[Recurso] Libro de Linaje: Doncellas Cisne

Avatar de Usuario
Alexander Weiss
Bibliotecario de Webvampiro
Bibliotecario de Webvampiro
Mensajes: 16476
Registrado: 14 Jul 2019, 01:15

[Recurso] Libro de Linaje: Doncellas Cisne

#1

Mensaje por Alexander Weiss » 20 Dic 2022, 00:02

Imagen LIBRO DE LINAJE: DONCELLAS CISNE Por Magus [email protected] CRÉDITOS
Escrito por: Magus
Material adicional: Alexander Weiss

NOTA DEL AUTOR
Con la publicación de la edición 20 aniversario de Changeling: el Ensueño se han abierto nuevas posibilidades para continuar publicando suplementos para la línea de juego de las hadas del Mundo de Tinieblas. Entre estas posibilidades se encuentran Linajes feéricos secundarios en el trasfondo, y que hoy ocupan un lugar renovado junto a los duendes originales del manual básico.
Las Doncellas Cisne son uno de estos Linajes, criaturas con rasgos de cisne que simbolizan el amor trágico e inalcanzable, y que hasta ahora no han recibido demasiada atención. El Libro de Linaje: Doncellas Cisne tiene como propósito añadir profundidad y jugabilidad, pero al mismo tiempo se ofrece como una posibilidad, sin querer sustituir la imaginación de potenciales Narradores.
En resumen, nada de lo que aparece en este manual es imprescindible, y Narradores y jugadores disponen de suficiente información en el manual básico de Changeling: el Ensueño, así como sus suplementos.
Y ahora, disfrutad con la lectura.

AGRADECIMIENTOS
A Agustín, todo un erudito del Mundo de Tinieblas y fan de las Doncellas Cisne.

Changeling: el Ensueño, Mundo de Tinieblas y todo el material relacionado y registrado pertenece a White Wolf Publishing Inc. y por extensión a Onyx Path. Todos los derechos reservados. Quienes violen estos derechos serán perseguidos y recibirán una azotaina de las buenas.
No se pretende atentar contra la propiedad intelectual o contra las marcas registradas. Se proporciona permiso para imprimir o reproducir este documento sólo para uso personal.
Consulta White Wolf online en http://www.white-wolf.com
© 2011 CCP hf. All rights reserved.

CONTENIDOS
LA ÚLTIMA DANZA
CAPÍTULO UNO: ROMPIENDO EL CASCARÓN
CAPÍTULO DOS: ALZANDO EL VUELO
CAPÍTULO TRES: EL LAGO DE LOS CISNES
CAPÍTULO CUATRO: LA HERMOSA BANDADA
APÉNDICE: TESOROS

Avatar de Usuario
Alexander Weiss
Bibliotecario de Webvampiro
Bibliotecario de Webvampiro
Mensajes: 16476
Registrado: 14 Jul 2019, 01:15

Re: [Recurso] Libro de Linaje: Doncellas Cisne

#2

Mensaje por Alexander Weiss » 20 Dic 2022, 00:03

Imagen LA ÚLTIMA DANZA
Una calle cualquiera en una ciudad cualquiera. Un edificio de apartamentos con un bajo comercial donde en un letrero con elegante fuente se lee “ACADEMIA DE DANZA”. En el día de hoy hace frío, y la gente se apresura, caminando sin fijarse mucho en lo que ocurre a su alrededor. Sin embargo, hay alguien muy atento, una figura pequeña y nerviosa, vestida con un anorak azul, unos pantalones vaqueros y un gorro de lana azul. Ese niño ha dado una vuelta a la manzana, procurando pasar desapercibido, y tras asegurarse de que no hay nadie conocido en las proximidades, finalmente decide acercarse.
Sebastian se dirigió hacia clase de danza desganado. Sin duda le gustaba bailar, pero en la intimidad de su casa, sin miradas escrutadoras que lo pusieran nervioso. Después de un episodio humillante en el que se habían reído de él en el colegio, no había vuelto a bailar, al menos no en público. Se encerraba en la intimidad de su cuarto, ponía la música y entonces comenzaba a moverse siguiendo los ritmos y melodías, dejando volar sus pensamientos y sintiéndose libre de las preocupaciones cotidianas que podía tener un niño de doce años.
Cuando las risas, rumores y burlas de sus compañeros se acallaron con el paso de las semanas y el “incidente” quedó olvidado con las vacaciones de verano, o por lo menos convenientemente silenciado, Selena, la madre de Sebastian, le había dicho que ese año tenía que hacer actividades extraescolares, y entre las posibles opciones que podía elegir había clase de danza.
Sebastian había reaccionado con cierto sonrojo y alarma ante esa posibilidad. Por una parte le habría gustado. Por otra...recibir un nuevo aluvión de burlas y risas si sus compañeros llegaban a enterarse no le atraía nada. La vergüenza se enfrentó a la ilusión en un duelo singular, y finalmente, aunque con dificultades, se había impuesto esta última.
Y ahora se encontraba temeroso ante el local de la clase de danza, situado en el bajo de un edificio de apartamentos, casi como si estuviera haciendo algo clandestino y prohibido. Miró a ambos lados con cierta desconfianza. Cuando se aseguró de que nadie lo había visto en la calle, se dirigió hacia el edificio y haciendo acopio de valor y conteniendo el aliento, empujó la puerta con decisión e irrumpió en el interior cerrando los ojos por un instante.
Siete miradas sorprendidas se dirigieron hacia él. Al abrir los ojos Sebastian vio a la profesora de danza y seis niñas. Como había supuesto, no había ningún niño presente, y la vergüenza que había sentido en el pasado se removió en su interior una vez más, pero con dificultad la empujó de nuevo hacia dentro, aunque eso no impidió que se enrojeciera ligeramente. Inspirando con fuerza habló:
-SoySebastianyvenía...venía...me he apuntado a la clase de danza.
-Buenas tardes. Sebastian Swan, por supuesto -dijo la profesora. Era una mujer alta, esbelta y pálida, con dos grandes ojos negros y una sonrisa fina y comprensiva que inspiraban confianza.- Adelante, llegas a tiempo. Todavía estábamos con los ejercicios de calentamiento antes de comenzar la clase. Soy la profesora Ofelia Olmo. Y como primera lección, acuérdate siempre de llamar antes de entrar y de saludar.
Sebastian asintió, enrojecido, y se dirigió al vestuario para cambiarse. Se puso las zapatillas blancas, las mallas negras y la camiseta gris, que prácticamente estaban nuevas. Sólo las había utilizado en la intimidad de su habitación, y nunca ante otras personas. Acalló los nervios que latían en su interior y se obligó a volver a la sala donde le aguardaban la profesora y sus compañeras.
-Muy bien, Sebastian -la profesora Olmo asintió con aprobación y le indicó que se acercara-. Y como estamos comenzando, hoy os enseñaré unos pasos sencillos que también os servirán para ejercitar las piernas. Atentos, clase…
Como había dicho la profesora, aquellos pasos eran sencillos, pensados para estirar y fortalecer los músculos de las piernas. Aunque al principio estaba nervioso, Sebastian pronto captó el ritmo, y comenzó a seguirlo como un autómata, poco a poco dejando de lado la vergüenza y disfrutando de la danza. Su cuerpo seguía los pasos de la profesora casi instintivamente, y poco a poco su talento innato hizo el resto.
Terminó la clase con una sonrisa contenida. Había sido mucho mejor de lo que pensaba. La profesora Olmo elogió a su alumnado y les dio algunos consejos para que mejoraran. Concluyó hablando sobre la importancia de una dieta sana y una vida sana y por encima de todo, les dijo que procuraran disfrutar de la actividad.
Sebastian se iba a cambiar al vestuario, pero de repente se frenó en seco, y dejó que sus compañeras se adelantaran y se cambiaran primero, sin entrometerse en su intimidad. La profesora Olmo sonrió.
-Para otra ocasión, si no quieres esperar a que tus compañeras terminen de cambiarse, te puedes cambiar en esa habitación de ahí detrás.
Sebastian se lo agradeció en silencio, inclinándose nervioso y de forma exagerada, y se sentó en un banco mientras esperaba.

***
Cuando terminó de cambiarse apresuradamente en el vestuario, se dirigió hacia la parada del autobús. Su madre no podía ir a buscarle aquel día, pero a Sebastian no le importaba. Le gustaba ir en el autobús, pensando para sí mismo y fantaseando. Fue entonces cuando vio a una de sus compañeras de la clase de danza, que también estaba esperando en la parada. En ese momento se dio la vuelta y lo miró.
Era una niña alta y delgada, más alta que Sebastian, con unos ojos grandes y negros que destacaban en una preciosa cara redondeada de rasgos delicados y piel pálida. Llevaba su cabello negro recogido en un moño, y vestía con un chándal azul claro, a juego con una bolsa de deportes. ¿Cómo se llamaba? La profesora se la había presentado antes...Se llamaba…
-Clara.
Había pronunciado su nombre en voz alta. La niña sonrió y Sebastian sintió...no sabía que había sentido, aunque otros lo habrían llamado “mariposas en el estómago.” Nervios. Los malditos nervios. Eso eran.
-Hola, Sebastian.
El autobús llegaba con retraso, y de alguna manera, Sebastian se sintió como en la clase de danza: poco a poco los nervios fueron dejando paso a una fluida confianza y una conversación natural. Dos niños de la misma edad a los que les gustaba bailar y tenían un espacio y tiempo para compartir juntos. Intercambiaron sus piezas favoritas, sus grupos musicales favoritos, se dijeron dónde vivían.
Y así fue cómo Sebastian y Clara se conocieron. Pronto la clase de danza se convertiría no sólo en un espacio compartido que disfrutarían juntos, sino también en el comienzo de algo más importante, aunque en aquel momento todavía lo desconocían.

***
Qué rápido pasa el tiempo cuando te sientes feliz. Para Sebastian la clase de danza no sólo se convirtió en un espacio donde practicar una afición que le gustaba desde que la danza había tocado su corazón, sino también el lugar donde se veía con Clara. Con el tiempo, reunió valor para pedirle salir juntos, y para su sorpresa, se encontró con que ella acudía a verle para pedirle lo mismo. Y de esa manera, la amistad entre ambos creció para convertirse en algo más. Las mariposas en el estómago alzaron el vuelo y la semilla compartida de su relación creció y se extendió. Aunque iban a escuelas distintas, pronto buscaron maneras de encontrarse más allá de la clase de danza, y cuando alguno de los dos sentía una preocupación siempre podía encontrar comprensión y ayuda en el otro, y de esta manera aquel amor que se iba fraguando los fue mejorando, ayudándolos a crecer en el mundo.
Y al mismo tiempo que seguían los pasos del baile de la vida, en la escuela de danza practicaban los pasos que marcaba la enseñanza de la profesora Olmo, con coreografías entretejidas con historias de amores, tragedias y aventuras, imitando los movimientos de la naturaleza y probando diferentes estilos, clásicos y modernos. La feliz pareja destacaba entre sus compañeras.
Sin embargo, lo mejor llegó el día en que Sebastian, sacudiendo una vez más los nervios, que cada vez eran menos molestos, se declaró tímidamente, con la inocencia propia de su edad, y Clara sonrió y le dio su primer beso.
Fue mucho más que las mariposas en el estómago que había sentido al principio. Fue la puerta y el inicio a un mundo completamente nuevo, un mundo más allá de los límites de la imaginación, lleno de maravilla.
El mundo de los sueños.

***
Sebastian siempre había creído que los sueños eran...sueños, y no podía pensar que existiera un lugar en el que los sueños cobraran vida propia. Clara hacía tiempo que había traspasado esa puerta como una Princesa Cisne, y bajo su amable guía, Sebastian también pudo traspasar el umbral entre la incredulidad y la fantasía, encantado gracias a la magia de los sueños. En ese mundo habitaban hadas y duendes muy diferentes, pueblos moldeados por su propia historia y las creencias. Así supo que la Profesora Ofelia Olmo era una condesa de la estirpe de los elfos, los gobernantes de aquel mundo, y para su sorpresa también descubrió que algunos de sus amigos también se encontraban presentes en aquel mundo. Tim Waters, un genio de la electrónica y la informática, entre las hadas y duendes se dedicaba a construir máquinas maravillosas en su taller. Melanie Molnár, la chica tímida de la clase, trabajaba en una cafetería llena de arañas parlanchinas…
Y gracias a Clara, ahora Sebastian podía formar parte de aquel mundo. Y el tiempo siguió pasando rápido en medio de aquella felicidad soñada. Vivieron muchas aventuras en aquel mundo lleno de criaturas de los sueños, y al mismo tiempo el amor entre ambos brotaba y crecía.
Por supuesto, no todo fue un camino de rosas. El mundo estaba lejos de ser perfecto, y ellos mucho menos, y la vida ponía en su camino los problemas típicos de su edad. Clases aburridas, broncas en casa e incluso conflictos con otros compañeros. Hasta Sebastian y Clara discutían a veces, pero conseguían encontrar un camino hacia la reconciliación y seguir soñando juntos. La clase de danza era su espacio sagrado, donde se encontraban el uno al otro en los pasos de baile, en las hermosas coreografías y el esfuerzo compartido bajo la atenta guía y atención de la profesora Olmo. A Sebastian dejó de importarle la condescendencia burlona de alguno de sus compañeros de la escuela -y de algunos adultos- porque siendo un chico recibía clases de danza.
Pero su vida era mucho más que la danza. Más allá de las clases Sebastian y Clara compartían momentos de amor, veían películas juntos, daban largos paseos, iban a la playa, y en fin, disfrutaban como podían hacerlo dos niños de su edad, despreocupados a medida que los años los hacían crecer en cuerpo y mente. A medida que crecían también comenzaron a aparecer las nubes de la adolescencia, y también las preocupaciones por el futuro, pero siempre conseguían encontrar un refugio y ayuda en el otro.
Y en el último año del instituto, cuando ya pensaban en la universidad y habían consultado a la profesora Olmo de sus posibilidades de hacer una carrera en el mundo de la danza, una palabra trastocó el mundo de Sebastian Swan para siempre.
Una serie de días especialmente agotadores en verano, un malestar repentino, una consulta rutinaria en el médico, y una palabra:
Leucemia.
Sebastian salió asustado de la consulta. Se sentó en un banco fuera de aquel edificio blanco al que pronto tendría que regresar y lloró.

***
Los meses siguientes estuvieron llenos de visitas a la consulta del médico especialista, de preocupación, de miedo. Sebastian no quería morir, y no sabía qué hacer. Se esforzó por cumplir los tratamientos, por poner buena cara y no aumentar la preocupación de su familia y amigos, pero a pesar de ciertas esperanzas iniciales, la enfermedad lo iba consumiendo. Se volvió pálido como un vampiro, y sus ojos claros y optimistas se apagaron poco a poco con las sombras de los miedos internos que se agitaban en su interior.
A pesar de las reticencias de Sebastian, Clara permaneció a su lado, firme y serena. De alguna forma parecía saber el momento en el que respetar sus silencios amargos y sabía cómo animarlo y distraerlo de las preocupaciones que lo atormentaban. El amor que había entre ambos creció, pero también se hizo más doloroso.
Los amigos de Sebastian y el mundo mágico en el que soñaba de alguna manera parecían más distantes, “se había vuelto más banal”, como decían algunos, pero aunque esa magia parecía menguar y ensombrecerse, seguía ahí, presente. Los amigos le apoyaron, soportaron los ocasionales estallidos de frustración tras los que se disculpaba, y siguieron ahí, siempre que Sebastian quería, lo que ocurría con menos frecuencia a medida que la enfermedad avanzaba. La palidez fue acompañada de náuseas, dolores y debilidad, su cuerpo era cada vez menos fuerte y le costaba cada vez más seguir los pasos de la profesora Olmo, aunque ella se mostraba comprensiva y procuraba no fatigarle.
Y llegó el final del curso y el comienzo del verano. Los alumnos organizaron una pequeña fiesta de graduación, ya que terminaban un ciclo y al año siguiente muchos irían a la universidad o comenzarían a trabajar y se distanciarían. Sebastian asistió en compañía de Clara y se esforzó por disfrutar, lo que no le resultó nada fácil, pues en su mente se agolpaba la tristeza de perder de vista a varios de sus amigos y de no poder asistir a la universidad.
Bebieron, bailaron y se despidieron sin mayor consecuencia. Cuando regresaban a casa, bajo la luz de la luna y las estrellas, Clara le dijo:
-Pasemos por mi casa. Te tengo una sorpresa preparada.

***
La casa de Clara se encontraba cerca del instituto, en una pequeña urbanización tranquila con un pequeño jardín presidido por la figura gris de un cisne de piedra que parecía vigilante. Era un lugar que con el paso de los años se había llenado de recuerdos felices, y Sebastian había participado en ellos en los últimos años. Sebastian se esperaba que Clara hubiera preparado una celebración más íntima, quizás con algunos amigos cercanos y poco más, pero la casa se encontraba vacía y a oscuras. Clara encendió la luz. El salón estaba completamente despejado y sin muebles, mostrando la blancura de las paredes y el parquet del suelo. Sólo en el centro de la estancia un círculo de velas blancas que rodeaba un círculo de pétalos rojos de rosa, un escenario improvisado.
Clara encendió solemnemente las velas con un mechero. Sus ojos miraron a Sebastian con una sonrisa en los labios.
-He preparado un baile especial para ti. Bailemos juntos como nunca lo hemos hecho.
Encendió su móvil y dio inicio a una melodía que Sebastian conocía muy bien. “El cisne”, de Camille Saint Saëns. Era una obra de dos pianos y violonchelo que imitaba el paseo natural y sereno de un cisne sobre el agua. También había recibido una coreografía de ballet.
Los dos se acercaron suavemente, y como en tantas otras ocasiones, Sebastian sintió el cuerpo delgado, esbelto y firme de Clara contra el suyo, con una suave calidez. Después de tanto tiempo bailando juntos, los movimientos de la danza en compañía eran algo sencillo y casi innato. Una vez más, Sebastian se aferró a la felicidad de los recuerdos de tantos buenos momentos que habían pasado juntos, y estaba dispuesto a que aquel baile permaneciera para siempre en la memoria de los dos.
La música sonaba como ondas sobre el agua. Sus pies pisaban sobre la suavidad esponjosa de los pétalos esparcidos por el suelo, y los dos giraron una y otra vez, moviéndose y siguiendo el acorde de la canción melancólica y a la vez dulce, que emanaba serenidad, la serenidad del cisne. La misma serenidad de Clara.
Las luces de las velas parpadearon y parecieron apagarse, pero la luz no se desvaneció del todo, a su alrededor permanecía un suave resplandor blanco en medio de la oscuridad. Siguieron danzando juntos y Sebastian apretó a Clara contra su cuerpo, sintiendo su calidez familiar. De repente sintió un leve sonido, como un chapoteo y para su sorpresa, se dio cuenta de que cuando pisaban en la superficie de la oscuridad, bajo sus pies parecían brotar ondas sobre el agua. Las paredes de la habitación parecían haber desaparecido a su alrededor, y donde debía encontrarse el techo ahora se mostraba un cielo cuajado de estrellas lejanas.
De repente, sonó un trompeteo lejano, que fue contestado por otro. Era el canto de unos cisnes. En el horizonte una bandada de sombras blancas alzó el vuelo sobre lo que parecía un lago de oscuridad, que reflejaba las luces del cielo estrellado. Sin embargo, Sebastian y Clara no se hundían en el lago, sino que seguían bailando sobre su superficie, formando ondas oscuras bajo los pasos de sus pies, que brotaban con el ritmo de la melodía y se perdían en la lejanía estrellada.
Sebastian sentía como si volara, como si se elevara hacia el cielo estrellado, y por primera vez en mucho tiempo se sintió en paz, sin las preocupaciones de los últimos meses, sin la enfermedad, sin el dolor, sin el miedo que lo habían atenazado. Sólo él y Clara, bailando y bailando bajo la luz tenue de las estrellas como si el tiempo no existiera para ellos. Por un momento cerró los ojos y deseó permanecer en ese momento de felicidad para siempre, antes de volver a abrirlos y mirar a Clara con una sonrisa.
Los cisnes cantaron y el cielo se llenó de alas, un suave aleteo emplumado que parecía llegar desde más allá de las estrellas, formando su propia melodía. Una gran bandada voló a su alrededor y cubrió a los dos danzantes con un manto de luces y sombras, y el eco del canto de las aves se enredó en aquella música mágica que los envolvía a ambos y los elevaba sobre la superficie del lago.
De repente Clara miró a los ojos a Sebastian. Ella también sonreía, y alzó una de sus manos para acariciarle el rostro. Lo besó suavemente en los labios y de repente fue como si el cielo se iluminara. Por un momento Sebastian pensó que Clara se había convertido en un cisne, que agitaba las alas y alzaba el vuelo para unirse a la bandada. Era como si estuviera soñando, como si estuviera en medio de un sueño…
Y entonces despertó.

***
Sebastian abrió los ojos y volvió a cerrarlos de inmediato, confundido y deslumbrado ante la intensa y repentina luminosidad blanca que lo rodeaba después de la suave oscuridad de su sueño. Por un momento pensó que había muerto y se encontraba en el cielo, pero cuando consiguió adaptar su mirada a la luz de la estancia se dio cuenta de que estaba tumbado en una cama, en la tristemente familiar habitación blanca y esterilizada de un hospital. Su madre estaba sentada en un rincón, medio dormida, pero cuando se dio cuenta de que su hijo había despertado, se incorporó rápidamente y acudió a su lado. Le puso la mano en la frente y pulsó un botón en la pared para avisar a una enfermera.
-¿Dónde está Clara? -preguntó Sebastian débilmente.
Su madre le dijo que no lo sabía, pero cuando estuviera mejor y hubieran venido los médicos la llamaría. Al parecer, la profesora Olmo había traído a Sebastian desde la fiesta de fin de curso, desmayado, y sus padres habían decidido llevarlo al hospital, donde le habían hecho pruebas antes de dejarlo dormir.
Una enfermera se presentó en la habitación, y tras comprobar que todo estaba en orden, salió de la estancia para avisar al médico de guardia. Poco después el médico se presentó, con una carpeta gris llena de análisis, informes y notificaciones. Parecía confundido y carraspeó para aclararse la voz antes de hablar.
-Bueno, esto es sorprendente...
Los resultados médicos habían sido extraños. Frente a los análisis y los historiales previos que habían indicado un progresivo agravamiento de la leucemia de Sebastian, las últimas pruebas que le habían hecho la noche anterior habían dado como resultado que Sebastian se encontraba completamente sano. No había rastro de la leucemia que lo había estado consumiendo en los últimos meses, ni de hecho, de ninguna otra enfermedad. Era como si hubiera remitido milagrosamente por sí sola. Se habían repetido las pruebas, para cerciorarse de que no se había producido ningún error, pero el resultado había sido el mismo. Un milagro, sin duda. El médico había dicho que estas curaciones repentinas eran excepcionales, aunque no desconocidas, y Sebastian había sido muy afortunado. Si así lo deseaba podrían darle el alta aquel mismo día, aunque debería volver en una semana, para comprobar que aquella mejora inesperada continuaba.
Sebastian le pidió a su madre el teléfono móvil, y ella se lo entregó con una sonrisa de júbilo y alivio, tras los largos meses de silenciosa tristeza por la enfermedad de su hijo. Se apresuró a buscar el número familiar de Clara, que aparecía repetido una y otra vez en el historial de llamadas. Quería compartir aquella alegría súbita con ella.
Pero aunque llamó varias veces, y volvió a intentarlo a lo largo del día, Clara no respondió.

***
Fue un entierro bajo la lluvia. Asistieron la familia y los amigos de Clara, y por supuesto, Sebastian no podía faltar. Aquel día triste se vistió con unos pantalones negros, una camisa blanca y una cazadora negra. Se presentó en el cementerio estoicamente, con el corazón abatido y lleno de preguntas, y la dolorosa sospecha de que su amor había entregado su vida para salvarle de la enfermedad que lo consumía. Fue entonces cuando entre los asistentes descubrió la figura alta y delgada de la profesora Olmo, vestida con un sencillo vestido negro y sombrero, enjugándose las lágrimas con un pañuelo mientras sostenía un gran paraguas. Sebastian se acercó decidido a ella. Sostuvo su mirada un momento y finalmente expresó los interrogantes que sentía. Había dudas que tenía que resolver.
- Usted estuvo en casa de Clara. Usted me llevó a casa cuando me desmayé después de la fiesta de fin de curso. Usted sabe lo que ocurrió. Sabía lo que iba a pasar.
La profesora Olmo se enjugó nuevamente las lágrimas antes de responder.
-El amor de una Doncella Cisne atrae la tragedia antes o después. Clara lo sabía, pero aún así te quería demasiado para renunciar a ti, y cuando llegó el dolor, decidió sacrificar su vida, y tomó tu destino para salvarte de la muerte. Yo no sabía cuál era su intención hasta que todo había terminado y me llamó por la noche para que te llevara a tu casa después de que te desmayaras.
-¡Pero no quería que muriese por mí! ¡No tenía que morir por mí! -las palabras de Sebastian estaban llenas de frustración.
-Si hubiera sido posible, no habría muerto ninguno. Ella te quería de verdad, y por eso quiso dar su vida por ti. -La profesora lo miró comprensiva. -Fue una chica valiente hasta el final y todos la recordaremos en nuestros corazones. Guarda su recuerdo contigo, guarda los buenos momentos que vivisteis juntos y disfruta de la vida, Sebastian. Ella así lo habría querido.
-No sé si podré... -la voz de Sebastian se quebró, atacada por el llanto.
-Podrás. El tiempo te ayudará a llevar el recuerdo en tu interior, vendrán momentos felices que te harán darte cuenta de lo maravilloso que es estar vivo, y te alegrarás de haber conocido a Clara.
-No sé…
-Con el tiempo sabrás. Ahora ve al encuentro de tu vida, Sebastian Swan.

***
Con la vida por delante, tras guardar un tiempo de recuerdo y luto, Sebastian decidió que quería hacer carrera en el mundo de la danza. Con el consejo de la profesora Olmo solicitó ingresar en una academia y se convirtió en un bailarín profesional y recorrió el mundo mostrando su arte al público de muchas ciudades.
Y así, Sebastian Swan, el Príncipe Cisne, puso sus pies en el mundo de los sueños, y viviría muchas aventuras.
Pero eso es otra historia y será contada en otra ocasión.

Avatar de Usuario
Alexander Weiss
Bibliotecario de Webvampiro
Bibliotecario de Webvampiro
Mensajes: 16476
Registrado: 14 Jul 2019, 01:15

Re: [Recurso] Libro de Linaje: Doncellas Cisne

#3

Mensaje por Alexander Weiss » 20 Dic 2022, 00:04

Imagen CAPÍTULO UNO: ROMPIENDO EL CASCARÓN Quienes despiertan nunca descansan en el mismo lugar.
Como los cisnes, se alzan y dejan el lago.
Vuelan en el aire y siguen un camino invisible. Su alimento es el conocimiento.
Viven en el vacío. Han descubierto cómo ser libres. ¿Quién puede seguirlos?
-Sidharta Gautama, Buda.

Canta, oh, Musa, de la historia del pueblo de los cisnes.
Varios cisnes nadaban impasibles y serenos sobre las aguas azules de un lago bajo el sol de la primavera. En la orilla un grupo de personas los observaban. Por primera vez en mucho tiempo el pueblo de los cisnes se reunía: doncellas, príncipes, amantes, un legado de muchas historias que ahora venían a compartir con sus palabras y su música.
No había sido fácil. Nunca habían sido muchos, y algunos ni siquiera sabía que existían otros como ellos. Pero había algo que los había unido: el cisne. Algo indescriptible, un espíritu, una voluntad y un impulso que recorría todo el Linaje.
Pasó la mañana soleada y hubo risas, espacios compartidos e intercambio de historias. Eran un pueblo antiguo y joven a la vez, y muchos de los que asistían necesitaban respuestas que iban a compartir por primera vez en mucho tiempo.
Finalmente, con la llegada de la tarde y cuando el sol comenzó su descenso en el cielo, el ambiente festivo se detuvo. Como en una coreografía perfectamente ensayada, los asistentes se sentaron a la orilla del lago con ceremonia y solemnidad. De repente, dos hombres y una mujer se alzaron en medio del grupo, y las miradas se dirigieron hacia ellos. Un hombre maduro, de cabello plateado, fue el primero en hablar. Su voz era musical, serena y convincente, y sus palabras parecían el inicio de una melodía.
-Os saludamos. Convocarnos no ha sido fácil, pero aquí estamos. Mi nombre es Cicno y sé que muchos de los presentes tenéis dudas, y espero que entre todos podamos resolverlas. Sin embargo, como pronto comprobaréis cuando comencemos nuestro relato, en nuestro Linaje existen misterios por resolver y que quizá nunca se resuelvan.
“Y recordad, que aunque aquí compartamos lo que sabemos, quizás las respuestas que demos no sean definitivas, ni siquiera verdaderas, pero por lo menos esperamos que os sirvan de guía para el largo camino que todavía tenemos que recorrer.”

Avatar de Usuario
Alexander Weiss
Bibliotecario de Webvampiro
Bibliotecario de Webvampiro
Mensajes: 16476
Registrado: 14 Jul 2019, 01:15

Re: [Recurso] Libro de Linaje: Doncellas Cisne

#4

Mensaje por Alexander Weiss » 20 Dic 2022, 00:06

Imagen LA PRIMERA NIDADA: HIJOS DE LOS DIOSES
Nos llaman doncellas, príncipes, amantes e incluso reyes, pero si hay algo que nos une por encima de todo es el Cisne. Es un espíritu hermoso y libre que nos arrastra en su estela, y aunque a veces manifiesta su voluntad de forma enigmática, nadie puede decir que lo conoce de verdad. Quizás haya quien se incomode, pero la mejor respuesta a la naturaleza del Cisne es que es así.
Como otros Linajes, nuestros orígenes enraízan en el mito y la leyenda de antiguo, pero al contrario que otros pueblos, no tenemos una, sino muchas historias sobre nuestros orígenes. Hay quienes se aferran a una de ellas, desechando el resto, pero prefiero creer que nuestro comienzo es el de muchos pequeños afluentes que terminan uniéndose a un gran y hermoso río que continúa su viaje hacia el mar.
Yo mismo he conocido y puedo contaros la historia de Leda, una legendaria reina de Esparta, que atrajo la atención de Zeus, el Rey de los Dioses. Un día Leda contempló cómo un cisne era perseguido por un águila, y el cisne buscó refugio en el regazo de la reina, y Leda se sintió fascinada por la belleza del ave. Tiempo después de aquel encuentro aparentemente fortuito, Leda puso dos huevos de los que nacieron los gemelos Cástor y Pólux, y Helena y Clitemnestra. Pólux y Helena compartían la sangre de Zeus, mientras que Cástor y Clitemnestra llevaban la sangre de la realeza espartana.
Hay quienes creen que estos gemelos, engendrados por un dios con forma de cisne, fueron los primeros de nuestro Linaje, aunque otros no están de acuerdo. Por mi parte creo que el Pueblo del Cisne procede de ellos, pero también de otros, que surgieron en otros lugares. ¿Quiénes fueron los primeros? Poco importa, pero en estas primeras leyendas se encuentra el comienzo de nuestro legado.
Cástor creció para convertirse en un destacado domador de caballos, mientras que Pólux destacó en la lucha cuerpo a cuerpo. Los dos gemelos vivieron muchas aventuras, acompañando a Jasón y los Argonautas en busca del Vellocino de Oro, y también en otros lugares. Sin embargo, en una ocasión Cástor fue herido de muerte por la lanza de Linceo, y aunque fue vengado por su hermano, su muerte era inevitable. Entristecido, Pólux decidió sacrificar su inmortalidad para salvar a su hermano, y de esta manera ambos hermanos pasan parte del año en el Hades y parte en el Olimpo. Con el tiempo los dioses los situarían entre las estrellas del cielo, formando la constelación de Géminis.
El sacrificio de la inmortalidad de Pólux por amor a su hermano Cástor es considerado la marca de nuestro Linaje. A pesar de haber sido benditos por los dioses, se dice que estamos obligados a ceder esta bendición cuando llega el momento, o seremos acosados por la tragedia. Sea verdad o no, la verdad que nos persigue hasta el día de hoy es que el amor del Cisne contiene la semilla del dolor.

Avatar de Usuario
Alexander Weiss
Bibliotecario de Webvampiro
Bibliotecario de Webvampiro
Mensajes: 16476
Registrado: 14 Jul 2019, 01:15

Re: [Recurso] Libro de Linaje: Doncellas Cisne

#5

Mensaje por Alexander Weiss » 20 Dic 2022, 00:08

Imagen LA SEGUNDA NIDADA: LA MÚSICA DE LA LIRA
Un joven de ojos rasgados se acerca a Cicno, intercambian una mirada y Cicno asiente, permitiéndole intervenir ante el público congregado.
Mi nombre es Hakucho y soy pianista de profesión. Como mi compañero Cicno ha mencionado, no es la historia de Cástor y Pólux la única leyenda en la que se hunden las raíces de nuestro pueblo. La música también es una parte de nuestro legado, y como tal, también tiene su propia historia.
En un tiempo legendario vivió un príncipe tracio conocido como Orfeo. Aunque era de la realeza, se dice que en verdad había sido engendrado por los dioses. Se dice que su padre era Apolo, el dios de la música, o quizás Hipnos, el dios de los sueños, mientras que su madre era Calíope, musa de la poesía épica y la elocuencia. Como Cástor y Pólux, Orfeo también vivió muchas aventuras. Se cuenta que como ellos, acompañó a los Argonautas en busca del Vellocino de Oro, y que durante la travesía, su voz y la música de su lira silenciaron los peligrosos cantos de las sirenas, permitiéndoles continuar su viaje.
Pero quizás la historia más famosa de Orfeo sea la de su descenso al inframundo. Cuando su esposa Eurídice murió, debido al veneno de una víbora, Orfeo viajó al más allá en su busca, y se dice que su música consiguió conmover a los monarcas del reino de los muertos, Hades y Perséfone, que aceptaron que Eurídice regresara con su esposo con la condición de que Orfeo no debía contemplarla hasta que los dos llegaran de nuevo al mundo de los vivos.
Pero ay, la impaciencia y el ímpetu del amor pudieron más, y cuando Orfeo puso el pie de nuevo en el mundo de los vivos se apresuró demasiado para ver a su amada antes de que llegara a su lado, y de esta manera, Eurídice tuvo que volver atrás y permanecer en el inframundo para siempre.
Orfeo, que conseguía amansar a las fieras con su música, vivió desconsolado, y su música se volvió triste. Rechazó a las mujeres a partir de entonces, tomando sólo amantes masculinos, y debido a este rechazo y su negativa a celebrar la alegría de las fiestas del dios Dionisos, a quien había venerado anteriormente, fue despedazado por las Ménades, las sacerdotisas del dios. No obstante, se dice que durante un tiempo su cabeza siguió con vida, y que podía predecir visiones del futuro.
Sin embargo, no fue el fin del Orfeo. Los dioses tomaron su cuerpo y lo convirtieron en un cisne, situándolo entre las estrellas de los cielos junto a su lira.
La historia de Orfeo explica nuestra conexión con la música y su belleza. También es una historia trágica, y que termina con un sacrificio.

Avatar de Usuario
Alexander Weiss
Bibliotecario de Webvampiro
Bibliotecario de Webvampiro
Mensajes: 16476
Registrado: 14 Jul 2019, 01:15

Re: [Recurso] Libro de Linaje: Doncellas Cisne

#6

Mensaje por Alexander Weiss » 20 Dic 2022, 00:10

Imagen LA TERCERA NIDADA: AMOR Y GUERRA
Cuando Hakucho concluye su intervención, la mujer que lo acompaña toma la palabra y se dirige al público reunido:
Soy Helena, y mi nombre es el de la hija que Zeus engendró tomando la forma del Cisne para seducir a la reina Leda, y que como sus hermanos, tendría un destino especialmente destacado entre las historias de la antigüedad.
Helena creció para convertirse en la mujer más hermosa de Grecia, y su belleza fue celebrada y ambicionada por los reyes de la época, hasta que Menelao, rey de Esparta, la tomó como esposa. Sin embargo, los dioses tenían reservado mucho más para ella.
Afrodita, diosa del amor y la belleza, a cambio de ser elegida como la más hermosa por el príncipe Paris de Troya, le otorgó el amor de Helena. El rapto de la reina de Esparta provocaría una de las guerras más legendarias de la antigüedad, que daría lugar a multitud de poemas, canciones e historias relacionadas de amor y guerra. Aqueos y troyanos se enfrentaron durante años, y muchos destinos de dioses y hombres se entremezclaron en aquella ocasión.
Finalmente, gracias al engaño del caballo de Troya, la guerra terminó. Los aqueos vencieron a los troyanos y arrasaron su ciudad. Helena fue devuelta a su esposo Menelao, y los dos se reconciliaron y regresaron al reino de Esparta, donde vivieron juntos muchos años. Sin embargo, Helena no tuvo un final feliz. Tras la muerte de su esposo, fue desterrada, y su destino se cruzó con el de las viudas de los caídos en la guerra de Troya, que decidieron vengarse y la atormentaron hasta matarla.
Sin embargo, una vez más se dice que los dioses intervinieron y se llevaron a Helena al inframundo, donde siguió viviendo y tuvo hijos con alas de cisne.

Avatar de Usuario
Alexander Weiss
Bibliotecario de Webvampiro
Bibliotecario de Webvampiro
Mensajes: 16476
Registrado: 14 Jul 2019, 01:15

Re: [Recurso] Libro de Linaje: Doncellas Cisne

#7

Mensaje por Alexander Weiss » 20 Dic 2022, 00:11

Imagen LA GUERRA DE LOS SUEÑOS
Hay quienes afirman que la guerra de Troya sólo es una alegoría que oculta una guerra mucho más grande donde se jugó nada menos que el destino de la realidad y de los sueños: la guerra entre los pueblos de los Tuatha de Danaan y los Fomorianos. Quizás sea verdad, o de alguna forma fue una guerra tan grande que se libró en muchos frentes y lugares distintos.
El pueblo de los cisnes a menudo se aferra a sus orígenes griegos, y cuenta la historia en términos de aqueos y troyanos, con los dioses divididos sobre el destino del mundo. Aunque los cisnes legendarios a menudo aparecen en ambos bandos, parece que finalmente se decantaron por favorecer a los troyanos. Los dioses Afrodita y Apolo apoyaron al bando de Troya, mientras que Zeus se mantuvo neutral.
En cualquier caso, el final de la guerra y la destrucción de Troya provocaron una dispersión de los hijos de los cisnes, que se extendieron por el Mediterráneo y más allá. Varias de las prisioneras troyanas como Casandra fueron tomadas por los conquistadores como esposas, y a menudo tuvieron finales trágicos. Se dice que la maldición del amor del Cisne procede de este momento, y que los dioses que protegían al pueblo de los cisnes aseguraron que nadie obtendría el amor de sus protegidos sin pagar un elevado precio.

Avatar de Usuario
Alexander Weiss
Bibliotecario de Webvampiro
Bibliotecario de Webvampiro
Mensajes: 16476
Registrado: 14 Jul 2019, 01:15

Re: [Recurso] Libro de Linaje: Doncellas Cisne

#8

Mensaje por Alexander Weiss » 20 Dic 2022, 00:14

Imagen Ilustración de Linda Lusic OTRAS NIDADAS
Entre los reunidos, otros se levantan y hablan: A lo largo del día el pueblo de los cisnes cuenta nuevas historias sobre sus orígenes:
Faetón y Cicno: Faetón era hijo de Helios, el dios del sol. Tras ser desafiado por Épafo, tomó el carro del sol a pesar de las advertencias de su padre. Sin embargo, mientras conducía el carro de caballos blancos, se dejó llevar por el pánico y perdió el control de los caballos. Giró demasiado alto y la tierra se enfrió; descendió demasiado y la vegetación se secó y ardió, convirtiendo en desierto la mayor parte de África. Finalmente el dios Zeus tuvo que intervenir, golpeando el carro desbocado con su rayo para pararlo y derribando a Faetón de los cielos, que murió.
Su amigo y amante Cicno se apenó tanto por su muerte que lo lloró durante el resto de su vida. Finalmente los dioses lo transformaron en un cisne y lo elevaron a los cielos.
Cicno, hijo de Apolo: Cicno era hijo de Apolo, y un gran amante de la caza. Era hermoso, pero arrogante, y muchos jóvenes se enamoraron de él y buscaron su afecto. Al final, todos lo abandonaron salvo Filio, que lo amaba tanto como para permanecer a su lado. Para deshacerse de él, Cicno lo desafió a tres tareas imposibles: cazar un león sin utilizar armas, capturar dos buitres devoradores de hombres sin usar armas, y llevar un toro salvaje al altar de Zeus con sus propias manos.
Con su ingenio, Filio consiguió realizar las tareas y Heracles le ordenó que no volviera a obedecer a Cicno. Por su parte, Cicno se sintió tan avergonzado, que se suicidó arrojándose al lago Conope; y su madre Tiria hizo lo mismo. Apolo los convirtió a ambos en cisnes, y de esta manera el lago sería conocido en adelante como Lago de los Cisnes. Cuando Filio murió, fue enterrado cerca de él.
Cicno, hijo de Poseidón: Cicno era hijo de Poseidón, el dios de los mares. Nació en secreto, y fue descubierto en una playa por unos pastores, bajo las alas protectoras de un cisne. El niño creció para convertirse en rey de Colonas. Durante la guerra de Troya luchó con sus hijos a favor de los troyanos y se enfrentó al héroe Heracles. Cicno era invulnerable al hierro, pero su adversario consiguió atraparlo y estrangularlo. Sin embargo, cuando intentaron tomar su armadura, el cuerpo de Cicno se transformó en un cisne y ascendió a los cielos.
Hiperbórea: Hiperbórea era un fabuloso reino de primavera eterna situado en el lejano norte. Su pueblo estaba bendecido y sus habitantes vivían largas vidas sin los problemas de la vejez y la enfermedad. El reino estaba gobernado por tres sacerdotes del dios Apolo. El principal santuario dedicado al dios se encontraba en el río Erídano, donde habitaban bandadas de cisnes que cantaban en su honor. Cuando envejecían, los hiperbóreos acudían al río, donde se bañaban en sus aguas y se transformaban en cisnes.
Imagen Ilustración de Smol Brit AVES QUE VOLARON LEJOS
Aunque habitualmente, muchas historias del pueblo de los cisnes proceden de la Antigua Grecia y de Europa, existen otras historias de países lejanos, dispersas por todo el mundo. Historias sobre jóvenes que roban el manto de plumas de doncellas que se bañan en un lago o en un río, para que no puedan marcharse volando, y se casan con ellas, sólo para que tiempo después las doncellas encuentren sus mantos y desaparezcan. Muchas de estas doncellas legendarias se convirtieron en ancestros de familias distinguidas, por toda Europa, Siberia y Mongolia. También existen otras leyendas sobre doncellas que pueden tomar la forma de otras aves como grullas, gansos, palomas, y también otros animales, como lobos, serpientes, búfalos, peces, delfines y peces.
Mención especial merecen las Selkies, cambiapieles que pueden tomar la forma de focas, y que protagonizan leyendas muy similares a las de las Doncellas Cisne. Algunos eruditos feéricos se preguntan si en verdad los Linajes que pueden cambiar de piel comparten un origen similar, pero a pesar de las similitudes, las Doncellas Cisne suelen decantarse por muchas raíces distintas que confluyen en un mismo árbol. Para ellas no existe tanto una “Primera Doncella” como muchos individuos que fueron bendecidos por el Cisne por todo el mundo, y otros animales del Ensueño, y que con el tiempo transmitieron sus dones dando lugar a múltiples Linajes.
Por otra parte, las Doncellas Cisne reconocen que en tiempos pasados contaban con “parientes cercanos” entre pueblos que podían tomar la forma de aves, pero a medida que la Banalidad se extendía y el Ensueño se alejaba del Mundo del Otoño, muchos de estos Linajes fueron desapareciendo. Desde finales del siglo XX, y a medida que las hadas y duendes de la Estirpe conocen un nuevo período de resurgimiento, las Doncellas Cisne esperan que, de forma similar a ellas, algunos de estos Linajes perdidos o que cayeron en el olvido terminen reapareciendo o hayan sobrevivido en lugares apartados.
Última edición por Alexander Weiss el 23 Dic 2022, 20:28, editado 1 vez en total.

Avatar de Usuario
Alexander Weiss
Bibliotecario de Webvampiro
Bibliotecario de Webvampiro
Mensajes: 16476
Registrado: 14 Jul 2019, 01:15

Re: [Recurso] Libro de Linaje: Doncellas Cisne

#9

Mensaje por Alexander Weiss » 20 Dic 2022, 00:15

Imagen TIEMPO DE ÁNGELES
A lo largo del día se cuentan muchas historias, de muchos lugares distintos. Se hace una pausa y una Doncella Cisne llamada Victoria toma la palabra:
Los hijos e hijas de Cisne se extendieron por ambas orillas del Mediterráneo, y su sangre floreció entre linajes de sangre noble, pero también entre humildes pescadores y viajeros a quienes sonrió la fortuna del Cisne. Algunos recordaban la Guerra de Troya y afirmaban descender de los supervivientes, pero otros simplemente afirmaban que los dioses los habían bendecido, y actuaban como sacerdotes y oráculos, o cultivaban las artes, especialmente la música; o ejercían de guías en los difíciles caminos del amor. Pero ay, la maldición les impedía disfrutar del amor para siempre, y aunque podían encontrarlo en brazos de otros, antes o después, la tragedia terminaba golpeando.
Otros tomaban el camino más sencillo de proteger a quienes les rodeaban. Considerándose hijos de los dioses, ejercían su voluntad, atendiendo ocasionales súplicas, manifestándose para recompensar a los dignos y castigar a los indignos, mensajeros de la divinidad.
¿Habéis oído hablar de Niké? Muchos la consideran una diosa menor, asociada como la victoria a Zeus o Atenea. Sin embargo, sabemos que fue una de los nuestros. Cuando los Titanes asediaron a los dioses del Olimpo, Niké se presentó ante Zeus y le animó a que reuniera sus rayos para enfrentarse a Tifón, el líder de los Titanes. Y Zeus acudió al campo de batalla y venció.
Hubo hijos e hijas de Cisne que siguieron el ejemplo de Niké en aquellos tiempos, y algunos siguen haciéndolo hoy. Acudimos a los gobernantes para ayudarles con nuestro consejo y poder, inspirándolos con sabiduría y ánimo y ayudándolos a sobrellevar su pesada carga. Otros inspiraron mediante el ejemplo, llegando al extremo del sacrificio, pero así se ganaron batallas, se derrocaron tiranos, y se tomaron decisiones dolorosas, pero necesarias.
Cuando se encendió la llama del cristianismo en un apartado lugar del Imperio Romano, continuamos mostrando nuestro ejemplo, protegiendo a quienes creían en la divinidad y manifestándonos como sus mensajeros. No es casualidad que los ángeles cristianos acabaran adoptando alas en sus representaciones. Desgraciadamente, el Dios de los cristianos era un dios celoso, y la llama de la intolerancia banal que acompañaba a la fe cristiana y que condenaba cualquier otra creencia, pronto comenzó a abrasar las alas de varios de nuestros compañeros.

Avatar de Usuario
Alexander Weiss
Bibliotecario de Webvampiro
Bibliotecario de Webvampiro
Mensajes: 16476
Registrado: 14 Jul 2019, 01:15

Re: [Recurso] Libro de Linaje: Doncellas Cisne

#10

Mensaje por Alexander Weiss » 20 Dic 2022, 00:16

Imagen NUNCA FUIMOS ÁNGELES
Entre los reunidos, Nirpal interviene de forma apasionada:
Resulta demasiado fácil ver una figura alada en el arte o en las leyendas y decir: “Sin duda se trata de uno de los nuestros. Esto es por nuestra influencia.” He oído a algunos de nosotros decir que genios, ángeles, erotes, cupidos, hombres pájaro y otras criaturas aladas que aparecen en el arte y la leyenda surgieron debido a los mitos creados por la presencia de los hijos e hijas de Cisne.
Yo os digo que el Ensueño es muy grande, y no sólo los cisnes vuelan por el cielo ni recorren las aguas legendarias. Las primeras representaciones de ángeles en el cristianismo carecían de alas, y no fue hasta el siglo IV cuando comenzaron a tenerlas, y dudo mucho que fuera por mediación de uno de los nuestros.
De la misma forma he oído quienes afirman muy seriamente que Eros, dios del amor e hijo de Afrodita, en realidad pertenecía al pueblo del Cisne, basándose únicamente en sus alas emplumadas. También he oído que las Valquirias que servían al dios Odín en realidad eran una bandada de Doncellas Cisne que lo servían.
Es verdad que en ocasiones algunos fuimos confundidos con ángeles, y que incluso se aprovecharon de esa confusión, pero he visto a otras criaturas que también han sido confundidas como portavoces y mensajeros de la divinidad...y a veces eran todo lo contrario. Vampiros que crean cultos humanos para atraerlos como ganado, señores de las hadas que requieren adoración… bestias cambiantes que reciben sacrificios para aplacar su furia, y algunas criaturas que desafían toda explicación, por no hablar de las propias manifestaciones del Ensueño.
Puede que algunos nos hayamos considerado hijos de los dioses e incluso puede que nos hayamos comportado como tales, tratando de dar ejemplo, o aprovechándonos de la credulidad ajena, pero no somos ni fuimos ángeles. Sed altruistas si así lo deseáis, pero no pretendáis ser otra cosa, o lo más probable es que terminéis tentando al desastre.

Editor completo

Volver a “Changeling”