SECCIÓN PREÁMBULOS - Parte 2 -Preludio de RICARDO MANUEL Agirre Gómez Korta Martín

[Soiberg]

6 de Abril, AÑO 1812

Ricardo Manuel Agirre Gómez Korta Martín, Hijo de Ricardo y Ainhoa, Nacido el 4 de mayo de 1812, conocido como el "Hijo de la revolución" en la Comunidad Foral de Vizcaya, donde su familia ha servido a los monárquicos por generaciones.

INFANCIA ->12 (1812-1824)

Ricardo fue de los primeros agraciados en poder acudir a las "escuelas", sus padres pese a no ser nobles, habían sido recompensados por su servicios y junto a otros afortunados fueron de los primeros afortunados a los que se les podía etiquetar de clase media. Pero a Ricardo eso no le hizo bien.

Los hijos de los nobles seguían viéndolo como alguien inferior, y los campesinos como un enchufado y traidor, así que las disputas en el colegio o fuera de el siempre se resolvían de manera física, le gustase o no. Ricardo Jamás empezó una pelea, pero nunca se dejaba tampoco amedentrar, ya fueran 2 o 12 sus contrincantes.

PUBERTAD 12-16 (1824-1828)

Su padre intentó enseñarle su oficio, y con él darle un futuro. Trabajar el campo y cuidar los animales le dotó de cierta empatía que de estaba perdiendo con el afán de los jóvenes por ir a las universidades de las grandes ciudades. Ricardo sabía que sus padres no tenían dinero para darle eso.

ADULTEZ 16-25 (1828-1837)

El Hijo de la Revolución se estaba volviendo un joven bastante grande y fuerte. El trabajo en el campo daba sus frutos, pero seguía siendo un hombre parco en palabras.

Sus aptitudes le valían para hacer de guardaespaldas de su padre, y así evitar que asaltantes, chantajistas y oportunistas intentaran coaccionarle o algo peor.

La cosa se torció cuando unos nobles intentaron negociar con su padre una mejora en el trato aprovechando que el estaba ausente, y este termino lisiado.

Ricardo se persono encasa de cada uno de ellos para convencerlos de que el antiguo trato era mejor. Y la cosa habría acabado a bien de no ser porque en las negociaciones con el ultimo este dejo de respirar.

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La corte le encontró culpable pero en vista del agravante y de la inminente guerra le condonaron la pena a cambio de servir en el frente en las Guerras Carlistas, donde conocerá a Cristof, su sire.

3 de Junio de 1837 -Guerras Carlistas

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Cristoff es un joven y prometedor Alastor gangrel que la camarilla envío tras Lucita,

[Dava]

-(Esto no es bueno...)

Pensó mientras abandonaba la sala ante los ojos vidriados de su madre. Su aita, por contra, le observaba orgulloso desde la primera bancada mientras intentaba ponerse de pie.

-(Sera mejor no hacer ninguna tontería...)

El murmullo de la sala era incomodo, pues por desgracia no era ininteligible, al contrario, se podían distinguir varias de las conversaciones en susurros. Y ninguna decía nada bueno de R.M. El joven hizo de tripas corazón para seguir al alguacila fuera de la sala sin disponerse a partir bocas a diestro y siniestro. ¿Se quedaría a gusto si lo hacia? Por supuesto. Pero no soportaría la carga que tendrían que soportar sus padres por sus actos. Bastante les iba a tocar aguantar ya.

Había recorrido toda la sala con semblante pétreo cuando, al llegar al portón de la misma pudo escuchar unos golpes rítmicos. Madera golpeaba madera, lo reconocía de su trabajo en la granja cuando clavaban los postes de las vayas para el ganado. Al girarse, ahí estaba su Aita, en pie, del brazo de su mujer Ainhoa golpeando con el bastón el suelo, llamando la atención de toda la sala y del mismo Ricardo. Acto seguido, cesó de golpear y tras apoyarse de nuevo en le bastón, le dedico un saludo militar a su hijo, ahora al servicio de la corona. No importaba de cual.

Ricardo devolvió el saludo con orgullo aun engrilletado antes de abandonar la sala en el mas absoluto silencio y subirse al carro que le llevaría a su destino.

[Soiberg]

Antes de partir el carro, el padre de Ricardo se aproximó al mismo y se dirigió a él entre los barrotes del carromato. Un gran reguero de lágrimas lo cubría el rostro, era sin duda desgarrador. No obstante al dirigirse a Ricardo lo hizo con gran entereza, sin duda alguna para hacerse el fuerte ante su hijo y transmitirle calma.

(V) - Izan ausarta, seme! Beti egongo naiz zurekin. Zure amak dio harro sentiarazteko. Pentsa ezazu, hau guztia amaitzen denean, zerbitzu handia egingo zeniola koroari, eta batez ere zure aberriari, eta gizon librea izango zarela, eta gerran ondo arituz gero, lur txiki baterako eskubidea ere irabaz genezakeela, bai eta koroaren errenta on baterako eskubidea ere, eta txerri batzuk ere eros genitzakeela, urtean haragi gehiago eduki ahal izateko, eta esan didatenez, ni ere izenda nazaketela Conde --- Kondea, sinets dezakezu, seme? -- Inork ez gintuzke inoiz gehiago mesprezatuko! Pentsa ezazu! ---. Y recuerda, Aldi luzeak, guztia ahaztu.
(V)- -- Musu handi bat, seme. - esan zuen azkenean aitak, Ricardori agur esan eta gurditik alde egin zuenean.

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-¡Sé valiente hijo mío! Siempre estaré contigo. Tu madre dice que nos hagas sentir orgullosos. Piensa que cuando acabe todo esto, habrás hecho un gran servicio a la corona, y sobre todo, a tu patria y serás un hombre libre, y si te desempeñas bien en la guerra incluso podríamos ganar el derecho a una pequeña tierra y a unas buenas rentas también de la corona, incluso podríamos comprar unos cuantos cerdos para poder tener más de carne durante el año, y me han dicho que hasta podrían nombrarme a mí Conde---¡Conde, ¿lo puedes creer, hijo?--¡ya nunca nadie nos volvería a despreciar! ¡piensa en ello!---.
--- Un fuerte beso, hijo mío. Vuelve a nosotros--dijo finalmente su padre al despedirse de Ricardo y partir con ello el carro.

Desde la distancia, Ricardo vio a su querido padre hacer un gesto de besos con sus manos en el aire, para finalmente despedirse de él con las manos en alto.

[Dava]

Apretó la mano de su aita, quien pudo notar un leve temblor de furia contenida hasta que le solto para tomar los barrotes con ambas manos.

-Lasai, aita -grito-. Harrotasuna eta aberastasuna ekarriko ditut familiari. Ahal dena egingo dut egoerari buelta emateko.

La mirada de Ricardo parecía la de una bestia enjaulada. La ira bullia en el fondo de sus ojos mientras los barrotes de madera crujian intentando contener la rabia del joven.
Si el carro hubiera tardado un poco mas en partir, muy posiblemente hubiera terminado por astillarlos y partirlos.

Cuando arrancó, Ricardo tomo asiento mirando al resto de "alistados" uno por uno. Lo hizo con tranquilidad,sin ninguna intención de amedrentar a nadie, pero quedaba mas que patente que estaba enfadado y saltaria la minima de cambio.
Esperaba por su bien que en el fondo fueran buena gente...

[Soiberg]

-Tras media hora de viaje por terrenos esparpados, con muchos baches y piedras, uno de sus infortunados "voluntarios" compañeros de viaje, se dirigió a él.

-¡Esto es una mierda, no nos merecemos esto!-- gritó, tratando de empatizar con Ricardo --Querría sin duda hacer amigos.

--Perdona, no quería molestarte, simplemente no aguantaba más, he estallado.

El resto de los que iban con ellos puso mala cara y miró a otra parte. Tras esto, el joven, de aparentemente 21 años, rubio y de 1.75 metros de altura, en buena forma pero no musculoso como Ricardo, lo volvió a hablar. El joven parecía ser un buen chico, que simplemente tuvo que afrontar una injusticia, en parte, como Ricardo-- Me llamo... el chico dudó, temeroso de que Ricardo, de quien aún no conocía su nombre, no fuera amistoso con él. --Me llamo, Pelayo, Pelayo García, soy de un pequeño pueblo de Castilla-- Yo no debería de estar aquí, pero claro, supongo que tampoco tú, dijo arrancando a hablar sin dar opción a Ricardo a contestar, parecía que quisiera antes quitarse algo del pecho, desahogarse.

El cura ése que teníamos en el pueblo, un degenerado, se aprovechaba de mi Conchi todos los días de Guardar, ¿sabes? ella iba allí a la sacristia toda confiada y sola a intentar ayudar, dar algo para los pobres, y un día.... el joven se puso a llorar... ¡un día de esos... violó a mi bella Conchi!...--¿Qué podía hacer yo, un simple jornalero?--- cuando me enteré cogí un día la pala y lo destrocé la cabeza a golpes.

Un pariente lejano, el Conde de Ramos, se apiadó de mí y evitó que me sentenciaran a garrote vil.. y aquí estamos--voluntarios nos llaman--dijo con sorna el chico--para luchar por la Corona y la patria. Yo amo mi patria y soy respetuoso con la Corona, pero...no hay derecho.

[Dava]

Ricardo sonrio con sorna pensando como de similares serian todas las historias de los ahí presentes.

–Debiste de rebanarle las pelotas en vez de matarle –bromeó–, Seguro que asi no estarias esta puta caja de madera muerto en vida, "Soldado numero 2".

Obvio que habia dicho su nombre y por un momento obseevo sus cadenas y evaluó la posibilidad de romperlas para darse a la fuga.
Luego cayo en la cuenta de las consecuencias que supondria para su padre, que no serían buenas. Darse a la fuga en mitad de una batalla y que le dieran por muerto se le antojaba mucho mejor plan.

–De aqui saldremos todos con los pies por delante o en volandas —Miro a Pelayo–. Tu tienes huevos y se que no te dejaras matar, el resto –miró a los demás—, una pena que no pueda decir lo mismo de ellos.

Alzó ambos puños engrilletados a su compañero a modo de saludo, mientras contemplaba al resto. Corderos de camino a un matadero.

–Tu nombre no vale nada ahora. Eres una pieza más de muchas, soldado n°2. Cuando todo esto acabe y seas libre, create una nueva vida y empieza de cero. Nada te ata a lo que dejamos atras. Ni tus pecados ni tus glorias.

Su voz sonaba potente y con conviccion plena de lo que decía. Al menos en aquella caja de madera habia un hombre de verdad a parte de él. O eso parecía.

[Soiberg]

Ricardo sonrio con sorna pensando como de similares serian todas las historias de los ahí presentes.

–Debiste de rebanarle las pelotas en vez de matarle –bromeó–, Seguro que asi no estarias esta puta caja de madera muerto en vida, "Soldado numero 2".

Obvio que habia dicho su nombre y por un momento obseevo sus cadenas y evaluó la posibilidad de romperlas para darse a la fuga.
Luego cayo en la cuenta de las consecuencias que supondria para su padre, que no serían buenas. Darse a la fuga en mitad de una batalla y que le dieran por muerto se le antojaba mucho mejor plan.

–De aqui saldremos todos con los pies por delante o en volandas —Miro a Pelayo–. Tu tienes huevos y se que no te dejaras matar, el resto –miró a los demás—, una pena que no pueda decir lo mismo de ellos.

Alzó ambos puños engrilletados a su compañero a modo de saludo, mientras contemplaba al resto. Corderos de camino a un matadero.

–Tu nombre no vale nada ahora. Eres una pieza más de muchas, soldado n°2. Cuando todo esto acabe y seas libre, create una nueva vida y empieza de cero. Nada te ata a lo que dejamos atras. Ni tus pecados ni tus glorias.

Su voz sonaba potente y con conviccion plena de lo que decía. Al menos en aquella caja de madera habia un hombre de verdad aparte de él. O eso parecía.

-¿Oye, si no es mucha indiscreción, tú como te llamas?--le preguntó Pelayo, ofreciéndole un pedazo de queso en señal amistosa, el cual había sacado de un zurrón oculto que llevaba, era un queso de estilo manchego y tenía muy buena pinta.

Tras darle el trozo de queso y, mientras esperaba la contestación de su compañero, el joven sacó unos panfletos y comenzó a leer, era un pedazo de una obra de teatro española, de la región de Valencia, se puso a leer brevemente el libreto: (él veía el texto en valenciano pero lo leía en alto para entretener a Ricardo ya traducido por él al español).




PERSONAJES

MARIA, (El espíritu.) difunta mujer de Paco. Treinta años.

PACO, *Viudo, *trentacinco años. Hombre de carácter y Amo de la
casa.
JAUME, Primo hermano de Paco. Hombre gracioso de mediana edad.
CONCHA, Amiga y vecina. Mediana edad y bastante *coteta.
EVA, Vecina y enamorada de Paco. Tímida. Treinta años.
*MATIES Amigo de Paco y *encaprichat de Eva. Cómico y,
ocasionalmente, tartamudo. Treinta años tiene el personaje. Éste es interpretado por Amant Polidor de Salvá, es
mi actor favorito-dijo Pelayo entonces, comentándolo de pasada.

ÁGATA Joven *viuda de Pere «Lo *Furtanius», *supost amante de María.
*Dòna bastante figurera y de buen ver.

Otros figurantes que aparecen por un hipotético infierno en
compañía de MARIA.

El Infierno figura ser la *passarela superior lateral de tramoyas, o en su defecto, los corredores laterales y central del patio de butacas, que estará debidamente *allumenat. A cada vez que aparezca algún personaje por el improvisado infierno sonará una
música peculiar que avisará al público de *lo que ocurre por encima.

Espacio escénico.

Derecha e izquierda las de los espectadores.

La obra transcurre en el comedor-salón de una vivienda humilde
del barrio de *Russafa, *Valencia. En el centro del foro, un
decorado que hace de pared de hondo del salo comedor rompe en
uno canto a derecha, figurando dar al recibidor donde está la puerta
de entrada en la casa, que se queda fuera de la vista del público.
En el lado del recibidor diez de haber una cortina abierta y sujeta
a un borde por el cordón habitual en estos casos.
En el lateral derecho de caja, puerta que mujer a un dormitorio.
Justo al lado, puerta que mujer en el interior de la casa. En el
lateral izquierdo, la puerta de la cocina. El mobiliario es lo más
sencillo y habitual de la gente de clase *mija, *pero un poco
desastrado.

Del centro a derecha y en el lugar más estratégico del espacio
escénico, una mesa redonda y cuatro sillas a su alrededor. Dos
sillas más estarán *distribuides por el comedor-salón.
Al hondo izquierda del foro se puede ver un mueble-bar en
cajones, y sobre el mismo, un retrato de la difunta MARIA.
En primer término, bastante a la izquierda y en *oblicu, un *silló en el que
destaca el suyo os frecuente, y ante él, un poco más a la derecha
, una tableta pequeña.

Colgados en la falsa pared frontal hay dos retratos enmarcados
y de buen *tamany: uno es de PACO, y el *atre de MARIA; *abdós
de medio cuerpo.

El infierno, en el caso de ubicarse en las *passareles superiores de *tramoyes,
deben de decorarse en algunas teles o recortes
envejecidos de gasa blanca o similar. En caso contrario, a borde y borde
del pie del escenario se improvisarán unas bocas
de entrada y salida al susodicho infierno, recubriéndolas en las
mismas teles.
*Atre *utillage necesario para *conseguir el ambiente: *quadros y plantas
a gusto del director. A *lo *llarc de la obra también
aparecerán dos vasos, una botella conteniendo un *supost
*whisquy y una linterna.

Un fuerte bache hizo dejar de leeer durante unos segundos a Pelyao, que miró a Ricardo y al resto de los que se encontraban a su alrededor, para comprobar que todos estuvieran bien.

-¿Te encuentras bien?--le preguntó a Ricardo

(Tras escuchar su respuesta, o no... depende de Ricardo), siguió leyendo

-Espacio escénico.
Derecha e izquierda las de los espectadores.
La obra transcurre en el comedor-salón de una vivienda humilde
del barrio de *Russafa, *Valencia. En el centro del foro, un
decorado que hace de pared de hondo del salo comedor rompe en
uno canto a derecha, figurando dar al recibidor donde está la puerta
de entrada en la casa, que se queda fuera de la vista del público.
En el lado del recibidor debe de haber una cortina abierta y sujeta
a un borde por el cordón habitual en estos casos.
En el lateral derecho de caja, puerta que mujer a un dormitorio.
Justo al lado, puerta que mujer en el interior de la casa. En el
lateral izquierdo, la puerta de la cocina. El mobiliario es lo más
sencillo y habitual de la gente de clase *mija, *pero un poco
desastrado.
Del centro a derecha y en el lugar más estratégico del espacio
escénico, una mesa redonda y cuatro sillas a su alrededor. Dos
sillas más estarán *distribuides por el comedor-salón.
Al hondo izquierda del foro se puede ver un mueble-bar en
cajones, y sobre el mismo, un retrato de la difunta MARIA.
En primer término, bastante a la izquierda y en *oblicu, un *silló en el que
destaca el suyo os frecuente, y ante él, un poco más a la derecha
, una tableta pequeña.
Colgados en la falsa pared frontal hay dos retratos enmarcados
y de buen *tamany: uno es de PACO, y el *atre de MARIA; *abdós
de medio cuerpo.
El infierno, en el caso de ubicarse en las *passareles superiores de *tramoyes,
deben de decorarse en algunas teles o recortes
envejecidos de gasa blanca o similar. En caso contrario, a borde y borde
del pie del escenario se improvisarán unas bocas
de entrada y salida al susodicho infierno, recubriéndolas en las
mismas teles.
*Atre *utillage necesario para *conseguir el ambiente: *quadros y plantas
a gusto del director. A *lo *llarc de la obra también
aparecerán dos vasos, una botella conteniendo un *supost
*whisquy y una linterna.
Prólogo
A telón cerrado y a *mija luz en la sala del teatro, al compás
de una música tétrica o incluso de una *marcha fúnebre, aparece
por la última puerta de la sala un *corteig para llevar las
cenizas de la difunta MARIA, que van dentro de un recipiente al
efecto y que lleva entre las manos PACO, el *viudo. Todos, PACO
también llevan una flor y un cirio encendido, al tiempo que van
*planyint y llorando cuando no haciendo *escoltetes entre llanto y llanto.
Solo se escuchan los llantos. El *corteig se dirige hacia
el escenario, suben *ad él y, desde la boca del proscenio donde se
*coloquen todos de cara al público como si aquello fuera el borde de un
escarpado del mar, PACO procede a cumplir en la ceremonia
de esparcir las cenizas de su difunta mujer,
MARIA. Unos efectos del *sò de las olas del mar y del viento
acompañan toda esta escena, para mejor trasladar al
público al lugar que se pretende.
Al tiempo que se lleva a efecto este acto, solo a partir del de las
cenizas, MARIA y *atres acompañantes, desde el improvisado
infierno sueltan estrepitosas risas, que naturalmente no son
escuchadas por los *atres *personages. En el momento de acabar de echar
las cenizas en el imaginario mar, PACO pare sufrir un
acceso de dolor y pena. Los que están más *propencs lo
consuelan. A continuación, empezando por PACO, proceden a echar
la flor en el mar no sin besarla primero, *pero al
llegar a EVA, la enamorada de PACO, gesticulando se niega a echarla.
CONCHA, la vecina y amiga, al darse cuento de la
acción de EVA, le arranca la flor de un puñado y la tira a *lo que
figura el mar, el espacio entre el proscenio y la primera fila de butacas
de la sala.
Hecho esto, primero PACO y después todos los *demés desaparecen
por un borde del emboquille y cesan los efectos. EVA, que
se había quedado un tanto *rezagada, en gesto de rabia le saca la lengua
a la difunta *pero mirando donde ha caído su flor.
Después, hace mutes y al foro.
FIN DEL PRÓLOGO

Acto Y Se
levanta el telón y aparece el mismo decorado y mobiliario *pero más
desastrado. Sobre la tableta-*centret hay algún diario y revistas,
varias de estas por tierra. PACO, *caratrista y pausadamente,
entra en escena por la puerta de la cocina y llevando
un vaso en *supost *whisquy, *pero al pasar por el lado
del *moblet, toma la fotografía de su difunta mujer.
PACO.- (Suspirando.) ¿Por *qué me has dejado, Maria?... ¡En
tanta compañía que me *feyes en tu *inagotable
conversación... y *qué a solas que me encuentro ahora!... No voy a poder
vivir sin tú, Maria. (Abatido, se deja caer en el *silló,
llorando amargamente.)¡*Qué vacía está la casa, diez santo!... ¡*Qué
vacía!...
(JAUME, el primo de PACO, llevando las claves en una mano y señalando
jefe atrás, entra en la casa recriminando
directamente a PACO y sin saludar, por *lo que lo interrumpe
en medio del llanto.)
PACO.- ¡Ay, Mi!...
JAUME.- Ve cuando apañas ese agujero, Paco. En los tiempos
que corren, podría ser un peligro no tapar el agujero que ha dejado la falta
de la. (Guardándose las mismas.)
PACO.- (Dejando de llorar, *compungitimirant-*lo.) ¿Creus
que puedo tener ganas de apañar *algunforat, cuando acabo de perder
a Maria?
JAUME.- (Señalando.) *Ya, *pero es que *yo me refería al de la
puerta de la calle, eh...
PACO.- (Levantándose molesto.) ¿Y de *quín te crees que hablo *yo?
JAUME.-¡Ah, y *yo que sé!
PACO.- (Volviendo a la suya.) ¡*Ya voces *cóm me has dejado,
Maria, pleno de agujeros!
JAUME.- ¿*Qué se han hecho más? (Busca por tierra.)
PACO.- Y los que llevo en la ropa, ¿*qué? Si viste *cóm me miran
todos...
JAUME.- ¡Ah!, *pero no creo que sea por unos *foraets que ni se
ven, hombre...
(PACO, extrañado *perque cree notar un doble sentido en la frase
de su primo, hace una pausa breve y la *nterroga al respeto.)
PACO.- ¿Ah, no? Entonces, ¿por *qué es?
JAUME.- (Tomado por sorpresa.) Eh, *puix..., *yo... *Voràs...
PACO.- ¿*Qué es *lo que tengo que ver? ¡Venga, hombre, habla en plata!
JAUME.- (Voz fingida.) No puedo. Se me ha quedado
*entravessada en la garganta una espina de pez y me cuece...
PACO.- ¿Quieres que te lleve agua?
JAUME.- No, gracias. *Ya me he lavado la cara de buena mañana.
PACO.- (Comprendiendo.) ¿I... un *whisquy?
JAUME.- Voces, esto si que podría arreglarme la garganta. (Voz
normal y aparte.) Y darme valor.
PACO.- *Puix *aguarda, que voy a por el agua milagrosa.
(PACO hace mutes por puerta de la cocina mientras JAUME,
nervioso y paseando por la casa, exclama frases de auto-
convencimiento, que no lo convencen ni *ad él mismo.)
JAUME.- No se si haré be diciéndoselo, *pero... ¡*ésqueya no
aguanto más lo verlo llorando a Maria y teniéndola como una santa,
cuando Maria... «desembragaba» como le daba la gana y «corría»
todo *lo que quería y más! (Se detiene y piensa.) Claro, que... también
podría decirle que ella no... no sabía *lo que *feya. (Y vuelve a la
misma, preguntándose y contestándose él mismo.) *Pero, ¿*cóm
no iba a saberlo... si para hacerlo tenía que... ¡vaya!, hacer *lo
que he dicho antes: «desembragar»?
(En la última frase de JAUME, PACO reaparece llevando un
vaso y una botella en el *supost *whisquy.)
PACO.- (Ofreciéndoselo.) Ten, mesúrate tú mismo.
(Mientras JAUME se mesura un poquito del *supost *whisquy,
se lo traga y hace gestos cómicos en la boca, al tiempo que emite unos
*sòns de voz y vuelve a fingir estar afónico (cosa que se repite),
suena la típica música tétrica y, por la *passarela superior
derecha o la posible aparece la espectral figura de MARIA,
vistiendo el mismo *trage en el que funde amortajada y agarrada
del brazo de dos espectros más. Estos, entre risitas y en gestos
descarados, acaban haciendo mutes por el hondo de las susodichas
*passareles. JAUME, después de los primeros *glopets, se *amorra a la
botella, *pero le es arranque por PACO de una *sarpada.)
PACO.-¡Para, hombre..., que en lugar de quitarte la espina la vas
a ahogar!...
JAUME.- (Disimulando.) Eh... ¿De *qué...estábamos hablando?
PACO.- Mira, Jaume, no me digas que el *whisquy te ha dejado
amnésico, ¡*perque de una bofetada te hago recordar hasta el día de tu
bautizo!
JAUME.- (*Memorisant rápidamente.) Ah, *ya... *ya recuerdo.
Escucha Paco; ¿tú no notabas nada extraño... antes de la desgracia
de Maria?
PACO.-¿Extraño? (Piensa.) *Puix no. ¿Y *qué se *lo que tenía que
notar?
JAUME.- No sé... ¿Algo anormal?
PACO.- (Sarcástico.) Ahora que lo dices... quizás que tengas razón.
En la hora de las comidas estaba bastante extraña: conforme iba
comiendo día que perdía el hambre.
JAUME.- ¡Por favor, Paco... que la cosa es más *séria!
PACO.- (*Enujant-se.) ¿Y *qué querías que notara, joder?
(Transición y piensa de viste.) *Lo que sí es de viste que me
llamaba la atención se que, *últimamente, a cada vez que *yo
llegaba a casa la *veïa muy cansada y sin ganas de nada.
JAUME.- Natural...
PACO.-¿Tú crees?
JAUME.- ¡Claro!, después de haber estado (Gesto de mano
significativo.) «*da-le que te pego».
PACO.- ¿*Qué quieres decir en esto de... (Mismo gesto de mi.) «*da-
le que te pego»?
JAUME.- *Puix, que después de (Variando la intención.)... de hacer
todos los trabajos que *feya en casa...
PACO.- (Volviendo al llanto.) ¡Pobre Maria; tan trabajadora y tan
santa... y *yo todavía le *eixigia! (Vuelve a encararse
JAUME.) ¿*Qué es esa cosa tan *séria que tenías que decirme de Maria?

JAUME.- (Sorprendido.) ¿La... cosa? *Ya. (*Carraspeja y duda
unos segundos.) Mira, Paco; *yo soy tu primo hermano y... ¡y debo de decirte-lo,
*che!
PACO.- (*Sobreactuant.) ¿*Qué me dices...? ¡Toda una vida siente
tu primo... y tenía que *enterar-me de esta manera!
JAUME.- Que no, Paco... que no es esto. Es... *atra cosa.
PACO.- Esto espero, *perque estoy empezando a *fartar-me,
¿sabes, «primo hermano»? ¡Venga, al buey, que es una mona!
JAUME.- (Aparte.) Esto es *lo que me preocupa.
PACO.- ¿Quieres hacer el favor de habla de una vez?
JAUME.- (*Envalentonant-se.) ¡Sí señor, voy a decírtelo!
Eh... (Transición mirando a la botella.) *Pero... si me dejas que
me haga *atre *glopet... (Yendo a por la botella y forzando
nuevamente la voz.) Es que todavía tengo la garganta...
PACO.- (Le interrumpe enfurecido.) ¡Parla *ya, puñetas!
JAUME.- (Deteniéndose sobresaltado.) *Ya... *ya... tengo la garganta
be. Eh... (Mirándolo de frente y haciendo una transición.) ¿De viste
quieres saberlo, Paco? (Voz el gesto enfurecido de PACO y se
convence rápidamente.) ¡*Puix te lo digo, te lo digo... y que sea *lo que
Manantial *vullga! *Ahí va: «*Mia *ava *enos». ¡Ave, *ya está dicho! ¡*Qué a gusto
que me he quedado!
PACO.- Que *ya está dicho ¿el *qué? *Perque a mí me ha parecido *oir
el bruñir de un moscardón...
JAUME.- (Pausadamente y cuando *ya no lo esperaba PACO.)
Que Maria... te ponía... «*cuernos».
(La inesperada confesión de JAUME provoca PACO el efecto
de un «*shock» traumático, por *lo que *éste, entre intentos de mantenerse
en pie, sufre un pasmo y madriguera sobre el
primero. JAUME, *esglayat y entre exclamaciones, lo lleva como puede
hasta el *silló y lo deja derrumbado en él.)
JAUME.- ¡Paco... *Paquito!... ¡Ay, madre! (*Ya en el *silló y dándole
*galtadetes.) ¡Despierta, Paco, por favor!... ¡*Paquito...,
por tu madre, no me hagas esto, hombre! (Más *esglayat y gritando.)
¡¡Por *lo que más *vullgues, Paco... por tu primo... no te me
*muigues, cojones!!
(En ese momento aparece CONCHA, vecina y amiga de PACO)..

Final del tercer acto.


En ese momento el carromato llegó a su destino.

Vamos, señoritas, ¡es hora de que forméis y os presentéis cada una!--dijeron los guardias a modo de mofa y
pese a no haber ninguna mujer en el grupo. ¡A formar! un, dos, un, dos....

Todos bajaron del carromato, a Ricardo uno de los guardas lo empujó fuertemente por detrás, al verlo Pelayo salió en su defensa.

-¡Oye, tú, déjalo, no ha hecho nada!

-¡Tú callado!--dijo otro de los guardas dándole a Pelayo un fuerte golpe con la culata de su rifle, que lo hizo sangrar.

-¡El primero a la enfermería!--se oyó gritar a otro de los guardas presentes.

Mientras llevaron a Pelayo a la enfermería, el resto fue obligado a entrar en el patio, donde les dieron ropa limpia y unas armas de entrenamiento, las cuales estaban descargadas. No parecía haber munición a la vista en esos momentos. Tras ello, les quitaron los grilletes.

[Dava]

Ricardo negó para sí. El único tipo respetable de aquella caja parecía ir escaso de luces. Suspiro y rehusó la invitación con toda la educación posible.

–Desde que nos engrilletaron perdimos nuestros nombres –añadió–, así que ahora soy "soldado 1". Antes de eso, mi nombre era Ricardo, pero ese hombre morirá en el frente, no se si me entiendes...

Ricardo sorprendiose que un jornalero fuera hombre tan culto. Ya no por el disfrute del arte, sino por su afán de interpretación. Cada uno de los presentes seguro estaban llenos de secretos.
Tras el evento del bache asintió a Pelayo a modo de respuesta para interrumpirle lo menos posible.
Cuando llegaron a su destino guardó silencio y le dedicó un fugaz gesto a Pelayo para que guardara los papeles y el queso, si quedaba.

Cuando tras la apertura de puertas uno de los guardias lo empujo, Ricardo se limitó a levantarse de nuevo lentamente hasta quedar completamente en pie en toda su altura ante su agresor, al que posiblemente le ganaba en altura y complexión.
No sonrió. Tan solo negó para sí al ver que se llevaban a Pelayo a la enfermería para a continuación mantener la mirada a su agresor. Una mirada que era una clara declaración de intenciones desde la posición que le daba su altura frente a la de su agresor.
Aquel soldado había mordido más de lo que podría digerir.

–Señor –dijo con marcialidad–, creo que hay otro que necesita atención médica, señor...

Acto seguido caminó en dirección a quien había golpeado a Pelayo, y sin mediar media palabra, tras pararse ante él un segundo le soltó un potente golpe en toda la cara, haciéndole sangrar. Posiblemente el resto de la comitiva disfrutaría el espectáculo y los guardias se lo pensarían dos veces antes de maltratarlos de nuevo.

[Soiberg]

-¡Vale, vale, ya está, es suficiente!, dijo el Jefe de los Guardias, quien acudió al ver el barullo que se había montado y ver que seis de sus Guardias se abalanzaron a sujetar al enorme nuevo recluta y separarlo a la fuerza entre todos ellos del guardia apaleado, quien fue llevado a la enfermería.

-¿Qué ha ocurrido, Jiménez?--preguntó el Capitán a uno de los Guardias, que debía de ser el subintendente

-El nuevo recluta, se volvió loco y agredió a Gaviria--mintió el soldado.

El Capitán se acercó a Ricardo y lo miró con expresión afable, pese a lo que había oído--parecía no confiar del todo en varios de sus propios Guardias.
--Tienes un pase... recluta, la próxima vez que sientas que debes golpear a alguien, acude a mi primero y preséntame tu queja, a veces ni yo mismo puedo confiar en los descerebrados de mis guardias, con lo que puede que tus motivos tuvieras---le dijo en voz baja el Capitán tras acercarse aún más a él. --No obstante, me gustaría evitar estas situaciones en un futuro. ¿Cual es su nombre, recluta?

Mientras tanto, en la Enfermería...

Pelayo se encontraba bajo los cuidados de la enfermera del Fuerte. Era una chica rubia, de aproximadamente 1.73 metros de altura, de ojos verdes, de aspecto guapo. Estaba ataviada con un traje blanco.

-Esos vendajes, ¡déjeselos durante unas 2 o 3 horas, le indicó la enfermera! ¿Cómo se ha hecho esa herida, recluta?

-Me tropecé--dijo Pelayo, mintiendo--debido al temor que tenía de que el guardia de la otra camilla, que era el que lo había golpeado, usara lo que dijese como represalia.

El Guardia, al escucharlo, relajó su expresión, para pasar a sonreír.

-Tiene que tener más cuidado, joven--le indicó la enfermera antes de dejarlo ir al patio, aunque quedaba excluido temporalmente de los primeros ejercicios de uso y manejo correcto del fusil y rifle, como del mantenimiento de armas, por lo que, tras saludar con una mano a su...esperaba futuro amigo, Ricardo, se fue a una esquina apartada donde pasaba desapercibido para los guardias y se puso a leer el libreto de otra de las obras de Amant Polidor, vigilando que no lo vieran los guardias.

La clase comenzó. Los guardias dispusieron a los nuevos reclutas "voluntarios" formando un círculo y a cada uno de les entregó un fusil descargado.

-¡Tenéis ciertas normas de seguridad que deberéis de seguir, procurad aprendéroslas de memoria, ya que en el campo de batalla puede que sean la diferencia entre la vida y la muerte!--gritó uno de los instructores.

Otro de los instructores sostenía uno de los fusiles en alto, éste cargado pero con el seguro puesto, para que los reclutas lo imitasen mientras el otro recluta daba las instrucciones al grupo.

--Nunca apunten el arma hacia ninguna persona
o ningún objeto a los que no quieran disparar, no importa si no está
cargada. Esto es de particular importancia al cargarla, descargarla o
desarmarla. SIEMPRE mantengan el control de la dirección del arma.
Traten siempre las armas como si estuvieran caragas y evitarán accidentes innecesarios, podrían dispararse accidentalmente y ustedes morir. --Si una persona le dice que el
arma no está cargada, no confíe en su palabra; siempre asegúresen
ustedes mismos de ello. Nunca le den el arma a otra persona hasta que el cañón o el mecanismo estén abiertos y ustedes hayan inspeccionado
visualmente que ésta esté descargada. Cuando no usen el rifle o el fusil, ¡manténganlo descargados y guardados en un lugar seguro!.

--Nunca coloquen el dedo dentro del guardamonte o sobre éste, a menos que vayan a disparar. Asegúrese de que el gatillo no entre en contacto con otros objetos.

•Asegúrense de saber siempre el lugar donde pegará la bala y de disparar solamente adonde haya un tope detrás del blanco, sie están practicando, y éste debe de estar libre de obstáculos, de agua o de otros elementos donde la bala pudiera rebotar. Es muy importante que la bala se detenga detrás del blanco. Ya en el campo de batalla no deben de fallar, el enemigo debe de caer, por eso es importante que tengan y ganen aquí buena puntería. Y tengan mucho cuidado, Las balas rebotan en muchos lugares como rocas o en la superficie del agua, y viajan en direcciones impredecibles a una velocidad considerable. No disparen nunca al azar hacia el cielo, especialmente si hay compañeros reclutas suyos cerca de ustedes.

• Nunca atraviesen obstáculos, tales como cercas o arroyos con su arma de servicio cargada. Asegúrense siempre de que el arma esté descargada antes de saltar una cerca, subirse a un árbol, saltar una zanja o atravesar otros obstáculos.

Su arma siempre debe de estar lista y en perfecto estado de revista antes de entrar en un enfrentamiento, límpienla de forma frecuente cada día al amanecer, así no tendrán que preocuparse de ello luego.

La clase prosiguió durante una hora más, luego los pusieron en un campo de tiro frente a decenas de objetivos fijos, ramas de árboles que habían colocado frente a ellos, frutas de distintos árboles: manzanas, peras, limones; había hortalizas también: calabazas, Calabacines... --Pelayo había dejado para entonces de leer por esa mañana y había guardado todos sus documentos en un lugar seguro, con lo que se puso a observar a sus compañeros disparar.

[Dava]

–Mi nombre es "Recluta", Señor, tambien puede llamarme "Soldado" o como dijeros sus hombres –miro a los ojos al que dijo que se habia vuelto loco—, "Señorita".

Ricardo prestaba atencion a las maniobras de instrucción mientras negaba con la cabeza. Aquello no iba a ninguna parte, la mayoria de los presentes no habia visto un arma en su vida. Era como ponerles una soga al cuello sin enseñarles a deshacer el nudo. Espero que la charla del instructor terminase para dirigirse a él, en privado a ser posible.

–No quiero importunarle ni mucho menos ningunearle, señor –le miro a los ojos con honradez–. Ninguno de estos hombres a visto un arma en su vida, y de usarla mejor ni hablemos. Si os empeñais en armarlos, acabaran matandose entre ellos y las armas en manos del enemigo –suspiro–. Creo que tengo una idea para que os seamos mas rentables para la causa. Solo becesito dos minutos con usted y el jefe de la guardia a solas.

Espero la respuesta sin haber llegado a tomar el arma en ningun momento. Rocardo solo quería salvar su cuello, y de paso, el de Pelayo.