[Trama] Palos de Ciego - Marcelo (Florencia, 10 Febrero 1997)
Publicado: 20 Feb 2022, 18:54
https://www.youtube.com/watch?v=dOOjioUXtf0
Florencia, 10 de Febrero de 1997.
Jardines Bonolino.
02:18H.
Estás expuesto.
Eso es algo que sabes desde el momento en el que no puedes identificar con certeza de donde vienen los gruñidos que llevas escuchando a tu alrededor desde hace diez minutos. Como también sabes que no muy lejos de donde estás se ha derramado sangre. El olor de ésta arruga tu nariz, aunque dudas de si tu bestia se remueve por la llamada del hambre, o por sentirte acechado; puede que ambas a la vez. En cualquier caso, te impele a estar alerta. Eres un soldado, siempre lo estás.
Sabías que el mensaje que hiciste llegar al refugio de L´Spiral fue recibido, se lo dejaste bien claro a uno de tus esbirros del club «Si no la entregas en mano, tu mano ya no me servirá para nada», le advertiste al darle la nota, pero aún así no tenías del todo claro que ella fuese a acudir, ni que si lo hacía no fuese a volver a sacar las garras. No lo tenías claro, y sigues sin poder asegurar a qué atenerte. Otra cosa más que sabes es, que en caso necesario, no estás indefenso, nunca lo has estado, pero que eres más ducho en terrenos urbanos que a cielo abierto. Eres consciente de que en el peor de los casos eso va a jugar en tu contra, a bajar muchos enteros tus posibilidades y...
***
Giras la cabeza cuando un seto cruje a tu izquierda, para únicamente descubrir algunas hojas moverse lentamente, hasta detenerse. No hay nadie. Una media sonrisa de nerviosismo nace y muere al instante en tu rostro. Solo está jugando contigo, es algo que también sabes, o al menos es lo que esperas, pero no por ello deja de helarte la sangre. Te guste o no, como depredador, eres consciente de que hay depredadores mayores que tú, y códigos entre algunos de tus hermanos de secta mucho más salvajes que los que has conocido hasta ahora, códigos que aún no llegas a comprender.
Podrías decir que la mayoría de cainitas que has conocido aún conservan una pequeña parte como seres «civilizados», si eso es posible dentro del sabbat, pero la que te acecha, en concreto, ya está muy lejos de ese punto. Pudiste sufrirlo con tus propios ojos cuando os conocisteis. Un primer encuentro que nunca olvidarás...
***
Un rápido correteo a tu espalda hace que te agaches en posición defensiva, dándote la vuelta, pero es terriblemente rápida, y antes de que enfoques su posición frente a ti, una rama cruje sobre tu cabeza. En un acto reflejo y enervado porque juegue contigo das un salto enorme hacia allí, preparado para descargar un golpe en el lugar del que proviene el sonido. ¡Ya la tienes...!, pero tu puño solo destroza la corteza leñosa del árbol. Te la imaginas gruñendo con sorna, a costa de ver cómo te vas enfureciendo a la vez que das palos de ciego. Estás a su merced, ella es la alpha con diferencia, pero tu orgullosa sangre no deja que abandones. Quizá desde tu nueva posición elevada puedas ver el entorno mejor y tener alguna oportunidad, o eso piensas...
Y es al barrer el terreno cuando sientes su presencia justo encima de ti, apenas un par de ramas más arriba de donde estás, en un equilibrio imposible. Sus ojos enrojecidos se clavan en tu nuca mientras un suave gruñido se filtra a través de tus orejas - ¿Crees que puedes detenerme, cachorro? - ciertamente el tono es divertido, pero también arrastra un deje de desafío evidente, casi insultante, justo como la recuerdas.
- Esa mascota tuya dejó aviso de que querías verme en privado. Pensé en mandarte su cabeza como respuesta, pero luego recordé lo que te gustan las muñecas - se rie entre dientes durante un par de segundos para después relamerse los labios. Una gota carmesí cae desde sus fauces cubiertas de sangre hasta tu frente - Bien, aquí estoy, explícate antes de que me canse de jugar contigo. Aún no he acabado de comer...
Los dos sabéis que estás a su merced, aunque por el momento parece que tu llamada le ha interesado. Eso, quizá, sea lo que va a mantenerte a salvo de un juego mucho más exigente. Sientes su bestia encima de ti, si pudieras respirar podrías decir que de forma asfixiante. Solo te tranquiliza pensar que sabes una última cosa, Lupus ha acudido sin ninguno de sus cofrades, a quienes aparentemente no les ha rendido cuentas de vuestro encuentro, está cazando sola y si pretendiese convertirte en su presa...seguramente ya lo habría hecho.
Florencia, 10 de Febrero de 1997.
Jardines Bonolino.
02:18H.
Estás expuesto.
Eso es algo que sabes desde el momento en el que no puedes identificar con certeza de donde vienen los gruñidos que llevas escuchando a tu alrededor desde hace diez minutos. Como también sabes que no muy lejos de donde estás se ha derramado sangre. El olor de ésta arruga tu nariz, aunque dudas de si tu bestia se remueve por la llamada del hambre, o por sentirte acechado; puede que ambas a la vez. En cualquier caso, te impele a estar alerta. Eres un soldado, siempre lo estás.
Sabías que el mensaje que hiciste llegar al refugio de L´Spiral fue recibido, se lo dejaste bien claro a uno de tus esbirros del club «Si no la entregas en mano, tu mano ya no me servirá para nada», le advertiste al darle la nota, pero aún así no tenías del todo claro que ella fuese a acudir, ni que si lo hacía no fuese a volver a sacar las garras. No lo tenías claro, y sigues sin poder asegurar a qué atenerte. Otra cosa más que sabes es, que en caso necesario, no estás indefenso, nunca lo has estado, pero que eres más ducho en terrenos urbanos que a cielo abierto. Eres consciente de que en el peor de los casos eso va a jugar en tu contra, a bajar muchos enteros tus posibilidades y...
***
Giras la cabeza cuando un seto cruje a tu izquierda, para únicamente descubrir algunas hojas moverse lentamente, hasta detenerse. No hay nadie. Una media sonrisa de nerviosismo nace y muere al instante en tu rostro. Solo está jugando contigo, es algo que también sabes, o al menos es lo que esperas, pero no por ello deja de helarte la sangre. Te guste o no, como depredador, eres consciente de que hay depredadores mayores que tú, y códigos entre algunos de tus hermanos de secta mucho más salvajes que los que has conocido hasta ahora, códigos que aún no llegas a comprender.
Podrías decir que la mayoría de cainitas que has conocido aún conservan una pequeña parte como seres «civilizados», si eso es posible dentro del sabbat, pero la que te acecha, en concreto, ya está muy lejos de ese punto. Pudiste sufrirlo con tus propios ojos cuando os conocisteis. Un primer encuentro que nunca olvidarás...
***
Un rápido correteo a tu espalda hace que te agaches en posición defensiva, dándote la vuelta, pero es terriblemente rápida, y antes de que enfoques su posición frente a ti, una rama cruje sobre tu cabeza. En un acto reflejo y enervado porque juegue contigo das un salto enorme hacia allí, preparado para descargar un golpe en el lugar del que proviene el sonido. ¡Ya la tienes...!, pero tu puño solo destroza la corteza leñosa del árbol. Te la imaginas gruñendo con sorna, a costa de ver cómo te vas enfureciendo a la vez que das palos de ciego. Estás a su merced, ella es la alpha con diferencia, pero tu orgullosa sangre no deja que abandones. Quizá desde tu nueva posición elevada puedas ver el entorno mejor y tener alguna oportunidad, o eso piensas...
Y es al barrer el terreno cuando sientes su presencia justo encima de ti, apenas un par de ramas más arriba de donde estás, en un equilibrio imposible. Sus ojos enrojecidos se clavan en tu nuca mientras un suave gruñido se filtra a través de tus orejas - ¿Crees que puedes detenerme, cachorro? - ciertamente el tono es divertido, pero también arrastra un deje de desafío evidente, casi insultante, justo como la recuerdas.
- Esa mascota tuya dejó aviso de que querías verme en privado. Pensé en mandarte su cabeza como respuesta, pero luego recordé lo que te gustan las muñecas - se rie entre dientes durante un par de segundos para después relamerse los labios. Una gota carmesí cae desde sus fauces cubiertas de sangre hasta tu frente - Bien, aquí estoy, explícate antes de que me canse de jugar contigo. Aún no he acabado de comer...
Los dos sabéis que estás a su merced, aunque por el momento parece que tu llamada le ha interesado. Eso, quizá, sea lo que va a mantenerte a salvo de un juego mucho más exigente. Sientes su bestia encima de ti, si pudieras respirar podrías decir que de forma asfixiante. Solo te tranquiliza pensar que sabes una última cosa, Lupus ha acudido sin ninguno de sus cofrades, a quienes aparentemente no les ha rendido cuentas de vuestro encuentro, está cazando sola y si pretendiese convertirte en su presa...seguramente ya lo habría hecho.