El legado de Osiris y un puñado de légamo

Misterios sobre misterios... la mise en abîme

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Baudelaire
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El legado de Osiris y un puñado de légamo

#1

Mensaje por Baudelaire » 07 Nov 2021, 20:16

Las 15 horas y 45 minutos son anunciadas por las campanas de la mezquita de Dendera. Es el primer día de heryu-renpet del año mil setecientos 32 en la cronología de Aelius Antoninus y debería terminar la hora de la siesta.

Nunca has querido dormir. Incluso hoy, con un almuerzo antes del mediodía y bastante abundante. Tu familia, muy preocupada por tu salud, decide llenar tu estómago para evitar que tengas que comer en la barcaza que les llevará a la isla de File.

Por supuesto, ya conseguiste que te dieran un mapa y lo has analizado desde que hubo terminado el postre.

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El texto, en inglés moderno, carece de lo que podría contener un papiro de la época faraónica. Sin embargo, sirve a su propósito, ya que aparte del persa de mamá y el turco de papá... el egipcio antiguo y el árabe te son tan sencillos como dibujar un círculo. Con tu lápiz y carente de algún miramiento, vas marcando en cada punto los detalles de las fechas de cada crecida del Nilo.

Procuras mantener el silencio, pero sabes que te queda poco tiempo. Escuchas algo de barullo que proviene desde la habitación de tus progenitores, que se halla a veintiocho pasos de la tuya del otro costado del pasillo. Enrollas el papel de tamaño conveniente y lo pones en una funda impermeable de cuero curtido con tapa de diseño helicoidal para evitar filtraciones. Luego, dentro de tu bolso.

Para cuándo finalmente la puerta rechina, estás contemplando el navío en que van a surcar el ancho río y les dejará al mediodía en su destino. Es una pequeña monografía, escrita en un francés casi medieval, sobre el transporte fluvial del país. Incluso dominado por el imperio otomano, es algo que se mantiene bastante tradicional.

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Se trata de un vapor llamado Ramsès le grand. En la página siguiente se describen los detalles técnicos, su potencia y su rapidez máxima, su tripulación y la cantidad de camarotes que posee para alojar a viajantes por hasta una semana con gran comodidad. Al menos para ti, en primera clase. La gente pobre deberá tragar humo y tener que dormir en asientos con poco o nada de apoyo lumbar. Tú podrás disfrutar de una cama mullida, pero tanta injusticia te incomoda.

Habiendo ya paseado por la playa, sabes que los efectos del carbón son terribles. Lo que antes era un lugar hermoso y lleno de peces, ahora hiede con basura tóxica. Tus pensamientos acerca de un futuro nefasto son interrumpidos por los golpes del mayordomo en la puerta. Es la hora de partir.

moonlight shadow
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Re: El legado de Osiris y un puñado de légamo

#2

Mensaje por moonlight shadow » 13 Nov 2021, 01:32

Respondo en árabe al llamado
- Ya estoy listo, ahora salgo.
No sé por qué ahora tienen tanta prisa en llegar. Si hubiéramos salido antes de que empezara la crecida no tendríamos que usar ese horrible barco para remontar el Nilo.
No me gusta ni el olor de los barcos de vapor ni el rastro que dejan. Ayer visitamos el barco a vapor con el que vamos a viajar, y estaban aprovisionando el carbón y otras cajas con nuestro equipo. El carbón se cargaba manualmente con carretillas. Gran parte del problema es que lo cargaban sin cuidado alguno, el proceso no parecía eficiente; y, al final, dejó la orilla negra. Hay veces que no entiendo bien el llamado progreso y la eficiencia.
Parece que ya nadie se preocupa por el río, por suerte el agua se llevará la orilla pronto.
Podríamos haber viajado de manera más relajada saliendo antes y haber disfrutado del viaje en un barco más tradicional.

Siempre hemos vivido cerca del Nilo y siempre me ha gustado observarlo: majestuoso e inmenso, eterno y cambiante.
Recojo todas mis cosas, ya que esperamos quedarnos en la isla varios días.
Reconozco que tengo ganas de visitarla; he leído mucho sobre sus templos y su importancia, pero nunca he podido visitarla. Aunque mi cuerpo parece no estar de acuerdo, me gusta viajar.
Al menos el barco es potente y llegaremos rápido.
He leído historias de la isla, desde el templo de Isis en File se divisa la pequeña isla de Biga, considerada como la tumba de Osiris y la fuente del Nilo, un lugar que siempre he querido visitar.
Abro la puerta y veo al mayordomo sonriendo que me saluda con su voz profunda en un árabe lleno de jovialidad.
- Buenos días, su padre le espera. Déjeme ayudarle con el equipaje.
Se acerca y señala al bolso, hago una acotación con amabilidad.
- Éste puedo llevarlo yo, el resto de cosas están adentro.
Señalo una maleta y salgo de la habitación. Veo que mi papá ha abierto la puerta de su habitación y me está mirando.
- Buenas tardes. ¿Has descansado?
Me pregunta, en turco, al verme.
- No estoy cansado, estoy listo.
Tras mi afirmación, el continúa.
- Tienes que dormir más, ya tendrás tiempo de leer. El campamento de la isla está preparado, pero no es algo igual de cómodo que una ciudad, ya que en la isla nunca pudo asentarse nadie que no fuera sacerdote.
Abre la puerta que lleva al embarcadero y salgo. El Sol, incluso en primavera, es abrasador a estas horas... bastante abrasador; y, a pesar de llevar ropas frescas, lo noto al instante sobre mi cuerpo y agradezco el haberme puesto un gorro.
La conversación finaliza con su último anuncio.
- El barco saldrá pronto, el trayecto debería ser corto. Después de descargar todas las cosas volverá y lo amarrarán. La isla está preparada para las inundaciones, pero nunca ha tenido un verdadero embarcadero.
Mi mamá sale detrás de nosotros y me saluda. En ese instante un par de porteadores entran al edificio por una puerta lateral para ayudar a cargar nuestro equipaje. Hay una cola de porteadores y de gentes de origen humilde, pero los pasajeros de primera clase tienen su propia entrada y subimos directamente. En el aire se puede oler el humo de la caldera.
Vamos directo a nuestro camarote de primera clase, que tiene todo tipo de lujos a pesar de la brevedad del viaje. Me tumbo en una de las camas mientras mi papá habla con mi mamá. No presto atención a la conversación y me asomo por la ventana viendo el Nilo. Me quedo mirándolo un instante que parece una eternidad, hasta que noto que el barco se mueve. El río me relaja, y cuando descubro su abrazo me recuesto en la cama y me dejo llevar. A pesar de no estar cansado, noto que los párpados se me cierran y siento que entro en un profundo sueño.

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Re: El legado de Osiris y un puñado de légamo

#3

Mensaje por Baudelaire » 13 Nov 2021, 13:47

¿Dormir siesta? Aquéllo debería ser para bebés, tú ya eres grande. Al menos, es lo que discurre dentro de tu cabeza al dejarte llevar al mundo onírico. Allí contemplas la devastación del río que hace poco te abrazaba. Cadáveres de cocodrilos y grullas flotan en las aguas pútridas, a la distancia extraños vehículos que arrojan humo y son del tamaño de un carruaje, parece una batalla campal entre dos tribus posapocalípticas.

¿Es este el futuro que le espera a la humanidad? La desolación es espantosa, incluso para un sitio tan poco amable como el Sahara. Lo que otrora era terreno fértil y que entregaba generosamente sus alimentos, se ha convertido en el mismísimo Hades. Y, tal dios de la religión helénica, se jactaría de haber derrotado a su hermano Zeus.

Una mujer posa su mano en tu hombro. Te sonríe y parece transportarte al pasado ancestral, a la época tolemaica. Con un poco de atención descubres quién es: ¡la mismísima Hipatia de Alejandría! Ha sido un salto en el tiempo y en el espacio. Estás al borde del Mediterráneo contemplando el gran faro, mientras ella te guía hacia la gran biblioteca.

¡Tantos libros y tan poco tiempo para leer! El sueño nuevamente te juega una mala pasada, pues el horror regresa. Es una horda de gente sin mente que está quemándolo todo. Allí, frente a tus ojos, la gran astrónoma es descuartizada. Despiertas sobresaltado y con sudor frío cubriendo todo tu cuerpo. Nadie de tu familia te acompaña y, al salir al pasillo, tampoco hay luces del mayordomo. Sabes que les acompañaría, así que golpeas en el camarote contiguo.

Una niña, casi adolescente, te abre y te escruta de pies a cabeza.

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Salut, petit garçon! Salaam as allaykum. Je ne parle plus d'arabe que cela, désolée.
Pone una mano en su pecho y te indica su nombre: Cécile. Luego, te explica que habrá un recital de música a bordo en una media hora. Con un golpe de vista, notas que su camarote tiene un piano. Concluyes que tu siesta ha sido muy profunda, pues claramente ella debe haber estado practicando.

Frente a tu curiosidad, te explica que será el trío para pianoforte opus 17 de Clara Schummann. Ni idea quien es Cécile o la compositora. Pero luego, te aclara que es esta última quien tocará. Tu nueva amiga te hace notar que es una seguidora y que, algún día, espera seguir los pasos de su musa.

Antes que puedas reaccionar, te entrega una pequeña monografía de la artista. Prácticamente se abre sola en la página que contiene una imagen fotográfica de la mujer. Aparentemente se ha usado el método de Talbot para obtener la impresión.

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Por la claraboya abierta del camarote de Cécile, una gansa hace su entrada. Se acomoda sobre el camarote y pone dos huevos antes de marcharse. La niña se gira y se acomoda en el piano, sin percatarse de lo que acaba de ocurrir. La partitura allí es de su ídola, según lees en la parte superior. Toca algunas notas y se pone llorar.

moonlight shadow
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Re: El legado de Osiris y un puñado de légamo

#4

Mensaje por moonlight shadow » 15 Nov 2021, 23:08

Estoy sorprendido admirando la fotografía cuando oigo un ruido en la ventana. Me giro y veo un ganso entrar por la pequeña ventana. Cécile parece no darse cuenta y sigue hablando. Rápidamente el ganso, o gansa en este caso, pone dos huevos y sale volando.
¡Qué señal más extraña!

Cécile se pone a tocar el piano sin haberse dado cuenta. Toca una partitura de Clara Schummann. Estoy mirando por la ventana cuando la oigo llorar y, por ello, le pregunto en francés.
- ¿Qué te pasa?
La respuesta viene de inmediato.
- No es gran cosa, no debería llorar.
Se seca rápidamente las lágrimas y concluye el diálogo por ahora.
- Tengo que prepararme, la función va a empezar.

Me despido de ella y salgo de la habitación, no sin antes coger los huevos. Cécile parece no haberse dado cuenta todavía de lo que ha pasado. Los guardo con cuidado en mi bolso para depositaros luego en la isla. Voy a la sala donde será la función. Me siento al fondo y espero, es una manera interesante de pasar el día hasta que lleguemos a la isla. Me dedico a observar a los otros pasajeros.

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Re: El legado de Osiris y un puñado de légamo

#5

Mensaje por Baudelaire » 16 Nov 2021, 14:05

Si bien ya habías escuchado recitales de música con anterioridad, y también de danza y poesía, siempre fue en tu casa. O, también, a la distancia desde la mezquita.

Es tu primera vez en una teatro. Ya has leído acerca de la arquitectura de tales edificios, por lo que te parece que esta sala es magnífica, especialmente considerando que está en un barco a vapor. De algún modo, la genialidad de quién lo ha construído, permite que todo el barullo de la caldera y el giro de las aspas se anule.

Al mirar con atención notas que todas las paredes están cubiertas de gruesas telas acolchadas. Además, casi todos los asientos ya están ocupados. La penumbra evita que puedas contar con exactitud, como para determinar cuáles siguen disponibles; aunque en la primera fila vislumbras 3 y a tu lado hay 1. Quizás otros más se hallen en el costado más lejano desde tu marco de referencia, pero deberías levantarte para asegurarte.

Las butacas están finamente tapizadas, son cómodas y tienen un respaldo confortable. Te sobresaltas al ver que tu amiga Cécile se sienta a tu lado. Es evidente que alguien más tocará el piano y que ella simplemente estaba practicando para el porvenir. Te sonríe y te susurra al oído, en francés, agradeciéndote por intentar consolarla. Apenas con un hilillo de voz te explica que desconoce quiénes interpretarán la obra.

Las luces se apagan y se escuchan pasos en la oscuridad. Se dirigen hacia el escenario. Cuando las luces se encienden suavemente, la ropa negra del luto de Clara salta a la vista. La adolescente a tu lado, ahora sí que solloza en silencio como una bebé. De pronto parece estar recién salida del vientre materno. Nunca habías contemplado tal nivel de devoción de alguien por su artista favorita.

Al interior de tu bolso, percibes una suave vibración. Lo ignoras, porque la música lo llena todo. Un violín y un violoncello acompañan la ejecución de la pianista. Ninguno de los tres instrumentos toma verdadera preponderancia, cada frase es asignada a alguno y se va pasando con generosidad. Acostumbrado un poco más al brillo, notas que Clara está acompañada por otras dos mujeres, algo menores que ella. Tu hipótesis es que se trata de sus estudiantes, pues parecen interpretar la obra como una sola intérprete.

Según estimas ha pasado algo menos de media hora al término del primer movimiento, un Allegro moderato. Durante este período, te sientes como la gansa volando por el Nilo. Otra vez percibes la vibración en tu bolso, pero tu atención hacia el interior de éste se interrumpe abruptamente. La mismísima Clara se acerca a un hombre en la primera fila.

Tu amiga vuelve a susurrarte explicando que se trata de su padre. Por lo que notas a la distancia, tras escuchar a la artista y que ella vuelve al escenario para el siguiente, se gira y mueve su dedo índice de izquierda a derecha. Un profundo gesto de negación para su hija. Claramente él no quiere que su niña termine siendo una artista como Clara.

Nuevamente la música lo inunda todo. El Scherzo, tempo di minuetto, es una extraña manera de coronar este desafío silencioso de Cëcile. Su cuerpo se bambolea suavemente y su rostro sigue lleno de lágrimas. Es una muestra de rebeldía, ella convencerá a su padre y se conseguirá a alguien que podrá enseñarle. Sus puños aprietan los soportes de su butaca, de ese modo se mantiene estable.

Es muy breve este período y, pronto, se da inicio al Andante. Este tercer movimiento te muestra a tu amiga finalmente relajarse, a pesar de sus ojos rojos. Parece sumida en un suave letargo, apoyada como una escultura en el respaldo. Sus manos siguen en el aire el movimiento de los dedos de Clara. Es sumamente exacto, demasiado. Te resulta imposible encontrar alguna inconsistencia en lo que dura.

Un nuevo silencio anuncia que queda solamente el cuarto y último movimiento. Clara ha llegado, casi como un fantasma, al final de la sala junto a la fila en que están Cécile y tú. Un instante después, la toma de la mano y se la lleva al escenario. El padre de tu amiga refunfuña en silencio, los modos que deben resguardarse en este templo del arte le impiden hacer algo más que mostrar su frustración con sus cejas. Está furioso.

La pianista regresa a sentarse junto a ti. En el escenario, los dedos de Cécile se posan dulcemente en el teclado. Va a tocar... pero se escucha un crujido al interior de tu bolso. Luego de unos pocos compases que suenan maravillosamente, el barco entero se remece interrumpiendo súbitamente los primeros compases del Allegretto. Nadie más que tú parece darse cuenta de lo que ha ocurrido, la quilla se ha hundido en el pegajoso légamo. El viaje deberá esperar para retomarse.

Algunas personas de entre el público dejan escapar murmullos que, poco a poco, se transforman en alaridos de pánico desquiciado. Tú sabes que todo está bien. Clara, a tu lado, te habla en un árabe con un acento extraño y le entiendes muy poco. Aventura en francés y algo más de su mensaje se hace comprensible.

¿Por qué estás tan tranquilo?

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Re: El legado de Osiris y un puñado de légamo

#6

Mensaje por moonlight shadow » 16 Nov 2021, 23:41

Dado que su francés es mejor que su árabe, procedo a responderle en el primer idioma.
- ¿Por qué no debería de estarlo? Todo está bien, el barco simplemente se ha encallado en el fondo del río. Escandalizarme no cambiaría nada, ni ayudaría a sacar el barco.
Me giro y la miro de cerca.
- Una gran actuación, el barco se ha paralizado con su música, ha conseguido hechizar hasta al timonel.
Su presencia me inquieta, la actuación fue perfecta... demasiado perfecta, y ella se mueve como un fantasma.

Miro al escenario y noto que Cécile sale de la sala, su padre se la lleva tirando de su brazo en medio de la confusión. Cécile va llorando.

¡Pobre Cécile! Por culpa del accidente no ha podido aprovechar la oportunidad.

Amago con levantarme, pero percibo otra vibración en mi bolso. A pesar del caos, he sido capaz de sentirla mucho más claramente ahora que cuando estaba la música. De repente, mi mente recuerda que ya la hube percibido antes, pero había sido incapaz de acordarme. ¡Qué extraño!

Clara me mira intensamente, sonriendo. Necesito reunir toda mi voluntad para apartar la mirada y poder salir al exterior.

- Disculpadme, creo que debería buscar a mis padres para evitar que se preocupen.

Me giro y salgo de la sala agarrando el bolso, que vibra intensamente. Recuerdo la extraña escena con la gansa.

¡No puede ser! Acaba de poner los huevos

Cruzo la sala esquivando a toda la gente que sigue dando vueltas en pánico. No veo a las dos estudiantes. Salgo al exterior y sorprendentemente el día se ha nublado, casi no puede observarse el sol. Voy a una cubierta donde no hay persona a la vista y en un rincón tranquilo abro el bolso.

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Re: El legado de Osiris y un puñado de légamo

#7

Mensaje por Baudelaire » 17 Nov 2021, 00:09

Clara te agradece y te besa la frente antes de partir a buscar a sus estudiantes. Es lo último que sabes de ella hasta el momento en que te percatas la completa soledad y penumbra inusitada que se manifiesta en la cubierta de Ramsês le grand.

Apenas se puede contemplar el interior del bolso, pero los huevos están agitándose demasiado. Inevitablemente debes soltarlo para poder atraparlos. Desde el piso, una manga negra se extiende para recogerlos.

La artista te hace un gesto para que observes las cáscaras que se están resquebrajando. Dos pequeños piquitos terminan por abrirse paso, luego las cabecitas. El resto de trocitos termina por desmoronarse, dejando dos suertes de cuencos en que dos polluelillos te miran. Lo único que te llama la atención es que, su exiguo plumón es de color rojizo. Su piel, en cambio, luce de un tono negro como el basalto.

Una pregunta intempestiva, pronunciada en ese francés extraño, te devuelve a la realidad.
Felicidades... eres la mamá o el papá de estas criaturitas. Nunca me ha quedado claro si eres niño o niña... ¿por qué vistes de forma tan ambigua?

Tu mirada se extiende a las espaldas de Clara, allí están las dos estudiantes que te rodean para acariciar a tus bebés.

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Re: El legado de Osiris y un puñado de légamo

#8

Mensaje por moonlight shadow » 23 Nov 2021, 19:40

La oscuridad es sobrenatural y me inquieta, nunca he visto Egipto tan oscuro durante el día por muchas nubes que haya ese día; y hace no tanto que había un día de primavera sin nubes.
La oscuridad se vislumbra mucho más intensa en el interior del bolso, que parece tragarse la luz de manera sobrenatural.

Me sorprende la presencia de Clara, no la he notado acercarse a pesar de no haber otras personas en cubierta. Tampoco he notado a sus estudiantes.
Es como un fantasma

En un francés muy refinado, le explico.
- Visto de la manera tradicional egipcia. No todo el mundo tiene que abandonar sus raíces para adoptar la moda europea. Esto no es París, en estas tierras vos sois la extraña.

Me agacho y miro fijamente a los polluelos.

Lo que ha pasado hoy no es normal, no son de este mundo.

Sin dejar de mirarlos me dirijo a Clara.

- ¿Sabéis qué son? Encontré los huevos justo antes del concierto.

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Re: El legado de Osiris y un puñado de légamo

#9

Mensaje por Baudelaire » 23 Nov 2021, 21:07

Sorprendida por la manera en que te expresas en una lengua extranjera, incluyendo un vocabulario elaborado incluso para ella, Clara te lo demuestra con su respuesta.

¿Cuántos años tienes que sabes tanto? Luces muy pequeño, ¿acaso ya vas a la escuela? Mis disculpas por ofender la moda local. Yo tampoco soy parisina, pero efectivamente el mundo parece girar en torno a esa gente.

Hace una breve pausa, mientras sus estudiantes siguen embobadas con los bebés. Les quita delicadamente las manos y observa con atención.

Tengo muy claro que de gallina no son. Seguro se trata de alguna especie de ave del río. Probablemente tu pregunta es bastante retórica y ya sabes la respuesta. Aunque se parecen mucho a los gansos de Alemania.

Se sume en una actitud meditativa por un momento. Las avecillas siguen inquietas, pero las nubes comienzan a disiparse y la sofocante temperatura primaveral regresa.

Ser artista abre algunos contactos con otras ramas del conocimiento. Quizás alguien como Charles Darwin podría interesarse en lo que tienes aquí. Ya sabes, ese gran científico ha realizado muchos viajes. Y, de entre ellos, observó muchas aves.

¿Quién es ése? Tienes una gran biblioteca en casa, pero nunca lo has escuchado. Si existe una persona con tal introspección y que se ha lanzado a investigar cómo funciona el mundo, es alguien a quién deberías leer.

¿Cómo conseguir alguno de sus libros? Te lo preguntas sin saber si simplemente lo estás pensando o murmuras sin saberlo.

En fin, ¿sabes cuánto tiempo pasará hasta que el barco vuelva a deslizarse sobre el agua?

Miras por encima de la borda y observas un bote que se dirige a la orilla. Hay un pequeño caserío con una instalación que parece estar conectada a la red telegráfica. Probablemente enviarán un mensaje para solicitar a Dendera un par de remolcadores. Los mensajes viajan por los cables con la rapidez de la luz... pero tales botecillos son bastante más lentos. Aunque con su gran potencia, seguro resolverán todo en un santiamén.

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Re: El legado de Osiris y un puñado de légamo

#10

Mensaje por moonlight shadow » 29 Nov 2021, 21:38

Dado que el francés parece ser lo mejor para la comunicación, lo mantengo por ahora, asegurándome de mantener un registro correcto.

- No es problema, y lamento haberos confundido también con lo que no sois. No recibimos tantos extranjeros.

Sonrío. Me molestan sus preguntas, pero no quiero parecer maleducado.

- Nunca he ido nunca a la escuela, pero he estudiado en casa y aprendí a leer muy pronto, me gustan los libros.

Me asomo a la borda y me dedico a observar el río.

- No creo que podamos salir sin ayuda o sin que crezca más el río. Este viaje se suponía que iba a durar solo unas horas, pero parece que se va a alargar


Me giro y la observo con atención, a ella y a sus estudiantes.

- Nunca he viajado a Alemania, ni he llegado a abandonar el Nilo. Aparte de las aves locales, lo único que tengo son los dibujos de un libro que encontré en la biblioteca.

La verdad es que estamos muy lejos de Europa, no deberían estar aquí.

- ¿También os dirigís a la isla de File? No esperaba poder observar vuestro arte en este viaje, ha sido una sorpresa poder escucharlo aquí.

Me pregunto qué comerán. Son tan pequeños.

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