-Jejeje perdone a mis hombres, a alguno de gusta pagarlo con los "reclutas novatos", sin duda no conocen algo mejor que hacer. Eso ha sido totalmente inapropiado, referirse a sí a...pero de nuevo, muchas veces ni yo mismo puedo confiar en ellos con respecto a ciertas cosas. --Pues bien, recluta, bienvenido a la Academia de instrucción, formará parte del pelotón 33 de infantería en la Guerra que teneos entre manos. Elija un compañero, serán uña y carne en el campo de batalla, y recuerde, a veces su compañero podría salvarle la vida, o usted a él.
Los nuevos reclutas comenzaron a disparar a los distintos blancos obtenidos, mientras que Ricardo hablaba con el Jefe de instrucción, que escuchaba atentamente sus palabras en un rincón apartado de la planta.
-Y bien, recluta, ¿qué quiere proponerme?.--le preguntó a Ricardo el Jefe de Instrucción.
SECCIÓN PREÁMBULOS - Parte 2 -Preludio de RICARDO MANUEL Agirre Gómez Korta Martín
Moderador: Soiberg
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Ricardo M. A. M. (Dava)
Guardaespaldas
Re: SECCIÓN PREÁMBULOS - Parte 2 -Preludio de RICARDO MANUEL Agirre Gómez Korta Martín
Ricardo señaló con la mano hacia quienes hacian las practicas de tiro.
—Señor, no quiero desmerecer su entrenamiento, pero la mayoria de los presentes no sabe usar un arma y mucho menos xontra otro hombre —hizo una pausa para evaluar la reaccion del instructor—. Poner un arma en sus manos seria matarlos, y darle al enemigo armamento facil.
Ricardo señalo a varios hombres que tenian pinta de labriegos y granjeros, entre ellos a Pelayo.
—Esos hombres dudo que hagan mucho con un arma de fuego. Pero deles unas 'Faccas' y racion extra de gachas, y a cambio diezmaran un campamento enemigo a la luz de la luna.
Miro al instructor.
—Matar un cochino no es tan facil como uno cree. Los berracos son muy fuertes y si no les pillas por sorpresa olvidate de desangrarlos. Esa gente sabe matar, pero no con un fusil, creame.
—Señor, no quiero desmerecer su entrenamiento, pero la mayoria de los presentes no sabe usar un arma y mucho menos xontra otro hombre —hizo una pausa para evaluar la reaccion del instructor—. Poner un arma en sus manos seria matarlos, y darle al enemigo armamento facil.
Ricardo señalo a varios hombres que tenian pinta de labriegos y granjeros, entre ellos a Pelayo.
—Esos hombres dudo que hagan mucho con un arma de fuego. Pero deles unas 'Faccas' y racion extra de gachas, y a cambio diezmaran un campamento enemigo a la luz de la luna.
Miro al instructor.
—Matar un cochino no es tan facil como uno cree. Los berracos son muy fuertes y si no les pillas por sorpresa olvidate de desangrarlos. Esa gente sabe matar, pero no con un fusil, creame.
Re: SECCIÓN PREÁMBULOS - Parte 2 -Preludio de RICARDO MANUEL Agirre Gómez Korta Martín
-Ya, le entiendo, pero desgraciadamente los medios con los que disponemos son escasos, de todas formas, los soldados deben de aprender a defenderse, y sobre todo a usar un arma, y para eso estamos aquí, para que aprendan. Y de todas formas, recluta, dígame... ¿cómo pretende ir a una pelea de armas de fuego, armado con cuchillos?--sería una matanza, ¡nos aniquilarían!.
El Jefe de Instrucción, no obstante miró a ambos lados...
-Mire, le propongo esto, Recluta, los soldados deben de aprender a defenderse y usar un arma. Tras ello, si quiere, les podemos dar unas Facas y que aprendan a usarlas también, por si les hiciera falta, pero comprenderá debo de realizar mi labor y enseñarlos a usar el arma reglamentaria, como exige la Normativa y el protocolo. Son tiempos duros, recluta. ---¡Vaya a entrenar con el fusil, yo iré a ordenar que busquen unas cuantas Facas para ustedes y me encargaré de que tengan unas buenas gachas, para que cojan energía!.--El Jefe del Estado Mayor me dará instrucciones pronto relativas al área exacta en que serán desplegados cuando acaben su formación--Elija a un compañero y motívele, me cae bien Recluta, ¡manténgase vivo junto a su compañero, sea el que sea a quien escoja!.
El Jefe de Instrucción, no obstante miró a ambos lados...
-Mire, le propongo esto, Recluta, los soldados deben de aprender a defenderse y usar un arma. Tras ello, si quiere, les podemos dar unas Facas y que aprendan a usarlas también, por si les hiciera falta, pero comprenderá debo de realizar mi labor y enseñarlos a usar el arma reglamentaria, como exige la Normativa y el protocolo. Son tiempos duros, recluta. ---¡Vaya a entrenar con el fusil, yo iré a ordenar que busquen unas cuantas Facas para ustedes y me encargaré de que tengan unas buenas gachas, para que cojan energía!.--El Jefe del Estado Mayor me dará instrucciones pronto relativas al área exacta en que serán desplegados cuando acaben su formación--Elija a un compañero y motívele, me cae bien Recluta, ¡manténgase vivo junto a su compañero, sea el que sea a quien escoja!.
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Ricardo M. A. M. (Dava)
Guardaespaldas
Re: SECCIÓN PREÁMBULOS - Parte 2 -Preludio de RICARDO MANUEL Agirre Gómez Korta Martín
Ricardo escucho atento la respuesta del superior y le permitió terminar la argumentación sin interrupción alguna. Una vez concluyó procedió con la aclaración.
-Creo que me explique mal, señor. No tengo intención alguna que les des machetes a cuatro locos para que carguen contra el enemigo armado con fusiles -carraspeo-. Lo que proponía era , que usando el amparo de la luna y las sombras, la noche anterior al enfrentamiento un pequeño batallón de no mas de 5 personas se introdujesen sigilosamente en las filas enemigas y ejecuten a los mandos superiores, para a continuación abandonar el campamento no sin antes quemar sus provisiones -sonrió- Sin mandos que mantengan el orden ni suministros, ellos solos se disgregaran, o carecerán de organización suficiente para plantear una defensa decente.
Tras esa aclaración se dirigió junto a Pelayo para comenzar a realizar los ejercicios de formación.
Obedeciendo las ordenes que se les habían dado, tomo el fusil y una vez se aseguro que estaba descargado se lo paso a Pelayo, para luego hacer la misma comprobación con el suyo.
-Si estos trastos nos van a salvar la vida debemos aprender como funcionan al dedillo... Por cierto, me llamo Ricardo.
-Creo que me explique mal, señor. No tengo intención alguna que les des machetes a cuatro locos para que carguen contra el enemigo armado con fusiles -carraspeo-. Lo que proponía era , que usando el amparo de la luna y las sombras, la noche anterior al enfrentamiento un pequeño batallón de no mas de 5 personas se introdujesen sigilosamente en las filas enemigas y ejecuten a los mandos superiores, para a continuación abandonar el campamento no sin antes quemar sus provisiones -sonrió- Sin mandos que mantengan el orden ni suministros, ellos solos se disgregaran, o carecerán de organización suficiente para plantear una defensa decente.
Tras esa aclaración se dirigió junto a Pelayo para comenzar a realizar los ejercicios de formación.
Obedeciendo las ordenes que se les habían dado, tomo el fusil y una vez se aseguro que estaba descargado se lo paso a Pelayo, para luego hacer la misma comprobación con el suyo.
-Si estos trastos nos van a salvar la vida debemos aprender como funcionan al dedillo... Por cierto, me llamo Ricardo.
Re: SECCIÓN PREÁMBULOS - Parte 2 -Preludio de RICARDO MANUEL Agirre Gómez Korta Martín
El Jefe de instructores, mientras se alejaba, se quedó pensando en lo que le había dicho el Recluta.--Quizás sea una estrategia a explorar, se dijo a sí mismo.
-Encantado de conocerte, Ricardo, dijo Pelayo--¿Tú sabes cómo apuntar bien?, preguntó éste a Ricardo.
Un Teniente se aproximó a ellos y les dio munición real para practicar con los blancos improvisados (las frutas y verduras).
-Tengan cuidado y apunten recto-les indicó
Superficie desde donde tenían que apuntar era un tablado de cerámica con dibujos romboidales de color rojo. No eran nuevos, pero estaban pulidos y si uno no se fijaba bien al suelo, podía fácilmente resbalarse y caer al suelo. El área medía 20 metros de ancho con distintas troneras dispuestas de forma paralela, habría 15 puestos en la primera fila, tras cada una había otras para que esperasen en turnos los siguientes reclutas.
-Encantado de conocerte, Ricardo, dijo Pelayo--¿Tú sabes cómo apuntar bien?, preguntó éste a Ricardo.
Un Teniente se aproximó a ellos y les dio munición real para practicar con los blancos improvisados (las frutas y verduras).
-Tengan cuidado y apunten recto-les indicó
Superficie desde donde tenían que apuntar era un tablado de cerámica con dibujos romboidales de color rojo. No eran nuevos, pero estaban pulidos y si uno no se fijaba bien al suelo, podía fácilmente resbalarse y caer al suelo. El área medía 20 metros de ancho con distintas troneras dispuestas de forma paralela, habría 15 puestos en la primera fila, tras cada una había otras para que esperasen en turnos los siguientes reclutas.
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Ricardo M. A. M. (Dava)
Guardaespaldas
Re: SECCIÓN PREÁMBULOS - Parte 2 -Preludio de RICARDO MANUEL Agirre Gómez Korta Martín
Ricardo observo a su compañero más que sorprendido y parpadeó un par de veces antes de dirigirse a él.
- En mi puñetera vida he usado uno de estos -sonrió divertido-, ¿y tú?
Revisó el artilugio y aplicó todas las enseñanzas recibidas ante el instructor. Primero realizó la maniobra sin cargar la munición, simulándolo, para luego buscar la aprobación de Pelayo y el instructor. A continuación, tras adelantarse un par de pasos a estos, repitió los movimientos, en esta ocasión con munición real.
- ¡La oxtia!
Grito sorprendido no tanto por el ruido, que era común en todo el campamento, sino por el latigazo que recibió en el hombro a modo de retroceso. Obviamente el proyectil se había desviado casi un metro y se había estrellado contra otro objetivo, que no era al que apuntaba.
- Señor, creo que estas cosas no son lo mío, señor.
Bromeo con tono jocoso apuntando hacia el suelo de nuevo con el arma ya descargada antes de dedicarle una sonrisilla cómplice a Pelayo.
- En mi puñetera vida he usado uno de estos -sonrió divertido-, ¿y tú?
Revisó el artilugio y aplicó todas las enseñanzas recibidas ante el instructor. Primero realizó la maniobra sin cargar la munición, simulándolo, para luego buscar la aprobación de Pelayo y el instructor. A continuación, tras adelantarse un par de pasos a estos, repitió los movimientos, en esta ocasión con munición real.
- ¡La oxtia!
Grito sorprendido no tanto por el ruido, que era común en todo el campamento, sino por el latigazo que recibió en el hombro a modo de retroceso. Obviamente el proyectil se había desviado casi un metro y se había estrellado contra otro objetivo, que no era al que apuntaba.
- Señor, creo que estas cosas no son lo mío, señor.
Bromeo con tono jocoso apuntando hacia el suelo de nuevo con el arma ya descargada antes de dedicarle una sonrisilla cómplice a Pelayo.
Re: SECCIÓN PREÁMBULOS - Parte 2 -Preludio de RICARDO MANUEL Agirre Gómez Korta Martín
-¿No?---por cómo hablaste con el Jefe de instrucción, creí que sabías usar las armas, rió a su vez Pelayo al escuchar a Ricardo decirle que nunca había usado un arma.-supongo que nos toca aprender a la fuerza, dijo sonriendo mientras pensaba en la expectativa.
Tras ver a Ricardo disparar y fallar y quejarse debido al golpe del arma debido al fuerte retroceso de la misma, cogió él su arma, siguiendo las instrucciones que había oído decir al Jefe de Instructores a los reclutas, mientras él leía, pues había prestado atención. Tras simular primero el disparo, sin munición, como había hecho previamente su amigo, se dispuso a cargar el arma, luego miró a Ricardo--¡deséame suerte, dijo en voz baja, para que sólo Ricardo lo oyera!-- luego apuntó a una de las frutas frente a él y cuando creyó tener fijado el blanco apretó el gatillo y disparó. La mano derecha le tembló ligeramente al final, justo antes de apretar el percutor del disparo y la bala salió desviada medio metro y golpeó a un poste, lo que hizo que rebotara y saliera disparada a un costado, acabando en un muro.
¡Diantre! --estas cosas son traicioneras, dijo con un poco de sorna Pelayo, luego se tocó su hombro, fuertemente dolorido por el retroceso también de su arma.--Bueno, supongo que tendremos que practicar mucho, dijo resignado, confiando en mejorar con la debida práctica-
Tras ver a Ricardo disparar y fallar y quejarse debido al golpe del arma debido al fuerte retroceso de la misma, cogió él su arma, siguiendo las instrucciones que había oído decir al Jefe de Instructores a los reclutas, mientras él leía, pues había prestado atención. Tras simular primero el disparo, sin munición, como había hecho previamente su amigo, se dispuso a cargar el arma, luego miró a Ricardo--¡deséame suerte, dijo en voz baja, para que sólo Ricardo lo oyera!-- luego apuntó a una de las frutas frente a él y cuando creyó tener fijado el blanco apretó el gatillo y disparó. La mano derecha le tembló ligeramente al final, justo antes de apretar el percutor del disparo y la bala salió desviada medio metro y golpeó a un poste, lo que hizo que rebotara y saliera disparada a un costado, acabando en un muro.
¡Diantre! --estas cosas son traicioneras, dijo con un poco de sorna Pelayo, luego se tocó su hombro, fuertemente dolorido por el retroceso también de su arma.--Bueno, supongo que tendremos que practicar mucho, dijo resignado, confiando en mejorar con la debida práctica-
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Ricardo M. A. M. (Dava)
Guardaespaldas
Re: SECCIÓN PREÁMBULOS - Parte 2 -Preludio de RICARDO MANUEL Agirre Gómez Korta Martín
Ricardo le dedico una sonrisa cómplice a Pelayo antes de realizar un nuevo intento. Y así continuo a lo largo del día hasta que al instructor le pareció que habían dejado de hacerlo demasiado mal o se acercaban lo suficiente a las expectativas de los mandos.
Para no haber cogido un arma en su vida, por lo menos no había provocado ningún accidente y, aunque no adquiriese la suficiente habilidad con la misma, le valdría para comprender su funcionamiento: Los tiempos de recarga, su alcance efectivo, lo que se tardaba en apuntar y lo difícil que era de mantener la posición al disparar. Sin duda alguna podría sacarle mucho partido a esa información si debía enfrentarse a alguien armado con armas de fuego.
En los pocos momentos de descanso que tenían, Ricardo los invirtió en localizar a aquel guardia que había sido tan amable con el y con Pelayo, y regalarle esas miradas aviesas tan típicas de los matones que cobran deudas, acompañada de su mejor sonrisa, mientras permanecía sentado en tierra riendo bromas con su recién adquirido “hermano de armas”.
Esperaba que al menos no se muriera demasiado pronto, parecía un buen tipo.
Para no haber cogido un arma en su vida, por lo menos no había provocado ningún accidente y, aunque no adquiriese la suficiente habilidad con la misma, le valdría para comprender su funcionamiento: Los tiempos de recarga, su alcance efectivo, lo que se tardaba en apuntar y lo difícil que era de mantener la posición al disparar. Sin duda alguna podría sacarle mucho partido a esa información si debía enfrentarse a alguien armado con armas de fuego.
En los pocos momentos de descanso que tenían, Ricardo los invirtió en localizar a aquel guardia que había sido tan amable con el y con Pelayo, y regalarle esas miradas aviesas tan típicas de los matones que cobran deudas, acompañada de su mejor sonrisa, mientras permanecía sentado en tierra riendo bromas con su recién adquirido “hermano de armas”.
Esperaba que al menos no se muriera demasiado pronto, parecía un buen tipo.
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Re: SECCIÓN PREÁMBULOS - Parte 2 -Preludio de RICARDO MANUEL Agirre Gómez Korta Martín
Pelayo pasaba el tiempo que no tenían que practicar entrenando, entreteniendo a su amigo Ricardo el tiempo que pasaban juntos y que éste no estaba entretenido con otros asuntos, ya que consideraba que éste también lo había pasado mal como él en su vida y consideraba que había sido tratado por prejuicios de la sociedad, de forma injusta. Así, unas veces le leía fragmentos de las obras de su actor favorito, Amant Polidor Santos, y otras le contaba chistes... el Jefe de instrucción les informó de que el cargamento de Facas llegaría en unas horas.
-Oye Ricardo, - ¿Cómo entretienes a un faraón aburrido?
Pelayo esperó a saber si su amigo contestaba o no, y ante la no constestación del mismo, por no saber la respuesta, dijo:
-Haces navegar sobre el Nilo una barca cargada de mujeres jóvenes, vestidas sólo con redes de pesca, y le pides al faraón que vaya a atrapar un pescado», luego se echó a reír.
--¡Otro, otro! «¿Qué cuelga del muslo de un hombre y quiere meterse en un agujero en el que a menudo se introduce?
Tras unos segundos, de dejar pensar la respuesta a Ricardo, dijo:
-Una llave jejeje ¿lo pillas? jajaja, se rió de forma picarona.
Pelayo volvió de nuevo:
--«Un comerciante que tiene fama de ser muy tacaño, quiso adiestrar a su burro para que no comiera. Al morirse el animal, el hombre comentó: “Qué pérdida, justo cuando había aprendido a no comer, se me muere”.»
-Jojojojo
-El último por ahora, que luego debemos de continuar con la práctica: A ver, «Tres vaqueros de Adab estaban sedientos. Uno era dueño de un toro, otro de una vaca y otro de una carreta. El dueño del toro no quiso ir a buscar agua porque temía que un león se comiese a su toro. El dueño de la vaca, tampoco quiso ir porque temía que su animal se perdiese en el desierto. El dueño de la carreta, no quiso ir porque temía que le robasen su cargamento. Así los tres juntos se pusieron en camino a buscar agua. Durante la búsqueda, la vaca quedó preñada del toro y cuando nació un ternero, este se comió toda la carga de la carreta. Problema: ¿Quién es el dueño del ternero?»
Tras unos instantes, Pelayo se echó a reír, esperando acompañar las respectivas risas de su amigo. Luego, se levantó y le ofreció la mano a Ricardo para ayudarlo a levantarse él. Tenían que continuar mejorando su técnica de disparo. Al menos, ya conseguí acertar varias veces en el blanco--se dijo Pelayo, a sí mismo, pensando.
-Oye Ricardo, - ¿Cómo entretienes a un faraón aburrido?
Pelayo esperó a saber si su amigo contestaba o no, y ante la no constestación del mismo, por no saber la respuesta, dijo:
-Haces navegar sobre el Nilo una barca cargada de mujeres jóvenes, vestidas sólo con redes de pesca, y le pides al faraón que vaya a atrapar un pescado», luego se echó a reír.
--¡Otro, otro! «¿Qué cuelga del muslo de un hombre y quiere meterse en un agujero en el que a menudo se introduce?
Tras unos segundos, de dejar pensar la respuesta a Ricardo, dijo:
-Una llave jejeje ¿lo pillas? jajaja, se rió de forma picarona.
Pelayo volvió de nuevo:
--«Un comerciante que tiene fama de ser muy tacaño, quiso adiestrar a su burro para que no comiera. Al morirse el animal, el hombre comentó: “Qué pérdida, justo cuando había aprendido a no comer, se me muere”.»
-Jojojojo
-El último por ahora, que luego debemos de continuar con la práctica: A ver, «Tres vaqueros de Adab estaban sedientos. Uno era dueño de un toro, otro de una vaca y otro de una carreta. El dueño del toro no quiso ir a buscar agua porque temía que un león se comiese a su toro. El dueño de la vaca, tampoco quiso ir porque temía que su animal se perdiese en el desierto. El dueño de la carreta, no quiso ir porque temía que le robasen su cargamento. Así los tres juntos se pusieron en camino a buscar agua. Durante la búsqueda, la vaca quedó preñada del toro y cuando nació un ternero, este se comió toda la carga de la carreta. Problema: ¿Quién es el dueño del ternero?»
Tras unos instantes, Pelayo se echó a reír, esperando acompañar las respectivas risas de su amigo. Luego, se levantó y le ofreció la mano a Ricardo para ayudarlo a levantarse él. Tenían que continuar mejorando su técnica de disparo. Al menos, ya conseguí acertar varias veces en el blanco--se dijo Pelayo, a sí mismo, pensando.
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Ricardo M. A. M. (Dava)
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Re: SECCIÓN PREÁMBULOS - Parte 2 -Preludio de RICARDO MANUEL Agirre Gómez Korta Martín
Ricardo no puedo evitar sonreir ante algunos de los chistes malos de Pelayo, pero en el fondo tenia puesta toda su atencion en las practicas de tiro. No podia comprender como semejante artilugio podia desatar tal potencia, pero mas le valdria hacerlo antes de que fuera demasiado tarde.
-No estaria de mas que me explicases un poco como apuntar mejor, ¿no crees?
Siguio todas y cada una de las indicaciones que le dio para mejorar lo suficiente su punteria para evitar disparar a los aliados por error llegado el momento. Lo ultimo que queria era ganarse la enemistad del batallon por tener un descuido con el fusil.
-Es facil -sentencio-, el ternero pertenece a quien le alimento, pues sin la comida habria muerto, ¿no?
Ricardo hizo todo lo posible por terminar el dia en paz, evitando cualquier altercado que se pudiera desatar a consecuencia de los hechos acaecidos a su llegada.
-No estaria de mas que me explicases un poco como apuntar mejor, ¿no crees?
Siguio todas y cada una de las indicaciones que le dio para mejorar lo suficiente su punteria para evitar disparar a los aliados por error llegado el momento. Lo ultimo que queria era ganarse la enemistad del batallon por tener un descuido con el fusil.
-Es facil -sentencio-, el ternero pertenece a quien le alimento, pues sin la comida habria muerto, ¿no?
Ricardo hizo todo lo posible por terminar el dia en paz, evitando cualquier altercado que se pudiera desatar a consecuencia de los hechos acaecidos a su llegada.
