#96

Mensaje por Voivoda » 15 Oct 2022, 21:43

No soy muy de rol en vivo, pero he visto esta foto buscando cosas del vamptober y tiene un punto cinematográfico incluso.
FB_IMG_1665862913929.jpg
Imagen

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#97

Mensaje por Alexander Weiss » 16 Oct 2022, 14:29

Imagen DÍA DIECISÉIS: LAS COSAS QUE APRENDÍ AL MORIR
Recuerdo que antes de morir mi vida era un infierno.
Los niños pueden ser muy crueles, y cuando crecen se pueden convertir en adolescentes todavía más crueles. Prácticamente cualquier excusa es una señal para atormentar a un compañero y obtener un placer sádico con ello. Vencer egoístamente, ver a alguien humillado, regodearse en su debilidad. Da igual que se sea feo, bajito, se le den mal los deportes, tenga ceceo, sea pelirrojo. Sólo es una excusa para convertirse como un auténtico cabrón sin pensar en las consecuencias.
Y eso le pasó a Jessica. Era una niña tímida, lo que otros percibieron como debilidad. No era especialmente fea ni gordita, pero con un par de bulos llamándola apestosa y sucia ya se convirtió en blanco del resto de la clase. Su familia no tenía mucho dinero y comenzaron a decir que eran pobres y que sus padres robaban. Ella intentó recluirse en el estudio, se esforzaba por sacar buenas notas, pero entre el ambiente que la rodeaba ante la pasividad de los profesores y que a veces el esfuerzo solo no bastaba, el instituto se convirtió en un pozo de frustración y dolor.
En una ocasión Jessica había respondido al insulto de una acosadora hacia su madre con una bofetada. La castigaron, y después comenzó lo peor. Un día la esperaron al salir de clase y le pegaron una paliza.
Después las palizas se convirtieron en algo recurrente. Sus padres, que trabajaban de sol a sol, apenas la veían en casa, y ella hizo lo que pudo para ocultar los moratones.
Y una de las palizas fue demasiado lejos. La empujaron al suelo y la patearon, mientras la sangre de una brecha en la frente manchaba el suelo.
De repente Jessica se levantó, a pesar de la lluvia de golpes, y de repente uno de los niños gritó cuando le rompió la mano. Otro se quedó sin un ojo, y los demás huyeron.
Al día siguiente Jessica se presentó en el instituto con una sonrisa y como si no hubiera pasado nada. Tuvo que hablar en privado con varios de sus acosadores, y se aseguró de que no volvieran a hacerlo.
A partir de entonces todo cambió. Jessica se convirtió en una alumna brillante, con las mejores notas en todas las asignaturas, con una inteligencia precoz que asombró a compañeros y profesores, y cuando terminó el instituto tuvo una mención de honor.
Pero para Rizael, la Serafín de la Luz Dorada de las Estrellas, aquello sólo era el principio. El instituto sólo era un juego, unos preliminares para preparar el regreso de su señor Lucifer.

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Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad

#98

Mensaje por Alexander Weiss » 17 Oct 2022, 13:28

Imagen DÍA DIECISIETE: CUANDO EL SOL BRILLABA
Mathilde dio la última pincelada de su última obra. Un tono amarillo oscuro, mostrando el sol en las primeras horas del atardecer sobre el perfil azulado del mar. No estaba muy convencida, no era una obra perfecta, pero demonios, ninguna lo era. Pero una buena artista debía saber el momento de comenzar y el momento de terminar, y con reservas o sin ellas, había terminado.
El taller de pintura de Mathilde estaba llena de obras unidas por un mismo tema: el sol. Amaneceres, mediodías, crepúsculos...paisajes urbanos y rurales de todos los lugares que había visitado a lo largo del tiempo y que la inspiraban para crear.
Sus primeras obras se basaban en el recuerdo. Cuando todavía podía ver el sol. Esforzándose, en ocasiones conseguía ver los primeros rayos del astro rey antes de ceder a la presión del sueño del día y al terror de ponerse a cubierto en la oscuridad. Sin embargo, cuando apareció la fotografía, sus obras ganaron en matices. Los soles de sus cuadros adquirieron matices dorados, anaranjados, rojos e incluso el destello verde del último rayo.
Había donado y regalado algunas de sus obras, y a menudo las dejaba atrás cuando se mudaba, pero reproducir una y otra vez el sol se había convertido en uno de los principios que seguían manteniendo su humanidad. El sol le recordaba los largos paseos por los parques de su ciudad natal, la alegría de su vida cotidiana...
Todo eso se lo había llevado la oscuridad.
Una oscuridad terrible, en un mundo lleno de depredadores, con los que Mathilde había aprendido a relacionarse y también a combatir llegado el momento. Su no vida se le hacía tediosa, y sólo el arte parecía darle plenitud.
Mientras esperaba a que su cuadro se secara, Mathilde se dirigió al salón y encendió el televisor. Apreciar el sol también la había impulsado a conocer la tecnología. Con una familiaridad y desenvoltura muy escasas entre los vampiros de su edad, Mathilde programó uno de los canales a los que estaba suscrita y contempló fascinada cómo la pantalla se iluminaba mostrando el amanecer. Su cuerpo se tensó ligeramente, siempre lo hacía, pero la belleza del disco solar asomando por el horizonte de la pantalla la mantenía en su lugar.

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Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad

#99

Mensaje por Alexander Weiss » 18 Oct 2022, 15:13

Imagen DÍA DIECIOCHO: ¿PODEMOS BEBER EL UNO DEL OTRO?
Thomas entró en la cafetería con cierto nerviosismo. Era su primera cita con Joseph, y de hecho, su primera cita formal. Siempre se había mostrado tímido e introvertido, especialmente cuando había descubierto su atracción por otros chicos y se había cerrado en sí mismo. Y cuando la frustración se liberó tras su Primer Cambio se había encerrado más todavía, desahogándose en el conflicto para acallar sus demonios internos.
Tras un par de estallidos inesperados de furia que habían causado la desaprobación de los ancianos del clan, Joseph había conseguido ver la causa del conflicto interno de Thomas, y tras un momento de sinceridad entre ambos, Joseph le había invitado a salir juntos.
Los nervios lo carcomían por dentro, algo que siendo un hombre lobo lo intranquilizaba. Sin embargo, Joseph lo esperaba, con una sonrisa que le dio tranquilidad y confianza. Se saludaron, y para su sorpresa, Joseph lo besó suavemente en la mejilla. Thomas sufrió un respingo de timidez y se sonrojó.
-¿Estás bien? ¿Vamos demasiado rápido?
-No...no...es que me he sorprendido, eso es todo.
Charlaron de cosas intrascendentes, de las últimas películas que les habían gustado, de libros, juegos y en fin, cosas que Thomas había gustado en su momento y que el Primer Cambio había dejado en gran parte atrás. Joseph apagó sus nervios y de alguna forma lo devolvió a días más felices, cuando su vida no estaba tan llena de preocupaciones. Por primera vez en mucho tiempo sintió que podía confiar en él, y todavía más, comenzaba a sentir amor.
Joseph pidió un batido de fresa y chocolate con dos pajitas. La intención era obvia, pero Thomas ya no sentía nervios. Se miraron cómplices mientras bebían, y en un momento dado, Joseph le ofreció sus labios y Thomas decidió lanzarse a saborearlos, bebiendo el uno del otro. La combinación de sabor y emoción lo elevó hasta...
-Menudo par de maricones.
Aquellas palabras golpearon el momento, que se resquebrajó en pedazos. De repente, la furia de Thomas se agitó. Joseph lanzó una mirada indiferente hacia el tipo que los había insultado y con condescendencia respondió:
-Piérdete y vete a lavarte, que hueles a la cueva donde naciste.
Quizás no esperaba una respuesta, pero aquel matón se incorporó y se dirigió hacia la feliz pareja de Thomas y Joseph, buscando pelea.
Y vaya si la encontró. Lo que no esperaba es que los dos chicos se sonrieran y de repente se incorporaran convertidos en dos guerreros de Gaia.
Fue como una tormenta. Todo el mundo se asustó. Y la música de fondo sonaba, y todo el mundo comenzó a gritar.
Hubo varios heridos, pero nadie resultó muerto. Los camareros creyeron que algo había estallado y que un hombre se había levantado y había iniciado la pelea, por lo que fue arrestado por la policía y responsabilizado de los destrozos. Nadie recordó a la feliz pareja que había salido al final de la cafetería dejando de forma considerada el importe de un batido de fresa y chocolate encima de la mesa.

https://www.youtube.com/watch?v=r8pYpii2Atg

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Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad

#100

Mensaje por Alexander Weiss » 19 Oct 2022, 14:27

Imagen DÍA DIECINUEVE: DEJA QUE LA OSCURIDAD TE ABRACE
Anatoliy caminaba orgulloso. En aquel río revuelto que era la invasión de Ucrania los inteligentes como él sacaban provecho. Hacía sólo unas semanas era sólo un mal estudiante universitario de Ciencias Económica en la Universidad de Jersón, y ahora era...un secretario con un título pomposo que había sido recompensado por las nuevas autoridades rusas que habían impuesto su dominio en la ciudad. Más allá de su título, realmente Anatoliy era un colaborador y mediador, que trataba de convencer por las buenas a sus conciudadanos de que mantuvieran la compostura y dejaran hacer a los rusos...o abría consecuencias. Y si no obedecían, bien, en ese caso los soldados rusos se encargarían de convencerles de que les convenía obedecer. Por supuesto, había excesos, era una lástima, pero así era la guerra. Para gente como Anatoliy, era una gran oportunidad para obtener el crédito que no habían tenido con las autoridades ucranianas.
En esos momentos, Anatoliy se enfrentaba a uno de esos excesos. Lástima, lástima. El ejército ruso había ocupado una cooperativa agrícola cercana a Jersón y había exigido la entrega inmediata de toda la cosecha. Como siempre Anatoliy había intentado ir por las buenas, pero aquellos tozudos trabajadores habían comenzado a discutir, y la paciencia de uno de los soldados se había agotado. Un disparo y la discusión había terminado. Y ni con ésas. Si se hubieran quedado quietos seguirían vivos.
En esos momentos llegó un coche todoterreno, y una mujer descendió de él, con la cara aterrorizada por lo que estaba presenciando. Varios cadáveres ante la puerta de la cooperativa. Para su sorpresa, Anatoliy la reconoció como Irina, una de sus compañeras de la universidad.
-¿Qué habéis hecho, qué habéis hecho, qué habéis hecho...? -La rabia marcaba sus palabras.
Los soldados se rieron, pero Anatoliy intentó hacer lo que mejor hacía, mediar. Irina le gustaba, y por lo menos iba a intentar que no terminara como sus compañeros muertos.
-Ha sido un lamentable malentendido...-comenzó, tratando de suavizar una situación que se había escapado de las manos.
Irina le miró sin reconocerlo, y su mirada llena de odio se clavó en los cinco hombres armados que habían sembrado el terror en la cooperativa. Su rostro se ensombreció y su mirada se llenó de determinación. Pronunció unas palabras en un idioma incomprensible.
anál nathrach
orth' bháis 's bethad
do chél dénmha
Anatoliy sintió que la cabeza le dolía, y por los gemidos de dolor que escuchaba a su espalda, lo mismo le ocurría a los soldados. Irina se alzaba oscura, terrible, sangrando por los poros de su piel, y su cabello arremolinado como un huracán, mientras repetía una y otra vez las mismas palabras. El dolor se hizo insoportable y se desmayó.
Despertó para encontrarse bajo tierra. En sus últimos, aterradores y agónicos minutos, mientras el aire se agotaba, Anatoliy fue consciente de que lo habían enterrado vivo.

La furia de Irina había terminado. El hechizo la había agotado y haberse dejado abrazar por la oscuridad de su corazón en parte la había consumido. Sus amigos y compañeros de alianza habían sido vengados. Ahora le tocaba enterrar a los muertos.

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