[Recurso] Libro de Linaje: Selkies

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Alexander Weiss
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[Recurso] Libro de Linaje: Selkies

#1

Mensaje por Alexander Weiss » 13 Jul 2022, 12:29

Imagen Ilustración de Genocide Squirrel. LIBRO DE LINAJE: SELKIES Por Magus [email protected]

CRÉDITOS
Escrito por: Magus
Material adicional: Alexander Weiss

NOTA DEL AUTOR
Con la publicación de la edición 20 aniversario de Changeling: el Ensueño se han abierto nuevas posibilidades para continuar publicando suplementos para la línea de juego de las hadas del Mundo de Tinieblas. Entre estas posibilidades se encuentran Linajes feéricos que aparecían como secundarios en el trasfondo original, y que hoy ocupan un lugar renovado junto a los duendes originales del manual básico.
Las Selkies son uno de estos Linajes, criaturas con piel de foca que viajan entre tierra y mar con una curiosidad que los hace distintivos en el mundo del Ensueño, y que hasta ahora no han recibido demasiada atención. El Libro de Linaje: Selkies tiene como propósito añadir profundidad y jugabilidad, pero al mismo tiempo se ofrece como una posibilidad, sin querer sustituir la imaginación de potenciales Narradores.
En resumen, nada de lo que aparece en este manual es imprescindible, y Narradores y jugadores disponen de suficiente información en el manual básico de Changeling: el Ensueño, así como sus suplementos.
Y ahora, disfrutad con la lectura.

AGRADECIMIENTOS
A Mario, lleno de ilusión y uno de los grandes guías del Ensueño.

Changeling: el Ensueño, Mundo de Tinieblas y todo el material relacionado y registrado pertenece a White Wolf Publishing Inc. y por extensión a Onyx Path. Todos los derechos reservados. Quienes violen estos derechos serán perseguidos y recibirán una buena colleja.
No se pretende atentar contra la propiedad intelectual o contra las marcas registradas. Se proporciona permiso para imprimir o reproducir este documento sólo para uso personal.
Consulta White Wolf online en http://www.white-wolf.com
© 2011 CCP hf. All rights reserved.

CONTENIDOS
EL VIEJO Y EL MAR
CAPÍTULO UNO: OLAS QUE VIENEN Y VAN
CAPÍTULO DOS: BAJO LA PIEL
CAPÍTULO TRES: MAREAS ALTAS
CAPÍTULO CUATRO: PIELES DORADAS
APÉNDICE: TESOROS EN LA PLAYA
Última edición por Alexander Weiss el 15 Ago 2022, 19:30, editado 2 veces en total.

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Re: [Recurso] Libro de Linaje: Selkies

#2

Mensaje por Alexander Weiss » 13 Jul 2022, 12:31

Imagen Ilustración de Ricardo421 EL VIEJO Y EL MAR

Cuando Eve Sinclair comenzó a trabajar en el asilo Mayfair, una residencia de ancianos de Portsmouth, agradeció haber conseguido un trabajo. Recién salida del instituto y sin dinero para continuar su educación, no había muchas salidas laborales para una chica que no tenía todavía muy claro cuál iba a ser el futuro. Tenía cierta vena artística, pero nunca se había considerado demasiado buena como ilustradora. Algunas de sus amigas habían decidido trabajar en el sector de la peluquería, pero a Eve no le atraía demasiado la perspectiva. Quizás la mala relación con su tía peluquera tenía algo que ver, pero en cualquier caso, no se veía cortando, lavando, tiñendo y peinando pelo día tras día.
Sin tener nada claro su porvenir, Eve había encontrado trabajo ese verano en el asilo Mayfair. Un trabajo de…un poco de todo. Ayudaría y aprendería a limpiar, a trabajar en la cocina, y en lo que hiciera falta, mientras encontraba un lugar más adecuado para ella.
Y aquel día se había presentado, no precisamente entusiasmada, pero sí con ganas de comenzar y unos pocos nervios y dudas.
Sus padres le habían dicho que fuera vestida de manera presentable, y allí estaba. Una chica bajita y pálida con largo cabello rizado y castaño, y un pequeño rostro redondo como una luna clara, con enormes ojos verdes, y una sonrisa enigmática. “Sonríe, siempre sonríe, pero sin exagerar.” Vestía unos vaqueros negros y una camiseta naranja. Un poco informal, sin parecer demasiado estirada.
Glory Norman, la directora de la residencia Mayfair, la saludó, con aire tranquilizador. Ella estaba acostumbrada a recibir a los nuevos trabajadores, y percibió en Eve un poco de timidez, que enseguida procuró relajar con un poco de charla y distensión. Aquella muchacha, aunque inexperta, satisfizo sus expectativas. Si se espabilaba un poco puede que incluso terminara trabajando fija, pero Glory sabía que la mayoría de las personas que venían en busca de un trabajo de verano iban y venían todos los años. El tiempo diría cuál era el potencial de Eve.
-Muy bien, srta. Sinclair. Espero que disfrute de su primer día de trabajo.
-Gra…gracias –contestó Eve, tratando de superar la barrera cristalina de su timidez.

***
Pasó la primera hora con la sra. Norman. Era una mujer paciente y amable, que le mostró las instalaciones. El asilo Mayfair era una institución que ya tenía sus años, como sus clientes, pero se mantenía limpia y actualizada, disponiendo de internet, televisión por cable y otras comodidades modernas. El ambiente era luminoso y agradable.
Se sintió algo nerviosa cuando Glory la llevó a la sala de estar principal, donde varios ancianos se dedicaban a pasar el tiempo. Algunos miraban la televisión, otros jugaban a las cartas, y otros tomaban un desayuno tardío. Varios trabajadores del asilo charlaban entre ellos en un rincón de la estancia.
-Ven, Eve –dijo la sra. Norman-, deja que te presente. Ésta es Eve Sinclair, vuestra nueva compañera.
Eve se sonrojó ligeramente y sonrió de manera algo forzada.

***
En los días siguientes, Eve se familiarizó con su trabajo, y descubrió que le gustaba. Al principio, procuraba pasar desapercibida, haciendo su trabajo en silencio. Pero un café con sus compañeros de trabajo y las palabras amables de varios de los clientes del asilo la sacaron poco a poco de su cascarón. La pereza de las mañanas era despejada por la ilusión de comenzar a trabajar, adaptándose poco a poco a la rutina y los horarios del asilo Mayfair.
Muchos ancianos tenían muchas historias que contar y ganas de hacer oír “sus batallitas,” como decían sus compañeros. Pero si algo se le daba bien a Eve era precisamente escuchar. Y lo que muchas de las personas del asilo necesitaban era precisamente eso: un poco de atención, alguien que conociera sus anécdotas, sus inquietudes, y un oído amable, especialmente quienes carecían de amigos o parientes que los visitaran con cierta frecuencia. Cuando tenía tiempo, entre una tarea y otra, y en el asilo siempre lo había, Eve se sentaba con alguien y lo miraba con sus ojos verdes, al tiempo que asentía, o reía, o respondía a la conversación. Sin siquiera darse cuenta, poco a poco su timidez innata se fue resquebrajando como el hielo bajo la luz del sol del verano, y poco a poco el trabajo le sirvió para crecer, para madurar, de alguna manera para sentirse más ella misma.

***
Si alguien destacaba entre los clientes del asilo Mayfair, ése era Desmond Crockett. Desde hacía años, el viejo Desmond había sido una presencia continuada en el asilo. Nadie recordaba cuándo había llegado, pero para la administración su dinero era bueno y nadie hacía preguntas incómodas. Podía ser un poco extraño, pero nunca había causado problemas.
Lo más destacado en su rostro eran sus enormes ojos azules. Según el momento del día podían ser azules como un mar tranquilo en un día soleado, pero cuando se irritaba o su ánimo se volvía sombrío, se oscurecían, como las aguas agitadas por una tormenta, y el brillante tono azul parecía adquirir un matiz gris, aunque por suerte, pocos lo habían visto enfadado, cuando se convertía en un hombre determinado y feroz. Y esos ojos parecían mirarte el alma.
Su cuerpo de estatura media era el de un hombre de unos setenta años…o quizás algo más…o algo menos, como si su edad se bamboleara sin decidirse a situarse en un punto fijo. Caminaba algo encorvado, con sus hombros huesudos apuntados hacia delante, y vestía con una colección de prendas informales que cambiaba de forma periódica como si se vistiera con lo que encontraba por ahí. La moda y el estilo eran cosa de otros. Únicamente un viejo gorro de lana negra, que el tiempo había convertido en gris, era la única constante en su vestimenta.
El viejo Desmond había sido marinero. Había cierta mezcolanza de palabras que sólo podía conocer alguien que había visitado varios países, algo de jerga de la gente del mar que soltaba de vez en cuando, y sus alusiones a haber “cabalgado los océanos” cuando era más joven. Canturreaba canciones marineras cuando se dedicaba a sus labores cotidianas, y conocía muchas historias y anécdotas para cada ocasión, para animar corazones o atemorizarlos. Tenía amigos entre los residentes del asilo, pero también gente que fruncía el ceño al verle y procuraba evitarlo, a lo que el respondía con una sonrisa de dientes amarillentos y una breve inclinación de cortesía.
Por lo que se refiere al servicio de la residencia de ancianos, tanto cuidadores, como enfermeros y empleados miraban con simpatía al viejo Desmond, aunque pocos mantenían mucha confianza con él. El viejo marinero era un espíritu libre, que iba y venía cuando quería. A menudo salía por la mañana y regresaba por la noche, antes del cierre, sin rendir cuentas a nadie, oliendo a mar, pescado y tabaco.

***
La primera vez que Eve se encontró en el viejo Desmond el anciano se encontraba de pie junto a la ventana abierta. Lo primero que pensó la muchacha es que estaba fumando a escondidas, como tantos de los ancianos, un vicio difícil de combatir, y ante el que la mayoría de las enfermeras reaccionaban con firmeza y paciencia.
Eve sonrió para sí misma y soltó una pequeña tosecilla traviesa para anunciar su presencia. Muchos ancianos reaccionaban con susto culpable al ser pillados dando rienda suelta al acto clandestino de quemar tabaco, pero no fue así. El viejo Desmond se dio la vuelta con tranquilidad, sonrió y miró a Eve con sus enormes ojos azules, dos lagos en calma en un rostro arrugado y curtido por la edad y los elementos.
-Muy buenos días. ¿Qué se le trae esta mañana, señorita? -Preguntó, arrastrando un poco las erres, con un acento indefinible del norte de Inglaterra, o quizás del sur de Escocia.
Y la sorprendida fue Eve. Había pensado que sorprendería al anciano con un enorme cigarro, pero el viejo Desmond no estaba fumando nada. Y sin embargo, el olor a tabaco estaba ahí, mezclado con la sensación indefinible, salada y fresca...¿del mar?
-No...nada -de repente, la vergüenza tiñó de rojo sus mejillas.
Y el viejo Desmond sonrió, afable. Era una sonrisa atemporal y sincera, pero que daba el buen resultado de tranquilizar a quien la veía.
-Bueno, por aquí nunca hay mucho que hacer. ¿Querría acompañarme a un paseo por la playa?

***
El asilo Mayfair había sido construido en una vieja finca que dominaba la costa, y tenía una vista magnífica del mar. Para los ancianos que todavía conservaban salud y espíritu constituía un agradable paseo ir y venir por el camino que llevaba a la playa de Eastney, donde rompían las olas. La mayoría, con la compañía atenta de los enfermeros del asilo, y más ocasionalmente a solas. De todas maneras, salvo que hiciera mal tiempo, era raro el día en que algún paseante no recorría aquella larga franja de guijarros que el mar acariciaba incesantemente, como las teclas de un piano de piedra.
Era un día de viento, pero el viejo Desmond iba bien abrigado con su chaquetón de marinero, y actuaba de improvisado cicerone para Eve Sinclair, que no podía dejar de sentir la fría caricia de la brisa de la mañana.
-Me gusta venir aquí, y charlar con este viejo amigo -y señaló las olas que rompían mansamente en la playa de guijarros-. El mar. Él y yo hemos sido compañeros durante mucho, mucho tiempo, y ahora que estoy retirado, no podemos dejar de charlar. Escuche, escuche.
Y Eve escuchó el sonido de las olas rompiendo en la orilla, el murmullo de la brisa marina, el graznido lejano de las gaviotas en el cielo, y de alguna forma se sintió conmovida. Hacía tiempo que no iba a la playa.
-He viajado por muchos mares -prosiguió el viejo Desmond, declamando como un poeta-, cada uno tiene su color, su voz y su sabor, y todos son uno y el mismo a la vez. Una vez que el mar le llega a uno a los huesos, señorita, es imposible librarse de él.
De alguna forma, Eve lo comprendía. O quizás aquel día se sentía especialmente inspirada, pero aquel paseo por la playa había sido una idea excelente. De repente, la brisa del mar sopló, y sintió un temblor fresco y salado que recorría su cuerpo, y los sonidos a su alrededor se le antojaron una extraña música, como si de alguna forma las palabras del viejo Desmond tuvieran su parte de razón.

***
A partir de aquel día, Eve Sinclair trabajó con más ilusión, poniendo más atención a los detalles. El viejo Desmond tenía un repertorio de anécdotas, canciones y ocurrencias que había recopilado en sus viajes por los siete mares. Y por encima de todo, le enseñó a amar el mar. Aunque hasta entonces no había sido muy amiga del sol y la playa, cuando tenía un rato libre se acercaba a pasear a la playa de Eastney, sola o en buena compañía. Mientras otros llegaban exhaustos del trabajo, Eve atesoraba sus vivencias y anhelaba el día siguiente.
Además de los paseos por la playa, tomó por costumbre darse refrescantes chapuzones, que aliviaban el calor del verano. Sabía nadar, pero aquellos baños la ayudaron a mejorar su salud mediante el ejercicio. El trabajo en el asilo Mayfair se estaba convirtiendo en una experiencia que deseaba que no terminara, y ya no le preocupaba lo que ocurriera cuando terminara el verano y tuviera que plantearse seriamente su futuro laboral.
Y el mar se convirtió en un amigo. Desde el frescor de las olas y el sabor a sal, pasando por las criaturas y la belleza que hasta entonces había ignorado como algo nimio e irrelevante, pero había belleza en los pequeños detalles sencillos, que sólo aguardaba que la descubrieran.
Otros compartieron su nuevo entusiasmo. Hizo amigos en el asilo y en la playa. Aunque seguía paseando sola, a menudo se le unía la gente del lugar que también había descubierto aquel rincón de paz, entre los guijarros, el mar y el cielo.

***

Una tarde de domingo, Eve salió del trabajo. Estaba cansada y había sido una jornada especialmente fatigosa, pero no quería terminar el día sin un chapuzón en la playa. Se puso un bañador azul y se apresuró para llegar al agua, donde las primeras franjas anaranjadas señalaban que el día estaba llegando a su fin. Un par de brazadas, no muy lejos, y de vuelta para casa.
No quedaba nadie en la playa, y el mar estaba tranquilo. Eve sintió el frescor del mar de la tarde en los pies, en las piernas, y decidida, combatió el temor al frío, lanzándose a las aguas. Pasado el primer choque de la temperatura, el agua fresca que la rodeaba la llenó de tranquilidad y paz, alejando las preocupaciones y el cansancio. Apartó cualquier pensamiento molesto y cerró los ojos, concentrándose en aquel momento de tranquilidad, atesorándolo para sí misma.
Quizás se dejó llevar de más, o quizás el mar no se encontraba tan en paz como Eve, pero en cualquier caso, en apenas unos minutos, se vio envuelta por una corriente marina, y su natación tranquila se convirtió en una lucha inesperada. Trató de no perder la calma y concentrarse en regresar a la orilla, pero era como si el mar la hubiera apresado y se negara a soltarla. Determinada, nadó hacia la playa, que de repente parecía más lejana de donde la había dejado.
De repente, el mar se alzó, elevándola, formando una ola que la arrastró hacia arriba, azul y oscura, con una cresta de espuma blanca. Al principio Eve se dejó llevar, esperando que la depositara en la playa, pero de repente el miedo hizo presa en ella. La corriente la arrastraba hacia las rocas, que se mostraban amenazadoras en un extremo. Eve luchó, agitó sus piernas, tratando de vencer al miedo, pero la ola la empujaba inmisericorde, dispuesta a embestir aquellas rocas desafiantes y la joven se encontraba entre ambas.
Las rocas estaban recubiertas de lapas, mejillones y algas, y Eve se dirigía hacia ellas sin poder evitarlo. Y fue entonces cuando creyó ver una especie de relámpago oscuro que saltaba de la superficie rocosa y se dirigía hacia ella. Algo la golpeó, algo vivo y pesado, y por un momento pensó en que la había atacado un tiburón. Finalmente, el miedo terminó por vencerla y se desmayó.

***
Eve despertó en una habitación desconocida, pero a la vez familiar. El recinto blanco y esterilizado de un hospital. Sentía la pesadez y el cansancio de un sueño forzado, y se esforzó por alejar las telarañas de la somnolencia, mientras trataba de reenfocar la vista, al mismo tiempo que de forma instintiva trataba de incorporarse.
Una enfermera de guardia se dio cuenta de que la chica había recuperado la consciencia, y de inmediato acudió a ayudarla. Eve se sentía débil, muy débil, y con un mareo que le hacía zumbar la cabeza, pero poco a poco comenzó a recordar sus últimos momento, luchando con el mar agitado antes de perder el conocimiento. De alguna forma el mar había renunciado a su presa, y las olas la habían depositado en la playa…
Una amable médica apareció y la informó de la suerte que había tenido. La habían encontrado desmayada en la orilla, donde rompían las olas. Alguien había avisado al cercano asilo, y poco después los servicios de urgencia habían sido puestos sobre aviso, que la trasladaron al hospital. Allí habían certificado que aparte de algunas magulladuras y un poco de agua de mar en los pulmones, se encontraba prácticamente incólume. Sin duda había tenido mucha suerte.
Eve se sintió desbordada y lloró de alivio y alegría.

***
El asilo Mayfair se encontraba de luto. El fallecimiento de uno de sus usuarios no era algo excepcional, al tratarse de personas de avanzada edad, pero eso no lo hacía menos triste. Y en el caso de Desmond Crockett, que por así decirlo, era toda una institución dentro de la institución, era un evento que había provocado muchas lágrimas, tanto en los usuarios del asilo como de sus cuidadores.
Se fue en silencio y discretamente. Una enfermera lo encontró tumbado sobre la cama de su habitación, vestido como el viejo marinero que era, con una imagen de paz y placidez en su rostro arrugado, como si estuviera dormido. Tenía un moratón en la mejilla, como si hubiera sufrido una caída.
Se siguió el protocolo habitual, informando a las autoridades médicas para que procedieran al levantamiento del cadáver y las honras fúnebres debidas. De todas maneras, el viejo Desmond había sido previsor a la hora de organizar su sepelio, y la sra. Norman trató de contactar con amigos y parientes del difunto. Y aunque no consiguió encontrar a nadie, para su sorpresa, una larga hilera de variopintos hombres y mujeres de diversas edades, vestidos de negro y gris, pasaron por el velatorio para presentar sus respetos y dar el último adiós. Había tristeza en el ambiente, pero de alguna forma también había una sensación indefinible de esperanza y consuelo.
Entre todas aquellas personas se encontraba Eve. Se sentía triste por la muerte del viejo Desmond, y de alguna manera se sentía sola entre aquella muchedumbre de desconocidos, que no obstante, charlaban entre ellos de forma cortés y honesta, despidiendo a su amigo. Hubo discursos de duelo y recuerdo, e incluso algunos brindis discretos.
No le quedaba mucho por hacer, y estaba a punto de marcharse a casa, cuando sintió que le tocaban el hombro, con un gesto suave como patas de araña. Eve se dio la vuelta y se encontró con una dama alta y delgada, vestido con un vestido elegante y negro, quizás excesivamente barroco para su gusto, pero que no desentonaba en aquel ambiente de luto. Una mujer joven y pálida con rasgos consumidos se inclinó suavemente y le habló con una voz susurrante:
-La Srta. Eve Sinclair, supongo.
-Sí…
-Encantada de conocerla. Mi nombre es Danielle Davis. Era una amiga de Desmond, y en cierto sentido, su albacea.
-Encantada -Eve se quedó mirando los ojos negros de Danielle, llenos de inteligencia y curiosidad.
-Desmond me habló de usted y me pidió que le diera algo en caso de su fallecimiento. Un legado.
-¿Legado? -Eve se encontraba sorprendida. No pensaba que el viejo Desmond la tuviera en tanta estima como para nombrarla su heredera.
-Sí. Legado. Quizás lo que más valoraba.
El vestido de Danielle se removió, con una suavidad sedosa y en un momento la mujer le ofreció con sus manos blancas de largos dedos un estuche rectangular de madera rojiza y gastada del tamaño de un violín.
-Ahora es suyo. Ha tenido mucha suerte, Srta. Sinclair. Mucha, mucha suerte.

***

Al llegar a casa tras el funeral, Eve preparó un café y se sentó llena de expectación y curiosidad con el estuche de madera rojiza ante sí. ¿Qué le había dejado el viejo Desmond? ¿Tan importante la había considerado en su vida como para dejarle una herencia?
Buscó una cerradura, pero en cuanto puso sus manos en el estuche, y como si obedeciera a su deseo, la tapa se abrió, con suavidad, revelando en su interior…
...¿Una piel gris moteada de manchas oscuras? Eve se sintió extrañada, y tocó la piel, pero al sacarla del estuche...¿Estaba cambiando? Lo que tenía en las manos era un vestido de baño de color gris con topos negros. Había algo raro.
Y debajo del vestido había un libro, o mejor dicho, una serie de papeles amarillentos y escritos con una letra apretada y elegante, envueltos en unas gastadas tapas de cuero oscuro e impermeabilizado. A primera vista parecía el diario del viejo Desmond, pero a medida que Eve lo ojeaba descubrió que se trataba de mucho, mucho más. Era una especie de manual que explicaba muchas cosas, cosas que le habrían parecido imposibles en otro momento, pero a medida que leía se hicieron cada vez más verosímiles. Leyó hasta que el sol se puso, y cuando finalmente concluyó la lectura habían salido las estrellas.
Y Eve lo comprendió todo.

***
El verano terminó y Eve Sinclair había decidido seguir su camino. Con su nuevo conocimiento y el legado que había recibido aprendería muchas cosas. Todavía no tenía la certeza de qué aprendería o de qué le depararía el futuro, pero una cosa estaba segura:
El mar la acompañaría a donde fuera.

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Re: [Recurso] Libro de Linaje: Selkies

#3

Mensaje por Alexander Weiss » 04 Ago 2022, 15:31

Imagen CAPÍTULO UNO: OLAS QUE VIENEN Y VAN Pronto el ballenero vendrá
Y azúcar, té y ron traerá
Cuando cese nuestro cantar
Será hora de zarpar.

-El ballenero, canción popular
De los escritos de Desmond Crockett, viejo lobo de mar:
Bienvenidos a todos. Ahora que el tiempo se ha pasado lo suficiente por mi espalda, ha llegado el momento de juntar unas pocas letras y compartir lo que he aprendido para quienes vienen ahora y han de venir después. He viajado por los siete mares (y alguno más que no aparece en los mapas), he conocido muchas personas lugares y personas, y antes de que la Última Marea me lleve, voy a contar unas cuentas cosas. Así que acercad el ingenio, leed lo que escribo y aprended. Sobre todo aprended, y por mucho que creáis saber y libros que hayáis digerido, recordad que no hay mejor maestra que la vida y la experiencia, así que echad un granito de sal a todo lo que os cuente; este viejo marinero no pretende saberlo solo.
Compartimos muchos nombres y muchas historias en muchas costas extrañas, y aunque conozco bastantes, no son todos los que hay, así que simplemente usaré aquellos con los que estoy más acostumbrado. Habitualmente nos conocen como Selkies, el nombre de las mujeres que se vestían con piel de foca en las historias y leyendas de los hombres del Norte, y en verdad es un nombre tan bueno para referirse a nosotros como otro cualquiera, y por algún lado habrá que comenzar…

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Re: [Recurso] Libro de Linaje: Selkies

#4

Mensaje por Alexander Weiss » 04 Ago 2022, 19:09

Imagen EL PRIMERO
Los griegos le llamaron “Proteo”, porque nosotros nos referimos a él como “El Primero de Todos,” pero también se lo conocía como “El Viejo del Mar,” y los egipcios le dieron el nombre de Cetes.
Proteo era un viejo dios del mar, y según los griegos era hijo de Poseidón. Vivía en la isla de Faros, una isla a un día de viaje del delta del río Nilo, donde cuidaba de un rebaño de focas sagradas.
Además de ser un dios de los mares, Proteo también tenía el poder de adivinar el futuro y de cambiar de forma. Nadaba en el mar hasta mediodía, cuando salí para descansar a la sombra de las rocas rodeado de focas y criaturas legendarias del mar. Algunos acudían para consultarle como un oráculo, pero los ponía a prueba, cambiando de forma hasta que conseguían capturarlo. Por supuesto, Proteo tenía suficiente poder para negarse, pero parece que el Viejo del Mar disfrutaba jugando con las visitas.
Pero en lo que a nosotros se refiere, la mayoría de nuestra familia remonta sus raíces hasta Proteo, o simplemente “El Primero.” Heredamos sus dones, y muy especialmente el del cambio de forma, aunque a día de hoy sólo nos convertimos en las focas que apacentaba. No obstante, se dice que otros de sus descendientes podían transformarse en otras criaturas del mar. Quizás los Linajes que sobreviven en costas lejanas y tienen vínculos con animales de las aguas también sean descendientes de este dios cambiaformas...o quizás de otros dioses.
En cualquier caso, Proteo tuvo hijos e hijas, y ellos también heredaron sus dones. Algunos se convirtieron en héroes de la antigüedad, y se mezclaron con los pueblos del Mediterráneo. Otros también se dedicaron como su padre a guardar las costas y especialmente a las focas. Por aquel entonces nos llamaban Telquines, Cabiros y con otros nombres, y a menudo acompañamos a los navegantes y marinos de la época, comenzando una tradición que continúa hasta hoy en día. Algunos, motivados por la curiosidad, viajaron más allá del Mediterráneo, visitando los mares del Atlántico y del Índico...y no volveríamos a verlos en mucho tiempo, pero por donde quiera que pasaban, dejaron nuestros dones y conocimiento.
Por aquel entonces también conocimos a otros de los hijos del Ensueño, tanto en el mar como en tierra firme. Visitamos las cortes de los orgullosos Tritones y de los altivos Sidhe, y cuando nuestra presencia no era bien recibida, seguíamos nuestros viajes a donde nos llevaran las corrientes. A veces también actuábamos como intermediarios entre la tierra y el mar, pero con el tiempo decidimos que reclamaríamos nuestro propio lugar. Y así fueron creadas las primeras Colonias, en lugares seguros y aislados, entre el mar y la tierra, entre el Ensueño y el Mundo del Otoño.
¿Y Proteo? Él era el Viejo del Mar, el Primer Rey, al que respetábamos y acudíamos en busca de ayuda y consejo, y fue un monarca benévolo que prefería dar libertad a sus descendientes mientras él se dedicaba a disfrutar de la paz de su refugio en la isla de Faros, un santuario para nosotros.

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Re: [Recurso] Libro de Linaje: Selkies

#5

Mensaje por Alexander Weiss » 05 Ago 2022, 00:07

ImagenImagen OTRAS HISTORIAS
Por supuesto, ésta es la historia que me han contado, pero no es la única. Ha pasado mucho tiempo, y hemos llegado a muchos lugares, así que no es de extrañar que se cuenten muchas historias del primero de nosotros, o simplemente de cómo llegamos a ser.
Entre los inuit se dice que hubo un tiempo en el que vivió una joven llamada Sedna, hija de Anguta e Isarrataitsoq. Sedna no estaba dispuesta a aceptar como esposo a un hombre elegido por su padre Anguta, y para desafiarlo, se casó con un perro. Su padre se enfureció tanto que la arrojó al mar, y al intentar subir al kayak de su padre, éste le cortó los dedos y se hundió. Sus dedos se convirtieron en focas y otras criaturas del mar, y Sedna en una diosa marina. Las Selkies de las regiones polares a menudo consideran a Sedna como la primera de nosotros.
Según los antiguos pueblos de Chiloé, hubo un tiempo en que Cai Cai y Ten Ten, las grandes serpientes del mar y de la tierra, lucharon entre ellas, sumiendo el mundo en un cataclismo. Durante la guerra, una mujer cayó al mar y fue salvada por un león marino. Ambos se enamoraron y el hijo de ambos fue Millalobo, una criatura de pelaje dorado, mitad hombre y mitad león marino. Cuando terminó la guerra, la serpiente Cai Cai le cedió su poder sobre el mar. Así el Millalobo se convirtió en rey de las criaturas marinas. Las Selkies sudamericanas remontan al Millalobo la creación de su Linaje.
Otra historia apócrifa habla de un cazador sin nombre del lejano norte de Canadá, que en busca de alimento para su esposa y su hijo mató a una foca y se llevó su carne y su piel. Sin embargo, mientras dormía, la piel del animal lo envolvió y lo convirtió en una foca, y tuvo que huir de su poblado perseguido por otros cazadores. En el mar se encontró con la cría de la foca que había matado y que buscaba a su madre. Cuando aceptó ayudar a la pequeña foca pudo recuperar su forma humana, y durante toda su vida vivió entre los humanos y las focas, ayudando a unos y otros, utilizando la piel para cambiar de forma. Cuando envejeció, entregó la piel a su hijo, y con el tiempo otros recibirían el mismo don.

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Re: [Recurso] Libro de Linaje: Selkies

#6

Mensaje por Alexander Weiss » 05 Ago 2022, 15:34

Imagen LA GUERRA DE LAS PIELES
Pero aunque éramos mediadores entre la tierra y el mar, no todos éramos gente amable. Algunos se regodeaban en su poder, utilizando sus dones del mar para tomar lo que quisieran. Algunos se erigieron como feroces dioses del mar en apartados puertos costeros, exigiendo tributos y adoración para no desatar su ira. Otros atraían barcos y marineros a los escollos, o simplemente los hundían, y se alimentaban de los despojos…Así se crearon muchas leyendas sobre los horrores que habitaban las profundidades del mar.
Y entonces llegó la guerra.
Hay quienes hablan de una gran guerra entre los Tuatha de Danaan y los Fomorianos, las fuerzas del Orden y el Caos, la Luz y las Tinieblas, y nosotros también participamos en ella, y nos dividimos entre ambos bandos. Para nosotros fue la Guerra de las Pieles.
Fue un conflicto largo y despiadado. No sólo había vidas en juego sino que a veces se actuó con crueldad excesiva. Hubo quienes perdieron sus pieles, o que fueron desollados vivos, y ninguna parte dio cuartel. Proteo y sus hijos luchaban al lado de los Tuatha de Danaan, mientras que un monstruo llamado Nuckelavee lideraba a quienes se habían aliado con los Fomorianos.
No estábamos solos. Otras criaturas del Ensueño luchaban con nosotros, como los Tritones, y otras también se enfrentaban a nosotros, como los Merrow. La lucha fue larga y sangrienta, pero al final, los Tuatha y sus aliados se terminaron imponiendo, y los Fomorianos y sus huestes fueron derrotados y maldecidos. No pudimos acabar con todos, y algunos se escondieron en rincones lejanos, especialmente bajo los hielos del norte, o remontaron los ríos y se escondieron en lagos y corrientes apartadas y se convirtieron en los Kelpies.

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Re: [Recurso] Libro de Linaje: Selkies

#7

Mensaje por Alexander Weiss » 05 Ago 2022, 19:59

Imagen NUCKELAVEE EL SIN PIEL
El nombre del Diablo del Mar se pronuncia con temor, incluso en estos días. Sus orígenes son nebulosos, como los mares sin fondo de los que surgió, y durante mucho tiempo las Selkies y otros Kithain han debatido al respecto. Algunos dicen que era un mortal que envidiaba los dones de los Hijos de Proteo, y que terminó recurriendo a los poderes oscuros. Otros dicen que era un brujo, un hechicero, o incluso uno de los cadáveres que han regresado de la muerte. Otros en fin afirman que era un criminal que fue desollado vivo como castigo y arrojado al mar como sacrificio para apaciguar a los dioses. Y en fin, otros dicen que siempre fue así, una criatura monstruosa de la estirpe de los Fomorianos.
Según se dice Nuckelavee era como un gigante tuerto y desollado, con hinchadas venas amarillentas y sangre negra. Además de agitar las olas con furia, también podía exhalar su aliento hacia la tierra, creando nubes venenosas que provocaban plagas y agostaban las cosechas.
Pero Nuckelavee no estaba solo. Reclutó un ejército y compartió con ellos el don de cambiar de forma, con un hechizo en el que utilizaba algas putrefactas y cadáveres de humanos y caballos. Fue así cómo fueron creados los Kelpies, nuestros acérrimos enemigos.
Se dice que al final de la guerra entre los Tuatha de Danaan y los Fomorianos, Nuckelavee fue aprisionado, pero otros afirman que huyó para curar sus heridas en el fondo del océano. A medida que se acercan los tiempos del Invierno sin Fin, es posible que haya regresado.

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Alexander Weiss
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Re: [Recurso] Libro de Linaje: Selkies

#8

Mensaje por Alexander Weiss » 06 Ago 2022, 00:05

Imagen BAJA LA MAREA
Tras la derrota de los Fomorianos y sus esbirros, las Selkies se extendieron por los mares del mundo. Aunque la isla de Faros, donde residía el anciano Proteo, seguía siendo su principal santuario, cada vez más se aventuraban más allá de las columnas de Hércules y creaban otras colonias, en los gélidos mares del norte y los cálidos mares del sur, siguiendo a las focas en sus migraciones.
Y a medida que las Selkies se extendían, el Mar Mediterráneo se hacía cada vez más pequeño. Cada vez más humanos recorrían sus rutas, cada vez más barcos viajaban entre un puerto y otro, y nosotros los acompañábamos. Las leyendas de Proteo y los rebaños de focas de Poseidón se extendieron entre los antiguos egipcios, griegos y romanos.
Al mismo tiempo acudíamos a las cortes de los dioses del mar, y actuábamos como embajadores ante los dioses de tierra, diplomáticos, comerciantes y aventureros. Fuimos marineros y piratas, y participamos en muchos viajes y batallas. Fue una época magnífica para nuestro Linaje, pero como todos los buenos tiempos tenía que acabar algún día.
Comenzó de forma sutil en Oriente Medio, en un pequeño culto de pescadores judíos, pero fue la semilla de la que creció una creencia que se extendió por todas las tierras del Mediterráneo y más allá. Esta creencia era celosa y no toleraba ninguna otra, convirtiendo a los viejos dioses en demonios, monstruos y falsedades.
Y un día, en algún momento después de que el Imperio Romano fuera bautizado en la nueva fe. La cruz llegó también a nuestras tierras. El viejo Proteo vio el peligro, e hizo que la isla de Faros se alejara del Mundo del Otoño. Todavía podíamos llegar a ella a través de los caminos del Ensueño, pero desapareció a ojos de los mortales.
Viendo la amenaza que se avecinaba, muchos de nosotros optamos por una solución sencilla: el mar era extenso y podíamos alejarnos de los celosos cristianos. Durante los últimos siglos del Imperio Romano muchas Selkies atravesaron las columnas de Hércules y crearon nuevas colonias en el océano Atlántico. Habíamos ganado tiempo y demorado el peligro, pero no desapareció.

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Re: [Recurso] Libro de Linaje: Selkies

#9

Mensaje por Alexander Weiss » 06 Ago 2022, 16:59

Imagen OTROS CAMBIAFORMAS
Existen algunos entre nosotros que afirman que otros Linajes que pueden transformarse en animales también han sido creados por Proteo, o que robaron nuestros dones...yo no lo creo así.
Vamos, puedo aceptar que el Primero fuese de los primeros en recibir o crear el don de cambiar de forma, pero también pienso que a varias personas se les puede ocurrir una buena idea, aunque no tengan nada que ver entre ellas.
Algunos dicen que somos parientes de los Pooka, aunque más especializados, pero los miembros de este Linaje no guardan relación con Proteo. De hecho, creo que es más probable, si fuese el caso, que el Viejo del Mar surgiera entre ellos. Algunos entre los nuestros me considerarían un hereje por semejante pensamiento. Además, el mundo es grande, y existen muchas familias capaces de cambiar de forma como para pensar que todos surgieron de una isla frente a las costas de Egipto.
Sin ir demasiado lejos, hubo un tiempo en que compartíamos los mares con un Linaje de hombres y mujeres capaces de convertirse en delfines, que afirmaban haber recibido esa capacidad de una maldición del dios Dionisos o de otros. Hace tiempo que desaparecieron con la Ruptura, pero sé que al menos algunos de ellos sobrevivieron en los ríos americanos.
Y en mis viajes por el mundo he visto otros Linajes relacionados con pájaros, murciélagos y serpientes, en rincones lejanos donde nunca se ha oído hablar de Proteo y que tienen sus propias leyendas sobre bendiciones -y maldiciones- de otros dioses.
¿Y qué decir de Sátiros, Tritones, Cinocéfalos y otros pueblos que mezclan hombres y bestias? Parece que de alguna forma han quedado “atrapados” en una forma intermedia, sin poder cambiar del todo. Algunos de los nuestros afirman que aprendieron una versión imperfecta del don de Proteo, pero he oído suficientes leyendas sobre los dioses Pan, Tritón y otros como para pensar en que recibieron sus dones de otra fuente.
Seamos humildes. En verdad podemos enorgullecernos de descender del Viejo del Mar, pero pensar que eso nos hace únicos en nuestros dones o que otros no pueden haberlos aprendido sin nuestra enseñanza, es simple arrogancia.

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Re: [Recurso] Libro de Linaje: Selkies

#10

Mensaje por Alexander Weiss » 06 Ago 2022, 19:25

Imagen LA MADRE DEL MAR Y EL REY FURIOSO
Como ya he mencionado, con la desaparición de la isla de Faros y la expansión del cristianismo en el Imperio Romano, cada vez más y más Selkies dejaron el Mar Mediterráneo (aunque no todas) y viajaron al Océano Atlántico, uniéndose a otras compañeras que ya se encontraban allí desde mucho antes, ya fuese durante la Guerra de las Pieles o simplemente como exploradoras de otros mares. En cualquier caso, la costa del Atlántico se convirtió en el principal dominio del Linaje durante este período. En cierto sentido, fue allí cuando las leyendas sobre las Selkies cobraron forma.
Como siempre nos extendimos entre los pueblos marítimos, especialmente entre pescadores y marineros, pero siempre ha habido una tradición de saqueadores y piratas en nuestra familia, y cuando los vikingos comenzaron a saquear los monasterios e iglesias que los cristianos habían construido sobre nuestros auténticos santuarios sagrados...muchos no se lo pensaron dos veces y aprovecharon la oportunidad de recuperar terrenos y tesoros perdidos. Y los vikingos consideraban buenos reclutas a quienes conocían bien los mares.
No estábamos solos. Como habíamos hecho en épocas anteriores, nos relacionamos con otros pueblos que también comenzaban a sentir la separación entre el Ensueño y el Mundo del Otoño, y que habían viajado a los confines de Europa buscando alejarse del cristianismo. Cooperamos con otros Linajes, actuando con nuestro papel de mediadores y mensajeros, pero en ocasiones también gobernamos como nobles y reyes, especialmente en las costas e islas.
En medio de nuestra prosperidad, y con el Viejo del Mar cada vez más apartado de los asuntos del Mundo del Otoño, decidimos nombrar un gobernante entre los nuestros. Las colonias de ambos lados del Atlántico se reunieron o enviaron representantes, y finalmente eligieron una Madre del Mar para dirigir nuestros asuntos. Otros Linajes la llamaron Reina, pero el título que nosotros le dimos fue Sea Mither. Sin embargo, las Selkies Oscuras no quedaron satisfechas, y finalmente se decidió nombrar un gobernante adicional que gobernara durante el otoño y el invierno, el Teran (“Furioso”).
De esta manera, los Luminosos y Oscuros se alternaron en el gobierno del Linaje. Durante la primavera y el verano, la Madre del Mar calmaba los mares y facilitaba la reproducción de las criaturas marinas y la pesca, mientras en otoño e invierno, el Furioso toma el control de los mares y a menudo da rienda suelta a las tormentas y mareas.
La Madre del Mar situó su corte en la Isla de Achill, que las hadas conocían como Isla de los Sueños. En ella se encontraba un poderoso Paso, la Puerta de Plata, y los Reyes de las hadas de Irlanda confiaron a la Madre del Mar y a las Selkies su vigilancia y cuidado. A cambio, la Madre del Mar fue reconocida como Reina.
Por su parte, el Furioso estableció su corte frente a las costas de Noruega, en el fondo del peligroso remolino conocido como Maelstrom. Allí, el Rey Oscuro de las Selkies se rodeó de monstruos marinos y en una presencia muy temida. Se dice que de la misma forma que los Reyes de la Isla Esmeralda habían aceptado a la Madre del Mar como los suyos, los Reyes del Hielo también coronaron al Furioso como Rey, un monarca terrible y peligroso.

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