[Recurso] Disculpe, la tienda está cerrada

#1

En un anunciado recoveco entre el Rincón Oscuro de Detrás y los mundos de El Ojo del Huracán existe un reino en el ensueño, que a veces comparte espacio con la umbra, lleno de muebles en diferentes habitaciones que combinan idealizadamente de diferentes épocas y estilos a la que se le conoce por varios nombres según el uso y la experiencia del visitante que haya visitado sus estancias: Mobiliaria, la delirante casa de muñecas o el laberinto de dependencias cerradas, las salas del escape.

Cualquiera que lo viera diría que es poco más que una gigantesca e interminable tienda de muebles con atajos tras las lámparas de pie, bajo las mesas, dentro de los sumideros de los baños... Pues múltiples son los atajos que se pueden hallar de unas habitaciones a otras y de unos mundos a otros. Tantos son los atajos que casi uno puede accidentalmente haciendo uso de uno de los cuartos caer en uno de ellos. De hecho, y nadie sabe quiénes los idearon, existen diferentes mapas repartidos por las diferentes habitaciones de los diferentes atajos, pero al no ser a veces fáciles de hallar entre tantas habitaciones, cajones y estantes además del hecho de estar escritos en diferentes idiomas extranjeros y hasta exóticos, por no mencionar cómo explican los caminos con confusas instrucciones puede resultar casi innecesario dar con ellos.

Hay quién dice que fueron las quimeras del polvo que usaban estos mapas antes y otros dicen que viejos Korred mapeaban estos territorios y los usaban como pequeños espacios para abstraerse de la cotidianidad del mundo banal en un intento por imitar las viejas y diferentes estancias que concebía el hombre. Por otro lado, se rumorea que unos grupos de Eshus encontraron estos mapas a medias y los terminaron para luego vendérselos a los Boggans ansiosos por encontrar estancias únicas e inspiración para decorar sus moradas, pero esta idea es frecuentemente ridícula, especialmente si se le pregunta a los muebles.

Aunque mientras que los objetos más modernos tienen una consciencia más reciente, despierta y lúcida en este lugar, los muebles y objetos de las estancias más viejas son más pesados, despistados y sabios y, por tanto, mientras unos pueden dar buenas ideas a problemas comunes los otros pueden recordar grandes historias de quién los creó, de otros lugares de los que proceden y de los diferentes visitantes de este mundo. Entre estos encontramos padres que buscando a sus hijos terminaron aquí; remolinos de brújulas, metros y lápices tomando medidas y recolocando los distintos muebles y objetos descolocados...

Lo bueno de estas estancias es que la mayoría suele estar dispuesto de algún tipo de alimento que siempre está disponible y que es natural encontrar en dicha estancia. Este tras ser consumido o deteriorado surge instintivamente al poco y siempre tienen una pinta tan idealizada del lugar que parecen irreales (cestas de frutas, tostadas con mantequilla, tortitas, cuencos de leche, hortalizas crudas, etc.). Algo que muchos saben es que las plantas de estas estancias están conectadas unas con otras y pueden funcionar como interfono entre habitaciones si se las trata bien, y aunque no son las únicas con esta capacidad, tampoco carecen de otras extrañas capacidades como su capacidad para imitar sonidos al tacto o su frecuente uso para dejar caer sus hojas mágicas fáciles de hallar para conectar habitaciones a modo de camino y evitar perderse.

Sea como sea, cada estancia está atrapada en una realidad propia donde hace más frío o calor, nieva, llueve o algo peor, casi traídas de revistas o historias de cuentos, la variedad es interminable como la imaginación de aquellos que las visitaban en sueños. Los peligros de estos lugares incluyen maniquíes vestidos de colores primarios que se pasean a modo de guardianes por las distintas estancias asegurándose de que nada altera estos lugares con poder para paralizar, intimidar o enmudecer a sus contrincantes. No olvidemos tampoco que de entre otras de estas espantosas criaturas se encuentran aquellas con cabeza de televisión cuya función es entretener a todo aquel visitante con el que se encuentren hasta que queden dormidos de cansancio manteniendo confusos a sus víctimas con sus imágenes sobre cómo son las distintas estancias de este reino aunque son capaces de engullir también entre sus imágenes y canales a aquellos que les molesten con este mismo método. También es común que distintos muebles y objetos tengan trampas o traumas y ataquen o se muestren apáticos. Es cierto también que algunos Changelings usan estos lugares como eternas o temporales mazmorras y de ahí que puertas y ventanas estén conectadas con Feudos o estén selladas o no tengan otros accesos a los que ir (o quizá estos hayan sido manipulados hasta tal punto que su salida sea una serie de eventos que resolver en la propia habitación). Quien las conoce bien usa también estas estancias para confundir a sus enemigos y huir o evadirse temporalmente. Podría no parecer aterrador de buenas a primeras, pero ¿Cuánto tiempo serías capaz de aguantar encerrado entre sus paredes? ¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar por salir de aquí? ¿Es la comodidad de un lugar eterna o llegado el punto obsesiva?

Inspirado en "the store is closed":
https://www.youtube.com/watch?v=sK5wPE-aQwc