SECCIÓN PREÁMBULOS - Parte 2 -Preludio de RICARDO MANUEL Agirre Gómez Korta Martín

[Soiberg]

Al escuchar el suspiro de sorpresa de Ricardo, Aurora se fijó bien en el joven, pero fingió ignorarlo, era muy joven y aún le faltaba mucho por ver y descubrir. Ella llevaba cinco años ya siendo una Ghoul y Cristof por fin le había prometido que la convertiría pronto en una más del clan por derecho propio.
Lejos habían quedado, por el momento, las noches en que los miembros del clan convertían en una fiesta la Transformación, que normalmente se solía hacer en una especie de ritual de caza-presa donde un miembro del clan daba caza a su futuro chiquillo, al que acosaba primero antes de convertirlo. Ahora debían de pasar desapercibidos.

Aurora escuchó la cándida pregunta con deleite, miró al fuerte y bello Ricardo, le acarició sensualmente la mano queriendo hacerle cosquillas y luego procedió a responderle:

-Verás, muchos Gangrel se concentran en el desarrollo de sus Disciplinas y no en sus Trasfondos, prefiriendo depender de sí mismos y no de los demás. Los Gangrel casi nunca tienen un número significativo de Criados, Influencia o Recursos.

Una disciplina en sí, lo que permite emplear esos poderes o habilidades, en realidad es un término utilizado para los poderes supernaturales que poseen los vampiros, también conocidos como vástagos o..la estirpe. El origen de las disciplinas es desconocido, aunque se cree que fueron un don del mismísimo Caín y que éstas fueron pasando de generación en generación a través de la sangre y de sus chiquillos, cada uno tenía unas distintas y en principio incompatibles de inicio con las del resto, auqnue como te he comentado...pueden aprenderse.
Todos los vampiros cuentan con inmortalidad, habilidad para sanar, no envejecer, y fuerza sobrehumana. Pero cuentan con disciplinas capaces de cambiar de forma, hacerse invisible y hasta controlar la mente de otros seres. Los ghouls pseemos algunas de esas habilidades, que pueden variar según el clan y se heredan de los Sires.--Veamos...
Aurora miró una piedra de tamaño mediano, la cual pudieran partir con un puñetazo, algo fácil y que no supusiera siquiera un daño leve, que podría ocurrir con una piedra en exceso grande.

-Mira esa piedra, le dijo a Ricardo, señalándosela. Vamos a probar la super fuerza Gangrel. Probablemente seas ahora mcuho más fuerte de loq eu eras antes- Si no me crees cógela y colócala sobre esa vida que se encuentra en el exterior de la cabaña, luego golpéala fuertemente con uno de tus puños.
La disciplina si la posees, o parte de ella heredada como ghoul, se activa ella sola de forma pasiva.--Hay dos tipos de disciplinas: pasivas y de objetivo. Las disciplinas pasivas te afectan directamente a ti, y las disciplinas de objetivo afectan directamente a tus enemigos. --Por regla general, las disciplinas tienen menos efecto sobre vampiros y otros seres sobrenaturales.
El efecto preciso varía de un ser a otro. Es de esperar que los seres sobrenaturales más poderosos tengan un grado mayor de resistencia.
Para activarse, y aunque se activen de forma pasiva, y esto depende depende de las situaciones o circunstancias concretas en las que te encuentres, podrías verte sometido a un impulso por parte de tu bestia interior (ojo, sólo en el caso de los vástagos, no para los ghouls) impulso el cual se ve reflejado como ansia por sangre, tu Bestia interior intenta tomar el control, éste impulso parecerá que te hable en tu interior y será más fuerte cuanta más hambre o ansia tenga el vampiro.
Si la Bestia logra dominarte, perderías por un tiempo la razón, ya que la Bestia sólo busca alimentarse o cumplir su objetivo inmediato en ése momento y tu mente sería esclava de la Bestia. Ten cuidado con ello si llegara la situación cuando seas vampiro.

Dicho eso, Aurora esperó pacientemente a que Ricardo cogiera la roca como lo había indicado y probara a golpearla, para que él mismo comprobase su nueva fuerza y se maravillara.

[Dava]

La miró dubitativo asimilando las supuestas habilidades de su creador y entendiendo que algo de él habría heredado tras lo acontecido hacia ya cerca de una hora.

Al parecer no era seguro que se fuera a manifestar un rasgo concreto no la magnitud en lo que lo haría, por lo cual, al parecer, Aurora tenia planeado someterlo a varia pruebas para descubrirlo.

Hizo caso a lo que le dijo, y deposito la enorme piedra sobre la vaya. Pesaba mucho menos de lo esperado, pero aún así, lo hizo con cierta gracilidad. Una vez la cooco, se retiro un par de pasos y la coloeo con todas sus fuerzas.

La piedra simplemente cayo de la valla impoluta sin el mas leve rasguño, eso si, manchada ligeramente de sangre. Cuando Ricardo se miro wl puño, tenia los nudillos completamente destrozados, en carne viva y sanguinolentos.

Miro a Aurora confundido por un rato para luego volver a mirar la mano. Se la enjuago con un poco de licor para ver que apenas quedaba un arañazo donde antes falta piel y carne. Por ultimo se dirigio a ella.

—Fuerza no tendre —agitó el puño crujiendolo con la otra mano—, pero parece ser que sano bastante rapido...

Tras esto, espero impaciente a que su atractiva instructora le diera una explicacion al respecto.

[Soiberg]

Aurora miró la mano magullada de Ricardo. No hizo al principio ningún comentario mas le vendó la mano con unos vendajes que tenía a mano en el interior de la cabaña tras aplicarle unos ungüentos curativos.

-Puede que no hayas heredado de inicio la fuerza, pero es en principio de una forma aleatorio como se heredan las habilidades y no todos heredan las mismas. Probemos otras cosas, alguna deberá de ser.

Entonces Aurora sacó 2 perros enormes del interior de la Cabaña, que habían estado encerrados. Eran un enorme Mastín Tibetano y un Alabai, que ladraban de forma amenazadora mas mantenían las distancias ante la mirada seria de Aurora--No temas, le dijo, no atacarán a nadie que no le ordenemos nosotros.

-Prueba a conectar con tu yo interior, a ver si logras conectar tu consciencia o tu mente con los perros y ordenarles algo o...no sé, calmarlos, ambas cosas podrían ser posibles.--¡Concéntrate!

[Dava]

Ricardo asintió al tiempo que se sentaba en el suelo ante aquellos enormes canes que tenían cara de pocos amigos. No era una situación que le pillara de nuevas. Cuando te habias pasado media vida trabajando en una granja, aprendias a espantar a los depredadores. No era algo que fuera tan dificill. Tan solo debias hacerles entender que eras digno de respeto o en su defecto un bocado demasiado grande para digerir.
Ricardo optto por la primwra opción.

Mantuvo la mirada al que parecia llevar la voz cantante, el que se acercaba con mas confianza, e intento llegar mas alla de sus ojos, como si hubiera la mas minima posibilidad de comprender porque actuaban de ese modo. Ya fuera por que seguían ordenes, por que tenían hambre o porque simplemente estaba marcando quien era el Alpha ante el recien llegado.

Sabía de sobra que se la estaba jugando, pero aquella noche habian pasado suficientes cosas extañas como para empezar a dudar de la imponente Aurora y sus locas ideas.

[Soiberg]

Los dos perros venían inicialmente muy agresivos y con ganas de destrozar a Ricardo, un extraño para ellos -situación no obstante que Aurora nunca habría permitido de llegar a darse el caso- pero de inicio salieron así de la caseta y se enfurecieron al verlo, la situación pareció cambiar unos segundos después según los dos enormes perros recorrían los metros que les separaban de Ricardo.

El Mastín Tibetano, solamente ligeramente más fuerte, por muy poco que el enorme Alabai también gigante, parecía tomar el mando de los dos. Poco a poco parecía que ambos ralentizaban el paso y se iban calmando, en una sensación casi mágica, era como si estuvieran conectando ambos sus sentimientos y sentidos con los de Ricardo, que trataba de hacerlo con su yo interior, creándose así una especie de simbiosis mística y conexión mental.

Los dos perros percibieron que no se trataba de una amenaza para ellos y la conexión telepática que habían creado con Ricardo los hizo respetarlo, se habían hecho sus amigos en apenas unos segundos. Al llegar donde él, el Mastín levantó su pata para que Ricardo le chocara la mano, en señal de amistad. El gigante Alabai por su parte, su tumbó panza arriba para que lo rascaran la tripa, como si fuera un simple perrillo pequeño juguetón. Algo asombroso por cómo habían salido hace apenas unos instantes de la cabaña.

Aurora contemplaba al, para ella, patidifuso Ricardo, sin poder contener la risa y la sonrisa de su rostro, estallando en carcajadas.

-¿Qué te dije, Ricardo?--le dijo sonriendo. ¿A que aún no te lo crees?.

Dejó que Ricardo respondiera primera y hablara de sus impresiones antes de volver a hablar.

-Parece que en principio has heredado un ligero rasgo del Animalismo.

[Dava]

—La verdad... es una sensación extraña. sede sobra que no hablan, igual que yo no ladró como ellos, pero aún así parece ser que soy capaz de entender lo que me dicen... y ellos a mi

Ricardo observó, no sin confusión, el rostro de Aurora para luego mirar de nuevo a los canes. Parecían tener apetito, pero no hambre, era como si necesitase consumir algo que satisfacerán una especie de necesidad superior.

—Creo que necesitan algo, pero no sabría decirte el qué. Sólo que no es comida de agua.

Tras decir esto se incorporó de nuevo y camino hasta Aurora, quedándose a su lado a la espera de una respuesta. prefería permanecer al lado de su compañera humana antes que de sus recién adquiridos amigos cuadrúpedos, al fin y al cabo, ellos son unos animales que se movían por instintos y ella al menos había demostrado algo de autocontrol.

[Soiberg]

-Bueno, lo irás descubriendo con el tiempo, según os vayáis familiarizando--dijo enigmática Aurora, de forma serena. --Creo que es hora de que vuelvas por el momento a tu campamento, se nos ha pasado mucho el tiempo. Otro día probaremos más cosas, y recuerda, trata de pasar desapercibido ante tus amigos.

Aurora le dio un abrazo de despedida a Ricardo, antes de alejarse por el claro y marcharse. Podía ser ella misma una Ghoul desde hace años, pero parecía que había ciertas cosas sobre ser humana, que aún no había olvidado, como las buenas formas, o al menos eso transmitía.

A su llegada a la base, el primero que lo vio fue su amigo Pelayo, que se alarmó mucho al verlo cubierto de sangre y con un aspecto de apaleado.

Pelayo trató de buscarle alguna herida visible que sangrase, mas salvo las múltiples magulladuras y arañazos visibles, no halló nada, poniendo una cara de extrañeza.

-¿Pero qué te ha pasado?--¡Estábamos preocupados, desapareciste durante mucho tiempo!--Espera aquí, que llamo a los chicos, ¡límpiate con una gasa y alcohol! ---y salió corriendo, dejándole al lado antes un antiguo botiquín de medicinas de la época con antisépticos y vendas (había allí un bote de alcohol, licor de labarraque:un conocido antiséptico, tónicos medicinales de agua purificada, un frasco de absenta para el dolor, agua del Carmen y un pequeño bote de fenol líquido, junto a unas cuantas gasas y vendajes) .

[Dava]

Ricardo asintio a su compañera y no fue hasta que ella se hubo alejado demasiado que no cayo en la cuenta de platearse como contactaria con ella de nuevo.

Emprendió el camino de vuelta al campamento rumiandose para si cual seria la excusa perfecta. Esta llego en forma de epifania cuando dislumbro en el horizonte las luces del canpamento base, que empezaban a mezclarse con los primeros rayos de sol.

Con la cantidad de magulladuras y arañazos que tenia, decir que habia sido atacado por unas bestias era completamente creible, ademas de veraz en cierto modo.

Ricardo entro en el campamento, con el sol a su espalda. No intentaba esconderse, pero tampoco se molesto en llamar demasiado la atención. Necesitaba descansar, habia sido una noche agotadora. Casi mortal.

[Dava]

Ricardo sonrió con dolor a Pelayo llevandose una mano al hombro mientras gruñia levemente.

—Paso que me encontre con algunos lobos rezagados de la manada que eliminamos. La cosa pudo haber terminado en fatalidad si no me hubiera arrojado loma abajo para esquivarlos Mala fortuna la mia que termine enredado en unas zarzas al borde de un terraplen...

Le dedico una mirada cansada y dolida al que habia adoptado como un hermano mientras decidia dejarse caer sentado en el suelo como quien suelta un fardo y recuperar el aliento.

— ... Siento no haber tenido tiempo de avisaros pero me parecio ver que unas antorchas se alejaban del campamento campo a traves antes de caer incosciente ¿Vosotros conseguisteis algo?

La pregunta rebosaba de franqueza. Pese a su nueva condicion, Ricardo tenia bien claro a favor de que bando estaba en esta guerra. Al menos de momento.

[Soiberg]

-¡Unos lobos! -¡Vaya!--,me alegro de que al menos puedas contarlo, amigo--dijo Pelayo, satisfecho con la explicación de Ricardo. --Dichosas zarzas...

Pelayo miró a su magullado amigo y ahora podría decirse, hermano con cara amable pero agustiada por el sufrimiento que suponía Pelayo, estaba éste pasando.

-Nosotros... bueno, el Mateo podría contarte más, jajaja pues se divirtió pegándole golpes a uno que se había despertado, hasta dejarlo inconsciente. Pues...nos deshicimos de cuantos oficiales pudimos ver que quedaban a nuestra salida y antes de que despertara el resto de los soldados huimos corriendo. Hemos traído un prisionero, un joven recluta, al que tuvimos que amordazar. El Capitán anda interrogándolo en los calabozos.

Tras eso, Pelayo se alejó corriendo por el pasillo, dejando a Ricardo con los medicamentos.



Cinco meses después...

Tras varias escaramuzas de guerra y tras el entrenamiento pertinente gracias a Aurora y Cristoff, la conversión de ambos, y la forzada posterior de Pelayo tras un accidente de caza gracias a un favor concedido por los Alastores, Ricardo y Aurora se vieron forzados tras un ataque de miembros del Sabbat renegados al campamento, de realizar a petición de Cristoff, moribundo, diablerie sobre él, la cual llevarían cual oscuro secreto en su interior por el resto de sus ya no vidas. Eso distanció a Aurora de Ricardo, que pasaron a guardarse mutuo rencor y a declararse de forma abierta rivales o enemigos. Pelayo, por su parte, desapareció y nadie volvió a saber de él, por el momento. Mateo había sido herido y llevaba tiempo convaleciente de sus heridas, refugiado en la base.


-Procura ser cortés ante El Príncipe y haz una ligera reverencia ante él al presentarte, en señal de respeto--le dijeron a Ricardo.

---Será una visita de cortesía solamente. Nosotros los Alastores, en realidad no nos guiamos por las reglas de la Camarilla, como sabes.

Y el día llegó. El día en que fue llevado ante la Corte local por varios de sus compañeros de clan. Y así, el príncipe de Navarra, Jerónimo, los recibió solemne, sentado en una especie de trono, junto a varios de su Primogenitura.